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Fran. Calvo Serraller el salón.

Argumenta que el término Salón está vinculado a de exhibición pública del arte
El término “Salón”, durante el siglo XX fue una palabra clave del mundo artístico:

Procede de los años 1699-1737 en el Salón Carré, del Palacio del Louvre en donde se
comenzaron a organizar exposiciones públicas de arte de manera regular.
El término Salón está asociado a la idea de la exhibición pública del arte.
Revolucionarios ideales burgueses son los que han promocionado la difusión democrática de
los valores culturales y su distribución material a través del mercado libre.

los términos “salon” y “exposición” son complementarios de los de público consumo


anonimo, mercado.

Arte como valor autónomo que se produce en Europa occidental hacia el siglo XV, en el
renacimiento;
La sociedad del antiguo régimen en estamentos impedía el desarrollo del público.
El consumo del arte se circunscribe a una minoría, una demanda del arte muy escasa y
generalmente de perfil aristocrático que respondía a un patrón cortesano.
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Más que adquirir una obra de arte, compraba al artista, el cual se integraba como un siervo
cualificado más dentro del aparato de una corte y solía orientar su producción
según las directrices, ideológicas y estéticas, del que fuera su patrón.

Esta situación se mantuvo hasta la revolución francesa, que fue cuando la burguesía se hizo
políticamente hegemónica e impuso sus nuevos ideales sociales y económicos; no obstante, el
sistema capitalista y esa clase burguesa, surgida a la sombra de este, tuvieron un crecimiento
ascendente desde la baja edad media.

Muchos de los usos y costumbres de todos los órdenes sociales de nuestra época comenzaron
a perfilarse desde entonces.

Antecedentes históricos de los salones del siglo XVIII:

-El sistema de las academias de arte, que comenzaron a extenderse a lo largo del siglo XVI.
Concretamente el modelo francés de la academia centralizada, un forma administrativa de
control burocrático del Estado absoluto, que ejercía el poder de una manera piramidal y
rígidamente centralizada.

Otro antecedente más difuso y remoto: el arte religioso que se ubicaba en las iglesias y otros
lugares de culto público o el de las almonedas, ferias y todo tipo de establecimientos donde,
de alguna manera, se traficaba con objetos artísticos.
Comercio artístico en el siglo XVII, relevante desarrollo a la par del sistema tradicional de
patrocinio artístico.

Mercado romano muy capaz de absorber una importante mano de obra extranjera los
franceses Poussin y Lorena.
El mismo caso de Francia a fines del siglo XVII, donde los entonces aficionados, por lo
general ricos burgueses que en su ascensión social adoptaron la aristocrática costumbre de
poseer colecciones artísticas, asaltaron la Academia estatal y se hicieron con su control, lo
cual significó que también impusieran su gusto.

El patrocinio eclesiastico siguió otros rumbos, tras la Contrarreforma en alguna medida la


Iglesia Católica se hizo consciente de la importancia capital que tenía la influencia y el
control de las masas, no solo multiplicas el culo de las imágenes sino que, a través de ello,
alentó indirectamente el desarrollo simultáneo de unos cada vez más amplios gusto y afición
artísticos.

Se explica de esta forma también que desde el siglo XVII, los tradicionales viajes de
peregrinación comenzarán a tener un tinte de “turismo cultural”

Estos antecedentes sirven no sólo para comprender la complejidad de un proceso histórico,


sino, en consecuencia, los muy diversos matices y la rica casuística a través de la que se
articula a partir prácticamente del siglo XV.

El fenómeno del consumo público de arte no adquiere rango de universalidad hasta nuestra
época.

Considerar la directa filiación histórica del Salón que se organizó en París durante el siglo
XVIII y que después se proyectó como modelo internacionalmente.
Es preciso remontarse al origen de la institución académica, que es un invento italiano del
siglo XVI, aunque con unos antecedentes legendarios en la florencia de los médicis, en el
siglo XV.

Círculo neoplatónico de Florencia del siglo XV, con Marsilio Ficino: resucitó el modelo
académico del mítico filósofo griego.

Las principales ciudades italianas del siglo XVI - Florencia, Roma, y Venecia- ya contaban
con sus correspondientes academias de arte, todas bajo la advocación de San Lucas
Su razón de ser era doble: Ser la alternativa histórica a los tradicionales gremios artesanles
Desarrollar en plenitud el nuevo modelo de artista como humanista, que entonces comportaba
ser simultáneamente un científico y un letrado.

Estas academias se constituyeron en lugares para el debate teórico y el establecimiento de


modelos ideales.
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En la Europa del siglo XVII, muchas ciudades comenzaron a imitar el modelo academico
italiano.

El país que revolucionó el destino de las mismas fue Francia, cuyo primer modelo academico
tuvo lugar en fechas tardías, la Academia de San Lucas, de París, creada en 1648
pero a partir de la inspiracion politica del ministro de luis xiv, Colbert, y de Lebrun, se
refundo en 1663.

