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El régimen de la Comunidad de Bienes Muebles y Ganancias

UNIVERSIDAD DEL CARIBE


(UNICARIBE)

CARRERA DE LICENCIATURA EN DERECHO

INFORME FINAL DE LA MATERIA DERECHO CIVIL VI

EL RÉGIMEN DE LA COMUNIDAD DE BIENES MUEBLES Y


GANACIALES

PRESENTADO POR:

ARLENY ELAINE LANTIGUA DE LA CRUZ

NUVIA ESTHER CABRERA LOPEZ

BILY ANTONIO CABRERA JIMÉNEZ

ASESOR

WANDA LIDYA TORRES GIL, M. A.

SANTO DOMINGO, D. N., REPÚBLICA DOMINICANA 2021

Arleny Lantigua, Nuvia Cabrera, Bily Cabrera


El régimen de la Comunidad de Bienes Muebles y Ganancias

Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN ................................................................................................ 2
JUSTIFICACIÓN ................................................................................................. 3

LOS REGÍMENES MATRIMONIALES EN REPÚBLICA DOMINICANA ........... 5

HISTORIA ........................................................................................................... 6

RÉGIMEN MATRIMONIAL ................................................................................. 8

RÉGIMEN DE COMUNIDAD .............................................................................. 8

RÉGIMEN LEGAL DE LA COMUNIDAD ........................................................... 9

RÉGIMEN CONVENCIONAL ............................................................................. 9

RÉGIMEN DE COMUNIDAD UNIVERSAL ........................................................ 9

RÉGIMEN DE LOS GANANCIALES .................................................................. 9

RELACIÓN DE HECHO O CONCUBINATO .................................................... 10

REGIMEN LEGAL DE LA COMUNUNIDAD DE BIENES ................................ 10

CONCLUSIÓN .................................................................................................. 17

Arleny Lantigua, Nuvia Cabrera, Bily Cabrera


El régimen de la Comunidad de Bienes Muebles y Ganancias

INTRODUCCIÓN

El siguiente trabajo nos presenta de forma resumida todo lo concerniente a “Los


Regímenes Matrimoniales en República Dominicana” vamos a realizar un
recorrido breve sobre su historia, el matrimonio en sus orígenes se iniciaba con
el simple consentimiento de las partes, así como van cambiando las sociedades,
así se van adaptando las reglas que rigen la vida en sociedad, y los matrimonios
no fueron la excepción, los mismos han ido evolucionando y sus reglas también.
En ese mismo orden, vamos a tratar cada uno de los regímenes matrimoniales
vigentes en la República Dominicana, el régimen legal o de comunidad, y los
convencionales de comunidad universal y de los gananciales.

Esperamos que a todos los que lo lean puedan obtener nuevos conocimientos o
les refresque los conocimientos que tenían sobre el tema.

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JUSTIFICACIÓN

La importancia de investigar y analizar “Los Regímenes Matrimoniales en


República Dominicana” para los estudiantes de derecho y para todos los que
lean en presente trabajo, es sumamente amplia, ya que regulan las asociaciones
que forman los núcleos de la sociedad; desde sus inicios, las transacciones que
surgen a lo largo de la vida de dicha asociación y en los casos en que las partes
decidan diluir la misma, también quedan regulados los pasos a seguir para que
ambas partes puedan distribuir y recibir de manera equitativa los beneficios y
bienes acumulados.

Debido a lo antes expuesto, y por disposiciones de nuestra maestra, hemos


realizado dicha investigación y análisis, con la cual afianzamos nuestros
conocimientos sobre los regímenes vigentes, lo cual contribuirá con nuestra
formación integral como futuros profesionales del Derecho, a la fecha en nuestro
país los regímenes matrimoniales son: el régimen de comunidad y los regímenes
convencionales, los cuales veremos con más detalles en el desarrollo del
presente trabajo.

