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HISTORIA DE LA HISTORIOGRAFÍA

DEL SIGLO XIX Y XX HASTA


NUESTROS DÍAS

PRIMER PARCIAL

TEMA: LEOPOLD VON RANKE

ESTUDIANTES:
ÁLVARO CASALES
CI: 4.490.986-2
MATEO ESTEVES
CI: 5.274052-5
DOCENTE:
JUAN CARLOS CABEZA
GRUPO: 3º B
CURSO 2021
HISTORIA
I.P.A.
Introducción

Leopold von Ranke (1795 – 1886) fue un historiador que, mediante su trabajo de investigación y su
estilo narrativo e historiográfico, no solo se dio a conocer en la comunidad como figura sino que es
considerado hasta día de hoy, sin importar la escuela, como uno de los fundadores de la ciencia
histórica moderna. Esto se debe a diversas razones: la coyuntura histórica de su vida (la
conformación de la historiografía como método y el surgimiento de la nación alemana), su
trayectoria personal, y finalmente su posición dentro de su movimiento, el historicismo alemán.
Todo lo dicho abre una serie de interrogantes que pretendemos plantearnos en la siguiente
investigación: ¿Cuál fue el alcance real y el aporte de la obra de Von Ranke para las ciencias
históricas? ¿Y del historicismo? ¿En qué consistió el denominado historicismo? ¿Se puede hablar de
tal cosa, o de diversos movimientos historicistas con orígen y desarrollo en común pero distintas
metodologías?

Antecedentes remotos del historicismo clásico alemán: La Edad media.

En la edad media clásica o temprana, según el historiador Olivier Carbonell, se carece de


auténticos historiadores, puesto que la historia era una disciplina auxiliar a las verdaderas ciencias,
y carecía de un objeto de estudio determinado: el tiempo humano. Este no tenía, en realidad, un
pasado finito cuantificable más allá de la providencia, a la cual no se tenía voluntad de comprender
de forma crítica. Por lo tanto, la historia se equivalía a la crónica de fechas y hechos concretos,
frecuentemente copiando (de forma consciente) los métodos y los estilos narrativos de la antiguedad
romana y griega, con un estilo anticuario de preservación: ''Para componer una parte de sus Anales,
Lampert, monje de Hersfeld, entra a saco en Tito Livio (c. 1070). La Crónica de Réginon de Prüm
(906) reproduce y prosigue la de Beda (700), que reproducía y proseguía a su vez la de Isidoro
(626), la cual estaba inspirada en la Historia del Mundo de Orosio (417).'' (Carbonell, 53).
Esta forma predominante de registrar el pasado fue cambiando lentamente con el fortalecimiento de
los Estados a partir del siglo XII, cuando los gobernantes dan órdenes de fundar las narrativas
nacionales de, por ejemplo, Francia (Grande Chronique de France, 1274), dando así orígen a la ya
tradicional historia política.

El efecto de la Ilustración en Alemania

Con el renacimiento, ''el historiador sucede al teólogo'' (Carbonell, 71). Es decir, que la
historia se humaniza: el concepto de tiempo se transforma en la concepción de la comunidad de
historiadores. Este humanismo será posteriormente complementado con el racionalismo en los
siglos XVII y fundamentalmente XVIII: la razón humana fue paulatinamente convirtiéndose en un
criterio válido conocimiento, para luego, en el siglo XIX, en el único.
Se progresó enormemente en el descubrimiento, archivado, catalogado y análisis crítico de las
fuentes y relíquias históricas que se utilizaron como fuentes.
El racionalismo, así como el método científico impulsado por investigadores como Bacon, Galileo o
Newton, fueron las inspiraciones de nuevos pensadores de la ilustración europea, algunos de los
cuales volcaron sus reflexiones a la historia: ejemplos como Gianbattista Vico en Italia, Voltaire en
Francia, con su ''historia razonada'', mostrando una comprensión del concepto de análisis crítico de
las fuentes, escoceses e ingleses como Hume o Gibbon, y finalmente Leibniz y Kant en Alemania.
El efecto de la Ilustración en Alemania fue tardío. El Imperio, con su característica feudalidad
política, disponía de un creciente número de Universidades laicas de las que destacaban las de
Gotinga, Jena y posteriormente la de Berlín. En la Universidad de Gotinga, Hannover, un gripo de
Juristas, de los que destacan Schlözer, Gatterer o Heeren desarrollan la ''estadística'' (staatistik), un
conjunto de disciplinas para la descripción de los Estados: datos económicos, geográficos,
demográficos, sociales, que utilizados para la investigación del pasado de los Estados alemanes.
Esta historia, heredera de la historia erudita y anticuaria, también tiene como base los aportes
anteriores: el análisis crítico de las fuentes, el racionalismo, inmanentismo y conciencia temporal de
la ilustración, para considerarse, según Moradiellos, como el comienzo de una ''Historia-ciencia
humana''. Se genera también una noción de nacionalismo político, ligado al concepto de volkgeist,
espíritu del pueblo, del que luego bebieron los autores de la segunda mitad del siglo XIX.

