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ENTREVISTA

Ing. Luzzby Eilys Mezua Sarmiento


Unidad Ambiental
lmezua@conades.gob.pa
CONADES
1.    ¿Cuál es el principal objetivo de la Educación Ambiental?
Crear conciencia sobre el cuidado y protección del medioambiente y sus procesos a
través de herramientas que fomenten la sensibilidad y conciencia por medio de actitudes,
aptitudes y valores sociales; para enfrentar los problemas ambientales asociados a las
actividades antropogénicas y el papel de la humanidad para evaluar y resolver estos
problemas; a fin de proponer medidas de conservación y protección del medioambiente.
2.    ¿En qué consiste la Evaluación de Impacto Ambiental de una obra o   proyecto?
    Consiste en un conjunto de procesos para identificar, evaluar, describir y valorar los
efectos de los impactos positivos o negativos que pueden causar las actividades que se
desarrollarán en una obra o proyectos sobre el medioambiente.
3.    ¿Si el Estudio de Impacto Ambiental no se ha llevado a cabo, se puede dar inicio a
las obras o actividades de un proyecto?
En el artículo 16 del Decreto N°123 que aprueba el Reglamento del Proceso de
Evaluación de Impacto Ambiental; si el proyecto se encuentra en la lista de proyectos,
obras o actividades que ingresarán al Proceso de Evaluación de Impacto Ambiental;
utilizando como referencia entre otras la Clasificación Industrial Internacional Uniforme
(Código CIIU)  y el artículo 23 del presente Decreto que estipula que: “Las actividades,
obras o proyectos, públicos o privados, que por su naturaleza, características, efectos,
ubicación o recursos pueden generar riesgo ambiental, requerirán de un Estudio de
Impacto Ambiental (ESIA) previo al inicio de su ejecución, de acuerdo con la
reglamentación de la presente Ley.  Por consiguiente, estas actividades, obras o
proyectos, deberán someterse a un Proceso de Evaluación de Impacto Ambiental;
inclusive aquellos que se realicen en la cuenca del canal y comarcas indígenas”. Por lo
que de no elaborarse y presentarse el ESIA o la anuencia ambiental, en caso de no
requerir de ESIA; no se puede dar inicio a las obras del proyecto.

4.    ¡Crees que el COVID-19 ha tenido un impacto ambiental positivo en el mundo?


Es correcto, el COVID-19 ha tenido un impacto positivo en el medioambiente, esta
pandemia ha generado un respiro al planeta. A través de la mejora de la calidad del aire,
se ha reducido un 25% en sus emisiones de dióxido de carbono; según cálculos de Lauri
Myllyvirta, del Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA), con sede en
Estados Unidos.
Según Myllyvirta calcula que durante las últimas tres semanas China emitió 150
millones de toneladas métricas (mtm) de CO2, que representan el 25% menos que
durante el mismo período del año pasado. Esta reducción representa 6% a nivel global.
Sin embargo, según las Naciones Unidas se puede generar un efecto rebote y la
Organización Meteorológica Internacional (OMM) indica que no se va a solucionar el
cambio climático con los efectos positivos que generan las medidas para disminuir la
propagación de cualquier virus.
La suspensión de vuelos de distintas aerolíneas ha contribuido en la disminución de las
emisiones del CO2 ya que esta actividad genera el 5% de la contaminación atmosférica
global.
La Agencia Espacial Europea (ESA), por sus siglas en inglés publicó un video que
revela la significativa disminución de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), un gas
nocivo emitido por automóviles (precisamente los que utilizan diésel) e instalaciones
industriales, en el norte de Italia, epicentro del brote del nuevo coronavirus en el país
europeo.
En el caso de Italia, la disminución del tráfico de peatones y automóviles ha propiciado
el retorno de los animales a su hábitat. En Venecia, el agua de los canales luce mucho
más clara debido a la nula presencia de turistas y sus residuos y el tráfico de góndolas.
Su calma ha permitido la aparición de cardúmenes de peces de varias especies. Además,
ha incrementado el número de cisnes recorriendo los caños. 
De igual manera desde un punto vista económico, las producciones en las fábricas se
han detenido temporalmente y la demanda ha disminuido; por lo que se ha reducido el
consumo de combustibles fósiles, lo que puede generar un cambio positivo en el
comportamiento y los hábitos en los consumidores a nivel mundial.    
Por ejemplo, en el Reino Unido, el 45% de los consumidores están comprando
productos que son amigables con el medio ambiente, pero lo más importante es que el
41% afirma que están interesados en comprar estos productos; pero no los compran
regularmente, resaltando que están interesados en continuar con este cambio.
5.   En Panamá de qué manera positiva podemos ver el confinamiento por el COVID-19
en nuestro medioambiente en general?
En Panamá, no se ha evidenciado de qué manera ha beneficiado las medidas
implementadas para evitar la propagación del COVID-19. No obstante, se considera que
se puede generar impactos positivos al medioambiente parecidos a los que se han
reportado en otros países del mundo. De igual manera, se entiende como medioambiente
el conjunto de factores físicos y biológicos que rodean a los seres vivos y que influyen
en su desarrollo y comportamiento. 
Por lo que considero, que esta pandemia puede y ha generado cambios positivos en las
diferentes facetas del ser humano desde mejorar nuestros hábitos saludables hasta la
productividad en el ámbito personal y profesional; trabajando desde casa, factor que
también ha reducido el uso de automóviles y otros medios de transporte aéreos y
terrestres; lo puede contribuir a disminuir la contaminación del aire por el consumo de
combustibles fósiles que generan emisiones de CO2. Aunado a esto, es una gran
oportunidad para conocerte a ti mismo; para hacer una versión mejorada de nosotros;
siendo más conscientes y promoviendo soluciones para la conservación y protección de
los recursos naturales del planeta tierra, considerando retomar las tradiciones de los
pueblos originarios.
REFLEXIÓN FINAL
Desde los inicios, el ser humano ha estado haciendo uso de los recursos naturales del
planeta, en principio solo hacía uso de esos recursos de acuerdo sus necesidades básicas;
generando solo desechos orgánicos que la naturaleza se encargaba de transformarlos
nuevamente en recursos, reintegrándolos al medio ambiente sin afectarlo.
Con el paso del tiempo, la humanidad evolucionó de forma exponencial. Se produjo un
gran crecimiento de los núcleos urbanos relacionados a la extracción y transformación
de elementos naturales. Se desarrollaron grandes industrias que en conjunto con el
crecimiento de las poblaciones propició la generación de desechos sólidos de origen
inorgánico de forma progresiva. 
Debido a los comportamientos, hábitos y condiciones socio-económicas de estas
sociedades comenzaron a tener dificultades para eliminar los residuos humanos (heces
fecales) y sólidos orgánicos e inorgánicos producidos; apareciendo con esto, problemas
en la salud pública debido a la presencia de vectores que empezaron a proliferar la
transmisión de enfermedades tales como la Peste Bubónica, Cólera, Fiebre Amarilla y la
Gripe Porcina entre otros..
Por ende, a través de la pandemia del Coronavirus COVID-19, nos ha permitido evaluar
sobre el papel o rol crucial del ser humano en la sostenibilidad del planeta tierra, donde
debemos proteger el medioambiente desde nuestros hogares y áreas de trabajo; a través
del cambio de nuestros hábitos en el aseo e higiene personal y de consumo, que estos
sean amigables con la naturaleza.
Esto solo se puede lograr por medio de la compra de productos naturales que no hayan
sido probados en animales y que los procesos industriales ahorren agua, mejorando de
esta manera la salud ambiental de nuestro entorno y la salud pública. De igual forma
promoviendo valores sociales tales como: solidaridad, generosidad, respeto y amor hacia
el prójimo; sin importar credo, etnia y cultura.
“Somos uno solo, somos Tierra y somos hermanos”, relacionado muy estrechamente a
“UBUNTU” la filosofía y tradición de los pueblos originarios de Sudáfrica, que lo
considera como una regla ética enfocada en la lealtad de las personas y las relaciones
entre éstas. Según Leymah Gbowee, activista pacifista de Liberia que define el concepto
como: “Yo soy porque nosotros somos” creando empatía con el prójimo ya que: ¿Cómo
uno puede estar feliz si los demás están tristes?. Considerando esto y como lo indica
OPS/OMS no dejaremos a nadie atrás, practicando de esta manera uno de los
mandamientos de Dios, amarás a tu prójimo como a ti mismo (Mateo 22:39).
El respeto por el medioambiente es otra manifestación de nuestro amor hacia Dios y
hacia el prójimo; se honra a Dios cuidando lo que Él ha creado y se respeta al prójimo al
no destruir el patrimonio ambiental común (Pablo Nzord, 2015).
http://www.conades.gob.pa/La-importancia-del-Medio-Ambiente-y-lo-positivo-en-tiempos-de-
COVID19-

