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INFORME DE LA APLICACIÓN DE

LOS PRINCIPIOS
PENITENCIARIOS AL CASO
PRESENTADO
Alumnos:
Arcos Villanueva, Kassandra
Bejarano García, Harold
Chura Estraver, Ninoska
Hidalgo Gómez de la Barra, Alonso
Ortiz Eduardo, María Natividad

Semestre XI - Sección A
ÍNDICE

I. INTRODUCCION………………………………………………………………... 3

II. CONCEPTO GRUPAL DE DERECHO PENITENCIARIO…………………...


3

III. APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS PENITENCIARIOS AL CASO


PRESENTADO, CON ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN…………………… 4

A. PRINCIPIO DE HUMANIDAD ……………………………………………


5
B. SISTEMA PROGRESIVO…………………………………………………. 6
C. DERECHOS SUBSISTENTES DEL INTERNO…………………………. 7
D. ASISTENCIA POST – PENITENCIARIA………………………………...
8
E. PRINCIPIO DE TRASLADO DE CONDENADOS AL EXTERIOR……
9
F. PRINCIPIO DE RETROACTIVIDAD E INTERPRETACIÓN
BENIGNA………………………………………………………………...... 10

G. PROTECCIÓN DE MADRES INTERNAS E HIJOS…………………...
11
H. RECOMENDACIONES DE LAS NN.UU.……………………………......
13

IV. CONCLUSIONES………………………………………………………………. 14

2
I. INTRODUCCIÓN:

El objetivo del presente informe es delimitar el concepto, la función y el contenido del


conjunto de normas, principios y disposiciones conocidos como Derecho Penitenciario,
a fin de entenderlo y poder orientarlo a la problemática nacional de migración
venezolana ocurrida en los últimos años, la cual ha desatado una desbordada invasión en
nuestro país y que ha afectado de forma permanente nuestra vida cotidiana.

La falta de políticas públicas de protección de nuestro territorio y fronterizas, además de


la falta de cuidado de nuestras instituciones ha dado como consecuencia el paso, en
situación migratoria irregular, de extranjeros venezolanos que han hecho y en la
actualidad vienen realizando actos delictivos a vista y paciencia de la población peruana
y de las autoridades de poco han hecho para poder controlar el tema en cuestión.

Desde este ángulo se pone de manifiesto la necesidad y relevancia de delimitar


correctamente el concepto y el contenido del Derecho penitenciario, para algunos
autores la necesidad de tal delimitación vendría dada por la urgencia de evitar la cada
vez más creciente desnaturalización del Derecho penitenciario, por los intentos de
convertirlo en una destrucción o desmontaje del modelo penitenciario ideal, que lo
hacen involucionar al detectarse la violación de derechos humanos de la población
penitenciaria, por los problemas de sobrepoblación, que antes de la pandemia
ocasionada por el COVID-19 arrojaba índices de 141% de sobrepoblación en los
penales, aunado a los problemas de salubridad, falta de personal médico, condiciones
inadecuadas para mujeres embarazadas y niños, ausencia de políticas públicas para
adultos mayores, falta de información y más.

II. CONCEPTO GRUPAL DE DERECHO PENITENCIARIO

Desde una primera etapa de análisis, el Derecho penitenciario, en su rótulo Derecho de


la ejecución penal, aparece claramente integrado al Derecho público y, particularmente,
al Derecho penal y la ejecución de la pena. Así, para Baumann, la ciencia jurídico penal,
en cuanto parte integrante del Derecho público interno o nacional del Estado, estaría
compuesta por dos grandes sectores, entre los que existen múltiples vinculaciones pues
integran, en definitiva, un único sistema: el sustancial o Derecho penal material y el
adjetivo o Derecho procesal penal, en el que se incluiría al enjuiciamiento y la ejecución
o cumplimiento de la pena.

