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Scott Mainwaring & Aníbal Pérez-Liñán

Latin American Democratization since 1978: Democratic Transitions, Breakdowns,


and Erosions
Características generales del proceso de democratización desde 1978

 La democracia es un sistema donde el gobierno es electo en elecciones libres y


justas, existen buenas protecciones para las libertades civiles, el electorado incluye a
la mayoría de la población adulta y no existe invasión militar a los poderes electos.

 Los autores sugieren que los actores internacionales son casi impotentes para
mejorar la calidad de la democracia y que el escaso crecimiento económico ha
limitado las transformaciones estructurales favorables para la democracia.

 El desempeño económico, social y de seguridad de la mayoría de los gobiernos


democráticos y semidemocráticos de América Latina ha sido deficiente, reforzando
los problemas de legitimidad democrática y allanando el camino hacia presidentes
antipartidistas.

 La primera ola 1828-1926 tiene muy poca influencia en América Latina, pues sólo
toma a Argentina, Chile, Uruguay y, en cierta medida, a Costa Rica.

 La segunda ola se da entre 1943 y 1962. Fue seguida por quince años de regresión
autoritaria y estancamiento democrático.

 En la tercera ola de democracia, que va de 1978 a 1992, se observan dos fenómenos


interesantes que explican los niveles nunca antes vistos de democratización. El
primero es que la probabilidad de transiciones hacia la democracia en la región
aumentó. El segundo es que la durabilidad de los regímenes democráticos y
semidemocráticos también aumentó.

 El hallazgo más fuerte del análisis cuantitativo es que un entorno regional más
favorable a la democracia fue un factor clave. Los factores internacionales solo
ocasionalmente son la fuerza impulsora detrás de una transición a la democracia,
pero pueden alterar significativamente las probabilidades a favor o en contra de
ellas.

 El nivel de desarrollo y el tamaño de la fuerza laboral en la industria no se


relacionaron significativamente con la probabilidad de una transición democrática
entre 1946 y 1999 en América Latina. Esto es consistente con la afirmación de
Przeworski et al. de que el nivel de desarrollo no explica el surgimiento de las
democracias.
 Entre los indicadores de desempeño, solo el crecimiento a mediano plazo (es decir,
hasta diez años) se relacionó con las transiciones democráticas; cuanto menor sea el
desempeño de un régimen autoritario, mayor será la probabilidad de una transición
democrática.

 Los sistemas multipartidistas y los regímenes democráticos son más propensos al


colapso que los regímenes de partidos efectivos y la democracia en toda regla.

 La polarización aumenta significativamente la probabilidad del colapso


democrático. Las semidemocracias tendían a sobrevivir por períodos más cortos que
los regímenes plenamente democráticos, y la fuerte polarización del sistema de
partidos promovió la desaparición del gobierno democrático.

 Sorprendentemente, los países más desarrollados son un poco más vulnerables al


colapso, pero las democracias con mejores desempeños económicos, a nivel
crecimiento, a mediano plazo, tienen menos posibilidades de colapsar.

 Las democracias fueron más capaces de resistir los sistemas de partidos polarizados
después de 1978. Tenían más probabilidades de sobrevivir con el multipartidismo.
Finalmente, y sobre todo, pudieron sobrevivir mejor a pesar de un historial
económico mucho peor después de 1978.

 Las tendencias e influencias políticas regionales han sido importantes en las oleadas
de transformaciones del régimen.

 En primer lugar se aborda el contexto ideológico internacional. Los actores se


desenvuelven en un mundo de fronteras permeables donde la información circula
por distintos medios. El contexto ideológico posterior a la guerra fría fue favorable
para las democracias.

 En segundo lugar, se aborda el rol de la Iglesia Católica como actor internacional.


Antes de los 70’ fue un apoyo para las dictaduras. Desde la década de los 70, bajo la
influencia del Concilio Vaticano II, la Iglesia ha apoyado la democratización.

 En tercer lugar, los autores se concentran en la política externa de actores como


Estados Unidos, quienes pueden afectar la posibilidad de golpes de Estado o
transiciones a la democracia de varias formas. Actores como Estados Unidos o la
OEA han aumentado el costo de un régimen autoritario estableciendo sanciones y
restricciones económicas.

 En cuarto lugar, se registra una disminución de la polarización política. Los altos


niveles de polarización política y el intenso conflicto político en las décadas de
1960 y 1970 desencadenaron la mayoría de las rupturas democráticas durante este
período.

 En quinto lugar, se produce un cambio de actitudes respecto a la democracia. Nunca


había existido tanto consenso en las élites, tanto de izquierda como de derecha, de
su valor. Las experiencias dictatoriales fortalecieron el compromiso de los actores
políticos con la democracia.

 Sin embargo, desde 1992 la ola de democratización se detuvo. América Latina se


caracteriza desde entonces por la fragilidad de los gobiernos electos, la incapacidad
de los militares para asumir el mando, la protesta popular como fuerza impulsora de
la desaparición de los presidentes electos y el rol clave de las legislaturas como
escenario institucional para proporcionar soluciones a corto plazo para las crisis
políticas.

 Un primer factor para el impasse democrático es la incapacidad de los actores


internacionales para impulsa la democratización en regímenes semidemocráticos.

 Un segundo factor es que el escaso crecimiento económico ha limitado las


transformaciones estructurales que hubiesen sido auspiciosas para las democracias.

 Un tercer factor que ha contribuido al estancamiento de la democratización es que,


desde principios de la década de 1980, la mayoría de los gobiernos democráticos y
semidemocráticos han gobernado mal.

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