El derecho ambiental en tiempos de COVID 19 Por Natalia Waitzmani1 Algunas reflexiones, ideas y
comentarios vinculados con la pandemia del COVID 19 y la relación con el derecho ambiental: - Lo
primero que podemos señalar es que la salud de las personas y la salud del planeta están íntimamente
relacionadas - La actividad humana, ha alterado prácticamente todos los rincones de la tierra, los
océanos, nuestro planeta en general - Los problemas ambientales globales ponen en riesgo la salud
humana - En el contexto de la naturaleza todas las formas de vida se encuentran interrelacionadas - La
conservación de la naturaleza juega un papel fundamental ante infecciones, epidemias y pandemias, es
esencial proteger la biodiversidad. Podemos afirmar que la mejor estrategia, la más eficaz, sostenible es
vivir en entornos saludables y funcionales siendo la única forma de alcanzar los OBJETIVOS DE
DESARROLLO SOSTENIBLE (ODS). El derecho ambiental de conformidad con lo establecido en el
art. 41 de la Constitución Nacional, específicamente se refiere al tema de la salubridad, poniendo
especial énfasis en el derecho a un ambiente sano, apto para el desarrollo humano, y su correlato, su
obligación de preservarlo. En un mundo globalizado, el COVID 19 que comenzó en Wuham, China se
extendió a escala planetaria. Al igual que sucede con los problemas ambientales, trasciende las
fronteras geopolíticamente establecidas. Dentro del derecho ambiental, no podemos dejar de mencionar
en este contexto a la Ley N° 25.675 general del ambiente que especialmente hace referencia a los
principios, entre los que cabe destacar: el principio de prevención, de aquellos efectos nocivos, la
precaución frente a la incerteza científica, el principio de solidaridad, cooperación y subsidiariedad del
Estado en la prevención y protección, así como el principio de sustentabilidad gestionando de manera
adecuada esta problemática. Seguramente algunas respuestas a esta pandemia podemos encontrar
dentro de este abordaje de los principios del derecho ambiental. Por otra parte, una respuesta ambiental
sólida es necesaria en relación con la gestión de los residuos peligrosos, en particular se espera un
aumento a escala global de los residuos provenientes de los establecimientos de salud, en este marco es
aplicable en la Argentina la Ley N°24.051 en conjunto y de manera coordinada con las normas locales
de cada jurisdicción para dar tratamiento adecuado a estos residuos. Por último, resulta interesante
mencionar que como consecuencia del aislamiento social obligatorio comenzamos a ver algunos
fenómenos de la naturaleza, cuando el hombre retrocede solo apenas unos días, por ejemplo, en la
Ciudad de Buenos Aires, de conformidad con las 1 Profesora de grado y posgrado en Derecho
Ambiental de la Facultad de Derecho de la UBA, Especialista en Derecho Ambienta UBA, Especialista
en Gestión Ambiental Facultad de Ingeniería Universidad Austral, vicedirectora de la Diplomatura en
Derecho Ambiental (UBA). medicionestomadas en las estaciones de control atmosférico los parámetros
han disminuido un 50% en relación con el mismo período de 2019, según informes de la Agencia de
Protección Ambiental. En algunos barrios porteños comenzaron a aparecer grillos, se escuchar el
sonido de los pájaros. En algunas ciudades circulan animales silvestres por donde antes lo hacían las
personas, en los ríos los peces se multiplican en cantidades nunca registradas. En Pernambuco, Brasil,
nacieron 97 huevos de la tortuga Carey, tortuga marina en peligro de extinción en una playa donde
actualmente está prohibido el ingreso a personas por el COVID 19. Sin duda, esta difícil situación
planetaria nos va a dejar algunas lecciones y esperemos que también algunos aprendizajes, entendiendo
que es esencial proteger la biodiversidad, y pensar formas de producción y consumo más sustentables.
http://www.derecho.uba.ar/institucional/centro-derecho-ambiental/documentos/el-derecho-ambiental-
en-tiempos-de-covid-19.pdf

Autor: Elvis Luis Llerena Picho


Especialista en derecho ambiental y minero
Docente del Instituto Ideas - Huancayo
Labor efectiva en diversos estudios jurídicos de la región Junín - Perú
Correo: elvisllp07@gmail.com
LinkedIn: https://www.linkedin.com/in/elvis-luis-llerena-picho-8b0111181