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LOS REGÍMENES MATRIMONIALES EN REPÚBLICA


DOMINICANA

Los regímenes matrimoniales aseguran, delimitan y transparentan los derechos


y deberes patrimoniales de los cónyuges frente a ellos mismos o frente a
terceros. Muchas de sus características han sido tipificadas acorde con
corrientes de pensamiento jurídico prevalecientes en determinada época de
la historia. Esta condición, provoca que su estructura no sea estática, y no puede
serlo por el hecho de que la sociedad es cambiante. Las ideas, los pensamientos
y las formas de actuar de las estructuras sociales se van transformando con el
paso del tiempo.

Por las razones antes enunciadas, las normas jurídicas se acomodan a cada
época, al menos es lo que se espera, cuando el legislador no lo hace, entonces
deviene el distanciamiento entre la norma jurídica prevaleciente y
el comportamiento social respecto de un hecho o situación determinada. Caso
especial merecen los regímenes matrimoniales, cuyo eje central, la familia, se
ha transformado casi por completo durante las últimas décadas, no así el
régimen regulatorio que la sustenta. Mucho menos, y por vía de consecuencia,
el aspecto contractual del matrimonio en el cual se enuncian las características
y condiciones del contrato o se decide la presunción de un determinado tipo de
contrato.

Dentro de la ubicación teórico-conceptual, es indispensable deducir cómo y


cuándo se tiene por entendido que surgieron las primeras bases contractuales
del matrimonio dando paso a lo que con sobrada razón se ha denominado
regímenes matrimoniales. En igual proporción, es preciso conocer ese recorrido
histórico que ha tenido el aspecto contractual-pecuniario del matrimonio y la
forma en que se han insertado o eliminado características o contenidos las
regulaciones contractuales, hasta convertirse en un conjunto de reglas
individuales, pero con determinados rasgos distintivos y comunes entre todos.

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HISTORIA

Trazar una línea divisoria entre el antes y el después del nacimiento de los
regímenes matrimoniales es cuestión difícil. Indicar ese punto inicial donde estos
aparecen, podría ocasionar dudas sobre la evolución paulatina de la sociedad.
Esta no da saltos, va transformándose lenta pero continuamente. Así
sus instituciones las cuales van anexando o quitando detalles que parezcan
importantes o que, por el contrario, resulten ya innecesarios.

Otra cuestión básica de este punto inicial y aun del evolutivo, es la diversificación
de sociedades, cada cual con sus rasgos propios y a veces con una concepción
de la familia que difiere con las demás comunidades humanas. Lo cierto es que,
desde el inicio de la vida en comunidades humanas organizadas, comienzan a
aparecer rasgos distintivos de la unión intima entre personas y el interés de
mantener ciertos lazos de unidad pero, restringidos a terceros.

En las comunidades poligamitas iniciales, es lógico que los regímenes


matrimoniales no pudiesen prevalecer, porque allí, todo era para todos y todos
eran para todos. En ellas, el sentido de propiedad, posesión, individualidad entre
dos personas, propiedad particular de esas dos personas o de un gruporeducido
de personas dentro de la comunidad, era poco usual.

Como bien sostiene Ferrer (1993) en aquella época, "existía siempre una unidad
de consenso, no de lazos establecidos mediante un pacto legal o escrito entre
las partes, sino sencillamente un gusto entre las partes". Y agrega que "hasta el
estado medio de barbarie, la riqueza se limitaba más o menos a la habitación y
los pocos enseres existentes en el lugar donde habitaban". Pero el sedentarismo
y el trabajo del hombre, hicieron posible que este se posesionara
del control familiar y económico y en consecuencia, "si era él el hombre, el
marido, el pastor de oveja, quien cazaba y quien las mantenía y cuidaba, y este
solo tenía una especie de lazos poco profundo con la mujer, esta riqueza de

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hecho y de derecho pertenecía exclusivamente al hombre, por tanto, debía


buscar a alguien para dejarla a la hora de su desaparición física" Págs. 27 y 28.

