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Entiendo lo frustrante que puede ser darte cuenta de que algo es esencial y crucial para

tu bienestar y seguir enfrentando la dificultad de que no te guste o simplemente no saber


como hacerlo. Todos sabemos que hacer ejercicio es vital para tener un cuerpo
saludable, pero para algunas personas ir al gimnasio es un placer, mientras que para
otras es aburrido y desagradable. Para algunas personas es muy fácil tener una dieta
saludable, mientras que otras luchan cada día. Nadie es perfecto.

Cuando se habla de hábitos saludables espirituales, hay gente que lucha con la oración,
otros con el control de sus pensamientos y actitudes, y otros, bueno, con la lectura de la
Biblia. No porque no quieran, estas personas entienden lo importante y fundamental que
es para su vida espiritual, pero aún así, simplemente no les gusta leer.

En mi vida, me he dado cuenta de que el primer paso para cualquier cosa es


la oración. Empieza hablándole a Dios y hablándole sobre tu lucha con la lectura. Dile a
Dios que quieres conocerlo más. Dile que estás interesado en descubrir todo lo que él ha
diseñado y destinado para ti en este mundo y en el que ha de venir. Pídele que te hable,
él ya sabe que estas luchando con la lectura de su palabra, él va a ayudarte a encontrar el
camino. Confía en él en el proceso. 

Te animo a que te abras para descubrir nuevas maneras emocionantes a través de las
cuales podrás comenzar a amar la lectura de la Biblia. Afortunadamente, hoy en día,
tenemos diferentes formas y tipos de herramientas que nos ayudan en la lectura de la
Biblia. Nuestro propósito en estos días es darte pasos prácticos y consejos que podrás
explorar hasta que descubras lo que funciona mejor para ti.
Siete consejos para desarrollar el hábito de leer la Biblia diariamente
 
En una entrada anterior, vimos que el primer paso para entender la Biblia es leerla por
nosotros mismos, de principio a fin. Así es como comenzamos a adquirir los
componentes básicos de las Escrituras que son la base para nuestra comprensión de la
Palabra de Dios. Pero ¿cómo empezamos? ¿Qué podemos hacer para desarrollar este
hábito saludable y necesario de leer la Biblia regularmente?
En esta entrada, vamos a ver siete consejos prácticos que lo ayudarán a desarrollar
un hábito diario de leer la Biblia.
1. Orar para tener hambre por la Palabra de Dios
En el Salmo 119, vemos el amor y el hambre del salmista por la Palabra de Dios. En el
versículo 103 él exclama:
“¡Cuán dulces son a mi paladar Tus Palabras! ¡Más dulce que la miel a mi boca!”
Nosotros también podemos experimentar este tipo de gozo cuando acudimos a la Biblia.
Simplemente necesitamos pedirle a Dios que nos dé hambre de Su Palabra. Sin duda
esta es una oración que Dios se deleitaría en responder.

2. Establecer un tiempo definido


Es de gran ayuda fijar un tiempo para leer la Biblia. Un tiempo excelente es temprano
en la mañana, antes de que comience todo el ajetreo del día. Otros tiempos posibles son
durante el almuerzo o antes de ir a dormir. Tener un tiempo programado nos ayuda a
recordar que debemos leer la Palabra e incorpora este hábito a nuestra rutina diaria.

3. Leer consecutivamente
Quizás anteriormente hayamos leído la Biblia sin seguir un orden, leyendo un pasaje
aquí y una sección allá. Pero una buena estrategia para leer la Palabra de manera regular
y consistente es hacerlo consecutivamente, capítulo por capítulo y libro por libro. De
esta manera no tenemos que decidir qué leer cada vez que abrimos la Biblia. A medida
que la leemos de principio a fin, comenzaremos a ver cuán coherente es la Biblia.

