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Diferencias entre las funciones del Revisor Fiscal y el Auditor Externo en

Colombia.

Bogotá D. C., 11 de mayo de 2005

Ref.: Consulta. Diferencias entre las funciones del Revisor


Fiscal y el Auditor Externo en Colombia.

En desarrollo de lo previsto en el Artículo 23 de la Resolución 001 de 2001 expedida por


el Consejo Técnico de Contaduría Pública y cumplido el trámite previsto en esta
disposición, respondemos su consulta de la referencia, en la cual se plantea:

PREGUNTA TEXTUAL:

“ POR LA PRESENTE ME PERMITO SOLICITAR A USTEDES UN CONCEPTO


TÉCNICO MUY PUNTUAL QUE DETERMINE LAS DIFERENCIAS EXISTENTES
ENTRE EL REVISOR FISCAL Y EL AUDITOR EXTERNO EN NUESTRO PAÍS.

ESTE CONCEPTO TÉCNICO ES DE SUMA IMPORTANCIA YA QUE CON EL


PRONUNCIAMIENTO DE UNA VOZ LEGALMENTE AUTORIZADA COMO LA DE
USTEDES EN NUESTRO PAÍS, PUEDE DEMOSTRARSE EN UN LITIGIO
INTERNACIONAL QUE SE HAN VIOLADO LOS DERECHOS DE UNA EMPRESA
COLOMBIANA QUE HA LICITADO EN CONSORCIO CON UNA EMPRESA
VENEZOLANA PARA PRESTAR UNOS SERVICIOS DE INTERVENTORÍA EN
CENTROAMÉRICA SEGÚN ELLOS PORQUE EL DICTAMEN DEL REVISOR FISCAL
PARA LOS ESTADOS FINANCIEROS NO TIENE VALIDEZ PORQUE SOLO SE
LEGITIMA EL DICTAMEN CON LA OPINIÓN DE UN AUDITOR EXTERNO QUE
SEGÚN EL FALLO ES EL ÚNICO QUE TIENE TOTAL INDEPENDENCIA MENTAL Y
NO TIENE VINCULO ALGUNO CON LA EMPRESA AUDITADA.

DEBO ACLARA QUE EL CONCEPTO NO ME DEBE REMITIR A LAS NORMAS


PORQUE ESTAS YA LAS TENGO, SIMPLEMENTE SE REQUIERE EL CONCEPTO DE
UNA ENTIDAD LEGALMENTE AUTORIZADA PARA EMITIRLO, ENTENDIENDO QUE
SU OPINIÓN NO ES LEY Y POR LO TANTO NO PUEDE DECIDIR UN LITIGIO, PERO
SI DEMUESTRA EL CONCEPTO QUE SE MANEJA DEL REVISOR FISCAL EN
MUESTRO PAÍS”.

RESPUESTA:

Con relación a la Revisoría Fiscal, no existe a nivel internacional el ejercicio de la figura


tal como está contenida dentro del ordenamiento jurídico Colombiano; esta institución es
propia del país. Sin embargo, en algunas naciones existe para la vigilancia de las
sociedades una institución parecida a la revisoría fiscal, tales como la Legislación
Española, cuya figura se conoce como Censores de Cuentas, en la Ley francesa y
mexicana, como Comisarios de Cuentas y de fiscalización; y en las leyes inglesas y
norteamericanas son llamados Auditores.
En relación con las diferencias entre la institución de la Revisoría Fiscal y de la Auditoría
Externa en Colombia, el Consejo Técnico de la Contaduría Pública, ente encargado de la
orientación técnico-científica de la profesión contable y de la investigación de los
principios de contabilidad y normas de Auditoría de aceptación general en el país (Ley 43
de 1993), en el año de 1998, se pronunció al respecto en el concepto N° 161 de febrero
27 de 1998 que a la letra dice:

“CONSULTA

1. “Un contador que trabaja por servicios, consecutivamente puede asumir el cargo de
Revisor Fiscal en la misma empresa?