3
El penitenciarista mexicano Sergio García Ramírez, afirmaba por su parte que el
Derecho Penitenciario es el "conjunto de normas jurídicas que regulan la ejecución de
las penas privativas de libertad...", diferenciándola a su vez del Derecho Ejecutivo Penal
que sería el género frente a la especie que constituiría el Derecho Penitenciario.

Por otro lado, a fin de definir al Derecho Penitenciario es necesario tomar en cuenta lo
dicho por el Tribunal Constitucional peruano que menciona: “El régimen penitenciario
se desarrolla respetando los derechos del interno no afectados por la condena (…) el
interno goza de los mismos derechos que el ciudadano en libertad sin más limitaciones
que las impuestas por la ley y la sentencia respectiva”.

Es por ello que nuestro concepto grupal del Derecho Penitenciario sería el conjunto de
normas jurídicas que regula la ejecución de las penas y medidas privativas de libertad
dadas por el órgano jurisdiccional, que velan por los derechos y obligaciones del interno
recluido en un establecimiento penal, tomando en cuenta la dignidad humana que este
aún posee procurando la reincorporación del interno en la sociedad, a través de la
aplicación políticas de reeducación penitenciaria para lograr que este sujeto pueda
lograr una reinserción en la sociedad.

Tomamos en cuenta la perspectiva de una visión más cercana a la aplicación práctica de


los principios limitadores del ius puniendi, proporcionalidad de la pena y dignidad
humana, y que está conformada por lo que genérica y eufemísticamente se denominan
condiciones carcelarias, afirmando que la pena debe ser proporcional al daño causado,
lo que estamos diciendo es que las condiciones carcelarias deben ser proporcionadas al
daño causado.

III. APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS PENITENCIARIOS AL CASO


PRESENTADO, CON ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN

Como es bastante sabido, en los últimos años en el Perú se ha dado un incremento de la


delincuencia, en sus diferentes modalidades y grados de violencia. Este hecho no es
ajeno al fenómeno de la migración que viene afrontando el país. Importa por ello hacer
un análisis de como dicho fenómeno puede poner en jaque nuestro débil sistema
penitenciario.

4
Para tales fines analizaremos los principios del derecho penitenciario contenidos en el
título preliminar del código de ejecución penal vigente en nuestro país y como estos se
pueden ver afectados por la coyuntura.

“La problemática que ha surgido es que el legislador en las últimas reformas en


materia constitucional – penal ha pasado por alto la implementación de estos
principios dentro de la norma y que son necesarios para garantizar que se pueda llevar
a cabo una real reinserción social.”1

Y es que como vemos, sumado a los problemas de movilidad social que veremos, existe
una desconexión entre la norma y la realidad.

Como primer principio tenemos:

A. PRINCIPIO DE HUMANIDAD

Artículo III.- La ejecución penal y las medidas privativas de libertad de los procesados
están exentas de tortura o trato inhumano o humillante y de cualquier otro acto o
procedimiento que atente contra la dignidad del interno.

Es totalmente aceptado y coherente la aplicación de dicho principio, los derechos


humanos deben ser respetados y se debe trabajar en pro de garantizar su cumplimiento.
En este punto la doctrina está de acuerdo, sin embargo, ante un incremento exponencial
de los internos en penales, su aplicación se hace cada vez más difícil haciendo que la
sobrepoblación haga que este control se le escape de las manos al sistema.

Aun cuando este principio prohíbe legislativamente la ejecución de penas que atentes
contra la dignidad, en la práctica esto dista mucho de la realidad de manera indirecta. Si
bien ninguna pena establece torturas a los internos, nada garantiza que dentro de los
establecimientos penitenciarios estos sufran las mismas. La pena no establece
agresiones contra la integridad, pero indirectamente condena al interno a vivir en un
ambiente en el que tarde o temprano las sufrirá.

Según la CIDH de acuerdo con el principio de humanidad, es cruel toda pena que
resulte brutal en sus consecuencias como las que crean un impedimento que
compromete toda la vida del sujeto (muerte, castración, esterilización, marcación,
amputación, intervenciones neurológicas).

