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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO


EXTENSIÓN NUEVA ESPARTA.

ENSAYO

EL JUEGO, LOS TIPOS DE JUEGO Y SU IMPORTANCIA

Profesora: Realizado por:


María Angélica Lunar Sofía Jiménez
Elianne coello

Junio, 2021
El juego infantil ayuda a adquirir hábitos saludables y a formar el carácter del
niño/a. Mediante la observación del juego podemos conocer la psicología del niño/a
y su evolución. El juego es placer, experiencia en libertad, proceso, acción, ficción.
Es una actividad seria que implica gran esfuerzo por parte del niño/a. Contribuye al
desarrollo infantil de forma global, ya que ayuda a desarrollar de forma adecuada el
ámbito psicomotor, el afectivo social y el intelectual. Mediante el juego, el niño/a,
actúa, reflexiona, se expresa, descubre el mundo que le rodea.

En la enseñanza, el niño mediante el juego tiene la posibilidad y oportunidad


de experimentar sus capacidades y habilidades físicas e intelectuales, pero a la vez
aprender de manera divertida y con un sentido atractivo pues le permite adquirir
saberes de una manera más natural y no a la fuerza y sin interés

Como bien sabemos en educación Preescolar el juego forma Parte de la


educación del niño, es una herramienta didáctica que ayuda al niño en su desarrollo
físico, social y Psicológico. “El juego ocupa la Posición más Privilegiada en el niño
que a ciertas edades todo lo que el niño hace es juego”

Para Jean Piaget (1956), el juego forma parte de la inteligencia del niño,
porque representa la asimilación funcional o reproductiva de la realidad según cada
etapa evolutiva del individuo. Las capacidades sensorio motrices, simbólicas o de
razonamiento, como aspectos esenciales del desarrollo del individuo, son las que
condicionan el origen y la evolución del juego. Piaget asocia tres estructuras básicas
del juego con las fases evolutivas del pensamiento humano: el juego es simple
ejercicio (parecido al anima); el juego simbólico (abstracto, ficticio); y el juego
reglado (colectivo, resultado de un acuerdo de grupo).

Según Vigotsky (1924), el juego surge como necesidad de reproducir el


contacto con lo demás. Naturaleza, origen y fondo del juego son fenómenos de tipo
social, y a través del juego se presentan escenas que van más allá de los instintos y
pulsaciones internas individuales.

Para este teórico, existen dos líneas de cambio evolutivo que confluyen en el
ser humano: una más dependiente de la biología (preservación y reproducción de la
especie), y otra más de tipo sociocultural (ir integrando la forma de organización
propia de una cultura y de un grupo social).

Se puede destacar el hecho de que Vygotsky y Piaget mantienen la


concepción constructivista del aprendizaje. Sin embargo, mientras Piaget afirmaba
que los niños dan sentido a las cosas principalmente a través de sus acciones en su
entorno, Vygotsky destacó el valor de la cultura y el contexto social, que veía crecer
el niño a la hora de hacerles de guía y ayudarles en el proceso de aprendizaje.
Vygotsky, asumía que el niño tiene la necesidad de actuar de manera eficaz y con
independencia y de tener la capacidad para desarrollar un estado mental de
funcionamiento superior cuando interacciona con la cultura (igual que cuando
interacciona con otras personas). El niño tiene un papel activo en el proceso de
aprendizaje pero no actúa solo.

El juego es una forma en la que se puede divertir una o más Personas, ya que
a través del juego se puede aprender, el juego es una actividad libre ya que todos
tenemos derecho de jugar, de la misma manera el juego es una experiencia de
libertad ya que se produce sobre un fondo psíquico caracterizado por libertad de
elección. Es una actividad voluntaria libremente elegida que no admite imposiciones
externas. Aunque cuando el juego es grupal tiene que acatar las reglas del juego. El
juego es sobre todo un proceso, sus motivaciones son intrínsecas no tiene metas o
finalidades extrínsecas. Así mismo el juego es una actividad que implica acción y
participación activa.

