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INGENIERÍA CIVIL

Ley de utilidad marginal

Economía

PROFESOR:
Ing. Eduardo Pérez Berinstain

ELABORO:
JOSÉ JUAN NIÑO LARA
GRUPO: 800 A

Fecha de entrega: 27 de junio de 2017


Ley de la utilidad marginal decreciente

Preámbulo

Utilidad se define como medida de la felicidad o satisfacción. Algunos de los


factores que influyen en el bienestar o felicidad son inmateriales y no podemos
medirlos ni cuantificarlos. Pero un buen número de ellos están ligados al disfrute
de bienes y servicios, por lo que podemos suponer que este aspecto, sin ser el
único es un componente muy importante del bienestar de las personas, afirmando
que el bienestar de un sujeto está muy relacionado con los bienes y servicios de los
que puede disfrutar, a medida que se consumen más bienes y servicios se puede
suponer que la utilidad total del individuo aumenta.

Los economistas suelen distinguir varias clases de utilidad. Una de ellas es la


llamada utilidad marginal, establecida desde los años 70 del siglo XIX, de la que
han desprendido la ley de la utilidad marginal decreciente, que consiste en que a
medida en que una persona adquiere unidades adicionales de un bien la utilidad
aumenta, pero no en forma proporcional sino decreciente.

El principio de la utilidad marginal decreciente.

Para quienes son los fundadores de esta nueva corriente, el inglés Stanley Jevons
(1835-1882), el austríaco Karl Menger (1840-1921) y el francés León Walras (1834-
1921), existiría, mas allá de la diversidad de los gustos individuales, una ley
psicológica, según la cual la satisfacción lograda mediante el consumo de un bien
aumenta con el incremento del consumo, pero tal aumento de satisfacción se
produce a un ritmo cada vez más débil, de tal manera que se presenta una
saturación progresiva, pero jamás total. Tal “ley psicológica”, que para algunos
como Jevons se explica por razones meramente sicológicas, ha sido denominada
ley de la utilidad marginal decreciente; en este caso la palabra “utilidad” designa la
satisfacción o el placer conseguido, en tanto que el adjetivo “marginal” subraya el
hecho de que la utilidad de la última unidad consumida disminuye en tanto el
consumo aumenta. Así, para dar un ejemplo simple, si el consumo de una manzana
otorga una utilidad de 10, la de dos manzanas una utilidad de 15 y la de tres
manzanas 18, entonces la utilidad marginal de la segunda manzana es igual a 15-
10, es decir 5, en tanto que la de la tercera manzana es de 18-15, o sea 3. Ahora,
como 3 es menor que 5, la ley de la utilidad marginal decreciente se ha verificado,
al menos en este ejemplo.

La enunciación nos postula expresamente lo siguiente.

Cuanto mayor es la cantidad que consumimos de un bien, menor es la utilidad


marginal que nos aporta cada nueva unidad del mismo.

La formulación de esta ley se basó en la observación de que las necesidades


humanas son saturables, de manera que la adquisición de mercancías adicionales
produce un decrecimiento constante de la utilidad y aun puede ella llegar a ser
negativa si la respectiva necesidad humana ha quedado agotada. En otras palabras,
a medida en que el consumo de un determinado bien por una persona aumenta en
relación al consumo de otros bienes, la utilidad marginal de aquél disminuye
comparativamente con la de éstos.

Lo cual parece lógico: en cuanto aumenta la cantidad de determinados


bienes en poder de una persona disminuye el grado de satisfacción que le
proporcionan, hasta que puede llegar un momento en que ellos no sólo que no
sean necesarios, por haberse saturado su necesidad, sino que constituyan un
gravamen para ella.

Resaltemos que esta ley no se expresa por una fórmula clara, contrariamente a lo
que pasa en física, por ejemplo; de tal manera no se precisa a que tasa decrece la
utilidad marginal en tanto aumenta el consumo ya que ésta varía de un individuo a
otro; se contenta con dar el sentido de tal variación, la cual se supone igual para
todo el mundo. Ahora, el hecho de enunciar hipótesis cualitativas -sentido de la
variación, forma de la curva- mas que cuantitativas expresadas en cifras-, es típico
en microeconomía, donde la diversidad y la complejidad vuelven problemática
toda medida cuantitativa.

Criticas

El filósofo y científico argentino Mario Bunge critica a la ley de utilidad decreciente


por considerarla de carácter pseudocientífico. Afirma que las utilidades no pueden
ser medidas de manera científica, y que esa subjetividad impide cualquier estudio
empírico. Además, considera sus premisas falsas e incoherentes con otros
supuestos de las escuelas de pensamiento que adoptan esta ley (como el de no
saciabilidad). También rechaza el supuesto del conocimiento casi perfecto del
consumidor o su racionalidad, ya que no coincide con el comportamiento
estudiado en modelos psicológicos y de marketing. Según Bunge «la mayor parte
de la gente no se comporta racionalmente en situaciones de elección; en particular,
habitualmente no actuamos para maximizar nuestras utilidades esperadas, y a
menudo ni siquiera identificamos correctamente las opciones posibles (Kahneman
y Tversky, 1973, Tversky y Kahneman, 1981)». Algunos estudios empíricos también
concluyen que es falso que los consumidores sean coherentes en sus preferencias.

