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[aTINOAMERICANA

0 Woo? ú
q,tVL coMo PRocEso
A. CANDIDO, R. GUTIERREZ GIRARDOT
J. L. A ARTINEZ, D MlLlANlt _
C. PACHECC, A. PIZARRQ A. RAMA,
J. LEENHARDT B. SARLQ R. SCHWARZ
COORDINACION DE ANA PIZARRO

BIBLIOTECAS
UNIVERSITARIAS
Centro Editor
de Américo Lotino

G
volumen refleja latareallevúaa cabo durante la
§egundi
^Este Fteuníón de Expertos que tuvo luoar en la
(UN|CAM?), Bráit, enrre et s y er 6
YIl 'I-e^fJ$qdg ^Campinas
oe ocruore de 1983, patrocinada por lá Univercidad de
uamptnas, ta Universidad Simón BolÍvarde Caracas.
Venezuela, y ta Asociación lntemááánilE
uomparacta (AlLc), con el apoyo de la uNEsco.
iñ;;;ñ;
El cuidado de esta edición estuvo a cargo de Susana
Zanefii

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y Trt?:
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{

^ Anget Rama maestro que ¡ntentaba tamb¡én


L ..\{ -iunto
a nosofros expticarse el continente

Dlrecclón: AmandaToubes ."^ ,§'


Asesoramiento artístlco: Oscar D¡az ,j=r -
ul3enO de tapa: Oscar DÍaz !r
O¡agramaclón: Alberto On€to, Silv¡a Batt¡stessa,
Oviedo
Diego y'
fi fl i:?:Efgv"lPguccton'NatarioLukawecki,FermínE'
n L ?q,{3fq

Q t!A.S ngsogiat¡on pour l,etude socio-cutturelle


oes Ans, Ctes Littératures de l,Amérique Latine _
Centro Editorde América Latina
Junín 981, Buenos Aires

go&¡lo!9 tey. Libro de edición argentina. tmpreso


ll_e,{r_o 9t
en mayo de 1985. ptiegos inter¡ores, compüelio "'
ári'
rmpresiones Gráficas Tabaré SAIC, Erézbano
3lSg, Buenos
11r_rs.11nor""g en Utodar, v¡er i¿¿¿', due-fu-ái¿;'-'
encuadernado en Encuademación Sur, Garay 160b, Buenos
Aires.

ISBN: 950 25 f 309 6

i.,:,.
L
1. INTRODUCCION
Ana Pizarro

Los problemas Previost

Tal vez el problema de base que se encuentra latente en una discu'


pregunta sobre
slOn O¿ áste tipo tiene que ver bon lo elemental de la
qué es la literatura latinoamericana. se trata de un implícito al que se
está dando permanentemente respuesta.
En efecto ¿cómo delimitar el campo de lo que llamamos literatura
la'
tinoamericanl si el concepto mismo de América Latina es un concepto
que ha sido a veces hoy lo es- controvertido y que constitu'
-que.aÚn
ye de hecho una nociÓn histÓrica en evolución?
por
cuando decimos literatura latinoamericana ¿estamos hablando
portu'
ejempio de la literatura de los conquistadores -españoles,
oL""á". franceses, holandeses, ingleses más tarde para el caso produc'del Ca-
iü;-ti[ ;¡ánáo europeos, escñben sobre América? curiosa
¿"tá que reivindicamos como pertenecia: un discurso donde nos
en-
"ion el efecto de transformación del lenguaje europeo -hecho
"áriálá"'"on
óáirot ár.peos mismos- con la respuesta
que comienza a surgir a partir
áel contactb -y el impacto- de la vivencia del mundo otro. Al con'
quistador se le desborda el mundo y hay quienes comien-zan a ver
hombresconcola,orejones,patagones,monstruosincreíblesque
pueden situarse como parte de la tradición mítica que llevará también
a vi'
en Europa a los libros de caballería, pero que en América se comienza
sobre una realidad sobre la cual se af irma con la prueba
vir Oé otia manera:
i;;;ñi;t" ñ¡-,,yo to vi" de tas cartas de retación. son los escritos de
por la fuerza de lo
áutores que de óronto necesitan convertirse en tales
,irüó, páto qué at hacerlo se les desborda el lenguaje: la voz rio ya no

a
1 Las cita§ que no están referidas a la bibl¡ograf la pert¡nente corresponden
las participaciones orales en la reunión'

13
basta cuando se enfrenta ar orinoco o al Amazonas, y la de lluvia no
minocuandohablamosdelCaribenohispánico,sinotam.bié19lC1iUe
hotandés -curázao, ff;;, ü;i;"'-
acaba por cubrir el aguacero de la Tierra de Gracia. g's entonce§ el dis- o.9t inslés -Triniogo' l111ica'
curso de la otredad del mundo donde va naciendo la conciencia de n"tJJi" O" probl-emá' que es de uha compleli-
Santa Lucía, que
dad digna de"t"-'
América en niveles diferentes de lectura, porque mientras se nos insis-
estudio nemos desarrollado una ref lexión
""tá
te en confirmar la imagen europea de las lndias occidentales, ra pluma "Jüúi"á'
incluimos a tltulo o" óál#óiivá introouctoria
en el presente texto'
El interrogante soule lüé";E iii;árra
va describiendo con aliento de Mundo Nuevo. latinoamericana está direc'
¿Es literatura ratinoamericana por ejemplo la literatura de los je- noiün misma oe América Latina como concepto'
tamente ligado a ra siglopasa'
suitas que en 1767 son expulsados del continente y que comienzan a
Esta nociÓn, ,"b"'os' surge en la segunda mitad delcon una pro'
c.on_stituir en Europa una especie de conciencia de América en el exte-
rior? Es notable, entre otros, el caso del guatemalteco Rafael Landfvar, ;;;;;G roi "oroo"r cotomtianó Jos? María Torres caicedo'
ref lexiona en 1875:
quevive en l¡léxico gran parte de su vida y que publica un texto de pro- i"l"ion ¡nt"gradora y Jiterenciadora' así
fundo nativismo latinoamericano, bordañdo la conciencia americana holandesa' 9-t9i lijtly es-
"Hay Amé rica an glosaiona, di namarque-sa'
militante que va surgiendo en ese instante pre-independentista y que y este grupo'¿que denominación cientf-
oañora, francesa, portugúesa, a
Arturo Ardao ilama "americanismo", por oposición a ia,,americanioao"
propia de la pura admiración por la tierra. Ubicado entre ambas proposi- ta aplicarle sino el de latina?"
ciones, ese texto aparece en latln, con el iltulo de Fusficafi o M'exicana. oposición a. la noción de
La nociÓn de América Latina surge como
El caso de la literatura de los jesuitas, que constituyen el gran exilio ro af irmi J.osé Martí en el mismo período'
América sajona, t"r América"' que es "la
de fines del siglo XVlll,,es el antecedente de la literatura del exilio "oÁo
quien las opone v o"r¡iliiá iá nocion de "nuestra
América en que nr",i'i'á'"i' y o" l" cual.hace latinoamericanas a me'
masivo recienté, de los años setenta de nuestro un análisis comparable
siglo, que todavía
está
en proceso y decantamiento. pero prantea probremas ;i;;;d;-iesanoilaJo tas ci'encias sociales
efecto simirares. En permite observar la coyuntura his'
¿es r iteratura ratinoamer¡cana-tá'¿J'roi ex¡ t¡aáós r"ó¡;ñ; qr" diados de este sigro. ;ste anátisis te de la América sáiona y
comienzan a pubricar en Europa y los Estados unidos
runoámániáimen- tórica del fin de siglo, observar la expans,ión
te, textos en rumano, finrandés, irancéia situenáóiá
.oíó én-eiImo¡ro extraer las coorden"á"" * ai sistema de relaciones interna-
de la. lengua ¿cómo pensar por otra parte er caso de ros ch¡canos, vi- cionates, para así proilát"i ,,""nto
ánali"¡r hacia el futuro de nuestro siglo'
viendo del otro rado de ra frontera de México con Estados uniáás,
Es esta situación priiágüo;ppiro oemas uno de los condicionantes
v cu-
yos contenidos curturares const¡tuyen
un proceso transcúrturar especr-
fico? ¿y er caso de ros hispanos, situa¿os eilos tamü¡e" ;;"";;;;; ;r,
ro" "oi',t#
óáránei'oao
gr"ni""'áonocedores
de su, pensami ento'
del problema, Leopoldo zea, ha
guas y dos culturas? áriiJoo. r"r- otro de
anotado respecto de esta distinción:
¿Cómo pensar un problema que ya no es de minorfas, sino que en
guerra de independencia de la
nuestro continente es en varios de nuestros palses de máyorias-áomo "Todavía la sangre vertida en la larga
¡oádo pero había sido necesario
es el de las literaturas indfgenas? América hispana noiál¡" su-rruétta;
a estos pueblos f rente al
A su rearidad ra historiografía riteraria ha sido en gran encontrar una denomin""iOn qu" f uese común la América saiona;
o bien le ha dado ra soru.ció¡ de antecedente: eilas
medida ajena,
áxistieron anüs oe
peligro que, desde
"i
;;;¿" "igtopodei
xtx' representaba
deiado por el coloniaie español'
la ltegada de tos conquista-dorái, lred;;ái"p"rec"n como probrema, interesada o"rprr'"i rá"io Oé
como si rearmente no hubiera existido una producción posterior, "n
no la cultura."2
como
si no existiera ahora mismo. Frente a esto nos extenderemos
más ade.
lante en la medída en que se trata de un problema Sinembargo,másalládeladenominación..literaturalatinoamerica.
necesario sobre todo situar c.omo probrema, dándore
compláio
na", existe un tunc¡áümiánto real del
concepto que no siempre-apunta
"i'qr" ""
iLgáiq;"-;r"r"- con su expresióñ' En efecto' al hablar de li'
ce' por una parte, y por otra observar ras rimitaciones que "r á pránteá con a lo que hoy entenderíamos
comienzo sólo a la literatura
el objeto de poder enfrentarro desde una perspectiva teratura latinoameriá"ná r" entendió en un
ta pues, de asumir ra existencia y er varoi de estás óenináni". S;i;;: ;i;;ffi;ii""nr..tiñlrhó rori"" caicedo, que hace el primer enun'
,,literatura latinoamericana" no va más
ritóratur"s
nuestras formas de apropiación áe eilas, en tanto gue ".1áro ciado histórico de ra áxpresi¿n
m i rada occ identa I izada, no eu ropeos, pero
inrestig"dores oe
allá, en el campo d; ;;;iLit de las letras continentales' de su ámbito
"er ro j o ioes,;, c o-mo se-na ro comienza a
literatura latinoamericana recién
con tanto acierto Alejandro Lipchitz. idiomático. La noc¡;;¡;
Et Pais' Madrid' '17 de abril de
.be¿cómo pensar, por otra parte, las literaturas del caribe? ya no
hispánico Domingo, cuba, puerto Rico- n¡ et caribe rran-
el cari- 2 Leopoldo Zea,"¿Por qué América Latina?" en
ttltnrro
cés -santo Ardao, "El americanismo titerario y la integración
latinoamericana"'
-Haití, Martinica, Guadarupe-, gn er que pensamos en úrtimo tér- mimeo.
15
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incluir a Brasir ya entrado.erpresente sigro. Es
Henrfquez ureña quien
asume a ra riteratura brasireña como uña especie historia sobre la pura lógica. Asistimos en nuestros días a la incorpora-
habla de e,a en su curdode 19a0-a1, punticaoo
o"'agi"gaüo aún y
oa¡o eiñorñoü0" ¿u" ción a su concepto, por un lado, de las literaturas de lenguas precolom-
á i,a i ¡ ea. s ioiéi1r . iJiiJq"ré r, 0". binas, con acuñación del llamativo término "literaturas indígenas lati-
co rr i e n t es t ite ra r i as e n t a A m éri ca u ¡
nominación de HenríquezUreña no tiene noamericanas"; por otro, de las literaturas del Caribe no latino, a part¡r
suerte, no es recogiOa poste-
riormente y se van consoridando m¿s-o¡en
ros gentiricios ,,iberoameri- de una afinidad geográfico-étnico-cultural que desborda también de
cana" y ,,tatinoamericana',, es ya un logro qul-te-;;;; otro modo, el riguroso marco lingüístico."s
integrar al Brasil en una perspectiva o"
continental. "iiniJnro
Paralelamente, aunque precendiendo
un tanto ra ampriación de ra idea Es importante anotar que la perspectiva de unidad con que se puede
de América Latina,habían hecho i, ¡n.üi.lán hablar de literatura latinoamericana, así como de la cultura en
en era ras riteraturas y ras -unidad
cutturas indígenas. l" rer"láácl6n'ir"1" la diversidad ha señalado con justeza José Luis Martinez-, constitu'
mienza a hacerde eras.a !l leogscylr¡miento v
principios oá estJsigto, fundamentarmente "o- ye una situación de vanguardia respecto de otros procesos: esta posibi'
er México de ra Revoruc¡on comá en lidad de integración no se ha dado en otros niveles sino como una aspi'
án er surgimiento de ras po-
"ip"?"on
siciones indisenistas de un José carros Mariát"griri; ii;iirl"r" ración de proyectos políticos, ideológicos o econÓmico'sociales
Torre, va a impricar un nuevo intento 0" ,, del continente. Los grandes proyectos integracionistas de los lÍderes
oe oenáminación: ra de rndoamérica.
Tampoco ésta tiene é_xito como e,,pr".ián
der conjunto conti-
de la lndependencia en el siglo pasado caen pronto en la rencilla na-
nentat, pero sin embargo ra re¡vin¿'icááián "orrcante
áe raJcuitüás ¡'náüüñ"" r" cionalista alentada, las más de las veces, por el partido que de ella extrae
de ra identida¿ cJrtuial oet"
marcar su inclusión en ra percepción globar el interés foráneo. Es el caso de guerras como la del Pacíf ico o, más cer-
continente. canamente, la del Chaco, por ejemplo. Estos proyectos integracionistas
La apertura ar cari.be es más tardia. se no surgen desde luego del vacío: se asientan en una real situación de
da recién hacia mediados de
nuesiro sigro, cuando ra m¡ima vór'üi¡ñorrérica organización económica, social, cultural, histórica del continente, cuyos
comienza a asen.
tarse en el continente. y gn los organismás rasgos estructurales aúnan la diversificada realidad cfe su tunciona'
internacionales que ya le
a *;¿i;;;";Jiülo o"
dan su carta de ciudadanía, con ralmeife-nc¡a miento, lo que hace de su evolución una caracterización especif ica, de
la Comisión Económica para América tát¡na
(CEPAL), eLóonráiá f_"t¡- temporalidades propias, que iluminan la mirada del historiador:
noamericano de cienc_ias sociares (cLACSO),
do su vincuración er año 1928, e;;i;;'d;ro btc. n"j]ivu ñáüá"."n"rr- "Un campo privilegiado de historia como señala Pierre Chaunu
vue lndigéne, en donde se hace
der surgimiento de ra Fe-
que transforma tiempo en espacio y - hace remontar al campo más
-
átúrión a ella.{ para el caso del
caribe no ratino er probrema no "*pr""á
tei*inrüJ desrindarse. son territorios alumbrado de la historia procesos que en otras partes, por haberse de-
que han ido accediendo cacia vez sarrollado a lo laroo de centenas de milenios. escapan al conocimiento
más, en térm¡nos oá r¡iár"r"r" o"
cult.fr.ara. una integración con América'Látina v histórico y corresponden a la marcha indecisa de la proto y de la prehis'
como conjunto. En este
sentido ros organismos internacionates nan tor¡a."6
empreado ra expresión
"América Latina y er caribe", ooseruáÁáá su posibiridad
al mismo tiempo que su individuaridad como deasociación
con¡unto. Lo ciertá qr" En efecto, las formas de la colonizaciÓn condicionaron un desarrollo
existen, como intentamos apuntar en uno de tos'trabaj;; "" según esquemas semejantes, tanto en el área hispanoamericana como
volumen, razos estructurares oe conformáción ilíplr"rente lusitana o Caribe, donde las diferenciaciones regionales se dieron so-
cufturar que tienen que
ver con formas simirares de existencia
histórica, ¿" r"rp.]""t, á"ánori- bre todo a partir del tipo de materia prima a extraer: trabaju en minas o plan-
-,.":i1 cutturat que. encuentran su taciones, para buena parte del territorio. Ellos generaron una estructura
:1 expresíón en et discurso tirera-
.o' a pesar{ de ra distinta metrópori coronizadora.
afirmar a Arturo Ardao que:
est" i¡irráion i""" socioeconómica precisa, que se constituyó en el f undamento de un de-
sarrollo orientado en dirección capitalista que absorbÍa en distintos
momentos de su evolución y en distintos grados de desarrollo elemen-
"Como órganp literario de la nacionalidad al f ¡n verdaderamente con- tos parciales de otros modos de producción que iban asÍarticulando un
tinental, conciencia o autoconciencia de una comunidad históri- todo heterogéneo, cuya unidad fundamental estaba dada por la estruc'
co'cultural de complejo desarrollo, la líteratura latinoámer¡cana1¡"n. tura de base impuesta por el sistema colonial. Al mismo tiempo que las
de hoy a iebasar la propia área idiomática de la que sáca su nomoie. su- diferentes metrópolis establecían diversificaciones de tipo institu'
cede ello hacia opuestos extremos, por imposición, una vez más, de la
5 Arturo Ardao, ,,Nacionalidad y cont¡nentalidad en América Latina", en
¿
Véase nuestra lntroducción a Hacia una historia de ta !iteratura latinoameri_ Cuadernos de Marcha, n. 12, México, 1981.
cana, AnaPizarro, coordinador, México, f.C.E., án cursó Oe-puOlicáción.-' 6 Pierre Chaunu, Las grandes tÍneas de ta producciÓn h¡slÓr¡ca en América La'
tina (1930-1962), Caracas, Univ. Central de Venezuela' 1965, páq' 9, nota 4.
16
17
cional, de principios morares, de tradición curturar, generando separa- Otra de las cuestiones de base a que se enfrenta el intento de aprehen-
ciones entre el área hispana y rusitana por ejempio, estaban condi- der la organización del discurso literarlo es la consideración de ün discur'
gionando una respuesta der mismo tipo, un pri.¡c¡pío de un¡oaá so literario múltiple. Es tener que dar cuenta de un desarrollo global
tural al imponer la economía mercantir. Ar ejercei presiones simirares
"rtru"- en cuya voz se ponen de manif iesto discursos diferentes, como estra-
estaban irnpulsando sin proponérsero desarróilos anárogos. Dentro del tos paralelos, que la gran parte de las veces no tienen interconexión.
análisis de esta situación, donde los impactos exteinos producen Efectivamente, aquello que llamamos literatura latinoamericana consti'
respuestas unitarias, José Luis Romero hace el siguiente señálamiento tuye en realidad un conjunto formado por lo menos por dos o tres siste-
de los mecanismos operativos de diversificación y unidad para er caso mas literarios diferentes según las regiones, que prov¡enen de sistemas
del proceso de industrialización europeo: culturales en general bastante diferenciados. En tales casos y regiones
se llega a confluir en "la heterogeneidad esencial" de una literatura de
"Empero, nuevos impactos externos contribuyeron a robustecer c¡er- acuerdo con la anotación de Antonio CornejoPolars para la literatura pe
tos rasgos comunes a toda l-atinoamérica. con la revolución inoustr¡al ruana. Se trata de un proceso plural por cuanto responden en un mismo
modjficó rápidamente tanto ros sistemas de trabajo como ras período a temporalídades diversas, a una historia de sectores distintos
lurooa
formas de vida y tares cambios repercutieron sobre toda iu periferia. de la sociedad, así como a diferentes medios de plasmación, ya sea en
Latinoamérica sintió otra vez ros estímuros y ras coacciones oralidad o escritura. Se trata de un discurso global formado por tres sis'
lüá pror+
nfan del foco alrededor der cuar giraba su vida económica, sociat'y
cut- temas: un sistema erudito, en español, portugués u otra lengua metro'
ty¡al' y respondió operando ciertos cambios para adecuarse a ra nueva politana, un sistema popular en la expresión americana de las lenguas
situación. Pero no fueron en todas partes los mismos. Nuevas diversifi- metropolitanas, o en créole en el caso del Caribe, y de un sisterna litera'
cacione's se operaron con las variadas respuestas ofrecidas a los mis- rio en lengua nativa, segun la región.
mos estímulos, y una vez más las contradicciones se acentuaron entre Esta pluralidad de sistemas no agota sin embargo el espesor del dis.
el desarrollo local espontáneo y las deterrninaciones exógenas que co- curso global: es observable en el nivel del sistema culto es
locaban toda el área latinoamericana en situación análoga-con reifecto del que nos ocuparemos fundamentalmente- la existencia-quede mo-
a los núcleos de los que dependla.,'z dulaciones de diferente desarrollo que se superponen y que establecen
secuencias imposibles de ser comprendidas en términos de linealidad
unidad diversificada, el discurso de la literatura latinoamericana no cronológica. Es en este sentido que se da la preocupación de Beatriz
constituye sino la plasmación a nivel estético de la organización que Sarlo que apuntamos:
estructura históricamente al continente y gue se expresa en la cultura a
través de toda una serie de medíaciones. La respuesta a la interrogante "El problema que yo quería anotar es qué pasa, cómo damos
de qué es literatura latinoamerícana necesita, pues, ubicarse dLntro cuenta. Me parece que no se puede tomar una linealidad dema
de los parámetros, de ras significaciones curturares comunes que ailí siado delgada. ¿Qué pasa cuando coinciden varios sistemas lite
han desarrollado y que renuevan en cada instancia sus respüástas. rarios que son igualmente fuertes? Yo pienso en dos casos: un(
1e es el paralelismo de la gauchesca con la literatura culta en el sigl(
Es en el ámbito de una semiología cultural donde puede s¡tuar-Je ánton-
ces la observación de la pertenencia de un discurso literario al ámbito XIX argentino, uruguayo' El otro es el de las vanguardias, por ur
de.nu.estra historiograffa. La literatura es, sabemos, patrimonio univer- lado cón las literaturas regionalistas y por otro con la literatur¡
sal y la experiencia estética no conoce fronteras, pero las obras surgen popular de la industria de masas. No es sencillo: se ha hecho ve
de una determinada cultura y se insertan en el tejido de la sociedad que bn la trayectoria de la literatura argentina la gauchesca en culmi
las ve emerger. Este es er sentido de nuestra preocupación. para si- nación y el resto es considerado como antecedente. sarmiento
tuarlas y llegar a su comprensión cabal necesitamos obseruar el siste- en 1850, ve la gauchesca como una línea de permanencia de la li
ma donde se insertan y er imaginario sociar que prasman. porque,,si ra teratura argentina y de la que se estaba produciendo en el Uru
pode
crltica no construye obras, sí construye una literatura" la ánseñan- ü.iáv. t-a gáuchescá es una permanencia. Es decir ¿cómo
-es ica
z.a qye dejó Angel Rama- y ra rabor de ra crítica historiográf
en Amé.
mos hacer para llegar al sistema literario complejo? En una sc
rica Latina para la literatura es generar conocimientos sóbre los modos ciedad están funcionando al m¡smo t¡empo elementos que sol
de f uncionamiento y el desarrollo de nuestrós sistemas literarios como pertenecientes al sistema popular, al sistema culto, elementor
proceso. Es en este afán que situamos y delimitamos. que vienen de sistemas anteriores, elementos que anuncian lor
posteriores, elementos residuales. Además' yo creo que están et

