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cascada y un estanque cuadrado rematado en un hemiciclo con parterres de boj. El jardín del
Casino del Infante Don Gabriel (por Gabriel de Borbón, hijo de Carlos III) fue realizado al
mismo tiempo que la primera fase del anterior, con un aire más clásico, estructurado en dos
terrazas: la superior detrás de la casa, en forma de hemiciclo, con dos plazoletas en el eje
axial, la primera con una mesa con asientos de piedra berroqueña y la segunda con una
fuente; la inferior se sitúa en los dos laterales del conjunto más elevado, con diversos
compartimentos geométricos de boj y diversas fuentes en la avenida central de cada lateral. 129
Villanueva también se encargó de la Casita del Príncipe de El Pardo (1787-1791), con unos
jardines en dos terrazas, de forma rectangular y articulados con un eje axial, con plazoletas
circulares con fuentes, y cuadros de boj, flores y árboles frutales. 130
Siglo XIX[editar]
Casita del Pescador, Jardines del Retiro de Madrid
Romanticismo[editar]
El romanticismo surgió en Alemania a finales del siglo XVIII con el movimiento literario Sturm
und Drang, desde donde posteriormente se extendió a otros países, así como pasó
igualmente de la literatura al resto de las artes. Fue un movimiento de profunda renovación en
todos los géneros artísticos: los románticos pusieron especial atención en el terreno de la
espiritualidad, de la imaginación, la fantasía, el sentimiento, la evocación ensoñadora y el
amor a la naturaleza, junto a un elemento más oscuro de irracionalidad, de atracción por
el ocultismo, la locura, el sueño. Se valoró especialmente la cultura popular, lo exótico, el
retorno a formas artísticas menospreciadas del pasado —especialmente las medievales— y
adquirió notoriedad la pintura de paisaje, que evocaba plenamente conceptos tan románticos
como lo sublime.141
En este período se otorgó más libertad a la naturaleza salvaje, con pequeñas intervenciones
para acentuar el aire bucólico del paisaje. Estilísticamente perduró el «jardín inglés», cuyo
naturalismo servía perfectamente a los ideales de libertad e integración con la naturaleza del
romanticismo. Sin embargo, el paisajismo inglés tuvo durante el siglo XIX una marcada
evolución, ya que abandonó el concepto de lo pintoresco en busca de un mayor purismo y
autonomía artística de la jardinería, que no debía inspirarse en la pintura o recurrir a cualquier
otro artificio, planteamiento que fue denominado como «estilo jardinesco» —en contraposición
a pintoresco—. Este concepto fue formulado principalmente por Humphry Repton, quien en su
obra An Inquiry into the Changes of Taste in Landscape Gardening, with some Observations
on its Theory and Practice (1806) señaló las principales características de la jardinería
paisajista: mostrar la belleza natural y ocultar sus defectos; dar apariencia de extensión y
libertad; evitar interferencias artísticas y parecer obra de la naturaleza; y ocultar o retirar
cualquier elemento no decorativo.142
El jardín romántico destaca por la colocación de elementos como lagos, puentes o montañas
artificiales, junto a grutas y otros elementos enfatizadores del paisaje, así como por sus
caminos de trazado sinuoso.143 Por otro lado, los adelantos técnicos en arquitectura,
especialmente en cuanto a la construcción con hierro y cristal, favorecieron la creación
de invernaderos, que podían incluir sistemas de calefacción para la conservación de especies
vegetales a su temperatura ideal. 144
En España, convulsionada por la invasión napoleónica, las nuevas tendencias románticas
llegaron tarde y no tuvieron mucho arraigo, debido en parte a las características climáticas y
topográficas del terreno de la península, que no casaban muy bien con los típicos jardines
ingleses de colinas suaves surcadas de lagos y arroyos.145 Por ello, los pocos ejemplos de
jardín romántico en la península se inspiraron en la forma de dicho estilo, pero sin entrar en su
fondo, sin tener en cuenta las proporciones y la configuración del lugar. En todo caso, la
nueva tendencia tuvo más implantación en jardines y parques públicos que en los de
elaboración privada.143
Monasterio de Piedra, Nuévalos (Zaragoza)
A nivel privado existieron diversas iniciativas de jardines a la inglesa, aunque siempre
adaptados a las peculiaridades hispánicas. Cabría citar el de la Quinta de la Fuente del
Berro en Madrid, con un jardín rústico, emparrados, invernaderos, cenadores, una ría con
puentes y una isla con embarcadero; y el Palacio de San Telmo en Sevilla, propiedad de
los duques de Montpensier, con unos jardines con glorietas unidas por caminos sinuosos,
estanque con isletas, juegos de agua, grutas, montañas artificiales, quioscos y estatuas. 150
Otro exponente fue el jardín de la Real Fábrica de Paños en Brihuega (Guadalajara), situado
sobre el valle de Tajuña, del que ofrece unas excelentes vistas. La fábrica, fundada en 1750,
se dedicaba a la confección de uniformes militares; en 1840 fue adquirida por Justo
Hernández Pareja, que creó junto a la fábrica un jardín de aire romántico, formado por
cuadros de setos de boj y madreselva, con paseos y glorietas jalonados de los típicos
elementos románticos, como un cenador, una pajarera y arcos de ciprés.151
Hacia 1855 se inició el Jardín Botánico La Concepción de Málaga, por impulso del
empresario Jorge Loring y Oyarzábal, marqués de Casa Loring. Su propietario, aficionado a la
botánica, quiso crear un jardín de aclimatación de especies exóticas, que llegaban por mar
