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Introducción:

La pandemia provocada por el Covid-19 cambió el mundo desde muchas

perspectivas. La economía, las relaciones humanas, el trabajo, el ocio y la forma

en la que el mundo estaba acostumbrado a llevar la vida en general cambiaron

radicalmente y las personas se vieron forzadas a hacer todo diferente. La iglesia

no es la excepción; toda la dinámica litúrgica se vio trastocada por el hecho de que

se restringe la posibilidad de que la comunidad se congregara presencialmente.

La discusión que esta situación generó alrededor de lo que significa ser

iglesia sin poder ir al local físico es muy interesante, ¿Cómo ser comunidad a

pesar de no poder estar juntos? Muchos grupos de cristianos en el mundo

tuvieron que cuestionarse la naturaleza de la iglesia que fue sacada de manera

intempestiva de su cotidianidad y el pueblo de Dios debe estar abierto a leer los

tiempos y evaluar cómo se ha conceptualizado la comunidad de fe y se ha limitado

a un lugar o a unas reuniones.

En medio de toda esta reflexión se debe reconocer que la iglesia Online es

una forma de hacer iglesia que va permanecer a lo largo del tiempo. Ese hecho

lleva al pueblo de Dios a cuestionarse sobre elementos litúrgicos como la

adoración o la predicación. No se trata solamente de responder de manera rápida

ante la crisis, sino ver soluciones y nuevas formas de hacer culto que sean

efectivas y sostenibles en la nueva normalidad.1

1
Lisa Cressman, “B.C. and A.C.: Preaching and Worship Before COVID and After COVID”, Journal
for Preachers, 1 enero 2021, http://web.a.ebscohost.com/ehost/pdfviewer/pdfviewer?
vid=5&sid=509129dd-4ab2-4380-be48-afb86d1fc0ef
El objetivo y el contenido de la predicación y de la adoración no debe ser

diferente porque el medio de transmisión sea diferente, “La palabra de Dios se

transmite con la misma eficacia ya sea contada como una historia en la

antigüedad, leída en silencio en una Biblia hace cien años, o escuchado en un

podcast hoy.”2 Entonces ¿en dónde podría haber una diferencia en todo este

asunto?, ¿podría la iglesia de alguna manera ajustar la forma de la homilética para

hacer más efectiva la predicación para quienes la escuchan desde otro lugares?

¿Cómo han percibidos los predicadores que ha afectado su ejercicio de exposición

bíblica estos nuevos medios de transmisión de la palabra en tiempo del Covid?

Recoger la experiencia de los predicadores durante la pandemia podría resultar la

apertura de una conversación acerca del cómo ser efectivos en las nuevas formas

de hacer iglesia luego de la pandemia.

1. Asuntos preliminares

Ya que la intención de esta investigación es recopilar las experiencias

homiléticas de algunos pastores durante la pandemia, definir la palabra homilética

es importante para darle un marco adecuado al lector. La homilética está definida

hoy por la Rae como el “Razonamiento o plática que se hace para explicar al

pueblo las materias de religión” o en otras palabras es “el estudio académico de

los diversos aspectos del arte cristiano de la predicación” 3. Estas o cualquier otra

definición, han sido el resultado del continuo cambio y evolución del arte de

2
Lisa Cressman, “B.C. and A.C.: Preaching and Worship Before COVID and After COVID”, Journal
for Preachers, 1 enero 2021,http://web.a.ebscohost.com/ehost/pdfviewer/pdfviewer?
vid=5&sid=509129dd-4ab2-4380-be48-afb86d1fc0ef%40sessionmgr4008
3
Pablo Jimenez, La predicación en el siglo XXI : actualidad, contexto, cultura, justicia social,
liberación, postmodernidad. (Barcelona, España: Editorial CLIE, 2009) cap. 2, sec. “Definición y
función de la predicción cristiana”, par. 2.
predicar a través del tiempo, aún teniendo en cuenta que el origen de la palabra

no estaba dado en el marco religioso.

Históricamente, la palabra homilía se usó para referirse al ser humano en su

trato con sus iguales y su construcción social. Esta visión veía al hombre como ser

parlante que se comunica generando así comunidad. De ahí, que el uso que se le

dio más adelante a la palabra homilía fue para referirse a una reunión en donde se

comunicaban ideas.4 En el N.T. “El adjetivo homiletikos, que significaba “reunión”,

pasó a significar “conversación” y dar nombre a un género literario especial por el

que se explica familiarmente una doctrina.”5 Hay varias referencias al término en

conjugaciones que reflejan los dos matices de los que hemos hablado; por un

lado, la idea de reunión y por otro la transmisión de ideas a través de la

conversación o el discurso público.

