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GRUPO 2: Influencia de la música en el desarrollo del lenguaje.

Johana
Yelitza
María Daniela
Daniela Nayeli
Solanyi
Lucero
La música y el desarrollo del lenguaje
por Cristina De Castro Lillo-Benimeli | Feb 23, 2016 | Logopedia
La música es un elemento versátil que gusta tanto a los más pequeños como a los más mayores.
Sabemos que con la música nos podemos relajar, animar, desahogar, etc. Pero también es una gran
ayuda a la hora de desarrollar diferentes áreas implicadas en el lenguaje.
La influencia de la música a edades tempranas
El carácter repetitivo de los sonidos facilita la memorización de secuencias temporales. En el caso de
las canciones, permite recordar elementos como sílabas, palabras y frases.
Las canciones permiten, además, el aprendizaje de nuevas palabras. Contribuyen al enriquecimiento del
vocabulario y por lo tanto, de la expresión y de la comprensión. La articulación también es un área que se
beneficia de esta herramienta.

No obstante, cuando hablamos de música no sólo nos referimos a melodías o canciones que podemos
escuchar en la radio. El habla misma, está constituida por patrones musicales. En este caso, el habla
dirigida a los bebés es el mejor ejemplo.
Desde edades muy tempranas, los adultos se dirigen a los bebés haciendo uso de distintos elementos que
llaman la atención de los pequeños. Entre estos elementos tenemos: la exageración de melodías, el
alargamiento de las vocales, la elevación del tono, la marcación rítmica, la repetición de sílabas, la
acentuación de las palabras o la modificación de la duración de las pausas.
Además de captar su atención también tienen la capacidad de regular su estado emocional y el nivel de
excitación del bebé. Por otro lado, también facilita la adquisición del lenguaje.
Sin embargo, no solamente el lenguaje se beneficia de la música. Ésta tiene gran influencia en el
desarrollo global a nivel motor, afectivo y cognitivo.
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potencial de tus hijos.
https://clinicacorps.es/2016/02/23/la-musica-y-el-desarrollo-del-lenguaje/

Música y lenguaje poseen unos campos compartidos, tanto en la implicación de los mismos instrumentos
vocales, auditivos, cognitivos, etc., como similares fases de desarrollo. En el ámbito educativo de la
enseñanza infantil esta complementariedad puede ser favorecedora de experiencias globalizadores
significativas para el alumnado. La investigación llevada a cabo en un aula de educación infantil muestra
los contenidos educativos compartidos por la lengua y la música que pueden ser trabajados en actividades
conjuntas y significativas para ambas áreas en estas edades tempranas.

Introducción

El estudio del desarrollo natural, el aprendizaje y la evolución del lenguaje en el ser humano ha sido un

campo muy analizado desde múltiples perspectivas y en muy diferentes contextos. Encontramos amplitud

de investigaciones en relación con el lenguaje, tanto en el ámbito escolar (Puyuelo, Renom, Solanas, &

Wiig, 2006) como en otros muy variados, como las personas con Alzheimer (Puyuelo & Bruna, 2006) o las

personas sin hogar (Salavera, Puyuelo, & Orejudo, 2009; Salavera, Puyuelo, Tricás, & Lucha, 2010).

Esta investigación se centró en el ámbito educativo en la etapa infantil. Se buscaban nuevas y más

significativas propuestas de enseñanza y aprendizaje del lenguaje, donde la interdisciplinariedad y las

experiencias globalizadoras favorecieran dicho aprendizaje. En concreto, se estudiaron los campos

compartidos por la música y la lengua y su mutuo enriquecimiento si se trabajan de manera conjunta.

Desarrollo lingüístico y musical

En la vida del ser humano cobra especial importancia en los primeros años el desarrollo vocal y auditivo

que presenta el niño. Este desarrollo posibilita un aumento paulatino de su competencia comunicativa que,

como ser social, le ayudará a integrarse en la sociedad haciendo uso de los códigos lingüísticos que en

ella se utilicen (Puyuelo & Rondal, 2003).

Tanto la música como la lengua son habilidades universales que cuentan con sus códigos lingüísticos y

sus propios universales cognitivos, en los que podemos marcar unas determinadas fases comunes de

desarrollo. Se valen de los mismos instrumentos. El aparato respiratorio, el auditivo y el fonador son los de

mayor implicación en el proceso, si bien todo el cuerpo entra en juego en la comprensión y la expresión.

Desde antes de nacer el ser humano utiliza su oído como medio para conocer el entorno, y desde su

nacimiento emite vocalizaciones de forma automática como respuestas a un estímulo, que se convierten

en balbuceos cada vez de mayor dificultad y mayor similitud al adulto en cuanto a fonética, duración,

intensidad, inflexiones, tensión articulatoria y prosodia, y que finalmente dan lugar a las primeras palabras
en torno al primer año de vida. En el ámbito de la música también se ha encontrado un balbuceo musical

como respuesta específica a estímulos musicales que le facilitan la fijación de sonidos, fonemas,

intervalos, contornos melódicos y rítmicos que el bebé escucha de su propio entorno.

Con posterioridad, el niño evoluciona tanto en la utilización vocal como en la de palabras que conoce y

pronuncia. Progresivamente incrementa el número de palabras en sus enunciados, así como el tipo de

palabras utilizadas, apareciendo la unión nombre-verbo, el uso del plural, la negación y la pregunta, los

demostrativos, los artículos, los adjetivos, etc. A la hora de reproducir canciones también se da una

evolución (Hargreaves, 1998). Sobre los 2 años es capaz de mantener un diálogo con algunos turnos.

Aparecen también los monólogos unidos a conductas de juego verbal, sonidos y canciones; así como las

narraciones, en forma de rememoración, puesta en escena de un evento, descripción e historia ficticia

(Puyuelo & Rondal, 2003). Entre los 3 y 4 años se van asentando las pautas para la creación de oraciones

con mayor complejidad y un mayor desarrollo sintáctico y expresivo. De forma similar, en el ámbito musical

muestran una mayor asimilación melódica y se desarrolla la canción espontánea. Entre los 5 y los 6 años,

tanto la comprensión como la expresión de ambos discursos, lingüístico y musical, evoluciona

notablemente.

Paralelismo entre los discursos lingüístico y musical

Basadas en este desarrollo común, son varias las investigaciones que analizan el paralelismo entre los

discursos lingüístico y musical. Los aspectos de estudio se centran en las relaciones entre sus unidades

de análisis y representación y su similitud organizativa en la estructura superficial y profunda. La

percepción auditiva, la memoria fonológica y las habilidades metacognitivas desempeñan una función

esencial en el desarrollo de las habilidades musicales y lingüísticas (Bolduc, 2009) y un similar proceso de

aprendizaje (Liperote, 2006); entre los 4 y los 8 años se encuentra una correlación entre la puntuación en

tests melódicos y de reconocimiento fonológico y de palabras (Bolduc & Montésinos-Gelet, 2005) y el éxito

en la lectura y la escritura (Gombert, 1991).

