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No quiero perderme en los detalles, y estableceré tres partes, llamémoslas más bien
periodos, desde el renacimiento de las artes hasta nuestra era; cada uno de ellos se
distingue de los otros por una manifiesta diferencia.
Vasari
El ser humano desde sus inicios se ha preocupado por organizar de forma cíclica y
ordenada el desarrollo de la historia de su existencia, dividiéndola en etapas o periodos en
los cuales establece unas características únicas que le permiten diferenciarse unas de otras.
De esta misma forma ha hecho con las imágenes, clasificándolas en etapas de acuerdo con
su evolución, pero estas imágenes no permiten ser clasificadas de la misma manera que los
hechos históricos (antiguo, moderno, contemporáneo).
Para esto R. Debray plantea que la historia de las imágenes puede ser organizada por
mediasferas o edades, las cuales divide en tres partes o periodos: (Logosfera, Grafosfera,
Videosfera). Cada una de ellas abarca unas etapas importantes en la historia humana.
R. Debray expresa que “las tres cesuras mediológicas de la humanidad- escritura,
imprenta, audiovisual- dibujan en el tiempo de las imágenes tres continentes distintos: el
ídolo, el arte, lo visual. Cada uno tiene sus leyes. Confundirlos es causas de tristezas
inútiles.1
Estas etapas o mediasferas plantean una visión, una condición de vida, una forma de
pensar, unos puntos de vista diferentes las unas de las otras. Tienen un contexto y una
mirada distinta.
La Logosfera corresponde a la era de los ídolos que representa lo divino, no valía por su
forma sino por lo que representaba. Era realizado por un artesano y su factura era anónima
según cómo veía el mundo natural, pues el artista era Dios. La comunidad lo aceptaba ya
1
Regís Debray, Vida y muerte de la imagen. Historia de la mirada de occidente. Ed. Paidós 1998. P 175
que no era cuestión de estética sino de creencias. Estas imágenes se caracterizaban por el
alto grado de simbolismo que giraba en torno a un Dios, una deidad, algo espiritual o
divino, pues se creía que ese ser estaba en la imagen y que esta tenia vida.
Estas imágenes estaban en poder de los religiosos quienes utilizaron la producción de estas
para vender sus ideas, ya que estos eran quienes tenían el poder, eran los que gobernaban
sobre la comunidad.
En esta era también se cambian los valores del artista, ya no es Dios sino que ahora se
establece al hombre- el artista como dios. Ahora el propósito de la imagen pasa a ser de las
ofrendas a los dioses al deleite de los hombres, la estética lo bello y el poder sobre las
imágenes lo deja la iglesia y lo toman las escuelas, universidades y museos.
Luego surge la Videosfera con la aparición del video, donde la mirada pasa de ser un ser a
una cosa y convertirse luego en solo una percepción. Los valores de la mirada cambian. Ya
no es lo divino, lo mágico ni lo bello sino lo económico.
En cuanto a las otras mediasferas no sustituyen las unas a las otras sino que se suman y
conviven juntan en un mismo espacio. El hombre busca crear su propio mundo, su
finalidad es entretener e informar, vender, promover la innovación, para así convertir la
imagen en un punto de comercio.
Las culturas fueron cambiando, las formas de reproducir las imágenes, la forma de pensar y
la forma de ver las cosas. El valor de las imágenes desde el principio, desde lo mágico-
religioso fue degradándose hasta llegar al punto de ver la imagen solo como una
percepción, como si se estuviese viendo un punto o una línea. La imagen ya no se toca solo
se ve, son las máquinas las que hacen imágenes, desaparecen los artistas.
“El arte es siempre la gran verdad de la naturaleza vista a través del entendimiento
humano. Auguste Rodin”.
UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
LIMAV II
2011