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LA ECOLOGIA

DEL DESARROLLO
HUMANO
Urie Bronfenbrenner

V,
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.A
lntroducción

Goethe, que comentó con sabiduría tantos aspectos de la experiencia hu'


mana, dijo con respecto a nuestras tentativas de comprender al mundo:

;f "i"# :"'""i;::'i" il,iil;",


A esto le agregari,ayo (suponiendo que Goethe también hubiera dicho algo
en este sentido, pero sin darse cuenta de su descubrimiento) que las ideas
sólo son importantes en función de lo que se pueda hacer con ellas. Demó-
crito suponía que el mundo estaba formado por partículas atómicas. Aparte
de su error al pasar por alto las implicaciones de suponer que todos los áto-
mos se mueven en la misma dirección, a la misma velocidad, su inteligente
conjetura sobre Ia estructura atómica de la materia no tuvo el mismo impacto
que el redescubrimiento de Rutherford (con la cámara de ionización) en el
año 1900. En resumen, una idea es poderosa en función de lo que se pueda
hacer con ella.
Hace unos cien años, varios eruditos comenzaron a pensar {ue serla
posible comprender los procesos psicológicos del hombre llevando a cabo
experimentos que copiaran las técnicas de precisión, explícitas, cuantitativas
y de análisis de datos que habían impulsado a las ciencias físicas hasta alcan'
zar un lugar tan prominente en los asuntos humanos. Esta idea suele atribuir-
se a rülilhelm Wundt, aunque la ciencia de la psicología nació casi simultá-
neamente en universidades de Alemania, Londres, Cambridge (Massachusetts)
y Kazán (URSS).
En las versiones de la historia de la psicología que aparecen en los libtos
de texto, se ha perdido el hecho de que muchos otros eruditos que estaban
en el tema cuando la psicología llegó al laboratorio, no quedaron demasiado
impresionados por la nueva empresa. Tendemos a olvidar que el mismo \Wundt
lntroducclón I lt
12 | La ccologlr dcl dcmrrollo hum¡no

la psicologfa de la Gestalt, el funcionalismo, el conductismo y


(más feciente'
crele que muchos misterios psicológicos estaban fuera del alcance de los mé' que hace-Dilthey de
todos ixperimentales, no siempre compartida por sus seguidores más ;.ñ.id;sicologla .*p.íi-.nr"l cognitiva. La crltica
"r..n.io cste esfuerzo continuo prr" .orrrrr,.rir'una ciencia psicológica de lo universal
entusiasás. Aun antes de que co-enza.an a aparecer disensiones en las filas
ha sido redescubiert^ u"iias veces, de las cuales la más reciente ha sido en
'\üíundt, se formularon feservas más serias las
de los que seguían el camino de y de la-del setenta'
¡rsicologías humanísticas de fines de
la década del sesenta
acerca dL la utilidad de las técnicas de laboratorio para explicar nuestros pro'
anallticos ctuciales para un análisis desctip-
cesos internos. Vilhelm Dilthey fue un crítico temprano y elocuente de la ;;;;;;ú sin los instrumenros
<nueva)> psicología de \üundt. Tras largas deliberaciones, Dilthey llegó a iivo ni la facultad de explicar lo que describe'

la concluúón de que la psicología debía abandonar la búsqueda de leyes ge- Unos pocos profesioiales de 1a psicologla, aun en los pfimefos tiempos,
nerales para los piocetos psicológicos del hombre. En su lugar' sostenía que buscaron *"n"r", de unir el enfoque descriptivo y el explicativo, recono-
t.n"rnoJ que esfórzarnor lor lograr una psicología descriptiua que capte la .¡.náo en este cisma las semillas de la ruina de la psicología como disciplina.
complejidad única del individuo, con todas sus idiosincrasias' Dilthey creía ijo, ó".p1", en las primeras décadas del siglo )o( era común, especialmente
Alá**i", dorrde riaciercn ambos movimientos, encongat discusiones sobre
que, al-reducir la complejidad de la natwaleza humana a tiempos de reacción "n
medidos cuidadosament. o relatos introspectivos detallados, \üundt y sus i, o.ririro de la psicología, pat3 la cual diversos autores propusieron diversas
"
seguidores lograban poco más que enterraf los procesos psicológicos humanos ,ol.r.iorr.r. Inm.áiatu*áte iespués de una década de activismo social y cien'
en una cripta construida con instrumentos de metal' tífico en los años sesenta (en ef que participó activamente), el trabajo de Urie
Bronfenbrenner fepresenta la continuación de los esfuerzos de este pequeño
La posición de Dilthey no ha prevalecido en la psicología académica, y
gr.upo de psicólogis, heterogéneo, pero significativo, por superar la <<crisis>>
por buenos motivos. Su punto de vista, muy tentador, de una descripción
psicológica adecuada ,,unca ttot ha satisfecho como modelo para un análisis psi'
l" t" pri.otogía,"coÁstruyenáo ,rna^disciplina q.r. se" a la ttez experimental
I' descriptiva vidas, como nosotros las conocemos'
cológicó completo. La mataia infinita de la experiencia pasada y las circuns' ^r.-", de nuestras
Su, ,on los mismos que conciernen a todo aquel que espera que la
tancias pr.rant.r, que nos convierte en lo que somos' nos asfixia con detalles
que desafían a las ixplicaciones o a las generalizaciones; frente a tanta com-
pri.álogá arroje luz so$re nuástra experiencia. La promesa que nos ofrece
pl.¡id.d, cualquier piocedirniento plausible de simplificación puede parecer ¡¡,-r/,.nrrdóta. La psicología no necesita escoger entre rigof e impottancia.
",
Puede hacer algo más que explicaf <(conductas exgañas en lugares extraños>'
un salvavidas.
Si se la interroga adecuadamente, puede decitnos de qué manera esos ex6a-
Reconociendo las limitaciones de la psicología, hacemos el chiste de que
ños lugares y extfañas cOnductas se relacionan con los contextos mun-
Henry James fue el gran psicólogo, y su hermano Villiam, el novelista' La' "tat
danos qne conocemos como nuestra <<vida diaria>.
mentánáo estas limitacionis, esperamos, sin embargo, que una disciplina ver'
El irofesor Bronfenbrennef fecalca su interés por especificar-lo que hace¡r
daderamente científica nos brindi una información más sistemática sobre noso'
tros mismos que la que puede brindarnos una novela. A f.alta de esta disciplina
lm perron", de tal manefa que pueda generalizarse más allá del contexto de i
nuestras observaciones. Dertáca ü irnpo'tt"n.ia crucial de estudiar los ambien- I
figurosa, hemos seguido en nuesgos métodos el camino más estrecho de
tes en los que actuamos, si quetemos apartarnos de las descripciones deta''
\ñundt, pe.o las limitaciones de la teoría impuestas por tal elección no son -pro..ro,
,ir, .orrt"nido. En ambos casos, sigue los pasos de prede--;
llistas y lo,
sencillas. Nos enfrentamos con la paradoja de una ciencia próspera que nos
cesores muy capaces.
dice bien poco acerca de las cuestiones que nos atraen hacia ella. Los que
Pero, ¿qué nos hará creer que las tecetas de Bronfenbtennef sefvirán, cuan-
se dedican a la psicología como profesionales, o llegan a un acuerdo con sus
do el trffio de o6os hombres, en cuyas ideas se ha basado (Kurt Lewin,
limitaciones o bien teiminan poi aburrirse de los experimentos cuidadosos,
por ejemplo), parece haber desaparecido, hundido en las arenas del tiempo, o
culro significado permanece oscuro con demasiada frecuencia' Al no encontrar
alternativas prometedoras, muchos prefieren la inactividad.
i"" uririt"dá ln nuestro.saber popular colectivo que ya no puede extfaerse
pa:¿ analizarse? La respuesta etiá .n su especificación de los procedimientos,
Si bien ha habido muchos c"rnbiot en los detalles de la teoría psicológica
io srrficientemente similares a los que usamos como para hacerlos compren-
desde los tiempos de \flundt y Dilthey, han prevalecido los dos enfoques
sibles, y sin embargo 1o suficientemente difetentes como para proporcionar
ex1remos que generaron el cisma entre la psicología descriptiva y la explica'
,rn" aptoximación a los fenómenos de la vida teal.
-.jot
tiva en pti*.t- lugar, al igual que las diferencias en la compleiidad de sus Curi toio el que ha leído acerca de expedmentos psicológicos ha tenido
métodos y su acepación .á*o áisciplinas. El estructuralismo de \fundt dio
ocasión de quedar perpleio ante su significado. Los estudiantes de Stanford,
lugar a nrr.u6 eicuelas de psicologla científica, todas completas, cada una en los experimentos
,r, propios modelos y métodos esttucturados, sistemáticos y constreñidos: ¿son sádicos o cobátdes, tal como sugiere su conducta
"o-n
14 | Le ccologf¡ dcl dc¡rrrollo hum¡no

