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"Luis tenía diez años de trabajar en la empresa Ventas, S.A. Por el tiempo de trabajar se había
convertido en un buen amigo del Gerente. Cierta vez, salió a oposición la plaza de subgerente y
decidió participar. Tenía diez años de trabajar en la empresa, así que conocía muy bien su
funcionamiento. Luis creía que ganar la plaza "era pan comido". El único que participaba contra él, era
un joven llamado Javier, quien apenas tenía un año de trabajar en la empresa.
¡Luis estaba seguro que iba a conseguir la posición!; sin embargo fue Javier el que fue promovido a
subgerente de la empresa. Al conocer la decisión, Luis fue a preguntarle a su amigo, el gerente, por
qué le había hecho eso, si tenía diez años de trabajar en la empresa y además consideraba que eran
buenos amigos: ¿Por qué elegiste a Javier? Tú sabes que, con los diez años que tengo de conocer la
empresa y a ti, la subgerencia me correspondía.
Deja que te explique luego -le dijo el gerente- pero antes hazme un favor. Vamos a tener una reunión
a la hora del almuerzo y quisiera unas naranjas para todos ¿puedes ir con la señora que vende frutas y
traerlas?, está enfrente del edificio.
Pero Rodrigo dijo Luis tú sabes bien que eso lo puede hacer la señora de mantenimiento, ¿por qué no
la mandas a ella?
El gerente respondió: Hazme el favor Luis, esta vez ve tú. Luis bajó malhumorado, a buscar las naranjas
y, al estar abajo, recordó que a Rodrigo se le había olvidado darle el dinero para comprarlas, así que
subió de nuevo a pedírselo. Rodrigo, no me diste el dinero. Él respondió: ¡Ah! ¡Es cierto! Disculpa, aquí
tienes.
Luis bajo y se tardó 45 minutos, porque aprovechó para refaccionar en el puesto de frutas. Al regresar,
le dijo al gerente: Rodrigo, "fíjate" que no había naranjas. ¿Había alguna otra fruta?, preguntó Rodrigo.
Seguro que sí, pero no pregunté. Bien, Luis, siéntate un momento.
El gerente marcó el teléfono y llamó a Javier. Al entrar éste, Rodrigo le dice: Javier, ¿Puedes ir a traer
unas naranjas al puesto de frutas, para la reunión que vamos a tener en el almuerzo? Javier salió a
buscarlas. Regresó a los 20 minutos con unas mandarinas y le dijo a Rodrigo:
Jefe, no había naranjas en este momento y decidí traer estas mandarinas. Usted no me dio dinero así
que decidí ponerlo yo. Si no le parecen las mandarinas, dejé apartadas unas manzanas y unos
duraznos. Usted me dice.
Rodrigo dirigió una mirada a Luis, como diciendo: ¿Ves? Luis comprendió inmediatamente el mensaje.
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