Actualmente la pandemia que sufrimos afecta de manera significativa a la población mundial,


representando además un reto trascendental, el cual no sólo se materializa en la dificultad
sanitaria y económica, sino también ambiental. La actual situación nos obliga a recapacitar
sobre la relación existe del ser humano con el medio ambiente, por lo cual se debe reconocer
la vital importancia de salvaguardar y custodiar los ecosistemas, la biodiversidad, los
recursos hídricos, la calidad del aire, la preservación de los recursos naturales, entre otros
aspectos más.
En este momento el Perú se encuentra en pie de lucha con esta pandemia y su rauda
transmisión, por lo cual es inevitable reflexionar sobre la importancia del medio ambiente en
nuestras vidas. En efecto podemos aseverar que nuestras vidas dependen de los
ecosistemas, por lo cual resulta trascendental, y más aún en los tiempos que
lamentablemente nos encontramos.
A la fecha, y como es natural en este proceso, las principales acciones por el gobierno
peruano giran en torno a la prevención y contención del virus (aislamiento social y estrategias
de autocuidado), acciones que tienen el propósito de aplacar el contagio. Asimismo cobra
importancia la preocupación de todo un país en relación a las consecuencias de tipo
económico, así como con la administración que el gobierno brinda al adecuado suministro de
servicios públicos y las estrategias que se van implementando para garantizar los servicios
de salud y seguridad alimentaria a las comunidades más vulnerables de nuestro país.
En este sentido, y entendiendo visiblemente lo necesario de priorizar los aspectos antes
mencionados, subyacen temas cruciales de la gestión ambiental en el país que no pueden
ser desatendidos en estos tiempos de pandemia. De los cuales vale la pena nombrar algunos
de ellos:
1. Adecuada disposición final de residuos con riesgo biológico o infeccioso.
Lo principal es acopiar los residuos generados por los pacientes contagiados de Covid – 19,
pero cómo se encuentran en sus viviendas, el proceso debería ser realizado por una
empresa operadora de Residuos Sólidos autorizada la cual debe encargarse de la integridad
de los residuos generados, sin recurrir a servicios municipales para impedir la contaminación
cruzada. Así, pues es necesario que la gestión de residuos y las normas que regulen esta
actividad, se adapten a la nueva situación que vivimos en este momento, pues esta actividad
es fundamental en la lucha contra esta pandemia.
2. Gestión del cambio climático
Una preocupación importante consiste en que los recursos, principalmente de cooperación
internacional, que se destinaban para acciones en el marco de la lucha contra el cambio
climático, ahora se dirijan y con toda razón, a acciones encaminadas a hacer frente a la
pandemia. También es evidente que el discurso del cambio climático deberá reinventarse, y
posicionar cada vez más su relevancia a nivel internacional pues como señala Naciones
Unidas " el cambio climático es más mortal que el Coronavirus".
3. Garantía de los derechos de las comunidades y su adecuada protección ambiental.
La palpitante pandemia ocasionada por el Covid - 19 ha afectado a todos los sectores de la
sociedad, tanto a nivel económico como social. Sin embargo, este padecimiento ha afectado
de sobremanera a las comunidades indígenas en el Perú, por encontrarse estas en
condiciones de vulnerabilidad la cual se ha visto agravada por el contexto que estamos
viviendo. En este sentido cabe indicar que es primordial responder a la demanda de los
pueblos indígenas y brindarles información necesaria sobre este padecimiento en sus
lenguas indígenas originarias; asimismo el estado debe velar por mantener una adecuada
comunicación con las comunidades indígenas de nuestro Perú.
Este contexto evidencia el retroceso de la protección ambiental, la cual tiene su umbral en la
emergencia que vive en nuestro país; por lo que corresponde al Derecho Ambiental y a la
gestión ambiental buscar formas innovadoras para persistir con sus actividades, sin mermar
sus estándares de protección ya alcanzados.
No obstante, y dada la situación por la que atraviesa el país actualmente, es importante que
las acciones que exige esta crisis no debe ser trasladados exclusivamente al gobierno
nacional. Existen diferentes estrategias que deben ser implementados a través de los
gobiernos regionales, alcaldías provinciales y distritales, mismas que podrían ser
respaldadas por las universidades, institutos de investigación. Por ejemplo, la inclusión el
factor asociado al cambio climático en los planes de desarrollo no has ido una prioridad en
Perú, sin embargo, esta pandemia nos está demostrando, una vez más lo fundamental que
resulta proteger nuestros ecosistemas, así como la imperiosa necesidad qué es custodiar y
conservar los recursos naturales.
Siendo ésta una trascendental labor del Derecho ambiental puesto que a través el, se
brindará una protección adecuada al medio ambiente, bajo los estándares exigidos a nivel
internacional.

Categoría: Columnistas Invitados 

Publicado: 03 Noviembre 2020 

Visto: 1432

https://www.catorce6.com/opinion/columnistas-invitados/18954-derecho-ambiental-y-su-importancia-
frente-al-covid-19

Estado de derecho ambiental:


pandemias ahora y la próxima vez en las
Américas
Tue, 28 Apr 2020
Claudia S. de Windt, integrante de la directiva de WCEL analiza factores
relevantes en la evolución del COVID-19, el nexo de causalidad y el cruce
entre el cambio ambiental, la seguridad y el estado de derecho estimulado
por la pandemia para informar ideas sobre una respuesta legal a la
transformación necesaria para el cuidado de las personas y la naturaleza
en las Américas.
El origen y la mutación de la  versión novedosa del corona virus (COVID-19) aun parece turbia. Sin
embargo pareciera que es producto de evolución natural. El 75% de todas las enfermedades infecciosas
emergentes provienen de la vida silvestre. Los factores relevantes para esta evolución
incluyen los  cambios en los ecosistemas y el  uso del suelo; el riesgo y la extinción de especies, el 
comercio ilegal y mal regulado de vida silvestre y  el cambio climático agravado por la delincuencia
ambiental desenfrenada. La pandemia del COVID-19, existe y agrega presión a vulnerabilidades
subyacentes. Se espera que los factores subyacentes de vulnerabilidad que afectan el bienestar en el
hemisferio, como la persistente desigualdad, la pobreza y el desempleo, aumenten mientras que el PIB
se desploma como resultado de la pandemia. Estos factores, junto con la crisis climática y la
contaminación del aire, el mayor riesgo para la salud pública ambiental en las Américas, vinculado al
aumento de casos y muertes por COVID 19, añaden presión y amplifican los riesgos existentes
aumentando la susceptibilidad de las comunidades de la región.