Ambos sentidos son usados por Pablo en el Nuevo Testamento, el uno por
Pablo: «Las malas compañías [homiliai] corrompen las buenas costumbres»
(1 Cor. 15:33), y el otro por Lucas, el más helenista de los evangelistas: «Félix
esperaba también que se le diera algún dinero de parte de Pablo. Por eso le
hacía venir con frecuencia y hablaba [homilei] con él» (Hch. 24:26). 6

Antes de que la homilética se relaciona con la religión, dos de las líneas de

pensamiento que más aportaron a la construcción del concepto previo al

nacimiento de la iglesia, fueron la griega y la latina. Aristóteles desde su obra La

Retórica y Quintiliano desde Instituciones sobre oratoria, entre otros, aportaron las

4
Alfonso Ropero. Homilética Bíblica. (Barcelona: Editorial CLIE, 2015). Cap. 2, sec. “Homilética
significado y uso” par. 1
5
Alfonso Ropero. Homilética Bíblica. (Barcelona: Editorial CLIE, 2015). Cap. 2, sec. “Homilética
significado y uso” par. 2
6
Alfonso Ropero. Homilética Bíblica. (Barcelona: Editorial CLIE, 2015). Cap. 2, sec. “Homilética
significado y uso” par. 2
herramientas centrales en la técnica del discurso que posteriormente Pablo usaría

en sus predicaciones registradas en los inicios de la iglesia. 7

Todo el proceso de crecimiento de la iglesia en el primer siglo nutrió el ejercicio

homilético y lo llevó mucho más allá de una simple conversación, llegó a ser una

práctica comunicativa que tiene como fin llevar un mensaje espiritual. Los

discursos de Pablo, Pedro y Esteban, entre otros, muestran la influencia de la

retórica helénica así como de los escribas y ancianos, en el discurso bíblico de la

iglesia primitiva. El discurso común practicado tan comúnmente en la antigüedad

le da herramientas fundamentales a la proclamación del mensaje del evangelio en

ese primer escenario y lo va fortaleciendo junto con el devenir de la historia.

Pronto la predicación de los creyentes del primer siglo, logró persuadir y traer a

la fe a gentiles que le dieron a la predicación nuevos matices. Uno de los más

importantes es Agustín (354-420 d.C.) quien enseñaba retórica antes de su

conversión, al acercarse a la fe puso en práctica todo su conocimiento y le dió al

mensaje del evangelio una mayor claridad y variedad. Sus tratados fueron

determinantes ya que estos se caracterizaron por la centralidad en la Palabra

como prioridad. Dicha centralidad sería hasta aquí la característica más importante

de la predicación.

Por el contrario, la Edad Media fue un periodo en donde esta centralidad

bíblica se desdibujó. Las prácticas religiosas promovidas por papado tales como

las indulgencias y la opulencia desmedida de dicha institución, hicieron que la

atención de aquellos que se auto-proclamaron representantes de Dios se desviara

7
Silas Ramos. Red Cristiana Radical. http://www.redcristianaradical.org/breviacutesima-historia-
de-la-homileacutetica-y-la-predicacioacuten.html, último acceso 7 de marzo 2021
de las Escrituras y la fe se llenará de muchos elementos que no estaban en ellas.

El limitado acceso a las Escrituras por parte de los feligreses se reflejaban en una

predicación distante, esta se hacía de espaldas.

En respuesta a esta etapa, la Reforma le dio énfasis a la predicación yal

estudio profundo de la Palabra, tanto que se hizo de esta la tarea pastoral más

importante en el contexto eclesial.8 Dicho énfasis permitió que la predicación

recuperara el carácter bíblico que junto con el desarrollo de la comunicación más

efectiva al hacer uso de la bíblia en el lenguaje común como base de la

predicación, hicieron que la homilética y la predicación tomarán un nuevo aire.

