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Características.
Esta zona geográfica estuvo habitada por pueblos sedentarios integrados al área
mesoamericana entre los años 200 y 1200 d.C.
Tamtoc es un sitio huasteco del estado de San Luis Potosí que destaca por sus
masivas construcciones de tierra.
En la foto, una representación de águila con las alas y las garras extendidas,
sosteniendo una serpiente en su pico.
TOLTECA.
La tolteca fue una cultura que logró trascender su tiempo y ser considerada un
modelo para las sociedades mesoamericanas que la sucedieron. El vocablo toltécatl,
utilizado para referirse a los habitantes de Tula, llegó a utilizarse tanto para designar
a los pueblos civilizados y educados como a aquellas personas con habilidad para
las artes y los oficios. No obstante esta imagen de pueblo creador, lo que sin duda
eran, los toltecas fueron un claro ejemplo de las sociedades militarizadas que, a
partir del Posclásico Temprano (900-1200 d.C.), dominaron el escenario cultural
mesoamericano. El tolteca, cuya sede se encontraba en la ciudad de Tula, Hidalgo,
fue uno de los grupos más importantes de Mesoamérica, por lo cual es posible
encontrar elementos característicos de esa cultura –como la cerámica y la
arquitectura– en distintas regiones, y principalmente prácticas rituales y preceptos
ideológicos asociados sobre todo a la legitimidad de los gobernantes, de tal forma
que a semejanza de lo que ocurrió en épocas anteriores con grupos como los
olmecas y los teotihuacanos, es posible considerarla una cultura mesoamericana en
sentido amplio.Esa dispersión habría sido consecuencia de varios factores, entre los
cuales el intercambio parece haber sido el principal. Asimismo, es posible que en
ciertos territorios Tula haya ejercido algún control militar. El gobernante más
importante de Tula fue Ce Ácatl-Topiltzin-Quetzalcóatl, y las tradiciones sobre sus
actos y su reinado lo muestran con una interesante mezcla de atributos humanos y
divinos. Este gobernante condujo con sabiduría los destinos de la ciu- dad y es, en
cierta medida, responsable por la fama de sus habitantes, pues introdujo el
conocimiento de las artes. Ante una serie de problemas, que a la postre condujeron a
la caída de la ciudad, abandonó Tula para dirigirse a la costa del Golfo, donde
desapareció y por donde, según las tradiciones, algún día regresaría.
HUASTECA.
Se trata de una de las culturas que desde épocas tempranas habita una misma
región, por lo que la denominación geográfica corresponde con la cultural. Los
huastecos presentan algunos rasgos culturales que los distinguen del resto de las
sociedades mesoamericanas. Los huastecos son el único grupo hablante de una
lengua de filiación maya que no habita en la región maya, y se supone que se
habrían separado de ese tronco común alrededor de 900 a.C. Aunque las primeras
aldeas se remontan a 600/1500 a.C., fue durante el Clásico que la zona alcanzó el
primero de sus apogeos y se desarrollaron los rasgos culturales que la caracterizan.
En el Posclásico (900-1521 d.C.) la cultura huasteca vivió su mayor esplendor y se
extendió sobre un amplio territorio que se encontraba dividido en varios señoríos
independientes. Los toltecas, en el Posclásico Temprano (900-1200 d.C.), y los
mexicas, en el Tardío (1200- 1521 d.C.), realizaron incursiones a la zona; de hecho.
los mexicas establecieron provincias tributarias, como Tuxpan, desde las cuales se
enviaban diversas materias primas y productos terminados, entre los que destacan
las mantas bordadas.
MIXTECA.
Los mixtecos se cuentan entre los mejores artesanos del México prehispánico, y sus
creaciones fueron apreciadas en muchos otros lugares. Esta maestría creativa,
basada en un dominio de las técnicas para la elaboración de diversos objetos, se
plasmó en obras de todo tipo y realizadas con diferentes materiales: figuras y
herramientas de obsidiana y cristal de roca; cerámica policroma, decorada con un
sinfín de motivos geométricos, simbólicos y religiosos; grabados en hueso y madera
con representaciones de escenas semejantes a las de los códices; adornos en jade,
concha y turquesa, así como artículos de orfebrería, rama en la que eran
considerados los mejores de Mesoamérica. Con el empleo de diversas técnicas
como el martillado, la cera perdida, la filigrana y las aleaciones, elaboraron entre
otros objetos: collares, pectorales, anillos, orejeras y narigueras. El mejor ejemplo de
la maestría de esta cultura en la fabricación de objetos de oro, lo constituye la rica
ofrenda depositada en honor de un señor mixteco, en algún momento del Posclásico,
en la famosa Tumba 7 de Monte Albán, cuando esa gran ciudad zapoteca ya había
sido abandonada.
CULTURA PURÉPECHA O TARASCA
Territorio
La lengua purepecha es una lengua aislada hablada por un grupo pequeño de más
de 100.000 personas en las tierras altas del estado mexicano de Michoacán. A pesar
de que se habla dentro de los límites de Mesoamérica no comparten muchos de los
rasgos definitorios del área lingüística mesoamericana, probablemente debido a una
prolongada fidelidad a una política aislacionista. El Purépecha era la lengua principal
de los pobladores pre-colombinos tarasco y se extendió en el noroeste de México
durante el apogeo cultural tarasco. El nombre "Tarasca" (y su equivalente español,
"tarasco") proviene de la palabra "tarascue" en su propio idioma, lo que significa
indistintamente "suegro" o "cuñado". El nombre náhuatl de Tarasco fue
"Michihuàquê" ("los que tienen peces"), de ahí el nombre del Estado de Michoacán
(Michihuacán).
Economía
Los mexicas fueron la sociedad que dominaba la mayor parte del territorio
mesoamericano al momento de la conquista española. Para entonces –a pesar de
una historia relativamente corta (de aproximadamente 350 años: entre 1150 y 1521
d.C.), en comparación con el largo tiempo en que se desarrollaron otras culturas en
la región–, no sólo habían fundado y llevado a su apogeo dos grandes ciudades, sino
que habían logrado establecer su dominio, por la fuerza de las armas, sobre la
mayoría de los pueblos de la época. Como las sociedades que la precedieron, la
mexica estaba conformada por varios grupos: campesinos, artesanos, comerciantes,
guerreros, sacerdotes y gobernantes, en gran medida unidos por un origen y una
cultura comunes, en la que la religión jugaba un papel fundamental. Además de un
estilo arquitectónico característico, fundado en sus creencias religiosas, la expresión
artística más conocida de la cultura mexica la constituyen las esculturas en piedra
dedicadas a representar ya sea a sus dioses u otros aspectos de su rica y
complicada cosmovisión religiosa, en mucho alimentada por la de culturas anteriores
e incluso por la de los propios pueblos conquistados.