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¿POR QUÉ NO SOY UN PSICÓLOGO COGNITIVO?

PORQUE LO PSICOLÓGICO ES
DISPOSICIONAL
IV. C: “Una propuesta lógica de lo disposicional y reflexiones finales”

BRYAN FÉLIX AGUIRRE JAQUI

93. Para el presente ensayo, presentaremos ahora al Conductismo “sofisticado” (metáfora en


alusión que inicia Alan Chalmers en su libro “Qué es esa cosa llamada ciencia”, sobre el
refinamiento de algunas posturas filosóficas para superar errores) –al menos uno de ellos-
desde los análisis de Emilio Ribes, basado en la filosofía analítica en la década de los 90
(“Psicología general”, “Problemas conceptuales en el análisis del comportamiento”, “Psicología
del Aprendiaje”). Considero pertinente tomar en cuenta la lógica de la primera y tercera
persona en los conceptos, además de proponer una clasificación tentativa de las lógicas
disposicionales de conocidos conceptos mentales para su estudio científico posterior. Si bien
este último punto no será abordado (no es de nuestro interés la manipulación científica de
dichos conceptos), es importante considerar que al “explicitar” estas lógicas se considera “el
eslabón” perdido entre el estudio científico técnico (unívoco), de estos conceptos no técnicos
(multívocos).

94. ¿Porqué es importante una nueva propuesta de lo disposicional? Porque se constituye el


análisis de los términos que constituyen el primer acercamiento a la conducta psicológica.
Toda forma de teorizar e investigar los tópicos psicológicos, vienen en forma de analizar
conceptualmente aquellos, de manera explícita o tácita. Por ende, el presente ensayo
responde a una pregunta, y la manera de responder es realizar un análisis a las propuestas
analíticas de lo mental. Modestia aparte, también consideramos que resuelve de cierta forma,
uno de los embrollos más grande de la filosofía desde el remamiento, la psicología y otras
disciplinas afines, que es el problema mente-cuerpo, al someterla al riguroso análisis de sus
lógicas lingüísticas, disolviendo así estos viejos problemas filosóficos, tal como se constituye el
objetivo principal de este sector de filosofía analítica.

95. Agárrense… a continuación viene un preámbulo necesario que nos permitirá contextualizar
nuestra propuesta de lo disposicional del conductismo “sofisticado”. Este análisis previo
consiste en desnudar el problema de la diferencia entre el lenguaje ordinario y el científico,
ambos con características lógicas contrapuestas. Por ende, justificaremos que el análisis de lo
disposicional es la fase intermedia de ambos lenguajes que posibilita, como lo hace en toda
disciplina, la comunicación y el estudio científico de los fenómenos que alude dichos
conceptos. Esto es, las categorías lógicas (conceptos) que saldrán del análisis de lo
disposicional, son categorías entre el lenguaje ordinario-multívoco de lo mental y el análisis
científico-unívoco (Ribes, 2010).

96. Por motivos de no sesgar el pensamiento del autor, citaremos en extenso los argumentos
de Emilio Ribes sobre este conjunto de lógicas disposicionales desde la lectura de Stephen
Toulmin (Ribes, 2010).

96.1. El autor comienza aquí analizando la lógica del lenguaje cotidiano refiriendo que “bajo
estos conceptos de alusión mental” se pueden reconocer comportamiento psicológico, por
ende, de estos términos parte el análisis para el estudio científico de la Psicología. Luego se
expresa la naturaleza del lenguaje científico de la Psicología y su dinamismo no problemático,
mientras sea “semejante en sus sentidos o usos”, con otros lenguajes (Ribes, 2010, p. 57):
“Toulmin (1953) ha distinguido entre dos lenguajes técnicos con funciones distintas: el lenguaje
de la historia natural de los fenómenos y el lenguaje de la teoría científica acerca de dichos
fenómenos. Un lenguaje técnico se caracteriza porque sus términos tienen un sentido unívoco,
es decir, guardan una relación de correspondencia estricta con aquellos referentes a los cuales
se aplican. Los lenguajes técnicos no requieren estar constituidos necesariamente por términos
de nueva creación, sino que pueden incluir y, normalmente lo hacen, términos empleados por
otros lenguajes o por términos de uso ordinario. Lo fundamental no es la forma del término,
sino la delimitación o definición precisa de su significado, que se adecue su sentido general a
las circunstancias de aplicación, y que no auspicie el uso conflictivo o incompatible de sentidos”

