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* Doctor en derecho por la Universidad de Bonn, abogado en el estudio Sieper & Lösing en
Lüneburg, Alemania.
** Traducción de Marcela Anzola Gil (Bogotá).
1
Ver, por ejemplo, A. R. Brewer-Carías, Ètudes de droit comparé, Bruselas, 2001; D. García
Belaunde, Derecho Procesal Constitucional, Bogotá, 2001; F. Eguiguren Praeli, Los tribunales cons-
titucionales en Latinoamérica: una visión comparativa, Buenos Aires, 2000; J. Colombo Campbell,
Justicia constitucional: el conflicto constitucional y sus formas de solución, Talca, 2000; E. Rey
Cantor, Derecho procesal constitucional, derecho constitucional procesal, derechos humanos proce-
sales, Bogotá, 2001; H. Fix Zamudio, Introducción al derecho procesal constitucional, México, 2002,
N. Lösing, La jurisdiccionalidad constitucional en Latinoamérica, Madrid, 2002.
2
G. Becker: “Breves reflexiones sobre el acuerdo y sentencia N° 208 de la Sala Constitucional
Paraguaya”, en Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano 1996, Medellín, 1996, pp. 565 s.
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comenzó a cambiar lentamente desde 1989, luego del golpe militar en contra del
dictador Stroessner. A partir de ese momento se inició un proceso de democratización
que condujo a la promulgación de la Constitución de 1992 y permitió instaurar en
1993, luego de las primeras elecciones democráticas desde la independencia, en 1811,
el primer gobierno civil en más de cincuenta años.3 La justicia también fue sometida
a un proceso de cambio que, sin embargo, se retardó debido a que muchos cargos
judiciales se habían renovado hasta 1996. Hasta diciembre de 1995 se encontraban
ocupados un 60% de los cargos judiciales, y aproximadamente el 90% de esos nom-
bramientos se habían llevado a cabo recientemente. Por tanto, la Sala Constitucional
prevista en la Constitución de 1991 sólo pudo iniciar sus actividades en 1995.
3
Sobre el desarrollo constitucional del Paraguay véase A. Schoeller-Schletter, “Die Verfassung
Paraguays von 1992 und ihre Vorläufer”, en VRÜ 30, 1997, pp. 225 ss.
4
Artículo 200 de la Constitución de 1967: “La Corte Suprema de Justicia tendrá facultad para
declarar la inconstitucionalidad de las leyes y la inaplicabilidad de las disposiciones contrarias a esta
Constitución, en cada caso concreto y en fallo que sólo tendrá efecto con relación a ese caso. El proce-
dimiento podrá iniciarse por acción ante la Corte Suprema de Justicia, y por excepción en cualquier
instancia, y se elevarán sus antecedentes a dicha Corte. El incidente no suspenderá el juicio, que prose-
guirá hasta el estado de sentencia”.
NORBERT LÖSING - LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL... 111
5
Nombre de los tribunales de última instancia en la organización jurisdiccional de ese entonces.
6
D. Mendonca y J. C. Mendonca Bonnet: “La justicia constitucional en Paraguay”, en Anuario
Iberoamericano de Justicia Constitucional, Madrid, 1997, p. 293.
7
Artículo 247 de la Constitución de 1992 (“De la función y de la composición”):
“El Poder Judicial es el custodio de esta Constitución. La interpreta, la cumple y la hace cumplir.
La administración de justicia está a cargo del Poder Judicial, ejercido por la Corte Suprema de
Justicia, por los tribunales y por los juzgados, en la forma que establezcan esta Constitución y
la ley”.
112 ANUARIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANO / 2002
8
Artículo 132 de la Constitución de 1992 (“De la inconstitucionalidad”):
“La Corte Suprema de Justicia tiene facultad para declarar la inconstitucionalidad de las nor-
mas jurídicas y de las resoluciones judiciales, en la forma y con los alcances establecidos en esta
Constitución y en la ley”.
9
Artículo 259 de la Constitución de 1992 (“De los deberes y de las atribuciones”):
“Son deberes y atribuciones de la Corte Suprema de Justicia: […]
”5. conocer y resolver sobre inconstitucionalidad; […]”.
10
Artículo 258 de la Constitución de 1992 (“De la integración y de los requisitos”):
“La Corte Suprema de Justicia estará integrada por nueve miembros. Se organizarán en salas,
una de las cuales será constitucional, […]”.
11
Artículo 260 de la Constitución de 1992 (“De los deberes y de las atribuciones de la Sala
Constitucional”):
“Son deberes y atribuciones de la Sala Constitucional:
”1. conocer y resolver sobre la inconstitucionalidad de las leyes y de otros instrumentos norma-
tivos, declarando la inaplicabilidad de las disposiciones contrarias a esta Constitución en cada
caso concreto, y en fallo que sólo tendrá efecto con relación a este caso, y
”2. decidir sobre la inconstitucionalidad de las sentencias definitivas o interlocutorias, decla-
rando la nulidad de las que resulten contrarias a esta Constitución.
”El procedimiento podrá iniciarse por acción ante la Sala Constitucional de la Corte Suprema
de Justicia, y por vía de la excepción en cualquier instancia, en cuyo caso se elevarán los antece-
dentes a la Corte”.
12
Artículo 264 de la Constitución de 1992 (“De los deberes y de la atribuciones”):
“Son deberes y atribuciones del Consejo de la Magistratura:
”1. proponer las ternas de candidatos para integrar la Corte Suprema de Justicia, previa selec-
ción basada en la idoneidad, con consideración de méritos y aptitudes, y elevarlas a la Cámara
de Senadores para que los designe, con acuerdo del Poder Ejecutivo; […]”.
NORBERT LÖSING - LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL... 113
La Sala Constitucional está constituida por tres miembros con el rango de ma-
gistrado de la Corte Suprema (artículo 1 de la LOCSJ). De conformidad con el artículo
152 de la Constitución de 1992 y 8 de las disposiciones transitorias de la Constitu-
ción, en concordancia con el artículo 19 de la LOCSJ, el periodo de los magistrados de
la Corte Suprema, así como el de los restantes magistrados, es de cinco años. Si son
confirmados dos veces en el cargo, serán inamovibles. Esto es, la inamovilidad co-
mienza a partir de la segunda confirmación en el cargo, o sea, luego de haber ejercido
por diez años la actividad de magistrado de la Corte Suprema.13
Los magistrados de la Corte Suprema sólo pueden ser destituidos previa acusa-
ción que eleve la Cámara de Representantes ante el Senado (artículos 225 y 261 de la
Constitución de 1992). Al cumplir los setenta y cinco años de edad serán separados
del cargo (artículo 261). Durante el ejercicio del cargo, los magistrados gozan de
inmunidad especial: no pueden ser acusados o interrogados judicialmente por las opi-
niones emitidas en el ejercicio de sus funciones ni pueden ser detenidos o arrestados
sino en caso de flagrante delito que merezca una sanción penal. En ese caso se aplican
reglas especiales para la custodia (artículo 255 de la Constitución de 1992).