cn la prisión de Zimbardo? ¿Las personas son esclavas de una autoridad que


voluntariamente inflige un daño a un individuo indefenso, como nos dicen
Prólogo
los estudios de Milgram sobre la obediencia? ¿Las personas son ¡ealmente
indifetentes ante un exuaño en desgracia? ¿Es posible que los tests de CI
nos digan algo sobre el valor de la guardería?
A cada una de estas, y a muchas offas preguntas, Bronfenbrenner nos da
la única respuesta honesta imaginable, la misma que hubieta ofrecido su abuela
si él hubiese podido discutir estas cuestiones con ella: <<Todo depende.> En
lenguaje técnico, <<todo depende>> se uaduce en la idea de que las explica-
ciones de lo que hacemos (suponiendo que lográramos hacer descripciones
útiles) han de encontrarse en las interacciones de las características de las per-
sonas y sus ambientes, pasados y presentes. Como dice Bronfenbrenner: <<Los
efectos principales están en la interacción.> También seguiría a Kurt Lewin
al sugerir que, si queremos cambiat la conducta, debemos cambiar los am-
bientes.
Todas estas sugerencias de sentido común imponen una reorientación de Al escdbir un volumen de este tipo, uno adquiere la plena conciencia de
nuesüa manera de pensar sobre los procesos psicológicos, que deben llegar a que la ciencia es, sin duda, una comunidad de eruditos. Estamos de pie sobre
tratarse como propiedades de sistemas, sistemas en los que el individuo no lós hombros de gigantes, y confundimos su amplia perspectiva con la nues-
es más que un elemento. Estas ideas tendrán éxito si Bronfenbrenner logra üa. En este caso, los gigantes son Kurt Lewin, George Herbert Mead, Sig-
espolear, con sus audaces afirmaciones, a un número suficiente de eruditos, mund Freud, William I. y Dorothy S. Thomas, Edward C. Tolman, Lev
pata que intenten demostrar que está equivocado. Aunque los desafíos siste- Vygotsky, Kurt Goldstein, Otto Ranh, Jean Piaget y Ronald A. Fisher. De
máticos pudieran invalidar sus aseveraciones específicas, representarían un ellos aprendl sobte todo a través de la lectura. Hay otros que intentafon ense'
éxito. Vale la pena tener estas ideas una y otra vez, hasta que estemos dis- ñarme, y a menudo encontraron resistencia. Entte ellos, los principales fueron
puestos a explotar su poder. Cuando llegue ese dia, la psicología se conver- mis primeros profesores de psicologfa: Frank S. Freeman, Robert M. Ogden
tirá en una ciencia unificada de la conducta humana. y Itrüalter Fenno Dearborn. Lautiston Sharp me inttoduio en la anropología
cultural, Robert Ulich en la filosofla y Hatry C. Catver en la estadística mate-
Mrcn¡rr, Coln mática y el diseño experimental.
Universidad de California, San Diego Pero las semillas de los conceptos ecológicos que aqul se desarrollan se
sembraron mucho antes de mi ingreso en la universidad. Tuve la suete de
educarme en la sede de una institución pública pata los que entonces se deno-
minaban <débiles mentales>, en la que mi padre era neuropatólogo. Además
de médico, era doctor en zoología, y naturalista de corazón. Los terrenos de
la institución ofrecían a su ojo atento un rico campo biológico y social. Habla
más de 12 km2 de tierra de cultivo, colinas arboladas, bosques cubiertos de
musgo y fétidos pantanos, todos repletos de vida vegetal y animal. En aquellos
días, la institución era una comunidad en funcionamiento; los pacientes pa'
saban la mayor parte del tiempo fuera de las salas, no sólo en las aulas de la
escuela, sino trabajando en la grania y en los talleres. Habla cobertizos para
vacas, caballos, cerdos, ovejas y pollos, una herería, carpinterlas, una pana-
deria, y un almacén desde el cual se enviaban por el pueblo alimentos y mer'
canclas en caffos de caballos conducidos por los internos. Todas estas acti-
vidades han desapatecido: los tdbunales las han anulado por considerarlas
servidumbre involuntada.
Prólogo I 17

16 | La ocologfa del desarrollo humano El primero


del cuerpo de profesotes'
perspectivas que adquirl en el seminario
padre me llevó a dat innumerables en un contexto cul-
Asl fue el mundo de mi infancia' Mi se refiere ,."ti".ij¿n- de investigaciones de^.a-pó
l"
paseos, desde su rrut"ii"ti'o,';;;l;; '"hi'
1o' talleres v el campo (su sitio "
,"t"L Áf principio, esto no me produio un gran impacto'
porque' con una
preferido para ver y ;;ú;';" p"itntts)' y sobre-todo más allá de la autoprotecciór, in.on"iJ"it, ySaiat t""""
t'*gi tt"l"o
social que me resul-
"" y iat tolittat .ql:-1o-*tn"aban en tt
el norte del estado de Nueva
..rca de alambre de púas, por los bosques taba familiatt ,rn" n.n""tit't"-t1iálJ;'"1
en que estuviéramos' solía atraer #;; áti Alexandet Leighton 'me convenció
el umbral de nuestra;;f;;lquieriitio York. Después, mi "-i"utio
l=".i" t", obtas i. la naturaleza, señalando
la
la atención de mis para que ffabaian.o" á1 dutante un verano' cuando comenzó sus estudios'
"¡"í¿itiJi;r
i""J.p.t¿.ncia fuicional de los organismos vivientes y sus entotnos' ahora clásicos, sobre i"']"tto*t comunitario'
que afectan a la salud mental'
cuando loi tribunales de ciu- mi carrera
Recuerdo .or, .rp.liui-rri id., su"angustia por error
'a o ;;ilJ-,*i, .r, l"'-*ri"-ir.o..r" de Nueva Escocia,ycomencé
d"d-¡;Ñ;;;a yorÉ .á'o.*"ro" " .nui". aanuestra institución, occidental oriental, la URSS'
de investiga.ion., irrt.i.uiior"L, en Europa
(con más probabilidaái'p"f áttt"ptración' niños
perfectam.ente normales'
iilf"iao un vistazo profundamente aleccionador a la
para liberarlos, sería Istael y otros lugare"
Antes de que pudieral.i.nr.¿"r ü burocracia necesaria
República PoPular China'
unas pocas semanas como uno de
los
demasiado tarde. Después de pasar sociedades produio en mí dos efectos profundos'
de t"po con La experien.i"
ochenta internos en una pequeña casa
dos. enfermeras iefas'
les apli- que se refleian ." ",,'t'lt'
.," uáf"men' En itimtí lugar' -amplió radicalmente mi
las puntuacion., q.r."oü,;"i¿;;" en los ,.r* ¿. inteligencia que segue eran convicción d. t" ."p"Já"á ¿. "¿.p,rció-n,
la versatilidad y las buenas perspec-
de alta' demostraron capacidad para
como requisito indi'pttt"bl9 para darlos tivas de la especie i;;; t'pi"t, tal como 1o demuesffa su
caron
;;;;:tt;-tfi*báque deblan permanecer * ! t1tit::*i l"' ecologí"' en las que vive y se quede-
deficientes mentales:
estos niños, pero no surglo adaptatse, tolerat y,';;;;t-;ád", t""' a la
;;;i;" de sus vidas. eiedaba uná salida oara sartolla. Examinada ;;;;;;t diferentes' laiaturaleza-h:--t:"'
rt"rt"!u;;Y*"" T;tho -"uáttt' Uno de los lugares en los
la oportunid.a per'
a las intt"'"' adultas eran las casas del anteshabla.onsid.r"docomounsustantivosingular.,sevolviópluralyplura.
diferencias perceptibles' no
lista; porqu. lo, ¿iuiir;;";;bi;t produclai
que se les podía
".ig"li1'"U^jo
sonal de la instituciá" ¿'""á?".irütlt""
.o lo, quehaceres domésticos, la d.nrro de ellas, en cuanto al talento,
este modo, Hirda, Ana y otras más se sólo entre las sociedaie"sl-rir.i..ui¿n
cocina y er cuidado i" r, niños. De el temperam.n,o, 1", itl"iones human"' f
t" especial a las formas en que la
fámilia, y en figuras significa-
convirtieron .r, ,,,i"riiror-d" f".to de nuestra iiguiente. El proceso de con-
quedaban mucho.tiempo' En cuanto curilra o la subcultuo-.jrr.uur' a la generación
tivas pata mi educación' Pero tata vEz se ,ara, humaÁos, y ,., re-..rltudo, variaba,
evidente-
del entrenamiento de mi madre vertif en humanos
se hacían indispensables' como to""tt'ttt'i" l"g";"-to,
;;;t' Desde "á" ptt'ptttiva
;; tanto histórica como
mente, según el
posibilidaá de ecologías nunca inten-
intercultural, .r," ¿iuirii.J lig.t' la
enlastareasdelacasayporsuproplarnici,tin"diatia,mipadresolíadis-
porq*-y"'podiu" el punto mínimo crítico del todopo'
poner su ,,-,rr,.a virto para las naturalezas huma-
"ltr, 'opti"' tadas hasra .n,or..i';;;;; polncial
detoso Stanford-Binet. ¿e poder y- compasión que las mani-
antes de que estas experiencias con- nas, tal vez con
"J;;;;J-ir"".i¿"
Pasó mucho ti.l'po, sin embargo'
un" ecología del desatrollo festadas anteriormente'
cretas se reflejaran t" i¿tu' conscientes 'ob" .rt" últi"á expectativa puede parecer n-19dr1c¡o
de un idealismo
en primer lugar, en un seminario sema- Aunque
humano. Ert", ao-.nraron a surgir, .l fir-. tárreno'd. lu t.ulid"d intercultural'
.o
p.-ro int.nrivo, de un 1ño de duración' superficial, está anclaáa
nal del cuerpo d. p;;fJ;rl ir*o"t*¡ trabaio en otras sociedades
y yo éramos ambiciosos: quería- La segunda f*.iJ" q"t apre"dí a través del
I

