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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA LIBERTAD

PRIMERA SALA ESPECIALIZADA LABORAL

EXPEDIENTE Nº : 00087-2018-0-1601-SP-LA-01
DEMANDANTE : MENDOZA QUEZADA LINO JAIME
DEMANDADO : CASA GRANDE S.A.A.
MATERIA : REPOSICIÓN

RESOLUCIÓN NÚMERO OCHO.-


Trujillo, veinte de diciembre de dos mil dieciocho.-

VISTOS.- En Audiencia Pública, la Primera Sala Especializada Laboral de esta


Corte Superior de Justicia de La Libertad, expide la siguiente SENTENCIA DE VISTA:

I. PRETENSIÓN IMPUGNATORIA:

1. Es materia de apelación la Sentencia, contenida en la resolución número CUATRO,


de fecha 14 de noviembre de 2017, obrante a folios 88-99, que declara FUNDADA EN
PARTE la demanda interpuesta por MENDOZA QUEZADA LINO JAIME contra
CASA GRANDE S.A.A., sobre Reposición. IMPROCEDENTE la pretensión de
remuneraciones devengadas. ORDENA que la emplazada en el plazo del QUINTO
día cumpla con REPONER al demandante en su puesto de trabajo que venía
desempeñando al momento del cese o en otro de similar categoría. FIJA los Costos del
proceso en la suma de S/.1,500.00 soles, más el 5% para el Colegio de Abogados de La
Libertad.

2. La parte demandada fundamenta su recurso de fojas 102-112, solicitando la


revocatoria de la recurrida, y argumentando lo siguiente:

a) Que, se evidencia una carente motivación respecto a los presupuestos


configuradores del despido lesivo de derechos constitucionales, pues, pese a
haberse determinado que la falta imputada no ha sido falsa, inexistente o
imaginaria, se excluye del análisis de fondo el hecho de que el actor efectivamente
cometió faltas graves, para dar cabida a un aspecto formal y de manera indebida
concluye en la configuración de un despido lesivo de derechos fundamentales.

b) Existe una indebida valoración de las documentales respectivas al procedimiento


sancionador de despido, con las cuales se ha acreditado la inexistencia del despido
alegado, máxime cuando el A quo establece contradictoriamente que no se ha
configurado ningún tipo de fraude en el procedimiento sancionador.

c) Que, de manera indebida establece el A quo que el procedimiento de despido del


actor ha vulnerado el Principio de inmediatez, ya que el plazo comprendido entre
las investigaciones internas de la comisión de la falta hasta la emisión de la carta de
pre aviso de despido resulta razonable, por la evaluación de los antecedentes
laborales, sumado al contexto de la paralización por parte de los trabajadores.

d) Asimismo, es errada la inferencia judicial en cuanto a la supuesta variación o


incorporación de hechos nuevos, pues, de manera clara y contundente en el escrito
de contestación se precisó la no vulneración al Principio de Inmediatez y la

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finalidad de los medios probatorios se circunscribieron a acreditar la inexistencia
de un despido arbitrario; máxime cuando la huelga referida es un hecho
reconocido por el demandante.

e) Que, resulta errado sostener que los hechos materia de imputación no resultan
complejos a razón que los mismos estuvieron plenamente esclarecidos con el acta
de constatación policial; sin embargo, no se ha tenido en cuenta que todo
procedimiento debe sustentarse en un análisis global y objetivo de los hechos y
antecedentes del trabajador.

II. CONSIDERANDOS:

1. Este Colegiado en aplicación del principio de personalidad del recurso de apelación,


recogido implícitamente en el artículo 370 del Código Procesal Civil (en adelante CPC),
según el cual el Juez Superior sólo puede conocer de aquellos extremos que le son
sometidos por las partes mediante apelación y en la medida del agravio sufrido en la
sentencia de primera instancia (expresado en el aforismo Tantum devolutum quantum
appellatum), sólo absolverá los extremos que han sido objeto de la debida
fundamentación y precisado el error de hecho y de derecho en que ha incurrido la
sentencia, exigencias que no son puramente formales, pues ellas constituyen el thema
decidendum del Tribunal, esto es la base objetiva del recurso, la misma que determina los
alcances de la impugnación y las facultades que goza la instancia superior para resolver
el grado; siendo esto así, este Colegiado sólo absolverá las impugnaciones que han sido
suficientemente fundamentadas en el recurso y que se han resumido ut supra en el
acápite sobre pretensión impugnatoria.