El hemisferio se encuentra justo en la intersección del cambio ambiental, la seguridad y el


Estado de derecho al enfrentar amenazas no tradicionales a la seguridad. Un desastre, el
siniestro y efecto colateral la pandemia COVID-19 se extiende e inserta en la relación entre la
gente y el planeta. Es sólo otro síntoma de la falta de cambio de comportamientos que
afectan negativamente a los sistemas humanos y naturales. La naturaleza sigue un peligroso
camino de declive, que promueve la desigualdad y es reflejo del pobre estado de
cumplimiento de los objetivos mundiales de sostenibilidad, de desastres y de los Acuerdos
Multilaterales Ambientales (AMUMAS).

El estudio del derecho ambiental, en principio es el estudio de la sociedad en riesgo, de los


hechos abrumadores de la ciencia y la comprensión de los límites y los problemas
socioambientales actuales.

Dadas estas circunstancias, es hora de que el derecho ambiental reaccione ante una
sociedad en riesgo generando nuevas soluciones a nuevas y urgentes demandas sociales.
No hay una sola receta para la transformación necesaria post pandemia en las Américas y
más allá.

Los Principios de Berlín sobre "One Planet One Health" exigen una visión capaz de considerar
todos los aspectos de la crisis mundial.

El modelo post pandémico requiere políticas de protección social coherentes, específicas y


ampliadas que incorporen los efectos no intencionales de las medidas preventivas y de
respuesta en vigor.  Es decir, la reducción de la contaminación y de las emisiones de carbono,
evitándose el retorno al modelo que contribuyó a la causalidad de la pandemia.

 La reducción de riesgos, la gestión, la resiliencia y el Estado de derecho son conceptos clave.
Los principios y elementos del derecho ambiental en una sociedad en riesgo deben aplicarse
junto con la legislación de desastres como un conjunto de valores comunes que maximice la
eficacia de la protección del medio ambiente. Los jueces tienen un papel importante en este
sentido, especialmente en un escenario conducente a mayores demandas sociales.

La resiliencia a todos los niveles exige reducir deliberadamente los factores subyacentes de
riesgo dentro de los marcos apropiados, desde la planificación en la Evaluación de Impacto
Ambiental (EIA) hasta el marco de diversidad biológica post- 2020, las contribuciones
nacionales determinadas (NDCs) y todos los AMUMAS. Esto significa un compromiso
holístico con la conservación de la naturaleza, fomentando la sostenibilidad y el
cumplimiento y la aplicación de la legislación basados en principios y con presupuesto.
También significa priorizar la justicia climática basada en el Estado de derecho. La
internalización de estos valores con el principio precautorio debería ser central.
Estamos ante el desafío ético de nuestro tiempo. Uno que dará forma a la próxima vez.  El
éxito y la eficacia en la respuesta jurídica a la pandemia y la preparación para la próxima vez
deben ser una decisión coherente, no opcional, de nivel nacional al mundial. Es hora de
repensar y prestar atención al equilibrio entre la humanidad y la ecología y al enfoque común
de la sociedad. Es hora de cuidar mejor la naturaleza. Es hora de cuidarnos el uno al otro.

Puede acceder el analisis completo aqui (disponible solo en inglés)

Sobre la Autora

Claudia S. de Windt. Abogada internacional y experta en ciencias


políticas de la República Dominicana. Académica invitada del
Environmental Law Institute. Durante su trayectoria de casi dos décadas
en la OEA (Departamento de Desarrollo Sostenible y Secretaría de
Seguridad Multidimensional). Es intérprete Judicial de la Corte de
Primera Instancia de Santo Domingo, miembro del grupo de expertos en
derecho ambiental del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y
Centroamérica, miembro del grupo de expertos de ONU Medio Ambiente
sobre crímenes que tienen serios impactos en el medio ambiente y del
Comité Directivo de la Comisión Mundial de Derecho Ambiental de la
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)

https://www.iucn.org/es/news/world-commission-environmental-law/202004/estado-de-derecho-
ambiental-pandemias-ahora-y-la-proxima-vez-en-las-americas

COVID-19: “No es una excusa” para retroceder en la protección del medio


ambiente, dice experto de la ONU
GINEBRA (15 de abril de 2020) – La COVID-19 no debe ser utilizada como una excusa para debilitar la protección
ambiental, dijo David Boyd, Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos y el medio ambiente.

“A la luz de la crisis global ambiental que precede a la COVID-19, estas acciones son irracionales, irresponsables y
ponen en riesgo los derechos de las personas vulnerables,” dijo. La declaración del experto se da luego de que un
número de gobiernos anunciaran que están bajando sus estándares medio ambientales, suspendiendo requerimientos
de monitoreo ambiental, reduciendo medidas de aplicación y restringiendo la participación pública.

“Dichas decisiones de política pública son propensas a resultar en un acelerado deterioro del medio ambiente y tienen
impactos negativos en un amplio rango de derechos humanos, incluyendo los derechos a la vida, la salud, el agua, la
cultura y la alimentación, así como el derecho a vivir en un medio ambiente sano,” dijo el experto de la ONU.
“La ciencia es clara. Las personas que viven en áreas que han experimentado más altos niveles de contaminación
enfrentan un riesgo incrementado de muerte prematura por COVID-19. De manera similar, el acceso al agua limpia es
esencial para prevenir que las personas contraigan y diseminen el virus,” dijo Boyd. “La pandemia global subraya la
importancia vital de un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sustentable.”

El experto de la ONU hizo notar que tres cuartos de las enfermedades infecciosas emergentes son “zoonosis” – lo cual
significa que pasan de animales salvajes o domesticados a los humanos. Esto incluye el Ebola, SARS, MERS y ahora
COVID-19. “Los científicos advierten que la deforestación, la agricultura industrial, el mercado ilegal de fauna
salvaje, el cambio climático y otros tipos de degradación ambiental incrementan el riesgo de futuras pandemias,
aumentando la probabilidad de graves violaciones de derechos humanos,” dijo Boyd.

“Como la COVID-19 está demostrando, las pandemias pueden minar los derechos de billones de personas,
especialmente aquellas que ya son vulnerables al daño medio ambiental, incluyendo a personas que viven en la
pobreza, minorías, adultos mayores, pueblos indígenas, mujeres y niños.

“La miope decisión de debilitar o suspender regulaciones ambientales empeorará la situación. En su lugar, los
gobiernos necesitan acelerar los esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, pues un medio
ambiente saludable es un modo efectivo para prevenir pandemias y proteger los derechos humanos.
“A la luz de la crisis global ambiental que precede a la pandemia de COVID-19, los Estados deberían fortalecer sus
esfuerzos para proteger el medio ambiente, no debilitarlos,” dijo el experto.

