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Tlacolulokos

Violencia en los paraísos turísticos

La violencia se apodera de los titulares en México. Los espacios para el arte son mínimos
en un país donde las parcelas se convierten en fosas clandestinas, los desparecidos se
cuentan por decenas de miles y en donde la falta de oportunidades, la corrupción y el
crimen organizado nos orillan a la migración en masa. Sin embargo, es el arte mismo quien
da una voz de protesta, los artistas suplen los lienzos por paredes, porque los muros
también gritan.

El arte urbano se ha convertido en símbolo de protesta en nuestro país. Darío Canul


y Cosijoesa Cernas son parte del colectivo Tlacolulokos. Los jóvenes originarios de
Tlacolula de Matamoros, en la región Valles de Oaxaca, basan su propuesta artística sobre
el tema de la violencia en los lugares turísticos. Sus murales abordan el tema de la
globalización, la explotación de las tradiciones y la búsqueda de identidad; también hacen
una fuerte crítica a la comercialización cultural.

El turismo en Oaxaca va en aumento, su magia y colorido envuelven al turista local


y extranjero, a pesar de ser el segundo Estado más pobre de la República Mexicana y uno
de los que tiene el mayor rezago educativo. Oaxaca es diverso y combativo, el trabajo de
Darío y Cosijoesa es muestra de ello. Estos artistas, de formación autodidacta, exponen a
una comunidad indígena actual con una postura fuerte, confiada, hasta desafiante, desde su
condición marginal y en un marco de desintegración social con toques de santería. Las
imágenes son una crítica al cinismo y a la doble moral, por lo que pueden resultar
incómodas para muchas personas.

La mujer indígena y las voces zapotecas tienen un protagónico en su obra, así como
la muerte y la cultura chicana, producto de la migración que va de sur a norte de América.
La Biblioteca Central de Los Ángeles alberga de manera permanente, en sus paredes, la
colección de murales Gal rabenee ladxuu, ra galumbanuu xhten guccran nii ne
guitenala’dxinu ca binni ma cusia’ndanu (“Para el orgullo de tu pueblo, por el camino de
los viejos y el recuerdo de los olvidados”). También han expuesto en el Museo
Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de la Ciudad de México, así como en otras
ciudades del país, pero sobre todo en las calles de Tlacolula, su tierra natal; así como en
otros municipios de Oaxaca en donde los muros exponen su obra. Sus técnicas van desde el
arte urbano o graffiti, la pintura de caballete, gráfica, hasta instalaciones audiovisuales.

El arte de los Tlacolulokos no busca complacer a nadie, no clama por aceptación,


tampoco busca adular a las bandas o incitar a la rebelión. Su plástica es una manera de
manifestarse, una crítica social que toma los colores y las voces de un Estado que invita a
una fiesta mágica, pero que por dentro sangra y se desgarra.

http://tlacolulokos.blogspot.com/

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