2. Un Auditor Externo puede firmar o avalar como revisor fiscal?

3. Que se puede hacer para que un revisor fiscal al cual se le pagaron sus honorarios
presente el informe mensual?”

CONCEPTO

El Consejo Técnico de la Contaduría Pública aprobó el siguiente concepto:

1. El Contador Público de una persona jurídica, sin importar su forma de vinculación con
la misma no puede en ningún momento pasar a ser su revisor fiscal, como quiera que
entraría a auditar su propia labor de contador que desarrollo en el pasado inmediato, lo
cual equivale a constituirse en juez y parte de sus propias actuaciones y ello es de suyo
inadmisible y atenta contra los principios básicos de la ética profesional consagrados en
el artículo 37 de la Ley 43 de 1990 y se encontraría incurso en un conflicto de intereses.

Debe entenderse que la inhabilidad descrita es aplicable en cualquier época, es decir el


paso del tiempo no la subsana, es permanente, lo que equivale a sostener que un
contador público no podrá dictaminar como revisor fiscal su propio trabajo desarrollado
como contador en la misma empresa, esté vinculado a ella como contratista
independiente o como empleado.

Ahora bien, es importante anotar que el límite de seis (6) meses consignado en el
artículo 51 ibídem se refiere a que pasado este lapso un contador público que fuese
empleado, puede aspirar a ser auditor externo o revisor fiscal si no va a auditar o
fiscalizar sus propias actuaciones realizadas como empleado por las mismas razones
expuestas anteriormente, caso contrario incurrirá en violación del artículo 37 de la Ley 43
de 1990.

Antes de entrar a resolver el interrogante planteado, es conveniente precisar que el


análisis se hace exclusivamente sobre el hecho de que el auditor externo firme como
revisor fiscal, ya que el término avalar es más propio de la actividad crediticia,
concretamente de los títulos valores (artículos 633 y ss. del Código de Comercio) que de
la labor de un revisor fiscal.

2. El auditor externo no puede, ni debe firmar como revisor fiscal teniendo en cuenta lo
siguiente:

a) Origen : El origen de las dos instituciones es diferente, mientras que la Revisoría


Fiscal tiene origen legal, la auditoria externa es meramente contractual.
b) Funciones : Por su origen diferente, sus funciones también son diferentes; es decir,
las del revisor fiscal son las determinadas en la ley y los estatutos, mientras que las del
auditor externo son determinadas en el contrato respectivo.

c) Nominadores : Al revisor fiscal lo designa la Asamblea General de Accionistas o la


Junta General de Socios en cumplimiento de una de sus funciones propias e
indelegables, mientras que al auditor externo lo designa directamente la Administración
de la Sociedad.

d) Subordinación : El revisor fiscal no tiene ninguna subordinación con la Sociedad, es


un vocero de los asociados, es de libre nombramiento y remoción del maximo órgano
social, pero como lo dice la Circular Conjunta S.S. - 005 - S.B. 076- C.N.V. - 015 de
septiembre 19 de 1989 hoy Circular Básica Jurídica para la Superintendencia Bancaria,
“... pero una vez acepte el cargo y se efectúe su registro en la Cámara de Comercio del
domicilio social, dicho cargo no se extingue por convención contractual ...”. (Subrayado
fuera de texto). En cambio el auditor externo depende directamente de la Administración
de la Sociedad.

e) Informes: el revisor fiscal dictamina los estados financieros y rinde sus informes a la
máxima autoridad societaria y en algunos casos a los organismos de control del Estado;
mientras que el auditor externo, presenta sus informes a la Administración de la
Sociedad y no tiene ninguna posibilidad de presentarlos a la Asamblea o a la Junta de
Socios.

f) Obligatoriedad: El revisor fiscal es obligatorio para las Sociedades en que la ley exija
este cargo, especialmente para las Sociedades Civiles y Comerciales por acciones
(Código de Comercio artículo 203 y Ley 222 de 1995) y según los activos sociales
(Articulo 13 Ley 43 de 1990); en cambio la auditoría externa es opcional.

g) Independencia : La circular citada dispone que el revisor fiscal “... debe cumplir con las
responsabilidades que le asigna la ley y su criterio debe ser personal, basada en las
normas legales, en su conciencia social y en su capacidad profesional... en todo caso su
gestión debe ser libre de todo conflicto de interés que le reste independencia y ajeno a
cualquier tipo de subordinación respecto de los administrados que son, precisamente, los
sujetos pasivos de su control (Artículo 210 del Código de Comercio.) ...”.

Adicionalmente, el dictamen del revisor fiscal y su trabajo ha sido objeto de los


pronunciamientos No. 1, 2, 4,5,6 y 7 del Consejo Técnico de la Contaduría Pública.