Desde la economía heterodoxa se ha señalado igualmente que modelizar las


preferencias mediante una magnitud escalar, y admitir que un defecto en la
cantidad deseada de un bien puede ser compensada por un exceso adecuado en la
cantidad de otro bien (sobre una curva de indiferencia asociada a un valor de la
utilidad) es un supuesto poco realista. En ese contexto se cita el trabajo alternativo
del matemático y economista Nicholas Georgescu-Roegen que examinó el
supuesto de que las preferencias siguieran un orden lexicográfico y no pudieran ser
modelizadas por una magnitud escalar

Conclusión personal

Al estudiar la información presentada y abordar los diferentes factores que integra


realizando un análisis de las diferentes perspectivas y enfoques que se muestran
vemos como el tema referente a la ley de utilidad marginal puede tener muchos
puntos para el abordaje debido al carácter social.

Todas las descripciones presentadas del tema nos muestran un común


denominador en que se basa el principio, que también se puede ver como la
saciedad de los consumidores. La corriente fue fundada en el siglo XIX por los
autores mencionados, basado en las observaciones de consumismo de la sociedad
considerando que las necesidades humanas con saturables de manera que existe
un punto en que el consumo puede llegar a ser suficiente y como consecuencia de
la misma adquisición registrada se dé un retroceso y baje la adquisición. Dicho
fenómeno está basado en los procesos psicológicos del ser humano que nos
demuestran que el consumo de un bien o servicio no crece ilimitadamente puesto
que a pesar de que el empleo del bien o servicio nos produzca un mayor bienestar
ligado al consumo, este no crece de manera ilimitada ni siempre de la misma
forma.

Algunos de los ejemplos comúnmente ligados a la explicación de este fenómeno


son directamente de carácter de consumo personal, por ejemplo: el primer vaso de
agua cuando estamos sedientos nos resulta extremadamente "útil" (nos produce
un enorme satisfacción o bienestar). Pero los sucesivos vasos nos aportarán un
bienestar mucho menor y llegará un nivel de consumo en el que nuestra utilidad
total no seguirá aumentando por el hecho de que bebiéramos litros y litros. Y así
pudiéramos sustituir este elemento por cualquier otro que nos represente las
mismas características, llegando a la misma conclusión. Así pues, basado en este
enunciado se general las hipótesis correspondientes.

Otro punto importante es el significado en economía de la ley de utilidad marginal


decreciente que nos dice que: “cuanto mayor es la cantidad que consumimos de un
bien, menor es la utilidad marginal que nos aporta cada nueva unidad del mismo”.
Este enunciado traduce las implicaciones fiscas y psicológicas de las personas en el
mercado de los productos. Uno de los ejemplos que se emplean para explicar
dicha ley se basa en el enigma del agua y los diamantes, que nos dice que a pesar
de que el agua es necesaria e indispensable para la vida y nos aporta más
beneficios, los diamantes que por su lado no tienen mucha utilidad indispensable
para la subsistencia y a pesar de ello estos últimos tienen un precio mucho mayor.
Podemos apreciar es como se aplica lo mencionado respecto a que el consumo de
un producto cuya abundancia es mayor genera algún tipo de saciedad lo que
conduce a un grado utilidad marginal menor y por su lado los diamantes cuya
utilidad marginal es mayor es a causa de su rareza. De esta manera el enunciado
nos muestra como el aumento en la oferta de un bien en general nos lleva a la
caída de su precio.

Finalmente es importante también mencionar las críticas que recibe dicho


postulado, y que igualmente se pueden analizar. El filósofo y científico Mario
Bunge que se menciona el texto, señala en este que la ley de utilidad marginal
decreciente tiene un carácter pseudo científico, puesto que no son factores que se
puedan medir y esa subjetividad impide establecer un comportamiento concreto, y
es precisamente esta la forma que apoya dicha perspectiva, puesto que podemos
observar como los sucesos mencionados no son siempre lineales, además de que
la demanda debido a la saciedad de un producto no es un fenómeno que se pueda
establecer con precisa exactitud, de caso contrario las empresas que lo lograsen
hacer tendría un éxito absoluto.

Por tanto, considero que es un tema de gran relevancia para el estudio de la


economía, sin embargo, también resulta importante considerar todos los factores
que se mencionar y las diferentes perspectivas para lograr un desempeño más
eficaz.
Bibliografía y fuentes de consulta.

 Kauder, Emil (septiembre de 1953). «Genesis of the Marginal Utility Theory: From
Aristotle to the End of the Eighteenth Century».
 Gimeno, J &Guirola J.. (2008). Principios de economía. España: McGraw-Hill.
 http://www.eumed.net/cursecon/libreria/bg-micro/1a.htm
 http://www.enciclopediadelapolitica.org/Default.aspx?i=&por=l&idind=892&termino

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