RESPECTO A LOS VICIOS DE MOTIVACION

2. Que, de otro lado, previo al pronunciamiento respecto a los fundamentos de la apelación


que inciden en el fondo de la controversia, se resolverá primero lo concerniente a la
nulidad de los actuados, toda vez que la demandada alega se habría incurrido en vicios
de motivación y se ha vulnerado su derecho de defensa, así como las garantías del
debido proceso, pues no se le ha permitido encausar correctamente los alcances de su
defensa (según se desprende de su recurso impugnatorio a folios 103). Sin embargo,
luego de un detenido análisis de los actuados, se verifica que la sentencia no adolece de
tal vicio ya que el Juez ha cumplido con expresar claramente las razones y fundamentos
que sustentan su decisión de amparar la demanda incoada por el accionante en los
términos a los que se contrae el fallo; en ese sentido, se ha comprobado que el Juez de
primera instancia, al expedir la sentencia impugnada, sí ha observado las garantías
constitucionales contenidas en el artículo 139 literales 3 y 5 de la Constitución Política,
atendiendo al mérito del Derecho y a lo actuado en el presente proceso, al margen de las
valoraciones que en revisión puedan recaer sobre su decisión jurisdiccional en torno a los
extremos objeto del grado -y que en modo alguno constituyen causal de nulidad-,
aspecto que se abordará seguidamente.

SUSTENTO FACTICO DE LA PRETENSION DE REPOSICION

3. El demandante postula al proceso (de folios 35-44) indicando que mediante carta de
despido de fecha 26 de julio de 2016 la empresa decide despedirlo por la comisión de
supuestas faltas graves que se habían cometido el día 07 de marzo de 2016;

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configurándose de esta manera una transgresión al Principio de Inmediatez, pues la
carta de pre aviso se le notifica después de 04 meses y 02 días de cometida la supuesta
falta, la cual consiste (según el punto 2 de la carta de pre aviso de despido de folios 02-
05) "El 7 marzo pasado (...) usted lideró una paralización intempestiva de labores en el anexo (...)
para solicitar la presencia del Superintendente de recursos humanos (...) (señor Walter Vela
Aguilar) quien al presentarse en el Molino (...) resultó siendo privado de su libertad (...)". Estos
hechos, encuentran sustento probatorio en el Acta de constatación policial (de folios 07-
08), de la cual se verifica "(...) al llegar se entrevistó con la persona Walter Vega Aguilar
(57)(...) Superintendente de Recursos Humanos de la empresa Casa Grande (...) al cual no le
permitían la salida (...)Personal PNP ante los hechos suscitados en todo momento insistió al
diálogo (...) logrando identificar a cinco trabajadores quienes refieren ser los agraviados por temas
laborales (...)".

SOBRE EL PRINCIPIO DE INMEDIATEZ Y EL CONTENIDO COSNTITUCIONAL


PROTEGIDO DEL DERECHO FUNDAMENTAL AL TRABAJO

4. Que, el principio de inmediatez ha sido considerado en el procedimiento de despido ha


sido regulado en el artículo 31 del Decreto Supremo 003-97-TR, Texto único Ordenado de
la Ley de Productividad y Competitividad Laboral -en adelante LPCL-, que
expresamente establece: “El empleador no podrá despedir por causa relacionada con la conducta
o con la capacidad del trabajador sin antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de
seis días naturales para que pueda defenderse por escrito de los cargos que se le formulare, salvo
aquellos casos de falta grave flagrante en que no resulte razonable tal posibilidad o de treinta días
naturales para que demuestre su capacidad o corrija su deficiencia. Mientras dure el trámite
previo vinculado al despido por causa relacionada con la conducta del trabajador, el empleador
puede exonerarlo de su obligación de asistir al centro de trabajo, siempre que ello no perjudique su
derecho de defensa y se le abone la remuneración y demás derechos y beneficios que pudieran
corresponderle. La exoneración debe constar por escrito. Tanto en el caso contemplado en el
presente artículo, como en el Artículo 32, debe observarse el principio de inmediatez”.

