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Marco Antonio Gandarillas González

Ergonomía laboral
Ergonomía laboral como disciplina preventiva
La Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL) tiene como fin
prevenir lesiones y dolencias por causa del trabajo. Por su parte, el Real Decreto
39/1997, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención,
contempla cinco disciplinas preventivas: Seguridad en el Trabajo para prevenir
accidentes laborales; Higiene Industrial para prevenir enfermedades laborales;
Ergonomía con el fin de adaptar el sistema de trabajo a la persona;
Psicosociología Laboral para tratar los factores de ordenación y organización del
trabajo y Medicina del Trabajo para la vigilancia y el cuidado de la salud laboral.

El concepto de ergonomía ha sido objeto de diferentes definiciones. Una de las


más aceptadas es la siguiente: “Ciencia multidisciplinar que adecua el sistema y
ambiente de trabajo a las necesidades, limitaciones psicofísicas y características
del trabajador”. Trata de armonizar la eficacia laboral con la salud, la seguridad y
el bienestar o, al menos, no malestar. Una definición intuitiva es que se trata de “la
ciencia de los estados intermedios”, o estados entre bienestar y daño laboral,
originados por inadecuación de la carga física o psíquica de trabajo de una
persona. Ergonomía deriva de ergos (trabajo) y nomos (reglas), y puede
considerarse la ciencia de las “reglas del trabajo”.

Una clasificación de la ergonomía laboral sería la siguiente: la ergonomía


ambiental, que trata el ambiente sonoro, visual y las condiciones térmicas; la
ergonomía física, relativa al diseño del puesto, los equipos y la carga física de
trabajo y la ergonomía temporal, relativa al diseño de los horarios, turnos, pausas
y ritmos de trabajo.

Como disciplina, la ergonomía aborda uno de los principios de la acción preventiva


del artículo 15 de la LPRL: Adaptar el trabajo a la persona, en particular en lo que
respecta a la concepción de los puestos de trabajo, así como a la elección de los
equipos y los métodos de trabajo y de producción, con miras a atenuar el trabajo
monótono y repetitivo y a reducir sus efectos sobre la salud.

Se tratarán algunos aspectos básicos de la ergonomía ambiental y física para el


bienestar en el trabajo, entendiendo éste como la ausencia de malestar. En
sucesivos capítulos se desarrollará su aplicación en el ámbito de la cirugía.

La ergonomía ambiental
Ambiente sonoro
La ergonomía, contrapuesta a la higiene industrial, que previene la enfermedad
por ruido o sordera profesional, trata del confort ambiental o no malestar en el
trabajo por un nivel de ruido que, sin ser suficiente para producir una lesión,
interfiere en la comunicación verbal, en la detección de avisos o alarmas, o en
tareas de concentración. Con frecuencia propone música en el trabajo para
atenuar la tarea monótona, crear barreras de intimidad de conversaciones o
enmascarar un ruido de fondo. A este fin, la música ha de carecer de significado,
mantenerse a un volumen adecuado y tener un ritmo suave.

Ambiente lumínico y cromático


La luz y el color no son sólo fenómenos físicos, sino también psicológicos. Los
colores azul y verde son relajantes, mientras que el amarillo, naranja y rojo son
estimulantes. La ergonomía ambiental trata de que el nivel de iluminación del lugar
de trabajo sea adecuado, uniforme, con ausencia de deslumbramientos y una
adecuada distribución de colores en suelos, paredes y techos según la tarea a
realizar.

Ambiente térmico
Si la higiene industrial previene el estrés térmico por calor o frio, la ergonomía trata
el confort térmico ambiental o no malestar por percepción de ambiente caluroso o
frío. Un método para valorar un ambiente térmico general es el de Fanger (ISO
7730), basado en determinar la carga física de trabajo, temperatura, velocidad del
aire, vestimenta, humedad y presencia de radiación solar. Aunque el ambiente
general sea adecuado, pueden producirse molestias corporales locales por
asimetría de planos radiantes (radiación a través de ventana, placa de
calefacción), corrientes de aire, suelo frío o diferencia de temperatura suelo-techo.

