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Tema 56. Descripción de la estructura y funciones del tejido óseo.

Articulaciones: Tipos y
funciones. Fisiología osteoarticular.

1. Introducción
El tejido óseo y las articulaciones forman, junto con el músculo estriado esquelético, el
aparato locomotor. Éste compone una unidad orgánica, funcional y ontogénica, que el
organismo utiliza no sólo para la realización de la mayor parte de los movimientos
voluntarios, sino también para el más insignificante trabajo estático (mantenimiento
de la postura o posición).
En este tema, vamos a abordar la descripción, estructura y funciones tanto del tejido
óseo como de las articulaciones, con el objetivo de entender los fundamentos básicos
del movimiento del cuerpo y la importancia y función de cada componente.
2. Tejido óseo
Los huesos son los órganos del sistema esquelético. Nuestro esqueleto está
constituido por unos 206 huesos. El tejido óseo es un tipo de tejido conjuntivo
(también llamado tejido conectivo). Este tejido se caracteriza por estar compuesto por
células, fibras y gran cantidad de material intercelular. A diferencia de otros tejidos
conjuntivos del organismo, en el hueso, este material es duro y está calcificado.
Distinguimos entre estructura macroscópica y microscópica:
2.1. Estructura macroscópica de un hueso largo.
Se distinguen las siguientes partes:
- Diáfisis. Situada entre dos epífisis, es la parte longitudinal del hueso que mide
dos extremos óseos. Está formada por tejido conjuntivo compacto muy denso.
Dentro alberga la cavidad medular. El hecho de ser fuerte por fuera y hueca
por dentro explica su eficiencia a la hora de proporcionar apoyo resistente sin
suponer un peso excesivo para el organismo.
- Epífisis. Situadas a ambos lados de la diáfisis. Son estructuras redondeadas que
se encuentran en la parte distal y proximal de la diáfisis. Son más voluminosas
porque así ofrecen un amplio espacio cerca de las articulaciones para el
anclaje de los músculos, y al mismo tiempo ofrecen estabilidad a la
articulación.
A simple vista, su estructura tiene un aspecto poros, semejante a una esponja,
de ahí que el tejido conjuntivo que la constituye se denomine tejido conjuntivo
esponjoso o trabecular. En su interior, estos espacios esponjosos están
rellenos de médula ósea roja.
- Cartílago articular. Es la fina capa de cartílago hialino que cubre la superficie
articular de las dos epífisis. La elasticidad de este material amortigua las
sacudidas y golpes a los que se ve sometida la articulación durante el
movimiento.
- Periostio. Salvo en la superficie de las epífisis, el resto del hueso está protegido
por esta membrana externa densa y blanca, que penetra y queda soldada al
tejido óseo.
- Cavidad medular (médula). Es el hueco que se encuentra dentro de la diáfisis.
En el adulto está rellena de tejido conjuntivo rico en grasas, por lo que se
conoce con el nombre de médula ósea amarilla.
- Endostio. Delgada membrana epitelial que tapiza internamente la cavidad
medular.
2.2. Estructura microscópica de los huesos

En ella podemos distinguir las siguientes estructuras:

