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En estos tiempos en los que hay diversos enfoques de la Palabra, sin embargo a la mayoría
de cristianos se nos ha olvidado una parte fundamental de la nueva vida en Cristo, el
buscar, encontrar y hacer lo que Dios planeo para cada uno de nosotros.
Efesios 1:11
Salmos 143:10
Isaías 49:1-5
Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre, desde las
entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria.
Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso por
saeta bruñida, me guardó en su aljaba; y me dijo: Mi siervo eres, oh Israel, porque en ti
me gloriaré.
Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas;
pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios.
Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer
volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de
Jehová, y el Dios mío será mi fuerza);
Jeremías 1:5
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por
profeta a las naciones.
Gálatas 1:1-15
Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que
lo resucitó de los muertos), y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de
Galacia: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, el
cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo,
conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre, a quien sea la gloria por los siglos de los
siglos. Amén.
Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de
Cristo, para seguir un evangelio diferente.
No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio
de Cristo.
Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os
hemos anunciado, sea anatema.
Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente
evangelio del que habéis recibido, sea anatema.
Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los
hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre;
pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que
perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba;
Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por
su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté
en seguida con carne y sangre, ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo;
sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco.
Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince
días; pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor.
Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia, y no era conocido de vista a las iglesias de
Judea, que eran en Cristo; solamente oían decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía,
ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba.
Nuestro mayor ejemplo de que debemos de hacer la voluntad de Dios sin duda alguna es
Jesús, El vino a este mundo no a hacer lo que a el le parecía hacer, El vino a cumplir con el
plan de Dios para la humanidad y buscaba la dirección de su Padre para lo que habría de
hacer en oración.
Juan 6:38-40
Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me
envió.
Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo
nada, sino que lo resucite en el día postrero.
Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él,
tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Juan 5:30-32
No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque
no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
Mateo 7:21
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la
voluntad de mi Padre que está en los cielos.
2. Para ser verdaderos hijos de Dios.
Mateo 12:50
Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que esta en los cielos, ése es mi
hermano, y hermana, y madre.
3. Para evitar azotes.
Lucas 12:47
Efesios 5:15-17
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
5. Para que Dios nos oiga.
Juan 9:31
Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su
voluntad, a ése oye.
¿Cómo encontrar los planes de Dios para nuestra vida?
1. Con la ayuda del Espíritu Santo.
Romanos 8:26-27
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir
como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos
indecibles.
Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme
a la voluntad de Dios intercede por los santos.
2. No conformándonos a este mundo.
Romanos 12:2
Cuando aún no nos hemos tomado el tiempo para orar y pedirle al Señor que nos muestre
lo que El planeo que fuéramos desde que estábamos en el vientre de nuestra madre, vamos
por la vida sin rumbo y sin dirección, y a veces nos frustramos porque le pedimos al Señor
ciertas cosas y no se cumplen, pero esto pasa no porque Dios sea malo, sino porque talvez
esas cosas están fuera del plan que El tiene para tu vida.
As que te invito a que antes de que le atribuyas a Dios despropósitos en tu vida y que sigas
caminando fuera del plan, te detengas y tomes el tiempo para pregúntale a Dios cuales son
los planes que tiene para ti, y cuando hayas escuchado su voz, camines en ellos y los hagas
una realidad en tu vida.
1 Juan 5:14-15
Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su
voluntad, él nos oye.
Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las
peticiones que le hayamos hecho.
Filipenses 1:6
Estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra,
la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.