Es, con estas ideas primitivas, que se inician las primeras creaciones del régimen
matrimonial, del establecimiento de normas o disposiciones aun no escritas,
mediante las cuales se establecían parámetros o condiciones para la unión del
hombre y la mujer y por ende para la descendencia de estos.
Refiere Pedit (1997) "el interés político y el interés religioso hacían necesaria la
continuación de la familia o gens, para los hijos sometidos a la autoridaddel jefe"
(Pág. 102) continúa diciendo el referido autor que "en cuanto a los bienes de los
esposos, el matrimonio, en los primeros siglos ha estado frecuentemente
acompañado de la manus. Esta potestad pone a la mujer en la condición de una
hija de familia, en relación con el marido, que se hace entonces propietario de
todos sus bienes. Pero en caso de matrimonio sin manus, cada esposo conserva
su propio patrimonio. Desde luego, es justo que la mujer contribuya a las cargas
de la familia, que gravitan sobre su marido". (Pág.107).

Ya en esta época, como se aprecia por lo antes enunciado, existían los primeros
pasos para la existencia de regímenes matrimoniales. Existían en forma primitiva
el régimen de comunidad y el régimen de separación de bienes. Lo que ha
pasado posteriormente con estos ha sido la reorganización o ampliación. Aunque
claro está, estos regímenes tenían condiciones rudimentarias.

Planiol et Ripert (1997), niegan la existencia per sed, del régimen de comunidad
en el sistema romano, afirmando que "conociendo bien, por numerosos textos,
las costumbres de los antiguos, para estar seguros de este empleo de la
sociedad entre esposos debió ser raro, y que la mayoría de las personas
contraían matrimonio bajo el régimen dotal, que es un régimen de separación de
bienes". Indudablemente que de comunidad o de separación de bienes, ya en
el derecho romano se conocen elementos concretos sobre los regímenes
matrimoniales" (Pág.1373).

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Los referidos autores, al hacer mención del régimen de comunidad, sostienen


que "es verosímil que la comunidad se haya formado en la alta edad media".
Pero advierten que desgraciadamente los textos que poseemos sobre esta
época son muy raros, y están lejos de aclararnos de una manera total la cuestión"
(Pág.1373).
Vistos los aspectos precedentemente analizados, se puede colegir en que los
regímenes matrimoniales, antes que un origen preciso, lo que tienen es
un proceso de evolución. Proceso en el cual se fueron formando estructuras
solidas sobre determinadas formas de contraer matrimonio, de regular su
existencia y la masa patrimonial existente antes, durante y después de la vida
matrimonial.

RÉGIMEN MATRIMONIAL

El Régimen Matrimonial lo podemos definir como, el estatuto jurídico que regula


el patrimonio de una familia unida por el matrimonio. Biaggi (2003) lo define
como: "El conjunto de normas que regulan la forma en que se adq uiere, se
conserva y transfiere el patrimonio familiar y como se efectúan válidamente las
relaciones de Derecho entre esos bienes con los cónyuges entre sí y con los
terceros, mientras dure la relación matrimonial" (p.77). Así mismo tenemos que
según Ossorio (2000), el Régimen Matrimonial ha sido definido como: "La
organización patrimonial que rige el matrimonio dentro de los
diversos sistemas legales adoptados por cada país" (p.853). Muy parecida es la
definición de Capitant (1930), al decir: "Conjunto de normas que determinan el
estatuto jurídico de los bienes de los esposos durante el matrimonio al tiempo de
su disolución, y que rigen las relaciones pecuniarias de los cónyuges entre sí o
con los terceros con quienes contratan" (p.471).

RÉGIMEN DE COMUNIDAD

De un análisis extraído del artículo 1399 del Código Civil Dominicano, se pude
establecer que, La comunidad, en su forma legal o convencional, empieza desde
el día de la celebración del matrimonio ante el Oficial del Estado Civil. En tal

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sentido, la comunidad no es más que, el patrimonio formado por los esposos


durante el matrimonio.

