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LA BATALLA DE YAGUACHI

Introducción
“Viva la patria” fue la frase inicial con la cual se desencadeno una serie de
acontecimientos en este glorioso país llamado Ecuador. Con esta frase y los hechos
ocurridos antes y después de la batalla histórica, Ecuador escribiría por primera vez una
palabra tan deseada por los hijos de la Patria, esta palabra que en un contexto exterior
puede tener varios significados, pero para los que lucharon y derramaron sangre por
obtenerla saben sin duda alguna que el significado solo será el resultado de su incansable
lucha por obtener la libertad no solo para ellos sino para todas las personas que en esa
época vivían bajo el yugo español. Esta palabra tiene más de 1821 razones para ser
recordada año tras año por esa valentía con la cual lucharon nuestros próceres y a quienes
hoy en día todos les debemos pleitesía por los grandes logros alcanzados para ser una
República libre.

Esta palabra de la que tanto se habla “independencia” alude al proceso de


autonomía por el cual el país atravesó durante años con el fin de obtener libertad del
imperio español. La independencia por la cual lucharon nuestros patriotas y aliados
compatriotas no fue nada fácil y no todos salieron victoriosos, unos murieron otros
quedaron mal heridos, pero al final fueron parte indispensable para que la última batalla sea
gloriosa y gratificante.

Entre los próceres de la independencia cabe resaltar el nombre de Antonio José de


Sucre quien fue el líder de varias batallas que se dieron en busca de libertad, este hombre de
origen venezolano y más conocido como el Gran Mariscal de Ayacucho, un 6 de abril de
1821 llegó a Guayaquil para liderar una de las batallas memorables de nuestro país y
proponer que la ciudad de Guayaquil ya no se encuentre bajo la sombra de los españoles, si
no pasen al grupo de aliados de Colombia pero con su propia soberanía, a lo cual obtuvo
una respuesta positiva de parte de José Joaquín de Olmedo, Francisco Roca y Rafael
Jimena quienes estuvieron de acuerdo en realizar ese tratado. Después de este hecho se
desató una batalla con el fin de obtener la anhelada libertad territorial. Yaguachi fue la sede
de esta batalla histórica que significó el principio de una serie de sucesos que ayudarían a
Ecuador a contraer su independencia total del imperio español, a su vez ser soberanos y
autónomos en las decisiones que a futuro fueran tomadas.

Quién pensaría que a pesar de todos los esfuerzos por lograr la independencia unos
años más tarde Yaguachi se convierta nuevamente en sede de diferentes conflictos armados
y derramamiento de sangre entre los civiles. En una guerra que dejó al menos 3000 muertes
todo esto para la obtención del poder de mandato. La historia de esta masacre si así se la
puede llamar está un poco olvidada en nuestro país dado que estos hechos se remontan
principalmente en las cercanías por donde pasaba el tren que ahora ha quedado inexistente
pero que en 1912 fue testigo de la confrontación entre movimientos alfaristas y
constitucionales que a lo largo del ensayo se explicará cómo ese año quedó marcado con
sangre de miles efectivos militares que lucharon a las faldas de sus generales para lograr su
objetivo y llegar al poder.

Desarrollo

Tras el derrocamiento de Eloy Alfaro, Emilio Estrada toma el poder y sube a la


presidencia, pero lamentablemente el 21 de diciembre de 1911 falleció por una
insuficiencia cardiaca, dejando así vacío su puesto presidencial y seguido ocasionando
varios conflictos entre los que luchaban por llegar al poder. Seguido de esto el poder fue
asumido por el Dr. Carlos Freile Zaldumbide quien despertó en los liberales alfaristas la ira
y motivación de ellos mismos proclamar a sus máximos al poder, en este caso al General
Flavio Alfaro quien comandaría Esmeraldas y Manabí, mientras que en Guayaquil
comandaría el General Pedro Montero. Lo que provocó el avecinamiento de una guerra
civil a lo cual acudieron donde Eloy Alfaro quién se encontraba en Panamá para que
intervenga en aquel problema y apaciguara a las partes para no desatar conflictos, cosa que
intentó hacerlo, pero no obtuvo ninguna respuesta positiva por el contrario el gobierno de
Quito solicitó al General Leónidas Plaza movilizar al ejercito con dirección hacia la Costa
para iniciar el conflicto armado entre constitucionales y alfaristas liberales.