5. Asimismo, en la STC número 00453-2007-PA, el Tribunal Constitucional delimitó los


alcances de dicho principio, el cual constituye un límite temporal a la facultad del
empleador de sancionar al trabajador por la comisión de una falta, estableciendo que: “7.
El principio de inmediatez tiene dos etapas definidas: (i) El proceso de cognición, que estaría
conformado por todos los hechos que ocurren después de la comisión de la falta por el trabajador,
lo que significa, primero, tomar conocimiento (de la falta) a raíz de una acción propia, a través de
los órganos que dispone la empresa o a raíz de una intervención de terceros como los clientes, los
proveedores, las autoridades, etc. En segundo lugar, debe calificarse, esto es, encuadrar o definir la
conducta descubierta como una infracción tipificada por la ley, susceptible de ser sancionada. Y en
tercer lugar, debe comunicarse a los órganos de control y de dirección de la empleadora, que
representan la instancia facultada para tomar decisiones, ya que mientras el conocimiento de la
falta permanezca en los niveles subalternos, no produce ningún efecto para el cómputo de
cualquier término que recaiga bajo la responsabilidad de la empresa (Ibídem. Comentario a la
Casación N.º 1917-2003-Lima (El Peruano, 31 de mayo de 2007). Citando el comentario de Jaime
Beltrán Quiroga, pág. 231); es decir, que se tome conocimiento pleno de los hechos sucedidos para
posteriormente tomar decisiones en el marco de las facultades sancionadoras del empleador. (ii) El
proceso volitivo se refiere a la activación de los mecanismos decisorios del empleador para
configurar la voluntad del despido, ya que éste por esencia representa un acto unilateral de
voluntad manifiesta o presunta del patrono. El inicio de este proceso está dado por la evolución de

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la gravedad de la falta, por las repercusiones que causan al nivel de productividad y a las
relaciones laborales existentes en la empresa, y por el examen de los antecedentes del trabajador
infractor y la conducta desarrollada en el centro de trabajo, para establecer si excedía los márgenes
de confianza depositados en él. Con este cuadro de perspectivas la segunda etapa está dada por la
toma de decisión que depende de la complejidad que tenga la organización empresarial, ya que
mientras mayor sea ésta, las instancias que intervengan en la solución deberán ser más numerosas
y, por el contrario, mientras más simple sea, como el caso de un empresario individual que dirija
su propia pequeña empresa, bastará con su sola decisión, la que podrá ser adoptada en el más breve
plazo (Ibídem). 8. En consecuencia, los términos o plazos existentes entre ambas etapas es variado
y se dan de acuerdo a la complejidad de la falta cometida, así como de la organización empresarial.
Entonces el principio de inmediatez resulta sumamente elástico, (Ibídem) teniendo en cuenta que
incluso al interior de estas etapas se desarrolla un procedimiento, tal como ha sido señalado supra.
9. En el mismo sentido, en el ámbito internacional también se ha determinado la importancia del
principio de inmediatez y su relación con el plazo razonable. Así, la Recomendación N.º 166 de la
OIT sobre “la terminación de la relación laboral”, en su numeral 10 señala que “se debería
considerar que el empleador ha renunciado a su derecho de dar por terminada la relación de
trabajo de un trabajador a causa de una falta de éste si no hubiera adoptado esta medida dentro de
un periodo razonable desde que tuvo conocimiento de la falta”. 10. De lo dicho hasta acá, se
deduce claramente que el plazo razonable para ejercer la facultad sancionadora del empleador no
está determinado por un determinado periodo de tiempo fijo, sino por las situaciones especiales que
pudieran presentarse y por las acciones realizadas por el empleador a fin de establecer
certeramente la falta cometida en las etapas descritas en los fundamentos precedentes.”
(subrayado adicionado).

