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República Bolivariana de Venezuela

Servicio Autónomo Docente Hospital Central de Maracay

Universidad de Carabobo

Servicio de Cirugía General

Códigos y Juramentos en Medicina.


Deontología Médica

Dra. Mildred Lupi Dra. Greismar Ruiz

V. 24.235.000

Residente 1er año Cirugía General

Maracay, mayo de 2021

INTRODUCCIÓN
Tradicionalmente se ha reconocido la necesidad, para los grupos profesionales, de codificar
su actuación de acuerdo con normas éticas precisas, pero en ninguna profesión como en la
medicina se exige con tanto rigor la dependencia estricta de sus miembros a tan elevadas
exigencias de orden moral.

La siguiente revisión de códigos y juramentos en medicina ilustra acerca de los cambios


sufridos desde las etapas más tempranas de la historia hasta el momento actual.

Caracterizado este último por la paradoja de haberse obtenido la solución para complejos problemas
de orden técnico y por no vislumbrar siquiera en forma remota la respuesta adecuada para
innumerables interrogantes de orden moral.

El juramento hipocrático es un texto ético que recoge las obligaciones morales de los médicos para
con sus pacientes, con el objetivo de orientarlos en su labor profesional.

Así pues la Deontología se refiere a las normas que deben practicarse en el ejercicio de una
profesión, en este caso la médica. Esas normas debe respetarlas el médico celosamente y su
falta debe ser sancionada, ya que ello constituye la garantía de la sociedad del buen
cumplimiento del médico en su ejercicio
JURAMENTOS Y CÓDIGOS EN MEDICINA. DEONTOLOGIA MÉDICA

Shaman. En los periodos más tempranos de la historia de la humanidad, el “Shaman”


representaba el líder de la tribu, asumiendo las funciones de autoridad, sacerdote y médico;
A partir del “shamanismo” de los grupos culturales primitivos, se desarrolló el “médico-
sacerdote”, responsable de las decisiones concernientes a la salud de la comunidad,

Imhotep. Parece ser que el primer “doctor” apareció en la dinastía egipcia, 3000 años antes
de Cristo. Se llamó Imhotep y fue un apasionado observador de la naturaleza. Su influencia
alcanzó un grado tal que llegó al extremo de ser deificado 500 años antes de Cristo por la
religión politeísta egipcia.

Medicina sumeriana y de Babilonia: Hammurabi. Muestran que la civilización


sumeriana alcanzó grados elevados en el campo de las artes, y que la profesión médica se
sometía a normas éticas bien definidas. Gran número de las leyes de Hammurabi se
referían a regulaciones para el ejercicio de la medicina, y una demostración de lo cuidadoso
de las mismas se halla al analizar lo referente a honorarios profesionales, otras regulaciones
muestran que el ejercicio de la profesión médica en Babilonia no se hallaba exento de
riesgos.

El Código de Hammurabi invocó el principio de la Ley del Talión (un ojo por un ojo; un
diente por un diente). Era un Código en apariencia justo: el médico debía ofrecer su vida si
el paciente moría; o la parte de su cuerpo correspondiente a la que hubiera lesionado en el
paciente.

Medicina india. La tradición hindú es una de las tradiciones religiosas más antiguas. Para
obtener conocimiento acerca de normas de orden ético entre los mismos, hay que recurrir a
la literatura sagrada especialmente a los Vedas (veda es igual a conocimiento o sabiduría),
cuyos textos se escribieron de 1500 a 2000 años antes de la era cristiana.

Medicina china. El primer médico mencionado en la literatura china es el emperador Shen


Nung quien vivió 3000 años antes de Cristo. Fue un aficionado a la medicina y expuso
teorías originales. Experimentó con él mismo, y se le acredita el descubrimiento de
numerosas drogas.

Esculapio: El mejor exponente del cultivo de la medicina mágico religiosa en Grecia se


centra en torno a la divinidad de Esculapio.

Los consejos de Esculapio, es una hermosa admonición de un médico a su hijo que aspira
imitarle

 ¿Quieres ser médico, hijo mío?


 ¿Deseas que los hombres te tengan por un Dios que alivia sus males y ahuyenta
de ellos el espanto?
 ¿Has pensado bien en lo que ha de ser tu vida?