1
Por: Erika Marcela Nieto Díaz para Gaceta electrónica

5
Estas consecuencias se pueden dar muy fácilmente en un establecimiento sobrepoblado
como lo son los centros penitenciarios del Perú.

Ahora que tenemos claro este panorama podemos decir que no estamos en las
condiciones idóneas para seguir sobrepoblando las prisiones, sin embargo, esta
sobrepoblación es (históricamente consecuencia de los movimientos migratorios en
masa).

B. SISTEMA PROGRESIVO

Artículo IV.- El tratamiento penitenciario se realiza mediante el sistema progresivo

En el Código de Ejecución Penal se señala que debe aplicarse un tratamiento


penitenciario mediante “un sistema progresivo”, es decir, se inicia con los internos en
los centros penales con intervenciones en las áreas de educación, trabajo, psicología,
legal y servicio social, y continúa aplicándose a la población del medio libre mediante
los programas de intervención focalizada Focos, Capas, Reto, No más problemas, así
como los talleres multidisciplinarios para el resto de las participantes.

El tratamiento progresivo se ha visto reforzado con el Decreto Legislativo N° 1296, con


el cual se han realizado cambios sustanciales respecto a la concesión de los beneficios
penitenciarios. Estos ahora solo se conceden a internos ubicados en la etapa de mínima
o mediana seguridad, del régimen cerrado ordinario, pues anteriormente era irrelevante
la etapa en la que el interno se encontraba.

Esto es importante, pues conmina a los internos a “progresionar” en su tratamiento


dentro del recinto carcelario, y posteriormente también lo harán cuando pasen al medio
libre, asegurando una continuidad en su rehabilitación con un consiguiente cambio de
conducta positiva.2

En la misma línea de ideas, con la reciente explosión criminal que ha afrontado el país y
con los nuevos niveles de violencia a los que nos enfrentamos, consideramos que las
medidas de progresividad deben ser repensadas para abarcar los nuevos problemas que
traen las movilidades masivas de migrantes. Sin embargo, aun cuando estás logren
implementarse se tendrá un déficit de efectividad, de nuevo, por la sobrepoblación
penitenciaria que afrontamos.

2
https://elperuano.pe/suplementosflipping/juridica/694/web/pagina05.html#:~:text=En%20el%20C
%C3%B3digo%20de%20Ejecuci%C3%B3n,y%20contin%C3%BAa%20aplic%C3%A1ndose%20a%20la

6
C. DERECHOS SUBSISTENTES DEL INTERNO

Artículo V. - El régimen penitenciario se desarrolla respetando los derechos del interno


no afectados por la condena.

Está prohibida toda discriminación racial, social, política, religiosa, económica,


cultural o de cualquier otra índole.

Los instrumentos internacionales como la Declaración Universal de los Derechos


Humanos, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, entre otros enfatizan en
el derecho de las personas privadas de libertad a ser tratadas con el respeto que merece
su dignidad y valor como ser humano. Por tanto, la ejecución de su pena se cumple
respetando los derechos fundamentales de la persona consagrados en la Constitución
Política del Perú, ordenamiento jurídico peruano y Tratados Internacionales sobre la
materia.