Fue en la modernidad donde se definió la homilética como término y área

de estudio especializado. Si bien el origen de la palabra se dío desde antes del

cristianismo, es solo hasta el siglo XVII, exactamente en 1672, que se publica la

obra de S. Gobel titulada Methodología Homiletica. “Sin embargo, y como ya se

ha sugerido, la Homilética como concepto, no como término, se fue gestando a

través de un largo proceso histórico-formativo.”9     

Por último, la postmodernidad ha traído consigo aún más renovación en las

formas homiléticas. Estos cambios se deben a la lectura del contexto sociocultural,

la evolución de las herramientas audiovisuales y comunicativas y el estudio más

profundo y técnico de las Escrituras. Cada uno de estos elementos nos pone hoy

ante una homilética contextual y la búsqueda de nuevas formas de hacer eficiente

la tarea de compartir el evangelio. Es innegable que estamos ante un punto de

8
Orlando Costas. Comunicación por medio de la predicación (Miami: Editorial Caribe,1989) p. 21
9
Alfonso Ropero. Homilética Bíblica. (Barcelona: Editorial CLIE, 2015). Cap. 3, sec. “Historia breve
de la predicación” par. 3
inflexión en la predicación, esto hace necesario generar algunas ideas alrededor

de las diferencias homiléticas que trajo consigo la coyuntura de la pandemia.

1.1 Teología de la predicación

La predicación, como todo el quehacer de la iglesia en su misión de llevar las

buenas nuevas al mundo, tiene un respaldo teológico él las escrituras. Entender el

rol de la Palabra de Dios en su estructura, la referencia de Cristo en ella o el

reconocimiento de la intervención divina del Espíritu Santo se hace fundamental

para comprender su rol dentro de la liturgia y la forma en la que todos estos

factores terminan dándole al escucha caminos para ir hacia Dios en

arrepentimiento y convicción. A continuación se hará un recorrido por algunos de

estos aspectos.

1.1.1 Centralidad y fidelidad bíblica

“La Biblia es el libro del predicador.” 10 Frente a esta afirmación no hay

discusión alguna. Las Escrituras es una de las formas en las que Dios ha decidido

revelarse al ser humano, allí está contenida la historia de la humanidad desde la

perspectiva de Dios y como Él interviene para salvar a la humanidad de una

eternidad lejos de él. El contenido de una predicación que no esté ligado a la

narración de dicha historia no cumplirá su propósito: llevar a las personas a querer

acercarse a Dios, vivir como Él nos invita y a servir como reflejo de nuestra

convicción de seguirlo.

10
Alfonso Ropero. Homilética Bíblica. (Cap. 10, sec. “la sagrada escritura par. 1
La Palabra afirma de ella misma el carácter inspirado y divino de su

contenido y de su misión en el corazón humano: “Toda Escritura es inspirada por

Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a

fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.” (1 Ti.

3:14-17, LBLA). El acto comunicable de la predicación debe apuntar a este fin: el

equipamiento del creyente, y sólo será esto posible si se comparte la Escritura

inspirada por Dios. Es justo de este punto desde donde proviene la autoridad de la

predicación, si el pastor predica la Palabra de Dios, predica de parte de Dios y es

solo un instrumento que comunica la voz de Dios a nosotros.

El predicador entonces tiene la responsabilidad de nutrir su mensaje y su

vida con las Palabras de Dios; “11  El que habla, hágalo como quien expresa las

palabras mismas de Dios. (1 Pedro 4;11, NVI) él es un mensajero, no quién emite

el mensaje, pero es importante que un sermón no solo pase por la mente sino

también por el corazón de quien lo expone, garantiza que más que palabras

estudiadas, el sermón es la expresión misma del corazón y el obrar de Dios en la

vida del expositor y se espera que suceda de la misma manera en el oyente final.

El poder de la Palabra de Dios debe traspasar la vida del expositor, y llevar el

sermón mismo a ser vida para el auditorio que lo escucha.

La centralidad bíblica de una predicación no siempre ha sido un asunto

tomado en cuenta durante la historia, en diferentes momentos se ha hecho énfasis

en otros elementos adicionales que supuestamente eran necesarios para darle

fuerza al mensaje. En el siglo XVI, el lenguaje denso y la elocuencia eran

elementos usados para “ayudar” a que el mensaje bíblico pueda tener mayor
impacto. El predicador William Perkins (1592) junto con otros colegas de su época

se enfocan en atraer la atención del sermón sobre la Palabra: “Tan solo la Palabra

de Dios debe predicarse, en toda su perfección y coherencia interna” 11 Perkins

deja en claro que no deben exponerse ideas que nacen del expositor y luego

busca versículos para reforzarlas, ni tampoco el contenido del mensaje debe ser

un estudio empírico o un ejercicio académico. Lo que el predicador piensa sobre

la Biblia es crucial a la hora de abordarla para exponerla, es necesario

comprender que la autoridad misma de Dios está allí, por lo tanto, es autónoma y

completamente eficaz en sí misma.12

Los demás elementos usados por un predicador como las ayudas

audiovisuales, las técnicas de comunicación y las ilustraciones deben ser usados

bajo la idea fundamental de que todo eso está al servicio de exponer la esencia de

la Palabra misma.

