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Transiciones a la democracia en países de América: República

Dominicana, Uruguay y Brasil

Raquel Russo Martínez


(Universidad de Murcia)

Abstract
El objetivo de este trabajo es exponer y explicar el proceso de transición de
regímenes autoritarios a la consolidación de regímenes democráticos en varios países del
continente americano, concretamente: República Dominicana tras el gobierno de Joaquín
Balaguer, en Uruguay con la presidencia de Julio María Sanguinetti, quien da paso a la
transición, y en Brasil con el presidente Geisel. Se analizarán en particular cada uno de los
casos y se argumentará sobre si en esos países se consiguió alcanzar realmente una
democracia plena, así mismo se procederá a comparar elementos intentando comprobar
que, en efecto, la transición en Uruguay fue una transición vía transacción, la de Brasil
contiene varios elementos de dos modelos, el de transición vía transacción y el de
transición mediante poder compartido; y la de la República Dominicana fue una transición
impulsada desde un gobierno civil autoritario. Se discutirán sobre cuáles factores y
elementos facilitaron la transición en cada país y se sostiene el argumento de que todas
estas transiciones fueron completadas exitosamente.

Resumen del tema principal


Durante y después de la época de los 1960, América entra en un período de
transformaciones políticas y sociales y cambios en sus estructuras, se producen varias olas
de aperturas políticas a lo largo de todo el continente. Una transición es entendida como un
cambio de régimen, implica todo intervalo temporal que se extiende entre un régimen y
otro. Según los criterios de Linz y Stepan, una transición es completada cuando se cumplen
4 condiciones:
1) Debe de haber acceso al poder por unas elecciones libres que tengan como resultado
un gobierno democrático o constitucional.
2) El gobierno elegido debe poder tener capacidad soberana para generar nuevas
políticas, sin que otras instituciones influyan.
3) No deben de estar permitidas las prerrogativas o vetos; los poderes ejecutivo,
legislativo y judicial deben ser soberanos para tomar decisiones, no compartir el
poder de iure con otros cuerpos y son soberanos para tomar decisiones.
4) No debe darse autoritarismo electoral, tiene que haber respeto por parte del
gobierno a los derechos y libertades civiles de la oposición y de las minorías.

La transición democrática producida en República Dominicana en 1978 se


considera la detonante de esas olas de apertura aunque Brasil haya “iniciado” su proceso de
transición en 1974; Uruguay inicia su proceso de transición en 1980 con la victoria de la
oposición en un plebiscito convocado por los propios militares.

Revisión de la bibliografía
Existe polémica a la hora de estudiar los casos de las transiciones a la democracia
en ciertos países del continente americano, hay autores que consideran que en muchos de
estos países no se logró verdaderamente la transición a la democracia y que muchos otros
no se han analizado propiamente ni se le ha prestado atención al proceso, como el de
República Dominicana. Para propósitos de este trabajo, Juan Linz y Alfred Stepan (1996)
definen operativamente el proceso de transición y distinguen cuatro arenas o ámbitos
fundamentales en las que se desarrolla el proceso de democratización y cuya interacción es
clave para este último. Rosario Espinal (2004), en una conferencia sobre transiciones
democráticas, resalta que “la República Dominicana registra la democracia más antigua de
la última ola de aperturas democráticas en la región” y desarrolla un análisis en profundidad
del caso. Jaqueline Jiménez Polanco (1994) analiza la transición política en República
Dominicana. Daniel J. Corbo (2007) realiza un trabajo con el propósito de estudiar el
proceso de transición a la democracia en Uruguay en el período 1980-1989 y hace un
análisis comparativo con otros países del continente. Donald Share y Scott Mainwaring
(1986), en una artículo de la revista Estudios Políticos, explican los diferentes tipos de
transiciones como la transición por desmoronamiento o colapso, la transición vía
autoexclusión y la transición vía transacción; hacen hincapié en el caso de Brasil. José
Rilla (1997) hace un estudio de caso de la transición y democracia plebiscitaria en
Uruguay. Marcos Novaro (2015) analiza la transición en Uruguay y su legado.