Las instalaciones sanitarias, y en particular las de quirófano, deben contar con los
elementos suficientes para cuidar la ergonomía ambiental en cuanto a aspectos de
iluminación, sonido y temperatura. No obstante, aún en condiciones ideales, se
calcula un 5% de insatisfechos, además de la variabilidad en la apreciación
subjetiva de un mismo ambiente.

La ergonomía física
Diseño del puesto de trabajo
Para este punto, la ergonomía parte del conocimiento de la antropometría y de las
leyes de la biomecánica o fuerzas que actúan sobre el cuerpo humano. Por un
lado, frente a la fuerza de la gravedad, la musculatura desarrolla fuerzas para
mantener el equilibrio evitando la caída desde cualquier posición en el trabajo y,
por el otro, la persona debe desarrollar fuerzas y palancas para adoptar posturas y
manejar equipos durante sus tareas diarias. Si las fuerzas aplicadas sobrepasan la
resistencia musculoesquelética surgen molestias locales transitorias, que pueden
volverse posteriormente permanentes, para, finalmente, convertirse en una lesión.
En un puesto de trabajo cabe diferenciar posiciones y posturas. Las posiciones
básicas son: “bipedestación”, “sentado”, “sentado en alto” y “de pie con apoyo”
(ISO 14738; Figura 1). En cada posición el cuerpo puede adoptar diversas
posturas alternantes o estáticas, como tronco recto o en flexión, brazos por debajo
o por encima de hombros o rodillas en flexión o en cuclillas (Figura 2). En general,
estas posiciones y posturas se van combinando durante la jornada.

Figura 1
Posiciones básicas (ISO 14738): bipedestación, sentado, sentado en alto y de pie

con apoyo. (Fuente: Bierwirth, 1999)


Figura 2 Posturas en posición de sentado (ejemplo): tronco extendido, vertical y en
flexión. (Fuente: UNE EN ISO 14738:2002)
No hay posiciones ideales, ni la de sentado o de menor esfuerzo físico. Lo
recomendable es ir variando las posiciones y posturas para evitar que la fatiga se
concentre en determinadas zonas musculoesqueléticas con riesgo de daño local.

Un aspecto relevante de cualquier puesto laboral es el plano de trabajo o área en


la que se disponen los elementos para la actividad. En este sentido, deben
considerarse dos aspectos del plano: su altura y la disposición de útiles y equipos
en el mismo.

En bipedestación, para determinar la altura del plano de trabajo no regulable, se


adopta el criterio de Grandjean, que parte de considerar la altura media del codo
en la población laboral. La altura puede ajustarse elevando o bajando el plano 10-
20 cm según la tarea a realizar, sea de fuerza manual o de precisión
respectivamente (Figura 3). Si el plano es regulable en altura y es utilizado por
varios profesionales, éste se adaptará a los más altos (percentil 95) y los más
bajos emplearán una tarima o un escalón.
Figura 3
Bipedestación y plano fijo: regulación a la altura del codo y ajuste según la tarea.
(Fuente: CCSSO, 2012)
En posición de sentado, la altura de plano según el criterio de Wisner será la que
evite una postura con flexiones o extensiones articulares extremas, manteniendo
sus ángulos en el rango medio de recorrido articular (Figura 4). En especial, un
ángulo de abducción del hombro <35º (criterio de Tichauer; figura 4: ángulo 5).
Estos criterios se preservan si el plano de trabajo es fijo, con el plano del asiento
regulable en altura.

Para disponer los equipos en el plano de trabajo se seguirá la regla de “lo más
usado, lo más cerca”. A este respecto, en el plano existen dos zonas o áreas de
Farley (Figura 5):

1. Zona de alcance óptimo. Formada por el radio de los antebrazos


extendidos con codos pegados al tórax. Es la zona de máximo confort de
movimiento y donde se dispondrán los equipos de uso más habitual (figura:
área naranja-roja).
2. Zona de alcance máximo. Formada por el radio del brazo en extensión. En
ésta se dispondrán los objetos de uso ocasional (figura: área blanca).

El acceso a útiles situados fuera de ambas zonas de alcance supone realizar


estiramientos corporales, por lo que su uso frecuente puede generar molestias.