De conformidad con la Ley que Organiza la Corte Suprema de Justicia, ésta
tiene un presidente y un primer y segundo vicepresidentes (artículo 5 de la LOCSJ). La
Corte Suprema decide sobre la conformación de sus salas (Constitucional, Civil, Co-
mercial y Penal) en sesión plenaria, la cual se lleva a cabo una vez al año, en febrero.
En esa sesión plenaria la Corte elige al presidente en votación secreta con los votos de
por lo menos cinco de sus miembros. Así mismo, elige al primer y segundo vicepre-
sidentes de entre sus miembros de una de las dos salas a las que no pertenezca el
presidente (artículo 8 de la LOCSJ). El presidente y los vicepresidentes presiden las
salas a las que pertenecen. Su periodo es de un año. Pueden volver a ser elegidos para
el mismo cargo sólo después de que haya transcurrido otro periodo (artículo 9 de la
LOCSJ).
13
Mendonca y Mendonca Bonnet, op. cit., p. 295.
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A. El control de constitucionalidad
Con una formulación similar a la del artículo 132 de la Constitución de 1992 y
en concordancia con las competencias de la Sala Constitucional de la Corte Suprema,
contempladas en el artículo 260 de la Carta, el artículo 11 literal a de la LOCSJ cita las
“leyes y otras normas”. Para la reglamentación del control de las normas, la Ley de
Procedimiento Civil (las cuestiones procedimentales más importantes en materia de
control constitucional se encuentran reglamentadas en la ley nº 1337/88) establece
una diferencia entre leyes, reglamentos, decretos, ordenanzas municipales, resolucio-
nes y otros actos administrativos (artículo 550).
Existen dos vías legales diferentes para la impugnación de las normas inconsti-
tucionales: la acción de inconstitucionalidad y la excepción de inconstitucionalidad.
Para cada una de esas vías el ordenamiento procesal establece un procedimiento espe-
cial. La Constitución paraguaya prevé un control abstracto de las normas. Tanto la
acción de inconstitucionalidad como la excepción de inconstitucionalidad pueden ser
interpuestas en una controversia concreta. La excepción procede en un proceso judi-
cial en curso.
NORBERT LÖSING - LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL... 115
a. La acción de inconstitucionalidad
Con la acción de inconstitucionalidad pueden ser impugnadas las normas antes
citadas. La interposición de la acción no tiene efectos suspensivos, a menos que la
Sala Constitucional determine otra cosa o cuando sea impugnada una sentencia defi-
nitiva cuya motivación se apoye en una norma inconstitucional. Si se trata de un acto
jurídico del Poder Legislativo, Ejecutivo o Judicial, la Sala Constitucional deberá
informar al Procurador General.14 La sentencia resultante, en la medida en que la
demanda lo permita, deberá ordenar a la persona o autoridad responsable la no aplica-
ción de la norma cuestionada a quien haya resultado favorecido con la declaratoria de
inconstitucionalidad. Si se trata de una sentencia judicial, la demanda de inconstitu-
cionalidad resuelta positivamente tendrá que declarar la nulidad de la sentencia im-
pugnada y disponer que el asunto sea remitido al tribunal que la haya dictado, para
que vuelva a decidir al respecto. Esta vía se encuentra reglamentada en los artículos
550 a 564 de la Ley de Procedimiento Civil.
b. La excepción de inconstitucionalidad
La excepción de inconstitucionalidad debe ser elevada por el demandado o el
contrademandado en la contestación de la demanda o de la contrademanda, cuando
opine que la demanda se apoya en una norma inconstitucional. Ésta podrá ser elevada
también por el demandante o el contrademandate, cuando considere que la contesta-
ción de la demanda o de la contrademanda se basa en una norma inconstitucional.
Una vez elevada la excepción, el juez deberá poner el escrito a disposición de las otras
partes y del Procurador General, para que éstos se pronuncien sobre la excepción.
Luego de haber recibido los pronunciamientos o cuando haya vencido el plazo para
responder, el juez enviará las actas a la Sala Constitucional para la revisión posterior,
sin suspender el proceso principal. Si la Sala admite la excepción, declarará la incons-
titucionalidad de la norma cuestionada y su inaplicabilidad al caso concreto. La posi-
bilidad de la excepción de inconstitucionalidad puede existir también en segunda y
tercera instancia en lo que respecta a la motivación del recurso o su contestación.
Estos asuntos se encuentran reglamentados detalladamente en los artículos 538 a 549
de la ya citada Ley de Procedimiento Civil.
El efecto de las sentencias, tanto para la acción de inconstitucionalidad como
para la excepción de inconstitucionalidad, se restringe al caso en concreto (artículo
260, inciso 1, de la Constitución de 1992 y artículo 555 de la Ley de Procedimiento
Civil paraguaya). Ellas tienen básicamente efectos interpartes —sin perjuicio de la
14
Ibídem, p. 298.
116 ANUARIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANO / 2002
función orientadora que puede tener una sentencia de la Corte Suprema—. En la sen-
tencia se puede declarar la nulidad de las sentencias judiciales (definitivas o interlocu-
torias) o la inaplicabilidad de las leyes u otras normas (artículo 260 de la Constitución
de 1992, artículo 555 de la Ley de Procedimiento Civil).
Sin embargo, existen recientes sentencias en las que, con apoyo en el artículo
137 de la Constitución de 1992 sobre la supremacía de la Constitución, se ha declara-
do la nulidad general de las leyes y otras decisiones del Parlamento.15 El citado artícu-
lo determina que todas las disposiciones o actos jurídicos de las autoridades, que
vayan en contra de la Constitución carecen de validez. Esa jurisprudencia representa
un punto de inflexión en la jurisdicción constitucional paraguaya.
El tema del efecto de las sentencias en el caso de la acción de inconstitucionali-
dad fue sumamente discutido en la reforma constitucional de 1992.16 Del estudio de
los textos constitucionales se evidencia que quienes estaban a favor simplemente de
un efecto limitado de la sentencia (sólo interpartes) se impusieron desde un principio.