Contexto Histórico: Revoluciones burguesas, contrarrevolución monárquica, nacionalismo


alemán.
Hacia principios del siglo XIX Alemania había sufrida la traumática experiencia de la ocupación
napoleónica. Además del peligro de una nueva ocupación extranjera, existía el temor a la expansión
de las revoluciones que se generaron en Europa, muy especialmente la revolución francesa.
Los gobernantes alemanes tomaron conciencia de la necesidad de crear un “sentimiento o idea de
nación”, generar cohesión en la población dentro un territorio dividido en lo político, territorial y
económico.
La ocupación francesa llevó a la destrucción del régimen estamental y la imposición de principios
jurídicos y socio – económicos del liberalismo burgués (Moradiellos, 2009, p. 153).
A modo de ejemplo de la situación alemana a principios del Siglo XIX, no solo existía una división
en pequeños estados, sino que se presentaban enormes diferencias sociales según las regiones.
En el oeste, predominaba la explotación agrícola en pequeñas extensiones familiares tributarias de
los señores. En este prusiano, existían grandes latifundios cultivados por campesinos sometidos a la
servidumbre (Fontana, 1982, p. 125).
La intención de cohesión nacional se volvía imprescindible para el futuro de Alemania.

Fontana (1982) explica la “idea de nación” de la siguiente manera:


La “nueva base para el edificio social se hallará en el fortalecimiento de la idea de nación, entendida
como la comunidad de los hombres que comparten una historia y una cultura, simbolizada por una
bandera y un himno, y encarnada en la persona del monarca constitucional – o presidente de la
república, que tanto da para el caso – y de las instituciones de gobierno que comparten con él, en
mayor o menor medida el poder “ (p. 115).

Historicismos en Alemania

Vico, Maquiavelo, Locke, Hume, Hegel, Marx, Ranke... Estos investigadores tienen muchas
cosas que los diferencian, pero: ¿Qué los une? Una continuidad epistemológica. Puede trazarse
una línea de demarcación que permite distinguir a la modernidad ilustrada de la mayoría de los
escolásticos medievales, algo que los reúne con los clásicos, y es el re descubrimiento del objeto de
estudio de la Historia: la sustancia (Aristóteles), el espíritu (Hegel) el ser social (Marx), la Obra de
Dios (Ranke), en una palabra: el ser, en sus relaciones con el tiempo y el espacio, es lo que estudia
la historia. Estos autores son los originarios de una corriente de pensamiento que podemos
denominar 'historicista': toda realidad es producto de su devenir histórico. Ahora bien, las formas en
las que esta realidad se manifiesta y alcanza su sentido, y cómo ha de estudiarse, ha alcanzado
diversas formas de estudiarse. Por eso consideraremos pertinente hablar de un proceso de desarrollo
(no lineal, sino dialéctico) de diversos historicismos.
Precursores de la escuela historicista alemana.
La figura de Leopold von Ranke y el historicismo rankeano fueron esenciales para la conformación
ideológica de la unidad alemana, culminada durante el gobierno de Otto von Bismark.
Según Fontana (1982) el nacimiento del historicismo fue una reacción en Alemania a los avances de
las revoluciones, unido a la derrota militar ante Francia (p. 124).
Se encontró en la Universidad el pilar para reorganizar la educación, especialmente en la
Universidad de Berlín fundada en 1810 y liderada por Guillermo von Humboldt.
Es allí dónde la nueva disciplina histórica poné énfasis en el aspecto erudito, pero siempre
atendiendo a objetivos políticos, que requería moldear la conciencia histórica del público y recurría
a los historiadores para formar la propia identidad histórica de nación (Iggers, 2012, p. 49).
Es así, que la educación proporcionó a los intelectuales (principalmente jóvenes de clase media)
posibilidades de ascenso social y económico, dejándolos al margen de los cargos políticos y toda
crítica hacia el Estado.
Fontana (1982) plantea que, para entender el significado del historicismo y la obra de Ranke, no
podemos perder de vista el objetivo común de la lucha contrarrevolucionaria y el fomento de una
conciencia nacional alemana en torno a la monarquía prusiana (p. 127).
Escuela histórica alemana, historicismo.