Esa independencia en el caso del revisor fiscal no admite ninguna excepción, no es tan
evidente en el caso del auditor externo que depende, como se dijo, de la administración,
le presenta su informe sin tener que cumplir normatividad alguna y puede ejercer la labor
en forma temporal u ocasional de acuerdo con el trabajo contratado.

h) Dictamen : El revisor fiscal por disposición legal emite su dictamen con todas las
consecuencias legales de acuerdo con lo que se dijo anteriormente, sobre los estados
financieros, haciendo una auditoria integral (financiera, de cumplimiento, de gestión, de
control interno, en los términos de la Circular Externa No. 14 de 1997 de la
Superintendencia de Sociedades), entre tanto, el auditor externo no.

i)Responsabilidad : la del revisor fiscal es civil derivada del ejercicio de su profesión;


administrativa como quiera que esta sujeto en caso de incumplimiento a las sanciones
impuestas por las autoridades según el ordenamiento legal (Arts 216 C. de Co., 23 del
Decreto 2920 de 1982 y 12 ordinal 6o de la Ley 32 de 1979); disciplinarias que pueden
ser impuestas por la Junta Central de Contadores (artículos 23,24,25, 26 y 27 de la Ley
43 de 1990); y penal (Ley 190 de 1995 y artículos 42,43 y 45 de la Ley 222 de 1995), en
cambio la del auditor externo será civíl por incumplimiento de un contrato y
eventualmente, por ser Contador Público, disciplinario a través de la Junta Central de
Contadores.

De otra parte, con relación al articulo 38 de la Ley 222 de 1995, que al definir los estados
financieros dictaminados contempla la posibilidad que en un momento determinado no
haya revisor fiscal para emitir la opinión profesional sobre los mismos, permite que lo
haga un contador publico INDEPENDIENTE, debe entenderse definitivamente, que no lo
podrá hacer el auditor externo por no ser un profesional independiente como se dijo
anteriormente. (Resaltado fuera de texto).

3. Finalmente en cuanto a la pregunta de los medios para exigir un informe del Revisor
Fiscal a quien se pagaron los honorarios, nos permitimos informarle que de conformidad
con lo dispuesto por la Ley 43 de 1990 corresponde a la Junta Central de Contadores
dirimir los conflictos presentados entre un contador público y su cliente como quiera que
es el Tribunal Disciplinario de la profesión en los términos de los artículos 23, 24, 25, 26,
27 y 28 de la misma ley y demás normas concordantes”.

Así mismo, la Junta Central de Contadores, órgano de vigilancia y dirección de la


profesión contable (Ley 43 de 1998), en el año 2001 emitió el concepto 480 dentro del
cual señala claramente las diferencias entre la Revisoría Fiscal y la Auditoría Externa,
así:

“Junta Central de Contadores


Concepto 480 de 2001 Mayo 31

Problema consultado:

¿Existe algún impedimento para celebrar un contrato con una entidad con el objeto de
realizarle una auditoría externa y luego en dos meses aspirar a la revisoría fiscal de la
misma, es decir, la vinculación con la entidad inhabilita al contador público para aspirar a
la revisoría?

Respuesta:

Para entrar a analizar este asunto, debemos aclarar en primera instancia que si bien la
auditoría y la revisoría fiscal tienen elementos comunes, son instituciones muy diferentes
en cuanto a naturaleza, dependencia, vinculación, obligaciones y responsabilidades,
ante lo cual nos vemos en la necesidad de referir sus características especiales de una
manera separada. (Resaltado Fuera de texto).

Auditoría externa, naturaleza, principios generales.

Esta corporación ha tenido oportunidad de pronunciarse sobre el ejercicio de la auditoría


en varias ocasiones, es así como en la Circular Externa 4 de 1991 ha expresado:
“la doctrina ha definido la auditoría externa como el examen ordinario de los estados
financieros por parte de un profesional ajeno a la empresa, con el objeto de dar una
opinión sobre la razonabilidad con la que se presenta la situación financiera, los
resultados de las operaciones y los cambios de la situación financiera, de conformidad
con las normas de auditoría generalmente aceptadas.

(...).