El sistema penitenciario del Perú tiene problemas bastante graves. De acuerdo con
el Informe Estadístico Penitenciario que publicó el Instituto Nacional Penitenciario
(INPE) en febrero del año 2020, la población de internos fue de 96,870 personas. Sin
embargo, las cárceles peruanas solo tienen capacidad para albergar a 40,137 personas,
lo que arroja un 141% de sobrepoblación en los penales. Además, al problema de la
sobrepoblación se le suman enfermedades, falta de personal médico, condiciones
inadecuadas para mujeres embarazadas y niños, ausencia de políticas públicas para
adultos mayores, falta de información y más. De lo señalado precedentemente, podemos
denotar que los reclusos que se encuentran recluidos en los diversos centros
penitenciarios se les afecta sus derechos que deberían tener por su condición de ser seres
humanos. Asimismo, cabe hacer énfasis que se estaría transgrediendo el artículo número
1 del Título I del Código de Ejecución Penal en cuanto esta salvaguarda los derechos
del interno y está en concordancia con el artículo V del título preliminar del presente
cuerpo normativo mencionado, ya que se puede observar que los reclusos se encuentran
en un estado de abandono por parte del Estado ya que este no garantiza el debido
respeto por sus derechos.

Por ello el Estado debe adoptar todas las medidas necesarias para mejorar la situación
del sistema penitenciario y el tratamiento a los reclusos, y para cumplir plenamente con
lo establecido en los tratados y demás instrumentos internacionales sobre la materia, y
en la Constitución peruana. También se asegure la existencia de condiciones adecuadas

7
de reclusión, alimentación, higiene, trabajo, educación y recreación, de conformidad
con los mencionados instrumentos internacionales sobre la materia. Asimismo, se
mejoren los servicios relacionados con el derecho a la salud de los internos.

D. ASISTENCIA POST – PENITENCIARIA

Artículo VI. - La sociedad, las instituciones y las personas participan en forma activa
en el tratamiento del interno y en acciones de asistencia post- penitenciaria.

La Asistencia Post - penitenciaria es una ayuda que brinda el Estado al individuo que
fue liberado de un establecimiento penitenciario con la finalidad de que pueda
readaptarse por completo de la acción ilícita por el cual fue recluido y asimismo poder
reincorporarse al medio libre. Asimismo, está encargada de buscar la completa
resocialización del liberado en la sociedad, y en este sentido mediante los diferentes
mecanismos y a través de los programas que se efectúan en favor del liberado para así
lograr reinsertar de una forma adecuada y evitar que el liberado pueda recaer en nuevas
conductas delictivas.

Dentro del tema de la asistencia Post – Penitenciaria encontramos clases de asistencias


como:

Asistencia Social: Por medio de la asistencia social se encarga de brindarle al liberado


un trato de orientación o supervisión con la finalidad de que todos los integrantes de la
sociedad tengan los mismos derechos y oportunidades. Es por ello por lo que mediante
la asistencia social se busca que los liberados tengan iguales oportunidades frente a las
desigualdades que existen dentro de cada sociedad.

Asistencia Laboral: La asistencia laboral que se persigue la asistencia post


-penitenciaria es dar prioridad y garantizar que el liberado pueda encontrar un lugar ya
sea privado o público en donde pueda laborar con la finalidad de poder percibir un
salario o remuneración con el que pueda solventar sus necesidades. Pero cabe resaltar
que surge un problema en cuanto a los liberados se les hace dificultoso poder encontrar
un trabajo, ya que muchas instituciones tanto públicas como privadas se niegan a
contratar a personas que se hayan encontrado recluidos dentro de un establecimiento
penitenciario, pues se sobreentiende que al haber estado en una cárcel se ha generado
antecedentes penales que en muchos casos no son eliminados.

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Asistencia Psicológica: La asistencia psicológica desempeña una labor importante para
el liberado pues de ella se desprende uno de los más grandes factores que influye en la
conducta y forma de pensar del liberado encaminado a lograr evitar su reincidencia, esta
acción promueve que el liberado obtenga y desarrolle actitudes positivas y forme una
responsabilidad individual y colectiva dentro de un grupo social y con sus familiares
logrando un equilibrio personal y grupal.