El artículo 134 del proyecto, que preveía una acción general de inconstitucionalidad y
efectos erga omnes para la correspondiente sentencia,17 no fue adoptado en la Consti-
15
Artículo 137 de la Constitución de 1992 (“De la supremacía de la Constitución”):
“La ley suprema de la República es la Constitución. Ésta, los tratados, convenios y acuerdos
internacionales aprobados y ratificados, las leyes dictadas por el Congreso y otras disposiciones
jurídicas de inferior jerarquía, sancionadas en consecuencia, integran el derecho positivo nacio-
nal en el orden de prelación enunciado.
”Quienquiera que intente cambiar dicho orden, al margen de los procedimientos previstos en
esta Constitución, incurrirá en los delitos que se tipificarán y penarán en la ley.
”Esta Constitución no perderá su vigencia ni dejará de observarse por actos de fuerza o fuera
derogada por cualquier otro medio distinto del que ella dispone.
”Carecen de validez todas las disposiciones o actos de autoridad opuestos a lo establecido en
esta Constitución”.
16
Véase por ejemplo, A. Tellechea Solis, “Constitución y Poder Judicial”, en G. Becker y W. R.
Lüers (eds.), Desafío y realidad del Estado de Derecho en Paraguay, Asunción, 1994, pp. 122 ss.
17
Artículo 134 del proyecto de Constitución (“Acción general de inconstitucionalidad”):
“La Corte Suprema de Justicia tiene facultad para declarar la inconstitucionalidad de las leyes,
decretos, reglamentos, ordenanzas municipales, resoluciones u otras disposiciones de alcance
general, que infrinjan en su aplicación disposiciones de la Constitución. El procedimiento pue-
de ser iniciado por cualquier persona ante la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justi-
cia, vía acción General de Inconstitucionalidad, siendo de aplicación lo previsto en el Artículo
215, inciso 2.
”El fallo que declare la inconstitucionalidad de una ley o de una disposición de aplicación gene-
ral debe establecer los alcances de la misma.
”Queda vigente la ley o disposición en la parte no afectada por la declaración de inconsti-
tucionalidad.
”La sentencia tiene efectos generales y valor de cosa juzgada desde el día siguiente al de su
publicación oficial”.
El proyecto fue editado en CIDSEP, Serie Investigaciones: Hacia una Constitución Democráti-
ca para el Paraguay. Proyecto y Fundamentos, t. I y II, Asunción, 1992.
NORBERT LÖSING - LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL... 117
tución de 1992. En lugar de éste se eligió otra formulación para el artículo 132, que
dejaba abierta la cuestión del efecto de las sentencias.18 De acuerdo con éste, le co-
rresponde a la Corte Suprema determinar en la Constitución y en la ley la forma y el
alcance de la declaratoria de inconstitucionalidad de las normas legales y de las sen-
tencias judiciales.
El artículo 260 de la Constitución de 1992 prevé simplemente un efecto inter-
partes. El artículo 137 de la Constitución de 1992 reitera que toda actuación o dispo-
sición del poder estatal es nula si contraviene las disposiciones de la Constitución. Sin
embargo, en la Constitución no se prevé ningún procedimiento que establezca que
esta nulidad tiene efectos vinculantes de carácter general.
A dos de sus decisiones,19 tras analizar esta cuestión, la Corte Suprema les ha
imputado efectos erga omnes invocando el artículo 137 de la Constitución de 1992,
en contra del tenor del artículo 260 de la misma Carta. De acuerdo con estas senten-
cias, las decisiones de la Sala Constitucional siguen teniendo simplemente efectos
interpartes, mientras que en el caso de las controversias, que por su importancia se
someten a la Sala Plena, las decisiones tienen efectos erga omnes.
Este paso ha sido discutido dentro de la misma Corte Suprema. Especialmente
discutible es la segunda de las sentencias, en la que se declaró la inconstitucionalidad
y la nulidad del decreto nº 117 de 18 de agosto de 1998 del presidente Raúl Cubas,
mediante el cual se indultó a Lino César Oviedo20 y a José Bóbeda. Esa sentencia
llevó a una confrontación entre el Ejecutivo, de una parte, y la mayoría del Legislativo
y del Poder Judicial, de la otra, y constituyó por tanto la prueba de fuego para la joven
democracia paraguaya. El presidente se rehusó a cumplir la sentencia y también dejó
vencer el plazo de 72 horas fijado por la Corte Suprema para que encarcelara nueva-
mente a los indultados. A raíz de esto se inició en el Parlamento un proceso para
destituir al presidente de la República.
Luego del asesinato del vicepresidente Argaña, el 23 de marzo de 1999, se ahon-
dó el conflicto entre el Ejecutivo y la mayoría del Legislativo y hubo graves distur-
bios políticos en el país. Numerosos ciudadanos hicieron demostraciones ese mismo
día ante el Parlamento y exigieron la destitución del presidente y la persecución penal
18
Artículo 132 de la Constitución de 1992 (“De la inconstitucionalidad”):
“La Corte Suprema de Justicia tiene facultad para declarar la inconstitucionalidad de las nor-
mas jurídicas y de las resoluciones judiciales, en la forma y con los alcances establecidos en esta
Constitución y en la ley“.
19
Sentencia n° 183, del 1° de julio de 1994. Ver al respecto L. Lezcano Claude, “Los efectos de
las sentencias constitucionales sobre los poderes del Estado”, en La Ley, Revista Jurídica Paraguaya,
año 19, n° 4, octubre-diciembre de 1996, pp. 693 ss.; sentencia n° 415 de 2 de diciembre de 1998.
20
Lino Oviedo fue culpado de haber llevado a cabo un intento de golpe de Estado en contra del ex
presidente Wasmosy y fue condenado a seis años de cárcel. Uno de sus seguidores, Raúl Cubas, ganó
las siguiente elecciones presidenciales y una de sus primeras actuaciones en el cargo fue la expedición
del controvertido decreto.
118 ANUARIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANO / 2002
B. Conflictos de competencia
El artículo 259 inciso 9 de la Constitución de 1992, en concordancia con el
artículo 3 literal h de la LOCSJ, reglamenta la competencia de la Corte Suprema en
pleno para resolver determinadas controversias entre los órganos. De acuerdo con
éste, dentro de los deberes y atribuciones de la Corte Suprema se encuentra el conoci-
miento de los conflictos de competencia entre el Ejecutivo nacional y los gobiernos
departamentales, así como entre éstos y los municipios. La solución de otros conflic-
tos de competencia no se ha previsto en la Constitución
21
Ampliamente, sobre el desarrollo relatado en Paraguay en 1999: G. Becker, “Paraguay: Los
avatares del proceso democrático en el fin de siglo”, en Anuario de Derecho Constitucional Latino-
americano 1999, Buenos Aires, 1999, pp. 255 ss.
