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Exp. 87-2018-Principio de Inmediatez
Exp. 87-2018-Principio de Inmediatez
EXPEDIENTE Nº : 00087-2018-0-1601-SP-LA-01
DEMANDANTE : MENDOZA QUEZADA LINO JAIME
DEMANDADO : CASA GRANDE S.A.A.
MATERIA : REPOSICIÓN
I. PRETENSIÓN IMPUGNATORIA:
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finalidad de los medios probatorios se circunscribieron a acreditar la inexistencia
de un despido arbitrario; máxime cuando la huelga referida es un hecho
reconocido por el demandante.
e) Que, resulta errado sostener que los hechos materia de imputación no resultan
complejos a razón que los mismos estuvieron plenamente esclarecidos con el acta
de constatación policial; sin embargo, no se ha tenido en cuenta que todo
procedimiento debe sustentarse en un análisis global y objetivo de los hechos y
antecedentes del trabajador.
II. CONSIDERANDOS:
3. El demandante postula al proceso (de folios 35-44) indicando que mediante carta de
despido de fecha 26 de julio de 2016 la empresa decide despedirlo por la comisión de
supuestas faltas graves que se habían cometido el día 07 de marzo de 2016;
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configurándose de esta manera una transgresión al Principio de Inmediatez, pues la
carta de pre aviso se le notifica después de 04 meses y 02 días de cometida la supuesta
falta, la cual consiste (según el punto 2 de la carta de pre aviso de despido de folios 02-
05) "El 7 marzo pasado (...) usted lideró una paralización intempestiva de labores en el anexo (...)
para solicitar la presencia del Superintendente de recursos humanos (...) (señor Walter Vela
Aguilar) quien al presentarse en el Molino (...) resultó siendo privado de su libertad (...)". Estos
hechos, encuentran sustento probatorio en el Acta de constatación policial (de folios 07-
08), de la cual se verifica "(...) al llegar se entrevistó con la persona Walter Vega Aguilar
(57)(...) Superintendente de Recursos Humanos de la empresa Casa Grande (...) al cual no le
permitían la salida (...)Personal PNP ante los hechos suscitados en todo momento insistió al
diálogo (...) logrando identificar a cinco trabajadores quienes refieren ser los agraviados por temas
laborales (...)".
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la gravedad de la falta, por las repercusiones que causan al nivel de productividad y a las
relaciones laborales existentes en la empresa, y por el examen de los antecedentes del trabajador
infractor y la conducta desarrollada en el centro de trabajo, para establecer si excedía los márgenes
de confianza depositados en él. Con este cuadro de perspectivas la segunda etapa está dada por la
toma de decisión que depende de la complejidad que tenga la organización empresarial, ya que
mientras mayor sea ésta, las instancias que intervengan en la solución deberán ser más numerosas
y, por el contrario, mientras más simple sea, como el caso de un empresario individual que dirija
su propia pequeña empresa, bastará con su sola decisión, la que podrá ser adoptada en el más breve
plazo (Ibídem). 8. En consecuencia, los términos o plazos existentes entre ambas etapas es variado
y se dan de acuerdo a la complejidad de la falta cometida, así como de la organización empresarial.
Entonces el principio de inmediatez resulta sumamente elástico, (Ibídem) teniendo en cuenta que
incluso al interior de estas etapas se desarrolla un procedimiento, tal como ha sido señalado supra.
9. En el mismo sentido, en el ámbito internacional también se ha determinado la importancia del
principio de inmediatez y su relación con el plazo razonable. Así, la Recomendación N.º 166 de la
OIT sobre “la terminación de la relación laboral”, en su numeral 10 señala que “se debería
considerar que el empleador ha renunciado a su derecho de dar por terminada la relación de
trabajo de un trabajador a causa de una falta de éste si no hubiera adoptado esta medida dentro de
un periodo razonable desde que tuvo conocimiento de la falta”. 10. De lo dicho hasta acá, se
deduce claramente que el plazo razonable para ejercer la facultad sancionadora del empleador no
está determinado por un determinado periodo de tiempo fijo, sino por las situaciones especiales que
pudieran presentarse y por las acciones realizadas por el empleador a fin de establecer
certeramente la falta cometida en las etapas descritas en los fundamentos precedentes.”