que se celebró lrr..^ir.-á?ln"t. ft¡it .Ll.g", t;frtitn" p"t" bienestar v el '


sobre el desarrollo es que la política #;i;tJ;J;t
mos trazarle nuevos iroiiront., a la teoría I
i"inu.rtigación ^i,.,,t^' -el
-B' sus condiciones de vida. El '

humano. EI grupo incluía, entre otros'


a Robert Macleod' Alexander desarrollo de los ,.r., r.,"-""os, al determinai durante los últimos
gllos fueron los que sacudieron los cimientos
darme cuenta ¿. .r,o -.li.nJ a'participar intensamente,
Leighton y Robin wiiiirr"r. y á*biar, desarrollar y poner en práctica, en
intelectuales d. ," ;;;'ir".r¡g¿.r
convencidt del rigor del laboratorio quince años, en l.r'"il;;; á. y las
pri.á-!,ricos. MI abrieron los oios al poáer tanto
de la feno-
mi propio p"ír, l"s p'o'lít;;' q"t -influyeran sobre las niá" dt los niños
de los método, Presi'
.o,o. ¿J..",.*to-social. Mi conocimi.rrto á.
último aumentó
este familias. L" purti.ipl'Jüffi :üI;rd éirit Pl"""ing committee, en dosa nivel
menologla o'g"n"t* dt científico
de investig-ación en colaboración con mi
colega
en el curso d. tr., á¿;á;, dential Task Forces' y en otros ""'á'u"'itnto
y la colaboración
Edward c. p.u.r.i,*] ¿;;il¿o, ch.it.t R. Henderson, padre e hijo, estov
nacional, B.trittr"i;;;; "f ir"¿. que elentestimonio
d.t la legislación, me llevaron
g"uürno
endeudaperman€nteporlrylecciones'obn.l"eleganciaylaadaptabilidad con político, , .oi"rlr,;;;r;;i páginas
a una concluriót i;;;;;tlq"t
tontútuye un tema recurrente en las
ecológica ie los diseños de Fisher'
Dos conjunt"r;;.;ri*i., l. dieron forma
y sustancia a las nuevas
18 | La ecologfa dcl dc¡arrollo humano
Prólogo I 19