NORBERT LÖSING - LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL... 119
D. El recurso de amparo
El recurso de amparo es en Paraguay, así como ocurrió en sus orígenes en otros
ordenamientos latinoamericanos, sencillamente un proceso sumario para garantizar
provisionalmente la protección jurídica. Se encuentra reglamentado en el artículo 134
de la Constitución de 1992 y en el Código Civil. Cualquier persona cuyos derechos
consagrados en la ley o en la Constitución o cuyos derechos fundamentales se vean
violados o amenazados por una actuación u omisión abiertamente ilegal del poder
120 ANUARIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANO / 2002
público o de una persona en particular, y que en vista de la urgencia del caso no pueda
emplear la vía legal ordinaria, está legitimada para presentar un recurso de amparo
ante el juez competente.
El proceso es sumario y gratuito. El juez, de conformidad con el artículo 134 de
la Constitución de 1992, está facultado y obligado a proteger el derecho o el derecho
fundamental y restablecer la situación jurídica que fue infringida por la acción ilegal.
En todo caso, a manera de complemento, se deberá promover un proceso ordinario,
ya que el amparo sólo tiene un carácter preventivo. Cuando se trata de asuntos rela-
cionados con las elecciones o las organizaciones políticas es competente la justicia
electoral. El recurso de amparo no puede interponerse en contra de autos y decisiones
de los tribunales ni tampoco para la revisión de los procesos legislativos (formación,
sanción y promulgación de las leyes). También aquí los detalles se encuentran regla-
mentados en la ley correspondiente.
4. Conclusiones
La democracia en Paraguay es aún muy joven y, en correspondencia, también la
jurisdicción constitucional es nueva en ese país. La Constitución de 1992 representa
sencillamente un primer paso hacia el establecimiento de una jurisdicción constitu-
cional especializada. La Sala Constitucional, compuesta únicamente por tres magis-
trados, tiene sólo dos competencias: conocer de las acciones de inconstitucionalidad
con efectos interpartes y revisar la constitucionalidad de las sentencias en el marco de
22
Artículo 135 de la Constitución de 1992 (“Del hábeas data”):
“Toda persona puede acceder a la información y a los datos que sobre sí misma, o sobre sus
bienes, obren en registros oficiales o privados de carácter público, así como conocer el uso que
se haga de los mismos y de su finalidad. Podrá solicitar ante el magistrado competente la actua-
lización, la rectificación o la destrucción de aquéllos, si fuesen erróneos o afectaran ilegítimamente
sus derechos”.
NORBERT LÖSING - LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL... 121
23
Sobre las competencias véase O. Paciello, “Corte Suprema de Justicia de Paraguay”, en Anua-
rio Iberoamericano de Justicia Constitucional 1998, Madrid, 1998, pp. 299 ss.
24
Oviedo amenazó con “corrientes de sangre” y les exigió a los jueces renuncias antes del 31 de
diciembre de 1998, porque de lo contrario serían “enterrados”. Véase al respecto Becker, “Paraguay…”,
op. cit., p. 306.
25
G. Gallinal, “La Constitución Española de 1812 en Montevideo”, en Revista del Instituto
Histórico y Geográfico del Uruguay, t. 1, pp. 117 y 529. La Constitución de Cádiz fue publicada el 24
de septiembre de 1812 en Montevideo y el 27 de septiembre fue proclamada oficialmente.
26
La invasión portuguesa comenzó a finales de 1816; Montevideo fue ocupada el 18 de enero de
1817 y las últimas tropas de Artigas se tuvieron que rendir en marzo de 1920.
122 ANUARIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANO / 2002
hasta la reconquista del Uruguay por un pequeño grupo que el 19 de abril de 1825
llegó desde Buenos Aires y luchó con éxito contra la ocupación brasileña. Montevi-
deo, sin embargo, permaneció hasta 1828 en manos de los brasileños.
El 25 de agosto de 1825, una asamblea de representantes del pueblo de los terri-
torios ya liberados declaró la independencia de la Provincia Oriental respecto de Por-
tugal y Brasil y su integración a las Provincias Unidas del Río de la Plata. El gobierno
de las Provincias Unidas del Río de la Plata le declaró la guerra al Brasil y en agosto
de 1828 ambos celebraron un tratado de paz. En el marco de ese acuerdo, para el cual
el Reino Unido había servido como intermediario, se acordó también la independen-
cia de la Provincia Oriental respecto de las Provincias Unidas del Río de la Plata. En
los artículos 1 y 2 del tratado de paz provisional suscrito el 27 de agosto de 1828 se
determinó, por tanto, la “absoluta” independencia del nuevo Estado.
Uruguay experimentó en su historia temprana numerosos conflictos armados
entre dos grupos políticos, los colorados y los blancos, y una dictadura militar entre
1973 y 1984 que se cuenta entre las más crueles de Latinoamérica.27
27
Con relación a la población, de acuerdo con algunas evaluaciones, el número de presos políti-
cos durante la dictadura militar era el más alto en todo el mundo.
28
E. G. Esteva Gallicchio, “La justicia constitucional en Uruguay”, en Anuario Iberoamericano
de Justicia Constitucional 1997, Madrid, 1997, p. 357.
29
E. G. Esteva Gallicchio, “La jurisdicción constitucional en el Uruguay”, en García Belaunde y
Fernández Segado (eds.): La Jurisdicción Constitucional en Iberoamérica, Madrid, 1997, p. 901.
NORBERT LÖSING - LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL... 123
30
Sobre los fallos véase Esteva Gallicchio, “La jurisdicción…”, op. cit., p. 902.
31
Esta Constitución entró en vigencia el 1º de marzo de 1919.
32
Artículo 156 de la Constitución de 1919: “En caso de prisión indebida, la persona aprehendida
o cualquier ciudadano podrá interponer ante el Juez competente el recurso de hábeas corpus, a fin de
que la autoridad aprehensora explique y justifique de inmediato el motivo legal de la aprehensión,
estándose a los que decida el Juez indicado”.
33
Ver al respecto H. Gros Espiell, Esquema de la Evolución Constitucional del Uruguay, Mon-
tevideo 1986, p. 117.
34
Esteva Gallicchio, “La jurisdicción…”, op. cit., p. 903.
35
Gros Espiell, op. cit., p. 127.