4. Volver su corazón al Señor


Cada vez que acudimos a la Palabra, es bueno primero volver nuestro corazón al Señor
Jesús. Antes de comenzar nuestra lectura de la Biblia, podemos orar una sencilla
oración como esta:
“Señor Jesús, vuelvo mi corazón a Ti ahora mismo. Me abro a Ti. Háblame y lávame en
Tu Palabra hoy. Querido Señor, aún me queda mucho por ver en Tu Palabra. Ilumíname
más mientras leo hoy”.
Hacer una oración sencilla como ésta nos ayudará a estar abiertos a cualquier cosa que
el Señor desee hablarnos a través de Su Palabra.

5. Orar acerca de lo que lee


A veces, mientras estamos leyendo la Biblia, un versículo en particular nos llama la
atención. Puede que dicho versículo nos consuele, nos redarguya o se aplique
exactamente a nuestra situación. En otras ocasiones, es posible que un versículo nos
deje perplejos. Cualquiera que sea nuestra reacción, cuando somos impresionados por
una porción en particular, debemos detenernos y orar con base en ella. Podemos
agradecer al Señor o alabarlo por las promesas que encontramos en Su Palabra.
También podemos pedirle que nos muestre el significado de cierto pasaje o simplemente
hablarle acerca de un versículo.
De esta manera, la Biblia puede llegar a ser un libro de oración que nos ayuda a pasar
tiempo con nuestro querido Señor Jesús y a desarrollar nuestra relación con Él.

6. Llevar un registro de su lectura bíblica


Es bueno llevar un registro de lo que ha leído, y hay muchas maneras de hacerlo. Usted
puede marcar la fecha en que termina un capítulo o libro en su Biblia física. Puede
marcar como completado cada libro en el índice cuando lo termina. También puede
marcar el número de veces que ha leído todo el Antiguo Testamento y el Nuevo
Testamento.
Llevar un registro de nuestro progreso nos anima a desarrollar el hábito de leer la Biblia.
Por ejemplo, usted podría pensar que va demasiado lento si lee un capítulo al día. Sin
embargo, a ese ritmo terminará de leer todo el Nuevo Testamento en menos de un año.
Y al cabo de cinco años, si usted mira su registro, ¡se dará cuenta de que ha leído el
Nuevo Testamento siete veces! Ver este tipo de progreso nos anima a seguir adelante.
7. Ser guardado de las distracciones
Dado que leer la Biblia diariamente es tan importante para nosotros como cristianos,
necesitamos atesorar el tiempo que hemos apartado para disfrutar la Palabra de Dios.
Nuestras vidas están llenas de cosas que nos pueden interrumpir o distraer, por lo que
debemos ser proactivos para guardar nuestro tiempo designado para leer la Biblia.
Por ejemplo, quizás quiera silenciar su teléfono durante este tiempo para que las
llamadas entrantes, los mensajes de texto y otras notificaciones no lo interrumpan.
Decidir no responder a estas alertas lo ayudará a concentrarse en la Palabra. Algunas
personas encuentran que leer la Biblia en un dispositivo electrónico no es lo más ideal,
debido a las numerosas distracciones. Si este es su caso, podría intentar usar una versión
impresa de la Biblia para ayudarle a centrar toda su atención en la Palabra de Dios
(puede pedir gratuitamente un Nuevo Testamento de estudio aquí.).
Un hábito diario de leer la Biblia establecerá una base para nuestra vida cristiana, ya que
fortalecerá nuestra fe y nos ayudará a conocer al Señor Jesús de una manera más
profunda. ¡Que Dios nos conceda a todos Su gracia para leer Su Palabra diariamente a
fin de que podamos crecer en nuestro conocimiento de la verdad!

CRECIMIENTO 1

ALIMENTATE CON LA PALABRA DE DIOS

META:
Dar un primer conocimiento de la Palabra de Dios y animar a su lectura diaria.