96.2. Luego, en este interesante ensayo, el autor define las características del lenguaje de la
historia natural, un lenguaje “interfase” entre el cotidiano y el científico, y que pueda ser
traducido este primero con respecto al segundo (Ribes, 2010, p. 57):
“El lenguaje técnico de la historia natural es un ejemplo de lenguaje híbrido en lo que al origen
de sus términos se refiere. Lo es por tres razones (…) es un lenguaje que clasifica, que agrupa
las entidades o acontecimientos que se conocen a partir del contacto cotidiano con las cosas.
La segunda es que acuña términos para designar los agrupamientos o clasificaciones que se
realizan cuando no existen términos en el lenguaje ordinario que lo permitan. Finalmente,
incorpora términos técnicos de la teoría científica y los aplica nuevamente a circunstancias de
la vida cotidiana. El propósito del lenguaje de la historia natural, como lo señala Toulmin, es
identificar la regularidad de las formas. La historia natural de cada campo reconoce los
aspectos comunes en cada una de las formas particulares con que tenemos contacto en la vida
cotidiana. El propósito de la historia natural es establecer semblanzas de familia, como diría
Wittgenstein, con base en los rasgos o características que comparten los distintos objetos o
acontecimientos. La historia natural está vinculada directamente a la experiencia cotidiana,
reconociendo a partir de ella clases de objetos o acontecimientos de acuerdo con sus
regularidades aparentes”.

96.3. Posteriormente, define este tipo de lenguaje híbrido de la historia natural, para el caso
de la Psicología y su función prioritaria que se requiere para la intersección gramatical entre el
lenguaje cotidiano y el científico. Al final detalla que el análisis realizado de la “explicitación”
de las lógicas disposicionales de los conceptos de alusión mental se identificaría como este
lenguaje especial. En resumen, el lenguaje de lo mental es un lenguaje válido, lógico y que
debe analizarse para el estudio científico de la Psicología “en forma de lenguaje de la historia
natural que nos brinda al mismo tiempo la primera taxonomía de lo psicológico”. Veamos con
más detalle:

“El análisis conceptual de las funciones de los términos psicológicos constituye un paso
indispensable para agrupar o clasificar los fenómenos psicológicos. Permite superar la
confusión que derivada de suponer que los términos psicológicos denotan fenómenos, y que
dicha denotación es unívoca. La clasificación de los fenómenos psicológicos, como
constituyentes de las prácticas del lenguaje ordinario, se basa en la identificación de usos
comunes de las expresiones en circunstancia. Este es el criterio que permite reconocer
regularidades en las formas prácticas del lenguaje ordinario y, en esa medida, establecer una
primera taxonomía funcional de los fenómenos psicológicos. Dado que lo psicológico no
corresponde a entidades, su clasificación natural solo puede darse en términos de funciones, es
decir, de sentidos comunes de los actos involucrados por el lenguaje ordinario. A diferencia del
lenguaje de la historia natural de la biología o de la química, el de la psicología no puede ser un
lenguaje técnico. Constituye solamente un reconocimiento de equivalencias o diferencias
funcionales en el sentido o significación de las prácticas que constituyen los fenómenos
psicológicos. Determinar el sentido o significado genérico de las expresiones psicológicas
conduce a la identificación de tipos funcionales de expresiones en circunstancia (véase por
ejemplo Ribes [1990] en el análisis de expresiones de logro, modales, adverbiales, relacionales,
y otras más)” (p. 58).
97. Lo anterior dicho echa luces a todos los análisis parcialmente hechos en las partes de este
ensayo:
97.1. Principalmente los fenómenos psicológicos no denotan fenómenos puntuales y
específicos, sino un grupo de tipos distintos, y distinciones dentro un mismo tipo (atención,
dolor, pensamiento, etc.)
97.2. Es por ello que no se constituye un grupo de términos puntuales, unívocos, precisos,
exactos, entre otros, pero sí, desde estos, se pueden reconocer lógicas disposicionales
específicas de las cuales hemos mencionado que se desprenden de los análisis lingüísticos de
los conductistas lógicos (Gilbert Ryle) y algunos autores dentro del Conductismo (Emilio Ribes).
Estas lógicas disposicionales de lo mental son la respuesta y el fundamento del porqué no es
recomendable a nivel conceptual, la postura cognitiva.
97.3. El lenguaje de lo psicológico se encuentra en el discurrir de las personas, y esta primera
clasificación sería la postulación de tipologías funcionales del sentido común del lenguaje de lo
mental. Por ello que se constituiría la primera taxonomía que haría de puente y permitiría
clasificar lo psicológico para que después se pueda postular una taxonomía científica de
aquello.
97.4. Para cerrar esta parte, consideramos que todo lo dicho aquí fue el preámbulo necesario
para detallar la clasificación de la mente, en forma de un lenguaje semi técnico (disposicional)
basado en otro lenguaje no técnico (“en qué estuve pensando, creyendo esto”) que hace
referencia a la vida mental de las personas. Diremos que en Psicología se han hecho las cosas
al revés:
 El lenguaje cotidiano de lo mental se forzó en forma de lenguaje técnico-científico, sin
esta clasificación puente. Los modelos cognitivos teóricos y técnicos conceptuaron
estos términos “dentro” de sus teorías científicas, dotándoles de significados y
conceptos especializados, únicos, técnicos.
 El lenguaje científico que debería explicar el origen del fenómeno psicológico
realmente sólo pseudo-explicaba, esto es, lo que debió ser explicado con otros
términos (lo mental), terminó siendo la explicación mentalista de lo mismo. Es
conocido por todos entonces, la circularidad de las explicaciones mentales (hizo alto
inteligente porque es inteligente; atendió la clase pues tiene buena atención; expresé
la palabra manzana porque pensé en la palabra manzana). Esto ocurren en un plano de
lenguaje cotidiano.
 Para el caso de los programas de psicología cognitiva, los conceptos que recurren a
esta circularidad son útiles en tanto identifican a una parcela de la realidad objetivo de