 Figura 4. Posición de sentado: ángulos (A) de confort de Wisner.

DEFINICIÓN A LÍMITES

Eje tronco-vertical 1 10º - 20º


DEFINICIÓN A LÍMITES

Eje tronco-eje cadera 2 90º - 100º

Eje cadera-eje pierna 3 95 - 120º

Eje pierna paralela al suelo 4 90 - 110º

Eje brazo-vertical (flexión) 5 10 - 35º

Eje brazo-vertical (abducción) 5 8 - 30º

Eje brazo-antebrazo 6 80 - 160º

Eje antebrazo-eje mano 7 180 - 190º


(flexión)

Eje antebrazo-eje mano (incl. 7 170 - 190º


lateral)

(Fuente: ScienceDirect.com)
Figura 5
Áreas de Farley para disponer los útiles en el plano de trabajo. (Fuente:
creativecommons.org)
Carga física de trabajo
La carga física es el conjunto de requerimientos físicos a lo largo de una jornada.
Incluye esfuerzo general, manipulación manual de cargas, movimientos
repetitivos, posiciones o posturas estáticas y posturas forzadas o alejadas del
equilibrio.

 Esfuerzo físico general


Es el gasto energético por jornada, y lo ideal es valorarlo por el consumo de
O2. En la práctica se evalúa por la frecuencia cardiaca (pulsómetro) o por
tablas que estiman el gasto por actividad o profesión (EN-ISO 8996). Suele
calificarse como ligero, moderado, elevado o muy elevado. La organización
del trabajo permitirá recuperar la fatiga física entre jornadas; en caso
contrario puede originarse una fatiga crónica con la clínica asociada.
 Manejo manual de cargas
Aunque el esfuerzo físico general en la jornada no sea elevado, pueden
manipularse cargas con riesgo de esfuerzo local en zonas anatómicas. Se
considera carga a partir de tres kilos, y pueden ser objetos, personas o
animales. Según el peso, las condiciones de manejo, la duración y la
frecuencia, pueden suponer un riesgo especial para la zona dorsolumbar.
El riesgo se evalúa mediante la ecuación de la Guía del INSHT para el Real
Decreto 487/1997 sobre riesgos de manipulación manual de cargas, que
considera asimismo factores restrictivos y personales de riesgo.
Se estima que uno de cada cinco profesionales, incluyendo aquellos
pertenecientes al ámbito sanitario, manipula cargas con riesgo de molestias
dorsolumbares que pueden ser crónicas hasta en un 25%. Según la ecuación de
la Guía del INSHT, basada en criterios biomecánicos y psicofisiológicos, en
condiciones ideales pueden manipularse cargas con seguridad en un rango de 7 a
25 kg. Sin embargo, su evidencia epidemiológica es insuficiente para establecer
un límite fiable.
En el ámbito sanitario, la manipulación manual de objetos y pacientes impedidos
es la causa principal de contingencia laboral, junto a caídas por tropiezos y
resbalones. Siempre que sea posible se mecanizará la manipulación de cualquier
carga (transfer fijo, grúa sanitaria, etc.), se utilizarán medios auxiliares
(deslizantes, camillas) (Figura 6) y, en caso necesario, se movilizarán con ayuda
de terceros y siguiendo las recomendaciones básicas señaladas en la Tabla 1.

Figura 6 Medios para manipular pacientes: grúa sanitaria y tabla deslizante.


(Fuente: OSHS-NZ, 1993)
Tabla 1 - Movilización manual de pacientes impedidos
Recomendaciones básicas

Mantener la espalda recta o en leve flexión.

Aproximar el cuerpo al paciente.

Pies separados para ampliar la base de sustentación.

Rodillas en leve flexión.

Agarre seguro en presa consistente.

Solicitar la colaboración del paciente o la ayuda de terceros en caso necesario.


Tabla 1 - Movilización manual de pacientes impedidos
Recomendaciones básicas

Utilizar medios auxiliares (tabla deslizante, sábana, etc.).