Hay que tener un conocimiento básico de las Sagradas escrituras, y claro cada dia ir
aumentando ese aprendizaje, sólo asi defenderemos nuestra fe y amaremos a Cristo,
puesto que solamente ahí lo conoceremos, pues nadie ama lo que no conoce San
Jerónimo.
LA PALABRA DE DIOS:

1. Su importancia para ti
En la clase anterior, pudiste comprender la importancia de la oración para el crecimiento
de la vida del espíritu. Es tal, para que algunos autores espirituales, como Santa Teresa,
se pueda medir el avance de la vida espiritual, por la oración que tengas. Pero, no sólo la
oración es necesario, sino también la lectura de la palabra de Dios y el testimonio
cristiano que des en tu vida. Así pues, debes esforzarte por hacer un hábito diario, no
semanal ni anual,, diario. Por que la Palabra de Dios es mucho mas importante que el el
desayuno o el almuerzo, cuando tengamos un fiel amor y dedicacion por la palabra de
Dios , vamos a preferir olvidarnos del almuerzo en el trabajo antes que la bliblia.

QUÉ ES LA BIBLIA

La palabra Biblia viene del griego Biblos que significa libro. Biblia es el plural de
bíblos
y por lo tanto significa libros.

Se define así: es el conjunto de libros que escritos bajo la inspiración del espíritu
Santo tienen a Dios como autor y como tales se le han entregado a la iglesia.
La cual sirve a la palabra de Dios enseñando solamente lo que le ha sido confiado, en
cuanto ve, por mandato divino y con asistencia del espíritu Santo, la oye con Piedad, la
guarda con exactitud la expone con fidelidad.

¿QUE ES LA INSPIRACIÓN?

Lo que distingue la Biblia de otro escrito y le confiere su santidad y autoridad, es ante


todo, la inspiración divina. Es Dios el autor principal de la biblia pues él dio su
inspiración a los distintos escritores de la misma. El ilumina el entendimiento y mueve
la voluntad del escritor, para que escriba lo que él quiere comunicarnos en orden a
nuestra salvación pero deja libre al escritor para adaptar la forma de expresión de la
verdad inspirada. Por tanto, los autores humanos o escritores se llevan en su trabajo bajo
el influjo del espíritu Santo obra suya personal y también obra de Dios.

Desconocer las Escrituras es desconocer a Cristo,, necesitamos hambre de las escrituras,


hay que conocerlas, en la medida que mas leo, mas comprendo, crece con su reiterada
lectura.

Si ud no tiene idea de como empezar a leer la Biblia, en el libro de nabuconodosor y


lees nombres como abel, zadrac, negó,, no vas a querer leerla mas por que no entendiste
a la primera y a ni mas la leo…

CUÁNTOS LIBROS TIENE.

La Biblia consta de 73 libros 46 del antiguo testamento y 27 del nuevo testamento.

Estos 27 libros se distribuyen así:


5 libros históricos: cuatro evangelios y los hechos de los apóstoles.
14 cartas de San Pablo desde Romanos a hebreos
De cartas universales uno de Santiago, dos de Pedro, tres de Juan, y una de Judas;
Apocalipsis.

PALABRA DE DIOS HABLADA: TRADICIÓN.


Junto con la palabra de Dios escrita, que es la Biblia, ahí la palabra de Dios hablada, que
es la tradición. No todo lo que hizo y predicó Jesús con usted en la Biblia (Juan 21, 25).

La transmisión del Evangelio, según el mandato del señor, se hizo de dos maneras:
De palabra: los apóstoles, con su predicación, su ejemplo, sus instituciones,
transmitieron de palabra lo que habían aprendido de las obras y palabras de Jesús y lo
que el Espíritu Santo les enseñó. (Mateo 28, 20; Marcos 16, 15-20).

Por escrito: los mismos apóstoles y otros de su generación pusieron por escrito el
mensaje de la salvación inspirados por el Espíritu Santo.

La transmisión viva de palabra es la tradición por ella: la iglesia con su enseñanza su


vida su culto conserva y transmite a todas las edades lo que es y lo que creen.