 Tendrás que renunciar a la vida privada; mientras la mayoría de los ciudadanos


pueden, terminada su tarea, aislarse lejos de los importunos, tu puerta quedará
siempre abierta a todos; a toda hora del día o de la noche vendrán a turbar tu
descanso, tus placeres, tu meditación; ya no tendrás horas que dedicar a tu familia, a
la amistad o al estudio; ya no te pertenecerás.
 Los pobres, acostumbrados a padecer, no te llamarán sino en caso de urgencia; pero
los ricos te tratarán como a un esclavo encargado de remediar sus excesos
 Habrás de mostrar interés por los detalles más vulgares de su existencia, decidir si
han de comer ternera o cordero, si han de andar de tal o cual modo cuando se
pasean.
 No podrás ir al teatro, ni estar enfermo; tendrás que estar siempre listo para acudir
tan pronto como te llame.
 El malhechor tendrá tanto derecho a tu asistencia como el hombre honrado:
prolongarás vidas nefastas, y el secreto de tu profesión te prohibirá impedir
crímenes de los que serás testigo.
 Tienes fe en tu trabajo para conquistarte una reputación: ten presente que te
juzgarán, no por tu ciencia, sino por las casualidades del destino, no por el corte de
tu capa, por la apariencia de tu casa
 Tendrás que soportar relatos que arranquen del principio de los tiempos para
explicarte un cólico; ociosos te consultarán por el solo placer de charlar.
 Tendrás que ocultar a algunos la gravedad de su mal; a otros su insignificancia, pues
les molestaría.
 No cuentes con agradecimiento: cuando el enfermo sana, la curación es debida a su
robustez; si muere, tú eres el que lo ha matado.
 Piénsalo bien mientras estás a tiempo. Pero si, indiferente a la fortuna, a los
placeres, a la ingratitud, si sabiendo que te verás solo entre las fieras humanas,
tienes un alma lo bastante estoica para satisfacerse con el deber cumplido sin
ilusiones; si te juzgas pagado lo bastante con la dicha de una madre, con una cara
que sonríe porque ya no padece, con la paz de un moribundo a quien ocultas la
llegada de la muerte; si ansías conocer al hombre, penetrar lo trágico de su destino,
hazte médico, hijo mío.

La Edad de Oro de Grecia. Hipócrates. El juramento hipocrático.

El juramento hipocrático, cuya lectura irradia un sentimiento moralizador, virtuoso y


purificador condensa con un notable resumen los principios esenciales de nuestra moral
profesional: “cuatro puntos se definen en él:
 Agradecer a los maestros la enseñanza recibida y constituir con ellos y los suyos
una familia intelectual;
 Poner sobre todas las cosas el beneficio del enfermo como lo básico del ejercicio
profesional;
 Guardar una moralidad y una vida personal intachables;
 Respetar de modo absoluto, sin dudas ni vacilaciones, el secreto médico

En conclusión: marca un hito en la historia de la medicina, y es quizás el documento que


más ha contribuido a hacer de la nuestra, la más elevada de todas las profesiones.

JURAMENTO DE HIPÓCRATES

YO JURO delante del Todopoderoso y de mi familia, mis profesores y colegas que de


acuerdo a mi habilidad y juicio mantendré este Juramento:

CONSIDERARÉ a todos aquellos quienes me han enseñado este arte, igualmente queridos
para mí como mis padres, y con el mismo espíritu y dedicación impartiré el conocimiento
del arte de la medicina a otros. Continuaré con diligencia manteniéndome al nivel de los
avances en la medicina. Trataré sin excepción a todos los que busquen mis servicios por
todo el tiempo que sea, siempre que el tratamiento de otros no sea comprometido, y buscaré
el consejo de médicos particularmente hábiles cuando esté indicado para el beneficio del
paciente.

SEGUIRÉ el método de tratamiento que de acuerdo a mi habilidad y juicio, considere para


el beneficio de mi paciente y me abstendré de lo que sea dañino o irresponsable. No
prescribiré ni administraré una dosis letal de medicina a ningún paciente aun si fuera
solicitada tal cosa, ni ejecutaré acto u omisión con intento directo deliberado para terminar
la vida humana. Mantendré el más alto grado de aprecio por cada vida humana desde la
fertilización a la muerte natural y rechazaré el aborto que deliberadamente toma una vida
humana única.

CON PUREZA, SANTIDAD Y BENEFICENCIA pasaré mi vida y practicaré mi arte.


Excepto por la corrección prudente de un peligro inminente, yo no trataré ningún paciente
ni llevaré a cabo ninguna investigación en ningún ser humano sin su “consentimiento
válido” o de su apropiado representante legal, comprendiendo que la investigación tiene
que tener como su propósito el mejorar la salud de ese individuo. En cualquier aposento
que entre, buscaré el beneficio del enfermo y me abstendré de cualquier acto voluntario
irresponsable o de corrupción y también de la seducción de cualquier paciente.
LO QUE ESTÉ EN CONEXIÓN con mi práctica profesional o no, que yo pueda ver u oír
en las vidas de mis pacientes, que no debe ser comentado afuera y que debería ser
considerado secreto, no divulgaré.