(subrayado adicionado).
7. En ese sentido, resulta incorrecto el razonamiento del A quo que vincula al Despido
Lesivo de Derechos Fundamentales con el Principio de Inmediatez y el Derecho al
Debido proceso de despido regulado en el artículo 31 de la LPCL, pues, si bien la
infracción al Debido Proceso de despido sí constituye vulneración al Derecho
Fundamental del trabajo, no es correcto asociar el Principio de Inmediatez con el Debido
1 Blancas Bustamante, Carlos. El Despido en el Derecho Laboral Peruano. Tercera Edición. Jurista Editores. Marzo 2013.
Pág. 531 y 532.
2 STC N° 2339-2004-AA/TC. Lima, Betty Catalina Monge Martínez.
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Proceso porque en el presente caso se verifica que sí ha existido el procedimiento de
despido que la ley establece (Carta de preaviso de despido, descargos del demandante y
Carta de despido). Así pues, la verdadera connotación constitucional es la afectación al
derecho fundamental al trabajo, no de un derecho laboral o fundamental inespecífico,
sino el Derecho al trabajo en sí.
9. Es por ello, que, aun cuando el demandante subsana la demanda (mediante escrito de
folios 48-49) precisando que el despido postulado es un Despido Lesivo de Derechos
Fundamentales, en base al Principio Iura Novit Curia, sin cambiar los hechos ni la
pretensión (reposición) se colige que el despido configurado es un despido fraudulento;
conclusión que en modo alguno vulnera el derecho de defensa de la demandada, pues
ésta se ha defendido al respecto cuando precisa en su escrito de contestación de
demanda (punto 1.5. a folios 69) que "Es FALSO que se le haya imputado hechos inexistentes,
es más, en lo absoluto acaeció un despido fraudulento como señala el actor, pues su cese
obedeció por la comisión de falta grave debidamente comprobada (...)". En ese sentido, no hay
vulneración al Principio de Congruencia pues, de los hechos y la prueba aportada al
proceso se verifica que el demandante fue despedido, vulnerándose su derecho
fundamental al trabajo por habérsele imputado hechos inexistentes, pues éstos fueron
perdonados por la demandada, al vulnerar el Principio de Inmediatez.
10. Esta nueva calificación jurídica a la luz del principio iuria novit curia, es recogida en
nuestro sistema jurídico por el artículo VIII del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional, que señala: “El órgano jurisdiccional competente debe aplicar el derecho que
corresponda al proceso, aunque no haya sido invocado por las partes o lo haya sido erróneamente”,
concordante con lo normado en el artículo VII del Título Preliminar del Código Civil,
cuando expresa: “Los jueces tienen la obligación de aplicar la norma jurídica pertinente, aunque
no haya sido invocada en la demanda”, igualmente recogido en el artículo VII del Título
Preliminar del CPC, cuando señala: “El Juez debe aplicar el derecho que corresponda al
proceso, aunque no haya sido invocado por las partes o lo haya sido erróneamente. Sin embargo,
no puede ir más allá del petitorio ni fundar su decisión en hechos diversos de los que han sido
alegados por las partes”.
11. Que, el principio “iura novit curia” significa en síntesis que “El Juez conoce el derecho”, por
lo cual, las partes aportan necesariamente al proceso, -los hechos-, que son incorporados
a través de los actos postulatorios y también los medios de prueba dirigidos a acreditar
los hechos alegados, independientemente de la calificación jurídica que el Juez, como
experto en Derecho, como técnico jurídico u operador profesional del Derecho, o como
dijera Calamandrei “fiel intérprete de la ley”, cuya labor será la de subsumir dichos hechos
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en la norma material que sea aplicable al caso en concreto puesto en su conocimiento,
aunque dicha norma no haya sido invocada por las partes o lo haya sido erróneamente.