El juego, tomado como entretenimiento suaviza las asperezas y dificultades


de la vida, por este motivo elimina el estrés y propicia el descanso. El juego en el
aula sirve para fortalecer los valores: honradez, lealtad, fidelidad, cooperación,
solidaridad con los amigos y con el grupo, respeto por los demás y por sus ideas,
amor, tolerancia y, propiciar rasgos como el dominio de sí mismo, la seguridad, la
atención.

La infancia, el juego y el juguete guardan entre sí una estrecha relación, y en


el desarrollo histórico-social del hombre tienen una misma ontogénesis, de ahí que
sea imposible separar unos de otros. Sin embargo el juego debe estar incluido en los
proyectos educativos no sólo porque los niños y niñas sientan la necesidad de jugar,
sino como medio de diagnóstico y conocimiento profundo de las conductas del
alumnado. Es una actividad que permite investigar y conocer el mundo de los
objetos, el de las personas y su relación, explorar, descubrir y crear. Los niños/as
aprenden con sus juegos, investigan y descubre el mundo que les rodea,
estructurándolo y comprendiéndolo.

En la medida que se da el desarrollo del hombre, la actividad laboral


comienza a volverse más compleja, a la vez que se empiezan a dar excedentes de la
producción que permiten tener un mejor nivel de vida. Esto va a tener una
repercusión muy importante en el desarrollo de la especie humana, que puede
entonces dedicar tiempo a actividades que ya no están directamente ligadas al
proceso productivo, y la atención a cuestiones que antes le eran prácticamente
imposible de dedicar un tiempo, ya va a constituir paulatinamente un proceso de
socialización netamente relacionado con su desarrollo psíquico cada vez más
avanzado. ¿Y qué pasaba entonces con los niños? Les era imposible participar
directamente en la labor productiva por su progresiva complejidad, el hombre crea
objetos que, aunque reflejan el instrumento de la vida real, no son ya una réplica más
pequeña de aquel, sino un nuevo tipo de cosa que ya no sirve para hace la acción
verdadera sino para "practicarla", y que habrían de realizar en la vida adulta. Surge el
juguete, que no es más que una reproducción del instrumento, en el que está impresa
su función más no su estructura verdadera, reflejando de manera más o menos
aproximada su diseño y objetivo.

Esto va a plantear decididamente la necesidad, en el desarrollo del individuo,


de una etapa preparatoria, en el cual los niños se encuentren y ejerciten para su vida
futura, surge la infancia como período de dicha preparación. A su vez, en ese lapso
los niños, utilizando los juguetes especialmente creados para ellos, van a reflejar en
su entretenimiento con los mismos, las acciones y roles que han de desempeñar como
adultos, aparece el juego como vía y medio de hacer, al nivel de sus posibilidades
físicas, motoras y psíquica, una reproducción de la vida real.
De esta manera, la infancia, el juego y el juguete surgen al unísono en el
devenir evolutivo del hombre, y van a caracterizar la primera fase de preparación
para la acción productiva que los niños han de tener cuando alcancen la edad adulta.

Asimismo, el juego, como elemento esencial en la vida del ser humano, afecta
de manera diferente cada período de la vida: juego libre para el niño/a y juego
sistematizado para el/la adolescente. Todo esto lleva a considerar el gran valor que
tiene el juego para la educación.

Los juegos deben considerarse como una actividad importante en el aula,


puesto que aportan una forma diferente de adquirir el aprendizaje, mediante el
descanso y la recreación. Los juegos permiten orientar el interés del participante
hacia las áreas que se involucren en la actividad lúdica. El profesor/a hábil y con
iniciativa inventa juegos que se acoplen a los intereses, a las necesidades, a las
expectativas, a la edad y al ritmo de aprendizaje. Los juegos complicados le restan
interés a su realización.

En la primera etapa se recomiendan juegos simples, donde la motricidad esté


por delante. Los juegos de imitación, cacería y persecución deben predominar en esta
etapa. En la segunda, deben incluirse las competencias y los deportes.