MIENTRAS mantenga sin violar este Juramento, seré recompensado con el disfrute de la
vida y la práctica del arte y ciencia de la medicina, con la bendición del Todopoderoso y el
respeto de mis colegas y de la sociedad, pero si violo o transgredo este Juramento, puede el
reverso ser mi fortuna.

El juramento de Asaph guarda algunas semejanzas con el de Hipócrates, puesto que


incluye conceptos como el de abstenerse de usar venenos, de emplear remedios abortivos y
de realizar contactos sexuales en los hogares de los pacientes; recomienda igualmente el
uso de la cirugía sólo para los médicos calificados y predica la necesidad de guardar la
confidencia en medicina. Difiere, sin embargo, del mismo, a juicio nuestro, en un aspecto
muy importante: invoca reiteradamente la divinidad, y se halla impregnado de una
tremenda fuerza de orden religioso.

El Renacimiento y las “Tres profesiones”. Durante el Renacimiento, las universidades de


Europa diferenciaron sus campos de enseñanza en tres profesiones: teología, leyes y
medicina, lo cual significó una separación racional, en forma progresiva, de la medicina y
las concepciones de orden religioso.

La Medicina moderna. Modernamente, las orientaciones en el campo de la ética las


hallamos en acuerdos internacionales, tales como el Código de Núremberg, la Declaración
de Helsinki, la Declaración de Ginebra.

El Código de Núremberg establece 10 principios fundamentales, los cuales deben ser


adoptados por los médicos cuando realizan experimentación en seres humanos. Fue
elaborado en 1947, en ocasión del juicio, seguido en Núremberg, a los médicos nazis
acusados de crímenes de guerra.

La Declaración de Helsinki fue adoptada por la Asociación Médica Mundial en Helsinki,


en 1964, define los principios básicos de la investigación clínica y las normas a seguir en
sus diversas modalidades.

La Declaración de Ginebra, adoptada por la Asamblea General de la Asociación Médica


Mundial en Ginebra, en 1948, es una hermosa oración destinada a ser leída por los médicos
en el momento de su graduación:

En el momento de ser admitido como miembro de la profesión médica: Prometo


solemnemente consagrar mi vida al servicio de la humanidad. Otorgar a mis maestros los
respetos, gratitud y consideraciones que merecen. Ejercer mi profesión dignamente y a
conciencia. Velar solícitamente, y ante todo, por la salud de mi paciente. Guardar y respetar
los secretos a mí confiados. Mantener incólume, por todos los conceptos y medios a mi
alcance, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica. Considerar como
hermanos a mis colegas. Hacer caso omiso de credos políticos y religiosos, nacionalidades,
razas y rangos sociales, evitando que éstos se interpongan entre mis servicios profesionales
y mi paciente. Velar con sumo interés y respeto por la vida humana, desde el momento de
la concepción, y aun bajo amenaza no emplear mis conocimientos para contravenir las
leyes humanas.

CÓDIGO DE DEONTOLOGIA MÉDICA

La deontología provenía del "deontos" griego que significaba deber, obligación. La


Deontología en el sentido de Bentham trataba de lo que se debe hacer, concepción
prácticamente similar a la actual.

Así pues la Deontología se refiere a las normas que deben practicarse en el ejercicio de una
profesión, en este caso la médica.

El código de deontología médica tiene como base, la ética del gremio y de los individuos
dedicados a la profesión médica; desde lo importante que es el derecho a la vida y el
respeto a la misma, el deber ser de todas las situaciones que rodean a los médicos, hasta el
seguimiento de los pacientes los cuales estén bajo su vigilancia.

Los Conceptos de Ethos médico, Código de Ética y Ley de Ejercicio de la Medicina se


hallan íntimamente vinculados, no obstante se justifica hacer algunos señalamientos.

El Ethos comprende aquellas actitudes distintivas que caracterizan a una cultura o a un


grupo profesional en cuanto a que esta cultura o profesión sostienen una postura que
demuestra la dedicación a ciertos "valores" y a la jerarquía de los mismos. El Ethos médico
traduce la calidad de miembro de una profesión entendida como una vocación en el sentido
de un servicio irrevocable a la comunidad y una dedicación de "valores" más que "ganancia
financiera".

CÓDIGO DE DEONTOLOGIA MÉDICA EN VENEZUELA

El presente Código se declara de aceptación obligatoria para todo médico que ejerza
legalmente la profesión en territorio venezolano, y sus infracciones serán conocidas y
sancionadas en primera instancia por los Tribunales Disciplinarios de los Colegios de
Médicos de la República y en segunda instancia o de alzada por el Tribunal Disciplinario
de la Federación Médica Venezolana, salvo lo establecido en las leyes vigentes.

Establece como un deber de todo médico, cumplir en todos los actos de su vida profesional
los principios éticos y deontológicos contenidos en el siguiente Juramento, transcripción
fiel del adoptado por el Consejo de la Facultad de Medicina de la Universidad Central el 14
de febrero de 1984.

