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Glosario

Propósito

Ofrecer un lenguaje común y saber más precisamente de qué se está hablando, facilitando de esta
manera la lectura de los temas del curso, para que ésta sea más fluida y los estudiantes se
familiaricen con las palabras-claves del mismo. 

Como actividad investigativa el glosario permite centrar la atención del estudiante sobre los
problemas terminológicos y conceptuales que se plantean en el campo de la especialidad que está
estudiando. En este caso el estudiante es quien va construyendo el glosario, ya sea propio o
común para todo el grupo, con una serie de parámetros establecidos previamente por el docente.

Presentación:

Aprender vocabulario es fácil y divertido si sabes cómo

La importancia que merece 

Dedicar el tiempo a aprender vocabulario parece cosa de frikis que leen el diccionario para luego
lucirse utilizando palabras rarísimas que solo entienden ellos y Lázaro Carreter, pero la verdad es
que tener un buen vocabulario es mucho más importante de lo que pensamos.

Para que nos hagamos una idea, imaginemos que nos vamos un día a la playa armados con aletas,
gafas y tubo; al meternos en el agua, las personas con menos conocimientos (vocabulario), solo
verán arena, agua, plantas, peces y cangrejos. Su conocimiento termina ahí y aunque realmente
esté viendo más cosas, no sabrá distinguir unas de otras porque no existe aquello que no
reconocemos.

Aquellas personas con un conocimiento más amplio verán agua, arena, algas, plantas, peces,
estrellas de mar, erizos, esponjas, cangrejos, caracolas, pulpos, sepias, etc.

Y las personas que hayan estudiado más a fondo el mar, al sumergirse, verán agua con o sin
corrientes visibles y termoclinas, verán qué tipo de arena tiene la zona y si puede influir en la
visibilidad. No verán peces, sino salpas, castañuelas, barracudas, tamboriles, pejesapos,
salmonetes, etc. Tampoco verán simplemente plantas, sino posidonia oceánica, algas pardas,
euglenas, y cientos más. Observarán distintas especies de equinodermos, sabrán que las estrellas
de mar y los erizos son de la misma familia, sabrán que los corales no son plantas, sino colonias de
animales que construyen formaciones arbóreas. Verán cefalópodos y sabrán de su inteligencia y
de sus fascinantes cambios de color y de textura. El buceador con conocimientos verá cientos de
cosas más que harán que su experiencia en el día de playa sea muchísimo más divertida y
gratificante que la del que solo veía plantas, peces, agua y arena.
Saber nombrar las cosas hace que las percibamos y, por lo tanto que existan. Por eso, tener un
buen vocabulario, no solo sirve para lucirse en un bar o dar conferencias, que también, sino que,
fundamentalmente, sirve para construir los cimientos de nuestra inteligencia, ordenar nuestros
pensamientos y abrir nuestra mente a cualquier clase de cultura.

Fácil y entretenido

A pesar de lo que pueda parecer, aumentar nuestro vocabulario no es complicado. No hace falta ni
siquiera memorizar las palabras que aprendemos: con entenderlas e intentar introducirlas en
alguna conversación que tengamos durante el día se nos van a quedar en la cabeza.

Es cierto que habría que tener conversaciones demasiado enrevesadas para poder soltar algunas
palabras y que es malísimo para nuestra vida social decir cosas como: La etiología de mi ausencia
de este sábado en el botellón es la falta de capital, en lugar de: Pues, tío, paso de ir el sábado a eso
porque no tengo pasta ni pa una birra. La cuestión es que hay que ingeniárselas para poder usar el
vocabulario que vayamos adquiriendo y a la vez conservar a nuestros amigos, así que quizá lo
mejor sea practicar con nuestra abuela que, aunque metamos la gamba, siempre nos podrá
reconfortar con unas buenas croquetas.

Además, el ejercicio mental de intentar buscar el momento oportuno para practicar nuestro recién
adquirido vocabulario también resultará bastante útil y para nada aburrido.

Métodos lógicos y no masoquistas

Para aumentar el vocabulario no hace falta leerse un diccionario de cabo a rabo, pero sí tener
cierta curiosidad y buscar en él las palabras que no entendamos. Leer, como siempre, es lo más
importante. Cuando en un texto encontremos una palabra desconocida, hay que apuntarla y
buscar después su significado. Con la aplicación de la Real Academia Española para el móvil ya no
hay excusa: en el momento en el que surge la duda podemos aclararla. Después, solo tenemos
que tratar de introducir el nuevo término en nuestro vocabulario habitual.

Socorridos sinónimos

Cada palabra tiene, por lo general, unos cuantos sinónimos y es muy útil conocer algunos de ellos.
No solo van a servir para aumentar nuestro vocabulario, sino que darán variedad a nuestra
expresión hablada y sobre todo escrita. Cuando consultemos alguna palabra, ¿por qué no de paso
mirar también sus sinónimos?

Las raíces ayudan

Nadie en su sano juicio, y con un cociente intelectual normal, conoce todas las palabras de un
idioma, pero con un poco de práctica habrá muchas que podremos adivinar por sus raíces
comunes griegas o latinas. Conociendo lo que significan algunas de las raíces más utilizadas en
nuestra lengua, vamos a poder deducir o aproximarnos al significado de muchas palabras.