A. Matriz ósea. Las células del hueso están inmersas en una extensa sustancia
intercelular o matriz. Ésta es mucho más abundante que las células óseas,
las cuales permanecen físicamente asiladas unas de otras. Consta de una
matriz orgánica (sustancia fundamental y fibras) impregnada por una parte
inorgánica a base de sales minerales, principalmente cálcicas.
- Matriz orgánica. Consta a su vez de fibras y sustancia fundamental
amorfa.
a) Fibras: Existen casi exclusivamente fibras colágenas de tipo I,
representando casi el 95% del peso de la matriz orgánica del hueso
seco.
b) Sustancia fundamental amorfa. Es un gel que rodea a las fibras
compuesto por una mezcla de proteínas y polisacáridos secretado
por las propias células. Los componentes orgánicos de la matriz
proporcionan cierto grado de elasticidad al hueso, de modo que el
estrés, dentro de unos límites razonables, no produzca
aplastamientos o fracturas.
- Matriz inorgánica. Los componentes principales del tejido óseo son el
carbonato y el fosfato cálcico, que se encuentran en forma de fosfato
cálcico amorfo y de cristales de hidroxiapatita. En total, el tejido óseo
contiene hasta el 99% de calcio total del organismo y el 85% del
fósforo total.
B. Células óseas. En el tejido óseo hallamos 3 tipos de células: Osteoblastos,
Osteocitos y osteoclastos.
Los Osteoblastos son las células jóvenes del hueso y son las responsables
de su crecimiento y desarrollo, encargadas de sintetizar el colágeno y la
sustancia fundamental que va a formar parte de la matriz extracelular,
gracias a su citoplasma rico en organoides, y sobre la cual se van
depositando los cristales de calcio, endureciéndola. La matriz ósea va así
aumentando y aislando progresivamente al osteoblasto en su laguna,
hasta que éste se hace madura y pasa a llamarse ostecito, que no es más
que un osteoblasto en estado madurativo más avanzado, menos activo,
cuya única función es la del mantenimiento del tejido óseo. Éstos últimos
se encuentran dentro de lagunas en el tejido óseo, conocidas con el
nombre de osteoplasmas u osteoplastos.

Los osteoclastos son las células envejecidas del hueso, responsables de la


erosión de los minerales óseos, para lo cual se sitúan en las superficies
óseas.
En el hueso compacto se pueden observar unidades estructurales cilíndricas
denominadas osteonas. Cada osteona está integrada por osteocitos dispuestos en
capas concéntricas llamadas laminillas (compuestas por matriz calcificada). Estas
laminillas rodean un canal central que recorre longitudinalmente el hueso y al que
se conoce con el nombre de conducto de havers. Capilares sanguíneos, linfáticos y
nervios recorren estos conductos. Así, cada osteona consta de vasos sanguíneos,
linfáticos y nervios, láminas circundantes de matriz extracelular y osteocitos.
En el hueso esponjoso o trabeculado no hay osteonas, pues las células se
encuentran dispuestas sobre estructuras filamentosas denominadas trabéculas.
Las trabéculas se alinean y entrecruzan formando una red que da al hueso un
aspecto esponjoso.

