Está en la página 1de 2

El Asedio de Jerusalén de 1187

Entre el 20 de Septiembre y el 2 de Octubre de 1187, la ciudad de Jerusalén fue asediada por las
tropas del Sultanato Ayubí al mando del Sultán de Egipto y Siria, Saladino, siendo defendida por las
tropas del Reino de Jerusalén al mando de Balián de Ibelín, y por Caballeros Templarios y
Hospitalarios.

Jerusalén estaba en poder de los cristianos desde 1099, cuando la tomaron en la Primera Cruzada,
pero en 1187 las fuerzas cristianas estaban muy debilitadas tras su derrota en Hattin ante Saladino
en Julio de ese mismo año, donde muchos nobles fueron hechos prisioneros, incluido el Rey Guy
de Lusignan.

Para mediados de Septiembre de 1187, Saladino había tomado Acre, Nablús, Jaffa, Toron, Sidón,
Beirut y Ascalón, quedando en poder de los cristianos solo Tiro, donde se refugiaron los
sobrevivientes de Hattin.

En Tiro, Balián de Ibelín le pidió a Saladino pasaje seguro hasta Jerusalén para recuperar a su
esposa, María Comnena, Reina Consorte de Jerusalén y antigua esposa del Rey de Jerusalén
Amalarico I, y a su familia.

Saladino se lo permitió, con la condición de que Balián no lucharía contra él y que no estaría más
que un solo día en Jerusalén, pero cuando llegó a la ciudad, el Patriarca Heraclio, la Reina Sibilla y
el pueblo de Jerusalén le pidieron que se encargara de la defensa de la ciudad contra Saladino.

Balián aceptó luego de que Heraclio lo absolvió de su juramento al Sultán, que estaba en Ascalón,
y al cual le comunicó su decisión mediante una delegación de burgueses.

La delegación cristiana rechazó la propuesta de Saladino de una rendición negociada de la ciudad,


y pese a esto, el Sultán escoltó a Maria, sus hijos y sirvientes hacia Trípoli, sin tomar venganza
contra Balián.

La situación de Jerusalén era muy grave, estaba llena de refugiados que huían de las tropas de
Saladino, y había 14 caballeros en toda la ciudad, por lo cual Balián armó caballeros a 60 escuderos
y burgueses, en total los defensores sumaban entre 4000 y 6000 hombres.

Balián almacenó dinero y comida para el inminente asedio, mientras que las tropas ayubíes de
Egipto y Siria llegaron a las afueras de Jerusalén el 20 de Septiembre de 1187.

Tras reconocer las defensas de la ciudad, los ayubíes comenzaron a atacar la Torre de David y la
Puerta de Damasco, avanzando con sus torres de asedio contra las murallas, mientras lanzaban
una nube de flechas sobre los defensores. Pero varias de las torres de asalto y arietes de Saladino
fueron destruidos, sufriendo los musulmanes grandes bajas en todos los ataques que lanzaron
durante los primeros seis días del asedio. El 26 de Septiembre, Saladino movió su campamento
hacia el Monte de los Olivos, zona de la muralla en que no había ninguna puerta por la que los
cristianos pudieran contraatacar. Saladino ordenó bombardear las murallas noche y día con sus
catapultas, fundíbulos, pedreros, bolaños de fuego griego y demás armas de asedio, e incluso una
porción del muro fue minado, cayendo el 29 de Septiembre. Los cruzados no pudieron expulsar a
los ayubíes de la brecha en la muralla, pero estos tampoco podían avanzar, muriendo cientos de
hombres en una sangrienta batalla en las ruinas de los muros de Jerusalén. Pero, pronto solo
quedaron una docena de caballeros y un puñado de soldados cristianos para defender los muros.
A fines de Septiembre, Balián ofreció su rendición a Saladino, él cual solo aceptaría la rendición
total de los cruzados. Balián amenazó a Saladino con destruir los lugares sagrados del Islam en
Jerusalén y con masacrar a la población y los esclavos musulmanes en la ciudad, además de
quemar los palacios. Saladino, que quería evitar la muerte de los civiles musulmanes, insistió en la
rendición incondicional de los cruzados. Pero les permitiría abandonar la ciudad si cada hombre
pagaba un rescate de 10 dinares, 5 las mujeres y 2 los niños, y los que no pudieran pagar serían
esclavizados. Cuando Balián le informó a Saladino que había 20,000 personas en la ciudad que no
podrían pagar, Saladino le pidió 100,000 dinares por dejarlos ir a todos. Pero Balián sabía que no
tenían esa suma, por lo cual acordó con Saladino la liberación de 7000 personas por 30,000
dinares. Finalmente, Jerusalén se rindió el 2 de Octubre de 1187.

la entrada de los musulmanes en Jerusalén fue relativamente pacífica, comparada con la masacre
que hicieron los cristianos en 1099. Todos los prisioneros y esclavos musulmanes fueron liberados,
y las iglesias convertidas en mezquitas, menos la del Santo Sepulcro. Saladino permitió a varios
nobles abandonar Jerusalén sin pagar ningún rescate, y a la población cristiana nativa le permitió
quedarse en la ciudad. Pero más de 15,000 civiles fueron vendidos como esclavos, 8000 de ellos
mujeres y niños. Los cruzados y civiles que pagaron y abandonaron Jerusalén marcharon en tres
columnas, liderados por los Templarios, Hospitalarios y por Balián y el Patriarca Heraclio,
escoltados por jinetes de Saladino hasta llegar a tierras cristianas en el Condado de Trípoli. Cuando
se supo en Europa de la pérdida de Jerusalén, inmediatamente se preparó la Tercera Cruzada, que
al mando de Ricardo I Corazón de León de Inglaterra, Felipe II Augusto de Francia y Federico I
Barbarroja del Sacro Imperio marchó hacia Tierra Santa en 1189, fallando en recuperar la ciudad y
en derrotar a Saladino.

También podría gustarte