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Resumen de Fratelli Tutti
Resumen de Fratelli Tutti
INTRODUCCIÓN
Desde las primeras páginas, el Santo Padre nos dice que su intención con esta encíclica no es
resumir la doctrina sobre el amor fraterno, “sino detenerse en su dimensión universal, en su
apertura a todos”.
“Fratelli tutti” es, asegura el Papa, una encíclica social y un aporte a la reflexión para que, frente a
diversas y actuales formas de eliminar o de ignorar a otros, seamos capaces de reaccionar con un
sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras.
“Si bien la escribí desde mis convicciones cristianas, que me alientan y me nutren, he procurado
hacerlo de tal manera que la reflexión se abra al diálogo con todas las personas de buena
voluntad”.
No se trata –dice el Papa- del falso universalismo de quien necesita viajar constantemente porque
no soporta ni ama a su propio pueblo, o del universalismo autoritario y abstracto, planeado por
algunos para homogeneizar, dominar y expoliar. En cambio, hace un llamado promover el bien,
para nosotros mismos y para toda la humanidad, y reivindica el valor de la solidaridad y la
importancia de reconocer la dignidad humana sin importar si nacieron ricos o pobres, o en uno y
otro país.
“Si se acepta el gran principio de los derechos que brotan del solo hecho de poseer la inalienable
dignidad humana, es posible aceptar el desafío de soñar y pensar en otra humanidad. Es posible
anhelar un planeta que asegure tierra, techo y trabajo para todos”.
Aunque reconoce que en la acogida existe el riesgo de una “esclerosis cultural”, para evitarlo “se
necesita un diálogo paciente y confiado, para que las personas, las familias y las comunidades
puedan transmitir los valores de su propia cultura y acoger lo que hay de bueno en la experiencia
de los demás”.
El Papa hace un llamado al intercambio entre países, pues la ayuda mutua “en realidad
termina beneficiando a todos”.
“Necesitamos desarrollar esta consciencia de que hoy o nos salvamos todos o no se salva nadie. La
pobreza, la decadencia, los sufrimientos de un lugar de la tierra son un silencioso caldo de cultivo
de problemas que finalmente afectarán a todo el planeta”.
Toda cultura sana –puntualiza el Papa-, es abierta y acogedora por naturaleza, de tal modo que
una cultura sin valores universales no es una verdadera cultura.