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La violencia y la salud pública

Article  in  Revista Panamericana de Salud Pública · April 1999


DOI: 10.1590/S1020-49891999000400005 · Source: DOAJ

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Alberto Pellegrini Filho


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La violencia y la salud pública
Alberto Pellegrini Filho1

La Organización Panamericana de la Salud parte financiados por otras fuentes locales e inter-
(OPS), a lo largo de sus 97 años de existencia, viene nacionales, lo que revela la capacidad de este tipo
cooperando con los países de las Américas a fin de de proyectos para movilizar recursos.
producir y utilizar los conocimientos necesarios En este número especial de la Revista Paname-
para promover la salud y solucionar los problemas ricana de Salud Pública/Pan American Journal of Public
sanitarios de mayor relevancia. Siguiendo esta tra- Health tenemos la satisfacción de presentar una serie
dición, el Programa de Subvenciones para la Inves- de análisis y estudios comparativos realizados con
tigación en Salud de la OPS promueve y apoya es- los datos obtenidos en las diversas ciudades, así
tudios de carácter multicéntrico. Por medio de estos como los informes específicos correspondientes a
estudios, grupos de investigación en diversos paí- algunas de ellas. En números posteriores de la Re-
ses de la Región desarrollan conjuntamente un pro- vista/Journal se publicarán otros informes que for-
yecto de investigación sobre un problema priorita- man parte de este estudio multicéntrico.
rio de ámbito regional, o sea, un problema común a A pesar de las deficiencias de los sistemas
varios países cuyo origen e impacto transciende las de información sobre la violencia en los países de la
fronteras nacionales y cuya solución precisa un es- Región, estudios recientes sobre la magnitud del
fuerzo colaborativo. problema —expresada en defunciones y costos— re-
Los grupos de investigación que trabajan en velan su enorme importancia y la gran heterogenei-
estos proyectos multicéntricos elaboran en conjunto dad de las situaciones originadas por la violencia.
un protocolo común y, a lo largo de todo el proceso De las 116 623 muertes causadas por homicidios en
de investigación, establecen lazos de intercambio y la Región en 1994 (29 países), 88,6% se notificaron en
cooperación. Esta modalidad de trabajo no solo per- hombres y 11,4%, en mujeres. Las tasas de mortali-
mite realizar análisis comparativos de mayor poder dad por homicidio en ese mismo año variaron de
explicativo para fundamentar el diseño de las inter- 6,2 por 100 000 en el Cono Sur a 51,9 por 100 000
venciones, sino que también contribuye a fortalecer en la Región Andina. Cabe señalar que esta última
la capacidad para realizar investigaciones mediante cifra fue dos veces mayor que la notificada en 1984.
la creación de redes de colaboración. En Colombia, el homicidio fue la primera causa de
En 1996, la Coordinación de Investigaciones muerte en 1994 en los hombres y representó 41% de
de la División de Salud y Desarrollo Humano, junto todos los años potenciales de vida perdidos (APVP)
con la División de Promoción y Protección de la (1). Se estima, además, que cerca de 10% del pro-
Salud de la OPS, empezaron a desarrollar el pro- ducto interno bruto de la Región se destina a sufra-
yecto multicéntrico sobre actitudes y normas cultu- gar gastos derivados de la violencia (2).
rales relacionadas con la violencia a partir de un pro- Aunque la violencia ha sido objeto de nume-
tocolo inicial elaborado por Alfred McAllister del rosos estudios desde el punto de vista de diversas
Centro Colaborador de la OPS en Promoción de la disciplinas, su abordaje como problema de salud
Salud de la Universidad de Texas en Houston, Esta- pública es relativamente reciente. La violencia puede
dos Unidos de América. Tras una serie de reunio- y debe ser tratada como un problema de salud pú-
nes de trabajo y de pruebas piloto de instrumentos, blica, no solo porque produce directamente lesiones
la investigación se llevó a cabo en ocho ciudades: y defunciones, sino por su influencia en el deterioro
San Salvador, El Salvador; San José, Costa Rica; Ca- del entramado de relaciones sociales de solidaridad
racas, Venezuela; Cali, Colombia; Río de Janeiro y y cooperación que hoy se suele denominar “capital
Salvador, Brasil; Santiago, Chile, y Madrid, España. social”. Varios estudios recientes demuestran que
Los gastos para recabar datos fueron en buena no son necesariamente las sociedades más ricas las
que tienen mejores niveles de salud, sino las que son
más igualitarias, es decir, las que también poseen
1 Coordinación de Investigaciones, Organización Panamericana de la alta cohesión social y una fuerte vida comunitaria
Salud, Washington, D.C., Estados Unidos de América. (3). Las investigaciones indican cómo las desigual-