ner, John Veisz, Sheldon tüühite, y uno de los críticos más astutos, Liese
siguientes: es esencial para el ptogreso del estudio cientlfico sobre el desarro'
Bronfenbrenner.
iló humano que los investigadores se preocupen por la política oficial.
Estas ideas avanzadas, cualquieta que fuera su mérito, no son tanto el pro-
Dos de ellos, Michael Cole y Eric \üanner, también han sido los compi-
ducto de mis propios intentos como de los esfuerzos pacientes y constantes ladores especial y general del presente volumen. Su iniciativa, estímulo y con-
de mis colegas para abtirme los oios a las realidades del mundo en que vivían
sejo han mejorado el producto y aliviado el dolor perenne del trabajo de
y trabajaban .. En el campo de la investigación intercultural, los siguientes autor. Además quiero expresar un aprecio especial a los revisores anónimos
son algunos de los más pacientes y ptolongados: Gerold Becker, Lydia Bozho-
de los diferentes capítulos y de la totalidad del texto, así como también a
vich, Zvi El-Peleg y familia, Hsieh Ch'ikang, Sophie Kav'Venaki, Kurt Lüs-
Harriet Moss por su concienzuda compilación del último manuscrito. Asimis-
cher y familia, Richard y Gertrude Meili, Janusz Reykowski, Ruth Sharabany,
mo estoy en deuda con mi amigo y vecino Geoffrey Bruun, que nunca olvida
Ron-shouval y familia, Sandor Komlosi y familia, Igor Kon, Aleksei Leon- la fuente o la sustancia de una cita.
tiev, Hartmut von Hentig y Aleksander V. Zapotozhets. Mi sentido de la obligación y la gratitud va más allá de los individuos.
Una de las tesis principales de este libro sostiene que las capacidades humanas
En la etapa intermedia entfe la investigación sobre el desarrollo y la poli
tica oficial, mis principales colaboradotes y mentores han sido Birch Bayh, y su realización dependen, en gran medida, del contexto más amplio, social e
Orville G. Brim, john Brademas, Robert Cooke, David Goslin, Nicolas Hobbs, institucional, de la actividad individual. Este principio puede aplicarse espe-
Sidney Johnson, Alfred Kahn, Mary Keyserling,
lwalter F. Mondale, Fvelyn cialmente en este caso. Desde su fundación, la Universidad de Cornell, en su
Sargent y Eunice Shriver, carácter de Land Grant Institution mantenida en parte por donaciones y en
Moorl, Albert Quie, Julius Richmond, John Scales,
'Süatts, Sheldon lVhite y Edward Zígler. parte por el Estado, ha alimentado una tradición de libertad y responsabilidad,
Jule Sugarman, Harold
Este volumen nació como parte de un estudio que emprendí hace varios
y ha estimulado a sus profesores a ir más allá de las disciplinas tradicionales,
pata que se dieran cuenta de que la ciencia social, si ha de lograr sus propios
años, con el asesoramiento de varios colegas que coincidían conmigo, con el
apoyo material de la Foundation of Child Development. El intento, conocido
objetivos, debe responder a las necesidades y aspiraciones del hombre. Este
cán el nombre de Programa sobre la ecología del desarrollo humano, se llevó
doble tema ha encontrado una expresión todavía más completa en la tarea
a cabo con el objeto de ampliar la teoúa, el entrenamiento avanzado y la del New York State College of Human Ecology de Cornell, bajo el liderazgo
creativo de tres decanos sucesivos: David C. Knapp, Jean Failing y Jerome
investigación en los mismos ambientes en los que el ser humano vive y se
Ziegler.
desarrolla. Comencé a trabajar en el libro como Belding Scholar de la fun'
dación.
Por último, mi mayor deuda es la contraída con Joyce Brainard, que, con
En particular, quieto expresar mi ptofundo aprecio hacia Orville G. Brim, la dedicada colaboración de Mary Alexander, Stephen Kaufman, Mary Miller
presidente de la fundación, y Heidi Sigal, adjunta al programa, por su aliento, y Kay Riddell, supewisó y rcalizó innumerables revisiones del manuscrito, con
ius sabios consejos y su activa colaboración en todos los aspectos del progra- cuidado, habilidad y devoción.
ma, incluida la concepción y preparación de este volumen. Además, estoy en Stephen Hamilton preparó el resumen de la investigación de Ogbu, inclui-
deuda, tanto intelectual como personal, con los consultores del programa: do en el capítulo 1.0, para el informe elaborado conjuntamente para una
Sarane Boocock, Michael Cole, Glen Elder, Villiam Kessen, Melvin Kohn, conferencia. Los pasajes que aparecen en varios capítulos representan revisio-
'!lhite. En innumerables cartas, conversaciones nes del matedal publicado con anterioridad en Child Deuelopnent, Anerican
Eleanor Maccoby y Sheldon
y llamadas telefónicas, me comunicaron teacciones que, poco a poco, fui asimi- Psycbologist, lournal ol Social Issues y Zeitscbrilt lür Soziologie.
lando como propias. Me disculpo en ]a medida en que, inconscientemente, no
les he dado crédito o, peor aún, no he hecho iusticia a sus pensamientos. UnrB BnoNTENBRENNER
También he tenido la suerte de contar con la generosidad de numerosos Ithaca, Nueva York
colegas y estudiantes de Cornell y de otros lugares, que han estado dispuestos
a leer y triticar los borradores de partes del manuscrito. Ellos son Harry Alker,
Irwin Altman, Jay Belsky, John Clausen, Moncrieff Cochran, Michael Cole,
\Tilliam Cross, Glen Elder, James Garbarino, Herbert Ginsburg, Stephen
Hamilton, Melvin Kohn, Batbara Koslowski, Michael Lamb, Tom Lucas, Bar-
bara Lust y sus discípulos, Kurt Lüscher, Eleanor Maccoby, Maureen Maho'
ney, Rudolf Moos, David Olds, Henry Ricciuti, Morris Stambler, Eric $ían-
Primera parte
UNA ORIENTACION ECOLOGICA
Objeto g perspectiva

En este volumen ofrezco una nueva perspectiva teórica pata la investi-


gación en el desarrollo humano. La perspectiva es nueva en cuanto a su con-
cepción de la persona en desarrollo, del ambiente y, especialmente, de la
interacción que se desenvuelve entre ambos. Por lo tanto, en este trabajo se
define el desarrollo como un cambio perdurable en el modo en que una perso-
na percibe su ambiente y se relaciona con é1. Por este motivo es necesario dar
desde el cemienzo una indicación del concepto poco ortodoxo de ambiente
que se presenta en este volumen. En lugar de comenzar con una exposición
formal, introduciré el concepto en primer lugar a través de algunos ejemplos
concretos.
El ambiente ecológico se concibe como un coniunto de estructuras seria-
das, cada una de las cuales cabe dentro de la siguiente, como las muñecas
rusas. En el nivel más interno está el entorno inmediato que contiene a la
persona en desarrollo. Puede ser sú casa, la clase o, como suele suceder cuando
se investiga, el laboratorio o la sala de tests. Aparentemente, hasta ahora nos
hallamos en terreno conocido (aunque hay más para ver que lo que hasta
ahora ha encontrado el ojo del investigador). Sin embargo, el paso siguiente
.va nos conduce fuera del camino conocido, porque nos hace mirar más allá
de cada entorno por separado, a las relaciones que existen entre ellos. Estas
interconexiones pueden ser tan decisivas para el desarrollo como lo que
sucede dentro de un entorno determinado. Es posible que la capacidad del
niño para aprender a leer en los primeros cursos no dependa menos de cómo
se le enseña que de la existencia y la naturaleza de los lazos que unen la es-
cuela y el hogar.
El tercer nivel del ambiente ecológico nos lleva aún más lejos, y evoca
la hipótesis de que el desanollo de la persona se ve afectado profundamente
por hechos que ocurren en entornos en los que la persona ni siquiera está
presente. Examinaré datos que sugieren que entre las infuencias más podero-
24 | Una orlcntaclón ccológlce Objeto y porsp€ctlve I 25