No hay que buscar la palabra en desesperación, hay Señor, hablame por fa, quiero una
señal un mensaje,,,, no es correcto. Puede ser una manera peligrosa.

1. Leerla con un propósito

¿Por qué leemos la Biblia? Los motivos pueden ser innumerables, desde una
simple curiosidad hasta por el motivo principal: un sincero encuentro con Dios.
Orígenes, Padre de la Iglesia, nos enseña que hay diversas dimensiones en el
sentido de las Escrituras, nos habla de un sentido literal, un sentido moral y
un sentido espiritual. Es necesario no perder de vista ninguno. El sentido
literal nos ayudará a ponernos en contexto, el sentido moral nos habla de lo
que debemos hacer para vivir la Palabra, y el sentido espiritual nos empuja
hacia el encuentro personal con el Espíritu de Dios que nos habla de Cristo.
Esa es la clave, toda la escritura santa nos conduce hacia Cristo.

2. Leerla a la luz del magisterio


No se trata de que la Biblia sea una lectura prohibida ni mucho menos, pero si
la leemos a la merced de nuestro propio criterio no solo no vamos a entender
sino que nos podemos confundir. Es importante leerla en sintonía con el
magisterio de la Iglesia. Ya nos decía el Papa Benedicto XVI que «no
podemos leer solos las Escrituras porque encontramos demasiadas puertas
cerradas y caemos en errores. La Biblia fue escrita por el Pueblo de Dios y
para el Pueblo de Dios. Solo en esta comunión con el Pueblo de Dios podemos
entrar realmente con el “nosotros” en el núcleo de la verdad que Dios mismo
nos quiere decir». Es por esto que es bastante útil leer Biblias que contengan
comentarios.

3. Conocer cómo está estructurada

Encontrarse con la Biblia es encontrarse con una biblioteca de 73


libros. No se trata de algo simple como podemos ver. Antes de empezar es
importante que sepas que se divide en dos partes: el Antiguo Testamento y el
Nuevo Testamento. El AT nos explica la creación del mundo, el llamado de
Abraham y la historia del pueblo de Israel. También incluye los libros llamados
proféticos y sapienciales. El Nuevo Testamento nos habla de la vida y muerte
de nuestro Señor Jesús, la vida de los primeros cristianos y las cartas de los
Apóstoles. Mira el índice, revisa cómo está estructurada, cómo están colocadas
las notas y qué libro sigue al otro. Puedes dar también una mirada a la escritura
cronológica, como para ubicarte en el espacio y tiempo del libro escrito. Esto es
importante porque es algo así como reconocer el terreno, como cuando entras
a una biblioteca enorme y vas reconociendo en qué lugares han sido ubicados
los libros y por qué temas. Así cada vez se te hará más sencillo ubicarte y
encontrar los temas que estás buscando.

4. Seguir un orden de la lectura


La Biblia es uno de esos libros “mágicos” donde no necesariamente se
empieza por la primera hoja. La verdad es que no hay una manera o un orden
“obligatorio” en el que deba leerse. Sin embargo, hay mucha gente que
empieza por el Génesis y al cabo de un tiempo termina abandonando la lectura
(y muchas veces no vuelven más), ya sea porque se hace pesada, ya sea
porque no entendió nada. Si la vas a leer por primera vez y quieres encontrarle
un mejor provecho y sentido, las enseñanzas coinciden que es mejor empezar
por el Nuevo Testamento y siguiendo este orden. Tal vez te parezca
extraño empezar por la primera Carta de San Juan, aquí te doy una pista: esta
carta es una verdadera buena nueva, la carta de San Juan fue escrita con la
intención de comunicar a los hombres que Cristo nos ha salvado, que su amor
es infinito y que vive para siempre. Qué hermoso empezar a leer un libro que
no cuenta cualquier historia sino que cuenta tu historia y que esta historia es
una verdadera historia de amor.

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