FIN

El Dr. David R. Boyd fue nombrado Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos y el medio
ambiente para un período de tres años que comenzó el 1 de agosto de 2018. Es profesor asociado de derecho, política
pública y sostenibilidad en la Universidad de British Columbia. Ha asesorado a numerosos gobiernos en política
pública ambiental, constitucional y derechos humanos y copresidido el esfuerzo de Vancouver para convertirse en la
ciudad más verde para 2020. Es miembro de la Comisión Mundial sobre Derecho Ambiental y asesor experto para la
Iniciativa de la ONU Armonía con la Naturaleza, y miembro de la Alianza por el Derecho Ambiental a nivel mundial.
Las Relatorías Especiales y los Expertos Independientes son parte de lo que se conoce como Procedimientos
Especiales del Consejo de Derechos Humanos. Los Procedimientos Especiales, el más amplio cuerpo de expertos y
expertas de derechos humanos en el sistema de Derechos Humanos de la ONU, es el nombre general de los
mecanismos independientes del Consejo para investigación de hechos y monitoreo que atienden ya sea situaciones de
país específicas o asuntos temáticos en todo el mundo. Los expertos y las expertas de los Procedimientos Especiales
trabajan de manera voluntaria; no son parte del staff de la ONU y no reciben salario por su trabajo. Son
independientes de cualquier gobierno u organización y sirven de manera individual.
http://www.oacnudh.org/covid-19-no-es-una-excusa-para-retroceder-en-la-proteccion-del-medio-
ambiente-dice-experto-de-la-onu/

Introducción: A propósito del Día Internacional de la Diversidad Biológica


Cada 22 de mayo se celebra el Día Internacional de la Diversidad Biológica para

reflexionar sobre la relación del ser humano con el mundo natural y la importancia de

los recursos biológicos para nuestra existencia. A dos días de esta efeméride,

reflexionemos sobre la importancia del medio ambiente en nuestras vidas. En efecto, se

podría decir que nuestra vida como civilización humana depende de los ecosistemas, es

por eso que es tan importante su preservación, y mucho más en tiempos como el que

nos encontramos. Lamentablemente, incluso en tiempos de pandemia, los gobiernos no

han tomado en cuenta la relevancia que tiene la biodiversidad en nuestra sociedad. Así

pues, al parecer hemos olvidado o dejado de lado el papel que el derecho puede jugar

en todo esto. Se ha olvidado que el derecho, en general, regula la conducta humana en

sociedad. Es decir, intenta introducir parámetros dentro de los cuáles el ser humano

puede desenvolverse para no dañar a otros. Por ejemplo, si por alguna razón se

comienza a forjar una actividad o hábito en las personas que termina perjudicando el

bien común, ahí entra el derecho para regular tales conductas y redirigir al ser humano

a una vida en sociedad en la mayor paz posible.


Desafortunadamente, como ya se mencionó, el Perú no es ajeno a dictar normas que

evitan totalmente consideraciones medio ambientales. Por ejemplo, a través del

Decreto Supremo N° 080-2020-PCM [1] se aprobó la reanudación de actividades

económicas y se delegó a los distintos ministerios a aprobar los protocolos

correspondientes. Así, ni el decreto mencionado, ni los protocolos que se han publicado

desde los distintos sectores económicos han considerado medidas amigables con el

cuidado del medio ambiente.

En este punto, muchos podrán preguntar: ¿Por qué molestarse en criticar si la

reactivación económica toma en cuenta lo medioambiental o no? ¿Acaso lo más

importante ahora no es procurar no aumentar los contagios y evitar una depresión en la

economía? A esto tengo que responder que las preocupaciones sobre la salud de los

trabajadores y la economía en nuestro país son claramente justificables, pero no

podemos ser ajenos a la importancia del medio ambiente y la diversidad biológica si

queremos evitar, por ejemplo, otra pandemia en el futuro.


En el presente artículo reflexionaremos sobre la importancia de las políticas

medioambientales para enfrentar el COVID-19 y evitar otros fenómenos de este tipo en

el futuro. Para ello, primero se mostrará algunos de los cambios introducidos en el

imaginario y conducta de las personas en los últimos meses. Luego, se demostrará por

qué, ante estos cambios, se debe aplicar el principio de no regresión ambiental en las

medidas que se tomen durante y luego de la pandemia (incluidas aquellas que versan

sobre reactivación económica). Finalmente, se sugerirá algunas consideraciones que las

autoridades deben tomar en cuenta al momento de enfrentar este contexto con una

perspectiva medioambiental.

El COVID-19 como generador de cambios

No cabe duda, que el COVID-19 ha introducido cambios: la necesidad de usar

mascarillas en todo momento, salir menos de casa, mayor uso del internet y energía

eléctrica en nuestros hogares, el hecho de que varias industrias han paralizado o

disminuido sus actividades, etc. La situación que quiero explicitar es que las normas de
derecho ambiental (al igual que el derecho, en general) han sido pensadas desde un

punto de vista pre-pandémico y claramente puede que no se adecúen a tiempos como

el de ahora. Es por ello que es necesario que se introduzcan cambios tanto en normas

específicas como en concepciones generales en el derecho ambiental. Con esto no me

refiero necesariamente a medidas corto plazo (es claro que en este punto lo sanitario y

económico es esencial), sino a medidas que de implementarse ahora nos evitarán una

nueva pandemia o, al menos, a poder enfrentarla de una mejor manera.

Un ejemplo de estos cambios introducidos por la pandemia es la “ilusión de

descontaminación” que ha impactado en todo el mundo. Así, en China hubo una

reducción del 25% en las emisiones de CO2 en tan solo 4 semanas [2]; y, en Perú,

para finales de marzo el PM 2.5 (indicador que mide la contaminación del aire), ha

disminuido en un 67% en comparación con las mediciones de los últimos seis años [3].

No obstante, aunque las cifras son esperanzadoras, se debe evitar caer en la ilusión de

creer que esto durará para siempre. En efecto, la experiencia nos dice que la

“recontaminación” suele ser mayor y más rápida en periodos de poscrisis. Según un


estudio en Nature Climate Change, “luego de la crisis financiera mundial de 2008-2009,

se siguió un fuerte crecimiento de las emisiones en las economías emergentes, un

retorno al crecimiento de las emisiones en las economías desarrolladas y un aumento

en la intensidad de los combustibles fósiles de la economía mundial”.

