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Ing.

José López
Método o Análisis ABC para Almacenes

¿Qué es el análisis ABC?


El análisis o clasificación ABC es un sistema de administración de inventarios que se
basa en el principio de Pareto (Vilfredo Pareto) para categorizar el inventario físico en tres
zonas diferentes: Zona A, Zona B y Zona C.
Dentro de la realización del inventario, la clasificación por cada zona se realiza
considerando el valor que ostenta cada artículo, valor que está dado por criterios
preestablecidos como el costo unitario o el volumen anual monetario. Así pues, este método
destaca la minoría de artículos importantes sobre la mayoría de triviales.

Zonas o tipos en la clasificación ABC


Así pues, con base en todo lo dicho, detallemos las siguientes etiquetas para inventarios
con base en su clasificación:
Zona A: Los más importantes. Están ahí por su costo elevado, nivel de utilización o gran
aporte a las utilidades, en otras palabras son los artículos de mayor valor. Suele representar
el 15% de todas las unidades, aunque su valor generalmente oscila entre el 70 y 80% del
valor total del inventario. Reciben mayor atención que los inventarios físicos de otras
zonas, como negociaciones para tener suministro constante, pronósticos de demanda más
exactos, revisiones frecuentes, ubicaciones cercanas, mejores condiciones de
almacenamiento, etc.
Zona B: Con importancia secundaria. Son artículos de valor intermedio. Suelen ser entre
el 20 y 30% y su valor se ubica entre 15 y 25% del valor total. No tienen las mismas
condiciones que el inventario de Zona A, sin embargo se controlan sus existencias y los
costos en sus faltantes. Son objeto de revisión para decidir si ascienden a la zona A o
descienden a la C.
Zona C: Poco importantes. Representan la mayoría de volumen de inventario pero son
los artículos de menor valor. Requieren de poca supervisión.
Criterios de clasificación ABC
Puedes segmentar cada producto a partir de ciertos criterios. Por lo general se usan los
siguientes:
Clasificación por precio unitario
Clasificación por valor total
Clasificación por utilización y valor
Clasificación por aporte a utilidades

El paso a paso suele ser muy similar para cada criterio.


Cómo hacer un análisis ABC para clasificar el inventario con criterio de precio unitario.
Los pasos siguientes aplican para un criterio de clasificación por el sistema de precio
unitario; no obstante, los pasos para los demás criterios son similares.

Paso 1: Obteniendo los datos


Necesitas los datos para hacer la clasificación. Por ejemplo para la clasificación por
precio unitario necesitaras el precio unitario promedio de cada artículo para los meses de
análisis. En este caso estamos asumiendo que el precio de ese artículo varía a través del
tiempo, por ejemplo si vendemos artesanías hechas con Cacao, estamos sujetos a la
variación nacional del precio del cacao.

Paso 2: Promediando y ordenando los datos


Promedia los valores de los artículos para los períodos que tienes. Hecho esto, ordénalos
de mayor a menor. Este es el preámbulo para el análisis de Pareto.

Paso 3: Multiplicando porcentajes por el número de artículos


Para saber cuántos artículos tomar por cada zona, debes multiplicar tus porcentajes por
el número de artículos. En nuestro ejemplo usaremos 15% para los de tipo A, 20% tipo B y
65% para los de tipo C.
Paso 4: Categorizando los artículos en las zonas
Ya conoces cuántos artículos vas a clasificar por zona. Así pues y con tus datos
ordenados de mayor a menos, los primeros van a pertenecer a la zona A. ¿Cuántos? La
cantidad que hayas definido en el paso 3. Procede de la misma forma con las demás zonas.

Distribución ABC con criterio de clasificación por valor total

Partimos del paso 2, justo cuando tienes el valor promedio de los artículos por período.
Ojo, no los vayas a ordenar. Los siguientes pasos son adicionales.
Paso 3: Multiplicando por la cantidad disponible
Para calcular el valor del inventario físico, además de conocer el costo unitario promedio,
necesitamos la cantidad actual en ese inventario. Por eso, vamos a multiplicarlos.

Valor del inventario por artículo: Costo unitario promedio de artículo


* Cantidad de inventario disponible del artículo
Paso 4: Ordenando de mayor a menor
Igual que en el paso 2. del método anterior. Solo que esta vez, lo hacemos con base en
los resultados del valor del inventario por artículo y no por el costo promedio unitario.

Paso 5: Multiplicando cantidad disponible total por los porcentajes de distribución


Multiplica la cantidad total disponible por los porcentajes. Esto te dará los valores con
los que haces la distribución por zonas.