El reglamento de esta nueva Academia Real, era entre otras cosas que los artistas debían
reunirse en una asamblea general el primer sábado de julio, y deben aportar algún fragmento
de su obra que sirviese para decorar el lugar de la academia durante unos días.

Explicación de la relevancia estratégica que adquirieron las exposiciones públicas y su


ubicación en lugares emblemáticos:
La trascendencia del modelo estatalizado de la Academia Real francesa se debió no solo a su
poder centralizador, sino a que, por primera vez, se emprende una campaña de cohesión del
gusto nacional, con el objetivo de crear el gusto francés, o gran gusto, que implicaba unos
muy determinados ideal artísticos, pero también un uso consciente y sistemático del arte
como propaganda del poder político.

Con la academia real Francesa el arte había dejado de ser un asunto privado para convertirse
en algo de capital proyección pública, siendo el Salon su principal caja de resonancia.

El salón se había convertido en un acontecimiento cultural de primer orden ya en la segunda


mitad del siglo XVIII;
La gran cantidad de público que asistía no estaba restringida a una minoría social de
poderosos y aficionados, sino que abarcaba a todas las capas sociales.

Los artistas alcanzaron unos niveles de popularidad o de marginación antes impensables: se


crearon nuevas profesiones, como la de crítico de arte, o nuevas instituciones, como los
museos públicos, y lo artístico se convirtió en un elemento de obligada referencia social .

Mezcla social: composición del público asistente que a su vez va a constituir el naciente
gusto social como instancia crítica definitiva para el arte.
De hecho, a partir de este momento la fortuna crítica de una obra de arte o de un artista dejó
de depender de una minoría de patrocinadores o de académicos para hacerlo directamente del
gusto público-opinión pública.

Resultados hasta en el lenguaje: Éxito del artista corresponde a la salida del anonimato.
Explican el sentido publicitario del arte contemporáneo haciendo alusión con ello a la
necesaria conquista del público.

Uno de los primeros conflictos derivados del Salón fue el que enfrento el criterio academico
tradicional con el gusto público, representado por los criticos de arte, que se caracterizaron
por tratar de la actualidad y por hacerlo a través de los órganos creados entonces para tratar
de ella, las publicaciones periódicas.

A través de este conflicto se manifestó una polémica estética fundamental: la de la crisis del
clasicismo, además de la crisis política que sustituye el criterio institucional, la del dogmático
gusto oficial, académico, por ese otro nuevo gusto social, basado en la aleatoria opinión de
actualidad o moda y por la presión material ya determinante del mercado, que no es sino el
eufemismo del consumo anonimo.

Criterios de selección que funcionaba el Salón:

El jurado estaba compuesto por los llamados oficiales en ejercicio de la Academia, que eran
los antiguos directores y sus adjuntos en la especialidad.
Este jurado se reunía y tenía la facultad de rechazar las obras presentadas por estimarlas de
poca calidad o simplemente inadecuadas.

Insatisfacción de las decisiones del jurado a la par de algunas condiciones que que limitaron
el crecimiento del censo de artistas

La consolidación del prestigio social del artista, cuya reivindicación intelectual había
comenzado desde el renacimiento, pero cuya mitificación heroica es un fenómeno que
coincide con el nacimiento y desarrollo de la sociedad contemporánea, desde la segunda
mitad del siglo XVIII en adelante.
La progresiva implantación de la educación universal obligatoria, que es una tarea que se
emprende tras la Revolución Francesa, así como el desarrollo por parte del Estado de una
política de permanente difusión social de la cultura, entre cuyos ejes artísticos hay que contar,
además de las exposiciones temporales del Salón, la creación de los museos públicos
La acción cada vez más poderosa de los medios de masas, revistas y diarios; y por último la
existencia de un mercado libre.

La esencia de la doctrina artística del clasicismo se basa en principios inteportales que sus
obras aspiraban a una vigencia asimismo sin caducidad, mientras que la modernizacion del
arte supuso primar como factor estético el cambio, la novedad o en definitiva la moda,
termino a partir del cual se construye el de moderno, que significa que lo hecho al modo de
hoy o lo actual.

La primera revuelta puramente estética fue la de los primeros artistas neoclásicos, de


orientación historicista, como el pintor David.

Desde que el Salón cobró importancia social, hacia mediados del siglo XVIII, comienzan las
polémicas al amparo de su dimensión pública y publicitaria, esta última gracias a la nueva
crítica de arte en las publicaciones periódicas, pero hay que esperar hasta la antes mencionada
irrupción de David, por la década de 1780.
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Según el texto de Balzac, trata la situación del salón de 1830 y las consecuencias qeu se
derivan de una política artística de libertad indiscriminada.

Hasta 1817 los cuadros admitidos no pasaban de las dos columnas primeras de la larga
galería donde figuran las obras de los viejo maestros, y este año llenaron todo el espacio,.
Según se ha ido aumentando el numero de artistas, debia el jurado de admision haberse
mostrado mas exigente. Pero todo se perdio desde que el Salón se prolongó en la galeria.
El salon debia de haber quedado como un lugar determinado, restringido, de dimensiones
inflexibles, en el que cada genero hubiese expuesto sus obras maestras.

