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Palabras para el niñx que habita el infinito.

Observo la vida floreciendo en tus ojos.


Veo el impulso, la fuerza, la voluntad.
Las ansias de explotar.
Pero también veo la calma,
La incipiente espera.
Por tus músculos avanza tranquila la materia del
universo convertida en grito.
La agonía del saberse cachorrx.
Osezno, gazapo, lobezno.
Humanx.
La agonía del saberse humanx.

Inmunda ciudad y su avance deteriora tu cauce.


Pero tengo claro que el ímpetu de tu sonrisa
destruirá todo bastión urbano.
La civilización se incendia cuando en tus ojos veo
el súbito trueno que te llama.
Tralka.
Mapu.
Antü.
Te nombra el infinito.
Existes en un pequeño espacio de tiempo sin fin.
Vives el ahora y en tus gritos y balbuceos escucho
a tus ancestros.
Contienes en tu pequeño cuerpo la huella de la
historia sin nombre, la historia con minúscula,
espejo de la historia bastarda enseñada en las aulas
a las cuales JAMÁS ingresarás si no para
incendiarlas.

Ya veo a un hermano en ti.


Ya veo en tus ojos la chispa sutil de aquel que no
tiene amos.
La libertad es un arduo camino por recorrer
hermano, pero tú ya lo sabes.

Ahora duermes, y mientras te observo estoy


seguro que tus sueños de colores viven en libertad.
Respiras libertad.
Espero silenciosamente el momento cuando
podamos hacer Salud!
sacudiendo los brazos en alto a la luz de la luna.
Naciste en medio del caos.
De la tormenta.
-Traigo otra vida en mí- gritaste.
-Una vida extraña, lejana, oscura.
Elegí este tiempo, este momento.
Cargo con todo el universo en mis ojos.-

Apenas lloraste, apenas gritaste.


Escuchaste mi voz diciendo tu nombre
y abriste el cosmos en tu mirada.
Aún puedo ver las estrellas dentro.
El caos te recibió, desde allí provienes.

