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La viuda del líder de izquierda, María

Eugenia de Antequera.

Presentado a:
July Cristina Licht Árdila

Valentina Quiroga González

Universidad Industrial de Santander


Barbosa-Santander
Aprender a Aprender
2019
La viuda del líder de izquierda, María
Eugenia de Antequera.

La vida de Eugenia de Antequera la viuda de José de Antequera, es una de las


muchas historias que acompañan al libro de Patricia Lara ‘Las mujeres en la
guerra’. Este libro nos cuenta desde otra perspectiva la guerra, la cual narran las
mujeres, las esposas, las madres, las hermanas, las hijas… de todos los
implicados.
En este caso Eugenia una abogada, madre y esposa, pierde a su marido José, el
líder de la UP (Unión Patriótica), por un perseguimiento político hacia este partido,
José muere a los 32 años, después de un ataque en un aeropuerto donde le
disparan 33 veces, veintiocho de las balas impactan en su cuerpo y le producen
una muerte casi que instantánea, las otras salen por el costado izquierdo hiriendo
a Samper. Después de esto Eugenia se enfrenta al tener que criar a dos hijos
sola, sin la ayuda económica de su esposo y con la incertidumbre de que en
cualquier momento podían matarlos. Perder a alguien que amas, es uno de los
dolores más grandes que hay en la vida, y que a todos nos toca en un momento
de nuestra vida, es aún más duro cuando dependías de esa persona, porque
tienes que volver a plantear toda tu “existencia”.
La viuda de Antequera empezó a sufrir de dolores de colon y riñón, cada vez que
Marzo empezaba, no le dolían estos, sino el alma que sollozaba por su ser amado,
en la Clínica Nueva se dio cuenta de esto, al enterarse de que sufría de una gran
depresión postraumática. Estuvo durante un año en tratamiento y sus dolores se
esfumaron pero la rabia que sentía no.
Después de jubilarse se dedicó a trabajar en Madres por la Vida, una organización
creada por Santiago Fadiño, con el propósito de juntar viudas a viudas y a madres
de muertos por la violencia que tuvieran ideologías y condiciones distintas. En ese
grupo ella descubrió una verdad que ella no había contemplado <<El alma te
duele exactamente igual a ti, a mí, a todos, no importa que nuestros muertos sean
de la guerrilla, de los paramilitares, del Ejército o del narcotráfico>>, <<Entonces
me di cuenta que el dolor es igual para todos>>. i Eugenia descubrió lo que
muchos hoy no quieren entender, que la guerra no la pelean los que la inician, la
pelean los civiles, las personas que ni siquiera saben que defienden, solo cumplen
ordenes que acaban no solo con su vida, o con la de su adversario, sino con la de
toda una sociedad, la cual no sabe a quién seguir, a quien llorar o a quien
repudiar, porque todas las vidas valen, y cuando una se pierde produce el mismo
dolor en las familias, independientemente del bando al que defiendan.
Es que la guerra va más allá de los muertos, porque al fin y al cabo como dice el
dicho el muerto al hoyo y el vivo al boyo, pero para las personas o los pedazos
que quedan de ellas, su infierno hasta ahora empieza, tienen que vivir con más
que un simple dolor en el alma, tienen que vivir con traumas, con miedo, con
rabia…con tantos demonios que son tan difíciles de imaginar, como decía
Francisco García Pavón “La guerra no produjo un millón de muertos. Dejo un
millón de enterrados y nadie sabe a cuantos millones de muertos andando,
agonizando o sin hombre dentro”.ii
Cuando iniciaron los diálogos con las FARC en el gobierno de Juan Manuel
Santos, la pregunta que más nos hacíamos era ¿Serán capaces de perdonar las
víctimas del conflicto a los asesinos de su familia? Y para responder esto esta
Constanza Turbay Core, a la cual las FARC le mato a su mamá, papá y hermano,
Constanza fue elegida para el primer viaje de 12 víctimas porque representa un
caso emblemático de la guerra que ha sufrido Colombia: la violencia política, con
secuestro y asesinato de por medio. En ese encuentro Iván Márquez le dijo: “Lo
de las FARC con tu familia fue un error muy grande, yo te pido perdón (...) Tu
hermano Rodrigo era un gran hombre”. iii Constanza sintió que la disculpa de Iván
Márquez salió del corazón y tal vez para ella un poco de su dolor ha podido sanar,
como para muchas de las víctimas de este conflicto que han encontrado en estas
negociaciones un poco de paz interior y reconciliación, no solo con los victimarios,
si no también consigo mismos.
Bertolt Brecht decía “las madres de los soldados muertos son los jueces de la
guerra”iv, y si ellas son capaces de perdonar, perdonarse y poder sanar con el
tiempo, todos somos capaces de seguir, así sea con millones de cicatrices, porque
de que sirve ganar una guerra, si no quedan personas, si solo quedamos seres sin
sentimientos, rotos y sin amor, incapaces de tener un rayo de esperanza o amor.
El perdón es el único camino que tenemos para poder entender que el dolor es el
mismo en todos los casos.
La muerte de alguien nos duele a todos, incluso cuando no conocemos a esa
persona, porque la muerte simboliza el acabose de todo, pero la muerte en una
situación tan injusta como es la guerra, es como tirarse sin paracaídas en un
acantilado, por eso duele como si te quemara no solo el cuerpo sino el alma,
porque sientes que le fue arrebatado el derecho de vivir. Y esa sensación es igual
para todos, solo que nos han sesgado tanto que creemos que solo nos duele a
unos pocos, que los demás son felices con nuestro dolor cuando no es así.
i
Fragmento de las mujeres en Guerra de Patricia Lara
ii
Frase de las Hermanadas Coloradas(1970)
iii
Fragmento del articulo Historias de las víctimas del conflicto, periódico EL TIEMPO
iv
Tomado de: es.wikiquote.org/wiki/Bertolt_Brecht

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