2.3. Funciones óseas:


El tejido óseo posee las siguientes funciones
A. Soporte. Los huesos son el armazón rígido del cuerpo, que nos mantiene
erguidos y nos da forma.
B. Protección. Los huesos protegen a las cavidades cráneo-raquídea y torácica.
C. Movimiento. Cuando los músculos se contraen, tiran de los huesos a los que
están anclados, provocando así el movimiento de la articulación.
D. Metabólica. El hueso almacena calcio, fósforo y otros minerales, y contribuye a
mantener sus niveles en sangre. Si el nivel de calcio sérico desciende, los
osteoclastos son estimulados por la hormona paratiroidea y actúan liberando
calcio óseo para que éste salga a la sangre. Por el contrario, cuando hay exceso
de calcio en sangre (hipercalcemia), la hormona calcitonina se encarga de
estimular a los osteoblastos para que éstos lo introduzcan en el hueso.
E. Hematopoyesis. La médula ósea roja de la epífisis de los huesos largos y de
otros huesos (cráneo, pelvis, esternón, costillas) es la encargada de fabricar
células sanguíneas (leucocitos, hematíes y trombocitos).
2.4. Tipos de huesos
Como ya se ha apuntado, los huesos del esqueleto pueden ser divididos en tres
tipos según su forma y composición:
A. Huesos largos: fémur, húmero, cúbito, radio, tibia y peroné. En todos ellos se
distingue la diáfisis o parte media, epífisis o extremidades y la zona de unión
epifisodiafisiarias o metáfisis. Éstas últimas están constituidas por tejido óseo
esponjoso
B. Huesos cortos. Se encuentran en zonas que teniendo que ser muy resistentes,
producen variados pero limitados movimientos. Están formados por tejido óseo
esponjoso rodeado por tejido compacto.
C. Huesos planos y anchos. Huesos delgados, cuya longitud y anchura predominan
sobre el grosor. Formados por tejido óseo esponjoso recubierto por las capas de
tejido óseo compacto. Contienen médula ósea roja, por lo que algunos de ellos
(esternón e ílion) son objeto de punción para biopsia.
D. Huesos irregulares. Con diferentes formas y tamaños. Formados por tejido óseo
esponjoso y cubierto de tejido óseo compacto. Vertebras, hueso cigomático,
rótula, mandíbula.
2.5. Disposición anatómica del tejido óseo: Esqueleto axial y esqueleto apendicular
El esqueleto axial está formado por los huesos situados en el eje medio del cuerpo
(cabeza y tronco).
A. Huesos del cráneo. Frontal, parietal (2), temporal (2), occipital, etmoides y
esfenoides.
B. Huesos de la cara. Nasal (2), maxilar superior (2), palatino (2), cigomático o
malar (2), lacrimal u unguis (2), vómer, cornete inferior (2), maxilar inferior.
C. Huesos del oído. Martillo (2), yunque (2), estribo (2).
D. Hueso ioides (articulado a los temporales mediante ligamentos).
E. Columna vertebral: 33 vértebras (C1 a C7, D1 a D12, L1 a L5, S1 a S5, y 4 del
coxis). Las costillas están unidas en su parte posterior con las vértebras
dorsales y en su parte anterior con el esternón. Tenemos 12 pares de costillas,
7 primeros unidos al esternón, y de los 5 restantes dos quedan flotantes. A las
vértebras están unidos muchos músculos y ligamentos, teniendo un agujero
central por donde discurre la médula espinal y agujeros laterales por donde
salen y entran nervios desde y hacia la médula espinal.
La columna vertebral no es recta, sino que, observada lateralmente, cuenta
con dos curvaturas cóncavas o lordosis (zona cervical y zona lumbar) y dos
curvaturas convexas o cifosis (zona dorsal y zona sacra).

El esqueleto apendicular está formado por los huesos de los miembros superiores
e inferiores (extremidades), articulados con el esqueleto axial.

A. Hombro. Clavícula (2), escápula (2). La clav´cula y la escápula unidas entre sí,
se articulan con el húmero formando la denominada cintura escapular.
B. Brazo. Húmero (2)
C. Antebrazo: Cúbito (2) radio (2)
D. Mano. Carpo y 5 metacarpianos que articulan las falanges.
E. Cintura: Ilion (2), isquion (2), pubis (2). Estos tres huesos forman el hueso de
la pelvis, también llamado hueso coxal El hueso cosal se articula con el fémur
formando la denominada cintura pelviana.
F. Pierna. Femur (2), tibia (2) y peroné (2). En la articulación de la rodilla
tenemos la rótula.
G. Pie. Tarso y 5 metatarsianos unidos a las falanges.
2.6. Desarrollo óseo

Llamamos osteogénesis a la formación de hueso la osteogénesis es una acción


combinada de la función de los osteoblastos (formación u osificación) y de los
osteoclastos (destrucción o resorción). Durante la infancia y la adolescencia, la tasa de
osificación es mayor que la tasa de resorción ósea, el crecimiento aventaja a la pérdida
y los huesos crecen más.

La osteo´genesis no sólo tiene lugar en la infancia, sino que el hueso adulta ya


calcificado están en continua remodelación. Los osteoclastos producen resorción o
reabsorción de determinadas zonas óseas que son sustituídas simultáneamente por
osteoblastos, es decir, estamos en un contínuo proceso de remodelación o esculpido,
de hecho, el hueso es renovado unas 10 veces durante toda la vida sin que seamos
conscientes de ello. Es una manera de mantener al hueso en perfectas condiciones, así
siempre está preparado para responder al estrés del movimiento, ejercicio y lesiones.