-Nada es como lo planeas- me dijiste al oído


mientras te cargaba.
Y la imagen de tu madre apareció.
Lágrimas, sangre, pasillos iluminados.
Sus enormes ojos inquietos, viviendo un dolor
profundo.
Una pena encarnada en el espíritu.
Aún puedo verla en su mirada.
Pero acá estas para contenerla,
aunque ella piense que es ella la que lo hace.
Estas acá para cuidarla,
Siguen siendo uno.
Te he visto mirarla,
Diciendo
-No te preocupes mami,
vencerás tus miedos,
abrázame.-
Gritando.
-Vengo desde un extraño lugar,
donde habitan los muertos,
donde habitan las muertas.
El viaje del eterno retorno.
Pertenezco a todos los momentos.
Yo soy el tiempo y el espacio.
Vivo aquí y vivo ahora.
Yo los elegí.
Vengo a arrancarles el miedo.
A poner a prueba su discurso.
Nací libre porque provengo del caos.
Contengo al universo en mi cuerpo
y exploto.
Soy un sol.
Inche ta Antü.
Palabras que me dijiste en sueños.
Pewma Mapu.
Desde allí provienes.
De la tierra de los sueños
El veneno corroe las venas la memoria añeja
repleta de lugares comunes Las pisadas las
hojas y el destello constante refractario del sol
en los pequeños ojos grises La camaradería aplasta
al ego y el niño se hace fuerte la piel se endurece
con el río de muertos en sus espaldas Las marcas
negras en el rostro del huracán sigilosos pies
husmean en la incertidumbre del tiempo La niña
se hace fuerte muslos endurecidos y la sonrisa
dibujada por la sangre las miradas que se rehúyen
El espanto del fruto moreno la cándida sorpresa
de encontrarse sumidos en la podredumbre
El despertar del cuerpo el despertar de la sangre el
despertar del otrx
La selva los cobija los árboles y el pantano
el sendero de los viejos espíritus
El veneno corroe las venas el recuerdo se esfuma el
cemento separa
lo que la
sangre unió
No hay fotografías sin luz
No hay luz sin oscuridad
No hay vertiente sin nieve
No hay nieve sin frío
No hay amores sin distancias
No hay distancias sin tiempo
No hay caricias sin piel
No hay piel sin cuerpxs
No hay uniones sin risas
No hay risas sin llantos
No hay ríos sin agua
No hay agua sin piedras
No hay palabras que aún sean dichas, todas.
Ni versos que las contengan
No hay canciones que existan
para describir el caos que producela ausencia de los
aromas que colmaron un viaje. Pero tampoco hay
penas que valgan la pena
sólo hay sombras
misterio
bosques oscuros & luz entre sus ramas cielos
cubiertos
nubes cargadas pienso en la mezquina lluvia de
este invierno
¿a qué se deberá?
No hay lluvia sin, sin qué, sin cenizas, sin lagos
sin ventisqueros
la tranquilidad de la meditación cobija cualquier
sentimiento de premura la tranquilidad de la
meditación alberga diversos pensamientos de
lluvia ventolera frío
el calor de la leña incinerándose.
Leí que la vida no es si no recuerdos
fragmentos de olores colores sabores
que reconstruyen una mirada.
Qué nos queda si no incendiar la memoria y desde
aquellos vestigios construir
nuevas complicidades
inventa una montaña
inventa un río
que la tierra bajo tus pies se convierta en viento
que el cielo sobre ti se transforme en cascada
déjame habitar
pasear
dar un par de vueltas
por el desorden de tus pensamientos
por el caos de tu mirada
esquiva
indecisa
valiente
solo tengo árboles viejos que botar
para hacer puentes
con la esperanza de que no se caigan
disfruto ocasionalmente la incertidumbre
confío en el río
y en la montaña
pero no me he sentido capaz de visitarles
rompo en mil pedazos la imagen que me he
construido de mi
pero vuelve a brotar
como lava
como incendio
no impido el cambio
bailo silencioso bajo la luz del sol
y la luna
observa feliz mi llanto
porque sabe que así se avanza
del agua hemos nacido
y en lluvia brotará
nuestro pequeño caos
calma no busques enemigos ellos llegarán a ti en
diversas formas distancias quehaceres melodías
golpes tus manos cerradas
la garganta apretada y el reloj que no para de
sonar
la noche está perfecta para salir no hay
estrellas
noche sin luna
otoño en verano
calles desiertas
se huele el miedo
calma te repites no te busques enemigos un
perro amarillo ahora
te acompaña cojea hay fuego en su
mirada
no es el único fuego que hallarás esta noche
piensas
incertidumbre respira humo en un
pastizal
corres hacia allá es la más grande llama que
hayas visto
estás muy cerca
calma
piensas
tu piel comienza a doler te mezclas con el humo
calma te repites
no busques enemigos
que los pesares transmuten, no hay vuelta atrás,
tus palabras resuenan en mi cabeza,
les pongo voces, distintas a la tuya
para encontrarles algún sentido que no sea el
arrojarme de lleno al cauce
imparable de la cascada,
y soñar con noches estrelladas,
y quebrar ramitas de espino para hacer una fogata,
pequeña, sin forma,
observar el humo que sube al cielo y que alcanza
la oscuridad,
que todas las desilusiones exploten
ahora
y aquí
que nunca más una mirada me haga dudar,
que nunca más invadan mis sueños,
que nunca más nada,
me repito,
como un hechizo,
y no puedo,
la verdad no puedo,
quiero encontrar respuestas en las cortezas de los
árboles,
aprender de ellos, escuchar todo lo tienen que
decirme,
e incansablemente errar,
de nuevo,
sucumbir al fracaso, hermanarme con él es mi
destino,
convertir la jaula en pájaro,
me repito, sin pausas,
y una pequeña luz en mi pecho se alberga,
buscando mi sangre,
que fluye sin descanso y alimenta mi voluntad,
se abraza con una gran silueta que crece por
debajo,
las observo bailar y quiero unirme en su danza,
y lo hago,
y todo desaparece,
y solo quedo yo,
alegre
triste
y alegre,
solo quedo yo
Sin colores la vida también avanza
Sin sabores ni aromas
La serpiente seguirá cambiando su piel
El río al que te arrojaste cuando niñx ya no es el
mismo
Y tú ya no eres lx mismx
Solo esperas que llege algo
Que se abra el cielo
Que se rompa
Que llueva y no paré jamás
Pero sabes que la primavera llegará y que el sol
acariciará de nuevo tus ojos cansados de tanto
mirar
¿Será necesario el sol?
Estrellas más pequeñas iluminan la noche y con
eso bastaria.
Te preguntas a diario si seria mejor volver a
recorrer las calles pateando una vieja pelota o
esquivando las piedras lanzadas por tus amigos.
¿Es la amistad una línea de fuga?
¿Que será de aquellxs que acompañaron tus
primeras risas?
Habrán sucumbido
Se habrán rescatado
Ya no extrañas los colores
No son necesarios
La lluvia siempre se va y la noche más larga
siempre te acompañará
No queda nada más que derramar mis venas ante
el ocaso del mundo, escuchar el canto del tiuque
mientras se aleja de mi vista muda. Caer rendido
ya no significa nada, cuando observo esos
pequeños ojos que me miran de vuelta,
sosteniendo el peso de mis pasos perdidos.