6. No obstante, es un error asociar el Debido Proceso con el Principio de Inmediatez,


pues éste cobra contenido constitucional cuando se asimila a los supuestos del Despido
Fraudulento. Así lo entiende Blancas Bustamante1, citando a Arce Ortiz cuando precisa
que "(...)podría encuadrarse en esta clase de despido, el supuesto de vulneración del "principio de
Inmediatez" por cuanto si la causa se entendió condonada o perdonada por el empleador,
esto quiere decir que la causa que existió ya no existe."; añadiendo más adelante que "El
criterio no es, ciertamente forzado, porque si el empleador no sancionó oportunamente al
trabajador, pretender hacerlo extemporáneamente, cuando por virtud del principio de
inmediatez ello no es posible, revela una actitud maliciosa y contraria a la buena fe -que
obliga a ambas partes y no sólo al trabajador-, por cuanto pretende ampararse en la ley para
realizar un acto que esta no permite.". En ese sentido, el Tribunal Constitucional2 ha
considerado que "(...) al no respetar el principio de inmediatez y atribuirle a la
trabajadora una falta no prevista legalmente, la demandada refleja una evidente intención de
despedir deliberada y maliciosamente a la recurrente sin que exista causal justificada, razonable y
proporcional para ello, razón por la cual el presente despido (...) deviene en fraudulento,
resultando lesivo del derecho constitucional al trabajo."

7. En ese sentido, resulta incorrecto el razonamiento del A quo que vincula al Despido
Lesivo de Derechos Fundamentales con el Principio de Inmediatez y el Derecho al
Debido proceso de despido regulado en el artículo 31 de la LPCL, pues, si bien la
infracción al Debido Proceso de despido sí constituye vulneración al Derecho
Fundamental del trabajo, no es correcto asociar el Principio de Inmediatez con el Debido

1 Blancas Bustamante, Carlos. El Despido en el Derecho Laboral Peruano. Tercera Edición. Jurista Editores. Marzo 2013.
Pág. 531 y 532.
2 STC N° 2339-2004-AA/TC. Lima, Betty Catalina Monge Martínez.

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Proceso porque en el presente caso se verifica que sí ha existido el procedimiento de
despido que la ley establece (Carta de preaviso de despido, descargos del demandante y
Carta de despido). Así pues, la verdadera connotación constitucional es la afectación al
derecho fundamental al trabajo, no de un derecho laboral o fundamental inespecífico,
sino el Derecho al trabajo en sí.

8. En ese escenario se pone en manifiesto la fase constitucional del Principio de


Inmediatez, pues, una vez transcurrido el tiempo razonable para la imposición de la
sanción correspondiente frente a una falta, hay una remisión de la misma y
jurídicamente ya no hay falta, pues al haber sido perdonada el hecho se torna en
inexistente, falso e imaginario; configurándose de esta manera el Despido Fraudulento,
pues ahí es que se pone en manifiesto el ánimo perverso del empleador de despedir al
trabajador.

LA TIPIFICACION DEL DESPIDO EN VIRTUD AL PRINCIPIO DE IURA NOVIT


CURIA

9. Es por ello, que, aun cuando el demandante subsana la demanda (mediante escrito de
folios 48-49) precisando que el despido postulado es un Despido Lesivo de Derechos
Fundamentales, en base al Principio Iura Novit Curia, sin cambiar los hechos ni la
pretensión (reposición) se colige que el despido configurado es un despido fraudulento;
conclusión que en modo alguno vulnera el derecho de defensa de la demandada, pues
ésta se ha defendido al respecto cuando precisa en su escrito de contestación de
demanda (punto 1.5. a folios 69) que "Es FALSO que se le haya imputado hechos inexistentes,
es más, en lo absoluto acaeció un despido fraudulento como señala el actor, pues su cese
obedeció por la comisión de falta grave debidamente comprobada (...)". En ese sentido, no hay
vulneración al Principio de Congruencia pues, de los hechos y la prueba aportada al
proceso se verifica que el demandante fue despedido, vulnerándose su derecho
fundamental al trabajo por habérsele imputado hechos inexistentes, pues éstos fueron
perdonados por la demandada, al vulnerar el Principio de Inmediatez.

