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Capítulo

TIPO III:
MALFORMACIONES
CONDROCOSTALES 10
A las malformaciones condrocostales las di- total de las malformaciones de la pared torácica.
vidimos en 2 tipos: síndrome de Poland y toracó- La frecuencia de cada uno de estos subtipos se
pagos (Tabla 10-1), y corresponden al 4,33% del representa en el Gráfico 10-1.

TABLA 10-1. Malformaciones condrocostales

Grado I
Síndrome de Poland Grado II
Grado III

TIPO III

Toracópagos

GRÁFICO 10-1. Frecuencia de las malformaciones Tipo III

Tipo III
500 100%
98%
410
400 80%

300 60%
n

200 40%

100 8 20%

2%
0 0%
Síndrome de Poland Toracópagos


PATOLOGÍAS DE LA PARED TORÁCICA EN PEDIATRÍA

SÍNDROME DE POLAND P Grado I: pared condrocostal normal.


P Grado II: pared condrocostal normal con
DEFINICIÓN pectus carinatum contralateral.

El síndrome de Poland es una malformación P Grado III: dismorfia condral o agenesia cartila-
congénita de incidencia esporádica en la pobla- ginosa con costilla hipoplásica (hernia de pul-
ción general, cuya característica determinante es món) con o sin pectus carinatum contralateral.
la aplasia unilateral de los fascículos costoesterna-
les del músculo pectoral mayor. Este defecto mus- HISTORIA
cular puede o no estar acompañado por distintos Este síndrome fue reportado por primera vez
grados de hipotrofia del tejido celular subcutáneo, en 1841 por Alfred Poland, estudiante de medi-
hipoplasia o aplasia de la glándula mamaria, hipo- cina, disector de anatomía del Guy´s Hospital de
plasia o agenesia de areola y pezón, dismorfia o Londres. Quizá haya realizado una descripción
agenesia cartilaginosa, e hipoplasia de las costillas parcial de la deformidad, de acuerdo con cómo se
correspondientes. La malformación costal pue- presentó en su disección anatómica: ausencia de
de comprometer, en diferente número, entre el la porción esternal del músculo pectoral mayor,
2do. y 6to. arco costal, aunque la presentación más ausencia del pectoral menor y ausencia parcial
frecuente es la afectación del 2do., 3ro. y 4to.. Tam- del oblicuo externo y del serrato mayor. El cadá-
bién pueden presentar alteraciones variables del ver no poseía el nervio correspondiente a la por-
miembro superior homolateral (Figura 10-1). ción ausente del músculo pectoral, pero sí el del
En nuestra serie representa el 4,25% del total serrato. También presentaba una malformación
de las malformaciones de la pared torácica. del miembro superior homolateral de la mano.
Se clasifican según criterio propio, evaluando los Sin embargo, existen reportes previos en la li-
distintos componentes del síndrome en 3 grados: teratura francesa (1826) y en la literatura alemana
(1839) de casos que podrían corresponderse con
este síndrome, como la descripción de Froriep
FIGURA 10-1. (alemán): “Observación de un caso de ausencia
de mama”.
Posteriormente, tanto en Estados Unidos
como en Europa, comienzan a aparecer más
publicaciones al respecto. En EE. UU., en 1859,
otro estudiante de medicina, Willis, lleva a cabo
la primera descripción completa conocida. En
Europa contribuyeron con sus aportes Pulawski
y Sklodouski (Polonia, 1890), Thomson (Escocia,
1895), Etienne Louis Arthur Fallot (Francia,1898)
Schlesingen (Austria, 1900) y Fürst (Suiza, 1900),
entre otros.
Recién en 1962, Patric Clarkson, cirujano de
mano del mismo Hospital que Poland, realizó una
revisión completa y desarrollada de la patología,
publicándola con el nombre de su autor. A partir de
entonces se lo conoce como síndrome de Poland.

INCIDENCIA
Se observa en 1 de cada 30.000 recién naci-
Niño con síndrome de Poland izquierdo. dos (RN) vivos.