7 José-Luis [op.qro, El pens.amiento potÍtico de ta derecha latinctamericana,


-
Buenos Aires, Paidós, '197Q, pá9.22. EAntonioCornejoPolar,.Elproblemanacionalenlaliteraturaperuana',,en
QuéHacer, n.4, Lima, 1980.

t8 1l

ü
popular"?
comunicac¡ón. Por ejemplo yo me planteo el problema de la inf le- contará, pues, para el caso de las literaturas
en esas
"ll1l91:: "on
áreas del conocimiento'
xión criollista que tiene la vanguardia argentina, inflexión que es el estado actual de tainvestigaciÓn
contemporánea al criollismo urbano que plantea el tango. Yo diria Podríamos preguntarno" IOrno
han sido resueltos este tipo de
En términos generales la
que hay ideologemas de la poesía de Borges en ta década del vein- p,JoI!'r?Já iri"ñi.üiiá" tiáoi"tonrleslo.
es decir' .la oue antecede en concep-
te y hasta el treinta y cinco que son ideologemas correspondien- historiograf ía literarra tradicional'
iniciador en nuestro continente
tes a los del tango. Es un sistema que habla de la circulación so- ción a la de Pedro H";;ü;;;üi"n'' "t teniOo muchas limitaciones f ren-
cial de los discursos lo musicalizado no entre en el pro- de ta moderna nistorioüla}á",:i Jr*"'ni
yecto-; lo que a mí me -aunque
preocupa es cómo pueden quedar repre- te a la complejidad de i'" ""''"ii"
o,|rt"ur y literario como el latinoameri-
aqlicar modelos !e!1i111 sur'
sentados de algún modo, cómo el espesor del f uncionamiento de cano. No era posible, p;;;;;p;ximación' a cada momento senerar
hace necesarió
la literatura en una sociedad puede quedar representado,'. ñL";'j!;i;J.;;iüáJ", v
"" un aparato conceptual ca-
instrumento" prop,otptLn reacondicignar
de una cultura y una lite-
paz de adaptarse , r' oe ros problemas
La diversidad de discursos ha implicado una primera delimitación del ''t'"á'iá" creativaa los compleios procesos cul-
ratura que surgen
trabajo de periodización que se vincula con la concepción general de la
historia literaria a construir. En la discusión previa, que intentaba deli-
";;;tp';ita
turales de la depend#";;' á;E"o
por. esto mismo de reduccionismos'
o" simplificaciones' de haciona-
near la forma de concebir la historia Domingo Miliani habló de una ,,his- de transferencia de #dü;t;órüá"'
al investigador actual respuestas
toria posible" de la literatura latinoamericana, en tanto trabajo de arti- lismos de todo tipo, q"ul"-'i'"g;oun q.ue no póoia transitar' También
culación de los diierentes niveles de inserción de lo literario, de la pa- no satisfactorias, cañinos po-r los
de organizaciÓn de un conjunto
labra en la cultura, en la sociedad, en la historia: una historia "verbal", entregaban aciertos, cá'á'io"n" de ptopoticiones de solu-
"transversal", "soc¡a|", "conceptual", una "historia de la lectura litera- comple¡o y disperso' i"-s i¡m¡taciones "Ét""
han_sido, por una p.arte, el no re'
ria", una "historia con derecho a la universalidad". ción de nuestra hirtoiáüráiiá riier"ri,
cultural, reiiiiendo la literatura lati'
conocimiento Oe nuásiiá'pluiaf iOa¿.
il;;;;i;;r-sólo a ia titeratura del sector culto'
"En la med¡da en que esa historia sea capaz
-dice Miliani- de pluralidad como una secuencia' en donde
Por otra, establecienáo
rompe," la concepción del universalismo metropolitano centrado en "tt' ñrnitiO". al pre-colombino, en términos de
las literaturas ¡nOigeüs-s-on
Europa y ahonde en las variantes diferenciadoras de la produc- en la legitimidad de
i;;g";;;ilááe' absorbidacanonizada
ción lati noamericana en tanto función de una literatura general, "antecedente", que de los sec'
c-ultura
un literatura oe tenguá-;átiopoiit'n"'.la rit secuencias literarias de
en esa misma medida la cultura intelectual de América Latina con-
tores doninant"'' sJii'"pliñái" áii'i'm9 que no da
temporánea conquistará en forma endógena su espacio en la his- una linealidad cronolÓgica
toria de la cultura".g sistema erudito reouciánááras a cuestiÓn' tlos pqre531
en absoluto cuentajJi;;;;";
de!-sls!1T9 en
embargo que es o" rá ptlJ5üen
é'ioencia oe la compleiidad del con'un'
Aun cuando la proposición de Domingo Miliani apareció como una de sus encubrimientos' de
to, de sus contrao¡cáiLnes y convergencias'
unidaá cultural que constituve
lz
meta de dif icil realización, la concepción de la historia literaria que ella
implicaba quedaría como un punto f ocal hacia donde orientar el trabajo donde puede ,r,g¡iiá Ji'ársif icadá oe reconocimiento es una condi
particularidao oel §u t"rta
de un proyecto que tiene conciencia de sus limitaciones. Más allá de la
[ünánte para lo "oniiñ"rli"'
que señala Angel Flama como:
dif icultad de apelar a equipos interdisciplinarios -de lingüistas, antro' que per
ese cañamazo minimo
pólogos, sociólogos, economistas, historiadores- en un encuentro que "La demora padecida para montar América Latina, constru
toda
mita unifica, á;;;;Jtitárarias
no eslamos en condiciones de realizar, es evidente que carecemos de de
global y coherente' que la:
un instrumental teórico-metodológico para otro sistema que no sea el yendo, a part¡iJJl'un tin¡co discurso
en cambio lo lograron ya lus eco
elaborado hasta ahora de acuerdo con las exigencias de la literatura culta. represente crfticamente' como p"t" sus resPectivas dis
En efecto, si la investigación en el sistema literario culto ha avanzado nomistas, tJüü;;'á' rr¡stor¡aoo'át repertorio de conceptor
considerablemente en los últimos sesenta años, en los sistemas popu- ciplinas. e"t"" Éán benef iciado dL un
lare indigenaen cambioel trabajodesarrollado es muy inicial. En estos ""
sénerales 0,""'il üiltü;ñ;;
l" frasmentaciones particula
términos la concepción de la periodización, como la concepción de la
historia concreta a elaborar guarda directa relación con el nivel de de-
sarrollo de los materiales de investigación que se tiene actualmente. Se

e Domingo Miliani, "Historiograf-ia literaria latinoamericana. Más allá del in'


Hpisii*:.',bgi,*'É+ig*rnru.t*
tJiloi-¿l' ñ,i"étiJ rabaio
i r el ##É*#dn",:i*
" A p reh e n d e mo v I

ventario y ia anécdota. La historia posible". en Aná Pizarro; op' c¡t. ciai;'-en el Presente volumen'
¿
20
es el caso en que un sistema literario en donde los elementos Es necesario anotar, como lo hace Domingo Miliani, que en los mate-
europeos son fundamentales abre la posibilidad de la inclusión riales anteriores al descubrimiento exiSte una codif icaciÓn Gon su pro-
como material ideológico, como factor constructivo o como pia poética, con su propia ref lexiÓn metalingüistica sobre el texto poéti-
incrustación lingüística: son sistema de mezcla o de contamina- co, diferente de lo que es el estatuto occidental:
ción. Es la modernidad la que permite la incorporación de zonas
de los sistemas literarios indígenas o de las lenguas indÍgenas, o ,,En la literatura náhuatl Miliani- hay una perfecta con-
bien modalidades retóricas incluso de esos sistemas". -señala
poética, sus coloquios. Hay una li-
ceptualización literaria, con su
terariedad indigena: hay una poesía laboral, mortuoria, satírica,
Estas distinciones permiten acercarnos al corpus de estas literaturas af ectiva".
en su ampliadimensión, a los materiales que las conforman, con el ob-
jeto de observar sus d¡ferentes formas de existencia. Se trata de sus Existen por otra parte los materiales en lengua original oral: las
formas de existencia discernidas desde nuestra perspectiva: es evi- expresiones populares folklÓricas recogidas en cualquier perÍodo. Tam-
dente que no se está hablando del mismo ob¡eto cuando nos aproxima- bién están las recopilaciones en español, que Son transcripciones, ta'
mos a El zorro de arriba y el zorro de abaio que cuando lo hacemos al les el caso de Armellada en Venezuela, por ejemplo.
Popol Vuh o al Chilam Balam. No tienen desde luego el mismo fun- Es necesario considerar luego la plural repercusiÓn indigenista pos'
cionamiento social, el mismo funcionamiento institucional, ni el mismo terior, que asume caracteres diferentes en su trayectoria y en su trata-
tipo de público. miento.l Encontramos el indigenismo de perspectiva romántica, que
adopta el tono piadoso y lastimero. Es el que está en cumandá de Juan
"En el caso de las literaturas indÍgenas Beatriz Sarlo- León Mera, el de Anaida e lguaraya de José RamÓn Yepes y hasta el de
-continúa
no es propiamente lo literario, es más bien lo simbólico discursi- clorinda Matto de Turner. Está por otra parte el indigenismo reivindica-
vo, que puede tener función religiosa, función mitológica, puede tivo político, el de Huasipungo, de Jorge lcaza, que no deia de ser aieno
tener f unción propiamente de voz. La literatura es más bien lo que a la realidad del indio, porque alli no está el indio, lo que está es el tema
una sociedad acepta como tal. Es necesario describir el f unciona- indigenista. Ya más contemporáneo es el indigenismo raig.al, interpreta-
miento diferenciado de estas textualidades en cada una de las for- tivo, desde una perspectiva como la de José Maria Arguedas, de Miguel
maciones sociales". Angel Asturias, que retoman elementos, núcleos de signif icaciÓn cultu-
ral para construir un discurso transcultural, integrador' .
Entre los materiales que recibimos existen desde luego los códices, Et caso de Brasil no es suf icientemente conocido en el resto de Amé-
documentos del área mesoamericana rica Latina, tampoco en este aspecto. Respecto de él apunta Antonio
-en la América del Sur los libros
se encuentran ausentes y de los quipus poco se sabe aún de su función Cándido:
como recurso mnemotécnico- conservados en número reducido. Se pre-
servan de la destrucción sólo tres códices mayas y un número escaso de "En 1920, en lo que nosotros llamamos el Modernismo'hay una
códices nahuas. De escritura aún no descitrada sino en una parte míni- vuelta al interés Éár ros indigenas, y es la teoria de la antropofa-
rna, de carácter a veces ideográfico y en tránsito hacia el signo fonéti- gia. En otros movimientos el indio va a ser utilizado para hacer un
co, estos documentos se encuentran en plena exploración. En el caso nacionalismoqueterminavolviéndosefascismo.Elindiovaaservir que
maya se relacionan con signos matemáticos, cronológicos o relat¡vos a para la total subversión de un discurso porque el primitivismo
pregonaban, el art negre de Francia' que
cálculos astronómicos. Lo fundamental que nos ha llegado de la litera- ios autores franceses
civilización' aqui estaba liga'
tura precolomb¡na ha transitado otras vías y ha pasado, en el caso de la era una reacción contrá la excesiva
do a la vida cotidiana. Entonces tenemos un caso muy curioso
literatura náhuatl a través de ta apropiación hecha por los grandes recu- de
peradores del siglo XVl, los misioneros, alentados por algún plan de go- una inf luencia francesa, una rem¡niscencia indÍgena y una trans-
bierno. Ellos se ocuparán de la gran memoria histórica, y con concien- formaciÓn del discurso literario"'
cia de etnólogos, como Fray Bernardino de Sahagún, transcriben, ha-
cen el inventario, clasif ican. En el caso maya, textos de enorme riqueza Elinterésporloindígenaesunaespeciederecurrenciaquesetex.
literaria como Los libros del Chilam Balam, fueron redactados después tuállza a lo lárgo del póceso de la literatura latinoamericana. Muchas
se
de la conquista, con la ayuda del alfabeto latino por sacerdotes mayas, veces encubre otros áiscrrsos en la medida en que el indigenismo
y son transcripciones en.gran parte de códices jeroglíficos o fuentes hacedesdelaperspectivaoccidental:esnecesariamentelamiradadeI
las litera-
orales tradicionales. Existen, entonces, las transcripciones de textos ;iá Áñ;; nie'ñ ¿cbmo asumir y dar respuesta al probtema de
hechas por indlgenas. Entre ellas se encuentran también las supervi- turasindígenasenunahistorialiteraria,dadoqueellasexistenbajodi-
y ubicar
vencias quechuas, un poco tardías. ferentes formas y constituyen una continuidad? ¿DÓnde cÓmo

24 25
su existencia? Cuando reflexionamos sobre estás interrogantes nos que es también muy importante, que es el del intento de recons'
movemos necesariamente entre la disyuntiva del "antecedente indlge-
rrucción intelectual: cómo fueron, cómo se organizaron las litera'
na" es lo que nos ha sido entregado- y la negación de este ca-
-que
rácter por cuanto estamos concientes de que son.literaturas que consti- turas indias, que ya es del siglo XIX y del XX' Además e! p9rl9{o
Aá cuanOo ée'coñgetán-á de, su imposibilidad de
tuyen un continuo. Además este continuo va interfiriendo en su de- y "oá"""u"ácia
continuidad creativa que le dan los ti¡lti-
tontinuidad folklórica la
sarrollo con otros.sistemas, que adoptan frente a él distintas modalida- manejo
des de apropiación. mos tiempos. Yo creo óue rray tres grandes-momentos det
si lo otro no es icción, si lo que pode'
áe Áuestá relación' No sé f

"Aquf estamos mts oontar realmente es nuestra relación con las literaturas indl-
-agrega Antonio Cándido- en un ejemplo muy genas; eso es lo real que ha ocurrido'
curioso de nuestras deformaciones metodológicas. A pesar de to- "-ÉJ decir, yo no sé sisituat áL comienzo las literaturas indias no
das nuestras afirmaciones estamos con un esquema historicista, uná iü"¡án demasiado pedagÓgica y al mismo
tiempo en cierto
positivista y liberal de antecedentes y consecuencias. La idea de ". que yo creo que hubo fue un intento de recuperar'
modo falsa. Lo
antecedente da la funagen de una cosa cuya existencia, cuya vali- tenemos-las grandes colecciones de materiales y las pri'
dez era pre-existente. Pero esto coexiste, es registrado después y
áonO" pe'
,átát traducciones' Es realmente un intento de transcripción'
tieqe una vida diferente junto a otras culturas. Registrado no es lo fascinante
ro sucede lo que con tá tiááucción, con esa sensación
mismo que su existencia antes de ser registrado. Tenemos más
;; q;1"" táucciones en las diversas épocas no tienen que vQr
bien que encontrar alguna expresión, algún concepto que
Ááaá ,na con la otra: es decir que están incorporadas a la estruc'
muestre la existencia simultánea de esas realidades a veces ar. que domina la época, están hechas a ese sistema'
ca¡cas, pero que están relacionándose al mlsmo tiempo. y es esta
iurácultural
-
io _más allá de los materiales que ha señalado José Luis
caracterlstica de América, este contraste, lo que hace convivir por "r"o los códices, que son representativos de una cultura an'
Mariínez,
ejemplo en un mismo tiempo al surrealismo con las culturas indÍ.
genas". terior_quehayconstruccióndediscursosinterpretativosyrecu-
p"iáoorüáe lás literaturas indfgenas a lo largo de un perfodo
La cuestión que necesitamos enfrentar es la evolución de un conti-
ñiuy grande. Es una especie de recurre¡cia y muchas.veces.en'
.rir.- simplemente oiros discursos'Porgue no son los indios
nuo independiente como sistema y por lo tanto paralelo ál desarrollo de Como decía Mariátegui' lo hace'
iot qu" ft"ó"n ese indigenismo.
otros sistemas literarios. Estos loapropian, lo retoman, lo revitalizan en ma'
determinados momentos de sus hístorias literarias. En esta medida pa- mós'los que pertenecelros a esa cultura de dominación' Son y que s¡
reciera que la perspectiva de organización de estas literaturas es la de neras de ver el tema que aparecen a lo largo de la historia,
dásfiguran. Lo más sorprendente para mí
la manera como estas sufren el proceso de nuestra apropiación. Anota tir"-r"ápárán iárOi'¿n
pasar de un
s¡empre es esa sensación extlañlsima que nos hace
Angel Rama: no conozcb nada de los indios- y estamos
traductor a otro -yo
ma'
lá épo"" titerariá a la que pertenece el traductor' De alguna
"A mf me produce incomodidad la introducción o preámbulo de "n lo que dice Borges de los traductores de Las mil y una
las historias literarias consagradas a las literaturas indlgenas. ""á "i
nochesi ellos siempre sá parecen a la literatura de la
época que
Siempre me pareció un poco mltica esa forma de organización eltos uiven en lnglaierra o Francia, eso y hace la diferencia enorme
porque es una entelequia; y me he preguntado si no obedecemos eio también lo que ha pasado
a una especie de dominante cronológica: como evidentemente es'
á"ip 1"" versioñes. Yo creo que es
con las literaturas indígenas.
taban antes y hablan hécho su literatura, situémoslos antes para pasando de.ge.nera-
El indigenismo es un drama que seguimos
comenzar y terminar con el problema. creo que a pesar d:
ciOn en gáneración y sobre esto vo no l?9:L:-
Históricamente lo que ha ocurrido f ue una cosa completamente o Augusto Roa Bastos sean otra cosa que llre-
sá MalJArguedas
diferente: es que las literaturas indlgenas §ón un producto de la se entiende: el
raturas europeas, literatúras europeas americanas
cultura europea sobre los materiales existentes. Es un continuo y 19 p1t'91"-u
se da permanentemente, pero yo pienso que hay tres grandes mo'
;;it", ta organización del material tiene
integración
que
de
ver con
elementos indfge'
l¡terar¡o's de ñuestra época. Con
mentós de luncionamiento de nuestra relación de conocimíento
con las literaturas indigenas' Yo creo que hay uno que es el inten'
;;, ;ñ án el sentidó en que cualquier literatura puede incorpo-

to de recuperación de esos materiales que se da desde el siglo ráibitot elementos sin césar' La literatura está siempre incor'
que el es'
porando elementos de diversa procedencia' pero yo creo.
XVl, con Sahagún, evidentemente. Que es un proceso intelectual A pesar del esfuezo'
que responde al espíritu de la colonia, al esplritu de un conjunto iu"rá "" de literaturas europeas americanas'
de investigadores y religiosos. Hay otro perlodo que me parece
dáá qr" sigue siendo novela latinoamericana' En cambio sl
creo que hai una cantidad enorme de creadores, de la escuela