Los criminales recientemente liberados de la prisión encuentran numerosos problemas


respecto a encontrar un puesto de trabajo. Estos problemas pueden incluir diversos
factores personales (por ejemplo. poca autoestima, poca motivación, falta de habilidad,
falta de entrenamiento, enfermedad mental y abuso de substancias), falta de alojamiento
estable y factores sociales. Asimismo, en ausencia de apoyo material, psicológico y
social al tiempo de su liberación, a los ex reos les puede ser muy difícil romper el
círculo de liberación y rearresto. Los períodos cortos en la prisión y los largos períodos
que permanecen en prisión preventiva hacen que las oportunidades de un tratamiento e
intervenciones exitosas para prevenir la futura reincidencia sean muy limitadas.

Es por ello, que como alternativas de solución sería necesario impulsar una ley de
inclusión laboral para personar ex reo para de esta manera brindarles la oportunidad de
reinsertarse de nuevo a la sociedad con un empleo formal, además de otorgarle
beneficios tributarios como la deducción de la renta bruta a todas las empresas que
incluyan un número determinado de personas que ya cumplieron su condena.

E. PRINCIPIO DE TRASLADO DE CONDENADOS AL EXTERIOR

La transferencia de personas extranjeras o nacionales condenadas por jueces peruanos


para el cumplimiento de las penas impuestas en su país de origen o en el de su
residencia habitual se regirá por los Tratados o Convenios Internacionales sobre la
materia y el principio de reciprocidad por razones humanitarias y leyes respectivas.

No se autorizará la transferencia de aquellos que se encuentren condenados por delitos


de terrorismo, terrorismo agravado, atentado contra la seguridad nacional y traición a la
patria o del agente que actúa como cabecilla o dirigente de una organización destinada
al tráfico ilícito de drogas, sin perjuicio de lo dispuesto en los Tratados o Convenios
Internacionales en los que el Perú es parte.

La transferencia se autorizará mediante Resolución Suprema.

9
De hecho, a inicios del 2020, el Perú expulsó a 131 venezolanos con antecedentes
criminales, la policía peruana creó una brigada especial para combatir a las bandas
extranjeras en el país, ante una ola de asaltos y crímenes perpetrados en su mayoría por
venezolanos.

Caso de personas dominicanas, la Corte IDH ratifica lo señalado en el caso Nadege


Dorzema: Para cumplir con la prohibición de expulsiones colectivas, un proceso que
pueda resultar en la expulsión o deportación de un extranjero debe ser individual, de
modo a evaluar las circunstancias personales de cada sujeto, lo cual requiere, como
mínimo, identificar a la persona y aclarar las circunstancias particulares de su situación
migratoria. Asimismo, dicho procedimiento no debe discriminar en razón de
nacionalidad, color, raza, sexo, lengua, religión, opinión política, origen social u otro
estatus, y ha de observar las señaladas garantías mínimas del debido proceso.3

Por otro lado, en relación con las garantías del debido proceso en materia de
expulsiones, los tribunales y órganos internacionales han establecido los siguientes
estándares:

La orden de deportación debe ser motivada, no solo indicando la norma violentada.

Derecho a la notificación de la decisión de deportación y a recurrir o impugnar la


decisión jurisdiccional de deportación y a tener acceso a recursos eficaces para recurrir
la decisión de expulsión.

F. PRINCIPIO DE RETROACTIVIDAD E INTERPRETACIÓN BENIGNA

La retroactividad y la interpretación de este Código se resuelven en lo más favorable al


interno.

En nuestro Derecho, dicho principio se encuentra formulado en el Código Civil: “Las


leyes no tendrá fuerza ni efectos retroactivos(..)”, por su parte, el artículo 103 de la
Constitución vigente ha reforzado la irretroactividad de las leyes: “Ninguna ley tiene
fuerza ni efectos retroactivos, salvo en materia penal cuando favorece al reo”

La Corte IDH, el caso “Caso Ricardo Canese vs. Paraguay” lleva dicho que “debe
interpretarse como ley penal más favorable tanto a aquella que establece una pena
menor respecto de los delitos, como a la que comprende a las leyes que desincriminan

3
Buscador de Jurisprudencia. (2021). Retrieved 8 May 2021, from
https://www.corteidh.or.cr/cf/jurisprudencia2/ficha_tecnica.cfm?nId_Ficha=226&lang=es

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una conducta anteriormente considerada como delito, crean una nueva causa de
justificación, de inculpabilidad, y de impedimento a la operatividad de una penalidad,
entre otras”.4

No podemos discriminar, ni agravar la pena a alguien por su nacionalidad.