El ejercicio juega un importante papel en el estado de salud de los huesos. Los huesos
de una persona deportista contienen un gran depósito de calcio, ya que son huesos
que han respondido al est´res del ejercicio fabricando más colágeno y fijando al
máximo este mineral para aumentar su resistencia. En otras palabras, el ejercicio
aumenta la densidad ósea, y por el contrario, el sedentarismo debilita los huesos,
debido a la menor formación de colágeno y a la mayor eliminación de calcio.

A partir de los 35-40 años, la pérdida ósea excede ligeramente a la ganancia ósea.
Como ya se ha explicado anteriormente, las dos hormonas implicadas en la
reabsorción y formación del hueso son la parathormona, liberada por las glándulas
paratiroides, y la calcitonina.

3. Articulaciones
Llamamos articulación a la unión entre los componentes rígidos del esqueleto, ya sean
huesos o cartílagos. Su función es mantener unidas determinadas partes del
organismo, y, en numerosos casos, permitir la máxima estabilidad y ovilidad a nuestro
cuerpo.
3.1. Clasificación de las articulaciones
Se pueden clasificar según el tipo de tejido que une los componentes entre sí
(clasificación estructural) o según el grado de movimiento que permiten
(clasificación funcional).
A. Articulaciones fibrosas (sinartrosis)
Las superficies óseas que forman la articulación están encajadas sólidamente
entre sí y apenas permiten movimiento. Pueden ser Sindesmosis o Suturas.
a. Sindesmosis: Así denominamos a la unión de las diáfisis de dos huesos
largos por medio de ligamentos (radio y cúbito, tibia y peroné)
b. Suturas: son exclusivas del cráneo. Los bordes de los huesos son dentados
y encajan perfectamente unos con otros. En los adultos no permiten
movimiento, mientras que en los lactantes estas suturas son fibrosas para
permitir el desarrollo encefálico.
c. Gonfosis: las encontramos exclusivamente en la unión entre la raíz del
diente y la rama alveolar del maxilar superior o inferior.
B. Articulaciones cartilaginosas (anfiartrosis)
Entre las superficies óseas que forman la articulación encontramos cartílago
(tejido conjuntivo firme pero elástico). Al no ser una unión excesivamente
rígida permite movimientos muy limitados. Las hay de dos tipos:
a. Sincondriosis: el cartílago de unión entre los huesos es cartílago hialino
(formado por fibras elásticas y de colágeno). Ej: cartílago esternocostal.
b. Sínfisis: El cartílago de unión entre los huesos es el fibrocartílago (mucho
más rico en fibras colágenas y, por tanto, más denso y resistente). Tiene
forma de disco. Tiene una importante misión como aortiguador y permite
un ligero movimiento. Ej. Sínfisis del pubis.
C. Articulaciones sinoviales (diartrosis)
Son las articulaciones más móviles del organismo. Casi todas las articulaciones
entre los huesos del esqueleto apendicular son sinoviales. El hecho de ser tan
móviles explica porqué tienen una estructura tan compleja, ya que tienen que
estar provistas de elementos amortiguadores y fijadores.
Características de las articulaciones sinoviales:
a. Cápsula articular. El periostio de cada uno de los huesos articulares se
prolonga hasta unirse con el extremo de otro hueso, formando así una
envoltura o bolsa entre ambos.
b. Membrana sinovial. Es el revestimiento interno que tapiza toda la cápsula
articular. Segrega un líquido que lubrica y nutre a la articulación, el líquido
sinovial. El líquido sinovial es un trasudado del plasma, filtrado a través de
la membrana sinovial, que en condiciones normales es incoloro o
ligeramente amarillento, transparente, untuosos y filante, y rico en ácido
hialurónico.
c. Cartílago articular. Cartílago que recubre y almohadilla las superficies
articulares de los huesos.
d. Meniscos. Son discos de fibrocartílago situados entre los extremos
articulares de los huesos de algunas articulaciones sinoviales. Son potentes
amortiguadores.
e. Ligamentos. Fuertes cordones de tejido fibrosos denso y blanco. Crecen de
hueso a hueso, uniéndolos mar firmemente de lo que sería solo con la