Paso 6: Categorizando según la cantidad por artículo


Ya tienes los valores que indican el número de unidades por artículo para cada zona.
Con los datos ordenados de mayor a menor, comienza a clasificar los artículos en las zonas
según la cantidad de unidades disponibles y los valores que tendrán cada zona (los mismos
que calculamos en el paso 5).
Este criterio exige un conocimiento profundo de los artículos, pues frecuentemente estos
quedaran en el límite entre una zona y otra. Además, como las cantidades varían todos los
días, debes tener claro que esta clasificación puede que cambie constantemente. Puedes
fijar un período de actualización, digamos semanal o mensual, con base en la frecuencia de
compras de inventarios. Esto sugiere que, por ejemplo, como cada semana se generan las
compras de inventario, cada semana se hace el análisis ABC debido al cambio de
cantidades.

Segmentación ABC con criterio de utilización


Partimos nuevamente del paso 2 teniendo calculado el costo promedio unitario.
Paso 3: Multiplicando por el consumo promedio.
En este método de análisis ABC, multiplicamos el costo promedio unitario con el
consumo promedio. El consumo promedio es la cantidad promedio de artículos que se
utilizan por período. El resultado es el valor de utilización.

Valor de utilización de inventario por artículo:


- Costo promedio unitario por artículo
- Consumo promedio por artículo
Paso 4: Ordenando de mayor a menor
Ordenamos de mayor a menor con base en el valor de utilización de inventario físico por
artículo.

Paso 5: Multiplicando el consumo promedio total por los porcentajes de distribución


Para definir la clasificación según este método de análisis ABC, toma la cantidad total
de consumo promedio y multiplica por tus porcentajes de distribución (15, 20 y 65% para
zona A, B y C respectivamente). Los valores resultantes indican cuántas unidades por
artículo tendrá cada zona.

Paso 6: Categorizando según el consumo promedio por artículo


Clasifica con base en los valores obtenidos del paso 5 y revisando las cantidades de
consumo promedio.
Este método de segmentación ABC, va más allá de la cantidad disponible. Por lo tanto si
bien el valor de inventario puede indicar que un artículo es el más importante y lo coloca en
la zona A, si su consumo promedio no es significativo este probablemente estará en otra
zona. Al igual que en el método anterior, es importante conocer la naturaleza de cada
artículo.

Principio de Pareto y ley potencial


El análisis ABC se basa en la observación empírica, conocida como principio de Pareto
o regla de 80/20, que el 20 % principal de los artículos generalmente representa el 80 % del
volumen de ventas, independientemente de la unidad de medida que se elija. Por lo tanto,
en esas circunstancias, tiene sentido segmentar los elementos de interés de acuerdo con su
"magnitud" de importancia, es decir, las clases ABC.
Desde una perspectiva más matemática, un análisis orientado a la magnitud, como el
análisis ABC, es atractivo cuando la distribución subyacente (de probabilidades) tiene una
"cola gruesa" o fat tail, es decir, puntos que divergen mucho del promedio (1). Esas
situaciones se producen a menudo, tanto en fenómenos naturales como en actividades
humanas. Por ejemplo, las siguientes distribuciones son generalmente de "cola gruesa":
- Personal de la empresa en un país
- Biomasa (en toneladas) de especies en un área.
- Facturación de taquilla de películas en un determinado año.
- Retiradas de producto (en unidades) en la industria automotriz, entre otros.
Existe todo un "bestiario" de distribuciones matemáticas conocidas para estas
situaciones. Las distribuciones más utilizadas probablemente sean la ley potencial y la ley
de Zipf. Estas funciones matemáticas varían principalmente en su capacidad de poner un
"peso" a la cola de la distribución, es decir, en su capacidad de reflejar las posibilidades de
que sucedan situaciones muy raras.
En el caso específico de las cadenas de suministro, en general entran en juego fuerzas
económicas simples para limitar artificialmente la magnitud de los valores atípicos. Por
ejemplo, con los artículos que regresan al inventario, puede remarcarse que los artículos de
peor desempeño generalmente se eliminan directamente del surtido. Por lo tanto, los
artículos que se venderían, digamos, solo una vez por año, no se observan, porque la
empresa deja de venderlos mucho antes de que alcancen este nivel de ventas.
Al contrario, si un artículo se vende excepcionalmente bien, la empresa tiene un
incentivo para introducir variantes —de color, talla o cualquier otro atributo técnico— que
aumenten aún más su volumen de ventas global. Una vez más, puede que nunca se
observen artículos que venderían decenas de millones de unidades, porque para el momento
en que se habría alcanzado ese volumen, ya se habrán introducido variantes que canibalizan
las ventas del artículo original.