estudio sistemático: estudios neurofisiológicos, estudios de enacción-acción, etc. La
ciencia puede incurrir en esta circularidad con fines utilitarios, el problema aquí es que
estos conceptos han sido tecnificados y despojados de sus orígenes naturales en el
lenguaje ordinario, dándole una nueva naturaleza y falso origen. El concepto cognitivo
de atención no debe de explicar a los fenómenos atencionales, sino que los
fenómenos atencionales deben ser explicados con conceptos, preferentemente
especializados y diferenciados para tal fin. No se trata de cuestión de preferencias
vanales, sino de preferencias conceptuales para el estudio científico de los fenómenos.
 Alguien podría decir que los términos de los programas de investigación cognitivos
como atención, no estudian la atención a nivel cotidiano de las personas, sino que
estudian “otra cosa” más especializada pero relacionada con la atención cotidiana. O,
que el pensamiento no estudia cuando la gente dice que está pensando, sino que
estudian “procesos”, “entidades”, diferentes a ellos, pero que los explican. Entonces
tendríamos que el pensamiento explicador, explica al pensamiento descrito. Como se
ha mencionado, al hacerse las cosas en un orden “preferentemente” no idóneo, se ha
llegado a estas características especiales de los conceptos.
98. Se hace necesario recordar que antes se detalló que los enunciados disposicionales sí son
“explicativos” no en el sentido de evidenciar el porqué, existencia u origen de algo (etiológico),
sino en el sentido de describir la naturaleza tendenciosa de unos eventos por lo que sabríamos
que “volverán a actualizarse, aparecer, evocarse, darse”.
98.1. No se trata de darle la razón a los cognitivos (para otros, “cognoscitivistas”, aunque he
dado mis argumentos en el primero ensayo del porqué uso este término), de que estos
“(falsos) fenómenos mentales” explican la conducta, sino que existe cierta tendencia en el
lenguaje ordinario de “explicar” estos fenómenos con dichos términos que les hacen alusión.
“Tiende a ser inteligente…y hace algo inteligente”, “tiende a ser respetuoso… y muestra
respeto”, “tiende a tener alta atención… y atiende la clase”. Esto no nos lo explica, pero sí nos
dice que ocurrirá en un futuro bajo determinadas circunstancias, y eso posee un “tufillo
explicativo”.
98.2. Es probable que este tufillo, sea en parte, el responsable del error del cognitivo, llamado
“error categorial”, el cual se define para nuestros propósitos, el confundir la lógica de una
disposición psicológica, con otra lógica disposicional.
99. Llegados hasta aquí, vamos a contestar directamente a ¿Porqué no soy un psicólogo
cognitivo? Porque lo psicológico es disposicional, y detallaré con cuadros la propuesta de la
clasificación de las disposiciones según su naturaleza funcional de los “términos mentales” (no
fenómenos mentales). Se sintetizó de los análisis filosóficos hechos por Emilio Ribes en sus
libros de 1990 y posteriores: “Psicología general” (1990), “Problemas conceptuales en el
análisis del comportamiento humano” (1990), y “Psicología del Aprendizaje (2002)”. En los
siguientes cuadros:
1° Coloco en la primera columna “Geografía lógica” o tipo funcional de disposición, los
cuales en su conjunto forman esta clasificación (relación, circunstancia, estado,
adverbial, etc.) en el Conductismo sofisticado. Recordemos que esta tipología se
constituye el “lenguaje de historia natural de la Psicología”.
2° En la segunda columna describo la naturaleza del tipo disposicional.
3° En la tercera columna pongo algunos ejemplos de términos mentales, los que
usamos en lo cotidiano o vivir diario, para referirnos a la conducta de los individuos y
que, recordemos, no se constituye una clasificación técnica en sí misma.
4° Por ejemplo, podemos encontrar que dos términos mentales distintos pueden ser
de un mismo tipo funcional de disposición (ver y oler son disposiciones “efectos”); y un
solo término mental, dependiendo de su contexto, podría ser dos tipos de
disposiciones distintas (pensar puede ser a veces una disposición “adverbial” y otras
veces, “relacional”):

