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El proceso de dominación colonial de la isla del siglo XVI-XVIII

El contexto histórico internacional: La revolución industrial y La revolución francesa


La Revolución industrial es un periodo histórico comprendido entre la segunda mitad
del siglo XVIII y principios del XIX, en el que el Reino Unido en primer lugar, y el resto
de la Europa continental después, sufren el mayor conjunto de transformaciones
socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la Historia de la humanidad, desde el
Neolítico.
La economía basada en el trabajo manual fue reemplazada por otra dominada por la
industria y la manufactura. La Revolución comenzó con la mecanización de las
industrias textiles y el desarrollo de los procesos del hierro. La expansión del comercio
fue favorecida por la mejora de las rutas de transportes y posteriormente por el
nacimiento del ferrocarril. Las innovaciones tecnológicas más importantes fueron la
máquina de vapor y la denominada Spinning Jenny, una potente máquina relacionada
con la industria textil. Estas nuevas máquinas favorecieron enormes incrementos en la
capacidad de producción. La producción y desarrollo de nuevos modelos de
maquinaria en las dos primeras décadas del siglo XIX facilitó la manufactura en otras
industrias e incrementó también su producción.
Causas
Las causas de la Revolución industrial son diversas, de las cuales destacan las causas
demográficas, agrícolas y la mejora de nuevas vías de comunicación y tecnologías.
Algunos historiadores la contemplan como el momento en el que se dejaron atrás los
cambios sociales e institucionales surgidos con el fin de la etapa feudal británica
después de la Guerra Civil Inglesa en el siglo XVII.
La invención de la máquina de vapor fue una de las más importantes innovaciones de
la Revolución industrial. Hizo posibles mejoramientos en el trabajo del metal basado
en el uso de coque en vez de carbón vegetal. En el siglo XVIII la industria textil
aprovechó el poder del agua para el funcionamiento de algunas máquinas. Estas
industrias se convirtieron en el modelo de organización del trabajo humano en las
fábricas.
La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de
violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras
naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido
como el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como
Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte
en 1799.
Si bien, después de que la Primera República cayera tras el golpe de Estado de
Napoleón Bonaparte, la organización política de Francia durante el siglo XIX osciló
entre república, imperio y monarquía constitucional, lo cierto es que la revolución
marcó el final definitivo del feudalismo y del absolutismo en ese país, y dio a luz a un
nuevo régimen donde la burguesía, apoyada en ocasiones por las masas populares, se
convirtió en la fuerza política dominante en el país. La revolución socavó las bases del
sistema monárquico como tal, más allá de sus estertores, en la medida en que lo
derrocó con un discurso e iniciativas capaces de volverlo ilegítimo.
La política expansionista e imperialista de dominación territorial en américa de las
potencias europeas
Empezó a finales del siglo xv después de que Cristóbal Colón llegara en 1492 con el
apoyo de la Corona de Castilla. A partir de ahí, el Imperio español, el Imperio
portugués, y desde comienzos del siglo xvii el Imperio británico (1608), Francia (1609) y
los Países Bajos (1625), conquistaron y colonizaron una gran parte del territorio
americano.
El Imperio español y el Imperio portugués fueron los primeros en realizar la conquista,
y se asentaron principalmente en el sur de Norteamérica, Centroamérica y en el área
andina de Sudamérica. Imperio español fue la potencia que mayor presencia colonial
logró en América. En el Caribe, dominó sobre todo Cuba, La Española, Puerto Rico,
Jamaica, incluyendo la península de Florida dentro de sus posesiones caribeñas.
Portugal se apropió de la mayor parte de la franja costera atlántica de la parte norte de
América del Sur, que más tarde originaría el Estado de Brasil. Inglaterra estableció
