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EL (D)EFECTO MARIPOSA EN VENEZUELA

22 de diciembre de 2008
Jorge Cruz Osorio

Cualquier acción que decidamos o realicemos, por más innocua que parezca o cargada
de buenas intenciones, puede culminar con un peor resultado que la situación original.
Esto ha sido conocido como el efecto mariposa (el aletear de una mariposa en América
puede causar un huracán en Asia).

Por ese motivo, los proyectos, planes o programas que cualquier gobierno quiera
adelantar deben ser estudiados, balanceados en sus efectos positivos y negativos, con un
mayor peso a los beneficios; es decir, minimizar los daños “colaterales” y aumentar las
ventajas que se puedan obtener.

Lamentablemente en este gobierno, venezolano, ha habido decisiones que realmente


parecen más salida de un trasnocho o insomnio, como alguna vez confesó el presidente
Chávez, que de un estudio del impacto que ellas puedan producir.

Hace unos días atrás comenté que la decisión de incrementar las ventas de automóviles,
sin su contraparte de nuevas vías o estacionamientos, entre otras ha generado un caos
vehicular sin nombre y menos apellido.

Ahora voy a señalar otra lista, sin ahondar mucho en ellas: la Misión Barrio Adentro,
una obra de absoluta necesidad para los sectores de menores recursos, que significó
crear o construir un número de centros de atención inmediata en los lugares de mayor
deficiencia sanitaria, implicó: crear un servicio de salud paralelo, con presupuesto
propio, que al final termina siendo absorbido por la estructura que se intentó remplazar,
el Ministerio de Salud, dejando muchos proyectos sin culminar y un abandono de los
centros de atención mayor como los hospitales. El resultado ahora es que muchos de los
ambulatorios presentan problemas para su atención al público, otro grupo no fueron
culminados en su construcción y los hospitales en un deterioro inmenso.

Los programas de impulso a la producción agrícola: dejando de lado los innumerables


nombres que han tenido y sus diversos “actores” (cooperativas, fundos zamoranos,
gallineros verticales, huerto bolivarianos, empresas de producción social, entre otras),
ha sido una muestra de lo volátil de los experimentos, todas las iniciativas han
significado desperdicios de recursos de todo tipo pero fundamentalmente económicos,
con algunos logros en producción de cereales (maíz, arroz principalmente), algo
limitado en la caña de azúcar (especialmente por las fallas en la construcción de
centrales de procesamiento); pero un abandono casi total para otros rubros como
cítricos, carnes en general (aunque hay que hacer la salvedad que en los lácteos y
carnes, vacuna principalmente, han influidos otros factores a su merma, como la
inseguridad jurídica de la propiedad de la tierra para algunos productores tradicionales).
El resultado es una importación masiva de muchos de los alimentos que han negado la
propuesta gubernamental de soberanía alimentaria.

En materia de seguridad el balance es aterrador, al no haber una política clara, con


etapas, presupuesto, planes y de largo plazo los números rojos (homicidios) han crecido
para tener a muchas de nuestras ciudades entre las más inseguras del mundo.
Por último, para este artículo, derechos humanos. La Constitución vigente tiene hondas
raíces en el respeto de los DD.HH., negar eso es no reconocer el valor de ella; sin
embargo, la intolerancia por parte del gobierno ha creado y ejecutado monstruos como
la Lista Tascón (listado de los firmantes para activar un referéndum revocatorio del
periodo presidencial) los cuales fueron despedidos en caso de ser funcionarios
gubernamentales o se les prohibía prestar servicios en entes del Estado; en pocas
palabras, mcartismo del más puro pero en versión contraria: la izquierda contra
supuestos derechistas. La victoria de candidatos de la oposición en gobernaciones y
alcaldías ha creado un clima poco favorable para la población doliente: se han
desmantelado bienes del Estado bajo la mirada condescendiente de las autoridades
salientes, aún en cargo; se han centralizado diversas instituciones para disminuir las
capacidades de acción de los elegidos; se ha amenazado con no emitir presupuesto que
por ley se debe realizar y otros actos con el mismo tenor.

En pocas palabras, lo que el gobierno ha intentado levantar con las manos lo derrumba
con los pies y la población sufriendo la inestabilidad, incoherencias e intolerancia de
las políticas dirigidas hacia mejorar la calidad de vida de nosotros, los habitantes de
Venezuela. Todo parece indicar que el huracán no se traslada hasta Asia, sino que está
estacionario en esta republica caribeña. ¡Qué Dios nos agarre confesados!

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