Habla y música comparten patrones de altura, duración e intensidad (Patel, Peretz, Tramo & Labreque,

1998). En música reciben esta denominación, constituyendo con la tímbrica las cuatro cualidades del

sonido. En el habla son los componentes de la prosodia. Similitudes entre aspectos prosódicos del

discurso verbal y ciertos aspectos musicales han sido analizados desde hace tiempo (Bolinger, 1989) y

han inspirado muchos modelos de estructura prosódica (Hayes, 1984). En todos ellos se encuentra,

explícita o implícitamente, una relación entre los aspectos rítmicos y entonacionales de la lengua y las

dimensiones melódicas y rítmicas de la música.


Dentro de la dimensiones melódicas se han hallado similitudes entre el discurso verbal y el musical, tanto

en lo que respecta a la discriminación y la categorización de las unidades mínimas (Repp, 1984), como a

su agrupación en unidades mayores (Bigand, 1990), en las que se ha encontrado mayor importancia del

contorno melódico y los patrones de acento para la percepción del discurso. Igualmente, se ha hallado en

ambos discursos que la entonación también comunica intención y afecto (Gerardi, 1995).

El aspecto rítmico igualmente favorece la estructura lingüística en ambos discursos. En este campo han

destacado los estudios de la métrica referida al esquema acento-temporal (Selkirk, 1984), así como la

importancia del alargamiento vocálico y la mayor lentitud que la disociación subjetiva entre los diferentes

grupos hace realizar (Cho, 2005; Repp, 1992).

Estructuralmente, de la misma manera que en la lengua se ofrece una división entre las estructuras

superficial y profunda de una oración (Chomsky, 1957), en la música encontramos una estructura

superficial de la frase musical constituida por sus relaciones melódicas y su estructura profunda

representada por sus relaciones armónicas (Schenker, 1990). Esta estructuración se encuentra regida en

ambos discursos por un sistema de reglas que ofrecen organización y coherencia. Los seres humanos

procesamos una serie de características gramaticales de los estímulos, no solo en el campo de la lengua

sino también en el musical (Deutsch, 1982). Algunos efectos de agrupación, como el de superioridad o el

de restauración, también se encuentran en ambos discursos.

En relación con el recuerdo lingüístico, encontramos estudios centrados en la manera en que opera el

recuerdo en la música y el texto, manteniendo los patrones rítmicos y entonacionales de manera similar en

ambos casos (Zatorre, Evans, & Meyer, 1994; Patel, Peretz et al, 1998). La retención en la memoria de las

características de los tonos también se produce de manera similar a lo que sucede con el material

fonológico (Baddeley, 1986). Igual que las imágenes visuales preservan las características espaciales de

los objetos reales que representan, existen imágenes auditivas que preservan la extensión temporal, el

ritmo y la tonalidad de las melodías (Halpern 1988). El fenómeno del repaso para favorecer la retención de

la información también se da en ambos discursos (Keller, Cowan, & Saults, 1995).

Método y contexto

Los estudios analizados sobre el desarrollo verbal y musical nos muestran la posibilidad de encontrar

caminos paralelos de aprendizaje en los dos discursos (Liperote, 2006). En ambos es posible seguir y

potenciar las bases naturales de este aprendizaje, que ha sido mucho más elaborado, analizado y

reflexionado en el campo de la lengua que en el de la música.


La finalidad de nuestra investigación fue diseñar y analizar un contexto educativo que facilitara el proceso

de enseñanza-aprendizaje globalizado del hecho lingüístico, desde un enfoque donde la lengua y la

música mostraran su complementariedad y enriquecimiento mutuo, en un enfoque de coigualdad entre

discursos en el contexto habitual del aula de infantil.

Desde este punto de partida, uno de nuestros objetivos en esta investigación fue analizar el proceso de

construcción de un escenario educativo innovador que tiene lugar en un aula de tercer nivel de segundo

ciclo de educación infantil en el que participan la investigadora, el equipo docente y el grupo de niños y

niñas. Se pretendía con este objetivo:

?? Profundizar en los contenidos educativos compartidos por la lengua y la música que puedan ser

trabajados en actividades conjuntas y significativas para ambas áreas.

?? Observar la evolución del alumnado y el profesorado en la construcción conjunta de la experiencia

educativa.

Para llevar a cabo este objetivo, el diseño de la investigación se realizó desde una perspectiva de análisis

de carácter cualitativo, desde el enfoque de la investigación-acción (Elliot, 1993). Para su estudio se

utilizaron diferentes instrumentos, combinando aquellos de corte más clásico (como las programaciones, la

observación directa, las notas de campo y los sumarios) con los materiales producidos por los

participantes (otros instrumentos más modernos, como videocámara, discman, cámaras digitales,

programas informáticos), lo que nos permitió recoger una inmensa y variada combinación de datos con los

que poder analizar con profundidad la experiencia de esta investigación. Las grabaciones fueron

digitalizadas y transcritas para su posterior análisis. El uso del programa informático Atlas Ti facilitó el

proceso de almacenamiento, organización y relación entre los diferentes datos y recursos.

Contexto y participantes

La experiencia se llevó a cabo en una localidad rural de Zaragoza (España), situada en una importante

confluencia de caminos, que posibilita sus relaciones económicas y sociales. Cuenta con una población

que va en aumento progresivo, con un total aproximado de 7.000 habitantes en el momento de la

investigación.

El colegio donde se llevó a cabo la investigación es un centro público dependiente de la Diputación

General de Aragón que ofrece la formación en educación obligatoria de 3 a 12 años a todos los niños y

niñas de la localidad, por ser el único centro existente en ella. Posee dos edificios, uno destinado a
educación infantil, que alberga alrededor de 200 alumnos de 3 a 6 años, y el más moderno dedicado a

educación primaria, con más de 600 alumnos de 6 a 12 años, repartidos en tres aulas por cada nivel. El

porcentaje de alumnado inmigrante ha ido en un aumento notable en los últimos años, encontrándose en

torno al 20 % de la población escolarizada. Ambos edificios cuentan con una amplia gama de servicios:

zona de recreos, comedor, aula de música, de ordenadores y multiusos, biblioteca. El claustro lo forman

en torno a los 50 profesores pertenecientes a las especialidades de educación infantil, educación primaria,

lengua extranjera, educación física, educación musical, educación religiosa, pedagogía terapéutica,

audición y lenguaje; además del personal del comedor, de limpieza, etc. Asimismo, el Centro da cabida a

diferentes actividades extraescolares, entre las que se encuentra la música, y mantiene una estrecha

relación con la Escuela Municipal de Música de la localidad.

