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¿Cuándo fue que me volví invisible?

Un interrogante que a lo largo de los años se hace cada vez más común entre los
adultos mayores, pues es un fenómeno que se ha ido acrecentando en las últimas
décadas, mientras avanza la tecnología, se atrasa la humanidad, pues me refiero
a que décadas atrás, hablemos de la década de los bisabuelos, ellos no se iban a
los famosos hogares geriátricos, de hecho pensaría que ni siquiera existían para
esa época y mucho menos terminaban en las calles, solos y abandonados, pues la
familia era el pilar y la base fundamental de la sociedad, hoy en día, lo más
importante es la individualidad de cada ser, sin que eso, afecte la individualidad
del otro, sin embargo, el pensar en ese famoso “YO-YO”, primero yo, segundo yo
y tercero yo, es lo que ha hecho que las familias en la actualidad se desintegren
con tanta facilidad o que en casos extremos pero bastante comunes en los últimos
años, ni si quiera se conforma una familia, no hay hogar, no hay hijos, no hay
pareja, es un individuo solo, viviendo una vida súper afanada, donde no tiene
tiempo para nada más que trabajar y subsistir, es por ello que a causa de los
afanes de esta época, se han venido generando una cantidad de fenómenos, por
llamarlos así que han modificado la idea que coloquialmente venia de que la
familia es el pilar y el núcleo fundamental de la sociedad, creándose guarderías
para niños y ´hogares geriátricos para adultos mayores, porque el trajín del adulto
promedio no da abasto para dedicarle tiempo a sus hijos y ahora mucho menos a
sus padres o abuelos, prefieren pagar un hogar geriátrico o simplemente
abandonarlos por completo y seguir su vida, desechando a lo realmente más
valioso de su vida que es su familia, por la idea equivocada de que trabajar,
subsistir, tener dinero, entre otras cosas, es mucho más importante que dedicarle
tiempo y sobretodo amor a un ser que en su momento lo dio todo por él, un adulto
mayor se vuelve invisible para una familia y una sociedad al momento en el que
este empieza a depender de otro, donde para el adulto promedio comienza a ser
una carga y se le convierte en “problema”, donde la solución es la calle, el olvido,
el abandono o en su defecto el hogar geriátrico, para no tener que “desgastarse”
más con ese adulto mayor y perder su tiempo, pues así es como lo ve hoy en día
el adulto promedio, habiendo perdido el enfoque principal de lo que era en la
antigüedad considerado un adulto mayor, una persona honorable, respetable, con
gran conocimiento, que era de adular y de enaltecer por su gran sabiduría, al
haber tenido una vida llena de experiencias.

Si la sociedad tuviera dentro de sus planes educativos un curso basado en adultos


mayores, lo que son, como se deben tratar, como se sienten, realmente la
problemática del abandono, del olvido o del rechazo al adulto mayor disminuiría
notoriamente y ayudaría a que el mundo en general tuviera adultos mayores con
una vejez más tranquila y feliz.

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