Otro cambio, claramente apreciable, es la reducción (o prohibición) de la concentración

de personas en lugares públicos, por ejemplo, en las playas, lo que ha llevado que

ciertas especies marinas regresen a la costa y se les pueda avistar desde lejos.

Finalmente, el COVID-19 también ha impactado en el nivel de preocupación que se

tiene sobre los niveles de riesgo en distintos grupos poblacionales. Por ejemplo, ahora

tenemos más en cuenta que los adultos mayores, personas con obesidad o personas

con problemas respiratorios tienden a ser los más afectados en las crisis sanitarias. Más

precisamente, según los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades, las

personas con mayor riesgo de enfermarse gravemente son las personas mayores de 65

años, personas con enfermedad pulmonar crónica o asma moderada a grave, personas
con afecciones cardiacas graves, personas con su sistema inmunitario deprimido,

personas con diabetes, personas con enfermedad renal crónica en tratamiento de

diálisis y las personas con enfermedad hepática [4]. Es claro que actualmente la

atención se ha fijado en estos grupos denominados de riesgo ante el COVID-19, pero

que también lo son ante otras enfermedades o situaciones.

Importancia del principio de no regresión ambiental en la actualidad

Ante el panorama mostrado anteriormente, es decir, el hecho de que se han generado

cambios tanto en la conducta como en el imaginario de la sociedad, tenemos dos

alternativas: mantener una actitud de inercia ante estos cambios, o tomar acción y

aventurarnos a proponer soluciones que no solo se centren en la creación de tecnología

o de una vacuna que finalmente solo servirá para atacar un virus en específico (algo a

lo que se le ha asignado muchos recursos últimamente). Claro que, en esta

oportunidad, me inclino a tomar acción desde el campo del derecho ambiental.


De esta manera, traigo a colación el principio de no regresión en materia ambiental.

Este principio, en pocas palabras, dispone que no podrá darse norma o sentencia

posterior que disminuya la protección ya concedida en favor del medio ambiente. Así,

según Mario Peña Chacón, “la prohibición de regresión actúa como una limitación a la

potestad normativa estatal, inhibiendo la derogación, reducción, relajamiento o

desaplicación de la normativa ambiental, lo cual encuentra justificación como garantía

de mantenimiento del nivel actual de protección, y de toda mejora experimentada

desde entonces” [5]. En realidad, este principio surge de una concepción más general la

progresividad de los derechos económicos, sociales y culturales que se encuentra

contemplado en el artículo 26.º de la Convención Americana de Derechos Humanos.

Ahora bien, a partir de este principio es claro que el Estado no puede flexibilizar las

normas ambientales para favorecer la reactivación de actividades económicas. Pero,

¿podríamos exigirle algo más a este principio? Yo creo que sí.

Como se ha mencionado anteriormente, luego de las crisis suele haber un incremento

más rápido en los niveles de contaminación. Ese “efecto rebote” (tal cual como sucede
en las dietas alimenticias), es algo predecible, y es ahí donde puede entrar el derecho

para intentar evitarlo o, al menos, controlar su impacto. De esta manera, propongo que

el principio de no regresión en materia ambiental se flexibilice a sí mismo y pueda ser

utilizado como fundamento en la implementación de medidas que controlen o mitiguen

las consecuencias de una reactivación económica en el medio ambiente.

De esta manera, el principio de no regresión ayudaría a que en este tipo de contextos

pueda exigirse medidas que intenten mantener en lo posible las mejoras en el ambiente

que se han logrado con la cuarentena. Por ejemplo, que se fijen niveles más bajos en

los ECA (en este caso, especialmente los referidos al aire), o que se introduzca un aforo

máximo en áreas naturales (aquellas turísticas, por ejemplo), o incluso, que se

establezcan parámetros que aseguren la intangibilidad y respeto del hábitat de especies

que durante esta cuarentena han “reaparecido” entre nosotros. Para comprender un

poco más la importancia de la aplicación del principio de no regresión “flexibilizado” a

esta situación me permito hacer una pregunta: ¿El retorno a nuestra vida pre-

pandémica, significa un retorno al status quo? ¿O es en realidad una degradación, un


retraso? Depende de nosotros optar por una u otra interpretación, teniendo en cuenta

que tal decisión seguramente tendrá efectos en un futuro próximo.

¿Un déjà vu en el futuro?

Es momento de darnos cuenta que el origen del COVID-19 al igual que las grandes

pérdidas humanas que el virus ha ocasionado, mantienen una relación de causa efecto

con nuestras acciones en el pasado. Efectivamente, el cambio ambiental generado por

los altos niveles de contaminación puede tener efectos extraordinarios en los

ecosistemas, lo que finalmente nos deja desprotegidos ante este tipo de fenómenos. De

la misma manera, como seres humanos estamos teniendo más contacto de lo debido

con especies silvestres y estamos disminuyendo su hábitat a lo más mínimo, lo que

aumenta las probabilidades de aparición de nuevas enfermedades [6]. Ante todo, esto

debemos internalizar la importancia de la naturaleza para evitar y enfrentar futuras

pandemias. Así pues, la naturaleza proporciona nuestro oxígeno, regula nuestros

patrones climáticos, poliniza nuestros cultivos, produce nuestros alimentos,


lamentablemente ahora se encuentra bajo un estrés cada vez más creciente [7]. Por

otro lado, un ambiente saludable también nos ayudará a enfrentar de mejor manera

este tipo de escenarios. Sobre esto, investigadores han determinado que un incremento

de tan solo 1 microgramo por metro cúbico de PM2.5 se puede asociar con un

incremento de 15% en la tasa de mortalidad de la COVID-19 [8]. Queda claro,

entonces, la importancia del cuidado a la biodiversidad en el planeta y con ello la

reducción de los niveles de contaminación para evitar y enfrentar futuras pandemias

(que finalmente volverán a tener consecuencias en la economía y la salud de las

personas). De ahí que la frase “Más vale prevenir que lamentar” es muy precisa en

estos momentos.

Consideraciones a tomar en cuenta y conclusiones

La inmovilización social obligatoria como medida tomada por distintos gobiernos,

incluyendo el peruano, sumado a la información difundida por los medios de

comunicación ha ocasionado que nos demos cuenta de lo privilegiados que éramos hace
unos cuantos meses atrás. Es por eso que es importante que se concientice sobre las

verdades ambientales del COVID-19 y otras enfermedades pues de esa manera la

población (y grupos económicos) recepcionará mucho mejor la implementación de

políticas que importen la diversidad biológica y el medio ambiente. Este es el momento

y no dentro de 2 o 3 años cuando por fin exista una vacuna para el COVID-19 pero

surja otro virus que nos impacte igual o peor.