El taller se llevó a cabo en el aula habitual de la clase, un espacio amplio y acogedor que permitía

desarrollar todas las actividades que se programaron. Dado que iba a ser la docente habitual la que iba a

desarrollar la experiencia con su alumnado, se valoró que el espacio físico fuera también el que los niños

utilizaban de manera habitual con su tutora.

La clase que se analizó en este trabajo contaba con 20 alumnos, 10 niñas y 10 niños, con edades

comprendidas entre 5 y 6 años. Un 30 % de este alumnado era inmigrante, proveniente de países árabes,

sudamericanos y del este; uno de estos niños llegó nuevo a mitad de curso.

Líneas generales del taller

La experiencia con los niños se llevó a cabo a lo largo de cuatro meses, con una sesión semanal de hora y

media. Además, las maestras implicadas realizaron tanto reuniones previas como a lo largo de la

experiencia regularmente todas las semanas y con posterioridad para la evaluación final.

El equipo de docentes que se formó para llevar a cabo esta experiencia constaba de las tres maestras

tutoras encargadas de las tres aulas de tercer curso de segundo ciclo de infantil y la maestra especialista

de música. Se buscaba constituir un equipo interdisciplinario en el que estuvieran implicadas tanto las tres

tutoras, encargadas del desarrollo y el aprendizaje del alumnado durante la práctica totalidad del tiempo

escolar y en concreto del área de lengua, como la especialista de música, encargada de la formación

musical en la etapa infantil. Las primeras reuniones fueron decisivas para la experiencia, ya que

posibilitaron la puesta en común de las ideas, incertidumbres y expectativas, de cada uno de los miembros

integrantes del equipo, facilitando un mayor conocimiento entre sí y, en consecuencia, una mayor unión de

todos ellos.
El hecho de centrar el taller en el discurso lingüístico, desde la doble perspectiva, verbal y musical, fue

cobrando forma poco a poco, a medida que las docentes iban profundizando y dando muestras de la gran

cantidad de elementos y particularidades que compartían y cómo se complementaban, llegando al

convencimiento total de que podía ser muy enriquecedor que los niños percibieran desde su infancia esa

unión indisoluble entre ambos discursos. Tras las primeras tres reuniones se consiguieron consensuar

unos objetivos y contenidos docentes para trabajar en el taller, y se establecieron las líneas generales de

la programación. A partir de ese momento se inició la programación concreta de cada sesión y, tras su

puesta en práctica, se realizaba la evaluación conjunta de la misma, valorando tanto el aprendizaje del

alumnado como la propia actuación docente y la marcha del proceso en sí mismo. Con este feedback, las

docentes repensaban la programación y planificaban la siguiente sesión para adaptar el taller a las

necesidades reales del alumnado en cada momento.

La experiencia con los niños fue denominada "Taller de canciones" y se trabajó con cuatro canciones

populares infantiles, seleccionadas por su variedad tanto en el ámbito musical como verbal. Se buscó

crear una estructura de trabajo que diera unidad tanto a las dos sesiones que conformaban el desarrollo

con la misma canción como a todo el taller como globalidad, de manera que tanto el alumnado como el

profesorado tuvieran claros los objetivos y la direccionalidad del taller.

Dicha estructura básica se muestra en la figura 1, en la que se observa un esquema básico a partir del

cual se fue dando variedad dinámica y una mayor profundización en el proceso de enseñanza-aprendizaje

del hecho lingüístico a lo largo del taller, ofreciendo la flexibilidad necesaria para que dicho aprendizaje

fuera realmente significativo.

Figura 1. Estructura interna del trabajo con cada canción del taller.

Cada canción fue trabajada durante dos sesiones, iniciando con un trabajo de asamblea en gran grupo en

el que se dialogaba sobre el título de la canción, realizando una lluvia de ideas sobre los conocimientos
previos que poseían del tema. Proseguía con un trabajo de escucha activa de la canción que luego era

aprendida por imitación mediante la repetición de frases rítmico-melódicas y la aplicación de gestos y

movimientos. Se continuaba con un trabajo específico de lectoescritura, profundizando progresivamente

en las relaciones entre el discurso verbal y musical. En la última parte de la clase se tendía a trabajar las

elaboraciones propias creativas en las que poder integrar los contenidos lingüísticos aprendidos en las

actividades previas. La sesión terminaba con la interpretación conjunta de la canción, acto con el que los

niños comprendían el cierre de la sesión.

La segunda sesión de trabajo se iniciaba con la interpretación de la canción. Partiendo de lo aprendido y

afianzado en la sesión anterior se profundizaba más en el discurso verbal y en su relación con el musical,

con actividades de mayor dificultad. La segunda parte de la sesión se dedicaba a la elaboración de los

niños, de forma grupal o individual, con un mayor grado de complejidad en torno al objetivo más destacado

trabajado con esa canción. La sesión se cerraba, igual que sucedía con la segunda sesión, con la

ejecución de la pieza musical a modo de despedida.

Este desarrollo general de cada una de las canciones en el taller facilitó su coherencia interna. A partir de

esta estructura compartida, tanto por las docentes como por los niñas y niñas, se ofreció un proceso de

progresiva profundización en el hecho lingüístico que se fue fraguando en el trabajo concreto con cada una

de las canciones que sirvieron de eje del taller.

Análisis

La investigación resultó una experiencia muy enriquecedora para todos los agentes participantes, tutores,

especialistas de música y alumnado. En ella se obtuvo una clara evolución lingüística que partió de un

proceso de enseñanza-aprendizaje basado en la vivencia física de los contenidos que llevaron a etapas

reflexivas cada vez más amplias y profundas. La experiencia mostró un proceso completo de trabajo sobre

el desarrollo oral, la lectoescritura y la elaboración verbo-musical, desde un planteamiento donde la

canción fue el eje y punto de unión entre ambos discursos, el verbal y el musical. A lo largo de la actividad

se fueron encontrando y profundizando los parámetros compartidos por dichos discursos.