Tabla 1. Disposiciones de relación y circunstancia


Geografía Disquisición del enunciado Psico-término de Disquisición psicológica del psico-
categorial – disposicional alusión mental término
Lenguaje usados en el leguaje
natural – cotidiano de lo
Primera psicológico
taxonomía
Términos de Se emplean para hablar de eventos Ejem: Pensar no consiste en alguna acción
relación complejos que sólo tienen lugar como Pensar particular, aún cuando requiera de diversas
formas de interacción entre eventos acciones particulares. Pensare es una forma
aislados, los que por sí sólo no bastan de relacionar dichas acciones con
para caracterizar el hecho en cuestión. circunstancias y eventos especiales.
Los términos de relación adoptan
muchas veces la forma de verbos, y por Lenguaje del
ello que se les confunde con términos percibir sustitutivo
de acción.
Término de Parecen confundirse con términos de Ejem:
circunstancia acción. Estos términos se usan para Recordar como Decir que hablé por el teléfono cuando
hablar acerca de de la circunstancia en remembrar y como “recordé” algo, no significa que recordé y
que ocurrió una acción, pero no reminiscencia hablé por teléfono como dos acciones
describen un tipo especial de acción distintas, sino que hablé en cierta
circunstancia: antes ciertas condiciones de
estímulo particulares a las que llamo
Razonar “recordar”.