En fin, un momento de cambios en los hechos significa también cambios en el derecho

y el derecho ambiental es primordial como respuesta y defensa a largo plazo. Nos

encontramos en un momento crucial para el medio ambiente y, aunque pueden

cometerse errores, el derecho ambiental encuentra aquí un lugar perfecto para

reevaluarse y revalorarse tal y como se ha demostrado con el principio de no regresión

en materia ambiental. A pocos días del Día internacional de la Biodiversidad, hay que

prevenir antes que lamentar los efectos de nuestro accionar contra nuestra naturaleza.
*Estudiante de Derecho en la PUCP y directora de la comisión de desarrollo social

SIEMBRA de la asociación civil IUS ET VERITAS.

Referencias:

[1] Decreto Supremo N° 080-2020-PCM, del 2 de mayo de 2020, que aprueba la

reanudación de actividades económicas en forma gradual y progresiva dentro del marco

de la declaratoria de Emergencia Sanitaria Nacional por las graves circunstancias que

afectan la vida de la Nación a consecuencia del COVID-19.

[2] La cuarentena por el coronavirus mejora la calidad del aire, pero no sustituye la

acción climática. Recuperado de https://news.un.org/es/story/2020/03/1471562

[3] Coronavirus: Contaminación del aire en Lima se redujo en 67% durante la

cuarentena (18 de marzo de 2020). Recuperado de https://convoca.pe/agenda-

propia/coronavirus-contaminacion-del-aire-en-lima-se-redujo-en-67-durante-la-

cuarentena
[4] Personas con mayor riesgo de enfermarse gravemente (14 de mayo de 2020).

Recuperado de https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/need-extra-

precautions/people-at-higher-risk.html

[5] El ABC del Principio de No Regresión (12 de agosto de 2020). Recuperado

de http://ipama.org.pe/2017/08/12/opinion-abc-del-principio-no-progresividad-2/

[6] y [7] La pandemia de coronavirus es una oportunidad para construir una economía

que preserve la salud del planeta (7 de abril de 2020). Recuperado

de https://news.un.org/es/story/2020/04/1472482

[8] La Contaminación del Aire Puede Empeorar la Tasa de Mortalidad por COVID-19 (28

de abril 2020). Recuperado de https://eos.org/articles/la-contaminacion-del-aire-

puede-empeorar-la-tasa-de-mortalidad-por-covid-19

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pandemia/
18 DE ABRIL DE 2020
Derecho Ambiental en tiempos de Coronavirus: regresiones a la vista

La nueva realidad que afecta al país representa retos importantes para la gestión y el Derecho

Ambiental. Dos cuestiones recientes – licencias exprés y consultas previas virtuales – prenden

las alarmas sobre posibles regresiones al nivel de protección ambiental alcanzado. El Principio

de No Regresión se configura como una herramienta útil y necesaria para abordar estas posible

regresiones, de cara a lograr el mejor equilibro entre la protección del medio ambiente y la

superación de la crisis actual.

Ángela María Amaya Arias[1]

Ya es posible afirmar, sin duda alguna, que la pandemia que actualmente afecta al mundo

entero ha permeado todas las disciplinas, incluyendo el Derecho Ambiental. Al respecto, se

recomienda consultar los interesantes aportes de las investigadoras Juliana Hurtado y Carolina

Montes, en este mismo espacio. Incluso, el profesor argentino Néstor Cafferatta, ya ha sentado

algunas pautas acerca del papel del Derecho Ambiental en la lucha contra el Coronavirus.

En esta ocasión, resulta importante llamar la atención sobre las posibles regresiones al Derecho

Ambiental que pueden generarse en esta nueva realidad. Es necesario recordar que una

regresión del Derecho Ambiental puede entenderse como una disminución del nivel de

protección ambiental alcanzado, sin que haya una justificación o motivación que deberá ser

razonada, pormenorizada y particularizada, obligación que se encuentra en cabeza del Estado,

quien deberá desvirtuar la presunción de invalidez prima facie que pesa sobre las medidas

supuestamente regresivas. El análisis de dicha motivación deberá tener en cuenta ciertos

elementos, aportados por los juicios de razonabilidad y de proporcionalidad.


El primer ejemplo de una posible regresión en el contexto actual se encuentra en la solicitud

que 25 empresarios de diferentes sectores hicieron al presidente Iván Duque, el pasado 3 de

abril, en la que le sugieren tomar ciertas medidas, algunas ambientales, para evitar una crisis

económica peor debido a las medidas que se han tomado para disminuir la propagación del

nuevo coronavirus[2].

Esta solicitud busca reducir el tiempo en el que la ANLA toma la decisión de entregar o no

una licencia ambiental, situación que no es nueva para el país. Ya se habían presentado

inciativas que buscaban la disminución de los tiempos de otorgamiento de la licencia

ambiental, el cambio al procedimiento oral, dejando atrás la tramitología del procedimiento

escrito; con fundamento en la necesidad de darle un impulso a los grandes proyectos de

infraestructura y de la industria extractiva, que pese a ser un motor de la economía colombiana,

se ven afectados por las demoras en los trámites ambientales[3]. Es evidente que una

modificación de esta índole perjudicaría aún más los resultados de las evaluaciones de los

impactos ambientales de las actividades, disminuyendo el rigor y la calidad de estas

evaluaciones.

Así, este proceso de desregulación y simplificación administrativa en materia ambiental se ha

fundamentado, por lo menos inicialmente, en la necesidad de favorecer la libertad de

establecimiento y fomento de los grandes proyectos de infraestructura, y se ha encaminado

hacia la eliminación de requisitos y trámites que obstaculizaran el desarrollo de actividades

económicas en el mercado interior.

No obstante, en relación con esta cuestión, Mora Ruiz, señala que la aplicación concreta de

técnicas de simplificación ha de plantearse desde el desarrollo sostenible y el principio de

prevención, en la medida en que no puede retrocederse desde la perspectiva ambiental. Cita a

Prieur, y señala que “debemos intentar convencernos de un Principio de No Regresión, en la

medida en que las exigencias de crecimiento no pueden provocar una conflictividad

solucionable con el sacrificio de los bienes ambientales, pues ello conculcaría el aspecto
solidario del Desarrollo Sostenible. De hecho, no parece ser ésta la solución albergada por el

principio de simplificación cuando el mismo se pasa por el tamiz de la necesidad y

proporcionalidad de la medida en cuestión”. (2014, P. 105)[4]

Afortunadamente, el Gobierno Nacional no respaldó la propuesta de estas licencias

ambientales exprés, y afirmó que la ANLA viene trabajando en un nuevo modelo de

licenciamiento ambiental, y manifestó que esta simplificación es una idea inviable: no solo

desde el análisis técnico, sino además desde el punto de vista social[5].