Este principio cubre a los que actualmente están en los penales del país hay 335 reclusos
de nacionalidad venezolana que había en el 2019, cuando en el 2017 había solo 39, de
hecho, el INPE: La cantidad de presos venezolanos en cárceles peruanas se ha
multiplicado por seis.5

Frente a estos hechos debemos especificar concretamente “el principio de retroactividad


de la ley penal más benigna” consagrado en el Código Penal, Convención Americana
sobre Derechos Humanos y Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Este
principio establece que desde el momento del hecho delictivo hasta que la pena se
encuentre agotada, y en caso de producirse sucesión de leyes durante ese lapso, siempre
deberá aplicarse la que resulte más favorable al reo. La ley vigente al momento del
hecho, la intermedia o la última existente hasta el cumplimiento total de la pena,
cualesquiera de ellas, debe ser aplicada si resulta más benigna, tanto porque la conducta
deje de ser un delito o la pena sea más leve. Cuando la nueva ley es más grave, el
mismo concepto implica que el caso se debe seguir rigiendo por la ley anterior ahora
derogada, lo cual se conoce con el nombre de ultraactividad de la ley más benigna.6

G. PROTECCIÓN DE MADRES INTERNAS E HIJOS 

El trato a las mujeres y sus niños en prisión está establecido en las leyes internacionales
y nacionales. El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) aplica la normativa en todo lo
que les favorece, ya que es una población considerada vulnerable. En las cárceles del
Perú están recluidas 4,887 mujeres de distintas nacionalidades que constituyen el 6% de
la población penal. De los 69 penales del país, solo 11 tienen población femenina, y

4
Corte IDH, “Caso Ricardo Canese vs. Paraguay” (Fondo, Reparaciones y Costas), sentencia de
31/08/2004, Serie C N° 111, párr. 179.
5
País, D. (2019). INPE: Cárceles peruanas albergan a 335 internos venezolanos - Agenda País. Retrieved
8 May 2021, from https://agendapais.com/actualidad/inpe-carceles-peruanas-albergan-a-335-internos-
venezolanos/
6
LA LEY PENAL MÁS BENIGNA Y SU INTERPRETACIÓN SEGÚN LA REALIDAD
ECONÓMICA. POR QUIROGA JULIANA Y PEREZ ALEJANDRO. (2020). Retrieved 8 May 2021,
from https://derechotributario.org/la-ley-penal-mas-benigna-y-su-interpretacion-segun-la-realidad-
economica-por-quiroga-juliana-y-perez-alejandro

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otros 28 cuentan con ambientes separados para la reclusión de mujeres, constituyéndose
en centros penitenciarios mixtos. Para la Dirección General de Tratamiento del INPE,
las mujeres en contexto de encierro cuentan con un marco legal internacional que
determina acciones conjuntas de los países miembros para mantener un trato igualitario,
con oportunidades y acceso a los servicios en las mismas condiciones que los varones.
Siendo que, nos estamos refiriendo a las Reglas de Bangkok, promovidas y aprobadas el
21 de diciembre del 2010 por la Organización de las Naciones Unidas con el título
de “Reglas de las Nacional Unidas para el tratamiento de las reclusas y medidas no
privativas de la libertad para las mujeres delincuentes”. Con ellas se visibiliza la
problemática de esta población vulnerable y representa un importante avance para
reconocer las distintas necesidades e intereses específicos para las mujeres privadas de
su libertad. 

