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Homilía.

Hoy nos reúne el Sí, el sí de cada uno de ustedes: hombre y mujer que se han
acercado para celebrar el sacramento del matrimonio. Querida pareja no estén
solos, hoy son testigos de este sí grande y hermoso el sacerdote y la comunidad
cristiana, pero no solo ellos, también todas las parejas que casaron y que ahora
están en el cielo. Les digo que no estén solos y por ello no deben temer al futuro,
porque hoy estoy seguro de que José y María los desde la ventana del cielo, no
piensen que van a llevar este hermoso en sí en soltería ¡no! La familia de los
santos los acompañaron, la sagrada familia: José y María serán un modelo que
les aconsejo que imiten.

Yo creo en estos momentos que todos los santos del cielo y los presentes aquí,
observan emocionados su nuevo compromiso y en especial José y María que
desde la ventana del Padre les miran, solo desean una cosa ¿Qué les quiere decir
Dios? o ¿Qué les aconsejaría nuestro Padre del cielo?

Pues bien, Dios nos va hablar a todos, en especial a ustedes queridos esposos,
por ello, los invito a disponer el corazón para escuchar la palabra más importante;
la de Dios. Miresen a los ojos, recuerden las flores, Dios creo las flores, mírense
fijamente y piensen que esos ojos, esa persona la creo Dios, por eso la palabra de
Dios es importante, porque sin su palabra no existiría las flores del campo, los
atardeceres que han compartido desde novios y sin la palabra de Dios no existiría
esa persona que miras. Por todo eso y mucho la biblia debe ser su compañera de
camino, no la dejen guardada, llévenla siempre, léanla siempre, no hay cosa mas
linda que una pareja se siente a la orilla de la cama y lea un verso de la biblia para
alimentar el amor, calmar la ira, ilusiónese de nuevo, sanarse, reconciliarse,
cuando entre ustedes dos se acaben las palabras busquen en Dios nuevas
palabras.

Escuchemos la palabra de Dios, ella sale a nuestro encuentro, primero con el


relato del génesis, que dice: “Se dijo luego Yahvé Dios, no es bueno que el
hombre este solo” ¿Qué nos dice la palabra de Dios? que el ser humano a
menudo tiende a encerrarse en si mismo; se llama egoísmo. En la vida
matrimonial ninguno de los dos debe pensar solo en su interés personal, olvidando
que la otra persona hace parte de la vida del otro, nunca dejen de salir al
encuentro del otro, a veces puede ser aburridor con el paso del tiempo la
presencia de la otra persona; por eso hay que salir una y otra vez, compartiendo y
siendo creativos, recuerden que lo peor que le puede suceder al uno o al otro es
alejarse, volverse egoístas, no es bueno que el hombre o la mujer este siempre
solos, ¡No! Deben estar el uno para el otro.

Es bueno traer a este momento aquel verso de Borges: “Si te quiero es porque
sois mi amor, mi cómplice y mi todo, y en la vida codo a codo,
somos mucho más que dar”.
La palabra de Dios prosigue: “voy a hacerle una ayuda adecuada… el relato
cuenta como Dios creo todas los animales y dejo que el hombre les colocara
nombres y se dio cuenta que hecho tan hermoso paraíso todavía no existía una
ayuda adecuada, los animales no eran la ayuda adecuada”.

¿Qué nos dice la palabra de Dios aquí? En la época en que se escribió el relato,
en muchas culturas los animales estaban por encima de las personas, incluso
eran elevadas a la categoría de Dioses. Aquí con una delicada sutileza, Dios nos
dice; el ser humano está por encima de los animales y ningún animal podrá ser su
compañía adecuada ¿Este mensaje sirve para hoy? Claro en los hogares puede
suceder que el esposo de más amor a la mascota de la casa que a la esposa, o
que la esposa ame más al celular que al mismo esposo. Esto se da porque
ustedes queridos esposos, se enfrentaran a la tentación al otro por un teléfono, los
amigos o la mascota de la casa. Pues bien hoy Dios nos dice; eso no es ayuda
adecuada. La otra persona está por encima de una mascota porque la unida
ayuda adecuada es una persona, es el hombre la mujer y la mujer el hombre.

Les recomiendo que no dejen de saludarse, de decirse con frecuencia; gracias


amor, permiso cariño, perdón mi vida. Porque les puede ocurrir que el puesto del
otro lo ocupe la mascota de la casa o el teléfono u otra cosa y eso no es una
ayuda adecuada. El relato va terminando con la creación de la mujer, allí dice que
en un sueño del hombre, Dios aprovecha e hizo la primera cirugía de la historia.
Forma a la mujer de una costilla, de la mitad del cuerpo. ¿Qué nos dice Dios? que
la mujer y el hombre son iguales como seres humanos y a los ojos de Dios en
derechos y deberes; por tanto luchen contra el machismo, esa idea que cree que
la mujer, salió de los pies del hombre para ser pisoteada, no consientan el
feminismo, que cree que la mujer que salió de la cabeza del hombre para pasar
por encima de él y ser el extremo del machismo. Ante ello equidad, es decir, los
mismos derechos, los mismo deberes de acuerdo a la naturaleza de cada uno.

Jesús hace eco de este principio. En el evangelio de mateo la pregunta del fariseo
deja ver el puesto de la mujer, que se le trate como si fuera un objeto que cuando
ya no le sirve al hombre la puede repudiar con cualquier cosa. Jesús dice: ¡No!
Dios lo crea hombre y mujer para que fueran una sola carne. Con ellos Jesús nos
dice la mujer no es un objeto, es una persona igual de digna al hombre.

Queridos esposos ante la tentación del egoísmo – cultura del encuentro; ante la
tentación de reemplazar al otro por una mascota o cosa o peor aùn por otra
persona, valórese uno al otro con estas palabras: gracias, permiso, perdón. Ante
la tentación del machismo o su contrario: hacer las tareas y amarse en igual
medida. Dispongámonos a celebrar este sí, de amor, es un sí exclusivo: solo dos,
y es un sí para siempre, ámense siempre porque quien no decide amar para
siempre, le será muy difícil, amar si quieres un día. Amén.

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