La función básica de la auditoría externa es el examen crítico de los estados financieros


de una empresa y todas aquellas operaciones realizadas para la elaboración de ellos,
así como la realización de investigaciones especiales sobre determinados trabajos
específicos que se le encomienden”.

Como se desprende del anterior planteamiento, el trabajo del auditor es netamente


objetivo, es decir, se fundamenta en la situación financiera de la empresa. En tal sentido,
si el contador público al realizar una auditoría encuentra que se cometió alguna
irregularidad, está en la obligación de manifestarla.

Concordante con lo expuesto, el artículo 7º de la Ley 43 de 1990 dispone:

“Las normas de auditoría generalmente aceptadas, se relacionan con las cualidades


profesionales del contador público, con el empleo de su buen juicio en la ejecución de su
examen y en su informe referente al mismo”.

Dicha disposición preceptúa las normas personales, las relativas a la ejecución del
trabajo y a informes que deben seguirse en el proceso de auditoría. Dentro de las
normas personales encontramos la de formación técnica y capacidad profesional, y la de
independencia, integridad y objetividad.

En las relativas a la ejecución del trabajo se involucran la de planificación, estudio y


evaluación del sistema de control interno y la de evidencia suficiente y competente.

Y, en las atinentes a la rendición de informes, debemos tener en cuenta las explicadas


en el pronunciamiento seis del consejo técnico.

En el aspecto relativo a la evidencia suficiente y competente frente a la ejecución del


trabajo, nos remitiremos a lo expresado por el consejo técnico en su pronunciamiento
número cuatro, así:

“88. La evidencia del contador público es la convicción razonable de que todos aquellos
datos contables expresados en los saldos de las cuentas han sido y están debidamente
soportados en tiempo y contenido por los hechos económicos y circunstancias que
realmente han ocurrido.

89. La naturaleza de la evidencia está constituida por todos aquellos hechos y aspectos
susceptibles de ser verificados por el contador público y que tienen relación con las
cuentas que se examinan”.

Dicho concepto reitera que el contador público al hacer la auditoría debe analizar los
documentos contables de la empresa, y con fundamento en ellos emitir su informe, en el
cual tendrá en cuenta los hechos susceptibles de verificación por parte suya, como son
los relacionados con la ciencia contable, en franca aplicación de los principios de
integridad, objetividad e independencia consagrados en el artículo 37 numerales 1º, 2º y
3º de la Ley 43 de 1990.

“PAR.—Cuando fuere necesario, el Consejo Técnico de la Contaduría Pública,


complementará y actualizará las normas de auditoría de aceptación general, de acuerdo
con las funciones señaladas para este organismo en la presente ley” (L. 43/90, art. 7º).

“02. El contador público independiente en todos los casos en que haya hecho una
revisión de estados o información financiera, ineludiblemente deberá expresar una
opinión en los términos del examen que practicó.

(...).

En este orden de ideas, la auditoría examina un trabajo ya realizado y emite un concepto


al respecto, haciendo las sugerencias que estime convenientes, con la claridad que el
manejo contable interno de la empresa es responsabilidad de la administración y del
contador que haya adquirido el compromiso de llevar la contabilidad de la misma mas no
de un profesional que de manera ocasional y transitoria se haya comprometido a realizar
su evaluación en materias específicas, quien sólo se obliga en los términos del
respectivo contrato.

Revisoría fiscal

La institución de la revisoría fiscal en nuestro país se remonta a la segunda mitad del


siglo pasado, gracias al paulatino desarrollo comercial y financiero alcanzado por el
sector empresarial de la época. Desde ese entonces y hasta hoy, su naturaleza ha sido
la de actuar como órgano de control de las operaciones sociales. Así, el Consejo Técnico
de la Contaduría ha manifestado:

“610. DEFINICIÓN Y OBJETIVO DE LA REVISORÍA FISCAL

1. La revisoría fiscal es un órgano de fiscalización que, en interés de la comunidad, bajo


la dirección y responsabilidad del revisor fiscal y con sujeción a las normas de auditoría
generalmente aceptadas, le corresponde dictaminar los estados financieros y revisar y
evaluar sistemáticamente los componentes y elementos que integran el control interno,
en forma oportuna e independiente en los términos que le señale la ley, los estatutos y
los pronunciamientos profesionales.