Siendo que con base a lo establecido líneas atrás, podemos establecer a especie de


alternativas de solución; en primer lugar, buscar que se refuercen las campañas de salud
en cuanto a brindar una adecuada atención gineco-obstetra y la prevención de
enfermedades infectocontagiosas. Aunado a ello, somos de la idea que se dé más
atención al área de psicología de los centros penales, en cuanto al desarrollo de terapias
individuales y grupales que permiten a las mujeres enfrentar la reclusión. En la misma
línea, en cuanto al servicio social, fomentar la realización de diversas intervenciones
para el fortalecimiento de las relaciones con sus familiares que se encuentren dentro o
fuera del país, promoviendo así su encuentro, mediante la realización de visitas
programadas tanto de sus parejas e hijos en el centro de reclusión o ya sea mediante el
uso de medios electrónicos. Asimismo, hacer esfuerzos, de la mano con la empresa
privada, en cuanto al involucramiento de las mujeres en los programas laborales,
pudiendo así brindarles capacitaciones y oportunidades dentro de los penales.
Finalmente, en cuanto al tema educativo, el cual debe ser considerado como una
herramienta del tratamiento penitenciario, brindando la posibilidad de que muchas
mujeres que se encuentran en situación de reclusión puedan completar su instrucción
primaria y secundaria, incluso pudiendo lograr el grado de superior o técnico, con el
debido reconocimiento del Ministerio de Educación. Logrando así que, con todas estas
condiciones generemos un incremento en la autoestima de las mujeres y fortalezcamos
la idea de superación. 

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H. RECOMENDACIONES DE LAS NN.UU. 

El Sistema Penitenciario acoge las disposiciones, conclusiones y recomendaciones de
las Naciones Unidas para la prevención del delito y tratamiento del delincuente. 
Un claro ejemplo de esto son las Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos
Adoptadas por el Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito
y Tratamiento del Delincuente, celebrado en Ginebra en 1955, siendo estas aprobadas el
31 de julio de 1957. El objeto de estas reglas no es de describir en forma detallada un
sistema penitenciario modelo, sino únicamente establecer, inspirándose en conceptos
generalmente admitidos en nuestro tiempo y en los elementos esenciales de los sistemas
contemporáneos más adecuados, los principios y las reglas de una buena organización
penitenciaria y de la práctica relativa al tratamiento de los reclusos. Es evidente que,
debido a la gran variedad de condiciones jurídicas, sociales, económicas y geográficas
existentes en el mundo, no se pueden aplicar indistintamente todas las reglas en todas
partes y en todo tiempo. Sin embargo, deberán servir para estimular el esfuerzo
constante por vencer las dificultades prácticas que se oponen a su aplicación, en vista de
que representan en su conjunto las condiciones mínimas admitidas por las Naciones
Unidas. Siendo que, los criterios que se aplican a las materias a que se refieren estas
reglas evolucionan constantemente.  

Desde distintas perspectivas, y con el aval de datos fácticos ampliamente contrastados,


la profunda crisis del sistema penitenciario pone nuevamente de manifiesto la necesidad
y relevancia de su reforma. Para ello, no sólo debe considerarse la contundencia del
imperativo normativo internacional, el creciente reconocimiento y respeto de los
derechos fundamentales sino también la grave y permanente crisis del fin retributivo de
la pena. Asimismo, en esta tarea debe considerarse la relevante incorporación que, de
fines preventivos y resocializadores respecto de la pena, han realizado distintas
Constituciones. Todo ello, unido, a su vez, a los nuevos fines, contenidos y materias,
establecidos consecuentemente por las distintas leyes penitenciarias comparadas. De
igual forma, para esta tarea reformadora, debe considerarse la necesidad de producir un
punto de inflexión en materia penitenciaria a través del necesario reconocimiento del
Derecho penitenciario como una disciplina jurídica autónoma, cuestión que se produce

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sólo desde el momento en que el respectivo sistema jurídico reconozca determinados
derechos y garantías materiales y procesales al condenado durante la ejecución penal. 
IV. CONCLUSIONES