Estudio de caso: República Dominicana


Luego de la caía del dictador Trujillo en el año 1961 y, a pesar de la inestabilidad
política a la que se enfrentó el país desde el inicio de la década de los 60, la República
Dominicana no experimentó otra dictadura militar, no obstante, si se mantuvo los ideales de
un régimen autoritario bajo el mando de Joaquín Balaguer con los reconocidos “12 años de
Balaguer” de 1966 a 1978.
Balaguer entra en el poder mediante elecciones fraudulentas puesto que su llegada
no fue más que un resultado de la legitimación de los Estados Unidos a un proceso electoral
donde los militares ejercían presión sobre la oposición.1 Su mandato estuvo caracterizado
por el uso de la represión política contra la izquierda y otros grupos disidentes (oposición)
como forma de controlar a la sociedad, clientelismo, austeridad salarial, personalización del
poder y subordinación del poder judicial al poder ejecutivo y concentración de la toma de
decisiones políticas en el Presidente del Gobierno. Estos elementos son claramente visibles
entre 1966 y 1975; la reelección fraudulenta de Balaguer en 1974 provocó una reacción de
rechazo en los sectores importantes de la población, que se puso de manifiesto en la
abstención del 44,5% de los electores frente al llamado hecho por la oposición encabezada
por el PRD, factores que favorecieron la aplicación de medidas de apertura que
promovieron la desradicalización política del régimen en su último período (1974-1978). A
partir de 1976, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) cuyo líder era Antonio
Guzmán, principal opositor de Balaguer, acentuó su política de vinculación con la

1
Jacqueline Jiménez (1994): La transición política en la República Dominicana: del autoritarismo de nuevo tipo a la
democracia formal
socialdemocracia europea y experimentó un proceso de desradicalización, presentándose
como una opción posible de poder a nivel electoral.2
Factores externos tanto como internos impidieron la realización de un golpe militar
que impusiera a Balaguer al margen de la voluntad popular en 1978. Por una parte, estaba
la presión norteamericana y de la Internacional Socialista y, por otra, la movilización social
y las manifestaciones de sectores empresariales en señal de apoyo al gobierno del
presidente electo, Antonio Guzmán.
En este contexto se inicia la transición controlada hacia la democracia, cuya
fragilidad estuvo en mayor medida condicionada por la negociación entre las partes en
conflicto y por la acomodación en el nuevo régimen de las fuerzas que habían sido
sustituidas.3
Al triunfo del PRD no siguió, sin embargo, un camino de rosas. El Partido
Reformista de Balaguer continuó dominando el Senado, desde donde pudo bloquear la
mayoría de las propuestas reformistas del nuevo gobierno. Las discrepancias en el seno del
partido vencedor empañaron su labor y, aunque repitió triunfo en 1982, el estallido de la
deuda externa terminó de alejar definitivamente sus promesas de cambio, por lo que en
1986 Balaguer volvería al poder.4
Los elementos facilitadores de la transición democrática fueron: la permanencia de
la estructura formal del Estado puesto que Balaguer no clausuró ninguno de los poderes
públicos, la tolerancia de la oposición política menos radicalizada, la política económica de
incentivos al desarrollo del empresariado privado (lo cual facilitó no sólo el desarrollo de
una nueva clase empresarial, sino también la expansión de las capas medias), la
subordinación del poder militar al poder civil de Balaguer; y las condiciones
internacionales, particularmente, la mayor presencia de la social democracia en América
Latina y los inicios de una política de apoyo a los derechos humanos durante la
administración del Presidente Jimmy Carter de los Estados Unidos.5

2
Rosario Espinal (2004): La difícil construcción de la democracia: reflexiones sobre República Dominicana y Cuba
3
Jacqueline Jiménez (1994): La transición política en la República Dominicana: del autoritarismo de nuevo tipo a la
democracia formal
4
Guillermo Mira Delli-Zotti. Transiciones a la democracia y democratización en América Latina: un análisis desde la
historia del presente. XIV Encuentro de Latinoamericanistas Españoles : congreso internacional, Sep 2010, Santiago de
Compostela, España. pp.1456-1475. ffhalshs-00531195f
5
Jacqueline Jiménez (1994): La transición política en la República Dominicana: del autoritarismo de nuevo tipo a la
democracia formal
En las elecciones de 1990 se presentaron como candidatos de los tres partidos
mayoritarios: Balaguer, Peña Gómez y Bosch. Los candidatos más votados fueron Balaguer
(35%) y Bosch (33.8%). Balaguer logró la proclamación de su victoria sin que se produjera
una fuerte crisis política, a pesar de las grandes movilizaciones que por razones económicas
y sociales se habían producido entre 1988 y 1990. La confluencia de un ambiente de
reformas políticas, el desarrollo de organizaciones de la sociedad civil, y el financiamiento
internacional para la reforma y modernización institucional gubernamental y no
gubernamental que caracterizaron ese período, contribuyeron a crear expectativas de que en
1994 se realizarían en la elecciones competitivas y transparentes. A las elecciones de 1994
se presentaron de nuevo Balaguer, Peña Gómez y Bosch y Balaguer fue proclamado
ganador.
Un hecho importante que sucedió en este nuevo gobierno de Balaguer fue que se
firmó el Pacto por la Democracia, pacto que contempló una serie de reformas tales como la
prohibición de la reelección, la separación de las elecciones presidenciales de las
congresionales municipales, a dos años de diferencia, la doble vuelta si ningún candidato
obtenía más del 50 porciento de los votos y reformas al sistema judicial; y, además, fue un
pacto donde Balaguer decidió reducir su mandato de 4 a 2 años permitiendo la celebración
de elecciones en 1996.6 Estas decisiones crearon el ambiente de discusión sobre la
consolidación de la democracia que ya se venía formando en el país desde las aperturas en
1978 en el seno del gobierno civil autoritario de Balaguer.