Tipo III: Malformaciones condrocostales

Según la literatura mundial, existe una pre- También se relaciona con otras patologías
valencia del sexo masculino, con una relación de la pared torácica, como pectus excavatum y
de 3 a 1. En nuestra serie se observó una rela- carinatum.
ción de 1 a 1 con respecto al sexo.
En el 60% de los casos, el lado más afectado FIGURA 10-2.
es el derecho. Nunca observamos un caso bila-
teral, aunque está descrito.
La incidencia familiar de este síndrome no
está demostrada, y no existen evidencias con-
tundentes al respecto, aunque nosotros tene-
mos registrado un caso de dos hermanos, úni-
cos hijos, con síndrome de Poland (Figura 10-2).
En cuanto a las asociaciones, cabe men-
cionar el síndrome de Moebius. La asociación
síndrome de Poland–síndrome de Moebius está
descrita en 1 de 500.000 RN vivos (Figuras 10-3
y 10-4). Segarman (1973) fue el primero que la
describió en un paciente de 5 años. Otros auto-
res la reportan con antecedentes familiares de
síndrome de Poland, entre ellos, Rojas (1991),
que refirió un paciente portador de dicha aso-
ciación con la madre portadora de un síndrome
de Poland. Larradaburu (1999) reportó otro pa-
ciente cuya tía era portadora de un síndrome
de Poland. Se cree que esto es sólo una mera
coincidencia. Hermanos con síndrome de Poland.

FIGURA 10-3.

A B C

Paciente portadora de la asociación de síndrome de Poland-síndrome de Moebius: a); b); c).



PATOLOGÍAS DE LA PARED TORÁCICA EN PEDIATRÍA

FIGURA 10-4. brinda circulación al miembro superior. Éste se-


ría el motivo que lleva a creer que, en realidad,
existiría una hipoplasia de todo el hemitórax
correspondiente.
A pesar de que existen algunos aportes que
admiten un carácter hereditario tipo autosómico
dominante con expresión variable para ciertos
tipos de sindactilia, esto no ha sido demostrado
para el síndrome de Poland. En la mayoría de los
casos, es un proceso esporádico

PRESENTACIÓN CLÍNICA
Rx de tórax de la paciente anterior con hipopla- Las formas clínicas de presentación de este
sia de 3ra. y 4ta. costilla izquierda, y agenesia con- síndrome son variables, y dependen del grado
dral correspondiente. de severidad de la malformación.
En el grado I, el único componente es la au-
En nuestra serie se detectaron pocas pato- sencia de la porción costoesternal del pectoral
logías asociadas, entre ellas, pectus excavatum, mayor, por lo que muchos pacientes pasan des-
agenesia de clavícula, costilla supernumeraria, apercibidos en el período neonatal e incluso en
lipoma de pared torácica, hemivértebras, angio- el primer año de vida. A partir de esta edad, co-
ma de labio superior y angioma de brazo dere- mienza a manifestarse en forma más notoria la
cho. Como se ve, todas aisladas e independien- asimetría torácica, la cual es el motivo de consul-
tes del mismo. ta. Es característica la depresión subclavicular y el
Por otro lado, un reporte de Boaz (1971) re- marcado surco axilar determinado por la ausen-
lata una incidencia mayor de leucemia en estos cia muscular.
pacientes. Nosotros nunca lo hemos observado. En el grado II, la ausencia del músculo se
acompaña de un pectus carinatum asimétrico
ETIOPATOGENIA del lado contralateral, que puede presentar dis-
tinto grado de severidad. El motivo de consulta
La causa determinante de este síndrome
sigue siendo la asimetría torácica.
está sujeta a varias hipótesis, entre ellas, la mi-
gración anormal del tejido embrionario que va a En su cuadro más florido, en el grado III, el
formar los músculos pectorales, la hipoplasia de examen físico revela, además de la ausencia de
la arteria subclavia, e incluso se lo atribuyeron la porción costoesternal del pectoral mayor, la
a las maniobras realizadas durante el embara- ausencia del pectoral menor; distintos grados
zo con intención de aborto. Sin embargo, no hay de hipotrofia del tejido celular subcutáneo; ano-
consenso en la aceptación de la mayoría de es- malías de la glándula mamaria, como hipomastia
tas teorías. o amastia junto con agenesia o hipoplasia de la
areola y el pezón; dismorfia o agenesia cartilagi-
La propuesta más aceptada y difundida en
nosa; e hipoplasia de las costillas correspondien-
la actualidad es la del mecanismo vascular: las
tes. La malformación costal puede comprometer,
estructuras mesodérmicas desde la zona pecto-
en diferente número, entre el 2do. y 6to. arco cos-
ral a la parte distal de la extremidad superior, en
tal, aunque la presentación más frecuente es la
la sexta semana de vida embrionaria, sufrirían
afectación del 2do., 3ro. y 4to..
los efectos de un trastorno circulatorio debido
a una malformación vascular, hipoplasia o este- Cuando presenta agenesia cartilaginosa con
nosis de la arteria torácica interna, que irriga las su correspondiente hipoplasia costal, se da la ca-
partes blandas y de la arteria subclavia, la cual racterística hernia de pulmón a través del defecto