 En una sociedad civilizada, las penas y su ejecución deberían ser legítimas,


prudentes y tener un propósito con sentido de humanidad, pero procurando el
respeto y constante evolución de las normas que regulan las conductas del
hombre y también la forma en la que se regula el incumplimiento de estas
normas, una sociedad civilizada castiga a las personas que han delinquido
pero este no puede ni debe adoptar una forma de castigo arbitraria, ilegal,
indefinida, con castigos corporales, con tratos humillantes, inhumanos y
degradantes, sino que estas sanciones se deberían dispensar con una
orientación productiva que reforme y reinserte a los privados de libertad a una
vida más digna; con esto obtenemos más seguridad en la población, seres
humanos encaminados y rehabilitados y muchas familias que se favorecerán
de esto.

 Consideramos que no está en discusión el tema de la aplicación de los


principios penitenciarios. Lo que está en discusión es todo el espectro que las
rodea: Hablamos de sobrepoblación carcelaria, nuevos niveles de violencia,
políticas vagas de control migratorio y otros factores que, sumados a nuestras
limitaciones presupuestales y de infraestructura se tienen como resultado un
sistema ineficaz e incapaz de garantizar el cumplimiento y aplicación de los
principios mencionados. Consideramos que el problema debe abordarse de
menor a mayor, de adentro hacia afuera. Es decir que mientras menor sea la
población penitenciaria existirá mayor chance de tener un control de
aplicación de principios. Esto conlleva indefectiblemente a no contribuir a la
sobrepoblación dejando ingresar al país a internos en potencia.

 La existencia de personas que cometen delitos es resultado de una sociedad y


un sistema de gobierno que claramente no funcionan como deberían,
existiendo mucha desigualdad social que lleva a individuos que, según esa
desigualdad, están en la parte más baja a delinquir. El fin resocializador de la
pena, va más allá de la sanción misma, incluye también a la sociedad, esta es

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por llamarla de alguna manera, la fase final del proceso de resocialización, un
individuo totalmente recuperado puede ser empujado nuevamente a la vida
delictiva, si su entorno aun lo ve como un delincuente y no como una persona
que aprendió del error que cometió.

 Antes de la llegada de los venezolanos, el Perú ya vivía un problema


penitenciario, pues no existe la capacidad suficiente para albergar a todos los
reos sentenciados, aunado a ello con la llegada de migrantes era evidente que
este problema iba a aumentar. La solución es tener un mayor control al
ingreso de personas con antecedentes penales y judiciales, lamentablemente
eso podría sonar como una utopía debido a que la mayoría de migrantes son
ilegales, una tasa muy pequeña entra con el permiso de refugio. Lo ideal es
deportar a aquellos que cometen delitos en el Perú, debido a nuestra falta de
capacidad y presupuesto, un mayor control dentro de las ciudades y pedir que
se identifiquen y regulen su permiso.

 El trabajo de reforma del sistema penitenciario debe considerar, además de la


normativa internacional y de las recomendaciones, directrices y reglas de
Naciones Unidas en materia penitenciaria, aquellas propuestas de mejoras
realizadas por comisiones especiales y por la doctrina especializada en
materia penitenciaria, especialmente respecto de los aspectos normativos e
institucionales de la política pública penitenciaria, como también en cuanto a
sus fines teleológicos, intra, extra y post carcelarios. En este sentido, y en
atención al objetivo de las mismas, se pueden distinguir dos grandes clases de
recomendaciones o propuestas; aquellas de carácter general, que apuntan a la
modificar el sistema de ejecución de penas en su conjunto; y aquellas más
específicas, cuyo objetivo central es fortalecer, desde distintos ángulos, el
sistema penitenciario. Ambas, sin embrago, pueden constituir una robusta
política pública penitenciaria con elementos de carácter normativo,
institucionales, procedimentales y valorativos.

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