Dios, a través del texto bíblico, revela el drama de la Redención, en donde

Él mismo interviene en el devenir de la humanidad para su salvación. (Sal 98:3,

Sal 67:2, Is 45:22, Za 8:7, Lc 13:23, Jn 5:34, Rom 11:26, 1 Tim 2:4) Cada

elemento de ese drama por más lejano que parezca apunta a un solo lugar: La

cruz de Jesús. El sueño de Dios de que cada persona pueda regresar a casa y

ese es el mensaje de la Palabra y por lo tanto debe serlo también de la

predicación.

La predicación al alinearse con el sentido bíblico debe apuntar al amor de

Dios como detonante de su auto-revelación. Esa autorrevelación se hace desde


11
William Perkins, The Art of Prophesying with the Calling of the Ministry (publicado por primera
vez en inglés en 1606; reimpr., Edinburgh, Escocia: Banner of Truth, 1996),9.
12
Timothy Keller, Preaching: Communicating Faith in an Age of Skepticism, (Nashville, B&H
Publishing Group, 2015),25.
tres focos: La creación, las escrituras, y la persona de Jesús. Son estos tres

caminos los que deben fundamentar el contenido de una exposición bíblica que no

debe tratarse acerca de las ideas que cada pastor tenga de Dios sino de lo que

Dios ha hecho a través de la Palabra. Probablemente sea común que los

predicadores tengan la constante tentación de incluir algunas ideas de otras

fuentes, o de buscar la manera de que sus ideas personales sean respaldadas

con algún versículo bíblico que hagan más llamativo, de ahí la necesidad de

rendición absoluta a Dios y a su Palabra, esto hará que con humildad pueda

reconocer que su papel es el de un mensajero.

1.1.2 Cristología de la predicación

Jesús es el eje del texto bíblico y por lo tanto lo será de la predicación

también. El drama de la redención que vemos plasmado en la Palabra de Dios

hace referencias innumerables a la persona de Jesús, no solo en el momento

histórico donde Él se encarna, es decir desde el Nuevo pacto, sino también desde

el Antiguo pacto. Una y otra vez, la persona de Jesús y su rol en la historia de la

humanidad como el Salvador del mundo se evidencia a lo largo de todo el texto

Bíblico (Isaías 7: 14, Isaias, 9:8, Isaías 53: 3-7 Zacarías 9:9, Lucas 2:11, Gálatas

2:20, Hebreos 7:25, 1 Pedro 1:18-19, Romanos 5:10) “Es él por tanto, quien le da

contenido a la predicación ya que sin él no hay Kerygma, además le da verdadero

propósito, sin él no hay salvación”13

El entendimiento correcto de toda la Escritura dependerá de que el

expositor bíblico logre entender cada sección desde la clave de la interpretación

bíblica: Jesús. El apóstol Pablo muestra que Jesús era el fundamento de su

13
Costas. Comunicación por medio de la predicación,23.
predicación. “Yo mismo, hermanos, cuando fui a anunciarles el testimonio [a] de

Dios, no lo hice con gran elocuencia y sabiduría.  2  Me propuse más bien, estando

entre ustedes, no saber de cosa alguna, excepto de Jesucristo, y de este

crucificado.” (1 Corintios 2: 1-3, NVI) Aquí es importante notar que cuando Pablo

escribió esto a la iglesia en Corinto el contenido de sus predicación era

exclusivamente el Antiguo Testamento., es decir que Pablo leía el contenido de la

Biblia Hebrea con los lentes de la persona de Jesús y entendiendo como su

encarnación iluminaba todo el contenido del antiguo pacto. 14

De la misma manera que Pablo, el predicador actual debe leer toda la

escritura a la luz de Cristo, y todo el contenido de sus enseñanzas, si importar el

tema, finalmente debe apuntar a que cada oyente fije su mirada en la cruz de

Jesús y viva de acuerdo con los principios bíblicos expuestos. Sin importar el

género literario, el contenido histórico o la poca relación que un texto bíblico pueda

tener con Jesús, siempre se debe interpretar las verdades bíblicas desde la

redención en Cristo.