Estudio de caso: Uruguay


Según Gillespie (1995): “la transición uruguaya es un caso crucial para los estudios
de política comparada puesto que fue el resultado de un empate entre el régimen y la
oposición”. Basado en las agrupaciones de O’Donnell de las transiciones a la democracia
en América Latina en dos categorías, las que fueron precedidas y acompañadas por
acuerdos entre los regímenes autoritarios en decadencia y las fuerzas democráticas, y en las
que esos acuerdos no están presentes, porque las fuerzas democráticas iniciaron una
revolución para derrotar al régimen autoritario o porque ese fracaso llevó al derrumbe del
gobierno. Dentro de la primera categoría se encuentra el caso de Uruguay.7
6
Rosario Espinal (2004): La difícil construcción de la democracia: reflexiones sobre República Dominicana y Cuba
7
Marcos Novaro (2015) Transición democrática y legados autoritarios en Argentina, Chile y Uruguay
Donald Share y Scott Mainwaring (1986) encasillan la transición uruguaya dentro
de lo que ellos denominan “transición vía autoexclusión”, caracterizada porque las élites
autoritarias ponen límites en cuanto a la forma y desarrollo del cambio político, pero son
menos capaces de controlar la transición más allá del momento de las primeras elecciones.8
Para el caso uruguayo se fija como inicio de la primera etapa de la transición el año
1980, etapa denominada “dictadura transicional”, que corre entre los años 1980 y 1984. El
proceso de apertura se sitúa a partir del plebiscito llevado a cabo en 1980, el cual se realiza
a iniciativa de las Fuerzas Armadas; las mismas evaluaron que se encontraban enmarcadas
en un contexto internacional no del todo adverso, en un contexto regional favorable y en un
contexto económico coyuntural también favorable, de forma tal que supusieron posible
legalizar su situación a través de elecciones. El plebiscito llegó a su fin con una gran
mayoría de votantes partidarios de un no a la legalidad de lo actuado por la dictadura
militar, y precipitó la transición de forma tal que le resultó imprescindible tener que
empezar a dialogar y negociar con los partidos políticos la forma y las condiciones de
salida hacia una democracia constitucional.9
Hacia junio de 1981 comenzaron, a propuesta de los militares, los diálogos entre los
diversos representantes de los partidos políticos de Uruguay. La importancia decisiva de
esta instancia radica en que del resultado de dichas negociaciones dependerían las
dificultades, la el triunfo o derrumbe del futuro gobierno democrático y la autonomía con la
que el sistema político actuaría respecto al anterior gobierno. Las estrategias partidarias
presentes en las negociaciones estuvieron fuertemente marcadas por el cálculo de
beneficios y costos que dicha posición le traería a cada partido en función de las elecciones
nacionales. Las Fuerzas Armadas llegan a las negociaciones desprestigiadas pero a la vez
con fuerza, sin fracturas significativas10, lo que les va a permitir mantenerse como un actor
político decisivo, característica evidente de la transición vía transacción, donde la élite
militar va disminuyendo su poder pero conservan la capacidad de marcar las acciones
dentro del proceso político.
Entre lo acordado en el pacto se destaca el llamado a elecciones en noviembre