desde América y Filipinas. Se estableció un jardín típicamente romántico, con caminos
sinuosos, estanques, cascadas, riachuelos y diversas edificaciones. El jardín parte de una
amplia avenida de ficus que conduce hasta la casa, desde donde se desciende a un estanque
con nenúfares rodeado de caquis, drago, ficus y cicas, así como una pérgola con glicinias; el
camino acaba en un templete con cúpula de media naranja revestido de azulejos, que
presenta una magnífica vista de la ciudad y el monte de Gibralfaro. La vegetación está
compuesta de especies tropicales y subtropicales, entre las que destaca una colección de 500
palmeras de 25 especies distintas. En 1990 el jardín fue adquirido por el Ayuntamiento de
Málaga.152
Huerto del Cura, Elche
De esta época data también el ajardinamiento del Monasterio de Piedra, un enclave natural de
incomparable belleza situado en Nuévalos (Zaragoza). El monasterio data del siglo XIII, y
perteneció a la orden cisterciense, aunque en 1835 fue expropiado durante
las desamortizaciones de Mendizábal y pasó a manos privadas. A mediados del siglo XIX su
propietario, Juan Federico Muntadas, realizó diversas actuaciones, como la apertura de
caminos y la plantación de diversas especies, así como estableció una piscifactoría; en 1860,
tras el descubrimiento de la gruta Iris, abrió el parque al público. La riqueza de la zona
proviene del río Piedra, que al llegar a la altura del monasterio se bifurca en dos ramales, uno
que riega la huerta y otro que se desborda en una serie de cascadas y saltos de agua, como
la llamada Cola de Caballo, de 50 metros de altura, y luego forma diversos lagos y estanques,
como el del Espejo. También hay diversas grutas, como la del Artista, de la Pantera o de la
Bacante. La vegetación es densa en algunas zonas, de la que destacan unos bosques de
ribera de gran riqueza biológica.153
Otro singular paraje es el Huerto del Cura, situado en el Palmeral de Elche, una extensa
plantación de cerca de 200 000 palmeras de la especie Phoenix dactylifera, originarias de la
época de ocupación musulmana, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el año
2000. En sus terrenos era frecuente la instalación de huertos que crecían en una zona
predominantemente árida gracias a la sombra producida por las palmeras, y entre ellos
destaca este jardín, de tipo botánico, una iniciativa del sacerdote José Castaño Sánchez, que
aclimató en una zona de 13 000 m² diversas especies de origen subtropical y una magnífica
colección de cactáceas. En sus terrenos se ubica un estanque con una reproducción de
la Dama de Elche.154
Parque Samà, Cambrils
En Navarra se encuentra el Señorío de Bértiz, situado al norte de Pamplona, en Bértiz-Arana,
un enclave natural de 2000 hectáreas de gran riqueza botánica, con zonas forestales,
praderas y landas, donde crece un tipo de vegetación caducifolia compuesta principalmente
por hayas, robles y castaños. En este parque natural se encuentra la casona que le da
nombre, originaria de 1847, con un jardín anexo que fue diseñado por el francés Félix
Lambert, de unos 6700 m², que cuentan con una fuente-surtidor y un invernadero. En la
primera mitad del siglo XXperteneció a Pedro Ciga, que amplió el jardín en estilo paisajista,
con una serie de caminos alrededor de un lago con una cascada de rocalla, así como una
gruta y varias isletas.155
El Jardín Botánico de la Marquesa de Arucas se inició en 1880 en Arucas (Gran Canaria),
trazado por un paisajista francés para Ramón Madam y Uriondo, primer marqués de Arucas.
Tiene un trazado irregular, jalonado de caprichos pintorescos, como un castillete, una
montaña artificial coronada por un mirador, una gruta poblada de líquenes y un pabellón junto
a un estanque de aspecto selvático. Gracias a su peculiar microclima, debido a la proximidad
a la costa y la protección que le ofrece la montaña, se plantaron diversas especies exóticas,
como araucarias, jacarandas, ficus y chorisias, así como palmeras y bananeras, y un
magnífico drago de más de dos siglos. En 1990 fue abierto al público. 156
En 1881 se creó en Cambrils el Parque Samà, promovido por Salvador de Samà, marqués de
Marianao, un indiano enriquecido en Cuba, quien encargó el proyecto a José Fontseré. El
palacete es de estilo colonial, al que se accede por una larga avenida bordeada de plátanos, y
junto a la casa hay parterres formales y una fuente, llamada de las Conchas. A ambos lados
de la avenida hay plantaciones de palmeras y mandarinos, y en la parte sudeste se
encuentran dos construcciones: la Casa de Loros, una pajarera elaborada en madera y
rocalla, en uno de cuyos lados se convierte en una gruta con una estatua de Hércules sobre
un pedestal de conchas marinas; y la Torre, de estilo medieval, situada sobre una montaña
artificial con dos grutas. En la fachada posterior del palacio se encuentra una logia que da al
parque, donde se sitúa una glorieta con una fuente central. El parque, de planta rectangular,
es una excéntrica muestra de fantasía e ingenio, donde destaca un gran lago abastecido por
un largo acueducto que transporta el agua desde acuíferos subterráneos de la zona, y que al
llegar al parque se desborda en una gran cascada sobre el lago, donde se sitúan varias isletas
conectadas por un sistema de puentes, con construcción de rocalla. La vegetación es de tipo
exótico, en recuerdo de las propiedades cubanas del propietario, así como de pinos, plátanos
y palmeras, principalmente.157
Parque de la Florida, Vitoria.