Este aspecto Cristocéntrico de la predicación no invalida los elementos

valiosos que nos aportan la retórica, la lógica o la oratoria, de hecho el mismo

Pablo hace uso de varias de estas herramientas en sus discursos registrados en el

libro de Hechos (13: 16-41, 17:22-31, 20: 18-35, 21:37-23:35). De manera diestra

el apóstol Pablo identifica su audiencia y así mismo elige la forma en la que va a

comunicar el mensaje de Cristo resucitado.

“Pablo ciertamente quiere reorientar el corazón de sus oyentes y cambiar lo


que ellos más aman, esperan y en lo que ponen su fe. No obstante, insiste

14
Keller, Preaching: Communicating Faith in an Age of Skepticism, 14.
en que este cambio no debe ocurrir a través del ingenio humano, sino sólo
mediante una «demostración del poder del Espíritu» (1 Cor. 2:4),” 15

Cada predicador puede usar herramientas audiovisuales, diferentes tonos

comunicacionales, ilustraciones y elementos extras que el arte de la comunicación

pueda brindar pero siempre manteniendo el mismo objetivo: que Jesús sea el

centro del mensaje.16

La encarnación de Jesús es una de las formas en las que Dios se revela a la

humanidad. Al inicio del evangelio de Juan, se anuncia el nacimiento de Jesús

bajo la idea de que el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Juan 1:14).

Jesús es la Palabra de Dios encarnada y por lo tanto la proclamación del

evangelio por medio de la predicación será hablar de Jesús como el Cristo

encarnado, crucificado ascendido y que regresa. Ropero hace un énfasis sobre

cómo el elemento de la encarnación debe estar como núcleo del anuncio del

evangelio:

La palabra que proclamamos no son nuestros pensamientos sobre Dios, ni


aun los pensamientos de Dios transcritos y entregados a nosotros, sino el
Verbo, la Palabra hecha carne. El Dios que se hizo hombre no se interesa en
ideas o principios, sino en personas. Su apelación no toma la forma de
«Creed mis enseñanzas», o «Seguid mis preceptos», sino «Creed en mí»,
«Seguidme», «Yo soy la verdad».17

Entonces el elemento de salvación se hace protagonista en el argumento de

una predicación, ya que Jesúcristo es la demostración de un Dios en acción de

amor para salvarnos. Pablo en la segunda carta a los Corintios pone en relación la

revelación de Dios en el Logos encarnado para salvación con la tarea de llevar

15
Keller, Preaching: Communicating Faith in an Age of Skepticism. p. 16
16
Keller, Preaching: Communicating Faith in an Age of Skepticism. p. 15-16
17
Alfonso Ropero. Homilética Bíblica. (Parte II Cap. 3, sec. “Predicamos a Cristo” ) par. 3
ese mensaje que reconcilia a Dios con el mundo. “Dios estaba en Cristo

reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus

transgresiones, y nos encargó a nosotros el mensaje de la reconciliación”(2 Cor.

5:19). El expositor bíblico debe entender que la palabra que predica es en sí

misma Cristo, Es el “(Verbo) creador que hizo los cielos. Tiene el poder de recrear

las vidas en desorden de la gente y presentarlas a Dios como nuevas criaturas en

Cristo.”18

1.1.3 Espíritu Santo: el papel del espíritu de Dios en la predicación

La predicación no es solo un evento comunicacional con iniciativa

exclusivamente humana. La predicación viene de Dios como un acto de amor que

llevará a las personas al arrepentimiento. Esto lo hace un evento de carácter

espiritual y por lo tanto cuenta con la inevitable intervención del Espíritu Santo

para lograr su objetivo y es necesario decir que este aspecto es fundamental ya

que el carácter espiritual sólo logrará ser entendido por personas que también

están dispuestas a experimentar la realidad espiritual. El entendimiento sólo

intelectual de la predicación no trae consigo el objetivo final de la misma:


19
conciencia de la necesidad de Cristo.