JURAMENTO LUIS RAZETTI

"Evocando a Luis Razetti apóstol de la moral médica en Venezuela y en presencia de las


autoridades universitarias, más profesores y compañeros de estudio, me comprometo bajo
solemne juramento a cumplir los siguientes postulados:

1) Desempeñaré mi profesión con esmero y dignidad, velando con el máximo respeto por la
vida de más semejantes y aún bajo amenaza no empleare más conocimientos para
contravenir las leyes de la humanidad.

2) Profesaré a más maestros el respeto y gratitud que se hayan hecho merecedores e


intentaré, con todos los medios a mi alcance, mantenerme permanentemente informado de
los avances del conocimiento médico.

3) No permitiré que la satisfacción intelectual derivada de mi capacidad para identificar y


tratar las enfermedades y de contribuir al progreso de la ciencia médica me hagan olvidar
los principios humanitarios que rigen nuestra profesión y la consideración prioritaria del
paciente como persona.

4) No intentaré nuevos tratamientos o procedimientos de investigación si los riesgos para el


paciente exceden los posibles beneficios, cumpliendo estrictamente las Pautas
Internacionales para la Investigación Biomédica en los Seres Humanos.

5) No permitiré que motivos de lucro interfieran el ejercicio libre e independiente de mi


juicio profesional.

6) Preservaré en absoluto secreto las confidencias que se me hagan durante mi actuación


profesional, aún después de la muerte del enfermo.

7) Mi reverencia por la vida al atender enfermos terminales no colidará con mi obligación


fundamental de aliviar el sufrimiento humano.

8) Mantendré con todas más fuerzas el honor y las nobles tradiciones de la profesión
médica y no haré distinción en el ejercicio de más obligaciones ni por adhesión a partido
político o posición social.

9) No estableceré diferencias en mi dedicación y en la calidad de la atención prestada al


enfermo, se trate de servicios médicos contratados, de carácter individual o de índole
gratuita.
10) Daré estricto cumplimiento a los principios éticos de nuestra profesión, procurando
para los demás aquello que, en circunstancias similares, desearía para mi y para mis seres
queridos".

Deberes Generales de los Médicos

Artículo 1°.- El respeto a la vida y a la integridad de la persona humana, el fomento y la


preservación de la salud, como componentes del bienestar social, constituyen en todas las
circunstancias el deber primordial del médico.

Artículo 2°.- El médico debe considerar como una de sus obligaciones fundamentales el
procurar estar informado de los avances del conocimiento médico. La actitud contraria no
es ética, ya que limita en alto grado su capacidad para suministrar al paciente la ayuda
requerida.

Artículo 3°.- En el ejercicio de sus obligaciones profesionales, el médico no hará distinción


por razones de religión, nacionalidad o raza, ni por adhesión a partido o posición social.

Artículo 4°.- Los deberes del médico hacia sus enfermos, deberán ser observados siempre
con el mismo celo y la elevada preocupación que el profesional otorga al ejercicio de sus
propios derechos individuales, sociales y gremiales.

Artículo 5°.- En todo momento, inclusive durante situaciones conflictivas, el médico


deberá asegurar la atención de los enfermos graves o en condiciones de urgencia.

Artículo 6°.- Es deber ineludible de todo médico acatar los principios de la fraternidad,
libertad, justicia e igualdad, y los derechos inherentes a ellos consagrados en la Carta de los
Derechos Humanos de las Naciones Unidas y en la Declaración de Principios de los
Colegios Profesionales Universitarios de Venezuela.
CONCLUSIÓN

El respeto a la dignidad de la persona humana constituye en todo momento deber


primordial del médico.

Va más allá de la responsabilidad penal y reposa en un concepto moral que se llama


conciencia individual.

Los ideales de la profesión médica exigen que la responsabilidad del médico se extienda no
sólo al individuo sino también a toda la comunidad. Por ello aparte de su responsabilidad
individual en el cuido del paciente el médico debe cumplir con la responsabilidad social de
promover la salud de la colectividad.

La Organización Médica Colegial se considera muy necesaria la difusión del contenido y


sentido del Código Deontológico ya que hay médicos y ciudadanos en general que están
convencidos que el Código defiende privilegios del colectivo médico, cuando en realidad se
trata de un marco normativo pensado en la protección sanitaria de la sociedad y en la
exigencia para los médicos en su labor profesional.

Hace ya años que la actividad profesional del médico ha ido evolucionando de una
asistencia eminentemente privada a una asistencia pública o en mutuas, lo que hace que el
médico, sin olvidar la esencia de la relación médico-paciente, trabaje en equipo con otros
profesionales sanitarios que también tienen sus propios Códigos Deontológicos

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