Tipo III: Malformaciones condrocostales

en la pared torácica, observándose un mecanis- es así que Welch reportó un paciente que prac-
mo paradojal en los 2 tiempos respiratorios (Figu- ticaba béisbol en su colegio e, incluso, era el lan-
ras 10-5 y 10-6). zador del equipo, para lo cual usaba el brazo del
También se detecta ausencia de desarrollo lado afectado.
del vello axilar y de las glándulas sudoríparas apó- Con respecto a las consultas tardías, en pri-
crinas, como así también ausencia del vello en el mer lugar haremos referencia a los pacientes
hemitórax del lado afectado (hipotricosis pectoral). adolescentes, sobre todo del sexo femenino,
cuya malformación les provoca una gran per-
En muy pocos reportes se publicó alteración
turbación psicológica (angustia, ansiedad, in-
del serrato, del oblicuo externo y, sobre todo, del
seguridad) porque durante su crecimiento no
dorsal ancho homolateral.
recibieron las interconsultas necesarias para
Las alteraciones del miembro superior homo- interiorizarse en el tema y así conocer las po-
lateral pueden variar desde una imperceptible sibilidades de solución de acuerdo con el tipo y
disminución de tamaño de la mano ipsilateral, grado de alteración parietal.
hasta su ausencia casi completa, presentándose
En segundo lugar, aquellos niños sometidos a
en forma de un muñón (Figura 10-7). Entre esta
medidas arcaicas, como pacientes que llegaron
variedad de alteraciones se destacan: grados
a nuestra consulta luego de los 4 años portando
diversos de sindactilia, asociada braquidactilia
corazas para evitar todo tipo de traumatismo so-
e, incluso, oligodactilia. Pueden faltar las falan-
bre la zona afectada (Figuras 10-8 y 10-9). Este
ges medias de los dedos o existir una soldadura
tipo de contención resulta innecesaria, aumenta
de las falanges distal y media. También puede
la angustia familiar, la inseguridad del propio pa-
existir deficiente desarrollo del brazo o del ante-
ciente y lo obliga a limitarse en muchas de las
brazo, sinostosis radiocubital o hipoplasia de los
actividades normales de la infancia.
huesos del carpo.
Algunos autores como Shamberger refieren EVALUACIÓN
que un 66% de sus pacientes presentaron al-
teraciones de la mano homolateral. Nosotros La evaluación correcta y el seguimiento apro-
sólo lo observamos en un 10% de los casos. No piado de los pacientes portadores de síndrome
obstante, en muchos de los pacientes, al com- de Poland son de fundamental importancia para
parar ambas manos palma con palma, se de- determinar la conducta a seguir en cada caso.
tectó una muy leve disminución de tamaño que La valoración clínica comienza con el inte-
resultaría imperceptible al mirar ambas manos rrogatorio, como es habitual en este tipo de pa-
por separado. tologías, y el examen físico para establecer los
De todos modos, no se encontró una correla- componentes del síndrome.
ción directa entre la extensión de las deformida- La asimetría torácica, la ausencia de depre-
des de la mano y los grados de compromiso de sión subclavicular y del surco axilar, junto con la
la pared torácica. palpación de la masa muscular, determinarán el
La signosintomatología, por lo tanto, depen- grado de hipoplasia o agenesia muscular.
de del grado de severidad de la malformación. Cuando existe anomalía condrocostal leve,
El motivo más frecuente de consulta es el se puede detectar palpando una depresión de
estético y la incertidumbre familiar en cuanto a grado variable en la pared torácica. En los casos
las posibilidades futuras del niño. En referencia severos con hernia de pulmón, el defecto es evi-
a esto, la angustia de la familia está motivada dente a simple vista.
por el desconocimiento acerca del desarrollo Asimismo, el examen físico revela el grado
del hemitórax afectado y de la probabilidad de de alteración de la mama, la areola y el pezón el
limitaciones en los movimientos del brazo ho- tipo de anomalía que afecta al miembro superior
molateral, el cual no está comprometido. Tanto ipsilateral.