Por lo anterior, es importante resaltar que el predicador no sólo debe

exponer un sermón desde su conocimiento intelectual sino también desde la

evidencia del obrar del Espíritu Santo en su propia vida. La uncion es el Espíritu

Santo

18
Alfonso Ropero. Homilética Bíblica. (Parte II Cap. 3, sec. “Predicamos a Cristo”) par. 6
19
Costas. Comunicación por medio de la predicación,26.
descendiendo sobre el predicador de forma especial... Es Dios dando poder
y capacitando al predicador, a través del Espíritu, a fin de que pueda hacer
esta obra de una manera que lo eleva por encima de los esfuerzos y
tentativas del hombre hasta una posición en que es utilizado por el Espíritu y
se convierte en el canal a través del cual obra el Espíritu. 20

Este obrar del Espíritu, unge a quien está en el púlpito usando, tanto su

intimidad con Dios, como su preparación para que hacerlo canal de transmisión

del mensaje a la audiencia. Ambos elementos son importantes, la unción y la

preparación, ambos vienen de una actitud piadosa de reconocer que la

responsabilidad de llevar el mensaje de Dios requiere la participación del intelecto

como de espíritu conectado con el Espíritu. Elías y su encuentro con los falsos

profetas en el monte Carmelo es un claro ejemplo de ello. 1 Reyes muestra que

luego de preparar el altar, con la madera que cortó y después matar el buey,

cortarlo en pedazos y esparcirlo por encima de la madera, oró para que

descendiera fuego; y el fuego cayó. Ese es el orden. 21

El texto bíblico nos deja ver que esta unción es un elemento fundamental

tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo. Dios quería comunicarse con

su pueblo y no solo eso, sino usarlo para dar testimonio de Él a todas las

personas. Esto lo hacia por medio de los profetas que él. Dicha relación y

comunicación contaba con una intervención del Espíritu de Dios. Ruaj es una

referencia hebrea que podría tener 3 posibles traducciones veterotestamentarias

según su contexto. La primera de ellas será viento, brisa, tormenta o vendaval, la

20
Alfonso Ropero. Homilética Bíblica. (Parte II Cap. 1, sec. “la predicación y el poder del espíritu”)
par. 5
21
Ropero. Homilética Bíblica. (Parte II Cap. 1, sec. “la predicación y el poder del espíritu”) par. 1
segunda hará referencia al aliento o respiración humana, y la tercera, que es la de

interés en este punto, es la de Ruaj como “ el Espíritu de Yahvé” quién es “el

dinamizador de la acción y la historia humana.” 22

Las casi 100 referencias de Ruaj como el Espíritu muestran como la

divinidad es derramada o compartida con personas con las que Dios buscaba

vincularse para que enfrentarán retos o empresas espirituales en el devenir de la

historia de Dios, que a simple vista parecerían imposibles. Sansón y los demás

jueces, Saul y David como reyes de Israel y los muchos profetas que llevaron la

palabra de Dios al pueblo en tantas oportunidades para arrepentimiento de la

humanidad; todos ellos experimentaron la unción del Espíritu de Dios para cumplir

su rol en la historia de Dios e Israel (Jue 15, 1 Sam 16, Is 11, Ez 36). 23

Con la llegada del Mesías la necesidad de predicar las buenas nuevas al

mundo entero hizo que la unción del Espíritu Santo tomará un protagonismo

fundamental en esa tarea. Juan el Bautista es el primer profeta en el Nuevo

Testamento que hace referencia a Cristo y del cual se afirma que el Espíritu de

Dios estaba sobre él (Lc 1). Su ministerio de la palabra llevó convicción a muchos,

incluyendo a los fariseos. El Señor Jesús también experimentó esta unción cuando

el Espíritu descendió sobre él en forma de paloma durante su bautizo: él mismo lo

dijo en Lc 4:18 : “El Espíritu del Señor está sobre mí por cuánto me ha ungido para

dar buena noticias a los pobres…” Además de una clara referencia a la obra de

salvación, es la evidencia que su predicación sobre el Reino de Dios y el

testimonio de él mismo estaba siendo potenciado por el obrar del Espíritu de Dios.

22
Lidia Rodríguez, “La presencia del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento” (conferencia
“Teología trinitaria”, Universidad de Cantabria, 18 octubre 2018), 3
23
Rodríguez, “La presencia del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento”, 6
El profeta Joel anticipó que esta unción del espíritu se derramaria sobre toda

carne. Pentecostés es el cumplimiento de esta promesa. No solo ese día si no que

de ahí en adelante, vemos en el libro de Hechos como Pedro, Juan, Esteban, y

muchos otros hombres y mujeres de fe comenzaron a testificar de Cristo por el

mundo conocido, ya que estaban llenos del Espíritu Santo. Pablo es el ejemplo

cúspide de la necesidad de la unción y conexión entre el mensajero y el Espíritu

para que la titánica tarea de persuasión del corazón humano se lleve a cabo de la

mejor manera. “4 No les hablé ni les predique con palabras sabias y elocuentes,

sino con demostración del poder del Espíritu, 5 para que la fe de ustedes no

dependiera de la sabiduría humana, sino del poder de Dios.” (1 Cor 2:4-5)