13. En tal sentido, el error u omisión en la invocación del derecho objeto de tutela, no resta
autoridad alguna al operador jurisdiccional a hacer prevalecer los fines del proceso: la
supremacía normativa de la Constitución y la vigencia plena de los derechos
fundamentales de la persona reconocidos en el texto fundamental y los tratados relativos
a derechos humanos3. Por otro lado, debe dejarse claramente establecido que el único
límite del iuria novit curia es la no afectación del principio de congruencia, del cual se ha
dicho que más que un principio jurídico es un postulado de la lógica formal que debe
imperar en todo razonamiento. Como sostienen Beatriz Ferdman y Andrea Tello4 : “El
denominado principio de congruencia judicial impone la necesaria conformidad entre la sentencia
y las pretensiones deducidas en el juicio”, y agregan citando a Couture “… La sentencia, como
acto, es aquel que emana de los agentes de la jurisdicción y mediante el cual deciden la causa o
puntos sometidos a su conocimiento y que derivan en una primera operación, de los términos
mismos de la demanda, es decir que el Juez halla ante sí el conjunto de hechos narrados por las
partes en sus escritos preliminares de demanda y contestación y las pruebas sobre esos hechos que
las partes han producido para depararle la convicción de la verdad y permitirle efectuar la
verificación de sus respectivas posiciones”.
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15. Que, tal como se ha declarado en el fundamento 15 de la sentencia recaída en el
expediente 0569-2003-AC/TC, “El principio de congruencia procesal que exige al Juez que, al
pronunciarse sobre una causa, no omita, altere o exceda las peticiones contenidas en el proceso a
resolver. Sin embargo, como ya se ha visto, existen casos en los cuales la petición no resulta clara
y evidente o está planteada de manera incorrecta, o se ha equivocado la norma de derecho
aplicable, frente a lo cual, el Juez constitucional, luego del análisis fáctico, tiene el deber de
reconocer el trasfondo o el núcleo de lo solicitado y pronunciarse respecto de él, sin que ello
represente una extralimitación de sus facultades”. y se agrega que “la progresiva protección de
los derechos fundamentales faculta a este colegiado para decir derecho o corregir deficiencias y
omisiones cuando ello se deduzca de hechos fácticos y jurídicos de cada caso en
particular –en este último caso, siempre a favor del quejoso y nunca en contra de él- resultando
congruente con el ideal de vida de un Estado democrático, donde la aspiración de un máximo
reconocimiento a la protección de derechos está inspirada en los valores de dignidad, igualdad y
justicia que irradian todo el ordenamiento jurídico” (subrayado es nuestro).
16. En el caso en concreto existe una violación manifiesta y ostensible del Principio de
Inmediatez, la misma que no hay forma de atemperar, pues, de la valoración de los
hechos, diferente a otros supuestos en que habrían elementos para juzgar las etapas del
Principio de Inmediatez (cognitiva y volitiva) en razón a la complejidad del hecho, la
envergadura de la empresa, el número de instancias administrativas; situaciones que
justifican el tiempo que el empleador se ha tomado para despedir al trabajador, respecto
a la fecha en que se produjeron los hechos materia de imputación. Así pues, si bien el
Tribunal Constitucional ha establecido que para juzgar el tiempo transcurrido entre el
hecho sancionado y el despido, no existe un tiempo en específico, debe tenerse en cuenta
que ha establecido baremos que permiten determinar cuándo el tiempo de duración de
las etapas del Principio de Inmediatez (cognitiva y volitiva) se encuentra justificado
razonablemente.
17. Así pues, en este caso no hay manera de explicar el por qué la demandada utilizó cuatro
meses para despedir al demandante desde la comisión de la falta imputada; ello, pues en
autos no hay evidencia de que el proceso sancionador del demandante haya empleado
diferentes instancias que justifiquen el tiempo utilizado para despedir al demandante.
Como es el caso, por ejemplo, de las empresas con diferentes dimensiones geográficas,
en las cuales el Sistema de decisión se centra en una ciudad diferente a donde ocurrieron
las faltas imputadas, mayormente en la capital del país. Situación que no se configura en
este caso, pues es un hecho notorio que la demandada centra en un solo lugar (Valle de
Chicama y Ascope) su administración y por ende su sistema de toma de decisiones
respecto a sus trabajadores.
