Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Lenguaje y Comunicación
2021
1° Medio A – B
Colegio Antilen - Rengo
Esta guía debe ser respondida de manera individual durante la clase de hoy. De tener
cualquier inconveniente cuenta con todo el día para subirla a classroom.
2. ¿Qué argumentos emplea Medea para convencer a Creonte y, así, quedarse en la cuidad?
SEGUNDO FRAGMENTO
5. ¿Qué argumentos desarrolla Jasón para defender su posición? ¿Cuáles desarrolla Medea para
defender la suya? Observa de qué se acusan uno a otro y qué arguye cada uno para
defenderse de los ataques del otro.
Jasón
Medea
1
6. Hablamos de una Medea llevada por la pasión y, por lo tanto, frontal, y de una Medea
racional que se coloca una máscara para convencer a Creonte de que la deje quedar en
Corinto un día más. ¿Cuál de las dos aparece predominantemente en este diálogo con Jasón?
Justifique.
Predomina la:
Justificación:
AMBOS FRAGMENTOS
7. ¿Qué motivaciones tienen Medea y Jasón respectivamente? (Qué los lleva a actuar como lo
hacen)
8. El amor es el tema principal de la obra: ¿qué tipos o perspectivas de amor son manifestados en
estos fragmentos? Fundamente su respuesta con marcas textuales.
Tipos de amor:
Justificación:
2
13. ¿En qué pensamiento coinciden tanto Medea como Creonte?
Medea: (se yergue delante de él como una furia) ¡Te prohíbo la piedad!
A) No la compadezca.
B) No la mire.
C) Actúe con ternura.
D) Se defienda de ella.
A) Valiente.
B) Egoísta.
C) Irritado.
D) Rencoroso.
MEDEA
(Eurípides)
PERSONAJES
_ MEDEA
_ JASÓN
_ CORO de mujeres corintias
_ CREONTE
_ EGEO
_ HIJOS de Medea
_ PEDAGOGO
_ NODRIZA
_ MENSAJERO
ESCENOGRAFÍA
Creonte: Dices palabras dulces de escuchar, pero dentro de mi corazón tengo miedo de que
trames alguna maldad. Confío en ti tanto menos que antes, pues una mujer de ánimo
3
irritado, exactamente igual que un hombre, es más fácil de vigilar que un sabio mudo.
Mas, ¡vete rápidamente!, ¡no digas más palabras! Así está decidido y no tienes medio de
que permanezcas entre nosotros siendo mi enemiga.
Medea: ¡No, por tus rodillas y por las de la recién prometida!
Creonte: Hablas en vano, pues jamás me convencerás.
Medea: Pero, ¿me vas a expulsar y en nada vas a respetar mis súplicas?
Creonte: Sí, porque no te quiero más a que a mi familia.
Medea: ¡Oh, patria, cuánto me acuerdo de ti ahora!
Creonte: Además de mis hijos, para mí también es lo más querido.
Medea: ¡Ay, ay!, ¡qué gran mal es el amor para los seres humanos!
Creonte: Depende, creo yo, de cómo se presenten las circunstancias.
Medea: ¡Zeus, que no se te oculte quién es causa de estos males!
Creonte: ¡Vete ya, insensata, y libérame de mis angustias!
Medea: Yo sí que estoy afligida sin necesidad de padecimientos.
Creonte: Serás expulsada rápidamente por la fuerza de la mano de mis servidores.
Medea: ¡No, eso no, te lo suplico, Creonte!
Creonte: Según parece, vas a seguir ocasionando molestias, mujer.
Medea: ¡Me marcharé!, pero era otra cosa lo que te estaba pidiendo.
Creonte: Entonces, ¿por qué te resistes y no sales del país?
Medea: Déjame quedarme sólo este día y pensar en el modo de poder marcharme y en un lugar
que dé cobijo a mis hijos, puesto que su padre no se digna ocuparse de ellos.
¡Compadécelos, pues tú también eres padre y es natural que tengas benevolencia! No
tengo preocupación por mí si tengo que marcharme, pero lloro por aquéllos que sufren mi
desgracia.
Creonte: Está bien. Obtendrás esta petición. Pero te advierto que, si la luz del día te contempla
mañana a ti y a tus hijos dentro de los límites de esta tierra, morirás. Y ahora, si vas a
quedarte, hazlo durante un solo día, porque no podrás hacer nada terrible de lo que tenga
miedo.
4
Jasón: ¡Te alegras! Yérguete, aprieta los puños, escupe, patalea… Cuantos más seamos a
juzgarte, a odiarte, mejor será ¿no es cierto? Más se ampliará el círculo a tu alrededor,
más sola estarás, más daño tendrás para odiar mejor tú también, mejor será. Pues bien,
esta noche no estás sola, lo siento... Yo, que más he padecido por ti, yo a quién elegiste
entre todos para devorar, tengo piedad de ti.
Medea: No.
Jasón: Tengo piedad de ti, Medea, que sólo te conoces a ti misma que no puedes dar sino para
tomar, tengo piedad de ti, siempre ligada a ti misma, rodeada de un mundo visto por ti...
Medea: ¡Guárdate tu compasión! Medea herida es temible todavía. ¡Mejor es que te defiendas!
Jasón: Pareces una bestezuela despanzurrada, que se debate enredada en sus tripas y todavía
baja la cabeza: para atacar.
Medea: La cosa se pone fea, Jasón, para los cazadores que se permiten esos enternecimientos
en lugar de volver a cargar el arma. ¿Sabes todo lo que puedo todavía?
Jasón: Sí, lo sé.
Medea: ¡Sabes que no me enterneceré, que no empezaré a apiadarme a último momento! ¿Me
has visto hacer frente y arriesgarlo todo otras veces, por mucho menos?
Jasón: Sí.
Medea: (grita) ¿Entonces qué quieres? ¿Por qué vienes a embrollarlo todo de pronto con tu
compasión? Soy vil, lo sabes. Te he traicionado como a los demás. Sólo sé hacer daño. No
puedes más conmigo y presientes qué crimen preparo. ¡Cuídate, vamos! ¡Retrocede!
¡Llama a los otros! ¡Defiéndete en lugar de mirarme así!
Jasón: No.
Medea: ¡Soy Medea ¡Soy Medea te equivocas! Medea que jamás te ha dado, sino vergüenza. He
mentido, he trampeado, he robado, soy sucia... Por mi causa huyes y todo está manchado
de sangre a tu alrededor. Soy tu desgracia, Jasón, tu úlcera, tus costras. Soy tu juventud
perdida, tu hogar disperso, tu vida errante, tu soledad, tu mal vergonzoso. Soy todos los
gestos sucios y todos los pensamientos sucios. Soy el orgullo, el egoísmo, la crápula, el
vicio, el crimen. ¡Hiedo! ¡Hiedo, Jasón! Todos me temen y retroceden. Sin embargo, tú
sabes que soy todo eso y que pronto seré la decadencia, la fealdad, la vejez rencorosa.
Todo lo negro y feo que hay en la tierra, yo lo he recibido en depósito. Entonces, si lo
sabes, ¿por qué no dejas de mirarme así? No quiero saber nada de tu niño. No quiero
saber nada de tus ojos buenos. (Grita delante de él) ¡Detente, detente, Jasón, o te mato
enseguida para que no sigas mirándome así!
Jasón: (suavemente) Tal vez sería lo mejor, Medea.
VOCABULARIO