PATOLOGÍAS DE LA PARED TORÁCICA EN PEDIATRÍA

FIGURA 10-5. FIGURA 10-6.

Niño de 3 años con síndrome de Poland durante Mismo paciente durante la expiración (hernia de
la inspiración. pulmón).

FIGURA 10-7. FIGURA 10-8.

Paciente con malformación del miembro supe- Paciente erróneamente tratado con coraza.
rior homolateral.

Tipo III: Malformaciones condrocostales

FIGURA 10-9. cuenta para evaluar esta cirugía son: otorgarle un


adecuado contorno al tórax, suprimir la hernia de
pulmón, brindarle rigidez a la pared y evitar defor-
midades agregadas. De esta manera, el paciente
quedaría preparado para la colocación, en su de-
bido momento, de la prótesis muscular o mama-
ria, según su sexo.
En los niños con pared condrocostal nor-
mal (grado I), sólo se plantea la resolución del
aspecto estético al llegar a la adolescencia. En
estos casos, se utiliza un implante mamario en
las mujeres y una prótesis siliconada que reem-
plaza el músculo en los varones, previa coloca-
ción de expansor.
En el grado II, hay que evaluar el pectus cari-
natum contralateral en los controles evolutivos. Su
aumento provoca una mayor rotación del ester-
nón, deprimiendo los cartílagos del lado afectado
y, por ende, una disminución del diámetro ante-
roposterior de ese hemitórax. Esto genera mayor
incidencia de escoliosis y mayor deformidad. Se
indica la corrección quirúrgica cuando se comien-
Defecto del paciente anterior sin coraza. za a notar la rotación esternal, en la mayoría de los
casos, alrededor de los 10 a 12 años.
La valoración imagenológica se realiza con un
En cuanto al grado III, es inevitable la rota-
par radiográfico de tórax, lo que permitirá detectar
ción esternal si no se soluciona el defecto de la
si están presentes o no las anomalías costales y a
pared costal antes de la pubertad. Distintas téc-
qué costillas corresponden. También aportan da-
nicas quirúrgicas fueron propuestas para la re-
tos del estado de la columna vertebral y la presen-
paración del defecto de la pared torácica de los
cia o no de dextroposición cardíaca (Figura 10-10).
pacientes con grado III. Sin embargo, la mayoría
Éste último es un hallazgo frecuente de observar,
de los autores coincide en la necesidad de re-
siempre que la malformación sea izquierda.
forzar y de darle estabilidad a la pared del tórax
La tomografía computada con reconstruc- con injertos costales. El injerto óseo autólogo re-
ción tridimensional de la pared torácica aporta quiere la resección subperióstica de la segunda
datos que no podrían ser vistos de otra manera. costilla homolateral siguiente al defecto. El injer-
Se utiliza para una evaluación más precisa del to óseo homólogo (hueso de banco) simplifica la
defecto muscular y cartilaginoso, y en el segui- técnica, no agrega morbilidad, pero no siempre
miento a largo plazo de los injertos costales (Fi- se encuentra disponible. Nosotros tuvimos bue-
guras 10-11 y 10-12). nos resultados con los dos tipos de injertos.
También es importante hacer una búsque- En cuanto al material empleado para brindar
da dirigida y orientada hacia las asociaciones cobertura y reforzar la estabilidad de los injertos
más frecuentes. costales, en la primera etapa utilizamos, coinci-
Una vez evaluados todos estos parámetros, diendo con la mayoría de los autores, colgajo de
es necesario determinar el grado de malforma- dorsal ancho.
ción para encaminar la táctica terapéutica a se- Este colgajo presentó algunos inconvenien-
guir en cada caso. Las premisas que se tienen en tes, por ejemplo:


PATOLOGÍAS DE LA PARED TORÁCICA EN PEDIATRÍA

P La rotación anterior del músculo se dificulta FIGURA 10-11.


en la edad pediátrica debido a que se en-
cuentra poco desarrollado.
P Aunque la corrección se realice después de
la pubertad, hemos observado, y está des-
crita en la bibliografía, la hipotrofia del flap
muscular, que se debería a una hipoplasia
congénita del músculo.
En esta etapa, en varios pacientes tuvimos que
reforzar el colgajo muscular con malla protésica.
Dejamos de utilizar colgajo de dorsal ancho
por dos motivos: TAC de tórax donde se observa el defecto parietal.

1. Hipotrofia del flap muscular por hipoplasia


congénita. FIGURA 10-12.
2. Agrega una incisión vertical que sigue la lí-
nea del borde externo del músculo, con un
resultado cosmético no satisfactorio.
El uso de la malla protésica mejoró nues-
tros resultados, brindando la rigidez y la elas-
ticidad necesarias para la pared torácica, y lo-
grando una buena integración biológica con los
tejidos circundantes.

FIGURA 10-10.

Rx de tórax (frente) que muestra la hipoplasia de TAC de tórax con reconstrucción tridimensional
3ra., 4ta. y 5ta. costilla izquierda, y dextroposición de la pared, donde se observa la hipoplasia de
cardíaca. 2da., 3ra., y 4ta. costilla derecha.