RÉGIMEN LEGAL DE LA COMUNIDAD

Se le conoce como el Régimen que se le impone a los contrayentes a falta


de contrato de matrimonio. "Se aplica de pleno derecho a los cónyuges que no
han hecho contrato de matrimonio, a aquellos que, a falta de contrato, declaran
simplemente que se casan bajo el régimen de la comunidad" (Biaggi, 2003,
p.76).

RÉGIMEN CONVENCIONAL

De una lectura integral del artículo 1497 del Código Civil Dominicano, se puede
definir este régimen como, aquel que faculta a los esposos a modificar la
comunidad legal por cualquier clase de convenio que no sean contrarios a las
buenas costumbres y no podrán estipular en sentido general, que su matrimonio
se regule por ley alguna que no esté en vigor en la República Dominicana.

RÉGIMEN DE COMUNIDAD UNIVERSAL

Como su nombre lo indica, abarca la totalidad de los bienes de los esposos.


Según Ossorio (1930), esto no es más que: "El que establece de ambos, la
propiedad de todos sus bienes presentes y futuros, con partición por mitad al
disolverse el matrimonio" (p.852).

RÉGIMEN DE LOS GANANCIALES

Aquel en el cual los esposos estipulan que no habrá entre ellos sino una
comunidad de gananciales, excluyendo de ella las deudas respectivas, actuales
y futuras, y su mobiliario respectivo, presente y futuro. En este caso, y después
que cada uno de los esposos ha tomado lo que aportó debidamente justificado,
se limita la partición a los gananciales hechos por los esposos, juntos o
separados, durante el matrimonio, y procedente tanto de la industriacomún como

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de las economías hechas con los frutos y rentas de los bienes de los dos esposos
(Art. 1498 del Código Civil Dominicano).

RELACIÓN DE HECHO O CONCUBINATO

Esta relación según Ossorio (1930) no es más que: "La comunicación o trato de
un hombre con su concubina, o sea con su manceba o mujer que vive y cohabita
con él como si fuese su marido" (p.205).

REGIMEN LEGAL DE LA COMUNUNIDAD DE BIENES

Antes de adentrarnos a hablar sobre nuestro tema central, no podemos obviar


algunas precisiones respecto del tema universal, el cual no es más que el
régimen de la comunidad. En ese tenor de ideas, debemos destacar en principio,
lo que establece el Artículo 1836 del Código Civil Dominicano, al decir que “se
distinguen dos clases de sociedades universales: la sociedad de todos los bienes
presentes y la sociedad universal de ganancias”.

Es así como el Código Civil Dominicano dedica su Capítulo II del Título IV, al
régimen de la comunidad, y en consecuencia, para poder hablar sobre el
régimen de comunidad de bienes como una sociedad universal, debemos antes
estudiar los diferentes regímenes existentes y plasmados en esta parte del
Código.

En tal virtud, el Artículo 1399, del mismo ordenamiento jurídico, reza de la


siguiente forma: “la comunidad sea legal o convencional, empieza desde el día
en que el matrimonio se ha contraído ante el Oficial del Estado Civil: no puede
estipularse que comience en otra época”. Es aquí donde se da inicio a nuestro
tema, pues en virtud de este artículo, es donde podemos notar que existen dos
regímenes de comunidad, los cuales son: el régimen de la comunidad legal y el
régimen de la comunidad convencional.

En el régimen de la comunidad convencional, “el legislador se cuida de limitar la


autonomía de la voluntad de los futuros esposos”. Esto queda plasmado cuando

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el Código Civil permite, en su Artículo 1497 y siguientes, a los esposos modificar


la comunidad por cualquier tipo de convención.

Ahora bien, es importante de la misma forma destacar que a partir del


matrimonio, el patrimonio de los esposos se convertirá en una masa homogénea,
cuya propiedad se entenderá que pertenece a los esposos. Es preciso por lo
tanto, aclarar que esto es en principio, pues el patrimonio se conforma de bienes
muebles e inmuebles, tangibles e intangibles, cuya propiedad puede no ser
común a los esposos.