26 27
cuzqueña, por ejemplo, de los últimos treinta años, que hacen ción periódica: ella no explica el proceso mismo del discurso sino qur
otra cosa. Es una escuela que trabaja en quechua, que escribe en lo remite a cortes exlernos. Estas situaciones externas desde luego lr
quechua y gue ha tratado de crear una literatura sobre lenguas in- condicionan, lo silúan, f rente a ellas la literatura entrega una respueste
dígenas. Eso sí me parece realmente importante y merecería de al. pero no necesariamente le corresponden como rupturas propias. L,
guna manera considerarse. También el caso de los bolivianos que organización de acuerdo con movimientos y corrientes literarias respond
han hecho todo un desarrollo: no hablo de las recopilaciones sino en mayor medida al corpus en estudio. Sin embargo! como lo señatáb¿
de los que intentan volver a reponer el aymara, volvera trabajar mos más arriba, el espesor de éste no puede ser simplif icado en una st
con él y hacer una obra. Eso sí me parece importante. lncluso es la línea de evolución, ubicada en uno solo de los sistemas que constitt
muy curioso porque desde el punto de vista de las estructuras, de yen este discurso: si hablamos de un período de vanguardias en las pr
su composición, el manejo de personajes, siguen siendo literatu- meras décadas del siglo XX ¿no existe paralelamente un regionalism
ras latinoamericanas pero en lenguas indígenas. de gran potencialidad? ¿No existe una literatura popular que se expres
Lo que yo sugiero simplemente como posibilidad es buscar en otros códigos? ¿No existe también una recuperación importante d
otra organización del material gue no sea la tradicional y que en las literaturas indígenas? Correspondiendo sin embargo al movimient
cierto modo haga depender este tema es un continuo, que del discurso literario, esta organización pareciera no revelar la plural ni
-quehaga turaleza de su identidad. La organización por épocas culturales
tiene Jiversas modulaciones históricas-,lo depender de có-
su parte-, tales como Renacimiento o Barroco, tiene el inconvenient
-pc
mo lo estamos mirando y ccímo lo estamos insertando dentro de
las literaturas de origen europeo, porque eso es lo que estamos de no dar cuenta exactamente del proceso de literaturas que se consl
haciendo permanentemente." tuyen,no como eco o transposición mecánica de los modelos literario
metropolitanoqsino como respuesta creativa a los procesos de expar
Hasta aquí la ref lexión sobre la inserción de las literaturas indígenas
sión de las literaturas metropolitanas o de centros culturales hegem«
en la historia de la literatura latinoamericana. Se trata de una ref lexión
que hace propociones concretas, intentando asumir el problema con el nicos. Respuestas desarrolladas en condiciones de dependencia ec«
nómica y social, que lejos de entregar una expresión especular de esl
realismo de nuestras limitaciones.
relación, genera más bien mecanismos de descentramiento, de defo
Junto a éste, otros problemas historiográficos llaman nuestra alen" mación, de respuesta creativa. En este sentido la historiograf ía literari¡
ción. y la periodización por ende, debe considerarse como una disciplina qu
lleva a la práctica la aprehensión conceptual de este desarrollo, que e
la expresión de Antonio Cándido es el proceso " de toma de concienci
literaria y de tentativa de construir una literatura".
De la organizaclón en perlodos
Lo que se intenta organizar es la dinámica de una historia literari
constituida por una gran dialéctica de ruptura y continuidad. En ella te
Las formas de periodizar de la historia literaria so¡ conocidas. r4 Se demos a m¡rar las rupturas: es necesario ampliar la mirada al espaci
ha pensado organizar el discurso literario por siglos, en una perspectiva vasto del tiempo de las sociedades para darse cuenta de la persistenct
cronológica: literatura del siglo XVl, del siglo XVll, etc. Esta forma de or- de la continuidad. Hay un discurso que surge y se va constituyendo cr
gan ización presenta el inconveniente de simplificar el esquema sin apor- mo tal en un período de lento aprendizaje que es mimético y creatil
tar un conocimiento sobre las modulaciones que adopta el discurso en respecto de su genealogía y que se va moviendo entre estos dos polor
proceso, sobre sus rupturas y sus continuidades en términos de pro. Se desplaza entre mimetismo y creatividad con voz balbuceante
ducción literaria. En el mismo sentido se ha adoptado para periodizar
-es
gran estética del balbuceo- y se inserta en la historia "particularmenl
cortes propios de la historia polftica: se habla del ,período de la lnde- lenta de las civilizaciones, en sus profundidades abismales, en su§ ra
pendencia o de la Colonia. De alguna manera este tipo de denomina- gos estructurales y geográficos" de acuerdo con la gran reflexión c
ciones se ha canonizado, pero la aceptación de la denominación no Fernand Braudel.ls Nuestra literatura se constituye como tal, conforr
implica necesariamente la designación a partir de ella de la organiza- sistema en el tiempo de Ia larga duración
-el tiempo en que se erig
una cultura, una civilización- hasta llegar a una etapa de consolid
ción como tal, que es el momento de independencia de su discurs,
r4 Véase entre otros Oldric Belic, ,,La periodización y sus problemas,, en
Problemas de titeratura n. 1., Valparaiso, Chile, 1992, Beátr¡z_aónÁiz,
"i" pe-
riodización en tas historias de ra riteraturá tat¡nóameiicáñá,,, óaiáóás,Dbc[men-
Centro de Estudios -éárregos 15 Fernand Braudel, Ecrit sur l'histoire, Pariis, Flamrnar¡on, 1969. La traduccii
!q_.Op_ lfaUejo, Larinoamer¡canós' nómutci es nuestra.
(cELAHG), 1982.

28 ¿
Más allá del aporte permanente de otras literaturas y culturas, éste se "En América Latina la literatura fue una imposición. Es curioso
asienta ya en sus propios modelos literarios y se nutre del imaginario ver la correspondencia de los capitanes generales, Ia insistencia
social de su propia sociedad, eje sobre el cual articula ahora su espacio al mandar promover creaciones literarias. ¿Significa eso que era
orgánico. Habrá otras maduraciones en la. lentitud de la construcción una literatura odiosa, reaccionaria? No. Ello es un mecanismo de
social: nosotros tenemos el privilegio y el desaflo de observar hasta dominación y dentro de ese mecanismo de dominación fue produ"
aqul su movimiento, aprehender su utopía, organizar y reflexionar con ciendo sus contravenenos. Fue así.
los elementos que tenemos la búsgueda de nuestra expresión. Yo pienso que durante todo ese proceso del descubrimiento ¿
El proceso de consolidación de una literatura: podrfa argijirse la pers-
pect¡va rereorógica, ra v¡sión l¡nalista de esta proposición. Estamos
la colonización
-en el caso del Brasil es un discurso que se en
cuentra desde el siglo XVI hasta el siglo XVlll- la constitución dt
en
una situación en donde lo importante es la creación de una literatura un discurso americano se dio con gran ambigüedad mediante ur
au!ónoma y poderosa que trabaja independientemente. Es en este sen- movimiento dialéctico entre la visión realista y la visiÓn transf igu
tido que observamos las diferentes fases: una primera fase de implanta- radora. Porque ambas eran necesarias para fa literatura, que erÉ
cién, una segunda fase de superación, una tercera de indepenáencia. una concepción de la realidad. Los recursos de los hombres erar
Ellas van respondiendo correlativamente a una época en dónde lo im- muy pocos, y esto es una manera de comenzar a explorar el terri
portante son los géneros, una segunda en donde io importante son los torio. Por una parte se necesitaban tantos esclavos para produci
movimientos y una tercera en donde lo impoitante son las tanta azúcar
-Soares de Sousa
constataba objetivamente-,po
corrientes. También esto nos parece ser una evolución evidente en el otra se decía que a veinte millas del litoral aparecfan monstruos
tratamiento de la literatura. Es importante señalar que no sólo la literatura sino la propia ac
El primer perfodo observable es, pues, aquel que se desarrolla en el ción del colonizador brasilero estaba entre esos dos polos. No s(
discurso dialógico del descubrimiento y la conquista, en donde los in- trata de que el portugués fuera idealista o realista: era ambas cosat
terlocutores consignan una visión de los vencedores y una visión de los y ello constituía una constante. No era una mera proposición de li
vencidos como los polos en donde se va fraguando muchas veces en imaginación, era una necesidad de ocupar la tierra por la imagina
medio de grandes contradicciones ideológicas el discurso de.América.ro ción al mismo tiempo que la tierra era ocupada por el trabajo. La li
Se trata de un perfodo que se ha visto durante largo tiempo como una teratura, pues, en ese momento ocupa la lierra por la imaginaciór
etapa negra de nuestra historia cultural por la impronta del dogma- y esto es una de las grandes constantes de la literatura colonial
tismo y la dominación. Ya los estudios sobre Bartolomé de Las Casas, creo que en toda América. Nuestra realidad fue ocupada por la ima'
los recientes sobre Alonso de Ercilla, los trabajos de Antonio Cándido ginación y la imaginación la transfiguró: surge entonces una vi
sobre la literatura colonial en Brasil, asl como los de otros investigado- sión gue deja de ser cualquier necesidad de relación con la reali
res, nos han entregado la perspectiva de un lapso de enorme dinámis- dad para ser creación literaria. Va a constituir el paso de la visión re¿
mo intelectual a pesar de la imposición y también justamente a ralz de lista, el paso de la falta visión paradisíaca al discurso auténtico, a
ella. un período en donde surge la voz anticolonial desde el mismo colo- discurso literario. Esta es la dialéctica. Entonces yo pienso que debe
nizador, una etapa en gue la palabra se fragua en el mimetismo y el en- rla considerarse en ese primer momento la línea que muestra los dor
cubrimiento, que conforma un lapso de aprendlzaje y de formación. por tipos de discurso y ver después cómo se transforma en discurso lite
esta razón a este perfodo hemos dado en llamar el periodo de Formación, rario. Es un discurso literario que es una legitimación de la fantasfe
y se extiende desde la textualización dialógica de la conquista hasta an- Aquello gue serfa hoy para un historiador irreal o fantásticr
tes del surgimiento del discurso ilustrado de fines del siglo XVlll, en exíste en la literatura. Por eso la literatura es tan fundamental et
donde nos parece ver un cambio signif icativo en la textualidad. Ella asu- Brasil como en toda América en el período colonial más que el
me allí otra perspectiva histórica: la de la emancipación. Desde luego que otros períodos: porque ella fue refuerzo de la colonización -la li
no se trata de una conformación temática solamente, sino de una tex- teratura hacia circuiar los valores religiosos, políticos bajo la fot
tualización de la historia, en la consideración.de que "la literatura ed ma de valores estéticos- y por la ocupación imaginaria de la re¿
historia, y.la historia, es un elemento de la estructura literaria y la expe lidad que daba deseos para la acción.
riencia estética".rz Allf se va articulando un discurso americano, que Yo estoy pensando en aquello que se podría llamar la constttu
Antonio Cándido reflexiona de la siguiente manera: ción de un discurso americano para la colonia. Ese discurso arne
ricano es la manera como el europeo ve América, la manera por li
16 Véase Beatriz Pastor, El discurso narrativo de ta conquista de América, La cual él trae los instrumentos de organizaciÓn de la cultura. Cre«
Habana, Casa de las Américas, 1983. que en ello habría dos partes: primero la formación de la imaget
17 Véase Robert weiinann, «sigrificación pasadá y sentido
actual de los estu- de América, con las dos llneas, como información y como transf i
dios de la historia literaria», en Eco, t. 35, n.213, Bbgotá, julio de 1929. - guración. Esta formación de Ja imagen de América, que de cierti

30
manera es en el fondo la apropiación de la tierra por el espÍritu, se constructora del discurso literario sin embargo- que se desplaza
expresa sobre todo en la prosa: crÓnicas, informes, relatorios, car- un permanente juego de ruptura y continuidad. Establece la ruptura
tas, correspondencia de capitanes generales, etc. En segundo lu' la medida en que la colonia es realmente un momento de implantaci
gar yo hablaría de la tran§ferencia de las formas literarias euro- un momento de transferencia cultural. A partir de la llustraciÓn comi
peas
-el leatro. el ooema épico, el poema narrativo, la lírica- en
donde encontrarÍamos otras dos líneas: como prolongación o con'
za una etapa de creatividad, de af irmación acrecentada de originalid
Esta búsqueda de originalidad conduce a otra ruptura y otra co
tinuidad de esas formas y como alteraciÓn o ruptura, como modif i- nuidad: se desplaza a las viejas metrÓpolis -España y Portugal- y
cación. mienza Francia a asumir el papel de polo cultural activo. En cierto mc
Yo creo qué como ideas muy generales, esto resume un poco la relación nueva con Francia puede visualizarse como un modo
nuestra discusiÓn de ahora". alienación, pero simultáneamente, al mismo tiempo implica una 1

ma de liberación. Los tres grandes momentos que se desarrollan en


-lluminismo, Romanticismo Positivismo- corresponc
te período, y
En este período del discurso colonial y de su organizaciÓn es posible
a un mismo proceso histórico-literario: la liquidación del arte colonia
delinear una aproximaciÓn específ ica del escritor al espacio a través de
Ardao la ha denominado la "americanidad" en esto reside también su continuidad, Apunta Angel Rama:
la escritura
-Arturo -, QU€
se trasforma posteriormente en el momento de la llustración, llegando
a tomar el carácter de una actitud militante: el "americanismo". "Yo creo que como es el Positivismo lo que tenemos más cer
perdemos de v¡sta lo que fue el Flomaticismo y lo que f ue el llu
nosotros distinguimos nismo. El lluminismo fue también una ruptura. Los tres
-agrega Antonio Cándido-
"En Brasil hac
dos etapas muy distintas: ia primera es el nativismo, cuando uno grandes avances en el proceso y creo que
que se tiende a pensar por la influencia muy-contrariamente a
tiene conciencia de su paÍs, orgullo de su país. Hay por ejemplo marcada del fin
un h¡stor¡ador que escr¡b¡ó un libro muy interesante, en el paso de siglo- no pueden dejar de mantenerse en un debate, que es1
la crónica a la historia, se llama Historia de la América portu- vinculados los tres, que están asociados entre sí. Yo realme
guesa. Era un himno ai Brasil. Ese himno era exageración de la siento que hay tres grandes bloques: el lluminismo, el Romar
realidad, cariño por la tierra y al mismo tiempo con la máxima f ide- cismo, el Positivismo con la aparición del realismo y las forn
peculiares de su culminación. Allí entra el Simbolismo como r
lidad a las instituciones monárquicas portuguesas, a la metrÓpoli.
Eso es nativismo: amor por la patria, por su naturalidad. El na- especie de bisagra, que dentro de América todavía debe much
cionalismo existe cuando está vinculado más o menos a la idea de ciertos patrones propios del siglo XlX. Esos tres grandes mom
separación, a la idea de identidad política. Es un proceso lento tos son como escalones sucesivos de una emancipación que e
que empieza en la mitad del siglo XVlll. El nativismo existió desde buscándose a sí misma y estableciendo qué es lo significati
el siglo XVl. En el Perú es el caso de Túpac Amaru,,un hombre que Hay una irrupción intermedia luego, antes de las vanguardias
quería restaurar el imperio en un pais dependiente en el siglo nacionalismo. Lo tenemos ya desde las proximidades del Cer
nario. El Centenario es una apoteosis nacionalista en
xvlll. -1910-en que se configuran filosofías
dos lados. Es un momento I

Primero se conoce la t¡erra por los sentidos, después por el in'


cionalistas y se hace toda la defensa de ellas. En cierto modo
telecto: Nihil est in intelleetus quod prius non fuerit in sensu." también sociológicamente la aparición de los sectores med
que empiezan a dar su nota en la literatura. En algunos países
te proceso se da desde el novecientos (en la Argentina), perr
Aqui se encuentra, pues, uno de los fundamentos de la transformaciÓn gran ruptura se consolida entre el diez y el veinte con la aparic
del discurso del período de Formación al de Emancipación. "Yo diría de la poesla de Vicente Huidobro, de la poesía de César Valle
que el nativismo es específicamente un
-dice Jacques Leenhardt-
discurso que se da en el marco colonial, en cambio el nacionalismo es
el Ateneo de la Juventud en México
vismo-, la aparición de la filosoffa-de
reacción contra el pos
de Alejandro Korn y Car
la superación de la colonia y se da en la organizaciÓn de la nación"' YazFerreira en el sur. Son movimientos que abandonan el si
El segundo período está marcado por el cambio de actitud de la tex- XIX y entran en al§o que va a ser marcadamente el siglo XX. C
tualidad que llega a constituir sistemática y cohere|'temente un discur- que desde el punto de vista de cierta homogeneización se po(
pe-
so de a EmancipaciÓn literaria. Estableciendo una ruptura -vale la
f incluir todo este proceso en el segundo período; desde la llus
na insistir en que este segundo perÍodo continúa siendo una instancia ción hasta 1910 aproximadamente".

32
Este segundo perlodo, que responde, como señalábamos, a un movi-
miento de superación del estatuto colonial de la literatura, es la expre. siones, que concuerdan y también difieren en alguna medida
sión de una textualidad de contenidos concretos. En el ámbito de la participación: con esta
llustración el surgimiento del nuevo intelectual constituye uno de ellos,
tal vez el primero a enfrentar. Es el diseño del intelectual concebido co
mo un pensador, en una globalidad que escapa al estricto plano litera- "Estoy pensando
rio: es el intelectual iluminista con todos sus proyectos. Emerge una "l¡- -dice cándido-
gue es ra ünrca que conozco.
en ra titeratura brasiteña,
concuerdo plenamenüEtlnimento
teratura pública" en el sentido de concertación colectiva, en donde
también entran proclamas, actas lndgpendentistas, periodismo cientlfi-
de la rndependencia es uno ¿e ros rárós
tegorras estéticas, hisróricas poilticas
ilñ;i;;n-qü;r",
co-literario, poesla patriótica, etc: Asf ocurre con intensidad en Brasil: v "".
ras
""i;"ñ;;.'p';ñue
personas qu is ieron tambi én i ndependizarse
iterariamente-, inc u-
se produce 6¡ surgimiento del "arcadismo", que fue un rococó, tan- so adoptando modelos extranjeros: italianos,
r
r