Prácticas habituales basadas en el análisis ABC


El análisis ABC se utiliza para respaldar decisiones rutinarias relacionadas con el
inventario, como realizar pedidos de compra a proveedores. Aunque es discutible si las
prácticas basadas en el análisis ABC pueden considerarse "buenas prácticas" (vea la
sección a continuación sobre los límites del análisis ABC), hay algunas prácticas que son
muy populares, como las siguientes:
- Asignación de niveles de servicio basados en clase de artículos, siendo las primeras
clases las que tienen los objetivos más altos, mientras que las últimas clases tienen
los objetivos más bajos.
- Asignación de personal (atención) uniforme a cada clase; por ej., el encargado de la
cadena de suministro dedica una hora a revisar la clase A (100 artículos) y una hora
a revisar la clase D (10 000 artículos).
- Segmentación de todos los KPI por clase y, de manera similar, segmentación de
todos los tableros de información o los informes de acuerdo con la clase de interés.
- Establecimiento de revisiones de rendimiento —para los equipos de cadena de
suministro— basados en reglas que dependen de las clases mismas ABC.
De hecho, debido a que las clases ABC son fáciles de elaborar y mantener, estas tienden
a integrarse en las prácticas de cadena de suministro de la empresa, ya que en general se
opone poca resistencia a lo que parece ser un modo intuitivo de perfeccionar un análisis
relacionado con el inventario.

Perspectiva histórica de la gestión de materiales


El análisis ABC surgió de un abordaje de la gestión de materiales que tenía como
objetivo minimizar la sobrecarga administrativa relacionada con el inventario. Cada clase
de artículos tendría su propio conjunto específico de procesos:
- Artículos A" con un control muy estricto y registros precisos;
- Artículos B" con registros un poco menos controlados y precisos;
- Artículos C" con los controles más simples posibles y registros mínimos.
De hecho, antes de los años 70, los registros de inventario debían ser escritos
manualmente en libros por los empleados administrativos, algo que era tan lento como
costoso. Es por eso que, en general, era más eficiente adoptar métodos de gestión del
inventario que no requirieran registros de ningún tipo, como el método Kanban.
Sin embargo, con la llegada de los sistemas de inventario perpetuo y los lectores de
códigos de barras de bajo costo, esta práctica fue desapareciendo gradualmente. De hecho,
los riesgos asociados con movimientos de inventario sin registros (digitales), como la
contracción de inventario, ahora resultan mucho más costosos que mantener esos registros.
Y así todos los artículos son tratados como artículos A (es decir, con controles estrictos y
precisos), independientemente de su importancia.
Por lo cual, es preciso señalar que la mayoría de las empresas siguen diferenciando entre
inventario —artículos que se procesan y se venden— del que debe hacerse un seguimiento
y suministro general (por ej. artículos de librería), del que no se hace un seguimiento.
Resulta sorprendente que muchas fuentes sigan señalando esta perspectiva histórica
como motivación central detrás del análisis ABC cuando esta práctica esencialmente ha
desaparecido de los procesos de la mayoría de las empresas grandes y medianas desde
principios de los años 2000.