2. Iglesia: la predicación en el crecimiento de la congregación

La predicación dominical es probablemente el medio más usado por la

iglesia para la edificación de las personas que asisten a ella. 24 El contenido de

esta debe ser bíblico y trae luz y aplicación de las verdades en la Escritura a la

vida del creyente en su hoy. Este ocupa un porcentaje importante de las

celebraciones liturgicas en las iglesias y busca darle herramientas prácticas y

fundamento teológico a la fe de los creyentes. La iglesia es el contexto de la

predicación, “por tanto está atada a la existencia y misión de esta”. 25

Homileticamente hablando, pueden haber varios tipos de sermones

(Narrativo, expositivo, temático) cualquiera de ellos apunta al mismo objetivo:

edificar la iglesia. Para efectos de esta investigación es importante enteder el

24
Juan David Correa “Estrategias homiléticas para sermones memorables” (Tesis pregrado,
Fundación Universitaria Seminario Bíblico de Colombia, 2019), 7
25
Costas. Comunicación por medio de la predicación,25
papel eclesial y litúrgico de la prédicación y si la virtualidad producida por la la

pandemia reconfigura su esencia o si tan solo trastoca elementos de forma y no

de fondo.

2.1 La predicación en la iglesia primitiva “el ministerio de la Palabra”

El teólogo Peter Adam sostiene que lo que llamamos predicación como

discurso formal de domingo es lo que la Palabra describe como “el ministerio de la

palabra” (Hc 6:2, 6:4)26 Para Keller, referirse al miniterio de la palabra como lo

hace Adam, de manera tan general hace que el uso de los 33 palabra griegas para

referirse a la predicación en el N.T. no sea lo suficiente mente claro. No simepre

que el texto bíblico se refiere a la predicación, en el libro de Hechos, se esta

refiriendo a una persona parada en frente de una audiencia que vino a escucharlo

definitivamente a él. Keller afirma que habrian posiblemente 3 niveles para este

ministerio de la palabra. El primero lo podemos ver en la carta a los colocenses en

donde

Pablo exhorta a todos los creyentes a «que la palabra de Cristo habite en


abundancia en vosotros» y «con toda sabiduría enseñándoos y
amonestándoos unos a otros» (Col. 3:16, LBLA). Todo cristiano debería
poder enseñar (didaskalia, la palabra común para instrucción) y amonestar
(noutheteō una palabra común para la consejería sólida que cambia la vida)
para transmitir a otros las enseñanzas de la Biblia .27

El segundo se refiere a el don de “hablar” del que el apóstol Pedro hace

referencia cuando nombra los dones que Dios le da a cada miembro de la iglesia y

de la importancia de administrarlo fielmente: “Cada uno ponga al servicio de los

26
Peter Adam, Speaking God's Words: A Practical Theology of Preaching (Vancouver, British
Columbia: Regent College Publishing, 1996), 59. (non vidi) Citado en Keller, Preaching:
Communicating Faith in an Age of Skepticism. p. 5
27
Keller, Preaching: Communicating Faith in an Age of Skepticism. p. 5
demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus

diversas formas. El que habla, hágalo como quien expresa las palabras mismas

de Dios.” (1 Pedro 4:10) Aquí el ministerio de la palabra no hace referencia al

sermón dominical si no más bien a la evangelización, consejería y cualquier otro

escenario en donde la palabra se comparta más allá de una conversación casual

entre creyentes.28

Y en tercer lugar esta el “ministerio de la palabra” como una predicación

ante un auditoria que podría representar a nuestras iglesias y que es la que ocupa

el centro de esta investigación. Vemos muchos ejemplos de esta en todo el Nuevo

Testamento. Esteban con su discurso antes de ser apedreado (Hec 7), Pedro

cuando estaba junto con Juan ante el Sanedrín (Hec 4) y el apóstol Pablo quien

durante sus viajes misioneros expuso en diferentes contextos las buenas nuevas

de salvación de manera pública tanto dentro como fuera de las sinagogas (Hec 16

Pablo en Filipos y Hec 17 en Atenas)

Tanto para Keller como para Adam, si bien el “ministerio de la palabra”

abarca mucho más que solamente la predicación del domingo, esto no quiere

decir que el sermón deba o pueda ser reemplazado por cualquiera de los otros

dos niveles de este ministerio. Es importante entender que “La predicación pública

de Cristo en la congregación cristiana es una manera única en la que Dios habla y

edifica a las personas, y establece las formas más orgánicas del ministerio de la