El segundo ejemplo de una posible regresión tiene que ver con las Consultas Previas. Dada la

coyuntura, recientemente el Ministerio del Interior expidió la Circular Externa CIR2020-29-

DMI-1000 del 27 de marzo, que en su numeral ii) recomendó que se promoviera y permitiera el

uso de herramientas tecnológicas y canales virtuales mientras dure el aislamiento preventivo

obligatorio, por ejemplo, para la legalización de las Consultas Previas con las comunidades

étnicas en el país. Esta medida generó bastante polémica, y la Procuraduría General de la

Nación solicitó revocar esta medida por ser inconstitucional, y afectar el núcleo esencial del

derecho fundamental a la consulta previa de los pueblos étnicos[6].

El derecho a la consulta previa, de rango constitucional, es un estándar de protección

ambiental y social alcanzado por las comunidades étnicas, el cual goza de una protección

reforzada por disposiciones constitucionales, legales y jurisprudenciales. Estas disposiciones

han establecido la responsabilidad del gobierno de garantizar las condiciones que plena

participación y decisión de las comunidades étnicas en asuntos que les puedan afectar. Y como

es apenas lógico, la realización de estos procesos de manera virtual “desconoce que la mayoría

de los pueblos étnicos habitan en territorios y regiones que presenta los peores indicadores en

materia de desarrollo humano y social, así como las más altas tasas de pobreza en Colombia, a

la que se suma las enormes dificultades en materia de conectividad, cobertura y acceso a las

tecnologías de la información y las comunicaciones, entre ellas los servicios de internet, lo que

dificultaría el acceso al derecho de manera libre e informada y el desarrollo de las prácticas


propias internas de concertación y decisión”[7]. Así, esta situación podría significar un

retroceso de los estándares ambientales y sociales alcanzados en materia de participación por

parte de estas comunidades. Habrá que esperar ahora cuál es la respuesta del Gobierno

Nacional frente a esta problemática.

Para finalizar, es necesario insistir que la aplicación del Principio de No Regresión del Derecho

Ambiental no implica, de ninguna manera, la petrificación de las normas o la rigidez de las

mismas. Por el contrario, busca generar la flexibilización que requiere el Derecho Ambiental

para responder a los retos de los nuevos contextos. Incluso, a la luz de este principio, una crisis

(como la actual, o como la económica que vivió Europa en el 2009), puede ser una justificación

para ciertos retrocesos ambientales. En otro estudio se expuso que la crisis económica también

puede ser fundamento para las medidas de desregulación y simplificación en la normatividad

ambiental; pues con la finalidad de simplificar el procedimiento y reducir cargas a los titulares

de actividades, y con el objetivo último de promoción de la actividad económica se están

flexibilizando en buena medida el grado de protección ambiental, los sistemas de control y los

estándares ambientales. [8]

No obstante, y aquí es donde es necesaria la aplicación del test de regresividad, para que una

medida regresiva se encuentre debidamente justificada, y sea admisible para el ordenamiento

jurídico, debe demostrarse que dicha medida tiene una finalidad constitucionalmente legítima;

es necesaria; y finalmente, que es proporcional en sentido estricto. Es claro que la aplicación de

este test pondrá de presente la absoluta necesidad de encontrar los adecuados mecanismos de

equilibrio entre una ajustada carga administrativa y las garantías ambientales con el fin de

garantizar la protección del medio ambiente, dependiendo de las circunstancias específicas de

cada caso concreto.

[1] Docente Investigadora del Departamento de Derecho del Medio Ambiente.


[2] Rojas, T. (10 de abril de 2020) “Empresarios piden simplificar la licencia ambiental y consulta

previa”. Disponible en la página web https://www.eltiempo.com/vida/medio-

ambiente/cuarentena-empresarios-piden-simplificar-licencia-ambiental-y-consulta-previa-

482604?fbclid=IwAR1FaziQ-

mp4Pwz8GbVLMG7Pt6OkrFcbQ78wMpFEHLI4tsYiwWNvW1XHaBI

[3] REVISTA SEMANA “¿Qué pasa con las licencias ambientales exprés?” (27 de septiembre de

2014). Disponible en la página web https://www.semana.com/nacion/articulo/que-pasa-con-

las-licencias-ambientales-expres/404177-3. EL ESPECTADOR (17 de septiembre de 2014)

“Licencias ambientales exprés”. Disponible en la página

web https://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/licencias-ambientales-expres-

articulo-517382

[4] Mora Ruiz, M., (2014). “Simplificación administrativa y protección ambiental: puntos de

conexión y límites desde la regulación y gestión del medio ambiente”. Revista Aranzadi de

Derecho Ambiental, vol. No. 29, no. septiembre-diciembre, pp. 77-109.

[5] Bohórquez, H. (14 de abril de 2020). “Gobierno Nacional no respalda la propuesta de las

licencias ambientales express”. Disponible en la página

web https://www.larepublica.co/economia/gobierno-no-respalda-la-propuesta-de-licencias-

ambientales-express-2991288

[6] REVISTA SEMANA SOSTENIBLE (16 de abril de 2020) “Procuraduría pide revocar las

consultas previas por medios virtuales con pueblos étnicos”. Disponible en la página

web https://sostenibilidad.semana.com/actualidad/articulo/procuraduria-pide-revocar-las-

consultas-previas-virtuales-con-pueblos-etnicos/49969. REVISTA SEMANA SOSTENIBLE (17

de abril de 2020) “Nunca pedimos consultas previas virtuales al MinInterior“: ONIC. Disponible

en la página web https://sostenibilidad.semana.com/impacto/articulo/nunca-pedimos-

consultas-previas-virtuales-al-mininterior-onic/49984
[7] REVISTA SEMANA SOSTENIBLE (16 de abril de 2020) “Procuraduría pide revocar las

consultas previas por medios virtuales con pueblos étnicos”. Disponible en la página

web https://sostenibilidad.semana.com/actualidad/articulo/procuraduria-pide-revocar-las-

consultas-previas-virtuales-con-pueblos-etnicos/49969.

[8] Amaya Arias, A.M. (2016) El Principio de No Regresión en el Derecho Ambiental. Madrid,

Editorial Iustel.

Imagen tomada de: https://gestoresderesiduos.org/noticias/puede-la-crisis-del-coronavirus-

ensenarnos-algo-para-combatir-el-cambio-climatico

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