18. Así pues, en este proceso no hay medio probatorio destinado a justificar el tiempo que le
tomó a la demandada despedir al demandante por las supuestas faltas ocurridas cuatro
meses antes; quedando ello solo en argumentos de la demandada. Es decir, no hay
medio probatorio que acredite el por qué una empresa focalizada haya necesitado cuatro
meses para sancionar al demandante; es decir que, no obstante a lo notorio de la falta, se
hayan hecho indagaciones adicionales o consultas jurídicas que justifiquen el tiempo
transcurrido desde la comisión de la falta y el despido del actor.
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19. Sobre la huelga alegada por la demandada, debe tenerse en cuenta que si bien la misma
no forma parte de la teoría del caso postulada por la demandada en su escrito de
contestación de demanda (a folios 69-70), no debe perderse de vista que éste es un hecho
pacífico en este proceso, por lo que también debe ser analizado. No obstante, aun
incluyéndolo en el análisis de este proceso, éste no se configura como una suerte de
suspensión del Principio de Inmediatez, pues este hecho que no impide que el
empleador despliegue sus facultades directrices y sancionadoras. Ello, pues, no es un
estado de cosas de tal dimensión que impida al empleador desenvolverse como tal, por
ello la huelga no constituye razón válida para justificar el tiempo que la demandada se
tomó para despedir al demandante. Así pues, debe tenerse en cuenta que los hechos que
configuran la falta imputada al demandante se produjeron antes de la Huelga referida,
por lo que la sanción de los mismos debió seguir su curso regular; máxime cuando no
hay evidencia en el proceso de que el demandante haya acatado la referida huelga.
20. Es en base a ello que sumados los días transcurridos desde la comisión de la falta
imputada (07 de marzo de 2016) hasta la fecha en que se envía la carta de pre aviso de
despido (09 de julio de 2016, según carta de folios 02-05) -04 meses-, es evidente que se
ha transgredido el Principio de Inmediatez porque lo que éste procura es despejar a
través de la exigencia de una actuación inmediata, cualquier duda sobre la sanción. Es
decir, la ratio de este Principio es despejar la duda sobre los actos disciplinarios a
efectuar para que pasado un tiempo razonable la duda quede despejada de forma
automática, con el perdón y el olvido de los hechos. Así pues, el transcurrir de estos días
merita una lectura porque si el empleador no reaccionó en un tiempo razonable, más aun
cuando una de las autoridades de la demandada -Superintendente Walter Vela Aguilar-
fue una víctima directa de la conducta del demandante, lo cual implica que desde el
primer instante en que ocurrió el hecho, el empleador estuvo en condiciones de actuar,
pues se habría agotado la fase cognitiva del Principio de Inmediatez.
21. Es preciso resaltar que desde la fecha en que produjeron los hechos (07 de marzo de
2016), hasta la fecha de inicio de la huelga (22 de marzo de 2016, según lo dicho por la
demandada en audiencia de juzgamiento al minuto 23:58), hubo un plazo de 15 días, el
cual resulta más que razonable y suficiente para que la demandada despliegue su
facultad disciplinaria y efectivice la sanción frente a la conducta reprochable del
demandante. Ello, porque insistimos, en autos no obra medio probatorio alguno
tendiente a acreditar que el proceso sancionador del demandante haya requerido de un
plazo adicional para que se adopte la decisión de despedir al actor.
22. Es en base a estas razones, que este Colegiado confirma la venida en grado pero por
razones diferentes, pues, como se ha precisado se habría configurado un despido
Fraudulento por la manifiesta, flagrante y patente vulneración al Principio de
Inmediatez, lo cual implica el perdón de la falta y con ello que la ulterior imputación de
los hechos ya perdonados origine un despido fraudulento por hechos inexistentes, falsos
e imaginarios.
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QUINTO día cumpla con REPONER al demandante en su puesto de trabajo que venía
desempeñando al momento del cese o en otro de similar categoría. La confirman en lo
demás que contiene; y los devuelven al Primer Juzgado Especializado de Trabajo
Permanente de Ascope. PONENTE: CASTILLO LEÓN.
S.S.
CASTILLO LEÓN.
RODRÍGUEZ VILLANUEVA.
ANGULO VILLAJULCA.