Tipo III: Malformaciones condrocostales

Por último, y una vez completado el creci- desrotante. En el lado afectado, la resección
miento, al igual que en el grado I, a los pacientes cartilaginosa es limitada, resecando únicamente
de grado II y grado III, se les coloca prótesis sili- su extremo medial para poder liberar las vainas
conada mamaria o muscular según el sexo, ho- pericondrales del esternón (Figura 10-13).
mogenizándolo con el lado contralateral. En los pacientes que presentan una deformi-
dad grado III, la técnica utilizada es la siguiente:
CORRECCIÓN QUIRÚRGICA
1. Incisión arciforme de concavidad superior en
La primera reparación quirúrgica fue repor- el sitio correspondiente al futuro surco infra-
tada por Campbell en 1950, con colgajo de dor- mamario (Figura10-14).
sal ancho. Ravitch operó a su primer paciente 2. Disección de un flap cutáneo, con la precau-
en 1952. ción de no abrir la fascia endotorácica para
Recién en 1956, Peräsalo y Laustela reporta- evitar entrar en la cavidad. Hay que tener en
ron la corrección de un defecto parietal más se- cuenta que prácticamente no existe tejido en-
vero (agenesia cartilaginosa e hipoplasia costal) tre la piel y la pleura o el pericardio, sólo muy
con un injerto de tibia. También otros autores re- escaso tejido celular subcutáneo y una fascia
firieron pacientes con defectos de la pared con- endotorácica muy delgada (Figura 10-15).
drocostal, que los obligó a su corrección quirúr- 3. Liberación del borde esternal y de los extre-
gica. Entre ellos figuran Asp y Sulama en 1959 y mos de las costillas hipoplásicas desperiosti-
Martin en 1962. A partir de aquí, diversos autores zándolas.
describieron diferentes técnicas pero con muy
4. Colocación del injerto costal, que puede ser:
pocas variaciones, todos concordando en que
la premisa es darle configuración y protección al Homólogo (hueso de banco).
tórax. Esto puede ser logrado con una prepara- Autólogo (costilla del propio paciente), para
ción correcta de la pared y posteriores injertos lo cual se realiza la resección subperiósti-
óseos autólogos y heterólogos, reforzados con ca homolateral de la 2da. costilla siguiente al
prótesis reabsorbibles, irreabsorbibles o rígidas, defecto.
y luego rotaciones musculares con o sin coloca- En el injerto autólogo y según necesidad, pue-
ción de prótesis siliconadas. de llevarse a cabo un split costal (Figura 10-16).
En base a estos principios, nuestra propues- 5. Los injertos costales se fijan medialmente al
ta quirúrgica se detalla a continuación. esternón y hacia lateral a las costillas hipoplá-
En los pacientes grado I, se lleva a cabo la co- sicas con material irreabsorbible (Figura 10-17).
locación de prótesis mamaria o muscular (según 6. Colocación de una malla protésica sobre el
sexo) a partir de la pubertad. injerto óseo, con el propósito de otorgarle
En aquellos pacientes que presentan un gra- mayor consistencia y protección a la pared.
do II, es decir, depresión homolateral y rotación También favorece el desarrollo de tejido fi-
esternal con carinatum contralateral, se decide brótico. Si el paciente no ha completado su
la conducta quirúrgica con el objetivo de brin- crecimiento, se utiliza una malla de material
darle una mejor configuración al tórax y evitar reabsorbible, en caso contrario, de material
que avance la deformidad. De esta manera, se irreabsorbible (Figura 10-18).
deja preparado el tórax para la colocación de 7. Se deja colocado un drenaje tubular en el le-
una prótesis. cho, que se exterioriza por contrabertura y se
En este grupo la cirugía consiste en la co- conecta a un aspirofusor; se realiza síntesis
rrección quirúrgica del pectus carinatum contra- de la piel con sutura de nylon monofilamento
lateral mediante la extracción de los cartílagos en forma intradérmica (Figura 10-19).
costales correspondientes en forma subpericon- En los casos que presentan pectus carina-
dral y la realización de una esternotomía oblicua tum contralateral, se extiende el vértice interno

PATOLOGÍAS DE LA PARED TORÁCICA EN PEDIATRÍA

FIGURA 10-13. FIGURA 10-15.

Corrección quirúrgica del pectus carinatum con- Disección del flap cutáneo.
tralateral. Osteotomía desrotante y fijación.

FIGURA 10-14. FIGURA 10-16.

Incisión arciforme en el surco inframamario. Split costal.


Tipo III: Malformaciones condrocostales

FIGURA 10-17. FIGURA 10-19.

Fijación del injerto costal. Procedimiento concluido.

FIGURA 10-18. de la incisión en forma horizontal hacia el lado


opuesto y se realiza su corrección resecando
en forma subpericondral los cartílagos afecta-
dos y haciendo una osteotomía esternal oblicua
desrotante que corrija la posición del esternón.
De los 410 pacientes con síndrome de Poland
evaluados en nuestro servicio, fueron interveni-
dos quirúrgicamente 68 (16,5%): 18 pertenecien-
tes al grado II (26%) y 50 al grado III (74%). A los
pacientes del grado II se les realizó toracoplastia
para la corrección del pectus carinatum. La re-
construcción de la pared torácica en los pacien-
tes de grado III se llevó a cabo en 2 etapas. En la
primera (1987-1997), fueron operados 22 pacien-
tes del grado III (44%) y se empleó:
1. Colgajo de dorsal ancho en 17 pacientes.
2. Colgajo de dorsal ancho más malla protésica
en 5 pacientes.
Todos los pacientes operados en esta etapa
Colocación de malla protésica. recibieron injerto óseo autólogo.