Palabra de los niveles uno y dos”.29 La predicación dominical no solo cumple un rol

dentro de la liturgia sino dentro del peregrinar espiritual del creyente y esta jamás

28
Keller, Preaching: Communicating Faith in an Age of Skepticism. p. 5
29
Keller, Preaching: Communicating Faith in an Age of Skepticism. p. 7
podrá ser suplida con estudios bíblicos en grupos pequeños o encuentros de

consejería. Claramente puede apoyarse en esas demás formas del ministerio,

pero siempre deberá estar presente en el devenir de la iglesia.

2.2 El Papel litúrgico de la predicación

La liturgia se entiende como los diferente elementos y momentos que se

conjugan para adorar a Dios en el culto. La predicación hace parte de esta

estructura como uno de los protagonistas a la hora de exaltar y proclamar el

evangenlio y la victoria de Dios en Cristo. Así como la adoración por medio de la

música, el diezmo y el servicio son una expresión de devoción en comunidad

hacia Dios, la predicación tiene tambien matices del reconocimiento del señorío de

Dios por medio de la exposición, interpretación y aplicación de su verdad a la vida

de cada creyente. Siempre la proclamación del evangelio tendrá un lugar en la

liturgia ya que de manera reciproca, la comunidad responde al amor y la grandeza

de Dios en obediencia. Todo acto de adoración es una respuesta al favor que Dios

ha ofrecido a quienes han escuchado su voz. La necesidad de la predicación en el

culto refuerza dicha respuesta ya que esta puede fortalecerse al llegar a un mayor

entendimiento de dicho favor.

Una mirada rápida a la práctica cultica del pueblo judío en la sinagoga, por

ejemplo, nos daría luces frente a la centralidad de las escrituras en la liturgia.

Luego de que el templo de David, en donde el uso de las escrituras era evidente

por medio del canto de Salmos, fuera destruido y el pueblo regresara de la

cautividad, las sinagogas fueron espacios que se convirtieron en el centro del

quehacer religioso del pueblo de Dios. Los arqueologos han encontrado que estos
espacios contaban con poca indumentaria. Los enseres estaban puestos en un

cuarto abierto y amplio con un cofre en elmento central en donde estaban los

rollos de las Escrituras, una mesa para la lectura de estos, lámparas, candelabros

y algunos instrumentos musicales además de las bancas para quienes asistian al

culto.30

En la escena de Lucas 4, luego de la tentación de Jesús en el desierto,

Vemos como en día sábado, el Mesias entra a la sinagoga como era su

costumbre. Si se analiza con detalle este culto se evidencia la centralidad de la

lectura y exposición de las Escrituras por varias razones. La primera es que el

mueble central en las sinagigas era el cofre de los rollos, algo similar al arca

delpacto en el tabernáculo. En segundo lugar, las numerosas lecturas que se

hacian de estos rollos: se hacial 7 lecturas del antiguo testamento y una lectura

especial especificamante en los profetas. La tercera de ellas es que al ser Jesús el

rabino visitante, le pidieron que leyera al profeta Isaias y el lo hizo de pie (Lc 4:16).

La lectura de las Escrituras se debia hacer al frente de los demás miembros de la

comunidad y como muestra de reverencia y prioridad al ministerio de la Palabra,

esta lectura debia hacer de pie por parte del rabino. Y la última razón que

evidencia la importancia de los rollos está relacionada con la figura de “ministro”

dentro del culto que era la persona encargada de manipular y cuidar la integridad

de estos escritos. Todo lo anterior hace notar que “la función basica de la

sinagoga era el servicio de la Palabra”31

De la misma manera que la sinagoga, la centralidad de la la Biblia se


evidencia en los cultos modernos. En un porcentaje alto, las reuniones
30
Paul E. Engle, Descubriendo la plenitud del culto, Trad. de David Legters M. (Michigan, Great
Commission Pubns 1978) 49
31
Paul E. Engle, Descubriendo la plenitud del culto, 51
dominicales en la actualidad cuentan con un espacio significativo de la reunión
para la exposición del texto bíblico y tal vez en este tiempo de pandemia dicho
elemento tomo aún más protagonismo al

3. El papel del receptor en la predicación: el carácter antropológico de la


predicación (cultura)
4. La predicación como un acto de comunicación
a. Comunicación verbal: La retórica digital

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