to en Brasil "¡¡¡
como en México, y gue es necesario explorar como fenóme. alemanes, po,
es que ro que fue er exotismo para et europeo "ro
no. La llustración, como primer momento dé formac¡ón de la conciencia rue'nac'íonarismo
para nosotros. por eso para nuestra
nacional, con predominio neoclásico y supervivencias barrocas da lu- Oei¡n¡c¡On J-'pioUr"r"
contrastivo ,r: importante. Hay realmente un momento;;;;
gar a este fenómeno. La literatura jesultica es notable y en Brasil se Trr.
cional¡smo y de independencia qrá
puede observar una importante polémica entre los jesuitas y los intelec- da en varios p"ilooL. cu-
""
tuales ilustrados que apoyan la polltica del despotismo ilustrado. Los l8"ii'JJ"ái:;,33íff l3?"?"f #*i"?li,f :::;:,ii"*"¿T,ü§l,
viajeros ilustrados son también parte de la cultura de este momento. Es con cosmopoliüsmo. para nosotros es lo mismo,
importante señalar que la llustración desciende al pueblo en la medida se llama Simbo-
tismo y parnasianismo, pero en ra riteratur"
en que necesita reclamar el apoyo de los sectores bajos de la sociedad. "íóio"á
ación der regionarismo pintoresco y particurarisia
áil"
Altl se sitrla José Joaquln Fernández de l-izardi y la poesfa popular de "r"-
¡-os mismos
escrítores Coelho Neto, por ejemplo_ que
Mariano Melgar y Bartolomé Hidalgo. Es el momento en que va deline- -Henrique
clan literatura cuando ha-
culta eran tremenOámente portugueses, europeos,
ándose la noción de literatura nacional. cosmoporitas, escribfan cuentoi iájionariitas p]ntor"d"á""pr"go
nando que habra que descubrir er Brasit. En
eLm¡srñá moÁ-"-nlá in qr"
"El surgimiento de las nacionalidades -dice Domingo Miliani- ge.0roduce ro que se rtama er movimiento de ra riteratura regiona-
no es una expresión puramente polltica: surgen las literaturas na' tista brasireña, ra "riteratura sertaneja", qr"
cionales diferenciadas, se rompe el modelo. Surge la América, el
* ," ár"iiJrá=,n,"n
no. Coincide co¡.el simbolismo y eiparnasianismo.
Entonces ya
primer americanismo y los grandes proyectos continentales para no podemos habrar-ahf de cosm'opoiitirmo
ru""ái"noo á'in nr-
entrar de lleno al surgimiento de las literaturas nacionales. Es es' cionarismo. La única manera de ver ros,perlodos
en América
pecfficamente el nacionalismo literario con el romanticismo, con na es ver en Lati-
perlodo los elemento"
cad-a.
el socialismo utópico, con el positivismo inclusive, que después tuaciones de conflicto". "onfli"tuái"r,
ü"
"i-
se rompe con la intención universalista del siglo XX, que es.la
modernidad.
Es muy diffcil establecer un modelo abarcador Cuba se inde' En el cicro romántico se hace necesarío observar
ra adaptación que
pendiza en 1898 y necesitamos sin embargo hablar antes de ind+ hacemos de este movimiento en er área
¡;;u
atgunas de sus *neas de. desarroró ói¡éiü. por
recepción: hemos tomado
pendencia convencionalmente. A ésta sucede el surgimiento de ejempro, en rugar der.
las nacionalidades gue es ya mayoritariamente para América el tono romántico intimista ra riteratura ütñio"*"ri"ana
ha adoptado er to-
surgim¡ento de una conciencia nacionalista polltica y literaria no.románticosociar, en. un rineamiento progresista. La
americanización
también: son las literaturas nacionales, los costumbrismos, los del romanticismo implica una visión que-sosraya ro que trav
oe sus
tradicionalismos, el romanticismo, nacionalista, hasta el positivis- fuentes. su movimiento básico es la naá¡onátizacion
de ro pintoresco y
mo. Posteriormente üiene entonces la ruptüra con el modelo na' lo exótico, con un primer momento de fuerte refrexión
.oi¡opáriti"" v
cionalista para entrar en una intención universalizante, cosmopo' de problematización de nociones como ras de curtura y
rengufnaciona-
lita, que sería la modernización. Es necesario dejar perlodos abier' tes. un. segundo momenro aparece caiaáieiizaoo pór'et-sántimáñiar¡s-
tos, sin establecer topes cronolÓgicos". mo en ro temático e ideorógico , y pot ra conformación
de una narrativa.
Entre los géneros es importante el desanollo del cuadro de cos-
En la proposición de Antonio cándido al respecto hay otras dimen' tumbres..surge una poesra romántica y una prosa de refrexión
de carác-
ter sociológico, crrtico y porftico. sarm¡entó expresa
cabarmente este
34
que habia una literatura inipregnada de nuevos valores que no tiene relaclon cor
momento. En esta.etapa el relieve es de la novela, el,género que es el me-
surgido con José.toaqiin-fernández de Lizardi. El folíetín, el modernismo hispanoamericano. Hay una transiciÓn marcada por un
lodiama romántico, la novela por entregas, se extiende a lo largo del acento nacional americano antimperialista. Esta situaciÓn varía desde
á Xf X' con el surgimiento de la gran prensa, la comunicaciÓn
nueva' luego dentro de las diferentes áreas continentales y existen excep'
"igf
siestablecen modelos imperiosoJ sobre los escritores, que se sitúan ciones, como la de El Ateneo de la J uventud en México, cuya preocupa'
literatura gauchesca, la impOrtante pro- ción es la cultura universal.
en relación con el mercadO. La
Martin Fierro, de José Her' En este movimiento conjunto de cambio en la literatura, en donde se
á;";i¿; poputar Oet sui,iiene su centro én
nández mientras surge, por otra parte, un teatro romántico' sitúan Ramón López Velarde, Leopoldo Lugones, Baldomero Fernánde;
El tercer momento de este perlodo está marcado por el dis-curso
re- Moreno,.Manuel Gálvez, comienza a surgir una narrativa popular' dt
atista y parnasianista, imbricádos en una ideologfa positiva' El simbo- consumo de las clases ascendentes. Allí podría considerarse incluso a
i¡*mo'entra a la disoíución del positivismo y a su transformaciÓn.
La Borges del primer momento, del mismo modo que al grupo Minorist¿
ousqueoadelarealidadquesignificaundesarrollodelaconcienciana. cubano, que presenta elementos del mismo tipo. Respecto de este mo
;i"ülñli¿a una crítica de livisión idealista y una.mayor y más rigu- mento apunta Angel Rama:
iosa aproximación al continente. Este momento está enmarcado en la
influenciadelacienciamoderna,regidaporunaorientaciónpositivista
y naturalista, tanto en ia biologia coriro en la sociología' En el nivel
esté- "Lo que quiero señalar es que ahí hay un proceso de transiciÓn y
prodúce bifurcacidn a partir del romanticismo: por una parte de transformación antes que estudiemos vanguardia y regionalis'
íico ,e una
la alteráción de los nexos tradicionales, formales y semánticos' que mo. Es la nueva fuerza nacionalista que sostiene luego el esfuerzc
conduce al simbolismo; por la otra, la importancia conferida
a la organi' de los escritores regionalistas en muchos lugares, porque van a
zación formal, cuya exprásión típica es ei parnasianismo' Se desarrollan asumir también la necesidad de reivindicar sus circunstancias. Es
románti- en el fondo la negativa de todo el extranjerismo,del cosmopolitis.
también las tendánciaL realistas contenidas ya en la narrativa
;;. E;iñ"rtante vei este momento como antitético al anterior, como mo que había practicado el modernismo nuestro, el simbolismc
reacción sociológica a-tá ñistor¡a romantizada. Es una tentativa de
ref le- de Brasil. Contra ese cosmopolitismo hay una ruptura y una bús'
contra la
xión sociológicá sobre América Latina que reacciona ruptura queda de af irmación nacional. Ahí hay toda una formaciÓn poética
secuencia nistórica de fomación de conciencia. En Brasil la
es que me parece muy importante y que está en la generación na'
á-ü lioiánta. es et *oln"nto det triunfo de ta novela con Joaquim la novela.
cionalista. Porque no es sólo Manuel Gálvez, son también Baldome'
ruáár,"oo de.Assis y la narrativa realista, la gran expresión de ro Fernández Moreno y Ramón López Velarde quienes marcan con
r, i"r6i¿n el gran período de la crítica el ensayo
y asl como elperfodo toda nitidez ese momento. Se quiere rebajar el esplendor moder
;; ;;1"il"i iet teatro, con la ilegada det teatro naturatista. Para los nista: es Carlos Pellicer, es Luis Carlos López. Yo creo que todc
bloque esto es un centro, que toda esa formac¡ón nacionalista podrla or'
hispanoamericanos, parnr"o y simbolismo constituyen un solo '
el Modernismo, que án esta líteratura tiene un desarrollo más especta' ganizarse en capltulos por zonas en distintos momentos. Yo crec
Rodó que hay un cambio: es como si entráramos en América Latina cor
cular que en la.Oias¡üná, nu¡¿n Darío en la poesía, José Enrique
el Manuel Díaz Rodríguez en la novela' más soltura en ese período. Luego viene el proceso de los veinte y
-
en ensayo,
ei tárcei periodo, el áe la ln-dependencla literaria, está marcado los treinta con sus dos vertientes más marcadas -una de van,
poi ,n" polarización: la de vanguardismo y regiona.lism.o'.Alrededor de guardia y otra de regionalismo- y luego, ya de los cuarenta er
tex' adelante, el proceso de lo que podríamos llamar la lileratura ac'
iglO re ób"era la irrupción tie una conciencia nacionalista que se
tualiza el caso de Manuel Gálvez, Ricardo Rojas, Mariano Azuela- tual, la literatura presente. Hay autores que están en uno y otro la'
-es
enloqueconstituyeunaafirmaciónnacional,queluegotomaráuncarác. do: el Borges de los veinte no será el posterior".
ter aniimperialista. Esta conciencia nacionalista está enmarcada en
dos situaciones históricas importantes, que la hacen conso.lidarse Hacia los veinte es la irrupción de la vanguardia con su vinculaciór
entre1910y1920:porUnaparteelCentenariodelalndependenciaypor na' cosmópolita y el esplritu de la modernización que en el continente asu
ótra, eL fenómeno'de la Revolución Mexicana. Es una afirmación me distintas modulaciones de una expresión ideológico'política. Estt
qr" se combina con la destrucción del porfirismo.'Estamos en
procesos componente ideológico-político es latente y asume formas tanto de na
"¡ol"t y de
,n perióOo de surgimiento de nuevos sectores sociales que cionalismo como de vanguardia política propiamente dicha. En Brasil
de Lrbanización. Aparece una literatura sencillista: una literatura en los años treinta, se acusa a las vanguardias de ausentismo político
puedecontarlavidadelbarrio,lavidadelafamilia,losproblemasso. Es la vuelta a los elementos románticos, a la identidad nacional, ur
cialesenqueestán.Noesestrictamenteunaliteraturasoc¡al,peroeS problema itleológico más que directamente político. Sin embargo, ur

36
sector de la vanguardia brasileña toma directamente el camino de la de' rán las bases de lo que será posteriormente la narrariva nueva: Migue
recha recalcitrañte. En Hispanoamérica en general su expresiÓn políti' Angel Asturias, Alejo Carpentier, etc. Bajo la égida de la poesía, que er
ca es más definida, aunqué en ciertas áreas como la Argentina está pre' el gran género de la época, está toda la aparición de la nueva noveia. Es
sente más el nacionalismo que la preocupación política propiamente ta se inicia, de alguna manera, ya desde Mario de Andrade, con las pri
tal. l-lay casos de politización muy clara: Lima y Amauta, Venezuela con meras novelas de Vicente Huidobro: en los veinte está el comienzo de l¿
el grupo de válvula. nueva narrativa a la que generalmente se ubica en los cincuenta.
La vanguardia tiene como centro cronolÓgico y simbólico para todo La producción de discursos es enornie en ese mom,ento, hay formar
el continente la Semana de Arte Moderno de Sáo Paulo, en el año 1922. de apropiación, de vincuracién , de creación de ríneas, oe iÁvestiga
El fenómeno brasileño es de una importancia muy grande, así co' ción estética gue configuran una verdadera eclosión.
mo el hispanoamericano. Encontramos allí, con las primeras obras de
Mário de Andrade, con las de Vicente Huidobro el comlenzo de la cons'
"Yo personalmente pienso _dice Angel Rama_ que ten.emos
titución de una estética. Un estudio de las formas de apropiaciÓn de las dos vanguardias: una muy vinculada á Europa, qüe va desde
literaturas europeas es allí importante, en especial porque nuestras lite' Huidobro, que se integra al mundo europeo,a Borges, en donde
raturas vuelven a absorber esos materiales. Se trata curiosamente de termina ese modero de rnovimiento. Hay otra vanguardia: vailejc
no se integra en esa forma, él escribe Trilce ea lgZZ en la ciudad
un fenómeno nacional de abastecimiento internacional. lngresan las
corrientes modernas -el cubismo, el dldaÍsmo, el futurismo* y co' de Trujillo. Creo qr:e hay un doble movimiento de las vanguar.
mienzan incluso a aparecer rasgos norteamericanos menofes' Se llevan días: las vanguardias gue se insertan totalmente en la corri,ente
a cabo formas de vinculación: las visitas de Blalse Cendrars, de Filippo
europea
-los mexicanos Manuel Maples Arce y Garlos pellicer_
pero al mismo tiempo olras gue tratan en lo posible de integrarse
Marinetti, y ya formas más expeditas a través de revistas,de manifies'
a procesos de recuperación. Mário de Andrade, ¿no,es más bien el
tos.
intento de recuperación antropológica de ros erementos que for.
El capltulo regionalismo se inicia con la novela de la Hevolución Me- man la nacionalidad? Oswald de Andrade, en cambio, parecería
xicana, tipo interesante de novela gue toma todo un tramo de la hístoria estar mucho más anclado en 'la nutrici,ón vanguardista europea.
de México. El regionalismo aplica el análisis de creación, el anál¡sis li- Es el movimiento de las influencias europeas y las recupera.
tarario a distintos lugares de América y desarrolla una concenlración de ciones nacionales que buscar otro modo de decirlo .pero
conocimienio sobre ellos: se trata de verdaderas aventuras nac¡onalis- es la idea- que da-habrá
la ambjvalencia dentro del proceso de la van.
tas. Como material está alll todo él regionalismo narrativo brasileño y el guardia, una vanguardia que ya no es ¡ñritación refleja. Hay imita.
hispanoamericano, que és una producción rnuy grande. Dentro de este ción, pero la imitación sirve simpremente para hacer una búena in-
tema aparecen especies de subtemas indépendientes: el negrismo, con vestigación de nuestra realidad. yo siento que en general el movi-
la poesfa que se produce desde Cuba al Rfo de la Plata. Por otra parte, y miento oscila entre esas dos fuerzas, y propondria que trabajára.
respecto de otra zona, surge el indigenismg con la preocupación sobre mos qsí porque incruso es ro diferente del período de fin der sigro
el indio con pautas ya modernizadas, a lo largo de la cordillera de los XlX. Es necesario organizar una materia enorm,e en torno a esas
Andes. Está toda la tes¡s indigenista, la ideología indigenista que loma dos fuerzas que funcionan én er ciclo der veinte y el treintá sora-
gran importancia: ¿cómo se debe llamar América, Hispanoamérica o ln' mente."
áoamérica? Haya de la Torre hablará de lndoamérica, mientras para Fer-
nando Ortiz se trata de Af roamérica: §on los dos grandes f ragméntos de En la revisión de ros materiares comienza a derinearse
como gran te-
toma de conciencia. se trata de un discurso literario con su ideología, ma lo que se dio en ilamar "ros Maestros der continentá;, rós qu-e
ánse-
con su planteo de formas, con una recuperacÍón de temas. Dentro de ñan disciplina, rigor, ampritud de visión; son ros qr"
co*i"nzán a at¡r-
este sector de materiales se encuentra también el nativ¡smo, el criollis' mar América Latina y que tienen una dimension
oe'magistá¡oloá ient¡-
mo: incJuso la literatura urbana de los veinte en Buenos Aires es un -

acriollamiento, como,en el caso chileno de José Santos González Vera


!9-09!ryOOico.
que
Es una.generación antimperiatista
emerge después de ros sucesos de paiamátoéó"áááe
rrrár ipon
r"ry
y en la novela Las mat cattadas de Benito Lynch. Dentro siempre de la Henrlquez ureña marca con toda craridad er americanismo,
isiólÉ"oro
miántras rt
atmóSfera del regionalisrno hacia los añ,os treinta se encuentra una no- Ateneo de ra Juventud no es americanista en ese
mornento. Este grupo
vela social que tendrá mucha importancia. muestra un proceso transicional y va abriendo nr"*" piáUr-
191ican.o
Dentro del gran ernpuje de las vangualdias la poesía es una explosiÓn: mas:en ro riterario son Arfonso Reyes,peáro Henriqu",
Uiuñá i'i"ue
allí surgen Mánuel Band'eira, Pablo Neruda, César Vallejo' que son cre- Vasconcelos. Eroo son universaristás pero iom¡enzar¡
un ,"nüí" *rv
adoresJundamentales. Es importante el ámblto de las vanguardias con americano. A partir de aflí serfa necesaiio reconstruir en
Rmér¡cáiás ca-
su aliento de subversión de la palabra, porque tamb,ién alll se encontra' sos sirnitare§' como er der peruano Francisco García
ciil;¿;; oir
"r-
38 39
gentino Manuel ugarte y en Brasif de Manuel Bonf im. Surge el gran te' necesaria para observar los fenómenos. La literatura que surge en lc
ma del americanismo y el anttmperialismo, que se estructura a partir de años sesenta por ejemplo, y que constituye un material de enorme ir
los acontecimientos históricos. portancia, conforma el proceso, la unidad que estamos vivieñdo hoy,
que estamos observando actualmente. En esa medida la evaluación t
''El Ateneo de la Juventud Angel Rarna- er¡ ese rnotnento no difícil. En Brasil enmarca, por su parte, la aparición de las úttimas va
-dice
es americanista. Está precupado en discutir la filosofía universal, de le' guardias. Es por eso que pensamos que una revisión histórica es nec
er a Platón y a Kant. En carnbio Manuel Bonf im expresa clararnente la sario dejar un perÍodo libre, que permita observar los problemas con ¿

aparición de una conciencia, de una afirrnaciÓn nacional a cornienzos guna perspectiva. Pensamos actualmente que la etapa de la lndepe
de siglo. lncluso la discusiÓn con Silvio Romero sirve para hacer un dencia literaria es posible de ser observada con algún decantamien.
aparte de aguas. Bonf in era un maebtro de escuela, hay allialgo rnuy bo' de la discusión crítica hasta fines de la década de los sesenta, al
nito de una nueva capa social. También en este momento aparece una cuando para las últimas décadas, el problema subsista en gran medid
sociología que empieza a trabajar sobre los temas nacionales, los te-
mas sociales, José Vasconcelos pertenéce a esa línea, pero después de
El Ateneo; en El Ateneo pide la lectura de los hindúes. Pero visita Brasil,
Argentina, y un libro capital suyo es de 1921. Es el gran tema del ameri- Sobre la evolueión de la lengua
canismo y el antimperialismo. Fleredan y estructuran ese antimperilis-
mo sobre todo a consecuencia de tas intervenciones cuando la Flevolu- . El ámbito de la lengug parece constituír un ámbito priviregíado de e
ción Mexicana. Aparece con claridad un pensamiento antimperialista tudio historiográficQ, en el sentido de que el movimiento dé autonon
que va a ser rector dentro de América. Sería importante que dentro de Ia zación que ella vadesarroilando respecto de ra rengua metroporitana e
af irmación nacionalista podamos reconstruir a esos maestros y poda- un indicativo importante en el proceso de consolidáción de lá literatur
mos fijar ese americanismo como una ñueva concepción integradora, continental. si bien existen estudios dialectológicos parciales en Méx
como una forma de defensa que lleva a los estudios sobre lo propio: ahí co' o en el lnstituto caro y. cuervo de colombia por ejemplo, parecier
está el cubano Fernando Ortí2, están todos los que trabajan sobre ser que no se posee un material suf iciente respecto de ia di'acronÍa
de la
nuestra realidad cultural. hablas que permita un estudio de ra evorución de ra rengua en er cont
El argentino Ricardo Rojas es la af irmaciÓn nacionalista, pero se ade- nénte' Pero no es exactamente a ese ámbito ar que nos
{ueremos apr,
lanta en cierto modo. Yo insisto en que en esa fecha se va a sumar el ximar, sino a la lengua en su función riteraria. Én efecto, parecierá p<
centenario de la lndependencia y la BevoluciÓn Mexicana, y esto genera sible observar allí un proceso de la lengua en su función literaria: su
una fuerza inmensa dentro de América de conciencia americana, de utilizaciones, las discusiones en torno ála lengua y la literatura, su int
concienc¡a nacional. Hay una transición marcada por este acento que titucionalización. Este deslinde va dando tuces asimismo respecto dr
hace aparecer una literatura sencillista, que también está en Brasil. proceso de independencia del discurso de la literatura.
Después varía en diversos lugares, y la generación de El Ateneo es una
excepción dentro del conjunto por su enorme preocupaciÓn por la cul' "Es Rama- cómo se consideró y se dio la lengu
tura universal. En este sentido todavía parecen ser hijos del modernis' -dice Angel
por la literatura. Hay un cambio muy marcado en el siglo XIX: tod
mo. Parecen estar defendiendo esa preocupaoión, pero haciéndola rigu' el problema de abandonar el español, las reformas ortográficar
rosa. Porque ellos son maestros del rigor: ellos enseñan eso. toda la discusión que lleva hasia el brasileño Ruy Barbosá, que e
También Justo Sierra es un poco padrino de todos ellos: los ayuda en qué se hace con la lengua y cómo se maneja. Ahí-está nada meno
todo, les abre camino. J usto sierra preparaba su descendencia a través que Ruf ino Cuervo, están todos los grandes lingüistas. Es una ir
de El Ateneo. Todavía es ese pensamiento que no sé si hay que ubicarlo
quietud que ocupa el siglo XIX y hasta comienzos del XX. y allí es
en el perlodo anterior; lo que pasa es que luego pasaron a ser los gran
des maestros: Alfonso Heyes y Pedro Henríquez Ureña son maestros de tá el otro problema, la inserción de las lenguas más popularer
toda América, pero son maestros en la medida en que se transforman incluso de las lenguas indias, o de formas indias, dentro de la litr
'primer americanismo real. Bolivar, desde ratura. Allí hay otro gran debate sobre la lengua: la absorción de
en americanistas. Es casi el
luego es americanista, pero no sucede nada: es el fracaso dél Congreso habla. La discusión del grupo de.Buenos Aires: de Amado Alonsc
Anflctiónico. El real americanismo se produce en el siglo XX. Entonces de Pedro Henríquez Ureña, de Raimundo Lida, de Angel Rc
es fundamental para lo que venga después." senblat. Es apasionante, en el siglo XIX todos los diccionarios d,
americanismos se agregarÍan al Diccionario de ta Reat Academi
Unodelosproblemasquepresentaestetercerperíodoalhistoriador' Española, pero no se atreverían a tocar el español americano. So
es el que él mismo está viviendo la carencia de la perspectiva temporal