$as que afectan al desarrollo del niño en las modernas sociedades indusria- can los distintos significados que estos tipos de entornos tienen para los parti'
lizadas están las condiciones de empleo de sus padres. cipantes, en parte según su medio social y su experiencia.
Por último, hay un fenómeno sorprendente que corresponde a los entor- También se analizan varios tipos de entornos en función de su estructura.
nos de los tres niveles del ambiente ecológico que hemos mencionado: en toda Aquí el enfoque se aparta en otro aspecto más del de los modelos conven-
cultura o subcultura, los entornos de una determinada clase (como el hogar, cionales de investigación: los ambientes no se distinguen con referencia a
la calle o la oficina) tienden a ser muy parecidos, mientras que entre las cul- variables lineales, sino;que se analizan en términos de sistemas. Si comenzamos
turas presentan diferencias perceptibles. Es como si dentro de cada sociedad en el nivel más interno del esquema ecológico, una de las unidades básicas de
o subcultura existiera un plan para organizat cada tipo de entorno. Además, análisis es la díada, o sistema de dos personas. Si bien la literatura sobre la
el plan puede cambiarse, con lo cual resulta que la estructura de los entornos psicología del desarrollo se refiere con frecuencia a las díadas como estruc-
de una sociedad puede alterarse notoriamente y producir los cambios corres- turas que se caracterizan por las relaciones recíprocas, veremos que' en la
pondientes en lo que respecta a la conducta y el desarrollo. Por ejemplo, los práctica, este principio se deja a un lado con frecuencia. De acuerdo con el
resultados de la investigación sugieren que si en la sala de maternidad se sistema tradicional en los procedimientos del laboratorio de enfocaf a un solo
cambian las costumbres en lo que respecta a la relación madre-recién nacido, sujeto del experimento, habitualmente se obtiene información sobre una per-
los efectos que esto produzca siguen detectándose cinco años más tarde. En sona por vez, por ejemplo, sobre la madre o sobre el niño, pero es raro que
otro caso, se observa cómo una seda crisis económica que se produce en una se obtenga sobre ambos al mismo tiempo. En los pocos casos en que sí se
sociedad tiene un impacto positivo o negativo en el consiguiente desarrollo hace, el panorama que surge revela posibilidades nuevas y más dinámicas para
del niño durante toda su vida, según la edad que tenía en el momento en que ambas partes. Por ejemplo, de los datos de la dlada se deduce que si uno
su familia experimentó diñcultades económicas. de los dos miembros experimenta un proceso de desarrollo, lo mismo le
La detección de una variedad tan amplia de factores que influyen en el ocurrirá al otro. El reconocimiento de esta relación nos da la clave para com-
desarrollo sólo es posible si se emplea un modelo teórico que permita su prender los cambios evolutivos no sólo del niño sino también del adulto que
observación. Además, como estos descubrimientos pueden tener implicaciones se ocupa de él habitüalmente: la madre, el padre, los abuelos, los profesores
fundamentales tanto para la ciencia como para la política oficial, es especial-
¡' demás. La misma consideración es válida para las díadas que incluyen al
mente importante que el modelo teórico sea metodológicamente riguroso, que marido y la mujer, al hermano y la hermana, al parón y el empleado, a los
proporcione formas de conüolar su validez, y que permita que surjan resul- amigos o los compañeros de trabajo.
tados contrarios a las hipótesis originales del investigador. Este volumen Además, un modelo de sistemas de la situación inmediata va más allá
representa un intento de definir los parámeuos básicos de un modelo teórico de la díada y le asigna la misma importancia para el desarrollo a los llamados
que cumpla estos requisitos sustantivos y metodológicos. También pretende sistemas N + 2: trladas, téttadas, y esüucturas interpersonales más grandes.
demostrar la utilidad científica del modelo ecológico, para explicar lo que han Varias conclusiones indican que la capacidad de una díada paro- servir como
descubierto offos estudios anteriores y para formular nuevos problemas y contexto efectivo para el desarrollo humano depende de forma crucial de la
diseños para la investigación. presencia y la participación de terceras personas, como los esposos, familiares,
El ambiente, tal como se concibe en el esquema propuesto, di6ere de for- amigos y vecinos. Si no hay terceros, o si desempeñan un papel desttuctivo
mulaciones anteriores no sólo en alcance sino también en contenido y estruc- más que de apoyo, el proceso de desarrollo, considerado como sistema, se
tura. En cuanto al primero, la orientación ecológica asume seriamente una desintegra; como un taburete de tres patas, se cae con más facilidad si una
posición teórica, que ha sido alabada con frecuencia en la literatura de las pata está rota o si es más corta que las demás.
ciencias sociales, pero que rarl tez se ha puesto en práctica en la investiga- El mismo principio ttiádico es válido para las relaciones entre entornos.
ción, y la traduce en términos operativos. Es la tesis, ampliada tanto por psicó- Por lo tanto, se considera que la capacidad de un entorno (como el hogar, la
logos como por sociólogos, de que lo que cuenta para la conducta y el desarro- escuela o el lugar de trabajo) para funcionar de manera eficaz como contexto
llo es el ambiente como se 7o percibe, más que como pueda existir en la rea- para el desarrollo depende de la existencia y la naturaleza de las intercone-
lidad <objetiva>>. En las páginas siguientes se aplica este principio para exponer xiones sociales entre los entornos, lo que incluye la participación conjunta,
las ventaias y las desventajas del laboratorio y la sala de tests como contextos la comunicación y la existencia de información en cada entorno con tespecto al
para evaluar los procesos de desarrollo. Hay pruebas de que existen diferen- otro. Este principio les asegura importancia a cuestiones como las siguientes:
cias sistemáticas en la conducta de los niños y los adultos observados en el si el niño o el joven enffan en una situación nueva, como la escuela, el cam-
laboratorio y en el entorno de Ia vida real. Estas diferencias, a su vez, expli- pamento o la universidad, solos o acompañados de pares o adultos que conoce;
Objeto Y PersPectiva I 27
26 | Una orientación ecológica

si la persona y su familia tienen información o expetienci^


acefc^ del nuevo tores externos como la flexibilidad en los horarios de trabajo, la adecuación
;;;;Á" "nr., d. entiai realmente en él; de qué modo este conocimiento de los arreglos para el cuidado del niño, la presencia de amigos y vecinos que
p*"i" .f..," .1 .u.ro fo,t.tior de la conducta y el desarrollo en el nuevo pueden prátr. en caso de emergencias grandes y-pequeñ3s, la calidad
i. la ,"iud y "yuda
los servicios sociales y ia seguridad del barrio. La disponibi-
entofno.
y poten' de depende, a su vez, de su existencia, y de la fre-
Las cuestiones como éstas destacan la significación evolutiva. 9l lidad de entárnos apoyo
cial de la investigaci¿; ;;; "; ha sido utilizado que tienen
las llamadas cuencia en una cultura ó zubcultura determinadas. La frecuencia puede aumen-
que ocurren a lo largo tarse si se adoptan políticas o costumbres oficiales que creen entornos adicio'
transiciones eroagicas, cJ,nUiot de rol o de entorno,
pueden ser la lle' nales y roles sociales que tiendan a la vida en familia.
de toda la vida. ¡lguno, .j-*pior ¿. transiciones ecológicas
; ñ.r,,,"ná, h entrada en el preescolar o en la escuela, la pro- una .on..p.ión teorica del ambiente como algo que -va más allá de la con-
;;;; ";;"; tener ducta de los individuos y que incluye sistemas funcionales tanto dentro como
moción a un curso superiát, graduarse, encontrar un empleo' casarse'
de casa.y jubilarse- entre entornos, sistemas que también pueden modificarse y expandirse, con-
"i
cámbiar
"" Uá, cambiar de eÁpleo,ir.iri.ion", t ,,
ecológicas para el desatrollo deriva del uasta ampliamente con los modelos de investigación vigentes. Estos modelos
ilñ;;ui.i" d.--t'*
hecho de que cari ,i.rrr!t" implican "" t"-tio de rol'
es decir' en las expec- establecidos se caracterizan por emplear una lente científica que restringe.
tativas de conducta ,ri.i"¿., con determinadas
p-osiciones en la sociedad. oscurece, y aun ciega la visién qn. ii.n. el investigador de los obstáculos 1'
se ffata a una 1", oporiunidades del ambiente, y del notable potencial de los seres humanos
Los roles tienen un poder casi mágico para modificar cómo
piensa y sien' para responder de una manera constructiva a un medio compatible ecológi-
p.**t,.¿rno actúa, io tr. hace y,!or lL tanto' incluso lo que
te. El principio., uáliáo'n",¿f"'pir^l^ persona en desarrollo, sinó para las ..-.nt., cuando lo encuengan. Como consecuencia, las capacidades y los pun'
personas de su mundo. tos fuertes del hombr'e tienden a subestimarse.
-
demás
-i;r'hechos
ambientales que afectan el desarrollo de una
persona con ma-