La canción, síntesis de discursos

La investigación mostró que la canción ocupa un lugar privilegiado en el discurso lingüístico, ya que aúna

el mundo musical y el verbal y los presenta complementarios de una manera natural. Al cantar hacemos

una melodía con un texto determinado. Ambos aspectos suenan juntos creando un discurso ordenado. En

la canciónl se sintetizan todos los elementos de la música: ritmo, melodía, armonía y forma, así como del
discurso verbal, incorporando la historia, la poesía y el texto. Tanto la melodía como el texto están

formados por frases ya hechas que incorporan distintos giros melódicos, palabras, maneras de decir que

ejercitan modelos melódicos y fonéticos y estructuras que fuera de este contexto difícilmente se suelen

plantear. Propone modelos adecuados de entonación, ritmo y fluidez, intención comunicativa, etc. Su

repetición permite asimilarlos, creando modelos y pautas. El equilibrio entre las frases educa el sentido de

la proporción básico para la creación. A su vez, las frases crean distintas estructuras: diálogos,

repeticiones, que dan a la melodía consistencia y a la frase verbal sentido y expresividad. La repetición de

la melodía, por su parte, facilita modelos correctos sobre aspectos tales como el largo de las frases, los

acentos o los pareados que podrán ser utilizados después con corrección.

La canción, especialmente la canción popular infantil, resultó un recurso didáctico excelente, al solicitar la

participación directa activa del niño e implicar su oído, su voz y su sentido rítmico. Interpretar una canción

conlleva ejecutar sonidos concretos de las palabras interpretados a una altura determinada y con un ritmo

preestablecido. Su práctica desarrolla las habilidades entonacionales, rítmicas, el reconocimiento de la

rima y la acentuación, y estimula la atención y la memoria fonológica (Bolduc, 2009).

Pedagogos musicales de la talla de Willems o Kodály han utilizado la canción como uno de los puntos

centrales de su metodología para la enseñanza musical, desarrollando cancioneros integrados por

canciones ordenadas y secuenciadas en función de su progresiva dificultad, como medio para el desarrollo

de la sensibilidad y la práctica solfística e instrumental (Kodály & Young, 1963; Willems, 1980).

Nuestro taller utilizó como base la canción por ser un recurso y un fin enriquecedor para la toma de

conciencia del hecho lingüístico en su globalidad, tanto verbal como musical. Muestra la riqueza, la

estructura y la simbiosis de ambos discursos. Potencia la ordenación de las ideas, tanto melódicas como

verbales, que son expuestas de forma lógica y estética. Facilita la comprensión y la expresión lingüística, y

es un buen punto de partida para la iniciación a la lectura, así como a la representación gráfica (fig. 2).
Figura 2. La canción como síntesis de discursos.

El desarrollo oral

La investigación mostró los numerosos contenidos abordables de manera común para el desarrollo del

discurso verbal y musical en el ámbito oral y la positividad de su trabajo desde la canción. Un metaanálisis

realizado por Hammill (2004) ya destacaba la necesidad de aumentar el énfasis curricular en el desarrollo

de las habilidades orales, con especial importancia en la pronunciación, el desarrollo del vocabulario y la

comprensión, y rompiendo con la excesiva centralización en las habilidades escritas.

En nuestra investigación fue destacable el aprendizaje rítmico-melódico y textual de la canción, así como

la aplicación de gestos y movimientos coordinados al ritmo, la prosodia y la estructura de la canción; al

ofrecerse un mayor énfasis al vocabulario de la canción, se facilitaba así su comprensión y se reforzaba la

fluidez rítmica del discurso (Mizener, 2008) desde un enfoque no reflexivo de vivencia corporal.

Igualmente interesante en este campo resultó la potenciación de la comprensión y la expresión oral

mediante la ampliación del vocabulario y de diferentes campos semánticos, así como la profundización en

la organización de la información y su correcta expresión. Se promocionó el diálogo en el aula, la

cooperación en el desarrollo comunitario de ideas, la escucha previa y el trabajo sobre los conocimientos

previos del alumnado. Se promovió la reflexión sobre términos gramaticales, la organización y estructura

del discurso, tanto en el ámbito del discurso verbal como musical. McCarthy (1985) destacaba la

importancia del desarrollo de la apreciación literaria mediante la reflexión sobre la estructura y los detalles,

la combinación de palabras, etc., del discurso. En nuestra experiencia, el trabajo sobre el modelo de la

canción favoreció la profundización en este campo.

La lecto-escritura

Mediante el trabajo con las canciones se consiguió guiar al alumnado hacia una progresiva profundización

en el símbolo lingüístico verbal y musical de una manera muy motivadora. Tal como señala Liperote

(2006), el desarrollo previo de escucha activa, habla y trabajo del vocabulario prepara para la lectura, y

ésta para la escritura. La familiaridad con el contenido y el contexto les facilitó la correcta pronunciación de

las palabras que leían y la comprensión de su significado. El haberlas cantado anteriormente favoreció la

fluidez y la expresión lectora, resaltando los elementos prosódicos del texto.

El hecho de trabajar la lectoescritura desde ambos discursos, el verbal y el musical (Mizener, 2008),

resultó una importante fuente de información para los niños, quienes valoraron positivamente su
aprendizaje. Los niños trabajaron sobre la escritura convencional de las canciones, en la que se integra de

manera natural el discurso verbal y musical.

Como se observa en la figura 3, dicha escritura se presenta en el pentagrama con las notas musicales y su

figuración rítmica. En ella se integra el texto, dividido en sílabas, haciendo corresponder cada sílaba a

cada una de las notas con su justa entonación y duración, además de otros aspectos como la estructura,

el fraseo o la direccionalidad. De este modo, el intérprete conoce en todo momento su situación tanto

textual como musical. La presentación de manera paralela de los cancioneros populares y de las

recopilaciones de cuentos mantenidos mediante la transmisión oral y la justificación de su recogida por

escrito para evitar su pérdida resultó altamente motivadora para valorar la importancia de la escritura del

discurso.

Figura 3. Presentación escrita de la canción.

Para la realización individual de las fichas propuestas los niños necesitaron los conocimientos previos que

poseían de la canción, además de contar con los conocimientos de lectura necesarios para descifrar el

texto en el papel y de escritura para cumplimentar satisfactoriamente la ficha; así como otros relacionados

con la gramática, la rima, la capacidad estructuración lingüística, etc.

La elaboración verbo-musical
La elaboración se planteó tras un trabajo previo secuenciado sobre la canción tomada como modelo. Este

uso de la canción como modelos es defendido por diferentes autores. Por ejemplo, Osborne (1980)

utilizaba el recurso de las canciones populares a partir de las cuales creaba minihistorias, y Bolduc (2009)

partía de las canciones para desarrollar la creatividad musical.

En nuestra investigación, destacamos el trabajo de elaboración oral, tanto creando variantes a las

canciones utilizadas como modelo, como con la expresión oral de su propia creación escrita anterior.

Dichas elaboraciones muestran cómo los niños aplican los conocimientos obtenidos previamente en

relación con los contenidos rítmicos y melódicos, en especial en relación con el contorno melódico y la

agrupación en unidades con sentido, de acentuación, de rima y de estructuración del discurso (fig. 4).

Figura 4. Ejemplo de producción oral.

