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Mantener la comodidad del ser humano Los casos típicos se dan en: residencias, edificio de
oficinas, áreas generales de hospitales, hoteles, bancos, restaurantes, supermercados, iglesias,
teatros y auditorios, salas de espectáculos y cines, etc.
Controlar el proceso industrial Los casos típicos se dan en: centros de cómputo, industrias
textiles, quirófanos, laboratorios, industrias farmacéuticas, etc.
Las condiciones que deben mantenerse en un proceso industrial dependen de la naturaleza del
mismo o de los materiales que se manejan, mientras que, en un sistema para la comodidad
humana, las condiciones son dictadas por las demandas del cuerpo y por lo tanto es necesario
conocer las funciones esenciales de este para saber lo que es requerido de un sistema para el
acondicionamiento del aire.
DOMESTICO
• Reduce las humedades ambientales. Un aparato de aire acondicionado hace que cada
ambiente de cada habitación sea más seco y, por tanto, evita que aparezcan las
humedades ambientales perjudiciales para la salud humana. Si existen cabría la
posibilidad de contraer enfermedades respiratorias como sinusitis, asma o infecciones
pulmonares.
OFICINAS
SUPERMERCADOS
En cuanto al primero de estos pilares, sin duda una buena calidad del aire afecta positivamente a los
trabajadores de la empresa. Para que puedan ejercer su labor, debe asegurarse una buena
climatización durante todo el año. Especialmente en verano e invierno, en que la temperatura debe
ser la adecuada para no padecer demasiado frío o un calor sofocante que complique la correcta
realización de sus funciones. Mantener un clima ambiental en el local, puede asegurar un
correcto ritmo de trabajo, e incluso mejorarlo. En consecuencia, la buena climatización del
espacio redunda en unas mejores condiciones de trabajo del personal, lo que contribuye a reforzar
su motivación en sus tareas diarias. Este hecho se hace especialmente evidente en los grandes
almacenes, donde la ventilación exterior, al igual que la luz natural, suele ser escasa.
En segundo lugar, la climatización del aire es excepcionalmente importante para los productos en
venta que restan expuestos al público. Este factor debe tanto evitar cualquier posible daño que
pueda producir sobre ellos, como mantener la temperatura adecuada, en especial en los
supermercados y locales con productos consumibles, para salvaguardar los productos y que puedan
mantenerse en buen estado durante el máximo tiempo posible. En estos espacios hay que
respetar rigurosamente cada ambiente para mantener la cadena de frío y evitar la
degradación de los alimentos.
Y por último, en tercer lugar, un buen control de la temperatura del aire y asegurar su filtrado
son factores clave de cara a la satisfacción de los clientes. Qué duda cabe que si las visitas se
sienten a gusto, tendrán más tendencia a incrementar el tiempo dentro del local. La ley del comercio
es clara y diáfana en este sentido: si la experiencia es positiva y el cliente queda contento siempre
es más fácil que se conviertan en clientes habituales.
Por otro lado, es necesario realizar una buena filtración del aire. Con las continuas entradas y
salidas de personas, el aire poco a poco se llena de partículas y microbios dañinos para la salud que
se van acumulando en el ambiente. Según datos de la OMS, de no cuidarse este aspecto el nivel de
contaminación del aire interior puede llegar a ser entre 2 y 5 veces superior al del exterior.
Consecuentemente, la calidad del aire en interiores es una medida de extrema necesidad para
asegurar un buen funcionamiento de la actividad comercial.
LABORATORIOS
Dependiendo del tamaño del laboratorio y de sus líneas de trabajo, es frecuente
encontrar distintas zonas o áreas especializadas en diversas actividades: sala de
balanzas, de instrumental, zona común, zonas «limpias», almacén, etc.
Es obvio que todas estas áreas específicas no requieren las mismas exigencias. Si
además se cuenta con zonas específicamente dedicadas a estufas, baños de
agua, ataques en caliente, u otras actividades que requieran fuertes aportes
energéticos, el acondicionamiento de semejantes áreas deberá presentar
especiales características.
La función del sistema acondicionador es crear un clima interior artificial,
modificando los parámetros que, a consecuencia de las condiciones externas y las
energéticas del interior, acabarían imponiéndose en el laboratorio.
El sistema de aire acondicionado debe ser capaz de disipar la energía desprendida
en las distintas áreas del laboratorio, de generar y mantener un clima adecuado en
cada una de ellas, y, finalmente, de compensar con aire
limpio y tratado, todo el volumen de aire retirado por los sistemas extractores.
Siempre desde el punto de vista del acondicionamiento del aire, el
laboratorio deberá tener controlados los posibles riesgos químicos y biológicos-,
éste presentaría definitivamente las siguientes características:
● Habitualmente, bajo nivel de ocupación de personal.
● Elevado número de equipos generadores de calor.
● Parte de los equipos generan más calor latente que sensible.
● Bajo índice de utilización simultánea de equipos.
● Elevado volumen de aire evacuado por las extracciones.
● Áreas en las que debe limitarse el movimiento de aire.
● Zonas de diferente exigencia.
● Posible existencia de zonas «limpias».