124 ANUARIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANO / 2002
cuya redacción participaron casi todos los sectores políticos.36 En este contexto, es
digno de mencionar el nuevo inciso 20 del artículo 75 de la Constitución de 1942, de
acuerdo con el cual la interpretación de la Carta le competía a la Asamblea General
(Parlamento), sin perjuicio de las competencias de la Corte Suprema contempladas en
los artículos 229 a 232, que podía decidir además sobre la constitucionalidad de las
leyes con efectos para el caso en concreto, en la medida en que se le sometiera la
correspondiente solicitud en un proceso en curso.37
La Constitución de 1952, que entró en vigencia el 1 de marzo del mismo año,
fue la primera en contemplar una modificación en el ámbito de la jurisdicción consti-
tucional. Además del control de las leyes, la Corte Suprema también podía realizar en
adelante el control de los decretos de los gobiernos departamentales, en la medida en
que éstos tuvieran carácter de ley en su territorio. Así mismo, ahora se le podía elevar
una solicitud para que realizara el control de las normas sin que se requiriera un pro-
ceso en curso. El solicitante simplemente debía argumentar y demostrar que la ley
cuestionada lo lesionaba directamente en sus “intereses legítimos”. La decisión, sin
embargo, tenía sólo efecto interpartes. El Tribunal de lo Contencioso Administrativo,
que no dependía de la jurisdicción sino del Ejecutivo, podía solicitar de oficio la
revisión de la constitucionalidad de los actos administrativos ante la Corte Suprema.38
La décima Constitución del Uruguay, expedida en 1967, adoptó en el ámbito de
la jurisdicción constitucional las reglas de la Carta de 1952. El 10 de julio de 1969
finalmente fue expedida la ley reglamentaria del procedimiento para el control cons-
titucional concentrado con efectos interpartes. Con el golpe de Estado de 1973, la
Constitución de 1967 fue dejada sin efecto por los militares, y sólo recobró su vigen-
cia en marzo de 1985, luego de la elección de un gobierno civil. Desde entonces ha
sido reformada en 1989, 1994 y 1997.39 En 1989 entró en vigor el nuevo Código
General del Proceso, que en sus artículos 508 a 523 reglamenta el procedimiento para
el control constitucional. Éste derogó la ley reglamentaria 13.747 de 10 de julio de
1969.
El recurso de amparo, conocido en toda Latinoamérica, se remonta en el Uru-
guay a 1917, casi paralelamente a la Constitución mexicana de Querétaro, en un pro-
yecto de Horacio Jiménez de Aréchaga.40 Años después se preparó otro proyecto para
36
Un partido, el Partido Nacional Herrerista, no participó en los debates para la expedición de la
Constitución.
37
De este modo se mencionó en forma expresa en la Constitución simplemente el “derecho de
interpretación” del legislador, sin que llevara a un cambio de sistema en el control constitucional. En
otros ámbitos la Constitución de 1942 tampoco trajo modificaciones dignas de mencionar con relación
a la Constitución de 1934.
38
Esteva Gallicchio, “La jurisdicción…”, op. cit., p. 904.
39
Sobre la reforma de 1997 véase C. M. Ayala Corao, “La Reforma Constitucional de Uruguay”,
en Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano 1998, Buenos Aires, 1998, pp. 577 ss.
40
Esteva Gallicchio, “La jurisdicción…”, op. cit., pp. 919 s.
NORBERT LÖSING - LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL... 125
la Constitución de 1967, a manera de complemento del hábeas corpus, que tenía por
objeto la protección de los demás derechos fundamentales (con excepción de la liber-
tad). Cuando se puso en vigencia nuevamente la Constitución de 1967, mediante el
decreto constitucional 19 de 15 de agosto de 1984, el recurso de amparo fue acogido
en las disposiciones transitorias, que debían ser retiradas posteriormente de la Consti-
tución. El recurso de amparo no se encuentra reglamentado expresamente en la Cons-
titución de 1967, vigente en la actualidad. La doctrina constitucional uruguaya lo
deriva de los artículos 7 41 y 72 42 de la reforma constitucional de 1997. Su fundamen-
to jurídico de manera expresa se encuentra en la ley 16.011 de 19 de diciembre de
1988.
41
Artículo 7 de la Constitución de 1997: “Los habitantes de la República tienen derecho a ser
protegidos en el goce de su vida, honor, libertad, seguridad, trabajo y propiedad. Nadie puede ser priva-
do de estos derechos sino conforme a las leyes que se establecieron por razones de interés general”.
42
Artículo 72 de la Constitución de 1997: “La enumeración de derechos, deberes y garantías
hecha por la Constitución no excluye los otros que son inherentes a la personalidad humana o se derivan
de la forma republicana de gobierno”.
43
En forma similar M. M. Serra Rad, Procesos y recursos constitucionales, Buenos Aires, 1992,
p. 550.
44
Artículo 234 de la Constitución de 1997: “La Suprema Corte de Justicia se compondrá de cinco
miembros”.
45
Artículo 85 de la Constitución de 1997: “A la Asamblea General le compete: […]
”18. Elegir, en reunión de ambas Cámaras, los miembros de la Suprema Corte de Justicia, de la
Corte Electoral, del Tribunal de lo Contencioso-Administrativo y del Tribunal de Cuentas, con
sujeción a lo dispuesto en las Secciones respectivas”.
46
Artículo 236 de la Constitución de 1997: “Los miembros de la Suprema Corte de Justicia serán
designados por la Asamblea General por dos tercios de votos del total de sus componentes. La designa-
126 ANUARIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANO / 2002
ción deberá efectuarse dentro de los noventa días de producida la vacancia, a cuyo fin la Asamblea
General será convocada especialmente. Vencido dicho término sin que se haya realizado la designación,
quedará automáticamente designado como miembro de la Suprema Corte de Justicia el miembro de los
Tribunales de Apelaciones con mayor antigüedad en tal cargo y a igualdad de antigüedad en tal cargo
por el que tenga más años en el ejercicio de la Judicatura o del Ministerio Público o Fiscal. En los casos
de vacancia y mientras éstas no sean provistas, y en los de recusación, excusación o impedimento, para
el cumplimiento de su función jurisdiccional, la Suprema Corte de Justicia se integrará de oficio en la
forma que establezca la ley”.
47
Artículo 237 de la Constitución de 1997: “Los miembros de la Suprema Corte de Justicia
durarán diez años en sus cargos sin perjuicio de lo que dispone el artículo 250 y no podrán ser reelectos
sin que medien cinco años entre su cese y la reelección”.
48
Artículo 235 de la Constitución de 1997: “Para ser miembro de la Suprema Corte de Justicia se
requiere:
”1.Cuarenta años cumplidos de edad.
”2.Ciudadanía natural en ejercicio, o legal con diez años de ejercicio y veinticinco años de
residencia en el país.