La elaboración plástica también resultó un recurso expresivo enriquecedor y muy motivador para el

alumnado, especialmente para los niños que presentaban menor desarrollo en el proceso lecto-escritor.

Son varios los autores que recogen en sus propuestas la representación plástica como medio de expresión

(Kenney, 2009; Mizener, 2008). En estas elaboraciones plásticas, los niños expresaban con sus dibujos

gran parte del mundo de la canción que habían reflexionado, con los aspectos que habían trabajado de

manera oral y que harían de manera escrita. Se convirtió por ello en una actividad tanto importante en sí

misma como por su poder de preparación para la elaboración escrita posterior.


La elaboración escrita, como sucedió con el resto de producciones, surgió como fruto de una evolución

reflexiva sobre el discurso en sus diferentes expresiones, gracias a la vivencia y el análisis del modelo que

las diferentes canciones trabajadas presentaron. En ellas, los niños dieron muestras de haber interiorizado

los contenidos trabajados a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje (fig. 5).

Figura 5. Ejemplo de elaboración escrita.

Conclusiones

En el estudio se observa que los discursos verbal y musical presentan parámetros comunes y que su

desarrollo desde una perspectiva globalizadora es satisfactorio en la etapa infantil. La canción ha resultado

un recurso potenciador de este trabajo complementario de ambos discursos al aunarlos en ella de manera

natural, tanto en su expresión oral como escrita. Esto ha permitido el desarrollo de contenidos lingüísticos

en todos los campos, oral y lector-escritor, tanto en el ámbito de la comprensión como de la expresión.

Hemos observado que la canción ha sido memorizada textual, rítmica y melódicamente, encontrándonos

en la línea de algunos autores que han analizado la posible existencia de una representación conjunta en

la memoria que integre el texto y la melodía (Serafine, Davidson, Crowder, & Repp, 1986). El texto ha

potenciado efectos prosódicos en la secuencia sonora, destacando los acentos, las pausas y las caídas de

los tonos en ellas. La melodía, por su parte, ha ejercido su influencia en el texto, resaltando la
pronunciación de palabras importantes que coinciden con destacados elementos melódicos, rítmicos y

estructurales.

Hemos observado importantes parámetros comunes a ambos discursos, lo que ha permitido un proceso

de enseñanza-aprendizaje realmente globalizado y significativo. Cabe destacar el trabajo sobre la

correlación entre las unidades elementales de ambos discursos. La relación tan clara que la canción

muestra entre fonema y sonido de manera natural, tanto en su presentación oral como por escrito ha

permitido que el alumno mejore en su utilización y reflexione sobre ello. La habilidad para distinguir y

categorizar tanto los fonemas de una lengua como los sonidos musicales está ampliamente demostrada.

Esta capacidad de discriminación y reconocimiento de unidades lingüísticas mínimas depende del

entrenamiento, en especial, el efectuado en edades tempranas, entre 3 y 5 años (Miyazaky, 1988). Las

personas nacen con un potencial de reconocimiento de sonoridades muy alto que se va restringiendo en

los primeros años a aquellos fonemas relevantes en su idioma. Por ello resulta importante trabajarlo en la

etapa infantil y resulta enriquecedor realizarlo de manera consciente desde un enfoque interdisciplinario.

Otro aspecto esencial favorecedor del desarrollo oral del alumno ha resultado el efectuado sobre la

agrupación del discurso en unidades de mayor rango y en especial el realizado sobre el contorno

melódico. El contorno melódico contribuye a delimitar la agrupación de unidades estructurales, la distinción

entre categorías pragmáticas y a señalar el foco (Gómez-Ariza et al, 2000). Como se ha observado en el

estudio, tanto en el discurso verbal como en el musical ha tenido mayor relevancia el contorno melódico

frente a los intervalos concretos propuestos en la canción, siendo esencial su audición e imitación en las

canciones presentadas como modelo para su posterior aplicación en sus propias construcciones.

De igual relevancia para la estructuración lingüística, y trabajado con profundidad en la experiencia, ha

resultado la relación acento-temporal del discurso, que se ha hecho patente tanto en las actividades sobre

las canciones como en sus propias elaboraciones. Otros aspectos en los que se ha profundizado han sido

los relacionados con la estructuración del discurso. Se ha trabajado tanto sobre la frase como unidad

significativa en ambos discursos, como en la organización en párrafos o estrofas y en el esquema

introducción-nudo-desenlace, lo que ha resultado positivo para su desarrollo oral y escrito.

En el ámbito de la lecto-escritura, se han visto favorecidas tanto la fluidez como la expresividad, realzando

los elementos prosódicos del discurso. En lo que respecta a los patrones de actuación frente al fraseo en

la lectura, se ha potenciado la lectura por bloques con sentido verbal, cambiando el silabeo por la lectura

hasta el final del grupo, y expresándolos con un mayor dominio rítmico-melódico. Se ha profundizado en

las relaciones entre los símbolos de ambos discursos, así como de éstos en relación con los elementos
prosódicos trabajados. En sus elaboraciones escritas se ha reflejado el resultado del trabajo y la toma de

conciencia del modelo estructurado a todos los niveles ofrecido por las canciones.

Como se ha observado, la experiencia ha dado lugar a un proceso secuenciado en la toma de conciencia

sobre el hecho lingüístico de una manera completa y globalizadora, con un elevado grado de

involucración, tanto por parte de los docentes como del alumno, que ha favorecido el proceso de

enseñanza-aprendizaje.

Todo ello ha dado lugar a una experiencia innovadora y enriquecedora para todos los agentes del proceso,

no solo para el alumnado, sino también para los maestros tutores y para el especialista de música. Para el

docente generalista ha favorecido el conocimiento personal del área musical desde una manera profunda,

valorando más esta área y las posibilidades de enriquecimiento y no solo distracción o disfrute con la

música a la que habitualmente están acostumbrados (Barry, 2008). Para el especialista de música ha

favorecido la actitud positiva hacia el uso de la música por otros docentes al poder colaborar en la

programación, comprobando que se abordaba en igualdad de condiciones que el área de lengua (Bresler,

1995). Los alumnos han visto reforzado de una manera profunda y significativa su aprendizaje sobre el

discurso lingüístico al hacerlo desde una visión global e interdisciplinaria (Giles & Frego, 2004). Es

necesario seguir investigando en este campo de manera que ambos discursos puedan desarrollar toda su

potencialidad y se consiga una integración realmente satisfactoria de ambas áreas en la educación infantil.

https://www.elsevier.es/es-revista-boletin-aelfa-311-articulo-musica-lenguaje-X1137817411272495
https://www.logopediadomicilio.es/la-musica-en-el-desarrollo-del-lenguaje/

¿Qué importancia tiene la música en el desarrollo del lenguaje?