Podemos afirmar que el juego es un instrumento de aprendizaje, de y para la


vida. Se puede utilizar no solamente para estimular la creatividad sino como una
manera de transformar emociones negativas. Es un importante vehículo que tienen
los niños/as para aprender y asimilar nuevos conceptos, habilidades y experiencias;
por ello podemos decir, sin temor a equivocarnos, que es un instrumento primordial
para la educación.

En las escuelas, al menos hasta que tienen seis años, el juego simbólico es
probablemente el mayor instrumento de aprendizaje que existe. Por este motivo, en
la mayoría de escuelas, en sus aulas infantiles son muy conscientes y lo potencian al
máximo y conforme los niños van creciendo, sus juegos van cambiando. Inicialmente
los niños exploran su entorno a través de estímulos que perciben por medio de sus
sentidos y más adelante cuando despierta su interés por el mundo de los adultos,
juegan a ser bomberos, maestros, doctores, entre otros.
Jean Piaget el padre de la teoría del proceso cognitivo en relación con el
juego describió los principales tipos de juego de acuerdo al desarrollo del niño, cada
uno de los cuales se va perfeccionando conforme éste va creciendo:

En el Juego funcional el niño realiza acciones motoras para explorar diversos


objetos y responder a los estímulos que recibe. Este tipo de juego promueve el
desarrollo sensorial, la coordinación motriz gruesa y fina, la permanencia del objeto
y la posibilidad de reconocer causa-efecto. Algunos juegos representativos en este
estadio son: dejar caer objetos, encontrar un objeto que está aparentemente
escondido, alcanzar algún objeto apoyándose de otro, agitar una sonaja, gatear,
correr, saltar, encender un juguete presionando un botón.

Sin embargo, el juego de construcción, surge a partir del primer año de vida y
permanece durante todo el desarrollo del niño a la par del juego funcional. A través
de este tipo de juego se promueve la creatividad, la motricidad fina (coordinación
óculo-manual), la solución de problemas y la ubicación temporo-espacial. Algunas
actividades que representan este tipo de juegos son: apilar y alinear objetos para
formar caminos, torres o puentes, armar rompecabezas o crear una casita con sábanas
y sillas.

Asimismo, en cuanto al juego simbólico, el niño simula situaciones y


representa personajes de la vida cotidiana y de su entorno. A través de este juego el
niño comprende y asimila lo que observa, escucha y siente, desarrolla su creatividad,
imaginación, fantasía y convivencia con sus iguales.

Finalmente, el juego de reglas, este tipo de juego surge antes de los 6 años, en
él los niños establecen las normas necesarias para jugar, sin embargo pueden
cambiar las reglas siempre y cuando el resto de los integrantes estén de acuerdo. Es a
través del juego de reglas que los niños aprenden a respetar normas, a esperar
turnos, desarrollan tolerancia a la frustración y viven valores como el respeto.
Algunos juegos tradicionales son: el lobo, las escondidillas, memorama, lotería,
boliche entre otros.

Es por eso, en definitiva, el juego es un gran recurso para disfrutar en familia


y aprovechar el tiempo. Lo único que necesitan son ganas de pasarlo bien y crecer
juntos, ya que ni los videojuegos más nuevos, ni las tecnologías más avanzadas ni los
juguetes más innovadores son necesarios para disfrutar de momentos mágicos con
nuestros hijos, abuelos o vecinos; en la playa, en casa o en la calle.

En conclusión, es de mayor importancia estos tipos de juegos y el


conocimiento de cada estadio que naturalmente obtiene el niño en su día a día lo que
va evolucionando cognitivamente, es por ello nosotros como docente de aula estos
temas nos permite organizar en las aulas como una estrategia pedagógica que
persigue el desarrollo de los diferentes aprendizajes del niño en función de sus
necesidades y, permitiéndole también su integración. Jugando interactúan entre ellos,
imitan a los adultos, se ponen en el lugar del otro, desarrollan su imaginación, la
creatividad. Se expresan e intercambian emociones, positivas y negativas. Crean
liderazgo, aprenden a tomar decisiones personales y en grupo, y de esta manera la
inteligencia emocional y racional se van desarrollando con el único acto de jugar y
respetando los diferentes ritmos de cada niño.

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