yor inmediatez y pote;;;1oi ttt actividades en las


que participan los demás La estructura del ambiente ecológico también puede definirse en términos
lo
con esa persona o .i ,r, presencia. la intervención más abstractos. Como ya hemos visto, se concibe el ambiente ecológico como
activa en que otros
i"..., "'i..iuso el mero h-echo de observarlo, con frecuencia.inspiran a una algo que se extiende mucho más allá de la situación inmediata que afecta
;;;l[ a realizar actividades similares por su cuenta' Es más probable que dñ..tr..nt. a 1a persona en desarrollo: los objetos a los que responde, o las
si hablar a.-su alrededor' v espe- personas con las que interactíta cara a cara. Se les atribuye la misma impor-
;;;;;á; , h"blu, ,rn iiRo de tres aRos ove
cialmenre si le hablan ¿]r..á.."re a é1. cuando
el niño comienza a hablar irncia a las coner,iones entre otras personas que estén presentes en el entor'
oor sí mismo, esto or;;;;G se ha producido un desarrollo real, en forma no, a la naturaleza de estos vlnculo-, y a su influencia indirecta sobre la per-
'¿;' ;;^";;;;;id;l;;t;;;,ián adquiriáa (en contraste con una conducta mo' ,onu .n desarrollo, a través del efecto que producen en aquellos que se
lecular, que es rnoflr.n,¿".u y ,. .'rra.t.riza
pot carecer. de significado e inten' relacionan con ella directamente. Este compleio de interrelaciones dentro del
una persona entorno inmediato se denomina microsistena.
;¿;1. b; último, las activiáades molares en las que interviene
;;;;;,;;;, tanto'los mecanismos internos como las manifestaciones
externas El principio de interconexión se aplica no sólo dentro de los entornos, sino
del desarrollo Psicológico también, con la mismafuerzay las mismas consecuencias, a los vlnculos entre
La secuencia ¿. lir-.r,ru.turas ecológicas seriadas y su significación for-
evo- .n,o.nor, tanto aquellos en lós que la persona en desarrollo participa real'
Podemos mente, .o-o en los que tal vez no entfe nunca' pero en los que se
lutiva puede .*pli.urr. haciendo refereniia al mismo éjemplo. "quallos
que r¡n niño aptenda a hablar en u lo qu. ocu.rre en el ambiente inmediato de la
-rf". i" ftip¿,.tit ¿. q".-;il.t -at probable p.oduc.n hechos que afectan
un entofno q". inÁy'" ;r; obliguen a los adultos a hablar con los p..ronr. Los primeros constituyen lo que llamaré |os mesosistemas, y los últi
;i;";; " que estimulen o per*itrn que otras prt" que el o*o(como
personas lo h-agan ocurre mos, los exosistenas.
cuando uno de 1", ;;¡;r'i;;. to, qu.t pueda leerle Por último, se considera el complejo de sistemas seriados e interconec-
"..r.-, tados como ona -anifestación de los patrones arqueados de la ideología y la
al niño un cuento).
con eficacia su rol de organización de las instituciones sociales comunes a una determinada cultura
Pero el hecho de que los padres puedan cumplir
educadores denrro á. i" l",nifü, d.pád.
de la demanda de roles, el estrés o iubcrrltura. Estos patrones generalizados se denomina¡ ntacrosisteffias. PoÍ
y eI apoyo que surjan de otros entornos' Como veremos más adelante' las lo tanto, dentro de una sociedad o gfupo social en particular, la estructur¡
evaluaciones qu. r,ul.n i* p'd"' de su
propia capacidad funcionat' así y l. ,urtun.ia del micro-, el meso- y el _exosistema tienden a ser similare¡,
'para
como tambi¿n l. upi.,i¿n q'".-,i.".n d. tu hi¡o,
están relacionadas con fac- como si estuvieran construidos a partir del mismo modelo maestro' y los siste'
28 | Unr orlcntrclón ccológlca Objeto y porspoctlva I 29