El desarrollo del lenguaje en los bebés está influenciado por muchos factores; quizás uno de los más
importante es la música. Según un estudio publicado recientemente, los bebés que escuchan música
reconocen mucho mejor el lenguaje. Además, este estudio sugiere que “experimentando los ritmos de las
melodías se pueden detectar y hacer predicciones sobre los patrones del lenguaje”. Según la
ciencia, poner la música a un bebé, incluso cuando está en el vientre de la madre, es bueno. También es
importante hacer mención a que los niños desde muy pequeños están rodeados de música ya sea en la
escuela, en el coche, en casa y otros que tras adquirir el hábito se mueven de un lado a otro con
simplemente pulsar el play.

Una nueva investigación concluye que escuchar música a los nueve meses de edad ayuda al bebé a
procesar mejor las notas musicales y el lenguaje. Pero no solo canciones infantiles, cualquier música
vale, así que ya sabes, pon toda la música que te apetezca.  El estudio,elaborado en la Universidad de
Washington (Seattle) y publicado en The Proceedings of the National Academy Sciences, es “el primero
que sugiere que a través de experimentar los ritmos de la melodía se puede detectar y hacer predicciones
sobre los patrones del lenguaje”, aseguran los autores en un comunicado. “Esto significa que tener un
contacto temprano con la música puede tener un efecto global en las capacidades cognitivas del niño”.

La luz, las sensaciones, los sonidos, son solo algunas de las cosas que estimulan a los bebés a los 9
meses. Su trabajo es descubrir, reconocer los cambios y predecir lo que va a venir después. “Predecir los
patrones es una habilidad cognitiva fundamental y mejorarla desde edad muy temprana puede tener
efectos positivos a largo plazo”, agregan los autores del estudio. Según explican, la música y el lenguaje
tienen patrones muy marcados. Las sílabas son el ritmo del habla y son fundamentales para entender lo
que estamos escuchando.

El estudio contó con un total de 39 bebés, 20 de ellos acudieron a sesiones de música de 12 a 15


minutos de duración con sus padres durante un mes. A cada sesión iban dos o tres bebés juntos. Los
otros 19 solo jugaban, sin música, en las sesiones. Este era el grupo control. La música elegida fue un
vals, “ya que es relativamente difícil para que los bebés lo aprendan”.

A la semana, las familias volvieron al laboratorio para evaluar las respuestas cerebrales (mediante
resonancias magnéticas). Midieron tanto el tiempo como la actividad cerebral. El análisis se centró en
el córtex auditivo y la corteza prefrontal, ya que son las áreas encargadas de manejar la atención y
detección de patrones. Los bebés que escucharon música tuvieron reacciones más rotundas y fuertes en
ambas áreas cerebrales, comparado con el grupo de pequeños que solo jugó.

Estudios anteriores ya hablaban de los beneficios de la música, por ejemplo, que puede ayudar a tratar los
trastornos del espectro autista (TEA) y los trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en
niños, así lo concluye la Sociedad Norteamericana de Radiología (RSNA). Según los autores, que los
pequeños reciban clases de música incrementa y crea nuevas conexiones cerebrales y “puede facilitar
los tratamientos en niños con estos trastornos”. “Ya se sabía que la música era muy beneficiosa, pero este
estudio ofrece un mejor entendimiento sobre qué está ocurriendo en el cerebro y dónde se producen estos
cambios”,

“Tanto en la música como en los grupos de control, les dimos a los bebés experiencias que eran sociales,
requerían su participación activa e incluían movimientos corporales; todas estas son características que
sabemos que ayudan a las personas a aprender“, dijo Zhao. “La diferencia clave entre los grupos de
juego era si los bebés se movían para aprender un ritmo musical”.
¿Qué beneficios tiene la música en los más pequeños?
La música tiene muchísimos más beneficios de los que creemos y es que seguro que te convencemos
para que añadas música a la vida de tus hijos.

 Estimula el desarrollo integral del niño. Esto quiere decir que la música activa el cerebro y
con él la actividad neuronal. Además, mejora la escucha y el aprendizaje del lenguaje.
 Ayuda al desarrollo motor. Es capaz de mejorar la coordinación, el equilibrio y la reacción
hasta los estímulos.
 Mejora la concentración, la atención y la memoria. 
 Contribuye a la adquisición del habla. 
 Estimula la imaginación y la creatividad.
 Aumenta la capacidad de comunicación y relación con el medio. 
 Ayuda al desarrollo emocional. 
 Favorece las relaciones sociales. 
 Función tranquilizante ya que aumenta el nivel de endorfinas que generan sensación de
bienestar y reduce el estrés.
“La música y el lenguaje comparten recursos cerebrales, por lo que potenciar un área puede tener
beneficios transferibles a la otra área. Además, tanto música como lenguaje comportan sonidos que siguen
unas reglas y que inducen emociones y conceptos. Una pieza de música no acaba de forma aleatoria, sino
que hay una sintaxis musical, como en el lenguaje. La estructura temporal permite al oyente crear unas
expectativas en el tiempo”.

Estudios demuestran que aquellos niños/as que participan activamente en actividades relacionadas con la
música son aquellos que hacen las mayores conexiones, porque la música en los niños/as provoca:

 Un aumento en la capacidad de memoria, atención y concentración de los niños.


 Mejora la habilidad para la resolución de problemas matemáticos y de razonamiento complejo.
 Hace que los niños puedan expresarse.
 Al combinarse con el baile, estimula los sentidos, el equilibrio y el desarrollo muscular.
 Estimula la creatividad y la imaginación infantil.
 Enriquece el intelecto.
 Hace que los niños puedan interactuar entre sí.
 Aumenta la auto-estima de los niños.
La música tiene un efecto profundo en el estado de ánimo, en la inteligencia, en la memoria y en el
lenguaje; como también en la salud y en sistema inmunológico.  El impacto de la música lo vemos todos
los días…manipula nuestro estado de ánimo, enriquece nuestras vidas, y envuelve nuestras mentes.

¿Cómo afecta la música en nuestros hijos?

 Inteligencia: el escucharla durante la infancia contribuye a crear ciertos patrones en el cerebro.