8
Donald Share y Scott Mainwaring (1986) Transiciones vía transacción: la democratización en Brasil y en España
9
Clara Weisz (1997) El proceso de transición hacia la democracia en el Uruguay actuación del Partido Nacional
10
Clara Weisz (1997) El proceso de transición hacia la democracia en el Uruguay actuación del Partido Nacional
de 1984, aunque si bien el Partido Nacional no participó, el hecho de que hayan
estado presentes colorados y frenteamplistas legitimó el acuerdo.
La segunda etapa de la transición, “transición democrática”, que va desde 1985 a
1989. En Uruguay la transición fue negociada y renegociada en varios terrenos
simultáneamente: los partidos cooperaron entre sí y predominó una sintonía en términos de
lazos representativos y articulación multipartidaria e intersectorial, una agenda
institucional-democrática de «retorno» y un cuadro de instalación presidido por la búsqueda
de acuerdos de gobernabilidad entre los partidos. La arraigada creencia en que los partidos
habían construido la nación tuvo un rol en ello y explica también la disposición de los
militares a negociar con ellos.1112 La transición finaliza con el referéndum sobre amnistía de
los militares en abril de 1989.

Estudio de caso: Brasil


En 1974, el régimen militar de Brasil comenzó a promover una lenta y gradual
liberalización bajo el mando del general Ernesto Geisel, quien propuso cambios en el poder
y ablandamiento en las formas de represión, y quien creó fisuras entre los militares. A pesar
de las reivindicaciones, el gobierno militar ejerció un significativo control sobre este
proceso de liberalización hasta 1983, momento a partir del cual comenzó a sufrir una más
rápida erosión. La democratización comenzó en 1980 con la promesa de elecciones
competitivas y abiertas para la elección de gobernadores, lo que permitió la primera lucha
electoral desde 1964 por un significativo campo de decisión política.
En el caso brasileño lo sucedido fue una institucionalización impulsada por los
militares, la democratización fue iniciada por líderes individuales del gobierno militar y no
por militares como institución; por lo que está caracterizado como un ejemplo de transición
vía transacción que, como exponen Donald Share y Scott Mainwaring (1986) consiste en
que “Las élites del régimen autoritario controlan inicialmente la mayoría de los aspectos
de la transición. A diferencia de lo que ocurre con los regímenes que se desmoronan, éstas
inician un proceso de liberalización. La liberalización y la democratización surgen
fundamentalmente coma opciones tomadas por el régimen. (…) A lo largo del tiempo, el

11
Daniel J. Corbo (2007) La transición de la dictadura a la democracia en el Uruguay. Perspectiva comparada sobre los
modelos de salida política en el Cono Sur de América Latina
12
Marcos Novaro (2015) Transición democrática y legados autoritarios en Argentina, Chile y Uruguay
control del régimen disminuye considerablemente, pero las élites autoritarias todavía
conservan una mayor capacidad para marcar los contornos del proceso político que en los
demás tipos de transición.” 13
En Brasil, la manipulación de las leyes electorales para que favorecieran al régimen
llegó hasta sus límites. El gobierno cambió las leyes electorales en 1977, 1978 y 1981
tratando de mejorar su propia posición.
El 15 de marzo de 1979, el general Figueiredo, el último de los generales en el
poder, asumió la Presidencia de la República (1979-1985), y lo hizo jurando hacer de Brasil
una democracia. Y el 22 de noviembre de 1979 se aprueba la reforma política que
restablecía el pluripartidarismo, que trajo consigo la extinción del Movimiento
Democrático Brasileño (MDB).
En 1980, el régimen creyó más conveniente actuar contra una oposición dividida, de
forma que impuso una reforma de los partidos que dividiera la oposición, pero, a finales de
1981 tomó conciencia del alineamiento de la oposición contra el régimen y por ello
promulgó un decreto que prohibiera la formación de alianzas electorales. Las leyes
electorales permitieron al régimen mantener una amplia mayoría en el Senado, a pesar de la
mayoría obtenida por la oposición en la consulta popular. La transición se aceleró con las
elecciones de gobernadores en 1982.
A raíz de todo lo que estaba sucediendo, surge una sociedad civil vibrante en el
espacio originado tras la apertura política. Los sectores influyentes de las élites ideológicas
fueron los primeros en expresar sus reservas en torno al régimen autoritario, el régimen se
fue debilitando.
En 1984, aún con extremistas de la “línea dura” en contra de la democracia, se
inició la campaña llamada “Diretas já”, que tenía como objetivo la aprobación de la
Propuesta de Enmienda Constitucional del Diputado Dante de Olivo. A pesar de la intensa
movilización popular, faltaron 12 votos para alcanzar la mayoría de 2/3 necesaria y la
propuesta no pudo ser aprobada en la Cámara de los Diputados el 25 de abril de 1984. La
elección de Neves como presidente en enero de 1985 marcó el comienzo de un régimen
verdaderamente democrático y libre.