Esto se debe a que para la conformación del patrimonio existen “dos grandes
masas de bienes que son: los propios de cada uno de los esposos y los bienes
comunes, que stricto sensu, conforman la comunidad y son una variedad
particular de indivisión”.

Resulta de suma importancia distinguir los bienes propios de la comunidad a los


bienes comunes de esta, cuando hablamos de la solidaridad existente entre los
esposos bajo el régimen legal de la comunidad y esto responde a dos aspectos,
a saber:

a) En un primer plano, es importante distinguir sobre estos bienes, toda vez que
cuando hablamos de la administración de los mismos durante la existencia de la
comunidad, los poderes de disposición y enajenación de los bienes sobre los
que los esposos gozan, así como la posibilidad de que se tomen diferentes
acreencias que puedan afectar el patrimonio, lo cual se presentaría como una
obligación a cargo de la comunidad.

b) Por otra parte, tenemos el hecho de que al momento de la repartición de los


mismos al producirse la disolución de la comunidad, nos encontraríamos con el
escenario de que los bienes deberán que ser repartidos entre los esposos a raíz
de la disolución del matrimonio.

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Ahora bien, el Código Civil Dominicano, específicamente en su Artículo 1401,


establece que la comunidad se forma activamente de:

“1o. de todo el mobiliario que los esposos poseían en el día de la celebración del
matrimonio y también de todo el que les correspondió durante el matrimonio a
título de sucesión, o aun de donación, si el donante no ha expresado lo contrario;
2o. de todos los frutos, rentas, intereses y atrasos de cualquier naturaleza que
sean, vencidos o percibidos durante el matrimonio y provenientes de los bienes
que pertenecían a los esposos desde su celebración, o que les han
correspondido durante el matrimonio por cualquier título que sea;

3o. de todos los inmuebles que adquieran durante el mismo”.

Dicha disposición, se complementa con el Artículo 1402 del Código Civil


Dominicano, el cual en síntesis establece que se entenderá que todo inmueble
adquirido pertenece a la comunidad, siempre y cuando no se haya probado que
uno de los esposos tenía la posesión legal anterior al matrimonio o adquirida
después a título de sucesión o donación.

De ahí que exista una presunción juris tantum, de la solidaridad existente entre
los esposos que conforman la comunidad, sobre los bienes que forman parte de
esta. En ese sentido, es importante que nos adentremos un poco en la suerte
con la que corre la comunidad, a raíz de la aparición de los acreedores en el
cobro de sus acreencias.

En este tenor, a partir de la promulgación de la Ley 855 del 1878 y 189-01 del
año 2001, podemos afirmar de que “las deudas contraídas por uno de los
esposos, han sido hechas en interés de la comunidad, y por ende, los bienes
que la conforman responderán por dichas obligaciones”. Aquí encontramos un
principio de que la comunidad debe de soportar lo que se presente en ocasión
de una posible ejecución de una acreencia por parte de un acreedor.

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Por consiguiente, y en relación a lo planteado en el párrafo anterior, el Artículo


217 del Código Civil se refiere a esto al establecer que “cada uno de los esposos
tiene poder para celebrar, sin el consentimiento del otro, los contratos que tienen
por objeto el mantenimiento y la conservación del hogar o la educación de los
hijos; la deuda así contraída obliga al otro solidariamente. La solidaridad no tiene
lugar, sin embargo, cuando los gastos son manifiestamente excesivos, para lo
cual se tomará en cuanta el tren de vida del hogar, la utilidad o inutilidad de la
operación y la buena o mala fe del tercer contratante. Tampoco tiene lugar en
las obligaciones resultantes de compras a plazo si no han sido concertadas con
el consentimiento de los dos cónyuges”.