Nuestros niños nacen con billones de neuronas en el cerebro. Si estas neuronas no son
utilizadas se pierden con el tiempo.  Que los niños reciban estímulo a través de la música hace
que más neuronas funcionen en el cerebro…y mientras más neuronas se desarrollen, más fácil
se les hará aprender nuevas cosas y desarrollar nuevos talentos.
 Memoria: los niños pueden acordarse de la que han escuchado ya desde los tres meses de
vida. Además, el escuchar música también ayuda a los niños a acordarse de cómo hacer ciertas
cosas, es decir, que si nuestros niños aprenden a realizar cualquier tipo de tarea mientras la
escuchan, favorece a que la siguiente vez que vuelvan a oír dicha melodía, recuerden con
facilidad la tarea realizada y por tanto les sea más fácil volver a reproducirla.
 Entendimiento: el entendimiento y el lenguaje son ayudados por la habilidad de procesar
información más rápidamente.  Aquellos niños que escuchan música de manera regular tienen
un mayor cociente intelectual.  La habilidad de entender y  procesar el lenguaje se consigue al
entender los varios sonidos que crea el lenguaje hablando.  Los niños que suelen estar
expuestos a ella se acostumbran a escuchar diferentes sonidos complejos, los cuales les
ayudaran a discernir el lenguaje.
 Emociones: las emociones y los estados de ánimo están directamente vinculados a ella.  Es
difícil para nosotros los adultos sentirnos felices durante una canción triste, como sentirnos
tristes con una canción alegre.  Y así mismo es para los niños.  Unas notas suaves los ayuda a
calmarlos, mientras que la creativa los ayuda a estimularlos/activarlos.
 Salud: Puede tener un impacto poderoso en la salud. Ayuda a restaurar las respiraciones, las
cuales nos calman físicamente y nos ayuda con la presión arterial y los latidos cardíacos. La
música también tiene el efecto de aliviar el dolor y promover la mejora física.
https://infanity.es/que-importancia-tiene-la-musica-en-el-desarrollo-del-lenguaje/

LA MUSICA INFLUYE EN EL APRENDIZAJE, EL HABLA, LENGUAJE, LA MEMORIA Y LA ATENCION


2 de agosto 2010. La música siempre ha sido considerada como influyente en desarrollo neurológico y
psicológico de los seres humanos, pero ahora, una revisión de los datos conducido por investigadores de
la Universidad de Northwestern, que fue publicado 20 de julio en la revista Nature Reviews Neuroscience
reúne convergentes de investigación de la literatura científica que vinculan la formación musical con el
aprendizaje que se derrama a diversas competencias, incluyendo el lenguaje, el habla, la memoria, la
atención y hasta la emoción vocal.

La explosión de la investigación en los últimos años se centra en los efectos de la formación musical en el
sistema nervioso, incluyendo los estudios en la revisión, tienen fuertes implicaciones para la educación,
dijo Nina Kraus, autor principal de la perspectiva de la Naturaleza, el profesor Hugh Knowles de Ciencias
de la Comunicación y la neurobiología y director del laboratorio auditivo de neurología del Noroeste.

Los científicos usan el término neuroplasticidad para describir la capacidad del cerebro para adaptarse y
cambiar como resultado de la formación y la experiencia a lo largo de la vida de una persona. Los estudios
en la revisión del Noroeste abarcaron un modelo de neuroplasticidad, dijo Kraus. La investigación sugiere
que las conexiones neuronales durante la formación musical también preparan el cerebro para otros
aspectos de la comunicación humana.

Un compromiso activo con los sonidos musicales no sólo mejora la neuroplasticidad, dijo, sino que también
permite que el sistema nervioso pueda facilitar el andamio estable de patrones significativos tan importante
para el aprendizaje.

«El cerebro no puede procesar toda la información sensorial disponible de segundo a segundo, por lo que
debe mejorar de forma selectiva lo que es relevante», dijo Kraus. Tocar un instrumento prepara al cerebro
para elegir lo que es importante en un proceso complejo que puede implicar la lectura o recordar una
partitura, problemas de tiempo y la coordinación con otros músicos.

«El cerebro de un músico selectivamente aumenta los elementos que contienen información, en el
sonido», dijo Kraus. «En una hermosa interrelación entre los procesos sensoriales y cognitivos, el sistema
nervioso hace que las asociaciones entre los sonidos complejos y lo que significan.» La excelente red de
sonido y sus efectos no sólo son importantes para la música sino también en otros aspectos de la
comunicación, dijo.

El artículo de Nature revisiones de la literatura, muestra, por ejemplo, que los músicos tienen más éxito
que los no músicos en el aprendizaje para incorporar patrones de sonido de un nuevo lenguaje en
palabras. Los niños que muestran más fuerte formación musical muestran a su vez activación neuronal
para lanzar los cambios en el habla y tienen un mejor vocabulario y la capacidad de lectura que los niños
que no recibieron educación musical.

Y músicos entrenados para escuchar sonidos incorporados en una rica red de melodías y armonías están
preparados para entender el habla en un ambiente ruidoso. Presentan ambas habilidades un aumento
cognitivo y sensorial que les dan una clara ventaja para el procesamiento del habla en ambientes
desafiantes para escuchar en comparación con los no-músicos.

Los niños con trastornos del aprendizaje son particularmente vulnerables a los efectos nocivos del ruido de
fondo, de acuerdo con el artículo. «La formación musical parece reforzar los mismos procesos neuronales
que a menudo son deficientes en personas con dislexia del desarrollo o que tienen dificultad para oír el
ruido.»
Actualmente lo que se conoce sobre los beneficios de la formación musical en el procesamiento sensorial
más allá de los implicados en la ejecución musical se deriva en gran medida del estudio de aquellos que
tienen la suerte de pagar dicha formación, dijo Kraus.

En conclusión, los investigadores de Northwestern, argumenta a favor de la inversión seria de los recursos
en la formación musical en las escuelas junto con los exámenes rigurosos de los efectos de la instrucción
de este tipo en la escucha, aprendizaje, memoria, atención y las habilidades de alfabetización.

«El efecto de la formación musical sugiere que, similar al ejercicio físico y su impacto en el cuerpo físico, la
música es un recurso de los tonos  de aptitud auditiva del cerebro y por tanto requiere que la sociedad
vuelva a examinar el papel de la música en la conformación del desarrollo individual», concluyen los
investigadores.
https://universitam.com/academicos/noticias/la-musica-influye-en-el-aprendizaje-el-habla-lenguaje-la-
memoria-y-la-atencion/

La música estimula el desarrollo del lenguaje

Hemos enfatizado mucho sobre la importancia de la lectura para el desarrollo de las habilidades
lingüísticas de los niños, pero a veces nos olvidamos de los increíbles beneficios que tienen la música y el
canto para esta área del desarrollo. Estudios demuestran que las partes del cerebro encargadas de
entender la música y el lenguaje están interconectadas.

Según Sally Goddard Blythe, directora del Instituto de Psicología Neurofisiológica, cantarle canciones de
cuna y rimas infantiles a los niños antes de que aprendan a hablar puede resultar en un mejor desempeño
académico futuro y bienestar emocional. La psicóloga clasifica el canto como otra forma del habla; es un
tipo de discurso especial que incluye las inflexiones básicas del lenguaje de un niño y que, por lo tanto, lo
prepara para la adquisición del lenguaje.