 Posiciones y/o posturas estáticas


No existen posiciones (sentado, sentado en alto, de pie con apoyo,
bipedestación) ni posturas ideales. Es necesario ir alternando posiciones y
posturas para recuperar zonas sobrecargadas por el estatismo, en
particular si las posturas son forzadas o alejadas del equilibrio. Durante la
práctica de la cirugía u odontoestomatología se adoptan posiciones y/o
posturas estáticas, de más de un minuto de duración y con frecuencia
forzadas, que originan incomodidad.
La bipedestación estática prolongada se asocia a una mayor incidencia de
molestias en la columna vertebral y la extremidad inferior. Por otro lado, ciertas
posturas forzadas estáticas, como mantener los brazos en abducción o las rodillas
en flexión, se asocian asimismo a molestias transitorias que pueden acabar
convirtiéndose en persistentes. El riesgo se incrementa si se precisa además
aplicar una fuerza para manejar equipos de trabajo, con una mayor sobrecarga de
los grupos musculares. En este sentido, se han propuesto métodos que evalúan el
riesgo postural como RULA, OWAS y REBA, que pueden ser aplicados por un
observador con una lista de chequeo, o tras la grabación de la tarea en vídeo para
un análisis detallado posterior (Figura 7).

Figura 7 Bipedestación estática con postura forzada


del hombro en abducción. ( Fuente: Gutiérrez-Diez, 2012)
En cirugía es frecuente la posición de bipedestación estática, en la que las piernas
no se desplazan más de un metro de la posición inicial. Se asocia a riesgo de
lumbalgia, molestias en extremidades inferiores y lesiones varicosas con un efecto
dosis dependiente, en función de las horas de exposición por jornada.

 Movimientos repetitivos
Son ciclos de trabajo continuos de movimientos similares en secuencia
temporal, distribución espacial y aplicación de fuerza. Una de las
definiciones más conocidas es la de Silverstein: duración del ciclo
fundamental menor de 30 segundos. Según el tiempo de exposición se
asocian a lesiones en extremidad superior (hombro, codo, muñeca y
mano), como tendinitis de hombro, epicondilitis, tendinitis de Quervain o del
túnel carpiano, así como a molestias en brazo sin un diagnóstico específico.
Se han identificado factores de riesgo predisponentes (anomalía anatómica
previa, a la que la mujer es más sensible), biomecánicos (grado de
repetitividad, de uso de fuerza, de desviación postural) y psicosociales
(monotonía, insatisfacción laboral). Existen varios métodos, como el Índice
de esfuerzo (Strain Index), OCRA, HARM o SALTSA, que consideran estos
factores y gradúan el riesgo.
Equipos de trabajo manuales
Los equipos de trabajo manuales, incluyendo aparatos y útiles, son el nexo entre
el profesional y la tarea que realiza. Su inadecuado diseño en cuanto a peso o
agarre (mango o asa) puede generar molestias y lesiones. Uno de los campos de
la ergonomía es la mejora continuada del diseño de estos equipos, atendiendo a la
antropometría de la mano y sus pequeños grupos musculares, proclives a la
fatiga.

Si el equipo se utiliza de forma prolongada y/o con el brazo en abducción


(separado), un factor clave es su peso, que deberá ser el menor posible, aspecto
menos relevante si su uso es ocasional. Si la tarea es de precisión se recomienda
no superar los 1,75 kg y, si es de fuerza, el peso ideal es 1,1 kg, sin superar los
2,3 kg. Cuando el equipo es pesado pueden emplearse equilibradores de muelle o
de tensión constante. El de muelle retrae el equipo a una posición de espera para
su nuevo uso. En el de tensión, el equipo queda suspendido en posición fija en
espera de su nuevo empleo.

Un aspecto clave en el diseño del mango del equipo es la biomecánica del agarre.
El mango preservará la posición neutra de la muñeca, o al menos en su tercio
medio de recorrido, evitando la flexión o extensión que curva los tendones en su
paso por el canal carpiano, lo que incrementaría el roce, con riesgo de inflamación
local. Además, a mayor curvatura, menor eficacia de la fuerza de agarre,
precisando una mayor tensión muscular con mayor roce y riesgo de inflamación.
Ésta, a su vez, aumenta el grado de roce de los tendones y en un círculo cerrado
puede producir una lesión (tendinitis).