Límites del análisis ABC


El análisis ABC es un método de categorización de inventario rudimentario y presenta
limitaciones. Esos límites tienden a exacerbar problemas de cadena de suministro,
preexistentes, como desabastecimientos, excedentes de stock, inestabilidad y baja
productividad.
1- Inestabilidad: Cuando se utilizan parámetros "razonables", como los que se dieron
como ejemplo más arriba, el análisis ABC a menudo tiene como resultado que entre
un cuarto y la mitad de los artículos cambien de categoría cada cuatrimestre en
varios sectores. Lo que es peor, debido a que evaluar la estabilidad del análisis ABC
es más complicado que realizar el análisis ABC en sí, la mayoría de las empresas ni
siquiera se da cuenta del problema. Estas inestabilidades ponen en jaque a una
porción significativa de las medidas correctivas, impulsadas por la clasificación
ABC, que acaban por aplicarse a los artículos equivocados.
2- Ausencia total de dinamismo: El análisis ABC no concuerda con los patrones de
demanda básicos, como lanzamientos de producto. Un artículo que se acaba de
introducir tiene un bajo volumen por diseño, porque el volumen de ventas aún debe
observarse. Si bien es posible mitigar el efecto novedad, otros patrones, como la
estacionalidad, complican el proceso. Por ejemplo, en octubre, los juguetes
introducidos seis meses antes se clasifican como artículos C, cuando aún falta para
las ventas de Navidad. El análisis ABC es una perspectiva estática a pedido y, por lo
tanto, generará ineficiencias de inventario cuando la demanda no lo es.
3- Baja significatividad: En lo que tiene que ver con los indicadores estadísticos, la
cantidad de información extraída del historial de demanda y dividida en categorías
de acuerdo con las clases ABC es extremadamente baja. Por ejemplo, incluso un
indicador trivial como "unidades totales vendidas el año pasado" tiende a tener más
información sobre un determinado artículo que su clase ABC. Además, cualquier
modelo estadístico que realice cualquier tipo de tarea sobre los datos históricos de
inventario puede reimplementar internamente un análisis ABC si esto resulta de
ayuda, aunque, en la práctica, es difícil que suceda.
4- Pérdida de tiempo en trivialidades: el efecto bikeshedding. El análisis ABC implica
una elección arbitraria de parámetros. Debido a que el análisis ABC presenta
deficiencias evidentes, como en el caso de los lanzamientos de producto (ver más
arriba), generalmente se introducen más parámetros para mitigar esas deficiencias.
Luego, debido a que el análisis ABC es fácil de comprender, muchas personas
inevitablemente sienten la necesidad de participar de la elección de todos esos
parámetros y de solicitar variantes propias. Como resultado, debajo de su apariencia
de método fácil y rápido, el análisis ABC acaba por convertirse en una empresa
burocrática que consume recursos pero no entrega resultados tangibles.
Postura de Lokad sobre el análisis ABC
El análisis ABC se introdujo a principios del siglo 20, en un mundo en el que los
lectores de códigos de barras no existían y en el que los métodos de seguimiento del
inventario eran costosos y poco fiables. Resulta sorprendente que este método haya
mantenido su vigencia cuando la mayoría de los problemas que este método intenta
resolver ya no existen. Nuestra postura sobre el análisis ABC es la siguiente: para todo lo
que puede hacer el análisis ABC, existen métodos más simples que presentan un mejor
rendimiento, como la puntuación de artículos, en lugar de la clasificación de artículos.
Naturalmente, todos esos métodos más simples requieren computadoras para ser
ejecutados, por lo que, en cierta medida, pueden considerarse como "simples" dependiendo
del contexto.
Para una perspectiva puramente de generación de informes, el análisis ABC puede ser
aceptable. Las clases ABC pueden ayudar a obtener información estratégica rápida sobre
las categorías de producto, por ejemplo, generando informes de las respectivas fracciones
de artículos A/B/C dentro de la categoría. Sin embargo, como se señaló anteriormente, el
análisis ABC es proclive al efecto bikeshedding. Por lo tanto, sugerimos evitar modificar
indicadores y KPI de las clases A/B/C, ya que esas iniciativas casi nunca entregan los
beneficios originalmente buscados.
Clasificar los artículos por su valor: el 80% de nuestro valor total vendrá representado
por el 20 % de los artículos que tenemos. Estos productos los clasificaremos dentro del
Grupo A. Recuerda que, poniendo en práctica el método ABC, aprendemos cómo se puede
organizar un almacén de forma eficaz.
El Grupo B en la clasificación de productos en el almacén estará conformado por el 30%
de nuestros artículos, y será el siguiente 15% de nuestro valor total.
El último 5 % de nuestro valor total vendrá representado por el 50% de nuestros
artículos.
Es importante recalcar la idea que está detrás de este análisis: Un porcentaje pequeño de
nuestros artículos representan casi todo nuestro valor y por ello debemos centrarnos en este
grupo A y prestarle más atención.
Resumiendo:
- Clase A" el stock incluirá de forma aproximada artículos que representan 80% del valor
total de stock, 20% del total de los artículos.
- Clase B" los artículos representan el 15% del valor total de stock, 30% del total de los
artículos.
- Clase C " los artículos representan el 5% del valor total de stock, 50% del total de los
artículos.
Es por ello, por lo que debemos centrarnos en los artículos de clase A y un poco menos
con los de clase B. Si tienes dudas y quieres saber más para poner en marcha este método y
aprender cómo organizar la mercancía. Lo podemos ver mejor a través de un ejemplo de
clasificación de productos según el método ABC.
Una empresa tiene en su almacén diez artículos distintos, valorados de la siguiente
manera:
Tabla 1 de clasificación de articulos para el método ABC
Artículo a b c d e f g h i J
Valor 6 7 220 4 12 3 2 10 1 9

En primer lugar, ordenamos los productos en función de su valor. Calculamos los


distintos porcentajes tanto simples como acumulados. Podemos ayudarnos de una tabla para
verlo más claro.
Vemos también los porcentajes acumulados tanto de artículos como de inversión o valor,
ya que es lo que vamos a poner en los ejes para visualizar la gráfica de forma más clara.
Representación gráfica de la clasificación ABC

Podemos comprobar cómo tan solo el 20% de todos nuestros artículos nos genera un
80% del valor total (o inversión, beneficios, entre otros).
(A). Es por ello que para este tipo de artículos debemos usar un estricto sistema de
control, con revisiones continuas de los niveles de existencias y una atención mayor. El
siguiente 30% nos supone un 15% del valor total.
(B). Estos artículos tienen una importancia media y hay que llevar a cabo un control
intermedio.
El 50% nos supone tan solo el 5 % (C). Para este tipo de artículos aplicamos un control
menos rígido.

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