2. De conformidad con el artículo 207 del Código de Comercio, la revisoría fiscal tiene
como objetivos: el examen de la información financiera del ente a fin de expresar una
opinión profesional independiente sobre los estados financieros y la evaluación y
supervisión de los sistemas de control...” (CTCP, Pron. 7/94).

El Código de Comercio en sus artículos 203 a 217, preceptúa lo referente a esta


institución, al igual que la Ley 43 de 1990 en sus artículos 1º, 7º, 13, 37, 45, entre otros.

Del estudio de tales disposiciones, en términos generales podemos concluir que para
ejercer la revisoría fiscal se requiere tener la calidad de contador público, ser designado
por la asamblea de la empresa o por el órgano que haga sus veces en los casos en que
la ley o los estatutos obliguen a ella (contar con revisoría fiscal), y no estar incurso en
ninguna de las causales de inhabilidad, incompatibilidad o conflicto de intereses
consagradas en la ley.
Esta figura —la revisoría— debe ser, acorde con su naturaleza: permanente, de
cobertura total, independiente en acción y criterios y preventiva, características que se
expresan de la siguiente manera:

“a) Permanencia: su labor debe cubrir las operaciones en su fase de preparación,


celebración y ejecución, su responsabilidad y acción deben ser permanentes, ...

b) Cobertura total: su acción debe ser total, de tal manera que ningún aspecto o área de
operación de la empresa esté vedado al revisor fiscal.

c) Independencia de acción y criterios: el revisor fiscal debe cumplir con las


responsabilidades que le asigna la ley y su criterio debe ser personal, basado en las
normas legales, en su conciencia social y en su capacidad profesional. En todo caso su
gestión debe ser libre de todo conflicto de interés que le reste independencia y ajena a
cualquier tipo de subordinación respecto de los administradores que son, precisamente,
los sujetos pasivos de su control...

d) Función preventiva: la vigilancia que ejerce el revisor fiscal debe ser de carácter
preventivo, sus informes oportunos, para que no se incurra en actos irregulares o no se
persevere en conductas ajenas a la licitud o a las órdenes de los órganos superiores, ...”
(Circ. Externa 007 de 1996, Superintendencia Bancaria).

En el campo relativo a las funciones, y teniendo en cuenta la naturaleza de su entidad


respecto de la cual se formula la consulta, debemos remitirnos a lo estipulado en el
Código de Comercio o en normas especiales, los estatutos y el contrato suscrito.

Por otra parte, las inhabilidades y las incompatibilidades son establecidas por la ley con
miras a garantizar la igualdad para acceder a los cargos públicos, la imparcialidad, la
transparencia y la equidad, y que en el caso específico de los contadores públicos, estas
causales están íntimamente relacionadas con los principios de integridad, objetividad e
independencia, consagrados en el artículo 37 numerales 1º, 2º y 3º, que expresan:

“Integridad. El contador público debe ser recto, honesto y sincero al realizar su trabajo
profesional.

Objetividad. El contador público debe ser imparcial y no debe permitir que los prejuicios
contrarresten su objetividad...

Independencia. El contador público en su práctica profesional deberá ser y aparentará


ser libre respecto de cualquier interés que pudiera considerarse como incompatible con
la integridad y la objetividad... Es la calidad que le permite al contador público dar un
juicio imparcial y tener una deliberación objetiva respecto de los hechos establecidos
para llegar a una opinión o a una decisión”. (CTCP, Pron. 3/94).

Es así como el artículo 42 de la Ley 43 de 1990 establece:

“El contador público rehusará la prestación de sus servicios para actos que sean
contrarios a la moral y a la ética o cuando existan condiciones que interfieran el libre y
correcto ejercicio de la profesión”.

Dentro de las restricciones contempladas está inhabilitado para actuar como revisor
fiscal si concurre con las partes alguna de las siguientes circunstancias:
• Parentesco dentro del cuarto de consanguinidad, primero civil o segundo de afinidad.

• Si median vínculos económicos, amistad íntima o enemistad grave.

• Intereses comunes.

• Cualquier circunstancia que pudiese restar independencia y objetividad a sus


conceptos o actuaciones.

• Si ha sido empleado de la sociedad o de su subsidiaria o filial durante los seis meses


anteriores (L. 43/90, arts. 50 y 51).