Dormido

Tabla 2. Disposiciones de adverbio y estado


Geografía Disquisición del enunciado Psico-término Disquisición psicológica del psico-
categorial disposicional término
Término Cualifican una acción, pero no Ejem: Cuando decimos “mientras leía pensaba
adverbial constituyen acciones por sí mismo. Pensar (otra lógica) detenidamente en el contenido de la
También no constituyen otra segunda lectura”, no queremos decir que leía y
actividad paralela sino la misma o una además pensaba. Hablamos acerca de leer
sola realizada de una forma particular. de cierta manera, de “leer pensando”.
Imaginar
Términos de Se relacionan con la condición en que el Ejem: “Dormir”, por ejemplo describe un estado y
estado individuo se encuentra al hacer o Dormir o estaba no una acción o una circunstancia. Pero
padecer algo. Los términos o como dormido, o decir que estaba “como dormido”, describe
expresiones de estado no deben “durmiendo nada se una propensión y no una estado.
confundirse con los de circunstancias, resuelve” “Durmiendo no se resuelven los problemas”
de acción, modales o de propensión. expresa una proposición modal, en tanto se
menciona la condición como posibilidad de
acción.

Sentires, emociones “Se deslumbró”, “perdió el sentido”,


varias “estaba triste”, etc.

Tabla 3. Disposiciones de efecto y acción


Geografía Disquisición del enunciado Psico-término Disquisición psicológica del psico-
categorial disposicional término
Términos de Tienen que ver con expresiones acerca Ejem: “Vi el cuadro”, “olí el aroma del tobillo”,
efecto de los objetos y acciones de otros. Se Lenguaje de la “escuché tu voz”, son expresiones de efecto,
expresan cuando reaccionamos ante sensación y se relacionan con el lenguaje de las
condiciones de estímulo particulares. sensaciones y de los sentimientos como
reacciones ante condiciones de estímulos
particulares.
Término de Identifican actividades o respuestas Ejem: Los anteriores de la fila son términos de
acción como formas de comportamiento Comer acción, son puntuales, discretas, ostensivas.
directas y distintivas. Son verbos, pero Todas aquellas actividades del organismo de
no todos los verbos ni expresiones de Reir las cuales se componen el resto de lógicas
verbo constituyen términos de acción. extra episódicas. Pero no son: “mostrar
Aplaudir, hablar, espíritu de corporación”, “observar”,
etc. “examinar”, “analizar” y muchos otros que
podrían parecen acciones.

Tabla 4. Disposiciones de tendencia y propensión


Geografía Disquisición del enunciado Psico-término Disquisición psicológica del psico-
categorial disposicional término
Términos de Identifican la alta probabilidad de que Ejem:
tendencia ocurran ciertos actos o se configuren Personalidad La personalidad se refiere a la tendencia
determinadas circunstancias, pero no estable en el tiempo y específica a
son términos que describan “circunstancias genéricas de comportarse”.
directamente actos particulares o Es la forma de enfrentar invariante a las
circunstancias concretas. situaciones y que es singular para cada
individuo.
Término de Es evidente que también son tenencias Ejem: Las motivaciones son las preferencias e
propensión pero menos temporales. No son actos Motivación. inclinaciones de un sujeto.
ni estados tampoco, pero sí poseen Estado de ánimo. Los estados de ánimos son como las
lógicas diversas. enfermedades y el estado del tiempo:
condiciones temporales que aglutinan
acontecimientos.
Conmoción Una conmoción son estados temporales
inmediatos y de agitación emotiva
Tabla 5. Disposiciones de logro y modal
Geografía Disquisición del enunciado Psico-término Disquisición psicológica del psico-
categorial disposicional término
Términos de Hacen referencia directamente a Aprendizaje; En cada uno de estos psico-términos, se
logro resultados. A pesar que implican Solución de identifica el uso en la medida que se
acciones, dichos términos o expresiones problemas; obtienen los resultados esperados en base a
no identifican acciones. Formación de los criterios sociales impuestos. Se
conceptos. identifican por medio de las acciones pero
son más que ellas. Son “su resultado”.