40 4'
oentino Manuel [Jgarte y en Brasilde Manuel Bonfim. Surge el gran te' necesaria para observar los fenómenos. La literatura que surge en lc
ña oel americanismo y el anttmperialismo, que se estructura a partir de años sesenta por ejemplo, y que constituye un material de enorme ir
los acontecimientos históricos. portancia, conforma el proceso, la unidad que estamos viviendo hoy,
que estamos observando actualmente. En esa medida la evaluación r
..EI Ateneo de laJuventud Rarna- er¡ ese tnornento no
-dice Angel difícil. En Brasil enmarca, por su parte, la aparición de las últimas va
es americanista. Está precupado en discutir la filosof ia universal, de le- guardias. Es poreso que pensamos que una revisión histórica es nec
er a Platón y a Kant. En carnbio Manuel Bonf im expresa clararnente la sario dejar un periodo libre, que permita observar los problemas con ¿

aparición de una conciencia, de una afirrnación nacional a cornienzos guna perspectiva. Pensamos actualmente que la etapa de la lndepe
de siglo. lncluso la discusiÓn con silvio Romero sirve para hacer un dencia literaria es posible de ser observada con algún decantamien'
aparté de aguas. Bonf in era un mae§tro de escuela, hay alli algo muy bo' de la discusión crítica hasta fines de la década de los sesenta, ar
nito de una nueva capa social. También en este momento aparece una cuando para las últimas décadas, el problema subsista en gran medid
sociología que empieza a trabaiar sobre los temas nacionales, los te-
,as sod¡ules, José Vasconcelos perlenece a esa línea, pero después de
El Ateneo; en El Ateneo pide la lectura de los h¡ndúes. Pero visita Brasil,
Argentina, y un libro capital suyo es de 1921. Es el gran tema del ameri- Sobre Ia evolueión de !a lengua
cañ¡smo y el antirnperialismo. Heredan y estructuran ese antimperilis-
mo sobre todo a consecuencia de las intervenciones cuando la Revolu- El ámbito de !a lengua parece constituír un ámbito privilegiado de e
ción Mexicana. Aparece con claridad un pensamiento antimperialista tudio historiográfico, en el sentido de que el movimiento dé autonon
que va a ser rector dentro de América. Sería importante que dentro de la zación que ella va desarrollando respecto de la lengua metropolitana e
af irmación nacionalista podamos reconstruir a esos maestros y poda- un indicativo importante en el proceso de consolidáción de la literatur
mos fijar ese americañismo como una ñueva concepción integradora, continental. si bien existen estudios dialectológicos parciales en Méx
como una forma de defensa que lleva a los estudios sobre lo propio: ahi co, o en el lnstituto Caro y Cuervo de Colombia por ejemplo, parecier
está el cubano Fernando ortí2, están todos los que trabajan sobre ser que no se posee un material suf iciente respecto de la diacronÍa de le
nuestra realidad cultural. hablas que permita un estudio de ra evolución de ra lengua en el cont
El argentino Ricardo Rojas es la af irmación nacionalista, pero se ade' nénte' Pero no es exactamente a ese ámbito al que nos queremos apr«
lanta eñ c¡erto modo. Yo insisto en que en esa fecha se va a Sumar el ximar, sino a la lengua en su función literaria. En efecto, pareciera p<
centenario de la lndependencia y la Revolución Mexicana, y esto genera sible observar allÍ un proceso de la lengua en su función literaría: su
una fuerza inmensa dentro de América de conciencia americana, de utilizaciones, las discusiones en torno a la lengua y la literatura, su inr
conciencia nacional. Hay una transición marcada por este acento que titucionalización. Este deslinde va dando luces asimismo respecto dr
hace aparecer una literatura sencillista, que también está en Brasil. proceso de independencia del discurso de la literatura.
Después varía en diversos lugares, y la generación de El Ateneo es una
excepción dentro del conjunto por su enorme preocupación por la cul' "Es Rama- cómo se consideró y se dio la lengu
tura Lniversal. En este sentido todavía Barecen ser hiios del modernis' -dice Angel
por la literatura. Hay un cambio muy marcado en el siglo XIX: tod
mo. Parecen estar defendiendo esa preocupación, pero haciéndola rigu- el problema de abandonar el español, las reformas ortográfical
rosa. Porque ellos son maestros del rigor: ellos enseñan eso' toda la discusión que lleva hasta el brasileño Ruy Barbosa, que e
También Justo Sierra es un poco padrino de todos ellos: los ayuda en qué se hace con la lengua y cómo se maneja. Ahí está nada meno
todo, les abre camino. Justo sierra preparaba su descendencia a través que Ruf ino Cuervo, están todos los grandes lingüistas. Es una ir
de Ei Ateneo. Todavía es ese pensamiento que no sé si hay que ubicarlo quietud que ocupa el siglo XIX y hasta comienzos del XX. y allíer
en el período anterior; lo que pasa es que luego pasaron a ser los gran
tá el otro problema, la inserción de las lenguas más popularer
des maestros: Alfonso Réyes y Pedro Henríquez Ureña son maestros de
toda América, pero son maestros en la medida en que se transforman incluso de las lenguas indias, o de formas indias, dentro de la litr
'primer americanismo real. Bolivar, desde ratura. Allí hay otro gran debate sobre la lengua: la absorción dr
en americanistas. Es casi el
luego es americanista, pero no sucede nada: es el fracaso del congreso habla. La discusión del grupo de.Buenos Aires: de Amado Alonsc
AnfJctiónico. El real americanismo se produce en el siglo XX. Entonces de Pedro Henríquez Ureña, de Raimundo Lida, de Angel Rc
es fundamental para lo que venga después." senblat. Es apasionante, en el siglo XIX todos los diccionarios d,
período al. historiador' americanismos se agregarían al Diccionario de la Real Academi
Uno de los problemas que presenta este tercer Española, pero no se atreverían a tocar el español americano. So
perspectiva temporal
es el que él mismo está vlviendo la carencia de la

40 4'
Nos parece que en la medida en que las discusiones y el avance del
repertorios lexicales para s¡tuar al lado del Diccionario de la Aca- trabajo lo permiten, se nos hace .necesario aludir tanto a algunos
demia. En el siglo XX comienza a ser la lengua española de Améri- problemas que es necesario delim¡tar como tales sin por ello ofrecer
ca. Brasil tiene un diccionario que se llama Diccionacio brasileño una respuesta, asf como a otros frente a los cuales es posible hacer una
de la lengua portuguesa que está hecho desde la perspectiva bra- proposic¡ón tentativa. Cgmo ee evidente, tanto en uno como en otro ca-
sileña: es una revolución. Nosotros no tenemos hecho eso por el so, no hacemos más que proponer hipótesis que dan cuenta de nuestra
problema de la diversidad de pafses. Los mexicanos ya hablan del
aproximación, hoy, a la observación de estos problemas. Con el avance
español de México con toda soltura, lo cual significa reconocer del conocimiento, con la adquisición de nuevos instrumentos teóricos
que esa lengua está funcionando y paralelamente en la literatura y metodológicos se podrá seguramente intentar otras posibilidades, re-
empieza a considerarse asl. Se acabaron los glosarios al final de visar las anteriores y dar un nuevo paso en la investigación de estas
cada libro: ahl hay toda una transformación en el uso de la lengua cuestiones. Nuestras anotaciones tienen el sentido de apuntar aquello
de mayor arrogancia. que se ha discutido durante nuestro trabajo y nos parece importante y
Voy a contar un eiemplo ilustrativo. Con mis alumnos nos di-
útil en nuesiro ámbito, o que se puede inferir de los problemas tratados
mos cuenta que en un ejernplar hecho en España de las obras de durante el desarrollo de éste.
Juan Rulfo todo término mexicano fue trasladado al término espa- Al dar una mirada a la composición del discurso literario de nuestro
ñol. No habla un solo telocofe. Levantamos todos los términos continente y a la diferenciación de sus sistemas, lo primero que salta a
que hablan sido alterados de la edición de Fondo de Cultura y Rul-
fo hizo una declaración oficial negando la edición española que [a vista es la diversidad de ritmos temporales en que ellos se mueven,
Efectivamente, s-e- trata de literaturas en donde por ejemplo coexisten
tuvo que ser quemada por ser atentatoria de su texto, para hacer sistemas literarios de temporalidades distintas, como es el caso de la
una nueva edición copiando cuidadosamente la de Fondo. Esto ha coexistencia del sistema literario indígena y el sistema literario e¡'udito.
sucediclo también con Gabriel Garcfa Márquez y Roberto Arlt."
En el ámbito de la temporalidad es posible también observar otro fenó-
meno: la existencia de llneas de presencia permanente en cuyas modu-
La afirmación del español de América tiene por otra parte una serie laciones surge un determinado momento de mayor fuerza. Domingo Mi-
de manifestaciones, como la traducción en Argentina, en Venezuela, en
otros países de William Faulkner, de James Joyce, de los clásicos. Ade-
liani habla de la especifidad de la literatura latinoamericana en este
sentido y de la necesidad de la aproximación teórica a esle problema
más hay un trabajo concreto sobre la lengua que están desarrollando para su conceptualización. No se puede decir, por ejemplo, en dónde
los estudios lingüfsticos continentales y que tiene también relación comienza y en dónde termina gl Barroco, que está en el siglo XVI y que
con el uso literario del español de América, flel portugués de Brasil asl hoy encontramos en Alejo Carpentier. Lo mismo podrla decirse del nati-
como en el Caribe la labor del lnstituto Lingüfstico Antillano respecto vismo en sus diferentes proposiciones. Son permanencias, es un conti-
del papiamento o los trabajos sobre el créole en el ántbito francófono. nuo que cogxiste con otras lfneas de desarrollo literar¡o. El problema
Estos problemas constituyen un campo interesante de la historiografla para la historiografía literaria es cómo dar cuenta de este fenómeno.
literaria continental, en donde los deslindes en el campo de la enun-
ciación ponen en evidencia la evolución histórica de la literatura, de un "Ahora, queridos amigos Antonio Cándido- estamos
discurso que va asumiendo etapas en su proceso de afirmación. -dice
nuevamente en una encrqciiada. Ahora es el momento Qrucial por-
que tenemos una opción práctica. Yo estoy con mucho miedo por-
que toda nuestra formación teórica y crítica está basada en la idea
Los problemas metodológieos de sucesión temporal homogénea. Nosotros negamos esto como
actitud, pero la práctica está ligada con'una ley de sucesión tem-
La complejidad de conformación y de evolución del discurso literario, poral homggénea y qon una tendencia a no.reconocer las contra-
que hemos ido abordando, tiene desde luego importantes implica- dicciones. El princípio de identidad y de tercero excluido rige
ciones en el ámbito teórico y metodológico. Estas implicaciones se ob- siempre nuestros pensamientos. Y nosetros lo estamos provo-
servan al mirar el material historiográfico en una doble aproximación: cando, estamos bricando, estamos jugando eon la contradic.ción,
considerándolo, por un lado, par.te de la cultura occidental, y, por otro, con la abolición del principio de tercero excluido, con la abolición
intentando deslindar los mecanismos de apropiación que hacen a la de la'idea de analog'la, con Ja abolición de la idea de homoge-
particularidad de estas literaturas culturas-, aquellos con neidad. Han surgido aquí ideas muy bonitas. Ahora está apare-
-y estas
los que una cultura dependiente asume a las culturas metropolitanas, qiendo realmente, por primera vez, el asomo de un método
las formas de respuesta creativa que ella desarrolla en esta situación, correspondiente a nuestras ideas. A partir de Caracas las ideas
asl como el modo en que asienta su legado para constituirse en su pro- estaban fijadas, ahora está surgiendo un método. Entonces, con
pio modelo de referencia. ese método nuevo, si nosotros hacemos esto, se niega toda posi-

42 43
bilidad de una historia como la que hemos concebido hasta aquÍ y tan las bases de aquello que va conformando nuestra cultura. El tiempo
corno en el fondo inconscientemente estamos concibiendo, a pe- de construcción de una civilizaciÓn -no "la" civilización- como sinó'
sar de nuestras af irmaciones superf iciales de originalidad. Ahora nimo del tiempo de construcción de una cultura. La historia de tempora'
surgió un problema nuevo, y no sé si somos capaces de enfren- lidades múltiples de nuestra literatura puede ser aprehendida tal vez en
tarlo porque es un problema que sobrepasa todos nuestros hábi- los términos de su multiplicidad. Este es un problema que enfrenta el
tos teóricos, todos nuestros hábitos historiográficos. Nosotros historiador y que no se limita a las f ronteras de su consideraciÓo, ñ€c€.'
estamos caminando por una cosa bastante vertiginosa que es la sita dar forma concreta a esta multiplicidad.
tentativa de tomar en consideración los diferentes ritmos tempo. Una forma de solución a la pluralidad temporal se dio anteriormente
rales. El ritmo temporal de una sobrevivencia maya no es el mis- respecto de la consideración de las literaturas indÍgenas: ellas podrán
mo que el ritmo temporal de una inf luencia neoclásica, son ritmos ser aprehendidas en la medida en que accedan a la periodicidad del co-
diferentes. Por ejemplo, la contribución de las lenguas guaraníes nocimiento occidental, en la medida en que este conocimiento y este
está viva hoy en que los guaraníes van desde el Paraguay hasta temporalidad se las apropia. Evidentemente no es el tiempo de ellas, si
Santos a esperar la gran canoa que los va a llevar a la Tierra sin no el de nuestra apropiación de ellas la realidad de nuestra perspecti'
Mal. Entonces están viviendo aún aquellos textos registrados que va, pero no lenemos otra posibilidad de conceptualizarlas.
para nosotros son sobrevivencias precolombinas." Otra proposición de solución metodolÓgica tiene que ver con la cons'
titución de unidades en torno a movimientos que se erigen en centrc
La delimitacion de este problema historiográf ico propio de una zona de dinamismo literario, o de autores especialmente distinguidos que
literaria de conformación socio-cultural como la nuestra debiera tenár permiten entregar un momento o un desarrollo orgánicamente concebi
en la redacción de una historia, formas concretas de solución. Parece, do en torno a ellos. Existen tendencias evolutivas que se prolongan er
en relación con esto, haber varias posibilidades. Observa Jacques el tiempo y que en su desarrollo adquieren distintas rnodulaciones: es
Leenhart: necesario aprehenderlas en su extensión, del mismo modo como es ne
cesario en otros casos prehender procesos de aglutinamiento, de espe
"Eslamos ante un problema de metodología que es metodolo- cial productividad, que tienen una duración más limitada. Observa Do
gía contrastiva. Tenemos que tener dos metodologías: una lineal y mingo Miliani:
otra que va a abarcar en un capftulo todo el desarrollo, como para
el caso del indigenismo o el barroco. En esto también está presen- "En lo relativo al regionalismo se podrfa hacer por ejemplo ur
te el comparatismo contrastivo: no hay que tomar una o la otra si- gran capítulo, como una secuencia *retomando la idea de traba
no las dos al mismo tiempo." jos anteriores de Angel Rama- de larga duración, que arrancandc
del romanticismo, de la mimetizaciÓn de los cuadros de cos
Continúa Roberto Schwartz: tumbres de Mariano José de Larra, etc., se desarrolla como la pri
mera modulación de una narrativa regionalista *no es realmentt
"Como hay una intención latinoamericana y social en todo esto, una novela, son cuentos, artículos de costumbres- -q9€ tiene un¿
mezclamos problemas y procesos muy diversos. Creo que hay continuidad en coetaneidad con el simbolismo. Ver primero el ro
que adoptar una diversidad metodológica también. El tratar las manticismo senlimental, continuar dentro del modernismo con l¿
cuestiones indígenas no es ¡ncluso un problema de periodización, variante del criollismo, siguiendo en el siglo XX con la variante de
ahí hay problemas propios: no se trata seguramente de arte en el regionalismo y el superregionalismo. Englobar todos esos ele
mismo sentido en que se habla de arte en la tradición europea. Se méntos como una continuidad, como una secuencia de larga dura
trata de otra cosa que está siendo más o menos sintetizada en la ción. Esto abarca modalidades regionalistas como la literatur¿
práctica. Creo que hay que aceptar que queremos que estén jun- gauchesca, para el caso del sur, la literatura indigenista del al
tos, pero no son iguales y uno no los puede tratar con el mismo tiplano, la novela de la RevoluciÓn Mexicana. De ese gran capítult
criterio." sobre costumbr¡smo se derivarlan subcapítulos."

Se trata de aprehender el tiempo múltiple, ese tiempo social de mil Por otra parte parece de gran interés y eficacia la consideración dt
velocidades diferentes, el tiempo, de mil lentitudes de que habla Fer- las ciudades como espacios privilegiados. Efectivamente, se consideri
nand Braudel, que es necesario recuperar en una percepción del movi- que es alll en donde es posible observar la compfejidad de los procesol
miento de un imaginario social que se va plasmando en distintos tipos literarios y culturales, sus entrecruzamientos, süs sup_erposiciones
de textualidades oralidad y escritura- en las diferentes instan- sus rupturas, la riqueza en f in de su existencia histÓrica' Es así como l'
-eny sus
cias de sus rupturas continuidades y que en lo esencial no afec- propone Angel Rama:

4l
44
esquema introductorio de donde surgen las líneas de desarrollo poste-
rior sea a su vez reformulado y enriquecido posteriormente por éstas. ca No entra necesariamente en el relato lo que allí se consigna,
Estas unidades pueden construirse a partir de los núcleos agiutinantes sino que es una llamada de atención por separado."
de un momento dado, como en er caso de ra lndependenciá qüe Je s"n"-
laba anteriormenre. Pero también pueden construirse a partir de una Otro tlpo de solución tipográfica es la elaboraciÓn de cronologías
evolución cronológica. sería er caso por ejemplo de situai: tá novela en comparativas para cada volumen, que permiten la información simultá-
el siglo XIX en torno a.Joaquím Machado de Assis nea de datos que no necesariamente asociamos. Ambos recursos ti-
temprana plenitud- pero sin ignorar ra novera desde-cuando alcanza su pográficos son elementos técnicos que pueden prestar ayuda al histo-
su nacimiento
con José Joaquín Fernández de Lizardi, observando sus dos o tres de- riaáor como un principio de soluciÓn a problemas de orden metodológi'
sarrollos básicos. co.
Es importante ar mismo tiempo, en este conjunto de perspectivas
metodológicas, no intentar entregar una solución a las contradicciones
que existen a lo largo de todo el proceso de nuestra literatura, sino más La perspect¡va comParat¡sta
bien ponerlas en evidencia, que es ro que hace al carácter dér proceso
mismo. La discusión en torno a la perspectiva comparatista ya había comen'
zado a realizarse antes de la reunión de Campinas.ls Sobre ella se ha-
"Abrir un capítulo blan expuesto diversos puntos de vista y nuestra opc¡Ón metodolÓg¡ca
-dice Domingo Miliani- que abarque desde
el descubrimiento a la colonización, que incluya de algún modo comenzaba a definirse como la de un "comparatismo contrastivo".
los términos de las oposiciones. Entender un archisistema litera- ¿Por qué una metodología comparativa? Señalábamos su necesidad a
rio formado por dos subsistemas: el de imposición colonial y el in- partir de varias condiciones propias de la literatura latinoamericana. En
dígena. Es otra forma posible que permite lo contrastivo. Ver lo in- primer lugar a partir de la pluralidad de unidades culturales de donde
dígena inserto en el proceso del descubrimiento a la colonización, esta literatura surge y que hacen que exista no un sistema literario en
tomando en cuenta lo que Angel Rama decía: que las literaturas América sino por lo menos dos o tres: erudito y en lenguas indígenas, o
indlgenas de alguna manera son reformuladas o conceptuadas afro-americano, o créole, además del sistema popular en lenguas
desde perspectivas externas, incluso con implicaciones cristianas, metropolitanas, como ya habíamos observado anteriormente. En segun'
pero que sobreviven con un discurso distinto, y que es lo que lla- do lugar, porque las diferenciaciones culturales y lingüísticas en el inte-
ma el lnca Garcilaso de la Vega 'el trueque del reinar en vasallaje,. rior del continente -Hispanoamérica, Brasil o Caribe inglés, f rancés y
Porque las literaturas indígenas hay que entenderlas como pro- holandés- despliegan un espectro cultural y lingülstico que presenta
ducto de una teocracia de dominación, con un estatuto culto pro- las condiciones necesarias a un estudio de este tipo. En tercer lugar,
pio, y que de ser literaturas aristocráticas pasan a ser literaturas porque tratándose de un continente de estructura social y econÓmica
dominadas. Esto solamente es posible vislumbrarlo con claridad dependiente genera relaciones específicas de apropiaciÓn cultural de
en la medida en que se ponga en contraste, no eñ yuxtaposición li- las literaturas metropolitanas.
neal."- El comparatismo como opción metodológica ha tenido escasa suerte
en el continente. No es el caso, sin embargo, del campo de investiga'
ción progio de esta perspectiva, que consideramos más bien un ámbito
El historiador de la literatura se encuentra también con problemas privilegi-ado de relaciones a poner en evidencia a través de un análisis
prácticos a resolver. Frente a la multiplicidad del movimientá de este tipo. Ya desde los inicios de nuestra literatura, la literatura de
niitor¡co
del que damos cuenta, a sus momentos de paralelismo, sus supárposi- viajes, objeto de los estudios de "imagología" propios del comparatis-
ciones, sus rupturas, se necesita también ref rexionar sóore rás mo se sitúa en los comienzos de nuestro discurso. Las cartas de rela'
bás¡oili-
dades técnicas de ra diagramación de una historia. un tipo oesolucion ción, la crónica colonial, los relatos de travesfarconstituyen una co-
piosa "literatura de viaies" que se aleja tal vez del modelo clásico
tipográfica es señalado por José Luis Martfnez: -se
trata de viajes de conquista- pero que pertenecen con toda evidencia
"En determinados textos modernos existen ros recuadros para al género. Hay allí un marco ideológico especlfico a considerar -por
alternar un rerato único con una información concentrada sobre ejemplo Colón y su afirmación voluntarista del encuentro de las lndias
determinado tema. Esta sorución tipográfica .r"o qu" á" áspóc¡ar. Occidentales- gue justamente enriquecen la textualidad y son un de'
mente útil para estos tratamientos porque nos peimite de pronto saffo para el análisis. La opción metodológica ha sufrido en cambio to-
registrar un documento determinado, actas, resolución de gober-
nantes, visión de un peinaje, declaraciones, relato de una póteri- 'ts En Hacia una historia de la l¡teratura latinoamericana en publicación, ya ci-
tado, hemos consagrado un capftulo a este problema.