''En los primeros años del siglo XIX, Alemania fue escenario del surgimiento de la moderna ciencia
de la Historia sobre la base del maridaje de la tradición histórico-literaria y la erudición documental,
al abrigo de una concepción del fluir temporal humano y social como proceso causal inmanente,
irreversible y racional y ya no sólo como mera sucesión cronológica de acontecimientos. [...]
Historia razonada y documentada comenzó a suplantar a la mera crónica de mayor o menor
complejidad compositiva, narrativa o erudita.''

Friedrich von Savigny (fundó la escuela histórica del derecho), conservador y nacionalista.
Volkgeist. Sistema legal producto de la costumbre y carácter del pueblo. Leyes y razón universal no
se debe aplicar.
Contexto histórico: crisis europea, desestrucción de las estructuras del antiguo régimen,
implantación en Alemania occidental de la jurídica burguesa, propiedad privada, etc.
En Prusia: ''reforma por reacción'', el estado recompuesto después de 1815 desmanteló los aspectos
más arcaicos del antiguo régimen que constreñían el desarrollo capitalista: la servidumbre
campesina, los privilegios nobiliarios, la propiedad feudal, los gremios de oficios, para preservar el
poder de la aristocracia terrateniente. Príncipe Hardenberg, canciller de Prusia en 1811 al rey:
''Tenemos que hacer desde arriba lo que los franceses han hecho desde abajo'' (Moradiellos,

Niebuhr, filólogo experto. Nombrado funcionario-profesor de Historia en la nueva Universidad de


Berlín 1810, como parte de la reforma prusiana. Impulsa el ''método histórico crítico: exámen y
análisis crítico, filológico y documental, de las fuentes históricas materiales y su posterior
utilización sistemática como base de una narración que ''debe revelar, como mínimo con alguna
probabilidad, las conexiones generales entre los acontecimientos.'' Escribió ''Historia romana'' en
dos volúmenes, que rompía por primera vez el relato de Tito Livio del origen de roma, en favor de
la crítica filológica y documental sobre fuentes literarias y epigráficas latinas.
Da pie a :
Leopold Von Ranke