10. Esta nueva calificación jurídica a la luz del principio iuria novit curia, es recogida en
nuestro sistema jurídico por el artículo VIII del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional, que señala: “El órgano jurisdiccional competente debe aplicar el derecho que
corresponda al proceso, aunque no haya sido invocado por las partes o lo haya sido erróneamente”,
concordante con lo normado en el artículo VII del Título Preliminar del Código Civil,
cuando expresa: “Los jueces tienen la obligación de aplicar la norma jurídica pertinente, aunque
no haya sido invocada en la demanda”, igualmente recogido en el artículo VII del Título
Preliminar del CPC, cuando señala: “El Juez debe aplicar el derecho que corresponda al
proceso, aunque no haya sido invocado por las partes o lo haya sido erróneamente. Sin embargo,
no puede ir más allá del petitorio ni fundar su decisión en hechos diversos de los que han sido
alegados por las partes”.

11. Que, el principio “iura novit curia” significa en síntesis que “El Juez conoce el derecho”, por
lo cual, las partes aportan necesariamente al proceso, -los hechos-, que son incorporados
a través de los actos postulatorios y también los medios de prueba dirigidos a acreditar
los hechos alegados, independientemente de la calificación jurídica que el Juez, como
experto en Derecho, como técnico jurídico u operador profesional del Derecho, o como
dijera Calamandrei “fiel intérprete de la ley”, cuya labor será la de subsumir dichos hechos

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en la norma material que sea aplicable al caso en concreto puesto en su conocimiento,
aunque dicha norma no haya sido invocada por las partes o lo haya sido erróneamente.

12. En el mismo sentido se ha pronunciado el Tribunal Constitucional en reiterados


pronunciamientos, como por ejemplo el recaído en el expediente número 0569-2003, en la
que señala: “…por aplicación del aforismo iura novit curia, el juez tiene el poder-deber de
identificar el derecho comprometido en la causa, aun cuando no se encuentre expresamente
invocado en la demanda”. De este modo, el Juez, como Director del Proceso, dice el derecho
antes de emitir sentencia, lo que no implica, en ningún caso, que el Juez pueda fundar su
decisión en hechos diversos a los alegados por las partes. Acorde con ello, la Casación
número 554-2004-Cuzco (Clara Mosquera) establecía dos funciones del principio iuria
novit curia, una función supletoria: cuando las partes han omitido los fundamentos de
Derecho o no han invocado la norma jurídica en que se sustenta la demanda, y una
función correctiva: cuando las partes han fundamentado su pretensión en una norma
jurídica que no guarda correspondencia con su pretensión. En conclusión, consideramos
que no amparar una pretensión por la invocación errada de la figura jurídica que se
alega como causal que sirve de fundamento al petitorio es una opción errada, que aleja al
proceso de sus fines, que en lo concreto, es el de resolver un conflicto de intereses o
eliminar una incertidumbre, ambas con relevancia jurídica, haciendo efectivos los
derechos sustanciales y en lo abstracto el logro de la paz con justicia, conforme lo declara
el artículo III del Título Preliminar del CPC.

13. En tal sentido, el error u omisión en la invocación del derecho objeto de tutela, no resta
autoridad alguna al operador jurisdiccional a hacer prevalecer los fines del proceso: la
supremacía normativa de la Constitución y la vigencia plena de los derechos
fundamentales de la persona reconocidos en el texto fundamental y los tratados relativos
a derechos humanos3. Por otro lado, debe dejarse claramente establecido que el único
límite del iuria novit curia es la no afectación del principio de congruencia, del cual se ha
dicho que más que un principio jurídico es un postulado de la lógica formal que debe
imperar en todo razonamiento. Como sostienen Beatriz Ferdman y Andrea Tello4 : “El
denominado principio de congruencia judicial impone la necesaria conformidad entre la sentencia
y las pretensiones deducidas en el juicio”, y agregan citando a Couture “… La sentencia, como
acto, es aquel que emana de los agentes de la jurisdicción y mediante el cual deciden la causa o
puntos sometidos a su conocimiento y que derivan en una primera operación, de los términos
mismos de la demanda, es decir que el Juez halla ante sí el conjunto de hechos narrados por las
partes en sus escritos preliminares de demanda y contestación y las pruebas sobre esos hechos que
las partes han producido para depararle la convicción de la verdad y permitirle efectuar la
verificación de sus respectivas posiciones”.

14. Es decir, sólo se afectaría el principio de congruencia, si el Juez introduce en la litis


hechos distintos a los aportados por las partes o cambia el petitorio de la demanda.
Entonces, el principio iuria novit curia (el conocimiento del Juez sobre el Derecho que va a
aplicar) está condicionado al componente fáctico esencial de la acción ejercitada, el que
no es otra cosa que los hechos aportados por las partes y que resulten probados, así
como a la causa pretendida que es inalterable.