mcs funcionan de manera similar. Por el contrario, entre grupos sociales dife. determina las propiedades específicas del exo-, el meso- y el microsistema,
rentes, los sistemas constitutivos pueden presentar notables diferencias. Por que ocurren a nivel de la vida diaria y dirigen el curso de la conducta ]' el
lo tanto, analizando y comparando los micro, los meso- y los exosistemas que desarrollo,
ceracterizan a distintas clases sociales, grupos étnicos y religiosos o sociedades En especial en sus aspectos formales, la concepción del ambiente como
enteras, es posible describir sistemáticamente y distinguir las ptopiedades eco- un conjunto de regiones en el cual cada una está incluida en la siguiente, se
lógicas de estos contextos sociales más grandes como ambientes para el desarro- basa, en gran medida, en las teorías de Kurt LpvrN (L917,L931,1935,1918).
llo humano. Indudablemente, este trabajo puede considerarse como un intento de darle
La mayoría de los componentes del aspecto ambiental de la teoría son sustancia psicológica y sociológica a los territorios topológicos de Lewin, de
conceptos familiares en las ciencias sociales y en las de la conducta: actividad brillante concepción.
molar, díada, rol, entotno, red social, institución, subcultura, cultuta. Lo nuevo
es el modo en que estas entidades se relacionan entre sí y con el curso del Tal vez la característica menos ortodoxa de la teorla propuesta sea su
desarrollo. En resumen, en lo que respecta al mundo exterior, lo que aquí se concepción del desarrollo. Aquí no se destacan los procesos psicológicos tradi-
presenta es una teoría de las interconexiones ambientales y su impacto sobre cionales de percepción, motivación, pensamiento y aprendizaje, sino su conte-
las fuerzas que afectan directamente el desarrollo psicológico. nido: aquello que se percibe, se desea, se teme, se piensa, o se adquiere como
Además, un enfoque ecológico del estudio del desarrollo humano requiere conocimiento, y el modo en que la naturaleza de este material psicológico
una reorientación del punto de vista convencional de Ia relación adecuada cambia según la exposición de la persona al ambiente y su interacción con é1.
entre la ciencia y la política oficial. La posición tradicional, al menos entre Se define el desarrollo como la concepción cambiante que tiene una persona
los estudiosos de las ciencias sociales, sostiene que, en la medida de lo posi- del ambiente ecológico, y su relación con é1, así como también su capacidad
ble, la política social debería basarse en el conocimiento científico. La línea creciente para descubrir, mantener o modificar sus propiedades. Una vez más,
de pensamiento que desarrollo en este volumen apunta a una tesis contraria: esta formulación demuesra la influencia de Lewin, en especial de la impor-
según los intereses de la creciente investigación fundamental sobre el desamo- tancia que le da a una interconexión y un isomorfismo estrechos enüe la es-
llo humano, la ciencia elemental necesita a la politica olicial aún más de lo tructura de la persona y la de la situación (1.935). La concepción propuesta
que la política olicial necesita a la ciencia elenental. Además, lo que se re- también se apoya considerablemente en las ideas de Precrr, en particular las
quiere no es sólo una relación complementaria entre estos dos campos, sino expuestas enThe construction of reality in the cbild (1954). Sin embargo, la
su integración funcional. El conocimiento y el análisis de la política social son tesis actual va mucho más allá. En contraste con el organismo esencialmente
esenciales para el progreso de la investigación sobre el desarrollo, porque ..descontextualizado> de Piaget, destaca la natwaleza evolutiva y el alcance
llaman la atencíón del investigadot hacia aquellos aspectos del ambiente, tanto de la realidad percibida, tal como surge y se expande en la conciencia del niño
inmediatos como más remotos, que son más críticos para el desarrollo cogni- .v en su participación activa en el ambiente físico y social. De este modo, en
tivo, emocional y social de la persona. Este conocimiento y este análisis tam- un principio el bebé sólo es consciente de 1o que ocurre en su entorno inme-
bién pueden revelar las suposiciones ideológicas que sirven de base para la diato, en lo que he llamado el microsistema. Dentro de este campo proximal,
formulación de problemas y diseños pata la investigación y, por lo tanto, el el centro de atención y de la actividad de desarrollo tiende a estar limitado
alcance de los posibles descubrimientos, y a veces la limitan profundamente. aún más, al principio, a los hechos, personas y objetos que afectan al bebé
Una integración funcional entre ciencia y política oficial no significa, por su- de forma directa. sólo más adelante, el niño pequeño se vuelve consciente de
puesto, que ambas deban confundirse. Al examinar el impacto de las cuestio- las relaciones entre los hechos y las personas en el entorno que no implican
nes de política oficial sobre la investigación elemental en el campo del desarro- desde el comienzo su participación activa. Al principio, el bebé también es
llo humano, resulta mucho más esencial distinguir las interpretaciones que se consciente de un solo entorno por vez, aquel que él ocupa en ese momento.
basan en pruebas empíricas de las que se originan en la preferencia ideo- Mi propio tratamiento del desarrollo no sólo incluye Ia conciencia que tiene
lógica. el bebé de la continuidad de las personas a través de los entornos, que está
Resulta evidente que el deseo de una relación recíproca entre la ciencia implícita en el concepto de constancia perceptiva de Piaget, sino que iambién
y la políticasocial surge a raíz de la inclusión, en el modelo teórico del am- abarca su primer descubrimiento de las relaciones enre los hechos que se pro-
biente, de un nivel macrosistémico que implica unos patrones generalizados ducen en entornos diferentes. De este modo, el niño en desarrollo comiénza
de ideología y una estructura institucional que caracteriza a una determinada a reconocer la existencia y a desarrollar un sentido incipiente del mesosistema.
cultura ó subcultura. La política oficial es una parte del macrosistema que El reconocímiento de la posibilidad de las relaciones enre los entornos, iunto
' Objeto y porEpoctlva I 31
30 | Una orlentaclón ccológlca
Si bien algunas de las hipótesis propuestas son puramente deductivas, y
con la capacidad de comprender el lenguaje hablado y el escrito, le permiten
se derivan por lógica de los conceptos definidos y de las proposiciones expues-
cntender la existencia y la naturaleza de hechos que ocurfen en entofnos en
tas, la gran mayo;ía procede de la aplicación del marco teórico propuesto a las
los que aún no ha entiado por sl mismo, como la escuela, o en otros en los
investilaciones empíricas concretas. De este modo, no me he limitado de nin-
que ial vez no entfe nunca, como el lugar de trabajo de sus padres, un lugar
grrnu ,irn.r. a hacer una exposición teórica, Me he esforzado en toda la obra
en un pals extranjero, o el mundo fantástico de otra persona, tal como se
f,or traducir las ideas en términos operativos. En primer lugar, he tratado de
expresa en un cuento, una obra de teatro o una película. -hallar
estudios que ilustraran los puntos en cuestión, ya sea por demostración
Como destacó Piaget, el niño'también se vuelve capaz de crear e imaginar
un mundo propio que asimismo refleja su desarrollo psicológico. Además, una o, a f.alta de ésta, por omisión: indicando lo que podrían haber hecho los
perspectiva ecológica le confiere a su mundo fantástico tanto una estfuctura investigadores. En ság,rndo lugar, he utilizado investigaciones,que ya han sido
.ornó un. trayectoria evolutiva, porque el campo de la imaginación del niño publicáas o mencioñad"r, pri" demosttar cómo pueden explicarse los resul'
también se extiende a lo largo de un continuo, a partir del nivel micro-, hasta iados si se les aplican conceptos y proposiciones procedentes del marco teóri-
el meso-, el exo- e incluso el nivel macro-. co propuesto. En tercer lugar, donde no podían hallarse investigaciones ade-
El desarrollo del mundo fantástico del niño subestima el hecho de que ..,uirr, he inventado estudi,os hipotéticos que, a mi entender, nunca han sido
sus percepciones y actividades incipientes no son un mero reflejo de lo que ve, llevadás a cabo, pero gue pueden realizarse. Las investigaciones mencionadas
sino que ii.n.tt un aspecto activo y creativo. Para usar la expresión adecuada han sido extraídas de diversas disciplinas y reflejan una variedad de orienta-
de Piáget, el mundo fenomenológico en desarrollo del niño es verdaderamente ciones teóricas. Además, he intentádo escoger investigaciones efectuadas en
una <;onstrucción de la realidad>, más que una mera representación. Como distintos entornos o relacionadas con ellos (como hogares, hospitales, guar-
señalan tanto Lewin como Piaget, el niño al principio confunde las carac' derías, preescolares, escuelas, campamentos, instituciones, oficinas, fábricas),
terísticas subjetivas y objetivas del ambiente, y por lo tanto puede experi- contrastando contextos sociales más amplios (clases sociales, gfupos étnicos
mentar frustración, o incluso un daño" físico, al intentar lo que físicamente y religiosos, y sociedades en general) y diferentes edades, desde la primera
es imposible. Pero poco a poco se vuelve capaz de adaptar su imaginación a infancia, a lo largo de toda la vida, Lamentablemente, estos intentos por
las limitaciones de la realidad objetiva, y hasta de reformar su ambiente para lograr una cierta repfesentatividad a tfavés de todo el espectro de la ecología
que sea más compatible con sus capacidades, sus necesidades y sus deseos. y ia edad, sólo alcanzaron un éxito parcial. En la medida en que existen, las
Ésta capacidad creciente pafa remodelar la realidad de acuerdo con los requi- inu.rtig..lorres sobre el desarrollo que tienen una orientación ecológica, reali-
sitos y aspiraciones humános representa, desde una perspectiva ecológica, la zadas en entornos reales, han sido llevadas a cabo, en su mayoría, con bebés
máxima expresión del desarrollo. y preescolares estudiados en el hogar o en la guardeúa. Hay pocos diseños
En función del método de la investigación, la construcción de la realidad de investigación aceptables, que se refieran a niños en edad escolar, a adoles-
que va haciendo el niño no puede observarse directamente; sólo puede dedu' centes o a adultos, observados en entornos extrafamiliares'
cirse de los patrones de actividad, tal como se expresan tanto en la conducta
verbal como en la no verbal, en especial en las actividades, roles y relaciones Con estas metas, reconozco que el volumen tiene un amplio alcance. Pero
en los que la pefsona interviene. Estos tres factores también constituyen lo no lo incluye todo. No se ha intentado tratar el tema estándar de la psicología
que se conoce como los eleffientos del microsistema. del desarrollo, es decir, describir la evolución de los procesos cognitivos' €mo-
En resumen, este volumen representa un intento de integración teórica. cionales y ,o.iul., durante el cutso de la vida. Tampoco se le presta especial
Quiere proporcionar un esquema conceptual unificado pero muy diferenciado, atención a una segunda gran preocupación de la investigación contempotánea
par. dercriLir e interrelacionar estructuras y procesos' tanto en- el ambiente sobre el desarrollo: los mecanismos de socializaciín, como el refuerzo y la
inmediato como en el más remoto, que va dando forma al curso del desarrollo imitación. Las omisiones no reflejan una falta de interés en estos temas. Por
humano durante toda la vida. Se considera que este esfuerzo de integración el contrario, este ffabaio está motivado por mi convicción de que, para seguir
constituye el primer paso necesario para el estudio sistemático del desarrollo avanzando en la comprensión científica de los procesos básicos intrapslquicos
humano en su contexto humano.
e interpersonales del desarrollo humano, hay que investigarlos en los ambien'
A lo largo de todo el volumen se presentan ideas teóricas en forma de de6- tes reaies, tanto inmediatos como temotos, en los que viven los seres humanos'
niciones de conceptos básicos, proposiciones que, de hecho, constituyen los
Esta tarea exige la construcción de un esquema teórico que permita la des'
axiomas de la teoría, e hipótesis que presuponen procesos y relaciones que sistemáticos de estos contextos, sus interconexiones y los
*if.iOn y .l
están suietos a la investigación empírica. "iáliri,
32 | Una orlcntaclón ccológlca ' Obleto y pcrrpcctlva I 33