De ahí que podamos de la misma forma determinar, que si bien es cierto que
existe una solidaridad ante los esposos que conforman la comunidad, no es
menos cierto que esta solidaridad puede verse atenuada por circunstancias
como las que presenta el artículo citado en el párrafo anterior; máxime, cuando
los gastos son manifiestamente excesivos.

No podemos dejar de destacar, que las disposiciones del Artículo 1315 del
Código Civil, el cual establece que “el que reclama la ejecución de una
obligación, debe probarla. Recíprocamente, el que pretende estar libre, debe
justificar el pago o el hecho que ha producido la extinción de su obligación”.

En ese orden, “y producto de una ejecución que recaiga sobre los bienes de la
comunidad uno o varios acreedores, bien de uno de los esposos o bien de la
comunidad, pretendiese reivindicar la propiedad de uno o más bienes, alegando
por ser propios no comunes, esto es, que quien así lo pretendiese ha de hacer
la prueba de esta propiedad exclusiva”.

De ahí que la jurisprudencia se haya pronunciado en este aspecto de lo que


sucede, cuando un embargo ejecutivo recae sobre los bienes de la comunidad,
alegando la no existencia del derecho a la reivindicación, estableciendo lo
siguiente, a saber: “que de acuerdo con el Artículo 1428 del Código Civil, el
marido puede realizar por sí solo las acciones mobiliarias que corresponden a la

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mujer y, de acuerdo con el Artículo 1402 del Código Civil “se reputa todo
inmueble como adquirido en comunidad, si no está probado que uno de los
esposos tenía la propiedad o posesión legal anteriormente al matrimonio, o
adquirida después a título de sucesión o donación.”; que, además conforme al
párrafo segundo del Artículo 1409 la comunidad se forma pasivamente de las
deudas, tanto de capitales como de rentas e intereses, contraídas por el marido
durante la comunidad, o por la mujer, con consentimiento del marido, salvo la
recompensa en el caso de que procediese y por tanto la Corte a -qua procedió
correctamente a declarar en su sentencia que el automóvil, cuya reivindicación
demandaba la recurrida, pertenecía a la comunidad de bienes existentes entre
ella y su esposo, régimen que, por otra parte, constituye el derecho común en la
República Dominicana, y por consiguiente, no le asistía el derecho de
reivindicarlo del embargo trabado contra su esposo”.

En este sentido, es importante destacar que la situación sería totalmente


diferente, cuando lo que existe entre los esposos, es un concubinato, pues como
ha expresado nuestra jurisprudencia, aquí no se puede hablar de comunidad de
bienes, a saber: “considerando, que el régimen matrimonial de la comunidad de
bienes corresponde su aplicación exclusivamente a la institución del matrimonio,
y que, según nuestra legislación, se aplica de pleno derecho a todos los
matrimonios que no han convenido otro régimen especial, cuyas pautas e
interpretaciones son reguladas restrictivamente por el Derecho Común”

La relación de hecho no puede tener un régimen matrimonial aplicable, ni el de


comunidad, ni ningún otro, ya que no cuenta con el carácter contractual que
caracteriza el matrimonio, y que se forma, como se ha dicho, al momento en que
es hecha la declaración por ante el oficial de estado civil, y no en otra época; el
hecho de que las partes afirmen que después de su primer divorcio estos se
reconciliaron y continuaron con una relación consensual, no le da la condición
de comunes en bienes, como erróneamente interpretó la Corte a-qua en su
sentencia”.

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En consecuencia, para poder hablar de solidaridad, es de suma importancia


definir cuáles son los bienes propios de cada uno de los esposos, pues en
relación a este tipo de bienes, estos conservarán la propiedad exclusiva sobre
los mismos.

Es bueno recordar que los esposos, dentro de la comunidad, y a partir de la Ley


189-01, tiene la coadministración de los bienes que se encuentran dentro de la
misma, siempre tomando en cuenta lo establecido en el Artículo 217 del Código
Civil Dominicano, citado anteriormente.