”3.Ser abogado con diez años de antigüedad o haber ejercido con esa calidad la Judicatura o el
Ministerio Público o Fiscal por espacio de ocho años”.
49
Artículo 240 de la Constitución de 1997: “En el ejercicio de sus funciones, se comunicará
directamente con los otros Poderes del Estado, y su Presidente estará facultado para concurrir a las
comisiones parlamentarias, para que con voz y sin voto participe de sus deliberaciones cuando traten de
asuntos que interesen a la Administración de Justicia, pudiendo promover en ellas el andamiento de
proyectos de reforma judicial y de los Códigos de Procedimientos”.
NORBERT LÖSING - LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL... 127
50
Artículo 239 de la Constitución de 1997: “A la Suprema Corte de Justicia corresponde:
”1. Juzgar a todos los infractores de la Constitución, sin excepción alguna; sobre delitos contra
Derecho de Gentes y causas de Almirantazgo; en las Cuestiones relativas a tratados, pactos y
convenciones con otros Estados; conocer en las causas de los diplomáticos acreditados en la
República, en los casos previstos por el Derecho Internacional. Para los asuntos enunciados y
para todo otro en que se atribuye a la Suprema Corte jurisdicción originaria, será la ley la que
disponga sobre las instancias que haya de haber en los juicios, que de cualquier modo serán
públicos y tendrán su sentencia definitiva motivada con referencias expresas a la ley que se
aplique.
”2. Ejercer la superintendencia directiva, correctiva, consultiva y económica sobre los Tribuna-
les, Juzgados y demás dependencias del Poder Judicial.
”3. Formular los proyectos de presupuestos del Poder Judicial, y remitirlos en su oportunidad al
Poder Ejecutivo para que éste los incorpore a los proyectos de presupuestos respectivos, acom-
pañados de las modificaciones que estime pertinentes.
”4. Con aprobación de la Cámara de Senadores o en su receso con la de la Comisión Permanen-
te, nombrar a los ciudadanos que han de componer los Tribunales de Apelaciones, ciñendo su
designación a los siguientes requisitos:
”Al voto conforme de tres de sus miembros, para candidatos que pertenezcan a la Judicatura o
al Ministerio Público, y
”al voto conforme de cuatro, para candidatos que no tengan las calidades del párrafo anterior”.
”5. Nombrar a los Jueces Letrados de todos los grados y denominaciones, necesitándose, en
cada caso, la mayoría absoluta del total de componentes de la Suprema Corte.
”Estos nombramientos tendrán carácter de definitivos desde el momento en que se produzcan,
cuando recaigan sobre ciudadanos que ya pertenecían, con antigüedad de dos años, a la Judica-
tura, al Ministerio Público y Fiscal o a la Justicia de Paz, en destinos que deban ser desempeña-
dos por abogados. Si los mismos funcionarios tuviesen menor antigüedad en sus respectivos
128 ANUARIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANO / 2002
A. El control constitucional
En el ámbito de la jurisdicción constitucional, el control constitucional corres-
ponde exclusivamente a la Corte Suprema, de conformidad con el artículo 256 ss. de
la Constitución de 1997. Según el artículo 256,51 una ley puede ser declarada incons-
titucional por motivos formales o materiales. El artículo 260 52 de la Constitución de
1997 complementa esto con los decretos de los gobiernos departamentales. A la Cor-
te Suprema, de acuerdo con el artículo 257 53 de la Constitución de 1997, le corres-
ponde la competencia exclusiva para establecer la inconstitucionalidad. A pesar de
esa concentración en el cuerpo jurisdiccional de más alto rango, las decisiones tienen
efectos sólo para el caso en concreto, como lo determina el artículo 259 de la Consti-
tución de 1997.
La opinión predominante en la doctrina constitucional en Uruguay54 sostiene
que un tribunal constitucional cuyas decisiones tuvieran efectos erga omnes estaría
adoptando el papel de un legislador.55 La justicia en realidad tiene que vigilar el siste-
ma legal y debe aplicar las leyes a casos individuales o dejar de aplicarlas en la medi-
da en que se determine su inconstitucionalidad en el caso concreto, pero no es su
función modificar el ordenamiento legal (por ejemplo, mediante la declaratoria de
cargos, serán considerados con carácter de Jueces Letrados interinos, por un período de dos
años, a contar desde la fecha de nombramiento, y por el mismo tiempo tendrán ese carácter los
ciudadanos que recién ingresen a la Magistratura.
”Durante el período de interinato, la Suprema Corte podrá remover en cualquier momento al
Juez Letrado interino, por mayoría absoluta del total de sus miembros. Vencido el término del
interinato, el nombramiento se considerará confirmado de pleno derecho.
”6. Nombrar a los Defensores de Oficio permanentes y a los Jueces de Paz por mayoría absoluta
del total de componentes de la Suprema Corte de Justicia.
”7. Nombrar, promover y destituir por sí, mediante el voto conforme de cuatro de sus compo-
nentes, los empleados del Poder Judicial, conforme a lo dispuesto en los artículos 58 a 66, en lo
que corresponda.
”8. Cumplir los demás cometidos que le señale la ley”.
51
Artículo 256 de la Constitución: “Las leyes podrán ser declaradas inconstitucionales por razón
de forma o de contenido, de acuerdo con lo que se establece en los artículos siguientes”.
52
Artículo 260 de la Constitución de 1997: “Los decretos de los Gobiernos Departamentales que
tengan fuerza de ley en su jurisdicción podrán también ser declarados inconstitucionales, con sujeción a
lo establecido en los artículos anteriores”.
53
Artículo 257 de la Constitución de 1997: “A la Suprema Corte de Justicia le compete el cono-
cimiento y la resolución originaria y exclusiva en la materia, y deberá pronunciarse con los requisitos de
las sentencias definitivas”.
54
Ver especialmente A. Gelsi Bidart, “Repaso de interrogantes, hoy, sobre temas de control cons-
titucional. El caso de Uruguay”, en V. Bazán (ed.), Desafíos del control de constitucionalidad, Buenos
Aires, 1996, pp. 347 s.
55
De manera general sobre esta cuestión véase G. J. Bidart Campos y W. F. Carnota, Derecho
Constitucional Comparado, t. I, Buenos Aires, 1998, pp. 136 ss.
NORBERT LÖSING - LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL... 129
nulidad y la derogatoria de la norma). El artículo 522 del Código General del Proceso
(CGP) prevé el envío de una comunicación al Legislativo o a los gobiernos departa-
mentales cuando una ley o un decreto se declaren inconstitucionales y, en consecuen-
cia, se inapliquen a un caso concreto.56 Al legislador se le da de este modo la posibi-
lidad de derogar o modificar la correspondiente norma. Sin embargo, no tiene la obli-
gación de hacerlo.