48 49
do el peso der anárisis positivista que ha desarroilado puede dejar de insertarse, en el ámbito de esta triple dinámica cuya per-
una pgrspectiva cepción global puede permitirnos atisbar en la complejidad de nuestra
colonial de moderos metroporitanos en donde nuestra r¡terátuá
apare- historia literaria.
ce como er méro refrejo desdibujado de produccion"s ,áyái"s.
mismo modo como ros anárisis comparativos han experimeniaJo
Der Al ubicar el primer nivel en donde aparece la necesidad del análisis
tadoras transformaciones en ros rlrtimos años con própo"ioián"r
aren- comparativo, nos lopamos con lo que ha sido la delimitación del campo
de estos eStudioS y su relación con el Status de las literaturas naciona'
las de René Etiembte o con tas diferentes ópticas o'e rá
est¿ticá'de "oro
ra re- les. En efecto, dado que el mayor desarrollo del comparatlsmo se ha da-
cepción, pensamos que existe un campo metodológico de exploración
respecto de nuestras formaciones literarias asi comdoe Éi ioñ"i do en palses largamente constituldos como estado'nación, la idea del
lit"r"- internaciOnalismo de los estudios comparativos parecla no ofrecer du'
rias similares en donde ras condiciones de producción textuát
fenómenos especrficos. Es er caso, como señarábar.nos, llneran da. su campo, entonces, es definido como "estudio de las relaciones li-
¿e iásiteratu- tgrariaS intefnaCionales", compre-ndlendo Alll "toda categorfa de estu'
ras surgidas en condiciones históricas de dependencia
án oonoá ra res- dios literarios supranacionalest'.20 "Comparative literature is the study
puesta creativa a ros moderos propuestos asume
caracteres particura- of titerature beyond the confines of one particular country", señala
res.
Henry Remak, quien aclara más adelante que se trata del estudio de
1. Los posióles niveles de un análisis comparativo en América autores, textos, géneros, corrientes, movimientos Q perfodos pertene'
Latinats\ ólent"s a'Oos o ñás uniáades culturales y/o lingüisticas "whether dlf'
Dado el estadio de desarroilo en que er comparatismo Íerent nations or signiiicantty different cultures with¡n a nation"21
se encuentra En eeta úlIima afírmación reconocemos el problema del comparatis-
en nuestro continente, dada ra configuración de probremás
de ta perspectiva en ros que se óánerares mo tal como se percibe en la situación de la América Latina a nivel de
insertiy oáoas rái ¡"-táii"gári;iiantea-
das por las condiciones históricas coÁcretas de existencia las literaturas nacionales. La coexistencia de sistemas culturales dife'
de nuestra rentes, como e§ en gran parte el caso aquf, pone en cuestionamiento la
literatura, se hace imprescindibre ilevar ra refrexiónlái ro ,,'áno.
a noción monolltica de estado-nacién, de unidad orgániqa lingüfstica y cul-
gunos de los probremas de base que eranárisis compárativo püntá"pá- "r_
ra nosotros. lntentamos considerar aquí lo relativo á la ¿el¡mitáción turalmente constitu¡da. lgnorar esta coexistencia iiene consecuencías
del para ol análisis en la medida en gue implica utilizar un concepto de llte-
9?mpo' al proponer ras direcciones que ra configuración der dásarroilo iatura (y de cultura) referido sÓlo a uno de estos segmgntos, qu_e en bas'
literario tatinoamericano exigirra der óomparat¡sñro. epunt,amái
án este
sentido a tres direcciones, indicadoias áe tres niverés de iniáracc¡on, tantes óasos es el .minoritario: el de las literaturas "eruditas"' Es, por lo
que aparecen como las fundamentales. Consideramos, demás, el concepto que han utilizado tradiQionalmente la historiografla
desde luego, la y la crltica continentales.
posibiridad de que er desarro[o de ros estudios ¿ó;dr;;;
ol-""r", Evidentemente, el caso de nuestro continente y el problema que plan'
glr?s 9 a.encontrar posibres temas a partir de una rerectura de-ñuestra
historia literaria en esta perspectiva. Ar hacer esta proposioión, tea no están aislados de otrae situaQiones del llamado Tercer Mundo,
mos de tado cuarquier concepción positivista oe conipáácián-lára
deja- en donde los procesos históricos han tenido .elapas parecida§. Asl lo
m.ar.cor9 noción operativa ra de estructura riteraria, iniértien-una
to- ¿eñala con acierto Albert Gérard, quyo conoc¡miento de las literaturas
námica histórica.
oi- africanas le entrega la dimengiÓn de esta especffica conformación cul'
Una de las direcciones a que apuntaremos es la que ha turá1, propis del área Periférica:
sido conside_ "Én'efiet, ta décotonisation, le détnembrement des empires batis par
99rn9 la propia del comparatismo en los estudios continentales: la
raga
relación América Latina-Europa occidentar, sobre ra que nos l'Europe occidentale, l'acces á l'indépendance de pays nouveaux en
óáá." n"-
cesario hacer.argunas precisiones. una segunda dirección r,ái¡áo Asie á,abord, puis en Alrique, la votonté aff irmée et f réquemment suivie
nos tematizada como objeto de anárisis, a-un cuando, como señarába-
me- de maintenir ies frontiéres arbitraires élablies par le colonisateur au gré
mos, está impllcita en las proposiciones totalizantei, es la ieücion dés caprices de teur puissance: tout ce prooessue a abQuti en une ving'
entre las literaturas nacionares en er interior de ra em¿r¡ca lat¡na. 16ine á,années seulement aU fail que t'état plurilingue 9t polyethnique,
tercera, que expondremos en primer lugar por cuanto l_a e/core exceptionnet it y a un quart de §iécle, est deVenu lA norme sfatis'
apunta al nivel
más inmediato, se genera a partir de unaiaracterización
de rá ñetároge-
neidad de las riteraturas nacionares en er ámbito 20 A. Marino, "Repenser la littérature comparée", en Synlñesls Vll, Bucaresl,
rece.fundamental para v-nó" p"- '!980.
"ontin"ni"[
la consideración de los otros oos nivelbé de inte- '
racción. una aproximación a ra riteratura der continente, gensamós, 81 Henry R. Bemak, "The future of Comparative Lilerature" en Aoles du Vllle
no Colgres de l'Association lnternationale de Littérature CQmparée, Budapest,
t9 Este texto forma oarte de mi artículo, publicado 't976, p. 436. "La literatura comparada eS el e§tudio de la literatura más allá de
baio el Utulo de .,Sobre tas los conflnes de un pafs en partiqular", "ya sea de diferenles naciones o de cultu'
direcciones der comoáratismo en Á.¿;ñá-ñ;,,,
en casa de ras Améiicas, n. ras significativamente diferentes dentro de una naclón".
135, La Habana, 1982.

50 51
tique..or, res probtémes d.'h.i.storiographie rittéraire qui
sont fondamentatement diÍférentsbe' óeix qui ont
se posent a rui realidad
cialistes nationaux jusqu,á présent!,ie --- iie"áóíiiii" iiá: oue en modo alguno puede ser más unitaria que la disgregada
;;H;r;ñá;;iá etirot"ce asr corneio Polar la heterogeneidad de sis-
temasliterariosguecoexistensobreunmismoejetemporal,dedistinto
En el caso de ra América Latina, ra pruraridad ha constituido ra ritmohistÓricoycondiferentesposibilidadesdecomunicabilidad.
forma
panorama lite'
de existencia de nuestra curtura desde er sigro XV por ro menos.
Er finar La situación áe la pluralidad cultural enlrega pues un
de ese siglo marca el primer contacto de ias culturas vernáculas
pa. como es sabido, la complejidad y con Euro- rarioendondeelcomparatismodesempeñaunatunciÓnesencialde
riqueza de estas culturas es evi- .ápi"áion áe la dinámióa de la recepción del universo literario indígena
dente, y tos documentos que nán ,egáo;ñasta observa'
nosotros, Láslrá se sar. án'¿l OcciOental de deslinde de los procesos intertextuales, de
van de ra hoguera de ros "extirpadóres de genera-
idoratrf".,,, to*i¡tJy"n
testimonio. No es un azar que su posterioi oirrsión ,, ción de los modos de producciÓn literarios a partir de nÚcleos
de una textualidad, de las formas
t¡po áoü", menudo míticós o mágicos2o,
de dificultades, hasta er punto de que argunos "ritiüié'iüo
manuscritos vean ra ruz
"
como'la oralidad de una liteiatura (y una cultura) subvierte las es'
tructuras de la otra, de cÓmo las estructuras del lenguale se "trans-
recién en nuestro siglo o se "extravíeni'ñecuentemente 2s
contenido anticoroniar, y por ro tanto "subversivo,,, Más ailá der
oá üitos, er cutturan,'27 por la irrupción de las estructuras propias de las
lenguas in-
probrema oe este s¡renciam¡ento tiene
también que ver"iérno,
c-on la cono¡c¡on ¡ü";;. lmportante tat"a qre permite poner en evidencia los mecanis'
de marginación con que se asumen ras r¡teraiurás
esquema de apropiación curturar rerativa a
r"re*uJiJntro oer ,ét po|. me'dio de los cualós ei lenguaje escrito, cuyo prestigio consti-
una situación histórica de tuyO ln ¡nstrumento de colonización en desmedro de
quipus o keros o
dependencia. pero ra producción indígená no al irnperativo de cubrirlodo un
se detiene con ra cánquís- ideográfica, se ve enfrentado
ta' Ella asume' en su.supervivencia y án s, desarroro
te oral,.la e.xpresión d.e.una curtura que rés¡ste
fundamentarmen- ".tiltrr"
pió.""o transñrisor que en la oralidad está acompañado de teatralidad,
ra imprantación de ra cur- be Oimensión gestual, de un determinado fonetismo, un ritmo
de locu-
tu-ra
of icíar: metroporitana primeio] rep-r-ori""n"
r*s;. E;iá.-ültir""
van entonces a constituir ras ilamadás ',riteraturaJnacionarei,,, ción o una est?tica riiual. ¿cómo entender sin ello el espesor de una
mito o el imperativo de un dis-
representan,en rearidad, sóro er patrón r¡terar¡o
que áscritura que debe retomarla solidez del
tuación,'si bien no es generarizabre en un mismo
dominante.2a Esta si- qu"iraduce los signos de un universo siempre insuficientemente
nivet, ni parallo" r" "rt"o
traOuci'OleZ ¿Cómo erplicat en muchos casos la colectivizaciÓn
del
América Latina por cuanto ras condicionás oe evorución explicar sin un instrumento de este tipo
índígena son diferentes en cada país de ta región,
de ra situación narrador o dál receptorá ¿Cómo
tlllr
uná reari- iá o¡o de José Marla Arguedas, de Miguel Angel Asturias, de
Augusto
dad que no puede dejar de ser ionsider"á" "o*t¡irv"
una aproximación a ro Bastos o de Juan Rulfo?
-Pa.
Roa
que son las riteraturas nacionares en nuestro"n continbnte. Él"n no nay sólo las culturas indfgenas como sistema diferenciado'
s.enlldo que Antonio cornejo porar asume ra refrexión oé rál¡i"rrtur"
""r" papel que en
del Perú en términos de "rá heterogeneidao esenc¡aiá" El comparatiémo en nuestro continente debe asumir ese
,n, rii"r"trr" átrái ldtitroes se ha denominado relación entre literatura y folklore (de'
ñominación esta última que nos incomoda un poco por lo indef inido y la
.2z.Albert Gerard, "eui.est-ce qu'une littérature nationale á I'aube du XX|éme
siécle?.en.Coloque de L¡ttératuie Comparée. Ohr¡d, 2G26
agosto, lgal.,, ,,gn ;;;;; ñ;¿ároéiá" det iérmino): et estudio de tos procesos intertex-popu'
efecto, Ia descoronizacron, er oesmemorám¡enro o" ¡mpár¡os-ioñiiiuiáós'por
ra tuaies de la oraidad en el texto erudito -entre nuestras culturas par-
Europ.a occidentar, er acce.so a ra independencla oe páG"i-*reráé
táres y las eruditas como dos sistemas diferenciados-, sin lo cual
óiiá-"ro
Asia, luego en Af rica, ra voruntad af irmáda y frecuentémente seguiáJoé.mante-
ner las fronteras arbitrarias establecidas por er coronizaoor següñ
"n te importante de nuestros escritores reconocidos no existirla'
;ió"priór,o a" En.elcasodelasliteraturasdelCaribe,elproblemanopareceSerme.
su poder:.todo ese'proceso ha conducido en sóro una veintenáde
años ar hecno
de que el.estado pruriringüe y poriétnico, aún excepcionat hace un
cuarto de
nor,ye|análisiscomparativoponetambiénenevidenciasunecesidad'
siglo, se haya vuelto la norma estadisflca. Ahora bien, los problemás
oár,¡sto_ Áili, áonOe la cultura áborigen'permeó incluso las literaturas metropoli-
riografía literaria que se re prantean son fundamentarmente diferentes tanás, constituyendo uno OJe los primeros procesos de transculturación
qu9-!g¡ preocupado a tos especiat¡stas nacionates hastá el-piéseñie.;- de
- ros
23 véase Manuer Garich, Et ribro precotombino,
La Habana, basa áe ias nmeri-
cas, 1974. 25 Antonio Cornejo Polar, oP. cit.
de Martín Lienhardt Cultu'
B¿reiro saguier, "Er pensamiento 26 Un trabajo notaOfeán'éste sentido es el reciente
^'o lybélde Experros en Hi.storia.de ra,s_]Qeas,indígena y ra historia de las ideas,'.
Heunron piiiiáráiáiiá y torma novelesca' zorros y danzantes en la última novela de
caracas, centro de Estudios Lati. ^Arguedas, Lima, Latinoamérica Editores, 1981' El autor desmonta los mecanis'
n oameri canos Róm u ro Gar resos (g ELA RG),
zb.zl aé1é:o, ii á,' is7é. ¡;ótá de un texto de tra-
casos es ta N u eva co ró n i cá v' B u e n aó b ¡ ir io, éi-;ñ;iát;'iñb¡-eib"rá"rlipé
""to. mos textuates ponrenoóJn év¡oencia et proceso?e-recepción texto popular
Guamán Poma de Ayala, que se extravfa durante tres sigros, hasta áparecer en dición mitenaria, o¡JIe"J'';',"h"¿;';,A'',ii-niároii¡i¡f ¿n¡co
1908 en una biblioteca de copenhague. Hay que esperar-varios años áún, hasta ;;;;r;;;;;iot á"1á, ,¡élos XVt y xvil y transcrito, por et mismo José María
1936, para que Paul Rivel'publique én parísla primera edición facsimilar. La pri- "Árguedas, en su última novela.
ii-yjiée Rngel Rama: "Trasculturagáo na. narrativa latinoamericana"' en
mera edición paleográfica completa es publicada recién en 1g44 en Lapaz.
craaáíiói de épiniáo, n.2, Rlo de Janéiro, 1975, págs' 71-82'
:):' 52 5l
!i .
trl.
;il!
rii:
en er Nuevo Mundo 28,'fue factor
común a ra región, a pesar de ra desvin.
cutación horizontar en virtud á"1á nardo det carpio que venceu en Batalha aos Doze Pares de Franoa (Rio,
,,iáion
metróporis, er desarroro ¿e rálJ.turiio.metida verticar con ras diferentes
oe rás'áJ"üro" qu" Livraria lmperio, s.d.). se trata, al parecer, de un texto que circuló profu-
conservaban su tradición orat.
t-a'prurat inmijraci¿; d;-.:"¡;os por samente en el sertÓn y era leído en voz alta hasta 1888. Luego los episo-
contratación" entre ro-s sigros xrrvii dios narrados oralmente tomaron la forma de poemas.30 Hoy comienzan
Ii"ó un panorama
área. surge de arí una. div-ersid"á
út"iri" que se evidenciacomprejo
en et sisto XX, y donde se ooseiva,i'"i"i"rá.-J¡f#;##.0o,
der
sobre todo a inlegrarse a la literatura brasileña erudita'
Este primer nivel de interacción exige pues del instrumento metodo-
parte, una titeratura en r"ngraLrd[árlr"o,. ,n" lógico propio del comparatismo para la comprensión de los fenómenos
o su correspondiente.angiofono. incrüso o,r", una titeratura en créote en el interior de las literaturas nacionales. El interés del método desbor'
multilingüe. Apuntan todós a t"ráii""*iastante hay casos de una líteratura
para aproximarnos a
coincidentes, rerati_ áa el campo específico de lo literario, sin embargo,
vas ya sea a ra historia de ra región, problema que obsesiona a la literatura
a su espacio físico, ar viaje conclusiOnes en relación con un
o i n m is ración _, deren sa ¿i,
mo en este caso encr.lentra tamO¡en,
"?,
¡ ii", iiffi ;;i -exirio
Iüt,.;i¿.-¿i ;H;arar is.
del Continente: el de la "identidad". Es cierto que la vaguedad con que
r"rpa, su campo en la plura- ha sido utilizado este término no lo ha llevado a constituirse en concep-
tidad cutrurat v tinoüístic" "ári
iri;;i;;'ie ¡as naciones. to operativo para el análisis. Podrá serlo sólo en la medida en que se
Dentro oe eite J*orama";se"iinscríbe tá acertada refrexión de Arbert aSiente en un análiSis concretO de las situaciones concretas: en la te'
Gérardaquien apúnta:
matización conceptual de una articulación de parámetros que están
presentes (no que ,,se buscan" como si no existieran) en todos los ám-
"Muttiplicité Or*
:!h!.i,?:, des tangues et éventueilement des races; 6itos Oe la vida cotidiana, y en nuestro caso en los textos mismos y sus
unité des thémes, des_anitúder, a",iireáicupations: ainsi se présente- relaciones, y gue es necesario aprehender conceptualmente a través de
ra, au xxr sidc/g ra ma.yorité
áes e'iaiiá,Afrique et du monde. pour válido.
mettre en retief et ai¡ñiiirláiii"i,rr = instrumento
un
cette un¡{e re ptan crui nous concerne f_á piimera dirección del comparatismo, pues, nos conduce a confi-
ici ta cohésion de ta gurar un ámbito que a su vez permite diseñar un segundo nivel de inte-
11tln..Ji: iiiá'1ár¡orrs été une fonction extra-
scientif igue mars es.senf iere de tí ti¡iii" rittéraire- ir va Iacción, esta vez entre las l¡teraturas nacionales de los diferentes
ces tittératures nationates. ná de soi que
;;;;;;l'
m é t h o d e s t,a,s t i u ísí iái'
Qtre varabtement étudiées países del área latinoamericana.
i fi e t p t u r i d i sá p-t i i ii Á r"a Al situarnos en este nivel, el problema inmediato que enfrentamos es
rlitD
3!'áif:;:: u, o *.
el de la delimitación del área, s los criterios de su delimitación' Respec'
Este niver de reraciones imprica to de esto la discusión es larga, y se han utilizado a este.propÓsito pre-
tambiéri ra interacción oríentada
sentido contrario: ra rece.pción ferentemente criterios geográf icos o lingüísticos. Queda por ver hasta
nor p¿ii" i; ra oraridad de la curtura der
en
texto. Esta retación na^s¡oá án gá;;áilbü¿ qué punto pueden ser operativos criterios histór¡co-pollticos o cultura-
aun cuando en arounos casos de tos esrudios det fotktore tás, I en esta medida intentar una respuesta al problema de la articula-
rá crrtica liíárar¡a. se haya
ettos. Es et caso, óor ejempio, hecho caigo oe
o"l"::r¡i"rril'r, o" cordet,, det sertón ción o no del caribe con el resto de lo que se ha considerado América
sileño' Esta r iteratur"'poprlrr, bra_ Latina.
imir"rá'Jn"no¡"s vorantes que
gan en las ferias, tiene
un origé, ¡rpáiüril en et texto rse cuer- Decfamos anteriormente que el hablar de "literatura latinoamerica'
to, al lado de narraciones
so6re caigácrir;ro
erudito.En efec_ na" implica un paso comparativo previo' Superando las barreras na'
ettas narran episodios. de,"r^i"rá'JJ;;;i" historia contemporánea, sin dejar de concebir a estas literaturas en la dinámica in'
muerte de Rorando' episodios franceses rates como ta "¡or,ál"i -y
iáiná la qüe fremós apuntado más arriba-, o superando las barreras
o"r n"v nñrio y ros cabareros de "
sa Redonda. Estos ,iitimos pr;;";;;';;;; ra Me- iingü¡iti""é, et ánalisié comparativo propone aquí un ámbito que'nc
tibro ,amad o Historia do
lmperador carto Magno e ao's
ooiera;; Franga seguida da de Ber- otréa" discusión. Sin embargo, lograr la articulación, a nivel continen
28 Véase Emirio Joroe ü1, d" los elementos que reiacionan, en dinámica múltiple de conver
no consti
ó"h"¡á o contradicción, las diferentes literaturas nacionales, este senti
Rodrrguez, "pruraridad e integración
i8§ir
", en u n ive rs i d ád¡; l; H;i:, ; ;:ffi: i" en ra riteratura ca-
Habana, enero-diciem bre de iry" ,n reto fácil de resolver. Los problemas enfrentados en
":
2eAlbert Gerard, op.
cit. e-n n-.1i,.págs. &9. (,,Multiplicidad de etnias, ooporlahistoriograffahansido,enprimerlugar,eldelaoposiciÓt
guas y eventuarmente de razas:
unidaá de temas, de actitudes, de preocupa-
de ten. entie la imagen unitaria (en la pluralidad) o no unitaria del Continente
crones: así se presentará, en er sigro
det mundo. para poner de'rer¡evJe'siá
xil,-lá ,ávorfa de ros oá'Ái)¡"" v Su delimitaCión en té_rminos de adscripción a la literatura españoli
concierne aqur ra cohesión ¿e ra niá¡én -j.'ü"
unü;d'ñs favorecer ""t"á*en er prano que nos
ü iiáál¡áÁürI'i'iá ?Ji"¡0,
(Marcelino Menéndez y Pelayo), o su independencia como corpus. Unt
exlracientffica pero esenciar ¿" i"
ras ríacionares no oodrán ser estuctradaJ,oá
r¡iár"'il-, es obvio que esas f¡teratu- 30 Véasewalnice Galváo, "Fiction moderne et représentation méd¡évale: u
"¡ániia ránár" várÍda rnás que
todos traslingütsricos y multidisciliid";#t con ros mé. tdéotogies, littéraiure et société en Amérique Laflne Coloque de Rc
Umparatismo,,) """". "n Francr-a, Bruselas, 1975' págs. 81'82.
yauóoni,
r:r
54
t: ii
vez resueltas estas etapas, el problema ha consistido en cómo
enfren- desaparecer en muchos trabajos tras generalizaciones demasiado abs'
tar el concepto unificador, y con cuáres criterios. Es en este sent¡do
que se han aplicado para lo riterario criterios de organización tractas que descuidan precisamente la unidad cada vez más diferen-
histórica, ciada,característica de la literatura latinoamericana. Una i nvestigación
criterios de delimitación geográfica o criterios tingúisticos. De eitos pa-
recen haber resultado dos formas de reduccioniJmo: por una parte, ta de ese tipo depende, todavÍa más que la de las literaturas nacionales
que propone un concepto de literatura latinoamericana como europeas y sus relaciones, de la aplicación de métodos comparati-
sumatoria vos." 31
o adición de las d¡stintas literaturas nacionares¡ por otra, la que utiliza
el concepto de latinoamericanidad como una especie de enterequia en
La tercera dirección que debe tomar el análisis comparativo se da en
donde la generalización y la idealización se abstraen de todo anal¡s¡"
histórico concreto que permita observar ras diferenciaciones naciona- el nivel de las relaciones entre la literatura latrrroamericana y las litera-
les o regionales. Er probrema en este sentido parece apuntar a ra cons-
turas no pertenecientes al área del subcontinente.
trucción, a partir del análisis histórico-literario concreto, de los mode- En primer lugar, nos parece importante destacar las relaciones que
los organizativos que permitan dar cuenta de la dinámi"á oe ta unidad históricamente han tenido un peso mayor y que dentro del ámbito críti-
en la pluralidad y en este sentido de los procesos de estructuración, de-
co han sido las más directamente percibidas: se trata de las estableci-
das con las metrópolis europeas primero, y con Norteamérica sobre to-
sestructurac.ión y reestructuración del. discurso literario en el movi-
do en nuestro siglo. Como sabemos, en las primeras se trata más que
miento de la historia desde donde emerge. Desde luego que estas arti-
nada, para el ámbito continental, de las relaciones con España y Portu-
culaciones superan largamente el concepto de ,,influencia,,, sobre el gal, que a f ines del siglo XIX son desplazadas por Francia. Es respecto
que volveremos, para evidenciar estructuras y funciones puestas en re-
de esta relación que surgé la noción de "moCelo" metropolitano, dadas
lación. En este sentido, la perspectiva comparatista tenárá la posibili-
las formas de relación cultural surgidas a partir del lazo colonial, que en
dad de iluminar sobre la diferenciación gue históricamente se há ido ge-
la contradictoria situación republicana *"La colonia continuó viviendo
tl