En ese orden de ideas, ¿cuáles son los pasivos, las deudas, que forman parte
de la comunidad? A esto, el jurista Bialli Lama, ha establecido tres grandes
bloques, tales como:

a) Las deudas de los acreedores comunes de la comunidad;


b) Los acreedores y sus acreencias frente a cada uno de los esposos; y,
c) Las acreencias de que son titulares cada uno de los esposos sobre la
comunidad, de forma particular e individual, es decir, los recobros que puedan
estos reclamar.

En ese contexto, el Artículo 1419 del Código Civil establece lo siguiente, a saber:
“pueden los acreedores exigir el pago de las deudas contraídas por la mujer,
tanto sobre sus propios bienes, los del marido o de la comunidad, salvo la
recompensa debida a la comunidad o la indemnización que se le deba al marido”.

Por tal sentido, “conforme a lo establecido por el Artículo 1409 del Código Civil,
la comunidad está obligada a pagar una deuda garantizada por una hipoteca
sobre un inmueble, aun cuando este sea propio de uno de los esposos”.

Por tales razones, los bienes que conforman la comunidad son la prenda común
de los acreedores y, en consecuencia, estos van a responder ante el eventual
ejercicio de una acción en contra de uno de los esposos por separado, ya que

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en principio, todos y cada uno de estos bienes, responden de forma solidaria


ante cualquier eventualidad.

En conclusión, somos de opinión de que al momento de ejercer, con la finalidad


de cobrar una acreencia por parte de un acreedor, una de las vías de ejecución
en perjuicio de uno de los activos que forman parte de la comunidad legal de
bienes, en principio esto es posible. Esto a raíz de que la solidaridad existente
entre los esposos se presume.

De tal forma, si uno de los esposos que conforman parte de la comunidad desea
alegar, que el bien embargado no forma parte de la misma, estos se verían en
la obligación de probar que no forma parte de la comunidad y que por
consiguiente, es un bien personal o un bien que ha sido adquirido con
anterioridad al matrimonio para poder verse liberado de la ejecución realizada
por el acreedor.

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CONCLUSIÓN

Concluimos este trabajo de investigación de manera satisfactoria, esperando


haber podido dar respuesta a todas las interrogantes que este contiene este
tema.

La realización de este trabajo es de suma importancia para nosotros como


estudiantes de derecho, ya que debemos adquirir de manera precisa el
conocimiento acerca de todo lo que tiene que ver con el derecho civil, dentro del
cual están presentes los regímenes matrimoniales y dentro de este grupo se
encuentra el régimen de comunidad de bienes muebles y ganancias el cual
detallamos de manera precisa a lo largo del desarrollo de este magnifico trabajo
, donde todos los argumentos nos dejaron una enseñanza única y ahora luego
de un larga búsqueda de información e investigación ,les podemos asegurar que
podemos diferenciar este régimen a la perfección , el cual es básicamente el
pulmón de los regímenes matrimoniales, y sus diferentes tipos.

Este régimen de la comunidad de bienes nos permite ensanchar nuestros


conocimientos jurídicos a lo largo del estudio del mismo , ya que este contribuye
al conocimiento nuestro como estudiantes , y es por ende muy útil para mejorar
un ordenamiento jurídico, ya que permite confrontar las diferencias y semejanzas
de los diversos regímenes que existen en republica dominicana y el mundo, con
el propósito de comprender y mejorar nuestro intelecto en cuanto los diversos
tipos de regímenes es especial el de la comunidad de bienes sin duda al final de
la jornada ha sido un placer llevar a cabo este trabajo y mejorar nuestra cognición
así que a cada lector les agradecemos la atención prestada a esta investigación
y nos llena de satisfacción poder compartirlo , siempre esperando que se de gran
utilidad y agrado a todo lector , gracias .

17 Arleny Lantigua, Nuvia Cabrera, Bily Cabrera

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