Lenguaje de la
percepción
Término Identifican acciones o estados, y la Memoria, como Esta acepción de memoria implicar
modal “posibilidad” de realizarlas o olvido “conocer” o el “conocimiento de” que
permanecer en ellas por la persona u implica no haberlo olvidado.
objeto. Tienen distintas
interpretaciones: Una pluma puede Sentir y algunas
flotar/Él puede flotar/Él puede flotar/Él sensaciones.
ya puede flotar.
Hay expresiones modales que refieren
capacidades (Él puede flotar)

101. Esta clasificación primaria, tentativa y en evolución del autor permitiría posteriormente el
estudio científico-técnico de los términos de alusión mental puesto que es puente entre
ambos. Brindamos en extenso una cita actual (Libro “El Estudio científico de la conducta
individual: Una introducción a la teoría de la Psicología”) de Emilio Ribes sobre la naturaleza
de este lenguaje de alusión mental con el estudio científico de la conducta, del cual refiere que
el científico se desprende del cotidiano, y no viceversa:
“Se trata, más bien, de dar por hecho que las palabras insertas en nuestras prácticas
individuales cotidianas denotan, son descripciones o referencias de actividades que ocurren en
nuestro interior, actividades que obviamente “percibimos” sólo como “consciencia” de lo que
nos ocurre o hacemos. Para todos es evidente que la “consciencia”, cuando usamos o
aplicamos el término, tiene que ver simplemente con la posibilidad de hablar o señalar lo que
ocurre, nos ocurre o hacemos, pero que no se trata observar nuestro propio devenir como
espectadores y protagonistas simultáneamente. Sin lenguaje, la mención a la “consciencia” no
tendría lugar, excepto como equivalente a reaccionar ante las cosas y acontecimientos. Por
esta razón, términos como sensación, percepción, memoria, imaginación, pensamiento,
inteligencia, emoción y otros similares, que se emplean como términos ordinarios de nuestras
relaciones interpersonales, no figuran en el índice temático de este libro. Esto no significa que
los fenómenos comprendidos, que incluyen el uso de dichos términos, dejen de ser analizados.
Todo lo contrario. Intentaremos demostrar cómo las prácticas de lenguaje ordinario, que
incluyen la ocurrencia de dichos términos, constituyen el primer nivel de análisis requerido para
un estudio científico del comportamiento” (Ribes, p. 16).
101. 1. Ponemos en extenso también que el autor ha reflexionado y actualizado el análisis de
estos conceptos, además de aumentarlos en los tipos disposicionales y sus variantes que cada
uno corresponde. Tal es el caso de la “memoria”:
“Del mismo modo, le memoria puede ser empleada de manera adverbial, es decir,
refiriendo la manera en que se hace algo, como cuando decimos que alguien hace las
cosas de memoria, lo que significa que las hace de manera repetitiva, sin
“comprensión” real de por qué las hace. En otras ocasiones, la memoria se refiere a
una supuesta actividad, la de recordar. Cuando se intenta recordar cómo se resolvió
una ecuación, por ejemplo, no se hacen dos cosas, recordar y resolver la ecuación; en la
medida en que se ensayan distintas opciones empleadas en el pasado o sugeridas por
el problema presente, se va “recordando” la manera de resolver la ecuación. En este
caso, recordar se refiere a un episodio definido por un logro específico, resolver una
ecuación conocida, en el que las acciones para hacerlo no están prescritas de manera
explícita, y van teniendo lugar, de manera no prevista, a medida que se desarrolla la
solución siendo “recordada” … (p. 48).
… el concepto ordinario de “memoria” y sus variantes (recuerdo, retención, olvido,
reminiscencia, recuperación, registro y otros más) (p. 260).