Por otro lado, ha de considerarse el grado necesario de fuerza de aprehensión y/o


torsión de la mano al manejar un equipo. La mano tiene su fuerza máxima de
aprehensión en su apertura media, y el diseño del mango debe tener en cuenta
esta circunstancia. Se recomiendan mangos de 10-12 cm de longitud y de 3 cm de
diámetro para agarre de fuerza, o de 1,5 cm para agarre de precisión.

Si el equipo se agarra con asa, se considerará en su diseño el riesgo de estrés


mecánico de contacto por elevada presión local, en caso de transmitir a la mano
una elevada fuerza en pequeña superficie del asa (presión=fuerza/superficie). La
mano carece de zonas musculares amortiguadoras, y una presión elevada incide
en estructuras óseas con estrés mecánico de contacto y riesgo de lesión local.

Pantalla de visualización de datos


La pantalla de datos es un método de representación alfanumérica o gráfica. En
cirugía su uso es frecuente, en particular en la no invasiva. Su disposición
inadecuada implica posturas cervicales forzadas, repetitivas o estáticas, con
riesgo de molestias locales. En general, se recomienda disponer su borde superior
a la altura de la vista en un ángulo vertical de visión de 0º a 40º bajo la misma, a
una distancia superior a los 50 cm y en un ángulo horizontal de -30º a +30º. El
tamaño, la definición, el contraste y la estabilidad de caracteres y el nivel de
luminancia deben evitar la fatiga visual (UNE-EN 29241.3). Las pantallas actuales
permiten cumplir de forma sobrada con estos requisitos.

Factores psicosociales
Contrariamente a los físicos, los factores psicosociales incluyen diversos aspectos
agrupados en dos dominios: los asociados al trabajo y los no laborales. incluyendo
los propios del profesional. De la inadecuada interacción de ambos dominios
puede resultar estrés con malestar emocional con efectos sobre la salud y la
eficacia laboral.

Los factores laborales incluyen, entre otros, la carga mental, el clima laboral, la
comunicación y el apoyo social, así como los aspectos económicos y de equidad o
de prestigio y estatus. Entre los no laborales cabe destacar los rasgos de
personalidad, salud mental y factores sociofamiliares. El malestar emocional
resultante de factores psicosociales se asocia mediante diferentes mecanismos a
un aumento de las molestias musculoesqueléticas a causa de factores físicos
(postura, fuerza, repetitividad), con menor tolerancia a las mismas.

Promoción de la salud
Ante la exposición a factores físicos (fuerza, postura, repetitividad) se mantendrá
la forma física en sus cuatro aspectos (peso adecuado, fuerza, flexibilidad y
resistencia). Se recomienda un ejercicio aérobico de al menos 150 minutos por
semana, la práctica de algún deporte o caminar a ritmo ligero durante 30 minutos
al día (Figura 8). Otros factores a vigilar son la tensión arterial, el colesterol y la
diabetes, y evitar hábitos tóxicos ( tabaco y alcohol ).

Figura 8 Forma física (peso, fuerza,


flexibilidad y resistencia): realizar un ejercicio aeróbico regular al menos tres veces
por semana, practicar algún deporte o caminar a ritmo ligero. (Fuente: WorkSafe
BC, 2001)
Puntos clave
 La Ergonomía adapta el trabajo a la persona trabajadora con el fin de
preservar la eficacia, seguridad y el bienestar laboral.
 Aspectos claves de la Ergonomía son la carga física de trabajo, el diseño
del puesto y de los equipos de trabajo manuales, así como el uso adecuado
de pantallas de visualización.
 La carga física en el trabajo incluye el esfuerzo general, posturas estáticas
o penosas, manipulación manual de cargas y movimientos repetitivos.
 Aspectos psicosociales del trabajo, gratificantes o insatisfactorios, modulan
el riesgo de la carga física para causar malestar y daño músculo-
esquelético.
 En toda actividad, incluida la quirúrgica, se cuidarán los aspectos físicos y
psicosociales del trabajo para preservar la salud laboral.

Bibliografía
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