Rev Panam Salud Publica/Pan Am J Public Health 5(4/5), 1999 219


dades y la violencia afectan a este tejido social tan instrumentos teóricos y metodológicos correspon-
importante para la salud colectiva. dientes a cada uno de ellos nos permite enfrentar
La violencia nos interesa como problema de problemas de alta complejidad como la violencia
salud pública por su efecto deletéreo en las condi- —concebida como problema de salud pública— sin
ciones generales de salud y bienestar de las pobla- vernos obligados a tratarlos como enfermedades ni
ciones. Empero, sería inútil tener la voluntad de limitarnos a identificar los factores de riesgo indivi-
enfrentar un problema de tal complejidad si no dis- duales asociados con ellos. Hablar de la “aplica-
pusiéramos de las nuevas herramientas que han ción” del enfoque de la salud pública (es decir, del
brindado los avances de la teoría y la práctica de la enfoque de riesgo) a la violencia no solo es inade-
salud pública. Es muy importante reparar en la di- cuado porque implica una identificación forzada de
ferencia entre tratar la violencia como un problema la violencia como si fuese una enfermedad, sino
de salud pública y aplicar el enfoque de la salud pú- también porque supone considerar el enfoque de la
blica al problema de la violencia. Los que proponen salud pública como algo inmutable que se aplica a
la última opción suelen identificar al enfoque de objetos distintos, que, a la postre, acaban reducién-
la salud pública con el enfoque de riesgo, según el dose a uno solo. Es difícil resistir la tentación de es-
cual los factores determinantes de carácter sociocul- tablecer una analogía con aquel niño a quien se le
tural suelen analizarse a partir de unas pocas varia- regala un martillo y que a partir de entonces trans-
bles tratadas como si fueran atributos de individuos forma en clavo todos los objetos.
y no de grupos. Si hoy podemos aprehender la complejidad
Lamentablemente, este enfoque individual de de la violencia como problema de salud pública
los problemas de salud todavía predomina, y ello sin tener que reducirla a la condición de enferme-
no solo se traduce en un problema científico-técnico, dad es porque ha habido avances importantes en la
sino que refleja concepciones más profundas sobre teoría y práctica de la salud pública. Por otro lado,
las relaciones entre el individuo y la sociedad. el entender problemas de salud pública de esta com-
Según estas concepciones, el individuo es la unidad plejidad permite seguir desarrollando el instrumen-
tal teórico y metodológico en este campo. El análi-
básica de la sociedad y esta se reduce a un mero
sis de un problema de esta naturaleza no se lleva a
epifenómeno: la suma de disposiciones, creencias,
cabo impunemente, pues al realizarlo uno también
decisiones y acciones de los individuos que a ella
se transforma.
pertenecen (4).
Mediante este proceso de ampliación de sus
Recientemente, sin embargo, han aumentado
temas, disciplinas y enfoques, la salud pública está
en cantidad y calidad los estudios que investigan
logrando desarrollarse en la dirección de un nuevo
las relaciones entre la salud de las poblaciones, la
paradigma que incluye, al menos, cuatro elementos
desigualdad y el capital social, variables que son
clave: la transdisciplinariedad, esto es, la capacidad
esencialmente atributos de sociedades y no de indi- de construir puentes entre campos disciplinarios
viduos. Estos estudios están demostrando la impor- distintos; la complejidad, es decir, el desafío que su-
tancia de tener en cuenta que diferentes niveles de pone lograr un conocimiento efectivo de totalida-
análisis arrojan resultados distintos en relación con des complejas sin recurrir a abstracciones simplifi-
los factores que determinan la salud. De hecho, al- cadoras; la pluralidad, o sea, una actitud de apertura
gunos factores que son importantes para explicar que rechaza las presuposiciones monolíticas, los
diferencias en el estado de salud de los individuos monopolios del pensamiento y las aproximaciones
no explican diferencias en la salud de distintos gru- controladas, y, finalmente, la praxis o necesidad de
pos en el seno de una sociedad o entre una sociedad que los hallazgos de la ciencia cristalicen en la prác-
y otra. En otras palabras, no basta sumar los facto- tica y de que las explicaciones se den con el propó-
res determinantes de la salud identificados en estu- sito de identificar puntos sensibles donde las inter-
dios de individuos para conocer los factores que de- venciones tengan mayor impacto (7).
terminan la salud a nivel de la sociedad. Por ejemplo, El estudio multicéntrico que se presenta en
las importantes diferencias de mortalidad constata- este número especial sobre la violencia se inserta en
das entre clases sociales no pueden ser explicadas esta concepción de la investigación en salud pú-
por los mismos factores a los que se atribuyen las blica: la que rechaza la reducción de lo complejo a lo
diferencias entre individuos, ya que si controlamos simple como única estrategia posible en la ciencia,
estos factores (hábito de fumar, dieta, sedentarismo, que intenta unir la simplicidad y la complejidad, su-
etc.), las diferencias entre clases permanecen casi perando el dilema entre el pensamiento reductor,
inalteradas (5). Confundir los niveles de análisis y que no ve más que los elementos, y el pensamiento
tratar de explicar la salud de las poblaciones a globalizador, que no ve más que el todo (8). En este
partir de los resultados de estudios realizados con estudio la violencia se aborda desde la perspectiva
individuos equivaldría a aceptar el reverso de la de la psicología social, a partir de un nivel de análi-
falacia ecológica (6). sis individual en el que la violencia se reduce a com-
La capacidad que hoy tenemos de discernir portamientos violentos y sus relaciones se analizan
estos niveles de análisis distintos y de dominar los mediante atributos individuales como actitudes, ha-