nerando en los desarrollos nacionales o regionales, así como en una


perspectiva histórico-estructural de ellos podrá' encontrar un patrón en la república", dice Martí- sólo desplazan el polo de sujeción hacia
que estará necesariamente asentado, como lo ha puesto en evidencia la
Francia. La noción de modelo implica el concepto de "influencia", con
toda la carga semántica de viaje en sentido único, imitación o sumi-
ciencia social latinoamericana, en las etapas de colonialismo y poste,
sión32 que dste conlleva, y que ha generado para nosotros una instru-
rior dependencia que han generado una formación histórica cómun y,
't,1' mentación muy determinista y colonial de comparatismo.33 Pensamos
como señalábamos, de rasgos específicos.
al respecto que no constituye en todo caso un concepto operativo. Es
vale la pena observar en todo caso, respecto de esta articulación de la por esto que dada nuestra conformación histórico-social, pensamos
que hablamos, que el problema general de la historio gratíay de la
criti- que el análisis comparativo en nuestro caso deberla orientarse a formas
ca ha consistido en dejar de rado al Brasir, por un desóonocimiento qüe
desde hace pocos años se comienza a remediar, así como a las literatu-
de relación estructurales y concretamente a las formas de apro-
piación3a que un continente de formación económica dependiente ge-
ras francófonas del caribe y al caribe no hispanoparlante en general,
nera en su recepción de las literaturas metropolitanas. Se trata de for-
siempre contiguo a la ratinoamericanidad, aun cuando no se ñayu l.e-
suelto ra interrogante sobre ra derimitación a gue alu¿ía;o;. - mas de apropiación en donde, como señala Angel Rama, se asume a es-
tas literaturas como paradigma a la vez que se origina una visión si-
En este sentido, una perspectiva comparatisia que rogre áiticurar ras
métrica e inversa de las tradiciones propias, que por momentos se
literaturas nacionales en las dimensiones de un sistemaiontinental ou-
reivindica en términos beligerantes. Existe pues, en este nivel, una rela-
yo asiento y explicación se irá a encontrar en los parámetros históricos
ción problemática que va a caracterizarse por un movimiento permanen-
locales, y su inserción orgánica en la globalidad de la región, puede dar- te de oscilación entre uno y otro polo. Es la "diálectica do localismo e
nos cuenta de una dinámica histórica literaria de conjunto q'ue pondrá
do cosmopo.litismo" que se constituye, para Antonio Cándidoss en la
en evidencia no sólo la r¡queza del corpus sino también los parámetros
ley de evolución de la vida espiritual del Brasil, y en la que creemos po-
que puedan ayudar a construir el diseño teórico de nuestra literatura
der entender al proceso latinoamericano general.
continental. lnsistiendo en la necesidad del comparailsmo, señala al
respecto, en uno de los escasos articulos que sobre la materia existen 31 Alberto Dessau, "La investigación de la literatura lalinoamericana y los mé-
en el Continente, Alberto Dessau: todos comparativos, en Casa de las Américas, XlX, n. 82, La Habana, 1974.
32 Véase Noé Jitrik, "Le vécu, le théorique, la coincidence. Esquisse sur les
"Hay que tener en cuenta que, tomando como base el desarrollo his- rapports entre deux littératures", en Lendemains, n.27, Berlin, 1982.
33 Véase Roberto Fernández Retamar, Para una teoria de la literatura hispano-
tórico diferenciado de los países latinoamericanos, es necesario apli-
americana y otras aproximaciones, La Habana, 1975. págs. 65-67.
car los métodos comparativos al estudio "interno" de la literatura lati- 3¿ Véase Angel Rama, op. c¡t., en n. 20.
noamericana para analizar toda su profundidad y riqueza, que tienden a 35 Anton¡o Cándido, "Literatura e cultura de 1900 a 1945", en Literatura e so-
c¡edade, Sáo Paulo, 1980.

56 57
Las formas de apropiación de ras riteraturas
metroporitanas observan
una variabiridad que tiene que ver con ra evorución 3e

ciones del continente con el exterior. Existe, por


nistoriáááe ras rera- ' -náiárirnosRetamar, del "retorno de los barcos negreros"'
Fernández
eiernpiol,in-, p"rr"- al proóeso de recepción de la novela latinoamericana ac-
nente diacronrado en fa recepción oe mov¡m¡entos
venidas desde Europa en er momento de su surgimiento, i ásJráiai*'ñterarias tual fuera del continente es un tema digno de un trabajo aparte.
ro que condi- Esasícomopodemosobservarquelasdireccionesdelosprocesos
ciona de argún modo.er e.stadio en que su desañorto peso de
su posterior reformuración en ra cuitura continentar. ""-int"é'áoo p"r" culturales no son únicas, que si en etapas de la historia y por el
por otia-parte, y la situación ellas se constituyen en determinantes, esta determinaciÓn
cuando su carácter.es de.injerto en er espacio de
va una evorución diferente, la relación determina
esta titeraiuá gue ,e- án todo caso deferencialmente condicionada en relación con los
posterior de ra evorución en términos una diferenciación "ita
ságmentos del sistema literario global ya que los procesos de relación
ya no
de ritmo o" á"rá"oriá.'i'para tra-
er un eremento más a esta posibiridad de caracterizar soñ, sobre todo, dialécticos. En esta medida el comparatismo
piaciÓn que varían de acuerdo con er
formas b" pu"b" asumir su viejo carácter de pesquisa determinista en donde, co'
desarroilo histórico, vare ra "pro ,,(tel comparatisme oficiet et académique [.,.] se
señarar er descentramiento de ras ideas en comparación
pena ñá áic" Atbert Géraro
europeo, que señala Roberto schwartz para el caso
con su uso ciniicra¡t surtout scruter et documenter I'inlluence de sa littérature
d
gue
brasileño: ianionate sur /es tittératures étrangéres ou encore á étudier l'image
donnent de son peuple les littérátures des peuples éfrangers"a0 sino
"A lo largo de su reproducción social, de manera incansable,
Brasjl sitúa y vuelve a situar las ideas el quá o"o" asumir la tarea de puesta en evidencia de los complejos pro-
"rrop"".
sentido impropio. En tat catidad serán materiá
,i"rJá ,n cesos de resemantización que un continente como el nuestro ofrece,
y práb#; para "n ta
literatura. Er escritor puede no saber nada: no tíehe pái iáron". obvias, de manera tan abierta a partir de la pluralidad de los
'orocesos
nec"sidad pa- transculturales. En esta medida, la aproximación intertextual
./ ra utilizarlas; pero., sólo logra una resonancia justa y
cuando siente, registra y deiarroila frofunOa il;ff;.;;;;;¿;"i;;ia ooservacion oá la riqueza del pro-ceso' de la
-o bien evitá_ su dáscentra- a1
I

miento y su dísonancia-.,,st asimilación creadora de elementos, "antropofagia" cultural de.distin'


'li iá ,eá¡4" que constituye un sustrato cada vez más decantado. La f un-
il
Ahora bien, una aproximación a ros textos de
ra riteratura continentar ción del cohparatismo en este caso tiene la doble posibilidad de ayu-
dárnos, pot una parte, a comprender procesos de identidad, y
I
nos remite a otras zonas importantes en donde por otra
poriñ" p"i"i¡¡, ton le
,ih mas de reración iruminadoras. Tar es er caso, por""
ejempro, de ras ritera- a ubicainos en el espacio que a nuestra literatura corresponde
turas popurares africanas, en donde ra estruótlra"i'ó" án ei á*O¡to de la literatura universal, a contribuir a construir el campo
vierte al español, el portugués o el francés propios ídii*güje suo- á" io qr" Etiemble llamó la literatura verdaderamente general. Asl, al
de las zonas litera-
rias de tradición afroamericana: er caribe y ía
cbsta árañi¡"", rr"vándo- surgir, como una necesidad de la compleja configuración de nuestros
los_hasta ta exptosión y ta jitanjáfoá- siséáas literarios, se podrá transformar el signo de lo que ha sido su
Pero el fenómeno no se da en absoluto en
sentido único, y el compa- instrumeniación en el iontinente, para dar paso a un conocimiento real
las
ratismo encuentra también en esta diácción
et impacto ááí iásarroilo de nosotros misrnos, asi como de nuestras formas de relación con
Iíterario ratinoamericano en áreas que práo"n;";ffi;;;";;,iIn literaturas del mundo.
mo proceso culturar surgido de un iomún desarrollo pro,i-
Se trata en este caso, y para dar ejemplos
r,i.io¡.o-"o"¡"r.
muy cercanos en el tiempo, 2. La dtscusión n¡storiográÍlco comparatlva
de la recepción que haóen ras l¡teráuras áiricanas
de ras nuestras, en er
marco de un común reconocimiento de formas Elgrupodediscusióndehistoriograflaliterariarealizópermanente.
propias der rercer Mun-
do de percepción de.ta yi.du,^"g mentá uña ref lexión en torno al caráóter de nuestro enfoque metodoló'
9! .".á gán"rrt'de Franz F"non v n¡r¿ co-ntrasti'
Césaire, et caso de Nicolás Guiuénán nióstinno Neto, y, como ha sido fico. Oe allí surgió por ejerrplo la nociÓn de "comparatismo
recie¡Jemente puesto en evidencia, oe Árejo
carpentil?'y-éañrier ean üoi,, al qué nos réf"rimos'en el primer artlculo de este volumen. El senti-
cla Márquez en er noverista congotes §ony
vie et demie (1979).3s Nos encon-ti"ro.
.roo, Tansi y su novera La
áí ta época como dijo Roberto 3e Roberto Férnández Betamar,"Para el perfil definitivo del hombre" en cali'
*ib'At-d;id¿ñtai
Mn v otros ensavos. La Habana,'Casa de las Américas, 1979, pág' 2f,4'
36 Véase Noé Jitrik, op. cit., en n. 23. dp.Zit.,éi n.'ll, ''tell comparatismooficial'y ácadémico [.'.]
se cOnSagra sobre todo a egcrutar y documentar la inf luencia de su literatura na-
,,,:í"lr?::$""#lyá1f¡¿,"Q"o"ndencia nacionat, desptazamiento de ideotosías, cional SoÉre las l¡teraturas extranjéras o incluso a estudiar la imagen que dan de
er, g xá0"-,i",;#;t,:.X1:'¿',il?""?"",,"r'fjl irx;, én-óás,;;;,;;;;;,", .. iu puenfo las literaturas de pueÚos extranieros".
38Danier'Henri paoeaux, 'Garciá-,iri;;;;, ci En este sentido se lleva a cabo el proyecto de análisis comparativo 'lLéryl''
dele", Lendemains,á. ZZ, aerf in, iSá frangais: de ra traduction au
mo- ¡ssJ;, áiriáiáo por Leyta Perrone en ia Úniversidad de San Pablo, que intent€
i Oesmohtarlbs piocesoi intertextuales entre las literaturas francesa y bras¡léfla
del siglo XlX.
58
E

.:;:,,:l

:.1it ".
do de nuestro comoaratismo es no dirigir soramente
los fenómenos ra observación a
anar'ógicos, s¡no estabrecer ra importancia
de ras diferen- Añade Antonio Cándido:
ciaciones. Armand Nivere habra de análisis
contrastivo en ros siguien ,.Esoeslofecundoyesaeslacaracterísticaamericana:deformar
tes términos:
la influencia europea".
"La descripción de una forma nacionar
es ciertamente sóro posibre que también pare'
en u.n contexto supranacional que mediante Hay, por otra parte, situaciones de contradicción
pueda dar - - '-'- ":"'
un análisis
el fundamento para su'iOent¡t¡cac¡On.ij contrastivo
cerían marcar una espe-cif icidad de nuestra evoluciÓn
histcirico'literaria'
literarias y culturales provienen de
En efecto, nuestras apropiaciones
Para nosotros la noción de comparatismo contrastivo Ln movimiento europeo, en diferentes momentos
va más allá: Jistlnios áspectos de
acentuando el carácter de contraste de ra comparación, en relaciÓn y sucede entonces que llevamos a cabo
apunta a desrin-
dar el proceso de respuesta creativa que nuestras riteraturas de los movimientos
de un movimien'
modelos riterarios *obras o movimíentos- a ros que áó-Ji""iá"ás en o¡terentás momentos de ta evotución
tigaoos,"
"nir"g",
estan ü *i,j"ó"á haciéndolos coexistir en el nuevo fenómeno' Sucede tam-
pero e-n donde ro importante es más ra que en su de-
deformación áer modero ñu"
relación de continuidad con ér. por otra parte, ra contrastivioao-¿el ", bién que absorbemoi-páiatetamente dos tendencias contradicción' Es
sucesion e incluso en
lisis apunta también a ros fenóm"no. á" unidad en ra an¿- sarrollo original surg¡árá; án evidencia este
poner en
pios de las literaturas continentales, así como diversloao pro- importante en ra petJáócián nisto'iográfica
a la puesta en evidencia juego de evoluciones.
por cuanto no están resuertos los procesos
de contiao¡c"ion pre""nte,
Jl
en ellas. ..Enlosañosveinte_diceAntonioCándido_vaallegarunre-
il "Yo creo que er probrema de domínación y gionalismoconconcienciasocial,queesdiferentealanterior:Ea.
mingo Miriani-
recesión
qe que habra Anton¡o cená¡oá-én -dice Do- ia de bronce del botiviano Alcides Arguedas' En Brasil, a partir de
la novela nordestina, hacia 1928. Entonces, de un regionalismo
il
,,u

es un rasgo común de toda América Latina y no "uprivátivo


,l
t es "riori"ion,
oet árOt¡.o y particularista se pasa a un regionalismo
particular de y
Brasil. yo tengo un concepto de europeizacián que
lr

precisamente con ese término. son tier" lr"


riieratur". i" p"tion"l"rro-
,", crítica soc¡al, y Jeipu¿s a un regionalismo que ya no es particular'
preciso
peizados pero al es universal .on ¡oao Guimaráés Rosa por ejemplo. Sería
encontrar t¿rminós que describiesen los conceptos
tiempo de típo contrastivo. El contraste desde
se estabrece entreTi.T9
ras riteraturas ratinoamericanas y ras europeas, traciendo
pero_también internamente entre ras riteratura. nuá.tt" OosiciOn -quá ya fue discutida en Caracas-
áá nrJr¡"á r_"t¡. sensible la contradicción' Tenemos romanticismo a
comlenzos
na' y precisamente ro que ér considera er tercér
ráctoi áácáracte. áel siglo XtX, tenemos también restos de neoclacismo' En Améri-
rización de ra riteratura brasireña es el más
fecundo de ros ere- ca LatIna lo barroco no acaba, está en José Lezama Lima. Nosotros
mentos contrastivos comunes a toda América
a deformar ras corrientes europeas. podríamos
r-atinalaGnáenc¡a n""-""itá*oi t"t ,", descubrir un concepto' un término para
que el uru'
cepto bajtiniano de carnavarización de nuestra "priüi "á-"--i'ár "on- mostrar que no estamos diciendo que Rubén Dario,
riieratuá respecto los representantes auténticos
a las grandes llneas europeas.,, lr"yo Juiio Herrera y Reissig sonlos mejores' qerg también los
de aquel momento. Pueden-ser
e integran la lite-
La opinión de Anger Rama ar respecto va
en er mismo sentido:
criollistas, los regionalistas pintorescos están ahí Es
ratura. v una la otra, se opone aparentemente'
co-üi" oóon"''
"No hay contradicción, ro que hay es transmutación, la conciencia Oei ocupante y del ocupado' que tenemos simultá'
neamente. Entonces yo siento la contradicción en América'
transforma- Hay
ción' por ejempro er simboiismo ámer¡cano
,ná á" io.-'.r"o. y
cosmopolitismá rtay nacionalismo, pero lo más importante es
en donde se imitó más directamente. pero ".
el simbolismo america- que ese cosmopolitfsmo coexiste con ese nacionalismo.''
no no se parece al simbolismo europeo, es
absolutamente dife-
rente' usamos er término porque eros utiiizaron
simbolistas europeos. Aquí yó recuerdo siempre
d;;;;.1;;l a tos Es importante en este sentido el estudio de las formas
de apro-
como
ra f rase de Alfon-
so Reyes, ar decir que era'independencia invoruntaria,. piación, que ponen en evidencia tanto la transformaciÓn creadora
que se constituyen.en mode'
mente, quieren hacerlo y no pueden. Se proponen Efectiva- la línea de prolongación de los fenómenos
):

ili mente el modelo


irit", ¿ir""tr- iá", V" se trate dá literaturas metropolitanas como de otras
literaturas,
europeo: les sale otra cosa.,,
t" rusa, o ta nOiOlca por ejemplo en el siglo XX' Es en la respuestz
i

el rasgc
al modelo, como señalábámos anteriormente, en donde surge
"o*'o
ti
42 Armand Nivelle,,,¿para qué sirve la literatura comparada?,,,
^
Schmeling, Teorta ypraxis de'la titeratura
en Manfred
Barcelona, fgg4. ;;ái;;;án ta transformación, en el descentramiento, en la carnavaliza
quehacer litera
"iiiár"ar, ción es donde se manifiesta Ía fecundidad de nuestro
i:1'

::¡:il.

