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Para los mayas la vida era una lucha constante entre Chac, el

dios de la vida, de la luz y de la felicidad, y Ahpuc, el dios de la


noche y de las tinieblas. Mas, por encima de ellos y de todos los
demonios y dioses inferiores, reinaba Hunabkub, el
todopoderoso. Itzama era el dios del firmamento, del cielo, y
Kukulcan el dios de la victoria al cual se le había erigido el templo
en forma de pirámide de Chichen-Itza. Los aztecas le llamaban
Quetzalcoatl. Kinich Ahau era el Sol, Acna la Luna y Yum Káh el
dios del fuego.
Las castas sacerdotales eran muy influyentes en la vida social de
los mayas, y por encima de todas existía un sacerdote supremo
que dirigía la celebración de las grandes ceremonias anuales.
El ritual sacrificatorio buscaba establecer una comunicación
entre hombres y dioses; se ofrendaba una vida a cambio de
renovar la energía regeneradora de las divinidades, responsables
del bienestar del cosmos.

Creación de la tierra[editar]
Otra de las creaciones que se produjo, fue la forma de la tierra, está
se produjo por la plantación de tres piedras del hogar celestial y
elevar el cielo (estaba situado por encima del mar primordial) para
que saliera a la superficie la tierra, por ello, al retirarse el agua
aparecieron las montañas, los bosques, lagos, los pájaros,
animales, etc., es decir, todo lo que es el planeta.
El Sol y la Luna[editar]
La creación de los dioses gemelos llamados Hun-Hunahpú y Vucub-
Hunahpú. Cuando los gemelos subieron de Xibalbá, uno de ellos se
convirtió en el Sol y el otro en la Luna
Dioses mayas
Ixpiyacoc e Ixmucané Itzamná Ix Chevel Yax Ix Chel Vucub Caquix
Kisín Chaac
Principalmente uno de los animales sagrados de los mayas era el
mono al igual que el chacal.

Ritos y cultos[editar]
En una religión, los cultos y las creencias son, generalmente, el
reflejo concreto y palpable de una mitología enraizada en el
pensamiento popular. Constituyen un lenguaje que define y delimita
el espacio de comunicación entre los hombres y sus dioses. La
mitología es el fundamento, el culto es el marco y el rito, el
instrumento.
Los mitos mayas justifican, explican y aglutinan todas las
operaciones culturales. Por esta razón, el culto se convierte en el
centro de gravedad alrededor del cual se organizan los mitos y los
ritos.
La religión maya estaba ligada a las incertidumbres de la agricultura
y generaba un gran número de intervenciones rituales, que
equivalían a otras tantas intercesiones ante los dioses para que
facilitasen la vida cotidiana y las buenas cosechas. 
Los rituales del sacrificio[editar]
En este espíritu de don, combinado con la necesidad de mostrar a
los dioses cuanto se les venera se inscriben los denominados
rituales de los sacrificios.
Bajo este nombre se agrupan todas las prácticas rituales que tienen
como objetivo honrar a los dioses por medio de un sacrificio.
Conociendo el refinamiento de la sociedad maya, no debe
sorprender la existencia de una gran cantidad de matices para
expresar con una fe vibrante el don ofrecido a los dioses.
Los mayas consideraban que su primer deber hacia los dioses para
agradecerles la creación del mundo era alimentarlos.
Los ritos de sangre[editar]
Para los mayas los sacrificios ocupaban un lugar simbólico muy
importante. El rey era considerado una encarnación divina que,
además, de sus privilegios temporales y materiales, podía
comunicarse con los dioses.
Los grandes centros de culto[editar]
La religión maya estaba presente en todos los pueblos del reino, en
los poblados más humildes. En el corazón de estos grandes centros
ceremoniales de las principales ciudades es donde se apreciaba
realmente la importancia y el valor de los ritos y de las prácticas
religiosas. Ninguna de estas ciudades estaba unas por encimas de
otras. Las relaciones eran fluidas y reflejaban en todas las
circunstancias una identidad cultural y una evidente comunión de
intereses. Ciudades como:

 Tikal
 Chichén Itzá
 Palenque
 La Cultura Maya habitó la región de los bosques tropicales de
las actuales Guatemala, Honduras y Península de Yucatán
(sur del actual México).

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