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A.·.L.·.D.·.G.·.A.·.D.·.

EL TALLADO DE LA PIEDRA BRUTA

En los manuales del grado de aprendiz se nos dice que la principal tarea de un aprendiz
masón es el tallado o desbastado de su piedra bruta. Esta metáfora que casi todas nosotras
entendemos en un sentido general como dejar fuera de nosotras las impurezas, retirar lo
sobrante, lo grosero, lo que no forma parte de nuestra esencia sino que es añadido, los
metales, mejorarnos en suma y que no solo se realiza en el grado de aprendiz sino en los tres
grados de la masonería azul y a lo largo de toda nuestra vida masónica y personal, posee una
gran profundidad de significado, o un significado lleno de matices que se va descubriendo con
el tiempo, aumentando la comprensión de ese tallado, qué es lo que hemos de retirar y qué es
esa piedra bruta de la que se habla. En suma comprender qué es el conocimiento socrático que
postulaba que el conocimiento de uno mismo se alcanzaba retirando lo que sobraba de uno
mismo hasta llegar al sí mismo

En el sentido de comenzar a indagar el significado de éste aforismo, de ésta tarea


esencialmente masónica, quiero acudir a nuestros ancestrales hermanos canteros, pues
obviamente ésta metáfora se extrae del oficio de cantería o trabajo de la piedra. Nuestros
antiguos hermanos operativos conocían sin ninguna duda en qué consistía trabajar ese
material y entendieron que asi era como analógicamente debíamos trabajarnos internamente.

Hace unos meses de operativamente trabajo y tallo tanto piedra como madera, también forja
y me gustaría compartir con vosotras mis hasta ahora magros conocimientos si bien muy
reveladores.

Alguien que trabaja la piedra ha de saber que después de horas de trabajarla se cubrirá de un
polvo penetrante que permeará ropa, zapatos y cabellos, por lo que el atuendo necesario para
el desempeño de ese trabajo ha de ser el de un obrero, un mono de trabajo o bata y los
elementos necesarios para protegernos de ese polvo. No se puede ingresar en un taller de talla
en piedra con tacones, medias y maquillaje. Aquí reconozco la primera nota caracterizadora
del trabajo en la depuración de uno mismo: es una tarea interior, al abrigo de las miradas
ajenas. No hemos de decorarnos para que nos vean los demás, es un trabajo con mono de
obra, no para la apariencia ni para el mundo, nadie ve ese trabajo mientras lo hacemos asi
pues no hemos de disfrazarnos ni agradar a nadie, estamos solos con la tarea, solo vestidos
con ropa de trabajo, es un trabajo interior. Esta ropa de trabajo nos señala como lo que somos:
obreros de nosotros mismos

El cantero debe conocer qué material está trabajando. La piedra no es tan dura como el metal
a pesar de su legendaria fama pero requiere de una gran paciencia. De la piedra solo se
obtienen frutos, formas y pulidos hermosos con una gran paciencia, la talla en piedra es la más
lenta de todas, debido por una parte a su consistencia y por otra a que un error es de muy
difícil corrección (se pueden hacer correcciones pero se notan cuando el trabajo se ha
terminado). El cantero jamás tiene prisa, sabe que solo ha de ser constante, no abandonar la
tarea, y tras muchas horas aparecerá el fruto, solo ha de ser constante. Un cantero apresurado
deteriorará el trabajo y seguramente, decepcionado lo abandonará. En la talla en piedra no se
considera el tiempo, la obra dura lo que tiene que durar, la piedra no admite prisa ni plazos.
Análogamente el trabajo interno de eliminación de nuestras impurezas groseras no puede ser
tomado con apresuramiento pues corremos el riesgo de la decepción temprana y el abandono
de la tarea, mejor es entender que es una tarea intemporal, que dura toda la vida y qué más
da cuánto dure, pues trabajando con constancia, firmeza y sin prisa, irán apareciendo las
formas, lo que realmente somos, cuando tengan que aparecer, poco a poco, casi
mágicamente, en realidad fruto del trabajo. Además, si para los masones la muerte no existe,
para qué preocuparse… el tiempo es eterno.