13
Donald Share y Scott Mainwaring (1986) Transiciones vía transacción: la democratización en Brasil y en España
Pero, en Brasil, la transición termina con la primera elección presidencial libre y la
llegada al poder de Collor en 1990 con una nueva constitución, tras 16 años desde iniciado
el proceso.14

Conclusiones
Podemos confirmar tras el análisis de los datos aquí expuestos que, efectivamente,
los 3 países lograron completar la transición a la democracia, la democracia dominicana fue
conseguida a raíz del gobierno civil de Balaguer donde como resultado se realizaron
elecciones libres, en Brasil gracias a Geisel y aliados y en Uruguay gracias a las
negociaciones entre Estado y oposición. Cabe destacar que en el caso de Brasil, la
transición se prolongó 16 años porque durante el proceso los militares conservaron el poder
y la oposición en un principio no supo organizarse ya que se fracturó en demasiados
partidos distintos. En el caso de Uruguay, al completar la transición consigue
simultáneamente la consolidación puesto que era un régimen tutelado o hibrido. Tanto en el
caso de Uruguay como en el de Brasil se puede observar que el régimen militar se vio
obligado a negociar, y que la falta de legitimidad de los lideres autoritarios en ambos países
influyó claramente en la forma en la que se dio la transición; ambos casos los encasillaría
dentro de 2 modelos: el modelo de transición vía autoexclusión y el modelo de transición
vía transacción.
A pesar de sus limitaciones, la democracia dominicana se ha mantenido vigente por
35 años, pero actualmente, al igual que las demás democracias latinoamericanas, incluidas
la brasileña (29 años) y la uruguaya (30 años), enfrenta riesgos de fuerte desgaste y crisis
del sistema, además de a problemas económicos y sociales.
Considero, tras haber intentado analizar la situación en estos países, que los casos
latinoamericanos escogidos no pueden utilizare para explicar los procesos de transición en
general porque representan excepciones dentro de la regla, o mas bien, dentro de los
modelos previamente establecidos y estudiados; siendo Brasil el caso más complejo. Los
sucesos de América Latina deben de ser estudiados a profundidad y distintamente a como
se estudian los sucesos en Europa.

14
Brasilio Sallum Junior (1996) Brasil: Una transición difícil de completar
Referencias Bibliográficas
Corbo, Daniel (2007) La transición de la dictadura a la democracia en el Uruguay.
Humanidades, Núm. 1.

Espinal, Rosario (1994). Autoritarismo y Democracia en la Política Dominicana. IIDH-


CAPEL, San José, Costa Rica, 1987; Editorial Argumentos, Santo Domingo.

Espinal, Rosario (2004) La difícil construcción de la democracia: reflexiones sobre


República Dominicana y Cuba.

Jiménez, Jacqueline (1994) La transición política en la república dominicana: del


autoritarismo de nuevo tipo a la democracia formal. Revista de Derecho Político, núm. 38,
pp. 445-471.

Linz, Juan & Stepan, Alfredo (1996) Transiciones y consolidaciones democráticas: una
perspectiva teórica.

Mainwaring, Scott & Share, Donald (1986) Transiciones vía transacción: la


democratización en Brasil y en España. Revista de Estudios Políticos (Nueva Época) Núm.
49.

Mira Delli-Zotti, Guillermo (2010) Transiciones a la democracia y democratización en


América Latina: un análisis desde la historia del presente. XIV Encuentro de
Latinoamericanistas Españoles : congreso internacional, Santiago de Compostela, España.
pp.1456-1475. ffhalshs-00531195f

Novaro, Marcos (2015) Transición democrática y legados autoritarios en Argentina, Chile y


Uruguay. Ediciones Universidad de Salamanca / CC BY-NC-ND Stud. hist. H.ª cont., 33,
2015, pp. 17-36.

Sallum Junior, Brasilio (1996) Brasil: Una transición difícil de completar. Nueva Sociedad
Núm.144, pp. 6-16.

Weisz, Clara (1997) El proceso de transición hacia la democracia en el Uruguay actuación


del Partido Nacional. Revista de Ciencias Sociales, v.11, n.13, pp. 89-100.

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