En vez de una exposición gloriosa, un bazar bullicioso y en vez de una seleccion, teneís la
totalidad.
Sale perdiendo el gran artista, mientras que ahora cualquiera puede enviar sus lienzos, no se
habla de otra cosa que de artistas incomprendidos. Allí donde no hay juicio, no hay tampoco
cosa juzgada. Por más que hagan los artistas, siempre volverán a ese examen que recomienda
sus obras a la admiración del público para el cual trabajan. Sin la selección de la academia,
no habrá ya Salón: y sin salón, está expuesto el arte a perecer.

La dicotomía que va a acompañar al artista en nuestra época: sin discriminacion crítica, no


hay arte, pero, con ella se conculca el principio de la libertad.
El arte ha de relacionarse con la libertad en el mundo contemporáneo, porque, como se
encargaron los teóricos contemporáneos, este tenía como su principal fundamento y objetivo
la libertad, que sustituye el tradicional principio normativo de la belleza.

Pero si el debate teórico se basa en si el principio de la libertad, ademas de cabar con el arte
clásico, puede llegar a hacerlo con toda forma histórica conocida de arte; el debate practico,
enfrento a estado con la sociedad, o a la voluntad política reguladora del poder publico con la
libertad indiscriminada del mercado.

En primer lugar la situación del salón tras la revolución de 1830, es que la reforma preparada
por el ministerio del Interior del nuevo gobierno optó por confiar a los miembros del instituto,
el organismo que reemplazó a la Academia en sus funciones, la labor de ejercer como jurado
y que desempeñó este poder de una forma arbitraria.

Tras la caída de la monarquía de Luis Felipe, se forma un gobierno provisional republicando,


que decidió entonces adoptar la fórmula de la creación de un jurado por elección, que
prácticamente no se atrevió a rechazar ninguna obra. Fue un escandolo no solo por el hecho
mismo del número de obras admitidas, que implicaba dar todo lo presentado por bueno, sino
porque la instalación resultó agobiante y ridícula.
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La instalación de las obras, los cuadros se colgaban sin que se respetase ningun criterio de
género, tema o tamaño, se hacía en salas de altas paredes.
De esta manera la ansiedad del artista que se presentaba para ser admitido, debia cuanto
menos superar tres obstáculos: en primer lugar ser aceptado, pero inmediatamente despues
que la obra estuviera situada en un lugar visible y no en demasiada mala compañía, y por
último tener que esperar como era tratada por decisivamente influyente crítica de arte y por el
público visitante.

Teniendo en cuenta que el único mercado para acceder era el de los salones, el estado de
ansiedad de los artistas se comprende.

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El segundo imperio de Napoleon III introdujo dos novedades en la historia del Salon.
1: convocar exposición internacional, cuyo propagandístico objeto era mostrar la grandeza
artística de Francia en comparación con el resto de las naciones occidentales.
Se convertirán en el foro artístico beligerante de un mercado mundial.
2: Creación del Salón de los Rechazados, mediante la cual se pretendía eludir o atenuar el
problema de las polémicas respecto a los excluidos en el Salón OFICIAL.
El primer salón es en 1863.

En la década siguiente los impresionistas comenzaron a organizar sus exposiciones


independientes de grupo, preludio/precedente de las posteriores estrategias de los
movimientos de vanguardia del siglo XX y de la disgregación general del SALON, sustituido
por las más variadas formas de exposiciones oficiales y privadas, y sobre todo en la difusión
de los actuales sistemas de galerías, que combinan exposición y venta, o que convierten la
idea de la exposición en un simple escaparate comercial.
Y eso era lo que había dotado de sentido al salón desde su creación histórica como institución
abierta al público, término este que como se apuntó al principio, no es sino el eufemismo que
nombra el consumo anonimo

Fechas simbólicas de la disolución del Salón fueron las de 1863, que es la del salón de los
rechazados. la de 1874 la de la primera muestra de los impresionistas y por último la de 1884
que es la de la creación del llamado primer salón de los independientes, a partir de la cual la
única exposición oficial existente estalló en mil pedazos, a favor del sólido sistema de
galerías privadas.

Para concluir con esta historia del Salón, que no es sino la de la nueva dimensión pública que
caracteriza a la historia del arte contemporáneo, solo resta indicar que el modelo francés fue
seguido por las demás naciones, así como resaltar que casi todas las fórmulas en el
controvertido Salón oficial francés adelantan, en el fondo y en la forma, lo acaecido al
respecto en nuestro siglo.
No se han producido innovaciones que modifiquen el panorama y los problemas que se
vivieron antes de la supresión del salón oficial, que no son sino el resultado de una práctica
artística cuya producción y circulación giran entorno a la realidad basamental del mercado,
un mercado que necesita de escaparates o exposiciones para sobrevivir.
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