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EL DÍA QUE

COLOMBIA
GANÓ EL
MUNDIAL Martin St-Amant - Wikipedia - CC-BY-SA-3.0

La mañana del domingo empezó de En el campo llovizna con


manera cotidiana para Elisa, sin frecuencia, esto es bueno para
despertador, sin afanes, solo una las plantas pero no para la gente,
envoltura tibia de sábanas azules y el cuyo escape es desarrollar una
deseo ineludible de una taza de café, el conexión íntima con una taza de
cual finalmente fue lo que la hizo café recién molido, por eso la
salirse del nido. Al contacto con el piso
pequeña Elisa, que hoy cumple 6
sus pies transportaron la sensación del
años abraza su taza como si
pasto fresco en un día caluroso directo
fuera uno más de sus peluches
a su cerebro, –debo estar del mejor
mientras papá y mamá se
genio hoy, pensó Elisa al caminar por el
acercan con Bribón, el perrito
piso que normalmente se siente como
una pista de hielo. En la cocina la criollo que desde ese día se
máquina de café esperaba con su convertiría en su mejor amigo.
colorida variedad de cápsulas, en un Abrigándose en sus piernas,
minuto el tinto estuvo listo para Bribón se duerme y Elisita toma
arrojarla con el primer sorbo, en un un sorbo del café más rico del
tren con destino a la infancia. mundo.

Rosso Robot · Wikimedia Commons · CC BY-SA 3.0

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–Debo estar del mejor genio hoy, desbordaron como cascadas en el
repitió Elisa volviendo de su viaje amazonas, y un globo aerostático subió
mental al pasado mientras hacía su lentamente llevando en la canasta a
habitual caminata al ventanal de la Bribón. Una lágrima tímida se asomó
sala. El paisaje de hoy era por el ojo izquierdo de Elisa mientras
particularmente vívido e incluía tres recordaba a su viejo pueblito.
arcoíris que adornaban los cerros,
curioso era que no había llovido en Elisa ahora estaba segura de estar en
días. De pronto, una bandada de un sueño, así que se acercó a la ventana
guacamayas azules y rojas salen de las a disfrutar el espectáculo de
montañas y con coreográfica precisión, imposibilidades. Cuando de repente,
forman un corazón sobre el cielo, al un sonido extraño interrumpió la
dispersarse dan paso a lo que s i n fo n í a d e m a r av i l l a s q u e
parecía ser un brillo del sol, presenciaba sacándola de
excepto que el sol no se golpe, del estado de
mueve, mucho menos a perplejidad en el que se
toda velocidad y en había voluntariamente
dirección a su inducido. Era su celular,
apartamento, calculando Elisa lo ignoró, o trató de
Peter Lee Flickr
s u s p ro b a b i l i d a d e s d e CC BY-NC 2.0 ignorarlo, pero el pequeño
supervivencia, Elisa corre villano de la tecnología y su
hacia atrás mientras el cóndor invencible capacidad de romper la
dorado de 18 metros que brillaba más concentración, superó la quebradiza
que el sol, tuerce las alas para evitar voluntad de Elisa, no pudo más y se
chocar con la ventana. –Debo estar… acercó a la barra de la cocina donde lo
¿drogada hoy?, dijo Elisa mirando el había dejado, en la pantalla se
café, y tal vez tenía razón, porque al previsualizaban diez mensajes de
alzar la mirada el sol se puso azul y las diferentes contactos, todos decían:
montañas se cubrieron de millones de goooooooool. ¡Mierda, el partido! Dijo
girasoles, entre los edificios pasó una Elisa corriendo de vuelta a la sala para
familia de ballenas jorobadas, flotando prender el televisor.
como globos de un carnaval, las
p i s c i n a s s o b r e l o s e d i fi c i o s s e

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Apenas tuvo unos segundos para perderse en el horizonte. Y así fue el
procesar todo y entender que día que Colombia ganó su primer
estaba viendo la patada definitiva mundial, dijo Elisa dirigiéndose a sus
de la serie de penales de la final cuatro nietos que atentos escuchaban la
del mundo y era el turno de la historia sentados en el piso de una
Selección Colombia. El tiempo terraza. ¿Todo eso pasó abuelita?, dijo
bajó su ritmo hasta quedar casi Camilita, a lo que Doña Elisa
estático, los ojos de Elisa fijos respondió con una sonrisa diciendo –
sobre la pantalla, seguían cada hmm, sí, casi todo.
movimiento de la cámara, uno,
dos, tres pasos, luego el impacto y
el balón estaba en la red. El grito
de gol recorrió las cordilleras
irrigando con su canto todo el
país, como ríos atravesando
valles y montañas para
desembocar en las costas.

La euforia se apoderó de Elisa quien


saltaba como loca por toda la casa,
pero su emoción fue interrumpida por
la imagen más fantástica que vio en su
vida, en su ventana se empujaban entre
ellos media docena de monos tití
colgados de las alas del cóndor dorado,
una familia de iguanas se agarraba de
las patas de unas guacamayas y varios
jaguares se balanceaban en el borde,
todos trataban de ver el televisor. Elisa
sonríe, toma la bandera que había
dejado sobre la cama, se la amarra en
el cuello, abre la ventana, salta sobre el
lomo del cóndor y se va volando hasta Tambako The Jaguar · Flickr · CC BY-NC-ND 2.0

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