PATOLOGÍAS DE LA PARED TORÁCICA EN PEDIATRÍA

En la segunda etapa (1997-2010), fueron ope- En cuanto a la corrección estética del defec-
rados 28 pacientes del grado III (56%) y en todos to, es muy importante recalcar tanto al pacien-
los casos se usó malla protésica para la recons- te como a sus padres, que a pesar de obtener
trucción de la pared torácica. El injerto óseo uti- resultados muy buenos desde el punto de vista
lizado fue: quirúrgico, continuará observándose una asime-
a. Autólogo en 13 pacientes. tría torácica por la falta muscular.

b. Homólogo en 15 pacientes. Los resultados obtenidos en nuestra serie


son: el 87% muy bueno y el 13% bueno (Figuras
En el seguimiento alejado a 14 pacientes, se 10-24 a 10-33). No se constató recidiva.
les colocó prótesis de silicona cuando comple-
taron su crecimiento (5 pacientes del grado II –2 En los seguimientos a largo plazo, pudimos
varones y 3 mujeres– y 9 pacientes del grado III observar la permanencia del injerto óseo (Figu-
(–3 varones y 6 mujeres). ras 10-34 y 10-35).

MEDIDAS POSOPERATORIAS FIGURA 10-20.

P Realimentación a partir de las 6 horas.


P Antibioticoterapia (cefalosporinas de primera
generación) por 48 horas.
P Analgesia reglada hasta el alta.
P Retiro del drenaje a las 24 a 48 horas aproxi-
madamente.
P Alta al tercer día.
P Reposo domiciliario durante una semana, y
luego gradualmente puede comenzar a reali-
zar sus actividades habituales en un lapso de
2 meses aproximadamente, confirmando la
solidez en los injertos costales.

COMPLICACIONES Y
RESULTADOS
En nuestra serie, la morbilidad fue del 9,6%.
Las complicaciones fueron: un paciente presentó
una fractura del injerto costal ante un traumatis-
mo de tórax al día número 15 del posoperatorio
(Figuras 10-20 a 10-23), otro mostró infección de Niña de 9 años con síndrome de Poland grado III:
la herida quirúrgica y los otros 4 seromas de ésta. prequirúrgico.


Tipo III: Malformaciones condrocostales

FIGURA 10-21. FIGURA 10-22.

Complicación posquirúrgica: fractura del injerto Misma paciente a los 17 años, luego del injerto
costal. mamario.

FIGURA 10-23.

Rx de tórax (frente) que muestra el injerto costal y la prótesis mamaria.


PATOLOGÍAS DE LA PARED TORÁCICA EN PEDIATRÍA

FIGURA 10-24. FIGURA 10-25.

Paciente de 8 años con síndrome de Poland Mismo niño 2 años más tarde (posquirúrgico).
grado III.

FIGURA 10-26. FIGURA 10-27.

Niña de 5 años con defecto derecho. Misma paciente a los 13 años, luego de la correc-
ción quirúrgica.

Tipo III: Malformaciones condrocostales

FIGURA 10-28.

A B C

Niña de 9 años que presenta un síndrome de Poland izquierdo: a) prequirúrgico; b) luego de la co-
rrección quirúrgica; c) a los 17 años, cursando el posquirúrgico inmediato luego de la colocación del
expansor mamario.

FIGURA 10-29.

A B

Paciente de 10 años con síndrome de Poland derecho: a) prequirúrgico; b) a los 16 años, luego de la
corrección quirúrgica del defecto parietal.

PATOLOGÍAS DE LA PARED TORÁCICA EN PEDIATRÍA

FIGURA 10-30.

A B C

Paciente que presenta síndrome de Poland izquierdo: a) aspecto de la pared torácica a los 7 años de
edad (prequirúrgico); b) aspecto luego de la plástica parietal cuando el niño tenía 10 años (posquirúr-
gico); c) seguimiento alejado; paciente de 20 años con colocación de prótesis muscular siliconada.

FIGURA 10-31.

A B C


Tipo III: Malformaciones condrocostales

D E F

G H I

Paciente con síndrome de Poland izquierdo: a) a los 4 años, durante la inspiración; b) misma edad, du-
rante la espiración (nótese la protrusión de la hernia de pulmón); c) seguimiento alejado, a los 16 años
durante la inspiración (prequirúrgico); d) a los 16 años, durante la espiración (prequirúrgico); e) aspecto
de la pared torácica durante la inspiración, luego de la plástica parietal con injertos óseos homólogos;
f) aspecto posquirúrgico durante la espiración: ya no se observa la hernia de pulmón; g) Rx de tórax de
perfil, donde se observan los injertos costales; h) a los 18 años, con el expansor colocado; i) cursando
el posquirúrgico inmediato, luego de la colocación de la prótesis muscular siliconada.