Leopold von Ranke (1795 – 1886), procedente de una familia luterana, logró ganarse la estima de
las clases dirigentes prusianas que lo posicionaron en la Universidad de Berlín (de la cual llegó a ser
catedrático en 1834). Estudió teología y filología clásica, tenía especial interés por los historiadores
antiguos, sobre todo en Tucídides. Más adelante comenzó a interesarse por la Edad Media, es en
este momento que escribió Historias de los pueblos románicos y teutónicos. Gooch (1977) plantea
lo siguiente sobre el primer libro de Ranke: “el libro constituyó un evidente progreso en el
tratamiento objetivo de la historia europea, y conservará siempre su interés como primer trabajo del
más grande de los historiadores modernos” (p. 85).
En la Universidad de Berlín la enseñanza estaba basada en la investigación, y la historia se convirtió
en una disciplina profesional. En 1825 Ranke es nombrado como profesor de la Universidad. Su
postura era escribir la historia a partir de las fuentes primarias, y tenía como principal objetivo
convertir la historia en una ciencia rigurosa practicada por historiadores entrenados
profesionalmente. A partir de la revolución de 1830 el gobierno publica la Revista Histórico –
Política, cuyo director fue Ranke. El propósito de la publicación era contrarrestar cualquier idea
revolucionaria y mantener la hegemonía ideológica de la élites gobernantes. Bajo impulso del
Ministro austríaco de Relaciones Exteriores Klemens von Metternich, Ranke contribuyó a fomentar
las concepciones tradicionalistas del derecho historicista de Karl Savigny contra activistas liberales
como Karl Rotteck, divulgador en Berlín de los ideales racionalistas que los conservadores veían
como responsables de los excesos revolucionarios. Savigny veía al Espíritu como alejado del
universal racional, el Espíritu Nacional era, por el contrario, una cualidad particular consuetudinaria
de las naciones, que podían entrar en contradicción con la Razón Universal según las costumbres
populares.
Mientras dirigía la Revista Histórico – Política, escribió una de sus obras más importantes Historia
de los Papas, cuyo primer volumen se publicó en 1834, el segundo y el tercero en 1834.
Con dicha obra “su fin era mostrar al Papado como un factor en el desarrollo de Europa, que se
transformaba a sí mismo como otros miembros del sistema europeo” (Gooch, 1977, p. 92).
A pesar de ser protestante se expresa con simpatía sobre la Iglesia romana, habla con admiración de
los pacificadores y los Papas de la Contrarreforma se vuelven más humanos y comprensibles.
Trata al Papado como un fenómeno histórico, deslindándose de las controversias de la época. Esto
hizo posible que realizara una investigación beneficiosa de uno de los períodos más importantes de
la historia de Europa.
La Historia de los Papas es muy importante por su rica información como por su objetividad.
“El que captase las líneas fundamentales de tres siglos tan claramente que las investigaciones
posteriores hayan hecho poco más que completarlas, se debió no sólo al nuevo método material que
pudo reunir sino al método crítico aplicado a sus fuentes, impresas y no impresas” (Gooch, 1977, p.
93).
En dicha obra se plasma el método de Ranke, de tratar de recopilar la mayor cantidad de fuentes
posibles y de la mayor calidad.
La introducción trata sobre la historia del Papado en la Edad Media, destacándolo como el gran
unificador de la civilización europea. Continúa con la fundación de los Estados Pontificios, que se
convirtieron en una potencia italiana hacia el siglo XV, y la parte medular se halla en la
Contrarreforma. Ranke fue el primer intérprete fidedigno de la Contrarreforma.
Gooch (1977) afirma que, “La Historia de los Papas no sólo era una realización en el terreno de las
investigaciones históricas, sino una perfecta obra de arte. Había llegado a la plena madurez de sus
facultades. Sin pretensiones de elocuencia, su estilo luminoso y mesurado produce una impresión de
extraña fuerza” (p. 94).

Concepción de la Historia para Ranke

Una de las características que impregna la totalidad de la obra de Ranke es el primado de la política
exterior: primat der aussenpolitik: ''Los Estados y sus gobernantes son los agentes principales del
devenir histórico y sus relaciones, los conflictos y negociaciones constituían la materia esencial de
la investigación histórica.''
'' [...] el metro de la independencia es lo que da a un Estado su lugar en el
mundo; ella también impone la necesidad de subordinar todas las circunstancias''
(Moradiellos, 155.)
Su epistemología es Empirista ''veo venir un tiempo en que ya no edificaremos la Historia moderna
sobre relatos de los historiadores, ni siquiera de los contemporáneos, excepto allí donde éstos
poseían un conocimiento original, menos aún de los escritores de segunda mano, sino sobre los
relatos de testigos oculares y los documentos originales.'' Y también positivista (solo en cuanto a
fidelidad al documento): lo positum: dado y presente ante los sentidos.
Objetivo: una investigación archivística: los hechos hablan por sí mismos, el historiador reconstruye
el pasado ''tal como sucedió''. Es la búsqueda de las fuentes necesarias y su análisis lo que
constituye para Ranke el fundamento de la profesión (es notable lo fundamental que fue para Ranke
su ''liberal acceso'' al archivo Imperial de Viena para las investigaciones preliminares de ''Historia de
Los Papas''.
Como dice Moradiellos, esto es una ilusión, pretende eliminar la subjetividad del historiador. No se
puede reproducir el pasado de forma completamente objetiva.