El 9 de enero de 1912 el General Julio Andrade envía su plan de batalla a Quito


cabe resaltar que para ese día ya fueron movilizadas las tropas de ambas partes para
empezar el conflicto, seguido de esto podían dar ya inicio a la batalla, pero el General Plaza
insistió que se aplazara un poco más.
El 11 de enero de 1912 aproximadamente a las ocho y cuarto en Huigra se dio paso
al fuego abierto iniciando así el fuego cruzado entre las partes. Es notable la aproximación
de las fuerzas del general Andrade y del General Plaza que desde el 6 de enero ya venían
estudiando los movimientos y avances de su contraparte los cuales venían acercándose
desde Chunchi donde el general Andrade también puso a cuatro de sus batallones con más
de mil hombres a esperar órdenes y estar al pendiente del enemigo, seguido tomaron
posesión en Simbabe donde el Coronel Jaramillo y El comandante Oliva los introdujeron
con el fin de realizar modificaciones al plan de cómo sería la batalla, ellos creían que era
mejor entrar a guerrear por el frente de Nanza pues así lo dispusieron según el plan que
ellos dirigieron y que a su vez el General Andrade estaba de acuerdo al final Huigra
presencio tres duras batallas en su territorio el cual dejó buenos resultados a favor de la
parte constitucional y baja en las filas de los alfaristas liberales, en total aproximadamente
fueron quinientos prisioneros del movimiento liberal, bajas de aproximadamente seiscientas
personas, se refiere a bajas los decesos que tuvieron ambas partes, casi dos mil fusiles entre
ellos cuatro cañones y diferente tipo de armamento de la parte desfavorecida en la
contienda.

Después de este triunfo por parte de los Generales Andrade y Plaza, este último
siguió hacia la Costa ya que tenía información de que los liberales iban rumbo hacia
Naranjito por ende Plaza no dudo en seguir al enemigo y restaurar sus filas con el fin de
enfrentarse a otra batalla hasta que los liberales deserten de la idea de ser parte del poder.

Plaza y sus filas fueron por la vía férrea en Convoy, cuando a las cinco de la
mañana se percataron que un puente en el sector de Naranjito obstruía su paso ya que
estaba boicoteado, salieron del tren con el fin de tratar de reponer el paso mediante es
puente pero la sorpresa que recibieron fue increíble, cabe resaltar que el clima de esa
madrugada no favorecía a ninguna de las partes ya que se encontraba lloviendo y nublado
lo único que alcanzaban a ver era una lluvia de balas con suerte lo hacían ya que otros no
pudieron ni siquiera alzar la mirada al frente porque fueron asesinados por los proyectiles
que emanaban desde las montañas de los alrededores. Plaza tomo a su ejército y ordenó que
se abriera el fuego, él estaba consciente de que en sus filas había más soldados y oficiales
que en las filas liberalistas que apenas figuraban con quinientos soldados. El fuego cruzado
dejó un centenar de muertos y sangre derramada en todo el sector donde surgió el combate.

Cuando cesó el combate y horas más tarde el general Plaza escribió un comunicado
al Presidente donde expresaba su sentir por las pérdidas en sus filas, sobresaltó la pérdida
del Capitán Castillo y la incontable baja de sus soldados y oficiales pero que al final fue
una victoria para los constitucionales según Plaza. También aclaró que pudieron restaurar la
parte del puente que estaba estropeada para no permitirles el paso y así continuar al último
enfrentamiento que sería en Yaguachi.

La llegada a Yaguachi se da porque el General Plaza que se encontraba en Milagro


se entera que el General Flavio Alfaro se encuentra en la aldea de Yaguachi, donde los
separaban solo quince kilómetros, él podía desatar una nueva batalla con su escuadrón
atacando así a Alfaro, pero mejor decidió esperar a que el General Andrade también se
acercase para abrir fuego ya que él se sentía anonadado por tanta sangre derramada en
Naranjito y Huigra. El General Andrade tuvo que llamar a más hombres a integrar sus filas
para poder enfrentar las filas del enemigo con un plan de no encontrarse directamente con
el General Plaza sino de estar a unos escasos diez minutos de distancia el general Andrade
emprendió su camino.

Por lo opuesto el general Flavio Alfaro no quiso abrirse del problema y dela guerra
que se había armado entre estos dos bandos, más bien pidió el refuerzo de mil quinientos
soldados para la nueva batalla que se acercaba el hacía hincapié de que quería llegar a la
presidencia así su tío Eloy Alfaro no estuviera de acuerdo Flavio hacia caso omiso a eso.

El General Andrade armó un plan que sería ejecutado y puesto en marcha para
proteger a sus filas de la contra parte se ordenó que de sus mil quinientos hombres cien
fueran a la hacienda luz María a estudiar cómo se encontraba la zona y que en caso de que
estuviera el enemigo merodeando por esa misma zona aguantaran hasta poder enviar más
hombres, mandó cien soldados más a puente negro con el mismo fin de observar a las
tropas de la contraparte y los demás entre artillería y caballería se quedaban con él y
examinaban las otras tierras en las cuales se suponía había presencia de las camaradas del
General Flavio Alfaro.
Gracias a la gallardía del comandante Orellana se pudo evitar una catástrofe en las
filas que se dirigían a Guayaquil, ya que él encontró en la línea férrea varios explosivos con
dinamita que serían activados a penas pasaran los convoyes de las filas del General
Andrade. El General Plaza exhortó este descubrimiento como algo indemne a lo cual
pusieron fin y no permitieron que sus hombres sean heridos por estas minas. A su vez
encontraron a tres personas quienes estaban cuidando y resguardando las minas, ellos
fueron puestos a orden de los generales para posteriormente ser privados de su libertad.