A pesar de estas considerables restricciones, el control de las normas se puede
catalogar como efectivo.57 El procedimiento mismo se encuentra reglamentado en el
Código General del Proceso, en los artículos 508 y ss. En la Constitución y en el CGP58
existen tres vías para dar inicio al control de las normas. La acción puede ser inter-
puesta de manera directa (por vía de acción) ante la Corte Suprema por toda persona
que mediante una ley se vea lesionada directa, personal e inminentemente en su legí-
tima posición jurídica; puede ser interpuesta en un proceso concreto (vía excepción)
por una de las partes, en la medida en que la ley cuestionada sea aplicable al caso
concreto; o puede ser iniciada de oficio por el juez o el tribunal en una controversia
jurídica concreta, en la medida en que la ley sea aplicable al caso concreto. La acción
puede ser interpuesta también por el Tribunal Administrativo. La Corte Suprema, al
ocuparse de un caso, puede revisar directamente la constitucionalidad de la norma a
aplicar. En esta hipótesis no se requiere ninguna solicitud. Si el control de la norma se
da por esta vía directa, no tiene efecto suspensivo. Si el control se inicia, por el contra-
rio, en un proceso concreto o por vía de oficio, tendrá efecto suspensivo.59
56
Artículo 522 CGP: “Comunicación al Poder Legislativo y al Gobierno Departamental corres-
pondiente. Toda sentencia que declara la inconstitucionalidad de una ley será comunicada al Poder
Legislativo o al Gobierno Departamental correspondiente cuando se tratare de la inconstitucionalidad
de un decreto que tenga fuerza de ley en su jurisdicción”.
57
Esteva Gallicchio, “La jurisdicción…”, op. cit., p. 918.
58
Artículo 509 CGP: “Titulares de la solicitud. La declaración de inconstitucionalidad y la
inaplicabilidad de las disposiciones afectadas por aquélla podrán ser solicitadas.
”1. Por todo aquel que se considere lesionado en su interés directo, personal y legítimo.
”2. De oficio, por el tribunal que entendiere en cualquier procedimiento jurisdiccional.
”La Suprema Corte de Justicia, en los asuntos que se tramiten ante ellas, se pronunciará en la
sentencia sobre la cuestión de inconstitucionalidad”.
Artículo 510 CGP: “Acción o excepción. Cuando la declaración de inconstitucionalidad se
solicitare por las personas a que se refiere el numeral 1° del artículo anterior podrá ser promo-
vida:
”1. Por vía de acción, cuando no existiere procedimiento jurisdiccional pendiente. En este caso,
deberá interponerse directamente ante la Suprema Corte de Justicia.
”2. Por vía de excepción o defensa, que deberá oponerse ante el tribunal que estuviere conocien-
do en dicho procedimiento”.
59
Artículo 514 CGP: “Suspensión de los procedimientos. Acogido por el tribunal el planteo de la
inconstitucionalidad por vía de excepción o defensa planteada de oficio, se suspenderán los procedi-
mientos y se elevarán las actuaciones a la Suprema Corte de Justicia”.
130 ANUARIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANO / 2002
60
Artículo 512 CGP: “Requisitos del petitorio. La solicitud de declaración de inconstitucionalidad
deberá formularse por escrito, indicándose, con toda precisión y claridad, los preceptos que se reputen
inconstitucionales y el principio o norma constitucional que se vulnera o en qué consiste la
inconstitucionalidad en razón de la forma. La petición indicará todas las disposiciones o principios
constitucionales que se consideren violados, quedando prohibido el planteamiento sucesivo de cuestio-
nes de inconstitucionalidad”.
61
Artículo 516 CGP: “Trámite de petitorio por vía de excepción o defensa.
”516.1 Admitida la solicitud de declaración de inconstitucionalidad y recibidos los autos con la
petición, cuando fuere promovida por vía de excepción o defensa (numeral 2° del artículo 510),
la Corte la sustanciará con un traslado simultáneo a las demás partes, por el término de diez
días. Luego será oído el Fiscal de Corte, quien deberá expedirse dentro del término de veinte
días.
”516.2 Una vez que se haya expedido el Fiscal de Corte, se citará a las partes para sentencia,
pasándose los autos para su estudio. El Fiscal de Corte y los abogados de las partes podrán
informar in voce, si lo solicitaren dentro de los tres días siguientes a la notificación del auto que
dispone el pase a estudio.
”516.3 Si la alegación de inconstitucionalidad fuera de carácter formal o dependiera de cuestio-
nes de hecho, la Corte, para aclararlas, podrá disponer las diligencias para mejor proveer que
considere oportunas y podrá recibir la prueba que hubieren ofrecido las partes, dentro del térmi-
no de quince días.
”516.4 Lo dispuesto en el ordinal precedente, así como lo establecido en el artículo 517, será de
aplicación sin perjuicio del procedimiento indicado en el artículo 519”.
Artículo 517 CGP: “Trámite del petitorio por vía de acción.
”517.1 Cuando la declaración de inconstitucionalidad fuere interpuesta por vía de acción, se
sustanciará con un traslado a las partes a quienes afectare la ley o la norma con fuerza de ley y
al Fiscal de Corte, quienes deberán expedirse en el término común de veinte días.
”Si la persona fuera indeterminada, se procederá conforme a lo dispuesto por el artículo 127.2
y .3.
”517.2 Evacuado el traslado correspondiente, si se hubiera ofrecido prueba, se señalará para su
producción un término de quince días comunes e improrrogables. Vencido que sea el término de
prueba, la Secretaría de la Suprema Corte agregará las que se hubieren producido sin necesidad
de mandato y se conferirá ulterior traslado a las partes y al fiscal de Corte, por el término común
de diez días.
”517.3 Presentados los alegatos, se citará para sentencia pasándose los autos a estudio, sin
perjuicio de lo dispuesto en el artículo 516.2”.
Artículo 518 CGP: “Interposición de oficio.
”518.1 Cuando la solicitud de declaración de inconstitucionalidad se interpusiere de oficio,
deberá ser fundada y se sustanciará con un traslado a las partes por el término común de diez
días y seguirá al Fiscal de Corte, en los términos establecidos en el artículo 516.1.
”518.2 Evacuados los traslados, se observará, en lo demás, el procedimiento indicado en el
artículo 516.2 y .3”.