Aromos florecidos anuncian el cambio, como es


afuera es adentro. Y no puedo dejar de pensar.
Hay un océano aquí adentro intentando salir. No
puedo controlar esas olas. No hay luna. Sólo
noche. No hay estrellas. Sólo dudas. No hay nada.
Ni refugio ni trinchera.
a veces no sé qué hacer para que el remolino en
mi garganta se vaya a otro lado por unos días
no me quedan palabras
tengo todo aquello que el dinero jamás podrá
conseguir
y está bien
estoy bien
pero no puedo parar de pensar
que hay algo más allá de la luna
y que está aquí dentro
palpitando
En la noche
se saborea mejor el espanto,
la caricia ausente.
.
En la noche, también,
las palabras encuentran una mejor morada.
Se alojan, tranquilas, expectantes,
entre las tablas de la pared.
Se reconcilian con el respiro necesario
mientras las arañas tejen con calma sus redes
nocturnas.
.
No hay pesares
ni temores.
Las barcas ya zarparon,
y las enredaderas se mezclan con la torre
de piedras antiguas.
.
Entre nieblas que ya no están,
lxs viajerxs dejan de huir.
Planean el escape
se reencuentran con el humo
con el fantasma que abandonaron
con aquellos aromas que no fueron
y con el calor de la piel que se escabulle, bochorno
del tacto
confundido
errante
que cae en sueños, rendido
.
y la noche.
Ahórrate la culpa en tus palabras
las calles se vacían más rápido estos días
cuando los cuervos se pelean nuestro pellejo
las máquinas bailan al son del alba
y gusanos se abren paso por las alcantarillas de una
ciudad que ya desconozco.
Hay cielos con nubes ausentes
ocasos, manantiales devastados, desiertos floridos,
afluentes de ríos fantasmas que no llegan nunca al
mar
¿Cómo alimentaremos océanos infértiles?
Hay miradas que se esquivan por miedo
por dolores no marchitos, espinas abundan en
flores desteñidas, hormigas y moscas se pasean
entre siluetas cabizbajas.
Hay incendios que no se apagan nunca
marejadas en noches oscuras sin estrellas, troncos
mutilados, nidos vaciados por mandíbulas
hambrientas.
Ahórrate la culpa de tu ausencia
lo que no se desea no se busca
y lo que se desea jamás llega.
Niñxs corren alrededor mío con aviones de papel
en sus manos,
no tienen miedo a despegar.
Disfruto de sus risas. Me despido, somos libres. Al
fin.
¿Qué flores hay en tu jardín?
en el mío ya no queda ninguna,
si es que alguna vez hubo,
ya no me acuerdo.
Solo quedan espinas.
El clamor de un corazón que desborda sombras,
hilachas de hojas secas, semillas que nunca
germinarán. No hay mejor sensación que caminar
descalzo en el pasto congelado.
El frío rompe la comodidad y la comodidad nace
del rencor hacia unx mismx. Odio heredado al
nacer. Nacemos porque no hay otra opción.
Somos púas, espinas. Las rosas están muertas, y las
violetas también. Se suicidaron. Desde la
desesperanza crece más fuerte la valentía. La de ver
todo arder.
Me cuesta ser algo distinto a lo que soy pero me es
imposible saber qué soy. O quién soy. Siempre
que me preguntan cómo me mataría pienso en
nadar sin parar en las aguas de un mar al sur del
Biobio o del faro en Playa Ancha. Internarme
hasta donde me den los pulmones y los brazos.
Como en esa película, Gattaca. Morir en un día
nublado. Si pudiera mirar el sol quizás me
arrepentiría. Y no me gustaría arrepentirme. Por
eso una muerte así. Dentro del mar, sin posibilidad
de volver. Exhausto. Hundido. Con las venas
llenas de agua.

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