Con esto se dispuso nuevas órdenes de dirigir los cuerpos de artillería, infantería y
caballería a diferentes sectores estratégicos para dar inicio a la guerra campal que se
avecinaba, el general Gallegos dispuso que su tropa sea la que vaya al frente y así lo
hicieron el único problema que contrajo fue que los sembríos, el pasto en las zonas aledañas
donde estaban era demasiado alto y no les permitía desplegarse bien alrededor de esta zona,
pero tampoco era impedimento para poner a andar su plan, a las ocho de la mañana
empezaron a escuchar disparos de fuego cruzado mientras seguían avanzando hasta poder
llegar a Yaguachi que era su objetivo.

A pesar de que las bajas fueran innumerables tanto de soldados, oficiales generales
comandantes entre otros, el General Andrade logró llegar con la gente que le quedaba hasta
Yaguachi y pidió refuerzos para sus filas a los cuales se sumaron hombres del General
Jaramillo de la Brigada del Carchi, sin ellos hubiera sido casi imposible vencer la batalla ya
que los alfaristas se encontraban en lugares estratégicos para dar de baja a las filas del
Coronel Andrade después de la ardua batalla a la una y media de la tarde cesó el fuego
dando por sí como victorioso al General Andrade.

El General Plaza fue puesto al descubierto ya que al momento que el General


Andrade llegó a Yaguachi y venció el con sus hombres Plaza quiso llevarse todo el mérito a
pesar de que no movió ni un dedo para estar presente defendiendo a sus tropas, el General
Plaza no hizo nada y no fue participe de la gran batalla le escribió un telegrama al
Presidente haciéndose notar como el líder de la guerra que desató lo cual fue repudiado por
el General Andrade quien mandaba varios telegramas explicando lo que realmente había
pasado esa tarde pero Plaza hacia lo posible por evitar que esos telegramas llegaran a
manos del presidente pero después de cuatro días el pueblo se enteró de lo sucedido.
Conclusión

La batalla de Yaguachi se debería conocer como el peor derramamiento de sangre


que presencio Ecuador, demasiadas bajas tanto por los liberales alfaristas como por los
constitucionales un sin números de muertos que nos deja la historia ecuatoriana, miles de
familias destruidas por el dolor de la pérdida de sus seres queridos quienes por malas
decisiones tuvieron que estar en primera línea abriendo fuego contra sus enemigos. Si
echamos un vistazo a los antecedentes que conllevaron a esta guerra podemos ver que
cuando existen huecos o vacíos en la política las personas son capaces de hasta morir por
cumplir sus deseos u anhelos de llegar al poder.

Una vía alterna para evitar este conflicto era el diálogo, el inminente diálogo para la
paz que de una u otra forma buscaba Eloy Alfaro no quería que entre pueblo hubiera una
masacre por disputas del poder, él quería que su movimiento liberalista si llegase a lo más
alto del poder, pero no de esa forma, no derramando cantidades de sangre en las calles y sin
saber que a él también todo este encuentro a la larga provocaría su asesinato de una vil y
cruel forma.

La actitud del General Plaza fue deficiente y por no decir una vergüenza para
aquellos que si arriesgaron su vida por lograr el objetivo deseado y para el país. El General
Plaza al jactarse de las tres victorias en las cuales estaba inmerso de palabra mas no de
hechos debió abandonar su cargo ese mismo día de la guerra de Yaguachi por incompetente
y ser exiliado del país por defraudación al honor de la Patria. Con respecto al General
Andrade que en todo momento se mantuvo al frente de la situación de guerra adquirió
respeto de sus altos jefes y al igual de sus filas.

Un acto como este no puede volver a suceder ni manchar más la historia de nuestro
país, como es posible que un poco menos de cien años atrás nuestros patriotas y
compatriotas lucharon inalcanzablemente para liberarnos del yugo español para ser una
sociedad libre y soberana, no fue solo una lucha fueron años de batallas, años de esclavitud
que en 1821 llegaron a su fin y empezó un nuevo apogeo para Ecuador con el
desterramiento de los que quisieron ser dueños de la patria y tiempo después el poder
consuma las ansias de estos mandos alfaristas liberales y constitucionales por mandar en el
país y ser los gobernantes insignes de la patria, no hay perdón el pueblo ecuatoriano no
merecía pasar otra vez por una matanza de esta índole donde al final los gobernantes
siguieron siendo los mismos y los que sufrieron fueron los que perdieron a sus seres
queridos. Lamentablemente no se puede borrar la historia de nuestro país, pero si
enmendarla para que en un futuro este tipo de conflictos bélicos no vuelvan a afectar el
territorio ecuatoriano.

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