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Queridos hermanos y amigos,

Pastoral de Acólitos de la Parroquia San Pablo:

Que el bondadoso apoyo del Señor los acompañe y dirija sus pasos con el eterno
amor de su corazón.

Por medio de esta carta, primero que nada, hoy quiero hacerles saber con estás
letras que plasmó doy contestación a cada una de las cartas que me han escrito en
muchas ocasiones... que me hacen sonreír con esos destellos de amor.

A la vez, quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a cada uno de


ustedes por quererme tanto, por darme mucho cariño, por ir más allá del
compañerismo y por brindarme su amistad, su solidaridad, su atención, sus visitas sin
importar lo que pase me dedican un poco de su valioso tiempo, por hacerme una más
de su grupo de monaguillos, aunque yo pertenezca al de la Parroquia Catedral de
Choluteca (no ha sido barrera para estar ausentes. Sin embargo, siendo hijos de un
mismo Padre Celestial todos somos una misma familia).

También mi agradecimiento por instruirme con cada tema abordado, por


compartir oración en comunidad que hacen alimentar mi espíritu, por traer sacerdotes
a casa para orar por mí; ya que "nada está fuera del alcance de la oración, excepto lo
que está fuera de la voluntad de Dios", por "traer la misa a casa que sólo ese don
magnífico de la Santa Eucaristía nos permite alimentar nuestra débil condición humana,
para unirnos a Cristo y abrazar nuestras cruces de cada día y verlas como escalera
para alcanzar el cielo", por esos momentos ameno que me hacen olvidar esos instantes
sublimes, tiempos de crisis, y días de lluvia y por todos esos lazos de amor para
acompañarme en mi proceso de recuperación. Que solo demuestra su perseverancia de
permanecer junto a mi durante 5 años.

Porque la amistad disminuye el sufrimiento y solo se demuestra en la


preocupación por el amigo y ustedes se han interesado por mi bienestar, por mi
prueba. (El amigo ama en todo momento; en tiempos de angustia es como un
hermano. - Proverbios 17,17)

Sin duda alguna, puedo decir que han estado en todo momento... que con sus
infinitos detalles hacen que me sienta especial y amada. Y una prueba más de ello fue
el pasado 19 de octubre del año en curso(una fecha que quedó grabada en mi corazón
para hacer memoria por siempre) donde está vez "no trajeron la Iglesia a casa, sino
que me trasladaron de mi casa de habitación para reunirnos todos juntos hasta el Altar
de la Parroquia San Pablo" para rendirme tan insólito homenaje; existiendo personas
quizás más importantes que yo, hayan tenido ese gesto tan hermoso de dedicarme una
noche de alabanza, bendición, alegría, amor, aliento y ánimo para conmigo la más
pequeña de los hijos de nuestra Madre Celestial. Me han dejado sin palabras... no me lo
esperaba. ¡me encantó! ¡Gracias por ello!

En mi vida me había sentido más bendecida, como en esta situación particular


que me encuentro, porque hasta ahora de mi vida había conocido a personas que
amarán tanto a su prójimo, como en mi lecho de enferma, ya que hay unos ni me
conocían, otros me conocían solo de mirada o solo cruzaron unas palabras, hay quienes
compartieron acolitar en alguna Eucaristía en el Instituto Santa María Goretti, pero al
fin todos hermanos acólitos, que sin importar el vínculo que hayan tenido hacia mí,
están dispuestos a servir con amor y misericordia.

Ser acolito no es solo servir en el Altar es también al prójimo, especialmente a


aquellos a quienes les falta el cariño, que no reciben bondad, que sufren y están solos,
para sientan el amor de Jesús. Como dice Santa Teresa de Calcuta: "El verdadero
cristiano entra en la Iglesia para amar a Dios y sale para amar al prójimo".

Concluyo, expresándoles una frase de esta inútil servidora: "Dios no sólo te da


una gota de amor. Él te da todo un océano".

Así, que ese infinito amor se refleja a través de cada uno de los que forman
parte de mi vida. Y ustedes han aparecido de manera misteriosa en mi vida como
ángeles. ¡Dios sí que es un misterio!

Dios les retribuirá en bendiciones para sus vidas, familias y su ministerio.

Que nuestra Señora María Auxiliadora sea sus fiel Auxilio y Dios Espíritu Santo
les ilumine y asista en las decisiones y proyectos que emprendan.

Y de mi parte les tendré presente en mis oraciones y "les pido que oren por mí un
poco, para que Dios me dé una voluntad de hierro que no se doble y no falle sus
proyectos en mi".

Reciban un abrazo apretado. Los quiere fuerte su hermana en la fe Ana Espino.

Noviembre, 2019

Posdata:
Para mis hermanos acólitos: "Su sola compañía me llenaba. Digo, eran muy lindos
conmigo, estaban al pendiente de mí, y solo eso bastaba para quererlos, y los quiero, y
me quieren". - Ana Espino

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