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Nunca he estado muy predispuesto a ver comedias románticas, es más, creo que siempre las he

detestado, quizás por sus finales sumamente predecibles, tal vez por sus recursos fantasmales al
intentar hacer una comedia diferente. No lo sabría decir con exactitud, sin embargo también he de
confesar que siempre he tenido, al menos a una de esas películas, muy cerca de mi escaso
panteón cinematográfico. Es así como por un tiempo determinado tuve a “No sos vos, soy yo” de
Juan Taratuto, como la película predilecta de ese tipo. Creo que hasta la llegué a ver 3 veces,
alguna de ellas totalmente ebrio, otras no tanto, y por la cual pude descubrir a Drexler.

Sin embargo hace unos días, dicha película pasó a ser cambiada por otra. Una película que
todavía sigue dándome vueltas por la cabeza, y cuyo soundtrack ha provocado que vuelva a
retomar mi viejo teclado CASIO, mientras lanzo alaridos en mi pésimo ingles. La película a la que
me refiero es: “500 days of summer” que fue escrito por Scott Neustadter y Michael H. Weber,
dirigido por Marc Webb, producido por Mark Waters, y las estrellas Joseph Gordon-Levitt y Zooey
Deschanel. Y cuyo estreno fue en el festival de Cine independiente de Sundance en el 2009.
Siendo un éxito en dicho festival.

Una película irónica, con una estructura narrativa muy poco usada en este tipo de películas
y sobre todo con un soundtrack, cuyas canciones logran aparecer en el momento determinado de
la historia. Desde el inicio de la película, nos encontramos con una dedicatoria un tanto subida de
tono, y con una voz en off que nos advierte que aquella película no es una película de amor, sino
una sobre el amor. Para algunos pareciera ser lo mismo, pero no lo es, ya que esa voz en off
sumado a una narración no lineal, logra cierto distanciamiento predispuesto al análisis de las
relaciones, pero a la vez no deja de lado la historia.

Una historia que habla de las relaciones y del fracaso de las mismas. Un crítico de cine del
festival de Sundance diría: “500 days of summer es la película de la generación del Facebook”. Y es
probable que lo sea, con ese humor negro que nos lleva al borde de la risa y del llanto, con un
Joseph Gordon muy adentrado en su personaje de arquitecto que trabaja para una empresa de
tarjetas, que cree en el destino de dos personas, en la mujer de sus sueños, y que necesita de los
consejos de una niña de 13 años respecto al amor y al olvido, para poder salir adelante, y con el
cual es muy difícil no identificarse.

Además Zooey Deschanel luce preciosa, con esos enormes ojos que son enfocados a lo
largo de la película, y cuyo personaje es totalmente diferente al de su protagonista, ya que ella no
cree en el destino de dos personas, pero si cree en el amor libre, sin compromiso, en ese supuesto
amor no civilizado que más de uno ha gozado alguna vez.

“500 days of summer” es sin lugar a dudas una excelente película que nos provocará
reencontrarnos con uno mismo, quizás con alguna etapa quemada, o que se esté viviendo. Porque
definitivamente no es una película de amor, ese término tan manoseado por el cine, sino de las
relaciones, que al fin al cabo, es lo único cierto y palpable que existe.

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