220 Pellegrini Filho • Violencia y salud pública


bilidades y normas culturales interpretadas desde problemas de la salud pública deben abordarse
la perspectiva del individuo. Se trata, por lo tanto, desde la perspectiva de la sociedad. Ello exige dise-
de una mirada bastante parcial del fenómeno que ñar políticas que tomen en cuenta los factores que
no pretende dar cuenta de todas sus dimensiones y determinan la salud en este nivel y que reconozcan
que, por el contrario, señala la necesidad de comple- el carácter esencialmente político y social de los pro-
mentarse con otros estudios, desde otras perspecti- blemas de salud de las colectividades. Por otro lado,
vas y disciplinas que contemplen otros niveles de se han de articular los diversos sectores de la socie-
análisis. De ese modo, mediante aproximaciones su- dad para reunir el poder necesario que permita pro-
cesivas, se aspira a poder construir modelos explica- mover cambios radicales que lleguen a la raíz de los
tivos más completos. problemas. Este enfoque no es nuevo. En realidad, a
A pesar de las limitaciones señaladas, los re- mediados del siglo XIX destacados salubristas como
sultados de los estudios permiten no solo compren- Virchow pensaban y actuaban de este modo, aun-
der mejor el problema, sino también diseñar algu- que estuvieran anclados en el paradigma miasmá-
nas intervenciones. Valga recordar que los estudios tico. Ellos entendían que la “ciencia médica es in-
del nivel individual tienen implicaciones distintas trínseca y esencialmente una ciencia social”, que las
de las que tienen los estudios a nivel poblacional en condiciones económicas y sociales ejercen un efecto
lo que se refiere al diseño de políticas e intervencio- importante sobre la salud y la enfermedad, y que
nes. Por lo general, las intervenciones que derivan tales relaciones deben someterse a la investigación
de estudios con individuos se limitan a identificar a científica. Para Virchow, la propia “salud pública”
los más vulnerables o, como en este caso, a los más traduce su carácter político y su práctica conduce
propensos a mostrar comportamientos violentos, lo necesariamente a la intervención en la vida política
cual permite saber en torno a cuáles es preciso ac- y social para señalar y eliminar los obstáculos que
tuar. Sin embargo, no es ese el único tipo de inter- dificultan el funcionamiento de los procesos vitales
vención que puede derivarse de los estudios a nivel y la consecución de la salud de la población (10).
individual. Aunque los factores individuales son Esta postura fue perdiendo terreno para dar
importantes, las intervenciones poblacionales o so- paso a las ideas ilusorias que surgieron posterior-
ciales pueden ser mucho más efectivas y eficientes, mente, según las cuales para lograr la buena salud
ya que es muy difícil reducir la exposición de un bastaría con identificar y combatir el agente infec-
grupo específico de individuos a un factor de riesgo cioso, eliminar el factor de riesgo y, más reciente-
determinado sin reducir la exposición de la socie- mente, alterar el gen. Por fortuna, una nueva ver-
dad como un todo a ese mismo factor. Resulta muy tiente de la salud pública está cobrando fuerza.
complejo cambiar los comportamientos de indivi- Rescatando los avances de la microbiología, la ge-
duos en riesgo sin cambiar las normas culturales nética y la epidemiología del riesgo, así como los de
que los generaron. Incluso si se consigue que algu- otras ciencias sociales, dicha vertiente retoma el ca-
nos de estos individuos cambien, rápidamente serán mino abierto por los salubristas del siglo pasado,
reemplazados por otros (9). camino que hoy en día es posible pavimentar con
Sin embargo, la salud pública no puede limi- pruebas científico-técnicas rigurosas y sólidas. Es-
tarse a acciones en torno a los factores que determi- peramos que este número especial sobre la violen-
nan la salud a nivel individual, bien sea mediante cia contribuya modestamente a fortalecer esa nueva
intervenciones individuales o poblacionales. Los visión de la salud pública.

REFERENCIAS

1. Organización Panamericana de la come inequality and mortality. Am J América Latina y el Caribe: tenden-
Salud. La salud en las Américas. Wa- Public Health 1997;87:1491–1498. cias y desafíos. En: Sánchez D, Ba-
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2. Guerrero R. Resultados de estu- R, Barer M, Marmor T. Why are tiva en América Latina. Montevideo:
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Rev Panam Salud Publica/Pan Am J Public Health 5(4/5), 1999 221

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