60 61
lijir '
:.ltll:ri

.i!E--
rio..Er trabajo de Antonio cándrdo incruido en presente ..lntentarelcomparatismo,incluso.desdeunpuntodevistaprácti.
er vorumen veces
ilustra esta situación. En reración
mismo anota José Lu¡s Marl co.me parece gue es lo más diffcil de este proyecto' Tengo a
tínez: "o" ""io que lo que vamos
la sensaciÓn, cada vez que trato de visualizarlo, de
ahacerescomocolumnasparalelas,quevamosatratardeedifi.
podemos
"Ayer expricaba Antonio cándido ra existencia de
un teatro de car columnas paralelas, salvo en los casos en los cuales
evangerización brasireño gue yo desconocía. nit¡aamerrte ráconoc"r que el centro está en determinado lugar.
un teatro con ros es nuestro' no es
mismos esque.mas que el que éxiste en México y
otio"lrg"r". Estamos construyendo un discurso, el discurso
de Hispanoamérica simurtáneamente. Es "n er q-u! se utiri la reatiOaO de la ñistor¡a. La fecundaciÓn.es exlr-ry!i13¡iamente
,n táátró en Joao uruz e
zan erementos.i ndígenas, erementos popuraiái-y
óoñ'u'lü-óarticu- e§casa. Yo creo que existiÓ y creo que es importante'
laridad: er diabro rriora en lenjr" iniig"nr. ya SousaloleyÓaFlub'énDaríoyloleyeronlosmodernistasde
Jacques sousrere
ha hecho notarque ra parabá;'áiábro:' no Buenos Aires, y para ellos f ue importante' Es decir que aunque no
indlgenas de México, y que entonces, cuando "r¡Jtiili-ár-i"ngr".
se referlan al diablo ñáya siOo examinaOo es un caso en et cual hay influencia. Se
te llamaban ,.ll-T-gn_tqxtos en tenguas pU'eOen buscar algunas: pocas' re'rlmente pocas' Lo que yo creo
indígenas. En Bernardino
de Sahagún aparece as¡, intercaád? ántre
á ,áñr;ii.-ü;go, en que estamos conltruyendo nosotros es un discurso por coeta-
neidad, por semejanza de movimientos, y sobre todo creo
esta mención de riteraturas popurare. yo por'
fi"n"reilna.-JJr¡ent"
de-México que recuerda a ra h¡étor¡a europea, pero europeas, eso me parece que no puede
de una manera influencia de las e'scuelas
deformada. En Jatisco escuché cuando
ri"qúáil]",üri"nt", negarse. Esa es la situación real. El barroco que tenemos toma ca'
rac-terlsticas especiales dentro de América sin duda' y esas carac-
4Soy el feroz
Carlomango terlsticasespecialeshacenlopropiodeéstedentrodelcontexto
l,
,.i Hombre de mucha pujánza debarrocomundial.Esunodelost]ltimosmovimientosmun.
ilt, Que al mesmo tiempo manija diales."
li
Sable, carábina y lanza.,,
La primera llnea de desarrollo comparatista que podemos.observar
''f
i,

en el'análisis es entonces una línea historicista, de relaciones


de
i,
Para los efectos de ra aproximación comparativa
,ilh
se hace necesario
r¡.,
hacer algunas precisiones'sobre et cárecter
oe ros discursos. Histórica- hecho.Perodeéstasepasainmediatamentealasegunda:más.al|áde
lente es cierto que la riteratura ratinoamericana ha ilegado á i" pái"p"ái¡va histórica concreta el esfuerzo comparativo tendrla que
se en un discurso rerativamente homogéneo ,"iáolun" proposición de síntesis. sf ntesis de fenómenos gue, dada
"onrt¡trin
su diversificación_
e integrador. pero er discurso de ra rite;átura -en
es un discurso que se su_ ia evóf uciOn de parámetros comunes de nuestras sociedadesrgenera
perpone at_ polftico, ar económico
o al sociar, que nó .i"Álr"-Jü."r"n manifestaciones asimilables o asociables. Se trata ya de relaciones
aproximacíones. La unidad ratinoamericana
ea un proyecto poiltico que histórico-estructurales' Observa Domingo Miliani: :

vieneder sigro pasado, no una rearidad histórica.


En este sentido es ne- tienen ras'
cesario reconocer que ar hacer comparatismo
r.*;alñániá.oor" "La literatura de cordel y el corrido ilustrado Qe México
dos llneas de ref rexión: una que es histórica, y que gos comune", pervivencia.de la iuglarla en el caso lati-
se refiere a ros con.
tactos q.ue efectivamente.sé rearizaron, üs reiacione.rqrá "*o
noamericano' rienán un"ti" pár'estesco de folma' de comunicación o

lenle dan. La segunda ltnea es mes'bien estructurat, rriJtor¡"". de dilusiÓn. Las mo¿aliOáOes Oe la comunicación' del mensaje li'
V áprnt" a
terario hacia la *"i" q," lo recibe es semejante: es
aprehender un esquema orgánico de retácione. qu" literatura
oájá t¡rIr-nrt"n-
cias relativamente sim.irareientregán pioouctos
riterarios asimirabres. para ser f,aOfa¿a, para ser lefda en voz alta y al mismo tiem-
Esto tiene que ver en términos metááárig-¡áts """iit" baio la forma de.venta en los
mas con un procedimien- áétpái" ser difunáioa masivamente roman'
to de slntesis. irelcaoos populares. El cordel está risbritci en octosílabos
_ En lg medida en gue no se encuentran contactos históricos reares se oaio iorma asonantada. El corrido es forma octosilábica
consicreró en ta refrexión h.istoriográfica """ooa
cámparativa ra perspectiva de romanceadaasonantada'Hayunagrancantidaddeelementosco
"columnas paralelas". gs oecir, piiallrs-rli""¡ones muneg."
tinoamericanas internamente de las literaturas la-
ei¡sten áásário,os en muchos casos
milabtes, pero también oiverg;nür.:i"'-rloo. asi-
campo serfa más bien er estJutec¡mienio del investigador en este Enelnivel.Jesistemaliterarioeruditoestasmanifestacionesasimi.
se sitúan ras riteraturas en pararero. J" r", ,,corumnas,, en donde rantesie dan a partir de efectos de lo que se llamó un
"polo externo", la
r-a raoor propiamente comparativa al cual las diferentes literaturas elaboran
urn a'gente frente
:: ffiJ:,tffffjllra en estos.á"o. "i "rñi"Ji"ra oesarrora er rector. Dice "ü¡on-d"
una resPuesta asociable
t:l:r: 63.
lc 62
i::!:l

ti:!
iÉir
I'tLi

iia

,,Es
difícif _dice Angel Rama_ hacer
lo importante. en,liteáturas que, una estimación de qué es "Existe ta idea -dice Antonío Cándido- de que no podemos
americana, no,están comunicáJár.
láro ra brasileña y ta hispano_ abarcarlo todo y necesitamos hacer muestras selectivas. Si se va
N" hry;;;;il#J" que ra a tratar el Barroco, se puede tratar el Barroco en México y el Perú'
ra novera en er sigro-irx.es.rbaqüm-ü"#;; de
:iJ:Sffi:i:e As- Si se va a tratar el costumbrismo se trata a Venezuela y Colombia.
en o o ú Por eso tenemos que determinar cuáles son esas muestras. Angel
t rn
" XrX'"?:¿:l;I;
en er sigro En otros c"sos
ff 5,:?J," Hf : T T#Jil
: J,'J Í"T"T3 :
Rama habló del paralelismo, existen también lo que podríamos
ci"o
mente en elperíodo de f in de.igb,
qr" muy difícir: concreta- llamaráreas de coalescencias43, conjuntos de producción literaria
te importantes ros desarroros?árrlsóorqu""u
creo que son igualmen. supranacional. ¿No sería posible hacer un tratamiento doble, en
de pararerismo,.movirizanoo oos broques. casi habraría paralelo, pero insertando cuando fuese posible las áreas de co-
i" iáári" ra acción de un poro exter.
no sobre er conjunto de ri.teraturag alescencia? Sería un gran progreso.
qr" ejerce tanto sobre una
como sobre otras, lo que hace ""
ta cóntemporaneidad Yo estoy viendo un capltulo sobre las metrÓpolis literarias co-
cueras o ciertos.movimientos. gn de ciertas es- mo un capítuto clave. Estoy pensando en las coalescencias' No-
cuanto a ra riteratura coroniar
cambio es visibre.mente más
centá'ra que se produce en México en sotros discutimos mucho en un momento el problema de hacer
o en et perú, que ta que se
;;"dr;;;qrivatentemente en et Brasit. estas presentaciones mostrando la presentación común, panorá-
Hay momentos en.que se puede
est"óre""ie;i;,;;.;i;;;.u" mica. En este caso es preciso realmente partes introductorias en
de ta modernización pr, á.a ná, 0".. que se muestren las sincronfas, las afinidades, las divergencias an'
,ii
r;l r
a c o n áii
t i rí
",
en ra organizac.ión
r, o
¡ r

por
ü; ü
;. é," : ;,'::fi [: L:?:?rH i J, ffi ies de comenzar los grandes movimientos. Aquí es fundamental:
Rlo de Janeiro, Buenos Aires, Lima, México, San Pablo forman sis-
.
tt-
equivalencias. yo creo.qu" "orr¡entás-i¡üar¡as "T[-
y entonces hay ciertas
temas. Antes, en la colonia, tenemos las metrópolis que están
ii 1". se dan más que nada
\,:t-
por ra presencia detpoto "quiráiencias
pá.1áiu"p*rü,orÉ"rlT" afuera, con esto estamos constituyendo las metropolis literarias
,t, se da dentro de América. "*t"rno-y
rr¿" pá*'.5 que en cierto ,o,o aqui. Én el primer período están México, Lima. En el segundo, hay
jl; to final es exoansión oe las-r¡iJárr". sentido er efec- süst¡tución de tas metrópolis: la inf luencia f rancesa, la inf luencia
¿l
lr etlas por procesos.de rdrp;;";;;';'igg,orrrrrnto. europeas y respuesta a italiana. Ahora en esta parte es la creación de las grandes metrÓ-
iL podrfa ser el oriterio general creoque ese polis literarias: México, Lima, Buenos Aires comienzan a ser crea'
trl ,"nt"n"r. doras. Oswald de Andrade, Borges, Huidobro son influencias
"
La reración en pararero a través europeas. Carlos Drummond de Andrade es San Pablo, Río de Ja'
der poroexterno tiene muchas veces
concreción histórica. Es er caso neiro. Es el momento de la urbanizaciÓn en que los modelos litera-
personares, como ra reración
J" r5"'Jn"rentros, de ros contactos rios se desplazan, las ciudades de América se considafan como
qu" por ejempro ros escritores metrópolis literarias. Es lo que sucede con la poesía urbana inicial
d;;;;;;;"
de las Anriltas a través de paríi, "stror"Ján
aprecian, curiosamentget de las vanguardias brasileñas, pero después, a partir de las van-
Renacimiento de Harrem.
el caso de ras revistas reivindicat¡vas
¡;"i;;;;l]ürr""
escritores af ricanos en guardias mayores, las metrópolis eran para ellos las metrópolis
oó ia negritud. ,,Fanon áe su pais. Lá ciudad de Buenos Aires, a partir de cierto momento, '
Anget Rama- se hace atr¡canó -apunta
en-Éár]r, i, su vez er pensamiento puede ser centro dé alimentación.
Fanon revierte sobre. la descoloni de
rar¡Oi,lat¡noamericana.,,pero, más Estaba pensando algo más, estaba pensando en las coalescen-
allá der contacto históri.co
nera un crima, se constituye"on"r"io,iá'ii"iropor¡ curturar y riteraria ge- cias. Eslaba pensando en un capítulo sobre las nuevas metrópolis
,n oiscus¡on, de ebu,icién de literarias, en una visión comparativa y contrastiva sobre las
ideas y proyectos, de v.ivéncia"n ert¿t;";,;;todo
"ánlrá'áe
comunicante. Vicente. un condicionamiento nuevas metrópolis literarias. En la generación de mi padre un ar-
Huioooro, ¿o'rg;L;; Borges,
de viven independientemente Oswald de Andra- gentino, un uruguayo, un brasileño, un peruano decÍa asf: "Todo la-
,anguardia y asumen en
conjunto
-conder "ír;;;;ü"oe
diferencias desde i;"é;-"r; respuesta a ér en términos tinoamericano tiene dos patrias: Ia suya y Francia". Y esto no es
posible desde comienzos de siglo. Un argentino diría entonces
de subversión disc-urso posmoder-ñista hispanoamericano
lista y parnasiano en Brasil. o simbo- así: "Todo latinoamericano tiene dos patrias: la suya y México."
Estas situaciones parareras de Era la Revolución Mexicana y hay un cambio de mentalidad total.
.
tl na en c ue nt
los procesos riterarios de Améríca
La- Lo que pasa es que la metrópoli creadora ya no es París, ya no es
ran m uchas. v-eces desde', n"
tos de aglutinamiento que constituyen óáop""t iva h i stóri ca momen- Roma. Primero habían sido Madrid y Lisboa, luego tenemos
lantes der quehacer creativo o*lá nitl"o. especialmente estimu_ Londres, Pdrís sobre todo y Roma. Ahora finalmente -ya no
llama
ñí"r"irrr.'Ls to que Antonio cándido exclusivamente, pero hay una predominancia- tenemos San
las coalescencias.
a3 La bastardilla es mía. A.P.
64
65

i
Á
pabro, Río de Janeiro,
caracas, Bogotá, Lima. Hay
una transforma-
ción. un ¡oven argeniino o"
i" glr;;;;il"
su_cesiva a ta de Borges importantes. precursora es ra colección Tierra Firme
der Fondo
de curtura Económica (1946) y finarmente ra Bibrioteca
(1970). Esto debería constituir no sé si
ÁJacucno
Un capítulo así muestra la
de producción literaria, p"r"
creación de los núcleos americanos
considerar.,,
capítutos, p*io'i"rr"
"
partir de ahf' pienso tamo¡¿nl, "rár'"iOTo" su propia tradición a
esas metrópotis con t_odo to que"r-"i'¡ri"r"ambio evenluar entre una doble duaridad marca pues ra perspectiva de nuestra óptica com-
esó imfii"r, parativa. Por una parte es un comparatismo que se propone
vistas, es er capíturo qre arár*
cencias' Estoy hablando en ár
"o*"lpáil;;;:,;"-
nr.rt'io probrema de ras coares_
observar
los puntos de conjunción como de divergencia de las diierentes litera_
manejo de tos instru- turas de América
""rliJ"'áet
mentos de óultura. oe tas inspiraáiá'rieslstet¡cas Latina y er cáribe- entre sí, ra unidad en ra
das, no importa la.corriente; r"rl.irJ,-¡nt*rcambios, que son busca- diversidad de las -América
manifestaciones literarias continentales. por otra par.
dencia de Mário o"li9l"J: corres,on_ te es un comparatismo que intenta apuntar ras reraciones de ras ritera-
áorü.,'b.l¡rer¡o Girondo y Brasil. turas continentales en sus díferentes sistemas con las literaturas
Que et desarroilo muestre lr" "on no
tas vansuard,r" ,, qr" et probtema de continentales y en éstas con aqueilas que han tenido mayor inciáencia
las corrientes dá vanguardia
;; "oiiáJJJn","r,
::lf"_",, enñ;;;;;p,,r,o er regisrro de como son las literaturas de Europa occidental. se intenta ver allí, frente
fuentes alimentadoras de su pro"á"ol
"oro
torno-ü'las metrópolis, que son a los estlmulos, las respuestas creativas que nuestras riteraturas de-
it"regionatismo también es sarrollan, sus f ormas de apropiación de éstos. Esta metodorogía áe tan
o ru ra I ¿ e n t t i c ááo JJt-ei i Á n t
.,}"
ii'
;rX,t ilTi[:
i ¡

""- " ",


p,.o po,,: t oG'r I. vaslo campo de acción asume a su vez una dobre perspectivai. pár un,
parte.la perspectiva histórica concreta de rastreo oe rol
I
Pienso en los siguientes temas:
contactos que
.riljr
ras metróporis, ras casas efectivamente se dieron. por otra; también una perspectiva histórico-
iÉi ras, ta aparición de las, prtmer"i-hiiári;" edito- estruclural que apunta a dar cuenta de las coincidencias como de las
.,1,[
en ta década de tostreint, ,¡a"rrrías, por ejempto,
'ü,1 ¿;r;l;
rnmenso proceso de prodrpcion ;;i"J"""rr" ed*oriates. Es un
divergencias a partir de esumuros
-poros de rerigación- o áá condi-
li: !l cionamientos simi lares.
Fue la gran vía por la
rh
a e m¿ r íca Es "á¡táii"i-
o* ;;;: i.,
t,o" ñoio,',i i! i, La reflexión que anotamos en estas páginas es una refrexión en cur-
:?:l ?ffi:tJ:
k,;l
;1?i -
so que surge de una discu.sión de cónjunto en donde hemos entregado
F",d";;b;rffi ". ¡

"t
?i:i,,üi:!?i"fi :;??#,ili:::?Xaiái*",i:
da. En la perspectiv, orrr.?i;;;;iir';rrí.
en lo posible la individualidad de las opiniones. En la construcción de
un discurso conjunto no siempre ello es posible, tanto más cuando se
te. Luego es un rema importan-
ra aparición o.e tas prrm!ár"n]lior,r, trata de una discusión puntuar sobre la eraboración de una periodiza-
doras det continente,sli riterarias,integra-
üárii'.",ro pedro Henríquez ción detallada. Esperamos y hacemos to posibte porque ettá itetue a
1¡"irii RtOertá
Ureña. pero es muv importante: 3- concretarse en una historia de la literatura de nuestro continente. -Es
ii Luis Alberto SáncÉez en 2um fetOe en Uruguay, proyecto ambicioso y más duro aún de realizar en tiempos
un
lendríamos tas revistas. .perú, ertrá'iolr"s Rioseco. Después de crisis, en
v" ,ári"_iJ"urü, ,r"no sobre los en.
l¡r
donde las facilidades de investigación no se orientan hacia el campo
cuentros intelectuales para poder cultural. Nuestro esfuerzo es arentado sin embargo por er convenci-
l
que veo de dos tipos:-por nacei J elemento contrastivo.
una parte se táa de los contactos miento. de que el logro de un discurso coherente d'e aprenensión con-
fri
sonates de Andrade.áorgás_' pfr oiru, oer. ceptual de nuestro imaginario social en la literatura es no sólo una ma-
-Mário
congresos, t;
stvos.
los coloquios, que paá mi "á-iiri;.; deci-
son importantes,.son
nera de expresar al continente sino también una manera de ayudar
construirlo.
a

En estos hay un primer rnomento


son.los mediadores. y un segundoen que Europa o Estados Unidos
sotros mismos somoi ros ,áa"rto reciénte en que no_
por ta propia América. ddir;;;;;:'¿á*,"n., argo promovido
es el cáso ¿-e órü'ür" ha tenido
decisivo. pienso que se O"O" un papet
también, o"r Áárliio en que
f,á*r"rr?il
ra reemplazar la mediación nosotros ""r-#fsf3J:0ff:.,fr:
mente los proyectos. como
o" lá. r"t"ñio,," y final-
tos como América Lat,ina "rt"rnas.
este nuestro. Éor e¡empto los provec-
tiáiiilráirer,,
", "i América Lit¡na
en su Arte (t9t4) de ta Unescojuü;;;;;;tos intesratívos muy
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