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Mecanismo de defensa de la planta

Como todos sabemos, la densidad poblacional de plantas puede interactuar con todo tipo de
microrganismo, ya sean estos benéficos o dañinos. Por este motivo las plantas tienden a tener la
obligación de desarrollar respuestas adaptativas y mecanismos naturales de defensas. Esas
respuestas adaptativas permiten que las plantas tienen la capacidad de reconocer y responder
velozmente cualquier ataque producido por patógenos.
El mecanismo de defensa inicia con una posible invasión por ciertos microrganismos que buscan
causarles daño a las plantas, para evitar esto se determina la Percepción de los Patrones los cuales
forman parte de la primera línea de defensa y puede ser suprimida por patógenos por liberación de
proteínas efectoras y la Percepción de las Proteínas Efector-Específicos, basándose en proteínas
de resistencia R involucradas en el reconocimiento específico de efectores patogénicos durante el
proceso de infección y en el subsecuente desarrollo de la respuesta de defensa en el hospedero.
Uno de estos mecanismos es la la respuesta gen-gen, que es cuando un patógeno tiene como gen
dominante su avirulencia, las plantas desde ese momento tienen la capacidad de responder con un
gen dominante de resistencia en caso de que sea incompatible. El reconocimiento gen-gen hace que
se limite el crecimiento del microrganismo o patógeno, permitiendo la programación de muerte
celular y le impide al invasor el acceso a nutrientes y agua.
El mecanismo pasivo se da mediante la composición de barreras físicas como las estructuras de las
cutículas, estomas, pared celular y mediante las barreras químicas como terpenos y resinas de
alcaloides. En ocasiones las plantas presentan mecanismos de defensa mediante efectores, con
producción de metabolitos, proteínas y acumulación de calosa y lignina. Por ejemplo, las
kairomonas que son semioquímicos sintetizados por las plantas. Son usados por los insectos como
pistas para la selección de su planta hospedante, actuando como atrayentes, a restantes y
estimulantes de la alimentación y ovoposición.
Las plantas tienen otra línea de defensa llamada defensa inducida las cuales se activan solamente
cuando haya un ataque de un patógeno. Dentro de los mecanismos de defensa inducida, se
encuentra la producción de compuestos como proteínas relacionadas con patogénesis (PR) con
actividad antimicrobiana, inhibidores de proteinasas que afectan insectos y producción de sustancias
volátiles que atraen parasitoides y depredadores, y néctar para capturar artrópodos que controlan
herbívoros. Estas señales pueden transmitirse internamente por haces vasculares y externamente
mediante sustancias volátiles que permite dirigir la señal a la planta y a plantas circundantes.
La activación de señales la cual permite la activación de genes efectores de defensa. Los
mecanismos de defensa son complejos y se retroalimentan. Así, la muerte celular promueve la
producción de SA y la producción de SA promueve la muerte celular. De forma similar, PAD4 y
EDS1 son requeridos para la producción de SA, y la expresión de éstos es incrementada por SA y,
por otra parte, NPR1 controla los niveles de SA, pero responde a niveles altos de SA. La muerte
celular por HR permite la activación de señalización de SA, por lo que plantas retadas con un
patógeno avirulento, desarrollan resistencia después de las infecciones con patógenos sensibles a
respuestas reguladas por SA.
Cabe destacar que unos de los principales mecanismos de defensas inducida son las fitoalexinas
que son sintetizados en el metabolismo secundario de la planta, acumulándose en el sitio de
infección y lugares adyacentes y ya cuando este alcance un alto nivel de concentración las plantas
captan la señal y provocan la inhibición del desarrollo del patógeno.

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