El impacto de Ranke en la Historiografía posterior

Algunos alumnos de Ranke como Gustav Droysen o Heinrich von Sybel mantuvieron el espíritu
rankeano de la denominada ''escuela histórica prusiana'', aunque algunos como Theodor Mommsen
con su ''Historia romana'' o Heinrich von Treitschke fueron abandonando de manera confesa la
pretención de imparcialidad y objetividad, por comprender que su labor obedecía a determinados
objetivos políticos: la costrucción de un Estado alemán unificado.
“La historia debía ser escrita por especialistas, pero no sólo o primordialmente para ellos, sino para
el público educado más amplio. La historia debía ser tanto una disciplina científica como una fuente
de cultura “ (Iggers, 2012, pp. 51 – 52).
Según la concepción histórica de Ranke, la historia acomoda en pueblos las individualidades de la
sociedad. La imagen de Dios sustituye al progreso de la ilustración, el destino no es más que “el
dedo de Dios”. Las naciones son la esencia de la sociedad y cada nación es distinta a las demás.
“Toda su obra estuvo destinada a fustigar la revolución, a atacar a los ilustrados, (…) y a sostener
que la finalidad suprema de la historia es «la de abrir camino a una política sana y certera, disipando
las sombras y los engaños que, en estos tiempos que vivimos, oscurecen y fascina las mentes de los
mejores hombres»” (Fontana, 1982, pp. 128 – 129).
Fontana (1982) afirma que, Ranke “fue un funcionario ideológico del estado prusiano, útil, servicial
y plenamente consciente del papel que le tocaba” (p. 129).
Dentro de la concepción de historia, según Ranke, la objetividad es elemento central y rechazaba
los juicios de valores, así como los supuestos filosóficos y metafísicos. Para implementar su
método, Ranke inició los “seminarios” en la Universidad, en los cuales los estudiantes fueron
entrenados para realizar exámenes críticos a las fuentes (principalmente fuentes medievales), la
filología era una herramienta imprescindible ya que se debía conocer el griego y el latín.
Como ya mencionamos la concepción rankeana evitaba cualquier tipo de juicios de valor, el
historiador no podía “juzgar el pasado” y debía limitarse a mostrar los hechos tal cual como
ocurrieron en realidad.
Así lo expresaba Ranke en 1824: “A la historia se le ha asignado la tarea de juzgar el pasado, de
instruir al presente en beneficio del porvenir. Mi trabajo no aspira a cumplir tan altas funciones.
Sólo quiere mostrar lo que realmente sucedió” (Moradiellos, 2009, p. 156).
Su método implicaba la búsqueda extenuante de fuentes primarias (documentos originales), que
luego de ser verificados y autentificados, serían la base exclusiva del relato histórico. Al hacerse de
dichos documentos, los historiadores podrían reconstruir el pasado de forma objetiva y como
“realmente sucedió”.
Esta filosofía de la historia se le dio el nombre de 'Historicismo', aunque más bien se debería hablar
de diversos historicismos: la filosofía de la historia de Savigny y Ranke, que rechazaba las
categorías universales, no fue la única que comprendió la historicidad de la realidad como objeto de
estudio del ser humano: La escuela historiográfica fenomenológica que se inició en la misma época
con Hegel desde la Universidad de Jena, y se desarrolló luego con más precisión con el marxismo,
le dió al estudio de las categorías particulares su lugar de importancia, estudiando su relación
temporal con las ideas universales. Lo que ambos historicismos comparten entre sí, como con
Möser y Herder, es, como dice Moradiellos, la ''historicidad radical de todos los fenómenos
humanos''. Es, por lo tanto, esta filosofía de la historia, hermenéutica, planteada por las diversas
escuelas historicistas alemanas, herederas de la ilustración, que se encuentran en la noción de un
tiempo histórico racional que se aleja del tiempo físico. En este sentido, los historicismos se
opondrán de forma radical a las diversas variantes del positivismo, tanto el positivismo sociológico
de Compte, originado a finales del siglo XIX, como el positivismo lógico y sus variantes del
Círculo de Viena o el falsacionismo de Karl Popper, en quien tendrán un acérrimo enemigo.