cápsula articular.
f. Bolsas. Algunas articulaciones sinoviales contienen, dentro de la cápsula
articular, pequeñas bolsas cerradas llenas de líquido sinovial. Su función es
amortiguar las zonas de prominencias óseas. La articulación de la rodilla
tiene unas 12 bolsas.
3.2. Tipos de articulaciones sinoviales
A. Articulaciones uniaxiales: solo permiten el movimiento alrededor de un eje y
en un único plano.
a. En bisagra o troquelares. Solo permiten flexión y extensión. Codo y rodilla
b. En pivote. Son aquellas en las cuales la prolongación de un hueso se
articula con un anillo o escotadura de otro hueso.
B. Articulaciones biaxiales: Permiten el movimiento en dos planos
perpendiculares.
a. En silla de montar. La única es la del primer metacarpiano en su
articulación con el carpo. Su característica más peculiar y única es que
puede oponerse a otros dedos.
b. Condíleas. Un cóndilo de un hueso encaja en un receptáculo elíptico de
otro hueso.
C. Articulaciones multiaxiales.
a. Esféricas o enartrosis. Una cabeza en forma de bola de un hueso encaja en
una depresión cóncava del otro, permitiendo así eal primero moverse en
todas direcciones. Es la diartrosis más móvil. Hombro y cadera
b. Planas o artrodias. Las superficies articulares en contacto son planas,
permitiendo sólo el movivimiento por deslizamiento. Las menos móviles.
3.3. Kinemática articular
La kinemática articular estudia el papel de las articulaciones en la realización de los
movimientos.
Desde el punto de vista mecánico, clasificamos a las articulaciones en
articulaciones con uno, con dos y con tres grados de libertad de movimiento,
según permitan realizar movimientos alrededor de un solo eje, de dos o de tres,
respectivamente.
A. Movimientos alrededor de un solo eje. El eje de rotación es generalmente
perpendicular o casi perpendicular al eje de las palancas óseas.
a. Flexión. Es un movimiento que reduce el ángulo entre dos huesos.
b. Extensión. Partiendo de una articulación en flexión, la extensión es el
movimiento que aumenta el ánulo entre los huesos articulares hasta
regresar a la posición anatómica.
B.
4. Fisiología Osteoartícular.
Como ya se ha citado en este tema, funciones específicas aparte, huesos y
articulaciones tienen una función pasiva en la misión general del aparato locomotor. Es
difícil hablar de este tipo de funciones sin considerar además la actuación de los
músculos esqueléticos, los cuales actúan como partes activas que mueven todo el
esqueleto. Los huesos son las palancas que se mueven en este conjunto, mientras que
las articulaciones permiten su movimiento y proporcionan plasticidad y elasticidad al
esqueleto.
Desde este punto de vista, en el aparato locomotor encontramos a todas estas
estructuras formando parte de las tres clases de palancas que nos da a conocer la
mecánica:
- Palancas de primer grado. El punto de apoyo se encuentra en el centro, a un
lado del mismo la potencia y al otro la resistencia. El ejemplo típico de estas
palancas de primer género lo constituye en el ser humano, la articulación de la
cabeza con el atlas. La resistencia está representada aquí por el peso de la
cabeza, que la haría caer hacia adelante, mientras que la potencia la forman
los músculos de la nuca, que contrarrestan e impiden la caída de la misma
hacia adelante.
- Palancas de segundo género. La resistencia se encuentra en el centro, el punto
de apoyo en un extremo y la potencia en el otro. En la economía, esta clase de
palanca es muy rara, siendo representada únicamente en posición vertical,
cuando nos ponemos sobre la punta de los pies.
- Palancas de tercer género. La potencia está en el centro y la resistencia y el
punto de apoyo en cada extremo. Este tipo de palancas son las más
abundantes en el organismo, representando palancas de esta clase casi todas
las articulaciones de todos los miembros.
Los músculos representan la potencia que mueve estas palancas.

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