3 GARCÍA TOMA, Víctor. “CÓDIGO PROCESAL CONSTITUCIONAL COMENTADO. HOMENAJE A DOMINGO


GARCÍA BELAÚNDE”. Compilado por TUPAYACHI SOTOMAYOR. Editorial Adrus.2009.Lima-Perú. Página 84)
4 FERDMAN, Beatriz y Andrea TELLO. “EL PRINCIPIO DE CONGRUENCIA JUDICIAL Y LOS HECHOS
RELEVANTES DEL CASO”-En: Revista La Causa Laboral Argentina.

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15. Que, tal como se ha declarado en el fundamento 15 de la sentencia recaída en el
expediente 0569-2003-AC/TC, “El principio de congruencia procesal que exige al Juez que, al
pronunciarse sobre una causa, no omita, altere o exceda las peticiones contenidas en el proceso a
resolver. Sin embargo, como ya se ha visto, existen casos en los cuales la petición no resulta clara
y evidente o está planteada de manera incorrecta, o se ha equivocado la norma de derecho
aplicable, frente a lo cual, el Juez constitucional, luego del análisis fáctico, tiene el deber de
reconocer el trasfondo o el núcleo de lo solicitado y pronunciarse respecto de él, sin que ello
represente una extralimitación de sus facultades”. y se agrega que “la progresiva protección de
los derechos fundamentales faculta a este colegiado para decir derecho o corregir deficiencias y
omisiones cuando ello se deduzca de hechos fácticos y jurídicos de cada caso en
particular –en este último caso, siempre a favor del quejoso y nunca en contra de él- resultando
congruente con el ideal de vida de un Estado democrático, donde la aspiración de un máximo
reconocimiento a la protección de derechos está inspirada en los valores de dignidad, igualdad y
justicia que irradian todo el ordenamiento jurídico” (subrayado es nuestro).

ANALISIS DEL CASO EN CONCRETO

16. En el caso en concreto existe una violación manifiesta y ostensible del Principio de
Inmediatez, la misma que no hay forma de atemperar, pues, de la valoración de los
hechos, diferente a otros supuestos en que habrían elementos para juzgar las etapas del
Principio de Inmediatez (cognitiva y volitiva) en razón a la complejidad del hecho, la
envergadura de la empresa, el número de instancias administrativas; situaciones que
justifican el tiempo que el empleador se ha tomado para despedir al trabajador, respecto
a la fecha en que se produjeron los hechos materia de imputación. Así pues, si bien el
Tribunal Constitucional ha establecido que para juzgar el tiempo transcurrido entre el
hecho sancionado y el despido, no existe un tiempo en específico, debe tenerse en cuenta
que ha establecido baremos que permiten determinar cuándo el tiempo de duración de
las etapas del Principio de Inmediatez (cognitiva y volitiva) se encuentra justificado
razonablemente.

17. Así pues, en este caso no hay manera de explicar el por qué la demandada utilizó cuatro
meses para despedir al demandante desde la comisión de la falta imputada; ello, pues en
autos no hay evidencia de que el proceso sancionador del demandante haya empleado
diferentes instancias que justifiquen el tiempo utilizado para despedir al demandante.
Como es el caso, por ejemplo, de las empresas con diferentes dimensiones geográficas,
en las cuales el Sistema de decisión se centra en una ciudad diferente a donde ocurrieron
las faltas imputadas, mayormente en la capital del país. Situación que no se configura en
este caso, pues es un hecho notorio que la demandada centra en un solo lugar (Valle de
Chicama y Ascope) su administración y por ende su sistema de toma de decisiones
respecto a sus trabajadores.

18. Así pues, en este proceso no hay medio probatorio destinado a justificar el tiempo que le
tomó a la demandada despedir al demandante por las supuestas faltas ocurridas cuatro
meses antes; quedando ello solo en argumentos de la demandada. Es decir, no hay
medio probatorio que acredite el por qué una empresa focalizada haya necesitado cuatro
meses para sancionar al demandante; es decir que, no obstante a lo notorio de la falta, se
hayan hecho indagaciones adicionales o consultas jurídicas que justifiquen el tiempo
transcurrido desde la comisión de la falta y el despido del actor.