NORBERT LÖSING - LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL... 131
62
Artículo 519 CGP: “Resolución anticipada. En cualquier estado de los procedimientos y con
prescindencia de la situación en que se encontrare el trámite respectivo, la Suprema Corte de Justicia
podrá resolver la cuestión, acreditado que fuere uno de los siguientes extremos:
”1° Que el petitorio hubiere sido formulado por alguna de las partes con la notoria finalidad de
retardar o dilatar innecesariamente la secuela principal sobre el fondo del asunto;
”2° Que existiere jurisprudencia en el caso planteado y se declarare por ese órgano judicial que
mantendrá su anterior criterio”.
63
Artículo 523 CGP: “Gastos procesales. Cuando se rechazare la pretensión de inconstitucionalidad
y ella hubiera sido formulada por parte interesada, serán de cargo del promotor todas las costas, al que
se impondrán también los costos cuando hubiere mérito para ello, acuerdo con el artículo 688 del Códi-
go Civil. Se considerará especialmente que existe malicia temeraria cuando del planteamiento de la
cuestión de inconstitucionalidad resultare en forma manifiesta que el propósito ha sido entorpecer o
retardar los procedimientos respectivos. En este último caso, el letrado que lo hubiere patrocinado no
tendrá derecho a percibir honorarios”.
64
Artículo 259 de la Constitución de 1997: “El fallo de la Suprema Corte de Justicia se referirá
exclusivamente al caso concreto y sólo tendrá efecto en los procedimientos en que se haya pronunciado”.
Artículo 521 CGP: “Efectos del fallo. La declaración de inconstitucionalidad hace inaplicable la
norma legal afectada por ella, en los procedimientos en que se haya pronunciado.
”Si hubiere sido solicitada por vía de acción o principal, la sentencia tendrá eficacia para impe-
dir la aplicación de las normas declaradas inconstitucionales contra quien hubiere promovido la
declaración y obtenido la sentencia, pudiendo hacerla valer como excepción en cualquier proce-
dimiento jurisdiccional, inclusive el anulatorio ante el Tribunal de lo Contencioso Administrati-
vo”.
65
Artículo 313 de la Constitución de 1997: “El Tribunal entenderá, además, en las contiendas de
competencia fundadas en la legislación y en las diferencias que se susciten entre el Poder Ejecutivo, los
Gobiernos Departamentales, los Entes Autónomos y los Servicios Descentralizados, y, también, en las
contiendas o diferencias entre uno y otro de estos órganos.
”También entenderá en las contiendas o diferencias que se produzcan entre los miembros de las
Juntas Departamentales, Directorios o Consejos de los Entes Autónomos o Servicios Des-
centralizados, siempre que no hayan podido ser resueltas por el procedimiento normal de la
formación de la voluntad del órgano.
”De toda contienda fundada en la Constitución entenderá la Suprema Corte de Justicia”.
132 ANUARIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANO / 2002
D. El recurso de amparo
El recurso de amparo se encuentra reglamentado en la ley 16.011 y mediante
él se protegen los derechos constitucionales que no son abarcados por el hábeas
corpus. Se excluyen del amparo, sin embargo, las sentencias y las resoluciones judi-
ciales, las decisiones del tribunal electoral, las leyes y los decretos. Los derechos
que pueden ser objeto del amparo también pueden ser protegidos por esta vía cuan-
do se trata de perjuicios ocasionados por terceros (particulares). El recurso debe ser
interpuesto ante el tribunal de primera instancia de la jurisdicción a que correspon-
de el asunto. No es posible la apelación. Tampoco aquí se encuentra abierta la vía a
la Suprema Corte.
El recurso de amparo es subsidiario y sólo tiene lugar cuando no existe otro
medio adecuado. La efectividad de la protección jurídica mediante el amparo es dis-
cutible, ya que, en opinión de algunos juristas uruguayos, el asunto de la existencia de
66
Esteva Gallicchio, “La justicia…”, op. cit., p. 376.
67
Esteva Gallicchio, “La jurisdicción…”, op. cit., p. 924.
NORBERT LÖSING - LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL... 133
otro medio adecuado en parte ha sido interpretado68 muy generosamente por los tribu-
nales, aun cuando esa problemática ha perdido significado en los últimos años.69
4. Conclusiones
Desde la pura perspectiva de la técnica legislativa, la reglamentación de la juris-
dicción constitucional en Uruguay parece ser insatisfactoria. La restricción de los
efectos de las decisiones de la Corte Suprema a los casos concretos representa un
innecesario recorte de los “efectos de limpieza” de la jurisprudencia constitucional.
Sin embargo, este déficit se amortigua mediante el efecto fáctico de precedentes de
las decisiones para los tribunales inferiores, y por el hecho de que Uruguay es un país
pequeño, que se puede “abarcar con una mirada”.70 Sus problemas parecen menos
agudos que los del Paraguay, y su democracia, a pesar de las terribles experiencias
durante la última dictadura militar, más estable.
La estructuración de los recursos de hábeas corpus y amparo también parece en
principio insuficiente. En este ámbito, la creación de un recurso ante la Suprema Cor-
te seguramente serviría para garantizar la unificación de la jurisprudencia. Al contra-
rio de lo que ocurre en otros países latinoamericanos, los procedimientos moderna-
mente estructurados (en especial el principio de la oralidad en el procedimiento civil)
han repercutido aquí muy positivamente. Debido a esto, el amparo y el hábeas corpus
son recursos efectivos.
Respecto de la estructura y composición de la Corte Suprema, las disposiciones
existentes son buenas. Mediante el procedimiento de elección, el largo periodo en el
cargo y la prohibición de la reelección directa, se garantiza la independencia e impar-
cialidad de los adecuadamente remunerados jueces.
68
Así por ejemplo, ibídem, p. 925.
69
Ampliamente sobre el amparo en Uruguay, véase A. Gelsi Bidart, “Proceso de Amparo en la
Ley de Uruguay”, en XV Jornadas Iberoamericanas de Derecho Procesal, Santa Fe de Bogotá, 1996,
pp. 111 ss; H. Cassinelli Muñoz, “Fundamentos y alcances constitucionales de la acción de amparo”, en
La acción de amparo, Montevideo, 1989, pp. 24 ss.; E. Véscovi, “Principales perfiles del amparo en el
derecho uruguayo”, en Revista Uruguaya de Derecho Procesal, nº 4, 1986, pp. 183-492.
70
Sobre la actual jurisprudencia véase E. G. Esteva Gallicchio, “Jurisprudencia más relevante
establecida por la Corte Suprema de Justicia de Uruguay (años 1997-1999)”; en Anuario Iberoameri-
cano de Justicia Constitucional, n° 3, Madrid, 1999, pp. 271 ss.