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INTRODUCCION

El presente trabajo es una reflexión, donde se trata de explicar el por qué es necesario
implementar la pena de muerte en Colombia, como una forma de castigar los delitos
atroces que se cometen con la niñez en nuestro país. No puede ser posible que
quienes les quitan la inocencia a los niños, no los dejan vivir una infancia feliz, cumplir
con sus metas, tener una vida normal, reciban un castigo ejemplar. La sociedad debe
tomar en cuenta estas prioridades para apoyar esta justa causa, más cuando casi
siempre se presentan estos casos en las personas con menos recursos, en
hacinamientos que son el caldo de cultivo de estos procederes. Finalmente, el
establecimiento de la pena de muerte debe ser la correspondencia entre el delito y la
pena.
LA PENA DE MUERTE EN COLOMBIA, CASTIGO EJEMPLAR.

La pena de muerte en Colombia es un tema de discusión, no fácil de abordar, ya que

se trata de un enfrentamiento entre el principio de libertad y el principio de justicia que

se encuentra concentrado en la esencia misma del derecho. Es mi posición apoyar esta

idea como castigo para los delitos graves y atroces cometidos como primera medida

contra menores de edad, como postura crítica hacia la degradación de la humanidad y

la indiferencia por parte del estado, sin mecanismos que verdaderamente protejan a los

niños de los vejámenes, quienes son las victimas más sentidas y no se les tiene en

cuenta los derechos de la niñez.

La pena máxima es un ejemplo de cómo el hombre pretende poseer el control y

dominio de la vida y la muerte. La guillotina, la horca y el garrote fueron, en su

momento, inventos y métodos que, en Francia, Inglaterra y España, respectivamente,

se adoptaron para acelerar la muerte y anular, en la medida de lo posible, el dolor

físico. La vida es un derecho humano, en la declaración de los Derechos Humanos se

menciona “la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen como base el

reconocimiento de la dignidad intrínseca de todos los miembros de la familia humana”

si se incorporara la pena de muerte en nuestro país, debe respaldarse con el debido

proceso, de modo que no sea posible condenar a un inocente.


Ferrajoli en su texto Derecho y razón: teoría del Garantismo penal (1989), plantea la

necesidad de una democracia sustancial protectora de los derechos y libertades

sociales de los individuos, con un sistema de principios que considera necesarios para

señalar un programa razonable y humanista para el tratamiento de las “conductas

sociales desviadas” con el fin de generar garantías constitucionales que nos

direccionen hacia la paz. La indignación frente a crímenes aberrantes como es el caso

de Juliana Samboni, perpetrado por Rafael Noguera fue un vil asesinato que no ha

quedado impune, pero no debemos olvidar el resto de casos como los cerca de 314

niños que han sido asesinados durante los pasados gobiernos, reclutados por los

grupos al margen de la ley, incluidas las fuerzas del Estado.

La pena de muerte como castigo, es la retribución al mal proporcionado a un hecho,

en este caso del que hablo anteriormente a los crímenes atroces contra los niños, fue

Kant quien sostuvo que: El sentido de la pena es la retribución de la culpabilidad”.

Los castigos que actualmente reciben los asesinos de niños no compensan el mal que

han causado, son delincuentes que han demostrado ser incorregibles y son un

peligro para la sociedad.


CONCLUSIONES
 Es necesario implementar la pena de muerte en nuestro País, como medida
preventiva de casos aberrantes, sin dejar de analizar y debatir los factores
humanos que conllevan a cometer estas barbaries.
 La pena de muerte va más allá de un proceso legal, sería mejor eliminar la
enfermedad del crimen antes que encontrar la cura. Es de analizar, pensar y
debatir la implementación, porque sería necesaria una justicia imparcial y
objetiva.

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