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19. Sobre la huelga alegada por la demandada, debe tenerse en cuenta que si bien la misma
no forma parte de la teoría del caso postulada por la demandada en su escrito de
contestación de demanda (a folios 69-70), no debe perderse de vista que éste es un hecho
pacífico en este proceso, por lo que también debe ser analizado. No obstante, aun
incluyéndolo en el análisis de este proceso, éste no se configura como una suerte de
suspensión del Principio de Inmediatez, pues este hecho que no impide que el
empleador despliegue sus facultades directrices y sancionadoras. Ello, pues, no es un
estado de cosas de tal dimensión que impida al empleador desenvolverse como tal, por
ello la huelga no constituye razón válida para justificar el tiempo que la demandada se
tomó para despedir al demandante. Así pues, debe tenerse en cuenta que los hechos que
configuran la falta imputada al demandante se produjeron antes de la Huelga referida,
por lo que la sanción de los mismos debió seguir su curso regular; máxime cuando no
hay evidencia en el proceso de que el demandante haya acatado la referida huelga.

20. Es en base a ello que sumados los días transcurridos desde la comisión de la falta
imputada (07 de marzo de 2016) hasta la fecha en que se envía la carta de pre aviso de
despido (09 de julio de 2016, según carta de folios 02-05) -04 meses-, es evidente que se
ha transgredido el Principio de Inmediatez porque lo que éste procura es despejar a
través de la exigencia de una actuación inmediata, cualquier duda sobre la sanción. Es
decir, la ratio de este Principio es despejar la duda sobre los actos disciplinarios a
efectuar para que pasado un tiempo razonable la duda quede despejada de forma
automática, con el perdón y el olvido de los hechos. Así pues, el transcurrir de estos días
merita una lectura porque si el empleador no reaccionó en un tiempo razonable, más aun
cuando una de las autoridades de la demandada -Superintendente Walter Vela Aguilar-
fue una víctima directa de la conducta del demandante, lo cual implica que desde el
primer instante en que ocurrió el hecho, el empleador estuvo en condiciones de actuar,
pues se habría agotado la fase cognitiva del Principio de Inmediatez.

21. Es preciso resaltar que desde la fecha en que produjeron los hechos (07 de marzo de
2016), hasta la fecha de inicio de la huelga (22 de marzo de 2016, según lo dicho por la
demandada en audiencia de juzgamiento al minuto 23:58), hubo un plazo de 15 días, el
cual resulta más que razonable y suficiente para que la demandada despliegue su
facultad disciplinaria y efectivice la sanción frente a la conducta reprochable del
demandante. Ello, porque insistimos, en autos no obra medio probatorio alguno
tendiente a acreditar que el proceso sancionador del demandante haya requerido de un
plazo adicional para que se adopte la decisión de despedir al actor.

22. Es en base a estas razones, que este Colegiado confirma la venida en grado pero por
razones diferentes, pues, como se ha precisado se habría configurado un despido
Fraudulento por la manifiesta, flagrante y patente vulneración al Principio de
Inmediatez, lo cual implica el perdón de la falta y con ello que la ulterior imputación de
los hechos ya perdonados origine un despido fraudulento por hechos inexistentes, falsos
e imaginarios.

POR ESTAS CONSIDERACIONES:

CONFIRMARON la Sentencia, contenida en la resolución número CUATRO, de fecha


14 de noviembre de 2017, obrante a folios 88-99, que declara FUNDADA EN PARTE la
demanda interpuesta por MENDOZA QUEZADA LINO JAIME contra CASA
GRANDE S.A.A., sobre Reposición. ORDENAN que la emplazada en el plazo del

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QUINTO día cumpla con REPONER al demandante en su puesto de trabajo que venía
desempeñando al momento del cese o en otro de similar categoría. La confirman en lo
demás que contiene; y los devuelven al Primer Juzgado Especializado de Trabajo
Permanente de Ascope. PONENTE: CASTILLO LEÓN.

S.S.

CASTILLO LEÓN.
RODRÍGUEZ VILLANUEVA.
ANGULO VILLAJULCA.

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