procesos a través de los cuales estas estructuras y vinculaciones pueden tivos de un modelo ecológico para el estudio del desarrollo humano. Muchos
afectar
el curso del desar¡ollo, tanto directa como indiréctamente. de los trabajos mencionados tend¡án virtudes o defectos convencionales que
- Por_ lo tanto, he evitado la organización convencional de los temas del
desarrollo, tanto en función de niviles de edad sucesivos (como Ia primera
merecerían un comentario en un tratamiento más amplio, pero que no afectan
n las cuestiones ecológicas que estamos considerando.
infancia, la edad escolar y la adolescencia), como de pto..rot psicológicos Tal vez resulte todavía más desconcertante para el lector el hecho de que
clásicos- (la percepción, la motivación, el afrendizaje, .L¿r.t"l. por muchos de los estudios mencionados no cumplan, e incluso violen, los princi-
el con-
trario, las secciones y los capítulos de esñ übro iefleian el marco teórico pios que se establecen en este volumen, hasta la misma proposición que se
propuesto para una ecologla del desarrollo humano. Después de supone que una investigación determinada debe ilustrar. Ese es el estado
definir los
conceptos básicos, los capltulos sucesivos se refieren a los elementos actual del campo. He intentado recoger los mejotes eiemplos que pude encon-
del mi-
crosistema (capítulos 3 al 5), al efecto combinado de estos elementos trar, pero la mayoría de ellos sólo son satisfactorios en parte. La investigación
según
su función en entornos específicos (capltulos 6 al g), y a las .rtro.t,rrm y-lm rigurosa del desarrollo humano, que utilice medidas con validez ecológica
operaciones de los sistemas de un orden más elevadá, en los niveles ranto en la parte independiente como en la dependiente de la ecuación del
exo- y macro- (capítulos 9 al tt). -.ro-,
desarrollo y gue, al mismo tiempo, preste atención a la influencia de los con-
- uno bien puede preguntarse de qué manera una ecología del desarrollo ¡extos sociales más grandes, sigue siendo la excepción, más que la regla. A lo
humano difiere de la psicología social, por una parte, y de-la sociolo gía o la sumo, se cumplen uno o dos criterios importantes, pero tras características
antropologla, por la otra. En general, la resp.reita .riá .n el punto cental siguen oponiéndose a otros requisitos ecológicos que tienen la misma impor-
de esta tarea, en el fenómeno del desarrollo drrtro de un coot'ex¡o. No sólo tancia. E[ esquema más típico es aquel en el cual se cumplen las condiciones
son bastante más amplias las tres ciencias sociales mencionadas, sino que, críticas por una parte de la hipótesis, pero no por la otra. Por ejemplo, una
además, ninguna se ocupa en primer lugar del fenómeno del desariollo. si
áes- investigación que se realice en un entorno real, con una descripción y un aná-
cribimos la ecología del desarrollo humano como lo hacen Ia psicologla social, lisis sistemáticos de las condiciones físicas y sociales correspondientes, puede
la sociología o la antropología del desarrollo humano, .rt".o, puJ"rrdo po, emplear las medidas cibtenidas, tales como un test de CI, una técnica proyec-
alto la importancia crucial que tienen para el desarroilo psicolóiico los fac- tiva o un procedimiento de laboratorio, cuyas posibilidades de aplicación en
tores biológicos, tales como las características flsicas y, en los ambientes de interés científico sean desconocidas. Por el contrario, en otro
farticulir, el impac-
to de las propensiones genéticas. Sin duda, esta obra no 1., hace justicia a estudio, las variables dependientes pueden estar basadas sólidamente en expe-
estas influencias biológicas, porque no puede hacérsela satisfactoriamente riencias v contextos de la vida diaria, mienffas que los factores independien-
hasta
que no se desarrolle un marco adecuado para analizar el aspecto ambiental tes se limitan a etiquetas difusas, dicotómicas y a menudo valorativas (clase
de
la ecuación, para que pueda especificarsá h interacción de las fuerzas bioló- media y clase rabajadora, negros y blancos, familia con uno solo de los padres
gicas y sociales. v familia intacta), sin proporcionar ninguna otra prueba contextual. El esque-
Por último, en el centro mismo de una orientación ecológica, y diferen- ma unilateral es tan frecuente, que llamar la atención sobre cada caso en que
ciándola bien de los enfoques actuales del estudio del desairolio h.r,'.no, se produce sería incómodo. Del mismo modo, en general sólo se identifican
está la preocupación por una acomodación progresiva entre un organismo los casos que se de los requisitos de un modelo ecológico, cuando
humano en desarrollo y,su ambiente inmediati, ^partan
7-1. .rn.." .n t.r. esta rela- se violan directamente los principios que se discuten.
ción-se pr_oduce por medio de las fuerzar qu. .-án"n de regioner'-á, ,.,'otu, En este sentido, resulta importante destacar que no es ni necesario ni posi-
en..el medio físico y social más grande. La ecología del dárrollo humano ble cumplir todos los criterios pan Ia investigación ecológica en una sola
se
halla en el punto de converge.tiia .nt.. las cieácias biológicas, psicológicas investigación. Si el investigador reconoce qué condiciones se cumplen y cuáles
y sociales, que influyen sobre la evolución del individuo .t'i" ró.i.ar¿. - no, puede obtenerse una información científica útil.
Otro inconveniente de los estudios mencionados también refleja el estado
El objetivo fundamental de las discusiones detalladas sobre las investi- actual de la investigación sobre el desarrollo. He adoptado la postura de que
gaciones empíricas no consiste en proporcionar un análisis exhaustivo de el desarrollo implica cambios perdurables que se ransmiten a otros lugares
un
estudio en particular, en función de su contenido o su método, ni en lograr en otros momentos. A falta de pruebas sobre esta transmisión, la alteración
una evaluación definitiva de la validez de las conclusiones y de su interf,re- que se observa en la conducta puede reflejar tan sólo una adaptación pasajera
tación. En la medida en- que se hagan estas evaluaciones, sirven para e*plicar a la situación inmediata. Para muchas de las ideas presentadas en este volu-
Ia posibilidad práctica, Ia utilidad científica y los posibíes resuliados ,úrtrn- men, ha sido imposible encontrar un ejemplo, en la literatura de investigación,
34 | Una orlcntaclón ccológlca

que cumpliera este importante criterio. La gran mayoría de los estudios en


el campo del desarrollo humano de hecho no investigan los cambios en una
2 Conceptos básicos
persona durante un tiempo considerable, porque es habitual que se apoyen
en evaluaciones breves, llevadas a cabo en un laboratorio o en una sala de
tests, y que rara vez se repiten más adelante. A cada uno Ie corresponde asu-
mir que los procesos que tuvieron lugar durante la corta sesión original ten-
drán un efecto duradero.
Por último, dos desautorizaciones que no se relacionan con las investiga-
ciones mencionadas en sí, sino con las hipótesis que se supone que han origi-
nado. En primer lugar, mi razonamiento puede parecer, en ocasiones, rebus-
cado. Reitero que sólo utilicé los mejores ejemplos que pude encontrar, con
la convicción de que un ejemplo que tuviera alguna relación, por más remota
que ésta fueta, con la realidad empírica, sería preferible a un caso hipotético.
En segundo lugar, la justificación de esta práctica es el objetivo que se
intenta dar a las hipótesis en este volumen, ya que no se ofrecen como pro-
posiciones definitivas. La probabilidad de que se las valíde de la forma en Afirmar que el desarrollo humano es producto de la interacción del orga-
que se exponen es, a mi juicio, bastante remota. La función de las hipótesis nismo humano en desarrollo con su ambiente, es casi un lugar común en las
propuestas es esencialmente heurística: identificar cuestiones, ámbitos y posi- ciencias de la conducta. Es una proposición que les resultaría familiar a todos
bilidades que se consideren dignos de ser explorados. los estudiosos de la conducta, que ninguno discutiría, y que pocos considera-
He escrito este libro con el objeto de contribuir al descubrimiento teórico rían en cierto modo notable, en modo alguno revolucionaria, por sus impli-
y empírico. Habré logrado mi objetivo, no si se comprueba que las ideas caciones científicas. Yo soy uno de esos pocos. Esta añrmación me parece
presentadas son correctas precisamente, lo que el caso
es improbable, sino en notable debido al sorprendente contraste entre la importancia bilateral univer-
de que su investigación ofrezca una perspectiva nueva y reveladora paa la salmente admitida que implica y la puesta en práctica evidentemente unila-
comprensión científica de las fuerzas que dan forma al desarrollo de los seres teral que este principio ha recibido en el desarrollo de la teoría científica y
humanos en el ambiente en el que viven. el trabajo empírico.
Para concretar, el principio afirma que la conducta surge en función del
intercambio de la persona con el ambiente, que se expresa simbólicamente
en la ecuación clásica de Kurt Lewin: C : f(PA) (Lrvru, 1935, pág. 73).
Por lo tanto, podría esperarse que la psicología, definida como la ciencia
de la conducta, les diera una importancia si no igual, al menos sustancial, a
los dos elementos situados en la parte independiente de la ecuación, que
investigara a la persona y al ambiente, prestando especial atención a su inter-
acción. Lo que hallamos en la práctica, sin embargo, es una marcada asimetría,
una hipertrofia de la teoría y la investigación, relacionada con las propiedades
de la persona, y bólo la concepción y la camcterización más rudimentaria del
ambiente en el que se encuenffa.
Para apreciar el conttaste, no hay más que examinar los textos básicos,
los libros de lecturas, los manuales y los periódicos de investigación, en la
psicología en general, y en la psicología del desarrollo en particular. Si se leen
atentamente estos materiales, se descubrirán de inmediato innumerables con-
ceptos y datos referidos a las cualidades de la persona. El investigador cuenta
con un rico despliegue de tipologías de la personalidad, etapas del desarrollo,
y constructos disposicionales, cada uno con sus correspondientes técnicas de

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