102. Y para no dejarles en visto, con respecto a la duda de cómo se relaciona este lenguaje
disposicional con un lenguaje científico, es justamente con la creación y/o postulación de
términos antiguos, siendo estos técnicos, especializados y relacionados semánticamente con
una red conceptual de otros términos (una “teoría”). Si bien esto ya escapa del alcance de este
ensayo, pondré brevemente un análisis de tres términos técnicos que hacen alusión a
fenómenos psicológicos que corresponden a su vez a tres “lógicas” distintas o tipos
disposicionales diferentes. Veamos el siguiente cuadro:
Tabla 6. Factores disposicionales psicológios

103. Por todo esto, aconsejo la lectura a profundidad de los libros antes mencionados, tanto
de los conductistas lógicos. En ellos encontrarán un análisis pormenorizado de por ejemplo, las
diferencias diversas que hay en los distintos tipos de propensiones afectivas (sentimientos,
sensaciones, conmociones, etc.). Análisis profundo que nos lo realiza el filósofo Gilbert Ryle en
su obra “El concepto de lo mental”, y también el filósofo Alejandro Tomasini en su ensayo:
“Aclaraciones en torno al concepto de emoción”. El propio B. F. Skinner realiza un análisis
conductual de muchos términos mentales en varios de sus libros. Luego de ello, se pasan
lentamente al estudio científico de los mismos y al uso de un sistema semántico especializado
y diferente de estos términos mentales de la vida cotidiana.
103. 1. Esto último generó el mito de que el Conductismo no estudia los fenómenos mentales,
si lo hace, sino que estrictamente, “estudia los fenómenos psicológicos -con términos
técnicos- que se hacen alusión en los términos de la vida mental” (Y esta frase que se encuadre
bien firme en la sala de su pensamiento).
104. La vida mental son ese tipo de eventos que obviamente hacen referencia a acciones
observables y algunas no observables, sin embargo no son esas mismas acciones. Los
fenómenos psicológicos son las relaciones entre dichos eventos, y de estas relaciones no
puede predicarse si son observables o no. Cuando alguien resuelve un ejercicio de
matemáticas, conversa con otra persona sobre la política, piensa en cómo va entrar al
escenario, lo que hace son distintas cosas que lógicamente refieren varios tipos de disposición
o tendencias a actuar. Las categorías gramaticales clásicas de substancia, verbo y adjetivo son
altamente insuficientes para capturar las categorías gramaticales de lo psicológico. Es
necesario contar con categorías lógicas adicionales como son las presentadas aquí. La vida
mental implica una dimensión que sólo afecta al propio sujeto y esto es parte del total. La
planificación “mental” ha sido muy sobrevalorada en el sentido de definirla como la
explicación constante de la conducta, cuando en realidad la mayoría de lo que hacemos no
está siendo planificado en forma de “consciencia sostenida” (un tipo de los cuatro tipos
disposicionales del termino “consciencia”). El comportamiento tiene demorabilidad, y eso lo
dijo Kantor en el siglo pasado (Psicología Interconductual, 1967). Esta demorabilidad depende
del tipo lógico de la disposición que tengamos (desde una acción puntual, algunas
conmociones fugaces, propensiones, sentimientos duraderos, hasta los estilos casi
permanentes) sin que quiera decir que, técnicamente, la “memoria” sea el “supra-proceso
mental-básico” en todos ellos. El significado de la memoria lo tienen las personas y no lo
teóricos que crean significados que reducen, expanden o confunden lo que las personas
quieren decir. El tratar de usar conceptos multívocos para significados unívocos ha creado esta
confusión poco aparente. La investigación experimental es fructífera y frondosa pero por mirar
el árbol se ha olvidado del bosque. La terminología de lo mental, también ha sufrido cambios
conceptuales a través de la historia del ser humano según sus sociedades, épocas y dinámicas
de convivencia. En la mayoría de las acepciones de memoria no se requiere una lógica de
“almacén del pasado”, y en general, todo lo visto relacionado al análisis de lo que refieren las
disposiciones, dista mucho de un análisis científico serio. Nada de comprender la lógica de la
vida mental, comprende científicamente el cómo, cuándo y porqué de los fenómenos
concretos que hacen alusión. El que las teorías y técnicas cognitivas usen de distintos métodos
experimentales para estudiar estos términos, no implica que no cayeran en el error
conceptual. Al saltearse el análisis conceptual de lo disposicional, han creado variaciones
experimentales de lo que piensan ser el estudio de un solo fenómeno puntual, mental y
oculto. De manera interesante, estas variaciones que realizan dan luces de la multivocidad del
término. El error es solamente conceptual como hemos mencionado al inicio y largo del
ensayo. Lo mental puede referirse a comportamiento básico e inmediato hasta complejo e
históricamente configurado. El no disponer de una taxonomía de la conducta a la mano, se
termina en la confusión de la vida mental literal. Todo el comportamiento lingüístico, mediato,
inaccesible, planificado, demorado, especializado y esforzado es parte de un largo proceso de
jerarquización de lo más simple a lo más complejo. A un psicólogo que entiende estos procesos
escalonados de conducta no le sorprende las reflexiones abstractas de un filósofo o el teorizar
de un físico puro. El comportamiento no tiene saltos cualitativos y ontológicos tan distantes
para decir que de algo monista pasó a dualista, o de algo conductual a cognitivo, o de motor a
mental. Se tratan de alejamientos funcionales cada vez más distantes de los parámetros y
límites que le pone las condiciones físicas a la conducta. Son logros funcionales cada vez más
complejos en cantidad y cualidad funcional. La vida mental y sus mecanismos son muy
desafiantes, y lo primero es tener claro a qué cosas nos estamos refiriendo por medio de las
palabras que le hacen mención. Posteriormente, con el estudio científico podremos escudriñar
las preguntas de “lo inconsciente y oculto de lo que hacemos y por qué lo hacemos”. Para ello,
una teoría psicológica debe usarse de un sistema de conceptos especializados, y es lo que ha
hecho desde el inicio las teorías conductistas, irónicamente rechazadas, por realizar esto con
honestidad científica.
105. El punto quinto y última parte de este ensayo brindaré las conclusiones y reflexiones
finales. Además de contestar algunas preguntas de los lectores sobre todo lo leído hasta esta
parte. Si con esto no resuelvo el problema de lo mental entonces no estaría satisfecho y al
mismo tiempo, considero que se puede estar totalmente de acuerdo con este artículo y las
ideas del conductismo lógico y los análisis filosóficos de Emilio Ribes, y por otro lado, realizar
investigación experimental de otros “conductismos” y hasta de “teorías cognitivas
contemporáneas”, siempre y cuando tengamos claro estas reflexiones. Si preguntasen si
podría ser a fin a estas ideas y aplicar psicoterapia de Beck, les diría que al ser objetivos
diferentes (ciencia y tecnología) y que la posibilidad de obstaculizar las prácticas y técnicas es
nula, la respuesta sería afirmativa… claro está, repito, se entienda que los conceptos de alusión
mental de Beck tengan la lógica disposicional que les pertenece según lo que esté refiriendo en
el contexto clínico específico. De todos modos, caer en este pragmatismo profesionales sería
algo vanal, debido a que existen prácticas tecnológicas, claramente afines al Conductismo, más
acordes y afines con estas reflexiones.
Referencias

Ribes, E. (2010). Lenguaje ordinario y lenguaje técnico: un proyecto de currículo universitario


para la Psicología. Revista Mexicana de Análisis de Psicología, 27(1), pp. 55-64.

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