PATOLOGÍAS DE LA PARED TORÁCICA EN PEDIATRÍA

FIGURA 10-32.

A B

C D

Paciente de 13 años que presenta síndrome de Poland izquierdo con pectus carinatum contralateral:
a) vista de frente; b) vista de perfil; c) a los 18 años de edad, luego de la cirugía reconstructiva y la
colocación de la prótesis mamaria; d) vista de perfil.


Tipo III: Malformaciones condrocostales

FIGURA 10-33.

A B

C D

Paciente de 5 años portador de síndrome de Poland derecho: a) prequirúrgico; b) posquirúrgico;


c) aspecto de la pared torácica a los 16 años de edad; d) a los 18 años, luego de la colocación de
un implante protésico siliconado.


PATOLOGÍAS DE LA PARED TORÁCICA EN PEDIATRÍA

FIGURA 10-34. FIGURA 10-35.

Rx de tórax (frente) de paciente con hipoplasia Rx de tórax luego de la corrección quirúrgica con
de 3ra. y 4ta. costilla derecha. injerto costal.

TORACÓPAGOS con un solo par de extremidades superiores e


inferiores, un solo recto y una sola vagina.
DEFINICIÓN Cuando una murió, la otra se rehusó a la se-
paración, falleciendo seis horas después.
Los toracópagos, también llamados “xifópa-
gos” o “esternópagos”, constituyen una variedad Siguiendo en la historia, existen otros casos
de gemelos unidos o siameses. semejantes, como los hermanos escoceses Sco-
ttish, que vivieron 28 años durante el siglo XV
Es una de las malformaciones congénitas
unidos de la cintura para abajo; y las hermanas
más rara y más compleja dentro de las mal-
húngaras, nacidas en Szorny en 1701, que esta-
formaciones de la pared torácica. El grado de
ban unidas por la espalda, a nivel de la región
unión de los gemelos es variable, pero siempre
lumbar, y tenían ano y vagina comunes.
involucra la región anteromedial de la pared
torácica con los individuos situados de frente Los gemelos unidos más famosos y mejor
(“cara a cara”). conocidos fueron Eng y Chang Bunker, que na-
cieron en Siam (Tailandia) en 1811. Fueron cono-
HISTORIA cidos como los “gemelos siameses” y a partir de
allí este término es utilizado para designar a esta
En los siglos anteriores, estos pacientes se rara patología.
consideraban “monstruos” o “fenómenos”. En
Los gemelos Bunker estaban unidos a través
la mitología griega se pensaba que los gemelos
de una banda de tejido epigástrico de aproxi-
unidos provenían del coito con animales. Así,
madamente 18 cm de diámetro. Despertaron
sucesivamente, existieron diferentes teorías o
un gran interés médico en esa época por lo que
especulaciones acerca de la formación de estos
fueron examinados en Estados Unidos y Europa.
fenómenos de la naturaleza. Entre ellas, el trata-
No obstante, no se realizó separación quirúrgica.
do de Ambroise Paré, cirujano del siglo XVI, que
escribió las 11 razones para el desarrollo de esta Tuvieron una vida saludable, se radicaron en
malformación en “De monstruos y prodigios”. California del Norte, se casaron con dos herma-
Recién en 1800, Simpson refiere que esta mal- nas y tuvieron 22 hijos entre ambos. En 1874, a
formación podría originarse cuando 2 gemelos los 63 años, Chang se enfermó de neumonía y
idénticos independientes se fusionaban. murió. Eng murió 6 horas después “por miedo”,
El primer caso registrado es el de las donce- según la descripción de la época.
llas Biddenden, nacidas en 1100, en Inglaterra. La autopsia reveló que la banda de tejido
Estaban unidas por la cadera y vivieron 34 años que los unía estaba compuesta por piel, tejido



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