Se ha probado que las canciones tradicionales potencian la habilidad de los niños para pensar con
palabras, y que cuando escuchan una canción y la cantan usan activamente y desarrollan ambos
hemisferios cerebrales. Cantar con tu hija también le enseñará conceptos como el tono y el ritmo. Es
incluso mejor si también bailan, de ese modo tu pequeña practicará su coordinación, equilibrio y
conciencia corporal. El tocar un instrumento musical también tiene beneficios para el desarrollo del
lenguaje. De hecho, un niño que aprende a tocar un instrumento puede desarrollar una mejor comprensión
lectora que un niño que no toca nada.

Cantarle a tu bebé y exponerla a la música la ayudará a desarrollar habilidades lingüísticas como la


discriminación auditiva, el desarrollo de vocabulario y la memoria auditiva. El primero se refiere a la
habilidad para diferenciar los sonidos de su lengua materna. Como los bebés aprenden primero a distinguir
los sonidos y después lo que significan las palabras, escuchar la misma canción una y otra vez lo ayudará
con eso. Cantar también es una buena manera de ayudar a tu hija a aprender nuevas palabras y ampliar
su vocabulario. Ya sean canciones sobre el autobús escolar o sobre las partes del cuerpo, recordar la letra
de la canción le ayudará a descubrir nuevos aspectos del lenguaje.

https://blog-es.kinedu.com/la-musica-estimula-el-desarrollo-del-lenguaje/

   Lenguaje
       - El lenguaje es una de las conductas primarias que separa a los humanos de las especies animales, ya
que este es el gran instrumento de hominización.  Es  una  habilidad  de  gran significación en  las 
oportunidades de éxito del niño en la escuela. Además de ser el vehículo para  la adquisición de nuevos
conocimientos, es sobre todo, la  expresión en su máximo esplendor del pensamiento. Por esto que las 
personas tienen la posibilidad de reflejar las relaciones y conexiones de la realidad que van más allá de la
percepción, por esta razón,  el lenguaje es una de las formas más complejas de los procesos verbales
superiores.
            - Depende  de la  dominancia cerebral, la función lingüística está  íntimamente relacionada con el
desarrollo integral del niño;  por lo tanto,  este complejo proceso  tiene una  base neuropsicológica con
influencias socioculturales que está integrado sobre estructuras
              anatomofuncionales del SNC.
 
            - El hemisferio izquierdo (en los diestros) se ha hecho dominante; éste que se encargaba de la
regulación de la mano derecha empieza 
         a asumir, también, las funciones del lenguaje y a ejercer un rol no solamente en el control del habla
sino  también en la organización
 
         cerebral de toda la actividad cognitiva conectada con el lenguaje (la percepción organizada en
esquemas lógicos, la memoria verbal,
 
         el pensamiento, etc)
 
 
            - El desarrollo del lenguaje implica muchos aspectos:
 
              (1)  El cognitivo, a nivel de la corteza cerebral donde se recibe, procesa y elabora la información y 
donde
 
                    se ponen en marcha diversos procesos como la atención y la memoria.
 
              (2)  El social-afectivo porque el lenguaje implica comunicarse con otras personas.  
 
              (3)  El auditivo para la percepción auditiva adecuada y la comprensión del lenguaje.  
 
              (4)  El motor (órganos fonoarticuladores) para la articulación de los sonidos y la adecuada expresión
verbal.
 

            

  

            - En el desarrollo del lenguaje podemos distinguir dos grandes fases o etapas:


 Prelingüística 
 Lingüística

Etapa Prelingüística:  Es la  etapa  en  la cuál  el niño se prepara adquiriendo una serie de  conductas 
y  habilidades a través del espacio
de relación. Es básicamente la  interrelación entre el niño, el adulto, y  lo  que se genera entre ellos,
desde cómo se adapta e integra a los
estímulos  dados por el medio. Cómo busca, cómo interactúa, cómo se contacta, Si comparte  estados
afectivos, si comparte conductas con
otro por ejemplo mirar entre los dos un tercer elemento o persona compartiendo así los significados.
Todo lo anterior garantiza en el niño la reciprocidad fundamental en la génesis de los precursores del
lenguaje.
 
Etapa Lingüística: Aproximadamente cerca del año de edad comienza la  etapa lingüística, es  decir el 
niño integra el "contenido" (idea) a la "forma" (palabra) para un objeto determinado o persona
determinados. 

El lenguaje propiamente dicho, se inicia por lo regular hacia los 18 meses: solo cuando el niño ha
alcanzado esa edad se han desarrollado, funcionalmente, los centros o áreas corticales del lenguaje.

Aspectos conceptuales:

El lenguaje aparece como vocalización al mes y a los 3 meses se agregan consonantes (agú), a  los  6
meses  disílabos (da-da). Al año dicen 2-3 palabras entre las cuales está papá o mamá. A los 15 meses es
capaz de señalar partes de su cuerpo y aumenta su vocabulario en forma gradual. A partir de los 18
meses aumenta desde 10 palabras en promedio a más de 100 a los 2 años. Sin embargo, existe gran
variabilidad en la adquisición del lenguaje dependiendo en gran manera de la estimulación del desarrollo
del lenguaje expresivo. 

Desde la más temprana infancia se observan elementos precursores del lenguaje verbal que, al carecer de
valor simbólico, se denominan prelingüísticos.

Los lactantes producen una secuencia uniforme de expresiones prelingüísticas que  no guardan relación
con el idioma de los adultos que los tienen a su cuidado.

A partir de los 12 m. de vida, el niño ya es capaz de decir 3 o 4 palabras y señalar con el índice el objeto
deseado. Durante el 2do año de vida se acelera el proceso de aprendizaje, aprendiendo desde una palabra
a la semana hasta una o varias al día durante este periodo.
 
A partir de ese momento muchos niños utilizan una jerga con inflexiones como en el lenguaje de los
adultos que va siendo eliminada cuando comienzan  a  utilizar frases de dos o tres palabras,  lo que
sucede entre el segundo y tercer año.  A  los  36 meses pueden formar  frases gramaticalmente correctas
en tiempo presente. A  esa edad, los niños poseen un vocabulario de 800 palabras y a los 5 años se
amplía hasta 1.500-2.000.

Al aumento de complejidad en el lenguaje se asocia un incremento de la inteligibilidad, que puede medirse


por la proporción del habla  del niño que es comprendida por una persona ajena. A los 2 años es inteligible
en un 50%, a los 3 años en un 75% y a los 4 años prácticamente en su totalidad.

https://www.arcesw.com/lenguaje.htm

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