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Textos, consignas, inspiraciones para una MATRIA en construcción...

Día de la madre...
Me doy cuenta de nuevo e incansablemente que las maternidades son actos políticos.
Me festejan con flores y bombones, a quién no nos gusta un postre, pero preferiría que mis derechos
de salud sean respetados, tener las mismas oportunidades laborales y de realización que los padres y las
personas que no tienen hijxs, que mi derecho a lactar sea respetado con verdaderas garantías de
bienestar social y económico para mi y mi familia.
Quisiera estar más tiempo de calidad con mi hija sin poner en riesgo la economía.
Me encantaría que la maternidad sume, que deje de restar. Restar derechos, posibilidades y acceso a
una vida honorable, saludable y realizada.

Hacer, hacer, hacer...


Hace unos meses me encontraba pasando por un momento que estaba siendo duro de asimilar,
muchas cosas pasando, otras detenidas y con pocas fuerzas de tomar acción, algo dentro me pedía
parar, hacer pausa a casi todo, pues el día a día seguía ocurriendo, despertar, atender a mi familia, estar
lo más presente posible con mi hija, tomar el auto, hacer las compras, pero en medio de esas
actividades no me quedaba mucha energía ni inspiración para hacer más.
Me detuve entonces, deje de escribir en el blog, en la fan page de COmadres, pararon las
grabaciones del proyecto COmadresTV, canalice casi todas mis consultas de doula a otras colegas, y
me quede con lo mínimo, con lo que me daba para seguir haciendo inspirada aún. 
Ahí en el patio de la casa sintiendo una cascada de emociones, sintiendo como la vida con todo su
poder actuaba en una transformación profunda, y como ante esa potencia de la vida de pronto yo no
lograba sentir esa misma potencia dentro, comencé a acompañarme, sin exigirme mucho más que estar
conmigo, y vaya tarea la de no exigirme más, la de parar el galope del caballo para estar en una imagen
más como la de una semilla, que sólo permanece bajo la tierra hasta hincharse lo suficiente para
romperse y convertirse en nuevo brote. Empaparme de confianza hasta sentir el impulso para moverme
de nuevo...
En medio del hacer y del deber ser muchas veces me he perdido, y es que nos dicen muchas veces
que si atendemos nuestras necesidades dejaremos de atender las de nuestrxs hijxs, o viceversa que si
atendemos las necesidades de nuestrxs hijxs, las nuestras quedarán ahogadas en la nada, como
olvidadas. 
Pero nadie o muy pocos han hablado de la importancia de escucharnos y obedecernos, de la
importancia de detenernos, respirar y comenzar de nuevo para ir a favor de nosotras mismas. Y ahí en
ese acompañarnos, como a ese bebé o niñx que la vida nos ha confiado en el cuerpo de nuestros hijxs,
escuchar a nuestro niño o niña interna, no huir de sus llantos, no huir de la necesidad de compañía de
nosotras mismas, si "acompañar" nos esta agotando quizá habría que detenernos a preguntarnos si nos
estamos haciendo falta, si nos estamos necesitando. 

No tengo hijos para reducir mi huella de carbono...


Va una dosis de diarrea mental. Pero no se preocupen, que es orgánica y biodegradable para no
afectar a la tierra que tanto nos preocupa y por la que no tenemos hijos. ¿Han notado que la tendencia
de hoy es a no tener hijos? y nos sentimos libres e innovadores al decidirlo. Revolucionarios. Pero
detrás de toda tendencia hay un sistema ¿Qué está pasando que nos da tanto miedo la maternidad? ¿por
qué tanto aprender a soltar y yo no sé mañana y tan poco cuidar, conservar y sostener? Todo es
desechable: desde los platos y vasos hasta las relaciones y las personas, desechamos cuerpos con la
misma facilidad con que desechamos condones. El océano y nuestras almas están llenos de plástico. La
otra vez me contaron de un wey que no se quería quedar la noche completa a dormir después de coger,
porque eso complicaba las cosas. Si no podemos a amarnos ni por una noche pensar en amar a alguien
por una vida, como lo exige un hijo, es imposible. Pero claro, quién quiere repetir el mismo patrón de
abandono y violencia con el que crecimos, padres trabajando todo el día madres explotadas e infelices,
niños y niñas cuidadas por nodrizas, luego por la televisión, hoy en día por los i-pads, si esa es la idea
de maternar qué bueno que esta generación ya no tenga hijos porque no necesitamos más zombies que
anden por el mundo carentes, consumidores voraces que no saben con qué llenar esa hambre insaciable,
seres que lo que necesitan es que los maternen. Todos somos Yermas, hombres y mujeres estériles,
frígidas emocionalmente. Carla Mireya Álvarez generación de 1985 a mí me han contado de grandes
revoluciones y yo busco la mía, la busco desesperadamente de la misma forma que Yerma busca su
hijo. Y así toda una generación de cuerpos incapacitados, reprimidos, abandonados anda buscando una
revolución que no ocurre porque la revolución que necesitamos es amorosa y nuestros cuerpos carentes
constantemente matan el amor como Yerma mata a su hijo. Matar el amor y elegir el tinder, matar el
amor y elegir el polidesamor. Me queda claro que la maternidad lleva siglos en cruenta guerra, una
guerra que precariza la vida, guerra contra la política del cuidado… y lamentablemente es una guerra
que estamos perdiendo. 
La guerra se pierde cada vez que permitimos que un sistema decida por nosotras, se pierde cada vez
que una madre detesta su maternidad porque no tiene ayuda, porque se siente sola, porque no hay
espacios aptos para ella y su cría, se pierde cada vez que pensamos que los hijos de los demás son su
problema y que el mundo es problema de los demás. Se pierde cada vez que decimos “pues a mí me
pegaban y crecí bien” porque no es cierto, veo cómo nos tratamos, veo feminicidios, guerras absurdas y
me queda claro que en general crecimos bastante jodidos.

Un Rap...
Cuerpo colectivo, territorio en Resistencia 
Contra el mundo patriarcal,    desobediencia
Nos quieren robar todo, nos quieren adoctrinar
imponiéndonos la forma de criar o maternar
Es comercio, es consumo, es parir la mercancía
violentando el nacimiento un buen soldado has de formar
Imaginarios sociales desbordándose de mierda
Las espaldas cansadas de todas las Yermas,
  Yermas doloridas: sacrificio, abnegación, 
yugo de obediencias, incertadas como don
Herencia platónica legado sin razón 
esclavas ya no más, maternar con subversión
Nuestra revolución es blanca...
La nuestra es una revolución blanca, el cambio radical que hacemos en la sociedad no aniquila una
sola vida, al contrario la nutre, la nuestra es una revolución amorosa, que vibra de corazón a corazón,
piel con piel, la nuestra es una revolución que enriquece la salud y la promueve, nuestra revolución
provee al mundo de seres humanos sensibles con la vida, nuestra revolución siembra paz y salud en la
tierra, en nuestra revolución los cuerpos se valoran por su capacidad de dar y no de quitar, las personas
que se unen a nuestra revolución  se contagian de amor, ternura y cuidado. La nuestra es una revolución
blanca, que cuida de mujeres y hombres, que hace de este mundo un mundo mejor, la revolución de la
lactancia es la respuesta a todos los problemas en este planeta, por que por una madre que lacta, una
comunidad completa se ve beneficiada.

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