trece colonias en la franja costera atlántica norteamericana, además de en algunas
islas caribeñas. Francia ocupó la actual Guayana Francesa en Sudamérica (aún bajo su
dominio), Luisiana en el Golfo de México, algunas islas del Caribe, y la región
canadiense.
El proceso de despoblación y devastaciones de la española
El proceso de despoblación y devastaciones de la española En 1605, las autoridades
españolas, dirigidas en este momento por el monarca Felipe III, perteneciente a la Casa
de Austria, deciden a través de la Cédula Real de 1603 despoblar la zona noroeste. Esto
se hizo con la finalidad de erradicar el contrabando. Además, en las embarcaciones
que contrabandeaban el cuero del ganado y otros productos se introducían biblias
luteranas, lo que era considerado una influencia nociva por la metrópoli.
El gobernador Osorio puso en vigencia la Cédula Real que establecía que todas las
poblaciones de la banda del norte que se dedicaban a contrabandear tenían que ser
despoblada y es así como en 1605 se despoblaron las ciudades de Montecristi, Puerto
Plata, Bayajá y la Yaguana, trasladando a sus habitantes con sus pertenencias hacia el
este de la Isla donde se fundaran nuevas ciudades como serán, Monte Plata y
Bayaguana.
Las ciudades de Neyba y San Juan de la Maguana también fueron perjudicadas con la
medida tomada por el rey Felipe III, provocando ésta medida una transformación de
orden político, social y económico que afectaron toda la estructura de la colonia.
Dentro de las transformaciones tenemos que la población de la isla se redujo mucho,
se fundaron nuevas ciudades que se dedicaron a la agricultura y la ganadería para el
auto consumo, trayendo como consecuencia la pobreza en alto grado, se destruyeron
los ingenios azucareros, se perdió gran parte del ganado que tenía la isla y más aún se
quedó abandonada en la zona noroeste la cual se convertiría en el punto fuerte de
comercio ilícito entre las demás metrópolis. A partir de 1630 la isla La Tortuga se
convirtió en el punto clave de los corsarios ingleses, franceses y holandeses,
estableciendo de esta forma dominios en territorio que pertenecían a la Corona
Española.
Las causas de las Devastaciones fueron de diversos ordenes
En primer lugar estaba el problema comercial. España trataba de mantener el
esquema monopólico en el comercio con las colonias. Los rescates de los habitantes de
la isla con los extranjeros inferían grave daño a los intereses de la burguesía comercial
de Sevilla y al propio Estado español que dejaba de recaudar sumas importantes por
concepto de impuestos. En otro orden de ideas, el Estado Español interpretaba el
comercio ilegal como fuente de enriquecimiento de los países enemigos, por lo que las
motivaciones económicas se unían a las de índole política y militar.
En el aspecto políticos la Corona temía que la generalización del contrabando
conllevara a la posibilidad de secesión de la isla e incluso de otros territorios
americanos, al surgir claros intereses en la clase esclavista local contra el exclusivismo
monopólico (de hecho las protestas de los Cabildos de la isla contra las Devastaciones
y la Rebelión de Guaba muestran que tal posibilidad era real).
Otra causa fue el ya señalado desplazamiento de la actividad económica de la isla de la
región Este a las zonas del Norte y Oeste por el cambio de la industria azucarera a la
ganadería. Las devastaciones tuvieron que ver, por último, con el divergente de España
y otros países europeos. Mientras en España se entronizó plenamente la reacción
feudal y desaparecieron las manufacturas y los gérmenes de capitalismo, en Inglaterra
y Holanda las relaciones capitalistas y el crecimiento manufacturero avanzaron con
gran rapidez en la segunda mitad del siglo XVI.
Consecuencias
El efecto inmediato mas importante de las Devastaciones fue causar un agudizamiento
de la decadencia económica que desde hacia un tiempo era palpable en la isla. Con la
medida, las mayores riquezas ganaderas fueron prácticamente liquidadas; ademas
numerosos bienes en casas, muebles, etc. De los vecinos se perdieron para siempre. La
mitad de la isla dejó de ser aprovechada en todos los sentidos y quedó totalmente
deshabilitada.

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