La piedra exige concentración, un golpe fuerte, una colocación inadecuada del cincel, una
precipitación exagerada, un excesivo celo al rehundir, un error en el dibujo inicial o una mala
comprobación de la línea de nivel arruina la obra entera, de modo que el cantero no aparta
nunca su atención de la tarea. Finalmente es la tarea quien le susurra su canción hasta
provocar algo asi como un trance, el cantero penetra en la tarea y se deleita en ella, se pierde,
ya no sabe si ha transcurrido una hora o tres, cantero piedra y herramientas bailan. Esta
necesidad de concentración requiere del masón concentrar su voluntad en el deseo de mejora
personal, no perder nunca de vista que lo que desea es ser mejor dejando al arbitrio y
discernimiento de cada uno qué significa mejorar pues no tiene por qué coincidir en todos los
hermanos de igual modo que para un cantero la línea recta y la geometría es la excelente y
para otros es superior la reproducción figurativa . La concentración estará presente también
en nuestra diaria tarea de discernimiento: por ejemplo: estoy conduciendo y otro conductor
me rebasa a toda velocidad a riesgo de producir una colisión, si no estamos concentrados y
atentos quizá lo primero que aparece en la mente y después en la lengua es una ofensa verbal,
pero si estamos atentos a nosotros mismos quizá podamos observar y parar a la veloz mente
antes de que un pensamiento vehemente nos contamine a nosotros mismos y al otro al
proferir el insulto. Un último matiz y quizá el más importante de la concentración es que en
realidad concentrarse es habitar en el presente, no salir de él, ni hacia el pasado ni hacia el
futuro, establecernos firmemente en lo que estamos haciendo.

La piedra se trabaja básicamente con cinceles de distintos tamaños y grosores, a veces


también con una herramienta llamada estafilador para retirar los pedazos mas gruesos y el
puntero con idéntica finalidad. Todo cantero ha de saber que el cincel se colocará en escorzo o
diagonal sobre el plano de piedra a tallar y jamás lo situará verticalmente pues al golpear en él
el martillo la piedra se partirá. El cantero ha de familiarizarse con el manejo de éstas
herramientas pues la mano izquierda ha de cobrar destreza en tomar el cincel y poder guiarlo
hacia donde sea nuestro deseo (al principio no sabemos llevarlo hacia ningún sitio y es el golpe
del mazo el que conduce la orientación del cincel de modo que no conducimos la obra sino
que la fuerza bruta conduce la obra – esto suele sucedernos a casi todos, que más nos guiamos
por la inercia, lo aprendido y los instintos que por el discernimiento-) saber qué fuerza hemos
de imprimir en cada golpe. Es obvio reconocer a la voluntad, la inercia y las pasiones en el
mazo y al discernimiento en el cincel, si, hemos de saber como manejarlos y para ello se
necesita práctica.

Para crear planos horizontales en una piedra en bruto es necesario que cada cierto tiempo
apliquemos el nivel para comprobar que el plano que estamos alisando es completamente
horizontal, sin ondulaciones ni desniveles, la corrección con el nivel es continua, esa misma
exigencia de corrección interna es imprescindible, corregir, siempre corregir hasta que el plano
sea completamente horizontal. Desde mi punto de vista ésta tarea es muy importante toda vez
que con frecuencia la corrección solo se conquista tras pulidos sucesivos, tras sucesivas
correcciones. Asi pues el nivel nos señalará dónde hemos de corregir y contaremos con
distintas herramientas para realizar la tarea: cincel para los desniveles más pronunciados y
gradinas con distinto número de dientes para los menos evidentes hasta las limas para
aquéllas asperezas casi imperceptibles, asi nuestros niveles de autocorrección pueden seguir
esa misma gradación desde tratar de corregir grandes errores, pasiones o instintos a los que
habrá que aplicar un cincel bien afilado, a los pequeños hábitos que nos perjudicarían a los que
aplicaríamos una gradina y la lima la reservaríamos para aquéllas tendencias que somos
capaces de corregir antes de llevarlas a la práctica. Corregir y pulir, siempre corregir y pulir

La regla es la herramienta que nos señala dónde hemos de trazar los planos, hasta dónde
hemos de llegar extrayendo piedra, dónde están los ángulos. La regla es la guía de la
corrección, es la que señala la medida…. Si no la tenemos en cuenta la armonía desparecerá de
nuestro tallado presentando irregularidades

De manera sintética y resumida, el tallado de la piedra requiere ser consciente de que somos
obreros, de que es una tarea que se hace en el silencio y la intimidad al abrigo de miradas
profanas, que requiere paciencia, constancia, medida,concentración, voluntad, discernimiento
y correcciones y pulidos continuos ¿con qué finalidad? Para llegar a ser lo que somos, pura luz,
algo que solo se alcanza cuando retiramos de nosotros lo que no es nuestro, lo que no es
nuestra esencia….. disfrutad de la tarea y de la aventura

Ahora….. a trabajar,

HE DICHO

H.·. M.·. Cer.·. Olga Algarabel

Toledo 22/01/2015

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