Conclusiones
Fontana plantea un matiz sobre la “imparcialidad” histórica del método rankeano, ya que sería poco
útil y funcional a la monarquía prusiana mostrar los hechos tal cual como ocurrieron en realidad,
teniendo en cuenta que Ranke estuvo al servicio de las élites gobernantes, no era muy conveniente
para las mismas esa “imparcialidad” absoluta.
Deberíamos preguntarnos si esta pretensión del historicismo rankeano no fue el aspecto más
regresivo de su historiografía, en comparación con, por ejemplo, el historicismo dialéctico
contemporáneo, puesto que el racionalismo histórico necesita dar cuenta de la razón subjetiva como
ineludible participante de la actividad de investigación. Al pretender eludir la subjetividad, se anula
la razón y se vuelve a una mecánica muy parecida al copismo medieval, pero con un análisis
subjetivo sano, producto obvio de la particular educación filosófica, económica y social de Ranke.
En este sentido, podríamos concluir que la obra de Ranke sobrevive ''a pesar'' de su método e
intenciones, más como documento histórico que como historiografía en sí.
Analicemos algunos pasajes de su obra ''Historia de los Papas'':
En el prólogo de esta obra, Ranke establece su objetivo describir el ''rejuvenecimiento y desarrollo
internos, su progreso y decadencia […] de un poder espiritual-temporal renovado'' (Ranke, pag. 7).
Este párrafo ya está teñido de subjetividad: ideas como ''rejuvenecimiento'', ''progreso'' o
''decadencia'' son producto de un análisis personal del autor.
A medida que se adentre en los capítulos de esta obra, el lector descubrirá que esta se encuentra
plagada de análisis personales propios de un historiador-filósofo germano típico del siglo XIX, tales
como ''Los Estados se derrumban porque se deja de creer en la religión''.
Como plantea Iggers (2012), el historicismo involucraba una filosofía completa de la vida,
combinando el concepto de ciencia (cultural o humana) con el orden social y político. La historia
era el único medio para el estudio de los asuntos humanos, Meinecke afirma que el historicismo era
“el punto más alto en la comprensión de los asuntos humanos”, toda actividad humana podía ser
sometida al estudio histórico (p. 58).
Moradiellos (2009), explica al historicismo como una filosofía de la historia basada en una práctica
empirista, en la cual “(…) los hechos y situaciones pasadas son únicos e irrepetibles y no pueden
comprenderse en virtud de categorías universales sino en virtud de sus contextos propios y
particulares” (p. 157).
Ranke se concentró en la Historia política y diplomática siempre siguiendo un sentido religioso
protestante, dejando de lado los factores sociales, económicos y populares.
Ranke postulaba que la centralidad estatal cumplía una función principal en la historia, esto es
enfocado principalmente al Estado prusiano, dentro del cual “la libertad civil y la propiedad privada
existían y prosperaban bajo el alero de una monarquía poderosa y un servicio civil ilustrado”
(Iggers, 2012, p. 53). “Libertad civil y propiedad privada” son conceptos que protegen y defienden
a la clase burguesa, la cual también tenía sus intereses particulares y ejercía influencia en el poder
político de la época. Esto coincide con los historicismos alemanes contemporáneos, como el
hegeliano, no así con el marxiano.
Siguiendo la idea de la importancia de la historia en los Estados, sus gobernantes son los agentes
principales del devenir histórico y sus relaciones y negociaciones constituían la materia esencial de
la investigación histórica.
La obra de Ranke fue uno de los tantos ejemplos de la construcción de profesionalidad de la
disciplina histórica en el Siglo XIX. Si bien la teoría y la epistemología rankeanas de la historia no
pueden considerarse científicas, la rigurosidad monumental del análisis de las fuentes da registro de
la progresión metodológica en la historia de la ciencia histórica desde la antigüedad clásica hasta el
siglo XIX.
BIBLIOGRAFÍA

• Moradiellos, E. (2009). Las caras de Clío. Una Introducción a la Historia. Madrid, España:
Siglo Veintiuno.
• Fontana, J. (1982). Historia. Análisis del pasado y proyecto social. Barcelona, España:
Crítica.
• Iggers, G. (2012). La historiografía del siglo XX. Desde la objetividad científica al desafío
posmoderno. Santiago, Chile: Fondo de Cultura Económica.
• Gooch, G. (1977). Historia e Historiadores en el Siglo XIX. México D.F., México: Fondo de
Cultura Económica.
• Carbonell, C. O. (1986). La Historiografía. México D. F., México: Fondo de Cultura
Económica.
• Ranke, L. von. (1943). Historia de los Papas en la Época Moderna. México, D. F., México.
Fondo de Cultura Económica.

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