El término “empleado”, a falta de distinción legal, debe entenderse en este caso en su


significado genérico natural, es decir, en el de persona que desempeña un empleo o
cargo, existiendo para tal efecto una relación laboral o suscribiendo un contrato de
prestación de servicios profesionales.

En el mismo sentido el artículo 48 de la Ley 43 de 1990, establece que el contador


público que haya auditado o controlado en su carácter de funcionario público o revisor
fiscal a personas naturales o jurídicas, no podrá prestar a las mismas servicios
profesionales como asesor, empleado o contratista hasta tanto no haya transcurrido un
año de su retiro del cargo.

Diferencias entre la revisoría fiscal y la auditoría externa.

De acuerdo con todo lo expuesto, la revisoría fiscal no puede equipararse con la


auditoría externa, en tanto poseen finalidades distintas en el seno del ente económico.

Sus principales elementos diferenciadores son los siguientes:

• El cargo de revisoría fiscal es obligatorio y opera por mandato de la ley para los entes
económicos que reúnan los requisitos señalados en la norma respectiva, por su parte, la
auditoría externa tiene un carácter meramente opcional.

• El control ejercido por la revisoría fiscal al ente económico es total, mientras el alcance
del examen del auditor se limita a los términos del contrato de servicios profesionales
celebrado con el usuario del servicio.

• La auditoría externa opera en interés de los administradores de la entidad mientras que


la revisoría fiscal salvaguarda los intereses de los asociados y/o de las partes que
conforman el ente económico y con ello el interés del mismo Estado.

• La auditoría externa está subordinada a la administración del ente a quien le rinde


cuentas por el resultado de su gestión, mientras que la revisoría fiscal como controlante
absoluto de la entidad sólo se encuentra sujeto al máximo órgano del ente, la asamblea
general o junta de socios.

• La cobertura del trabajo desarrollado en la auditoría externa se encuentra delimitada en


el tiempo y evalúa una situación concreta de acuerdo a lo pactado en el respectivo
contrato o convenio. La revisoría fiscal tiene una cobertura permanente y amplia de
acuerdo a lo prescrito en la ley.
. Inhabilidad para acceder a la revisoría fiscal por parte de quien se ha desempeñado
como auditor externo del ente económico. (Resaltado fuera de texto).

De esta forma, teniendo en cuenta tanto la naturaleza como los elementos diferenciales
de la revisoría fiscal y de la auditoría externa, resulta evidente que quien se
desempeñaba como auditor externo de la empresa no debe aceptar inmediatamente su
postulación al cargo de revisor fiscal, pues el hecho de estar subordinado a la
administración del ente durante el desarrollo de su labor como auditor externo afecta la
objetividad e independencia profesional (L. 43/90, arts. 37.2 y 37.3) del titular del órgano
fiscalizador, máxime si se tiene en cuenta que corresponde al titular de esa investidura el
ejercer un control integral sobre todas las actividades del ente económico.

En este sentido, es aplicable el artículo 51 de la Ley 43 de 1990 ya mencionado, el cual


prescribe que el contador público que haya actuado como empleado (entendido en su
sentido amplio, involucrando a las personas que se desempeñen como asesores o
contratistas de prestación de servicios profesionales) de un ente económico, deberá
rehusar aceptar su designación a la revisoría fiscal de la misma entidad por lo menos
dentro de los seis (6) meses siguientes a la fecha de haber cesado en sus funciones.

El auditor externo generalmente es un contratista o asesor que actúa en la entidad


temporalmente, por lo que resulta recomendable que se deje transcurrir el plazo previsto
en el artículo 51 para poder acceder la titularidad de la revisoría fiscal en la misma
empresa.

Es preponderante aclarar que las inhabilidades del artículo 51 no operan para acceder
inmediatamente a la revisoría fiscal de la empresa por parte de quien se ha venido
desempeñando como tal, ni para quien habiendo desarrollado una actividad de auditoría
externa en la entidad pueda ser contratado nuevamente como auditor externo”.

En los términos anteriores se absuelve la consulta presentada, indicando que sus


efectos son los previstos por el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo, no
compromete la responsabilidad de la entidad que la atiende, no es de obligatorio
cumplimiento o ejecución, no constituye acto administrativo y contra ella no procede
recurso alguno.

Cordialmente,

HAROLD ÁLVAREZ ÁLVAREZ


Presidente
Consejo Técnico de la Contaduría Pública.

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