Por ejemplo: sabemos que el prefijo híper significa mucho o elevado y el prefijo hipo, poco o bajo.
Que hidro es agua. El prefijo antropo se refiere al ser humano. Sabemos que fobia es miedo, así
que cualquier palabra que incorpore fobia sabremos que será miedo a algo. El sufijo itis, por
ejemplo, indica inflamación, por eso sabemos lo que significan la pancreatitis, la apendicitis o la
amigdalitis. Otro ejemplo es peri, que significa “alrededor de”, y lo usamos en palabras como
perímetro, periostio (que es una membrana situada alrededor de los huesos y que lo nutren),
periferia…

Si nos aprendemos algunas de estas raíces, sufijos o prefijos nuestro vocabulario se ampliará
enormemente.

Empobrecimiento del vocabulario

La verdad es que las conversaciones que mantenemos en el día a día o los programas que vemos
en televisión, desgraciadamente, no suelen suponerlos un reto intelectual, ni mucho menos.
Nuestra expresión oral se va deteriorando, se atrofia o no evoluciona como debería porque
usamos siempre las mismas palabras para expresarnos. Y funciona. Sabemos nombrar lo que
necesitamos y hacernos entender de forma más o menos correcta. Usamos con el lenguaje una
especie de economía de guerra que nos hace ahorrarnos un montón de expresiones y por lo tanto
también un montón de conocimientos. Por eso, y también porque estudiar una carrera sin un
buen vocabulario va a ser un suplicio en cuando tengamos que leer algún texto académico,
deberíamos ponernos a trabajar en nuestro vocabulario cuanto antes.

Palabrotas y muletillas

A pesar de que nos digan que no digamos tacos, que es hablar mal, lo cierto es que las palabrotas
enriquecen el vocabulario. Hay sensaciones, expresiones, estados de ánimo, que como mejor se
expresan es con un buen taco dicho con el adecuado entusiasmo. El problema es que no son
apropiados y pueden hacernos quedar fatal en ciertos contextos (como, por ejemplo, en medio de
clase), pero no es que estén mal dichos o sean incorrectos. Forman parte de nuestra cultura. Cada
idioma tiene su nutrida colección de palabras soeces, escatológicas y malsonantes que consiguen
erizar los pelos de la nuca a más de uno, y si no existe ninguna lengua sin estas palabras, será
porque los seres humanos necesitamos, de vez en cuando, defecar figuradamente sobre los
progenitores de alguien, traer a colación determinadas partes de la anatomía humana, clamar a
los cielos o desear que alguien copule con ciertos animales. No hay problema siempre que
sepamos emplearlos adecuadamente y no usarlos bajo ningún concepto en lugares en los que
podamos ofender y reuniones familiares o laborales.
Lo que sí supone un gran problema para conseguir un enriquecimiento del vocabulario son las
muletillas. Estas, aparentemente inocentes, expresiones consiguen que pasemos de seres
inteligentes a amebas en lo que se tarda en decir: o sea, tronco, ¿mi suéter es guay o qué?

Y aunque guay es una palabra tan válida como estupendo, molón, chachi, bonito, hermoso, bello,
resultón, vistoso, moderno, precioso, favorecedor y los otros cientos de posibilidades que hay, en
el momento que se nos queda en la mente, todo se vuelve guay y dejamos de usar el resto de
expresiones que se van atrofiando junto con nuestro cerebro. Y como guay, hay muchísimas otras
muletillas que usamos a todas horas y que solo consiguen que acabemos pareciendo bastante
menos listos (por decirlo de forma amable) de lo que somos en realidad.

Numerosos estudios han determinado que el aumento de vocabulario también supone un


aumento en el cociente intelectual, así que ¡anímate!, ¡solo puedes salir ganando!

Instrucciones:

El maestro te va estar poniendo semanalmente palabras para que tu investigues el significado de


cada una de ellas.

1.- Deberás tener un cuaderno especial para el glosario, ya sea uno que dejaste del semestre
anterior, o que tu realices tu propio cuaderno.

2.- Tu cuaderno deberá tener una presentación (portada) con los siguientes datos:

Hoja de inicio:

a) Universidad de Guadalajara

b) Sistema de Educación Media Superior

c) Escuela Preparatoria Regional de Etzatlán

d) Nombre completo

e) Código de alumno

f) Nombre de la Unidad de Aprendizaje(UA)

g) Grado, grupo y turno

h) Ciclo Escolar

Hoja continua:
3.- Resaltar las palabras a investigar y luego el significado de cada palabra. 

4.- Redacta una frase u oración en donde menciones cada una de las palabras, cuida la coherencia
y congruencia en cada una de ellas.

5.- Se calificará la creatividad de tu portada, los datos completos, ortografía, limpieza (tachones,
corrector)

6.- Envíalo por este medio en foto o PDF. Tanto el significado como las oraciones deberán estar
escritas a mano.

Valor:

5 puntos

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